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lunes, 17 de octubre de 2016
PAPA FRANCISCO CANONIZÓ 7 NUEVOS SANTOS EL DOMINGO 16 DE OCTUBRE 2016
El Papa Francisco canonizó a 7 nuevos santos
VATICANO, 16 Oct. 16 / (ACI).- Minutos después de las 10:00 a.m. (hora local), en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco comenzó la celebración de la Misa de canonización de siete nuevos santos de la Iglesia, entre los que se encuentran el niño mexicano José Sánchez del Río, mártir de la guerra cristera, y el sacerdote argentino José Gabriel del Rosario Brochero, el “Cura Brochero”.
También fueron canonizados el mártir de la Revolución Francesa Salomón Leclercq, la carmelita francesa Elisabeth de la Trinidad, el obispo español Manuel González García, y los beatos italianos Ludovico Pavoni y Alfonso María Fusco.
Tras el inicio de la Misa, el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, pidió al Santo Padre la inscripción de los siete beatos en el Catálogo de los Santos y leyó brevemente sus biografías.
A la ceremonia asistieron delegaciones de las autoridades civiles de los países de origen de los nuevos santos. Entre ellos el presidente de Argentina, Mauricio Macri; el ministro del Interior de España, Jorge Fernández Díaz; Ségolène Royal, ministra de Ecología de Francia; Maria Elena Boschi, ministra de las Reformas Constitucionales y Relaciones con el Parlamento de Italia; y Roberto Herrera Mena, director general adjunto de Asuntos Religiosos de la Presidencia de México.
Con el Papa concelebraron la Misa el Arzobispo de Caracas (Venezuela), Cardenal Jorge Urosa Savino; el Obispo de Zamora (México), Mons. Javier Navarro Rodríguez; el Obispo de Palencia (España), Mons. Manuel Herrero Fernández; el P. Ricardo Pinila Colantes, superior general de los Hijos de María Inmaculada; el Obispo de Nocera Inferiore-Sarno (Italia), Mons. Giuseppe Giudice; el Obispod e Cruz del Eje (Argentina), Mons. Santiago Olivera; y el Arzobispo de Digione (Francia), Mons. Roland Minnerat.
Poco después del pedido del Cardenal Amato y el canto de la Letanía de los Santos, con la fórmula de canonización el Papa proclamó santos a los siete beatos.
Tras la proclamación del Papa, se presentaron las reliquias de los siete nuevos santos, que fueron depositadas a los pies de la imagen de la Virgen María en el altar.
Las reliquias de San José Sánchez del Río, “Joselito”, fueron llevadas por Mauricio Kuri, joven actor que lo interpretó en la película “Cristiada” y por Jesús Eduardo Gálvez, joven de 15 años de Sahuayo, ciudad natal del santo mexicano. Ambos vestían como Joselito al momento de su muerte.
En el caso de San Salomón Leclercq, por haber sido enterrado en una fosa común durante la Revolución Francesa, no hay una reliquia de primer grado, de su cuerpo. La reliquia presentada esta mañana fue una carta que remitió a su familia, en la que hizo profesión de fe.
Colocadas todas las siete reliquias a los pies de la Virgen María, un diácono las incensó.
En su homilía, el Papa Francisco destacó que los nuevos santos “han alcanzado la meta, han adquirido un corazón generoso y fiel, gracias a la oración: han orado con todas las fuerzas, han luchado y han vencido”.
El Santo Padre alentó además a realizar “no una oración esporádica e inestable, sino hecha como Jesús enseña en el Evangelio de hoy: ‘Orar siempre sin desanimarse»’”.
“Este es el modo del obrar cristiano: estar firmes en la oración para permanecer firmes en la fe y en el testimonio”, dijo.
Francisco destacó que “los santos son hombres y mujeres que entran hasta el fondo del misterio de la oración. Hombres y mujeres que luchan con la oración, dejando al Espíritu Santo orar y luchar en ellos; luchan hasta el extremo, con todas sus fuerzas, y vencen, pero no solos: el Señor vence a través de ellos y con ellos”.
El Papa Francisco presidió este domingo en la Plaza de San Pedro la ceremonia de canonización de siete nuevos santos, entre ellos el Cura Brochero (Argentina), José Sánchez del Río (México) y Mons....
En el ofertorio, llevando una de las ofrendas, participaron Ximena Guadalupe Magallón Gálvez, su madre Paulina y su abuela, Rocío. La curación de Ximena, cuando era apenas un bebé, es el milagro que ha llevado a los altares a San José Sánchez del Río.
También llevaron ofrendas Víctor Osvaldo Flores, Sandra Elizabeth Violino y su hijo Nicolás Flores Violino, cuya milagrosa recuperación tras un accidente vehicular siendo apenas un bebé, llevó a la beatificación del Cura Brochero.
mártir de la Revolución Francesa Salomón Leclercq
José Sánchez del Río, mártir de la guerra cristera,
obispo español Manuel González García
Ludovico Pavoni
Alfonso María Fusco.
carmelita francesa Elisabeth de la Trinidad
José Gabriel del Rosario Brochero, el “Cura Brochero”.
EL EVANGELIO DE HOY LUNES 17 DE OCTUBRE DEL 2016
Vivir de cara a la eternidad
Lucas 12, 13-21. Lunes XXIX de tiempo ordinario, Ciclo C, Cuidado con la avaricia.
Por: H. Cristian Gutiérrez LC | Fuente: www.missionkits.org
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Te amo Señor porque eres mi Dios y mi Salvador. Confío en Ti porque nunca me has fallado y no puedes mentirme ni engañarme. Creo en Ti porque te has revelado a mí. Reconozco, Señor, mi miseria y mi pecado y por ello acudo a Ti. Te entrego todo lo que soy y lo que tengo. Gracias por tu presencia en mi vida. Gracias por los dones que siempre, día tras día me das. Te pido me concedas la gracia de conocerte y amarte un poco más, para así poderte imitar y transmitir a los demás.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 12, 13-21
En aquel tiempo, hallándose Jesús en medio de una multitud, un hombre le dijo: “Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia”. Pero Jesús le contestó: “Amigo, ¿quién me ha puesto como juez en la distribución de herencias?”.
Y dirigiéndose a la multitud, dijo: “Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea”.
Después les propuso esta parábola: “Un hombre rico obtuvo una gran cosecha y se puso a pensar: '¿Qué haré, porque no tengo ya en dónde almacenar la cosecha? Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes para guardar ahí mi cosecha y todo lo que tengo. Entonces podré decirme: Ya tienes bienes acumulados para muchos años; descansa, come, bebe y date a la buena vida'. Pero Dios le dijo: '¡Insensato! Esta misma noche vas a morir. ¿Para quién serán todos tus bienes?'. Lo mismo le pasa al que amontona riquezas para sí mismo y no se hace rico de lo que vale ante Dios”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
¡Qué buena lección me das hoy en este Evangelio! “La vida del hombre no depende de la abundancia de bienes que posea». El mundo actual a veces me presenta lo contrario a lo que me dices en este pasaje. Él a veces me define por la cantidad de dinero que poseo, la ropa que visto, las marcas de las cosas que uso, la clase social a la que pertenezco. Y Tú me dices que la vida del hombre va más allá.
Mi vida no depende de lo que tengo en mi bolsa o en mi cuenta bancaria, de la ropa que uso o el teléfono que dispongo. Mi vida depende de Ti, del amor con el que me amas y me mantienes en la existencia. Mi vida es el pensamiento constante de tu amor por mí. Hoy me enseñas que podría faltarme el dinero, el televisor, el celular, la moda, los viajes, etc…, y no por ello soy menos hombre. ¡Pero ay de mí sí me faltas Tú!
Al hombre no lo hace rico lo que posee materialmente. El hombre es rico en la medida en que te tiene a Ti.
Una segunda enseñanza está en la vida eterna. Tú me llamas a vivir para siempre. Por ello, todo en mi vida lo debo medir de cara a la eternidad. Disponer de las cosas que me das en la medida en la cual me ayudan a llegar a Ti y al cielo. Porque podría tener asegurado todo el adorno de mi vida… pero mi vida está en tus manos y depende de Ti mi existencia.
Ayúdame, Señor, a vivir mi vida de cara a la eternidad. Que no ponga mi confianza en los bienes materiales sino en Ti.
“Afrontar la vanidad cotidiana, el veneno del vacío que se insinúa en nuestras sociedades basadas en el beneficio y en el haber, que engañan a los jóvenes con el consumismo. El Evangelio nos llama la atención precisamente sobre lo absurdo de basar la propia felicidad en el haber […] La verdadera riqueza es el amor de Dios, compartido con los hermanos. Ese amor que viene de Dios y hace que lo compartamos y nos ayudamos entre nosotros. Quién experimenta esto no teme a la muerte, y recibe la paz del corazón”.
(Homilía de S.S. Francisco, 4 de agosto de 2013).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy rezaré un padrenuestro por los moribundos para que Dios les conceda su misericordia y salvación.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA, PRIMERO EN NOMBRAR CATÓLICA A LA IGLESIA, 17 DE OCTUBRE
Hoy 17 de octubre celebramos a San Ignacio de Antioquía, el primero en nombrar “Católica” a la Iglesia
(ACI).- "Donde está Jesucristo, allí está la Iglesia Católica", escribió San Ignacio de Antioquía, atribuyendo por primera vez el adjetivo de Católica (Universal) a la Iglesia. Su fiesta se celebra cada 17 de octubre.
San Ignacio llegó a ser el tercer Obispo de Antioquía (70 - 107 d.c.), en donde San Pedro fue el primero.
De camino a su martirio en Roma, San Ignacio iba animando a las iglesias de las diversas ciudades. Orientó siempre hacia la unión con Cristo, y se definió como "un hombre al que ha sido encomendada la tarea de la unidad".
En una carta a los cristianos de Trales dijo: “Amaos unos a otros con corazón indiviso. Mi espíritu se ofrece en sacrificio por vosotros, no sólo ahora, sino también cuando logre alcanzar a Dios... Quiera el Señor que en él os encontréis sin mancha”.
Murió devorado por las fieras. Es llamado “Padre Apostólico”, por haber sido discípulo de San Pablo y San Juan.
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San Ignacio de Antioquía
17 de Octubre
Nace entre años 30 al 35 AD, muere C 107AD. San Ignacio de Antioquía fue discípulo directo de San Pablo y San Juan. Segundo sucesor de Pedro en el gobierno de la Iglesia de Antioquía; El primero en llamar a la Iglesia "Católica". Sus escritos demuestran que la doctrina de la Iglesia Católica viene de Jesucristo por medio de los Apóstoles. Esta doctrina incluye: La Eucaristía; La jerarquía y la obediencia a los obispos; La presidencia de la iglesia de Roma; La virginidad de María y el don de la virginidad; El privilegio que es morir mártir de Cristo.
Condenado a morir devorado por las fieras, fue trasladado a Roma y allí recibió la corona de su glorioso martirio el año 107, en tiempos del emperador Trajano. En su viaje a Roma, escribió siete cartas, dirigidas a varias Iglesias, en las que trata sabia y eruditamente de Cristo, de la constitución de la Iglesia y de la vida cristiana.
Fuente: Corazones
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Fuego ardiente de amor
La palabra "Ignacio" viene de "ignis" (fuego). El corazón de San Ignacio era un fuego ardiente de amor por Cristo. Decía que Cristo está en el pecho de los cristianos.
De sobrenombre "Theophorus" (portador de Dios).
Fue ilustre testigo de Cristo por su palabra y por su martirio.
San Ignacio de Antioquía se le llama Padres Apostólico porque, habiendo nacido en Antioquía en el siglo I, fue discípulo de los Apóstoles San Pablo y San Juan.
San Ignacio de Antioquía fue el tercer obispo de Antioquía, Siria, siendo San Pedro y San Evodio los dos primeros. San Juan Crisóstomo escribe que San Ignacio fue consagrado obispo de manos de los Apóstoles Pedro y Pablo. Según Theodoret, Ignacio fue asignado obispo de Antioquía por San Pedro.
Antioquía era la tercera ciudad más importante del imperio, después de Roma y Alejandría. También era una de las iglesias más importantes e influyentes. Habían en Antioquía muchos cristianos de procedencia judía que huyeron de la destrucción de Jerusalén ocurrida en el 70 AD.
El Emperador Trajano al principio respetó a los cristianos, pero por gratitud a sus dioses tras su victoria sobre los dacios y escitas, comenzó a perseguir a quienes no los adoraban. Hay una relación legendaria sobre el arresto de San Ignacio y su entrevista personal con el emperador. Sin embargo, desde época muy remota nos llega el interrogatorio al que fue sometido:
-"¿Quién eres tú, espíritu malvado, que osas desobedecer mis órdenes e incitas a otros a su perdición?"
-"Nadie llama a Teóforo espíritu malvado", respondió el santo.
-"¿Quién es Teóforo?.
-"El que lleva a Cristo dentro de sí".
-"¿Quiere eso decir que nosotros no llevamos dentro a los dioses que nos ayudan contra nuestros enemigos?", preguntó el emperador.
-"Te equivocas cuando llamas dioses a los que no son sino diablos", replicó Ignacio. "Hay un solo Dios que hizo el cielo y la tierra y todas las cosas; y un solo Jesucristo, en cuyo reino deseo ardientemente ser admitido".
-"¿Te refieres al que fue crucificado bajo Poncio Pilato?".
-"Sí, a Aquél que con su muerte crucificó el pecado y a su autor, y que proclamó que toda malicia diabólica ha de ser hollada por quienes lo llevan en el corazón".
-"¿Entonces tú llevas a Cristo dentro de ti?
-"Sí, porque está escrito, viviré con ellos y caminaré con ellos".
Cuando lo mandaron a encadenar para llevarlo a morir en Roma, San Ignacio exclamó: "te doy gracias, Señor, por haberme permitido darte esta prueba de amor perfecto y por dejar que me encadenen por Tí, como tu apóstol Pablo".
Fuente: Corazones
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Itinerario hacia el martirio en Roma
(Tomado de las actas del martirio)
San Ignacio rezó por la Iglesia, la encomendó con lágrimas a Dios, y con gusto se sometió a los soldados para ser encadenado y llevado a Roma.
En Seleucia, puerto de mar, situado a unos veinticinco kilómetros de Antioquía, se embarcaron en un navío que fue costeando el Asia Menor. Algunos de sus fieles de Antioquía tomaron un camino más corto y llegaron a Roma antes que él y ahí le esperaron.
Durante la mayor parte del trayecto acompañaron a San Ignacio el diácono Filón y Agatopo, a quienes se considera autores de las actas de su martirio. Durante el viaje San Ignacio iba vigilado día y noche por diez soldados que, según el santo, eran como "diez leopardos". Añade "iba yo luchando con fieras salvajes por tierra y mar, de día y noche" y "cuando se las trataba bondadosamente, se enfurecían mas".
Las numerosas paradas, dieron al santo oportunidad de confirmar en la fe a las iglesias cercanas a la costa de Asia Menor. Dondequiera que el barco atracaba, los cristianos enviaban sus obispos y presbíteros a saludarlo, y grandes multitudes se reunían para recibir su bendición. Se designaron también delegaciones que lo escoltaron en el camino. En Esmirna tuvo la alegría de encontrar a su antiguo condiscípulo San Policarpo; al obispo Onésimo quien iba a la cabeza de una delegación de Efeso; al obispo Dámaso, con enviados de Magnesia, y el obispo Polibio de Tralles. Burrus, uno de los delegados, fue tan servicial con San Ignacio, que éste pidió a los efesios que le permitieran acompañarlo.
Desde Esmirna, el santo escribió cuatro cartas. Los guardias se apresuraron a salir de Esmirna para llegar a Roma antes de que terminaran los juegos, pues las víctimas ilustres y de venerable aspecto, eran la gran atracción en el anfiteatro. El mismo Ignacio, secundó sus prisas. Enseguida se embarcaron para Troade, donde se enteraron de que la paz se había restablecido en la Iglesia de Antioquía. En Troade Ignacio escribió tres cartas más. Una a los fieles de Filadelfia.
De Troade navegaron hasta Nápoles de Macedonia. Después fueron a Filipos y habiendo cruzado Macedonia y el Epiro a pie, se volvieron a embarcar en Epidamno (el actual Durazzo en Albania).
Según las Actas, al aproximarse el santo a Roma, los fieles salieron a recibirlo y se regocijaron al verlo, pero lamentaron el tener que perderlo tan pronto. Como él lo había previsto, deseaban tomar medidas para liberarlo, pero les rogó que no le impidieran llegar al Señor. Entonces, arrodillándose con sus hermanos, rogó por la Iglesia, por el fin de la persecución y por la caridad y concordia entre los fieles. Según la misma leyenda, Ignacio llegó a Roma el 20 de diciembre, último día de los juegos públicos, y fue conducido ante el prefecto de la ciudad, a quien se le entregó la carta del emperador. Después de los trámites acostumbrados, se le llevó apresuradamente al anfiteatro flaviano. Ahí le soltaron dos fieros leones, que inmediatamente lo devoraron, y sólo dejaron los huesos más grandes. Así fue escuchada su oración. No hay seguridad sobre los detalles de la narración pero sí del hecho de su martirio, ocurrido en el año noveno del emperador Trajano.
Parecería para muchos espectadores que San Ignacio era tan solo uno mas que moría en aquellos juegos diseñados para saciar la morbosidad de las turbas. Sin embargo el era el gran vencedor en un reino mucho más sublime y duradero que el de los emperadores romanos.
Dejadme que sea entregado a las fieras, puesto que por ellas puedo llegar a Dios. Soy el trigo de Dios, y soy molido por las dentelladas de las fieras, para que pueda ser hallado pan puro. Antes, atraed a las fieras, para que puedan ser mi sepulcro, y que no deje parte alguna de mi cuerpo detrás, y así, cuando pase a dormir, no seré una carga para nadie. Entonces seré un verdadero discípulo de Jesucristo. (Epístolas de San Ignacio a los Romanos)
Fuente: Corazones
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Restos del santo son llevados a Antioquía
Los restos del mártir, fueron llevados a Antioquía donde para ser venerados, al principio de un modo que no llamara la atención "en un cementerio fuera de la puerta de Dafnis". Esto lo refiere San Jerónimo, escribiendo en 392, y sabernos que él había visitado Antioquía.
El panegírico de San Ignacio, hecho por San Juan Crisóstomo cuando éste era presbítero de Antioquía, fue pronunciado posiblemente el 17 de octubre. Según el antiguo martirologio sirio la fiesta del mártir se celebraba en esas regiones en ese día.
San Juan hace resaltar el hecho de que el suelo de Roma había sido empapado con la sangre de la víctima, pero que Antioquía atesoraba para siempre sus reliquias. "Ustedes lo prestaron por una temporada", dijo al pueblo "y lo recibieron con intereses. Lo enviaron siendo obispo, y lo recobraron mártir. Lo despidieron con oraciones y lo trajeron a su tierra con laureles de victoria''.
Una leyenda identifica a Ignacio con el niño que Nuestro Señor tomó en sus brazos y que le sirvió para dar una lección sobre la humildad (Cf. Marcos 9,36).
San Vicente Beaurais afirmaba que su sobrenombre "Theophoros" (Portador de Dios) se debía a que, después de muerto le abrieron el corazón y encontraron en él escritas en letras de oro el nombre de Jesús.
Fuente: Corazones
SANTORAL DE HOY LUNES 17 DE OCTUBRE DEL 2016
Tarsila Cordoba Belda, Beata
Mártir española, 17 Octubre
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Ricardo Gwyn, Santo
Mártir Inglés, 17 Octubre
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Raimondo Stefano Bou Pascual, Beato
Sacerdote y Mártir español, 17 de Octubre
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Pedro Casani, Beato
Sacerdote Escolapio, 17 Octubre
|
Isidoro Gagelin, Santo
Mártir, 17 Octubre
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Fidel Fuidio Rodriguez, Beato
Mártir Marianista, 17 Octubre
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Contardo Ferrini, Beato
Jurista, 17 Octubre
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Juan de Licópolis, Santo
Ermitaño, Octubre 17
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Ignacio de Antioquía, Santo
Obispo y Mártir, 17 de octubre
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