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                                           | Fuente: misa_tridentina.t35.com Benito de Aniane, Santo
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                                        | Monje, 12 de febrero |   
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| Benito de Aniane, Santo |  
MonjeMartirologio Romano: En el monasterio de San Cornelio de Indam, 
en Germania, tránsito de san Benito, abad de Aniano (o 
de Aniane), que propagó la Regla benedictina, confeccionó un Consuetudinario 
para uso de monjes y trabajó con empeño en la 
instauración de la liturgia romana (821).
 Etimología: Benito = Benedicto = 
Aquel a que Dios bendice, es de origen latino.
  Benito fue hijo de Aigulfo de Maguelone; 
servía de escanciador al rey Pepino y a su hijo 
Carlomagno. A la edad de veinte años resolvió buscar el 
Reino de Dios con todo su corazón. Tomó parte en 
la campaña de Lombardía, pero, después de haberse casi ahogado 
en Tesino, cerca de Pavía, tratando de salvar a su 
hermano, hizo voto de abandonar el mundo por completo. A 
su vuelta a Languedoc, confirmó su determinación por consejo de 
un ermitaño llamado Widmar, y fue a la abadía de 
Saint-Seine, a veinticuatro kilómetros de Dijon, donde lo admitieron como 
monje. Pasó allí dos años y medio aprendiendo la vida 
monástica y llegó al dominio de sí mismo por medio 
de severas austeridades. No satisfecho con guardar la regla de 
San Benito, practicaba otros puntos de perfección que encontró prescritos 
en las reglas de San Pacomio y San Basilio. Cuando 
el abad murió, los hermanos estaban dispuestos a elegirlo para 
que lo substituyera, pero no quiso aceptar el cargo, porque 
sabía que había monjes que se oponían a todo lo 
que fuera reforma sistemática. 
 Con este motivo, Benito 
abandonó Saint-Seine y, al regresar a Languedoc, construyó una pequeña 
ermita junto al arroyo Aniane, en sus propias tierras. Aquí 
vivió algunos años en privación voluntaria, orando continuamente a Dios 
para que le enseñara a hacer su voluntad. Algunos ermitaños, 
de los cuales uno era el santo Widmar, se pusieron 
bajo su dirección. Ganaban su sustento con el trabajo manual, 
vivían a pan y agua, excepto los domingos y grandes 
fiestas, cuando añadían un poco de vino o leche, si 
se los daban de limosna. El superior trabajaba con ellos 
en los campos y algunas veces se dedicaba a copiar 
libros. Cuando el número de sus discípulos aumentó, Benito dejó 
el valle y construyó un monasterio en un sitio más 
espacioso. Amaba tanto la pobreza, que por mucho tiempo utilizó 
cálices de madera o vidrio o peltre para celebrar la 
misa, y si le daban ornamentos valiosos de seda, los 
obsequiaba a otras iglesias. Sin embargo, posteriormente, cambió su modo 
de pensar sobre este punto, y construyó un claustro y 
una majestuosa iglesia adornada con pilares de mármol, y la 
dotó de cálices de plata, ricos ornamentos; además compró libros 
para la biblioteca. En breve tuvo muchos religiosos bajo su 
dirección. Al mismo tiempo, llevaba al cabo la inspección general 
de todos los monasterios de Provenza, Languedoc y Gascuña, y 
llegó a ser, con el tiempo, el director y supervisor 
de todos los monasterios del imperio; reformó a muchos con 
tan buen tino, que no encontró gran oposición. El que 
principalmente recibió su influencia fue el monasterio de Gellone, fundado 
por San Guillermo de Aquitania en 804.
 
 Para 
tenerlo a la mano, el emperador Luis el Piadoso obligó 
a Benito primero a habitar en la abadía de Maurmünster, 
en Alsacia, y después, como todavía quería tenerlo más cerca, 
construyó un monasterio en el Inde, conocido más tarde como 
Cornelimünster, a unos 11 kilómetros de Aquisgrán, residencia del emperador 
y su corte. Benito vivió en el monasterio, pero continuó 
ayudando a la restauración de la observancia monástica por toda 
Francia y Alemania. A él se debe principalmente, la redacción 
de los cánones para la reforma de los monjes del 
concilio de Aquisgrán en 817. En ese mismo año presidió 
la asamblea de abades para poner en vigor el restablecimiento 
de la disciplina. Su estatutos, los Capitula de Aquisgrán, fueron 
añadidos a la regla de San Benito e impuestos a 
todos los monjes del imperio. Benito también escribió el "Codex 
Regularum" (Código de Reglas), una colección de todas las reglas 
monásticas existentes en su tiempo; compiló asimismo un libro de 
homilías para uso de los monjes, sacado de las obras 
de los Padres de la Iglesia; pero su obra más 
importante fue la "Concordia Regularum," la "Concordancia de Reglas," en 
la cual compara las reglas de San Benito de Nursia 
con las de otros patriarcas de la observancia monástica para 
mostrar su semejanza.
 
 Este gran restaurador del 
monasticismo en el occidente, agotado por las mortificaciones y fatigas, 
sufrió mucho de continuas enfermedades en sus últimos días. En 
821 murió tranquilamente, en Inde, a la edad de setenta 
y un años. Grande como era la energía e influencia 
de San Benito de Aniane, hay que admitir que su 
plan para una revolución pacífica de la vida monástica no 
pudo ser llevado al cabo como él había proyectado. De 
acuerdo con Edmund Bishop, la idea que tenía Benito y 
su patrono, el emperador Luis, era ésta:
 
 Todas las casas habían de reducirse a una uniformidad absoluta 
de disciplinas, observancia, y aun hábito, de acuerdo con el 
modelo de Inde; se nombrarían visitadores para que vigilaran la 
observancia de la regla según las constituciones. El nuevo plan 
sería lanzado en la asamblea de abades en Aquisgrán en 
817. "Pero planear es una cosa," el Sr. Bishop agrega, 
"y llevar al cabo es otra. Es claro que en 
la asamblea general de abades, Benito, respaldado como estaba por 
el emperador para conservar la paz y poder llevar a 
cabo reformas substanciales, tuvo que renunciar a muchos detalles de 
observancia que él estimaba mucho. Parece que esto mismo afirma 
su biógrafo y amigo Ardo, quien había observado todo personalmente. 
Sin embargo, los decretos de esta asamblea, de la cual 
era Benito al mismo tiempo autor, alma y vida fueron 
un punto decisivo en la historia de los benedictinos, porque 
éstos formaron la base de la legislación y práctica posterior. 
Después del gran fundador, Benito de Nursia, ningún otro hombre 
ha influido tanto en el monasticismo occidental como lo hizo 
el segundo Benito, el de Aniane." ("Liturgia Histórica," 1918, pp. 
212-213).
 
 Pocos de los entendidos en esta materia 
tienen tanto derecho para opinar sobre la historia monástica del 
siglo nueve, como Edmud Bishop.
 
 Estas palabras suyas 
forman un tributo notable a la obra que el gran 
reformador monástico llevó al cabo; pero, como ha señalado Dom 
David Knowles, su influencia fue bastante diferente de la de 
Benito de Nursia: "Benito de Aniane nunca fue un guía 
espiritual para monjes."
 
 ¡ Felicidades a quienes lleven este nombre!
 
  
| Los 
                                                      Santos de hoy martes 12 de febrero de 2013 |   
                                                    |  |  
|   Eulalia de Barcelona, Santa Virgen y Mártir, 11 de febrero
 |  |  |  |   Benito de Aniane, Santo Monje, 12 de febrero
 |  |  |  |   Humbelina, Beata Abadesa, 12 de febrero
 |  |  |  |   Tomás Hemmeford y compañeros, Beatos Presbíteros y Mártires, 12 de febrero
 |  |  |  |   Otros Santos y Beatos Completando el santoral de este día, 12 de febrero
 |  |  |  |   Ludano, Santo Peregrino, 12 de febrero
 |  |  |  |   Melecio de Antioquía, Santo Obispo, 12 de febrero
 |  |  |  |   Saturnino y compañeros mártires de Abitinia, Santos Mártires, 12 de febrer
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