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viernes, 31 de enero de 2025

SAN JUAN BOSCO, 31 DE ENERO



Juan Bosco, Santo

Memoria Litúrgica, 31 de enero

Por: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net




Presbítero y Fundador

Martirologio Romano: Memoria de san Juan Bosco, presbítero, el cual, después de una niñez áspera, fue ordenado sacerdote y en la ciudad de Turín, en Italia, se dedicó con todas sus fuerzas a la formación de adolescentes. Fundó la Sociedad Salesiana y, con la ayuda de santa María Dominica Mazzarello, el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, para enseñar oficios a la juventud e instruirles en la vida cristiana. Lleno de virtudes y méritos, voló al cielo en este día en la ciudad de Turín, en Italia (1888).


Fecha de canonización: 1 de abril de 1934 por el Papa Pío XI.


Breve Biografía

San Juan Bosco nació el 16 de agosto de 1815 en Castelnuovo de Asti, y recibió de su madre Margarita Occhiena una sólida educación cristiana y humana. Dotado de inteligencia, memoria, voluntad y agilidad física no comunes, desde niño fue seguido por sus coetáneos, a quienes organizaba juegos que interrumpía al toque de las campanas para llevarlos a la iglesia. Fue ordenado sacerdote en Turín en 1841, y allí comenzó su actividad pastoral con San José Cafasso.

Su programa, o mejor, su pasión era la educación de los jóvenes, los más pobres y abandonados. Reunió un grupito que llevaba a jugar, a rezar y a menudo a comer con él. La incómoda y rumorosa compañía de Don Bosco (así se lo llamaba y se lo llama familiarmente) tenía que estar cambiando de lugar continuamente hasta que por fin encontró un lugar fijo bajo el cobertizo Pinardi, que fue la primera célula del Oratorio. Con la ayuda de mamá Margarita, sin medios materiales y entre la persistente hostilidad de muchos, Don Bosco dio vida al Oratorio de San Francisco de Sales: era el lugar de encuentro dominical de los jóvenes que quisieran pasar un día de sana alegría, una pensión con escuelas de arte y oficios para los jóvenes trabajadores, y escuelas regulares para los estudios humanísticos, según una pedagogía que sería conocida en todo el mundo como “método preventivo” y basada en la religión, la razón y el amor. “La práctica del método preventivo se base toda en las palabras de San Pablo que dice: La caridad es benigna y paciente; sufre todo, pero espera todo y aguanta todo”.

Para asegurar la continuidad de su obra, San Juan Bosco fundó la Pía Sociedad de San Francisco de Sales (los Salesianos) y Hijas de María Auxiliadora (las Salesianas). Fue un fecundísimo escritor popular, fundó escuelas tipográficas, revistas y editoriales para el incremento de la prensa católica, la “buena prensa”. Aunque ajeno a las luchas políticas, prestó su servicio como intermediario entre la Santa Sede, el gobierno italiano y la casa Saboya.

Fue un santo risueño y amable, se sentía “sacerdote en la casa del pobre; sacerdote en el palacio del Rey y de los Ministros”. Buen polemista contra la secta de los Valdeses, según la mentalidad del tiempo, nunca se avergonzó de sus amistades con los protestantes y los hebreos de buena voluntad: “Condenamos los errores, escribió en el “Católico”, pero respetamos siempre a las personas”. San Juan Bosco murió el 31 de enero de 1888 y fue canonizado por Pío XI en 1934.  

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 31 DE ENERO DE 2025 - SAN JUAN BOSCO

 


 

Viernes 3 del tiempo ordinario

Viernes 31 de enero de 2025



1ª Lectura (Heb 10,32-39): Hermanos: Recordad aquellos días primeros, en los que, recién iluminados, soportasteis múltiples combates y sufrimientos: unos, expuestos públicamente a oprobios y malos tratos; otros, solidarios de los que eran tratados así. Compartisteis el sufrimiento de los encarcelados, aceptasteis con alegría que os confiscaran los bienes, sabiendo que teníais bienes mejores y permanentes.


No renunciéis, pues, a vuestra valentía, que tendrá una gran recompensa. Os hace falta paciencia para cumplir la voluntad de Dios y alcanzar la promesa. «Un poquito de tiempo todavía y el que viene llegará sin retraso; mi justo vivirá por la fe, pero si se arredra le retiraré mi favor». Pero nosotros no somos gente que se arredra para su perdición, sino hombres de fe para salvar el alma.



Salmo responsorial: 36

R/. El Señor es quien salva a los justos.

Confía en el Señor y haz el bien: habitarás tu tierra y reposarás en ella en fidelidad; sea el Señor tu delicia, y él te dará lo que pide tu corazón.


Encomienda tu camino al Señor, confía en él, y él actuará: hará tu justicia como el amanecer, tu derecho como el mediodía.


El Señor asegura los pasos del hombre, se complace en sus caminos; si tropieza, no caerá, porque el Señor lo tiene de la mano.


El Señor es quien salva a los justos, él es su alcázar en el peligro; el Señor los protege y los libra, los libra de los malvados y los salva porque se acogen a él.

Versículo antes del Evangelio (Cf. Mt 11,25): Aleluya. Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. Aleluya.

Texto del Evangelio (Mc 4,26-34): En aquel tiempo, Jesús decía a la gente: «El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo. La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga. Y cuando el fruto lo admite, en seguida se le mete la hoz, porque ha llegado la siega».

Decía también: «¿Con qué compararemos el Reino de Dios o con qué parábola lo expondremos? Es como un grano de mostaza que, cuando se siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la tierra; pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas y echa ramas tan grandes que las aves del cielo anidan a su sombra». Y les anunciaba la Palabra con muchas parábolas como éstas, según podían entenderle; no les hablaba sin parábolas; pero a sus propios discípulos se lo explicaba todo en privado.


«El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano (...y) la tierra da el fruto por sí misma»

Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells

(Salt, Girona, España)


Hoy Jesús habla a la gente de una experiencia muy cercana a sus vidas: «Un hombre echa el grano en la tierra (...); el grano brota y crece (...). La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga» (Mc 4,26-28). Con estas palabras se refiere al Reino de Dios, que consiste en «la santidad y la gracia, la Verdad y la Vida, la justicia, el amor y la paz» (Prefacio de la Solemnidad de Cristo Rey), que Jesucristo nos ha venido a traer. Este Reino ha de ser una realidad, en primer lugar, dentro de cada uno de nosotros; después en nuestro mundo.


En el alma de cada cristiano, Jesús ha sembrado —por el Bautismo— la gracia, la santidad, la Verdad... Hemos de hacer crecer esta semilla para que fructifique en multitud de buenas obras: de servicio y caridad, de amabilidad y generosidad, de sacrificio para cumplir bien nuestro deber de cada instante y para hacer felices a los que nos rodean, de oración constante, de perdón y comprensión, de esfuerzo por conseguir crecer en virtudes, de alegría...


Así, este Reino de Dios —que comienza dentro de cada uno— se extenderá a nuestra familia, a nuestro pueblo, a nuestra sociedad, a nuestro mundo. Porque quien vive así, «¿qué hace sino preparar el camino del Señor (...), a fin de que penetre en él la fuerza de la gracia, que le ilumine la luz de la verdad, que haga rectos los caminos que conducen a Dios?» (San Gregorio Magno).


La semilla comienza pequeña, como «un grano de mostaza que, cuando se siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la tierra; pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas» (Mc 4,31-32). Pero la fuerza de Dios se difunde y crece con un vigor sorprendente. Como en los primeros tiempos del cristianismo, Jesús nos pide hoy que difundamos su Reino por todo el mundo.




Texto del Evangelio (Mt 18,1-5): En una ocasión se acercaron a Jesús los discípulos y le dijeron: «¿Quién es, pues, el mayor en el Reino de los Cielos?». Él llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: «Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe».



«Si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos»

P. Julio César RAMOS González SDB

(Mendoza, Argentina)



Hoy celebramos la memoria de san Juan Bosco (1815-1888), presbítero y fundador de la Sociedad de San Francisco de Sales (Salesianos de Don Bosco).


Las palabras de Jesús nos abren la puerta a una antigua y, a la vez, nueva visión de lo que es ser «mayor en el Reino de los Cielos» (Mt 18,1); visión que nosotros, hoy, debemos recuperar desde el Evangelio, y convertirnos. «Si no cambiáis y os hacéis como niños», es decir, si no nos convertimos de la visión de este mundo de supremacía del poder, de imposición violenta, de abuso de autoridad, «no entraréis en el Reino de los Cielos» (Mt 18,3). Por tanto, el que se haga "pequeño", esto es humilde, sencillo, pobre, necesitado «ése es el mayor en el Reino de los Cielos» (Mt 18,4).


San Juan Bosco a los nueve años recibe en un sueño su vocación. Allí, Juanito encontrándose en medio de una violenta gresca infantil, recibe la llamada de Jesús por su nombre y le dice: «Juan, no con golpes, sino con bondad y mansedumbre lograrás ganarte a estos...». Y, ¡vaya si aprendió de tal forma en su vida este método del amor!, que invitaba a sus seguidores -luego como experimentado educador- a «tratar de amar lo que aman los jóvenes, para que luego, ellos amen lo que tú amas», es decir, abájate para poder elevar, acércate para poder asumir, hazte pequeño, para hacer que ellos logren ser grandes.


Pidamos hoy día al Señor que nos guíe, como lo hizo con san Juan Bosco, a seguir su camino de amor paciente y anonadamiento redentor, para salvar a la humanidad, especialmente a la juventud, «la porción más delicada y valiosa de la sociedad humana», como diría el santo educador.


5 CURIOSIDADES SOBRE SAN JUAN BOSCO

 




 

HOY CELEBRAMOS A SAN JUAN BOSCO - 31 DE ENERO - IMÁGENES DE SAN JUAN BOSCO

 







 



lunes, 31 de enero de 2022

HOY CELEBRAMOS A SAN JUAN BOSCO, PADRE Y MAESTRO DE LA JUVENTUD, 31 DE ENERO

 



San Juan Bosco, padre y maestro de juventud, no se encerró en la sacristía, destaca Papa

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa

 Don Bosco. Foto: Dominio público





Con ocasión de la memoria litúrgica de San Juan Bosco que la Iglesia Católica celebra cada 31 de enero, el Papa Francisco señaló que “no se encerró en la sacristía, sino que salió a la calle a buscar a los jóvenes, con esa creatividad que le caracterizó”.

El Santo Padre destacó el ejemplo de pastoral juvenil que caracterizó al fundador de los Salesianos con un mensaje a través de su cuenta oficial de Twitter @Pontifex_es

En el día de su canonización, el entonces Papa Pío XI resaltó que don Bosco fue “apóstol de la juventud, completamente entregado a la gloria de Dios y a la salvación de las almas”.

Además, al finalizar el rezo del Ángelus dominical el 30 de enero, el Santo Padre saludó a los salesianos y salesianas y les agradeció por “tanto bien que hacen en la Iglesia”.

El Papa relató que siguió por televisión la Misa que el Rector Mayor, P. Ángel Fernández Artime, presidió el domingo en el Santuario de María Auxiliadora [en Turín] y añadió “recé con él por todos”.

“Pensemos en este gran Santo, padre y maestro de la juventud. No se encerró en la sacristía, no se encerró en sus cosas. Salió a la calle para buscar a los jóvenes, con esa creatividad que lo caracterizó. ¡Muchas felicidades a todos los salesianos y a las salesianas!”, afirmó el Papa ante los numerosos fieles reunidos en la Plaza San Pedro del Vaticano.

San Juan Bosco, conocido como don Bosco, murió el 31 de enero de 1880, tras una vida entregada a la educación y formación de los jóvenes. 

IMÁGENES DE SAN JUAN BOSCO, 31 DE ENERO

















 

domingo, 31 de enero de 2021

ORACIÓN A SAN JUAN BOSCO PARA PEDIR UNA GRACIA ESPECIAL

 


Oración a San Juan Bosco para pedir una gracia especial


Oh Don Bosco Santo, cuando estabais en esta tierra no había nadie que acudiendo a Vos, no fuera, por Vos mismo, benignamente recibido, consolado y ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder vuestro gran corazón en amor hacia los necesitados! Ved, pues, mis presentes necesidades y ayudadme obteniéndome del Señor (pídase la gracia).

También Vos habéis experimentado durante la vida las privaciones, las enfermedades, las contradicciones, la incertidumbre del porvenir, las ingratitudes, las afrentas, las calumnias, las persecuciones y sabéis qué cosa es sufrir.

Ea, pues, oh Don Bosco Santo, volved hacia mí vuestra bondadosa mirada y obtenedme del Señor cuánto pido, si es ventajoso para mí alma; o si no, obtenedme alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una santa muerte. Así sea.

HOY CELEBRAMOS A SAN JUAN BOSCO, PADRE Y MAESTRO DE LA JUVENTUD, 31 DE ENERO

 



 Juan Bosco, Santo

Memoria Litúrgica, 31 de enero

Por: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net



Presbítero y Fundador

Martirologio Romano: Memoria de san Juan Bosco, presbítero, el cual, después de una niñez áspera, fue ordenado sacerdote y en la ciudad de Turín, en Italia, se dedicó con todas sus fuerzas a la formación de adolescentes. Fundó la Sociedad Salesiana y, con la ayuda de santa María Dominica Mazzarello, el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, para enseñar oficios a la juventud e instruirles en la vida cristiana. Lleno de virtudes y méritos, voló al cielo en este día en la ciudad de Turín, en Italia (1888).

Fecha de canonización: 1 de abril de 1934 por el Papa Pío XI.


Breve Biografía

San Juan Bosco nació el 16 de agosto de 1815 en Castelnuovo de Asti, y recibió de su madre Margarita Occhiena una sólida educación cristiana y humana. Dotado de inteligencia, memoria, voluntad y agilidad física no comunes, desde niño fue seguido por sus coetáneos, a quienes organizaba juegos que interrumpía al toque de las campanas para llevarlos a la iglesia. Fue ordenado sacerdote en Turín en 1841, y allí comenzó su actividad pastoral con San José Cafasso.

Su programa, o mejor, su pasión era la educación de los jóvenes, los más pobres y abandonados. Reunió un grupito que llevaba a jugar, a rezar y a menudo a comer con él. La incómoda y rumorosa compañía de Don Bosco (así se lo llamaba y se lo llama familiarmente) tenía que estar cambiando de lugar continuamente hasta que por fin encontró un lugar fijo bajo el cobertizo Pinardi, que fue la primera célula del Oratorio. Con la ayuda de mamá Margarita, sin medios materiales y entre la persistente hostilidad de muchos, Don Bosco dio vida al Oratorio de San Francisco de Sales: era el lugar de encuentro dominical de los jóvenes que quisieran pasar un día de sana alegría, una pensión con escuelas de arte y oficios para los jóvenes trabajadores, y escuelas regulares para los estudios humanísticos, según una pedagogía que sería conocida en todo el mundo como “método preventivo” y basada en la religión, la razón y el amor. “La práctica del método preventivo se base toda en las palabras de San Pablo que dice: La caridad es benigna y paciente; sufre todo, pero espera todo y aguanta todo”.

Para asegurar la continuidad de su obra, San Juan Bosco fundó la Pía Sociedad de San Francisco de Sales (los Salesianos) y Hijas de María Auxiliadora (las Salesianas). Fue un fecundísimo escritor popular, fundó escuelas tipográficas, revistas y editoriales para el incremento de la prensa católica, la “buena prensa”. Aunque ajeno a las luchas políticas, prestó su servicio como intermediario entre la Santa Sede, el gobierno italiano y la casa Saboya.

Fue un santo risueño y amable, se sentía “sacerdote en la casa del pobre; sacerdote en el palacio del Rey y de los Ministros”. Buen polemista contra la secta de los Valdeses, según la mentalidad del tiempo, nunca se avergonzó de sus amistades con los protestantes y los hebreos de buena voluntad: “Condenamos los errores, escribió en el “Católico”, pero respetamos siempre a las personas”. San Juan Bosco murió el 31 de enero de 1888 y fue canonizado por Pío XI en 1934.

viernes, 21 de agosto de 2020

HALLAN CARTA ESCRITA POR DON BOSCO DE HACE 135 AÑOS


Hallan carta escrita por Don Bosco de hace 135 años y este es su contenido
Redacción ACI Prensa




La Inspectoría Salesiana del noreste de Brasil (BRE) informó que entre documentos y fotografías del Archivo Inspectorial provincial en la ciudad de Recife, se encontró el original de una carta manuscrita de Don Bosco de hace 135 años, cuyo contenido se ha decidido revelar.

La Agencia Info Salesiana (ANS), órgano de comunicación periodística de la congregación, informó el jueves 20 de agosto que se había “encontrado un documento realmente precioso”, una “misiva fechada 30 de septiembre de 1885” que se encuentra “guardada en una teca [NdR: píxide litúrgico]”.

Asimismo, se reveló que se trata de una carta presente en las Memorias Biográficas de San Juan Bosco del Volumen XVII, Cap. XXII, pg. 622.

“Esta reliquia se añade a otras extraordinarias que nuestra Inspectoría conserva con particular cariño, como el cáliz y la patena usada por Don Bosco, símbolos de la fuente primaria de toda su actividad educativa; una estola sacerdotal, símbolo de su vocación y santidad vivida hasta el último respiro a favor de los jóvenes; y ahora la carta que revela el empeño misionero de su obra que por la Divina Providencia nos ha llegado”, sostuvo la Inspectoría salesiana.

Aquí el texto completo escrito por Don Bosco:


Queridísimo P. Giordano,

Con gran placer los compañeros y yo hemos recibido tus cartas, y las hemos leído en estos ejercicios espirituales. Estos escritos serán siempre gratos cuando los envíes. Tendrás seguramente no pocas dificultades al iniciar una misión tan extensa como la de San Pablo, ¿no es verdad?

Tú tienes por lo tanto que ocuparte para buscar compañeros y encontrar vocaciones. Me aseguran que estas son muy raras; por lo tanto si logras descubrir alguna, deberás hacer cualquier esfuerzo y cualquier gasto pecuniario que nos sea posible para lograrlo.

Aquí nosotros tenemos muchos, sin embargo, si pudieras enviarnos algunos cientos sería un placer, y nosotros intentaremos instruirlos y enviártelos nuevamente, de manera que puedan ayudarte en las misiones hasta el Mato Grosso.

En los próximos ejercicios o en otras ocasiones en las que podrás hablar a nuestros hermanos, les dirás que yo estoy informado que la mies es mucha y el número de operarios escaso, pero nosotros rezaremos y la ayuda de Dios no nos faltará para proveernos de todos aquellos que sean necesarios.

Estoy aquí en S. Benigno con 160 novicios que hacen sus ejercicios para emitir los votos. Los predicadores son el padre Francesia y el padre Lemoyne, que diversas veces me han hablado de ti y de tus compañeros.

Es el mismo número que la tanda anterior, si bien los ahora inscritos iniciarán la próxima semana su año regular de noviciado.


Adiós, mi siempre querido P. Giordano, sé cuidadoso con la santidad. El Señor te bendiga, bendiga a aquellos hermanos nuestros que trabajan duro y ganan muchas almas para el cielo. Saludos a todos de parte mía y les dirás a ellos que cada día en la Santa Misa rezo a Jesús y María para que nos ayuden a ganar muchas almas y a ser todos un día feliz en el tiempo y en la bienaventurada eternidad, Amén.

Todos nuestros hermanos te saludan y rezan por ti. Ustedes recen sin cesar por los suyos.

S. Benigno, 30 septiembre 1885.

Con cariño tu amigo en Jesucristo

P. GIOV. BOSCO.

viernes, 31 de enero de 2020

HOY ES LA FIESTA DE SAN JUAN BOSCO, 31 DE ENERO


San Juan Bosco
Debemos acostumbrarnos a vivir siempre en la presencia de Dios, puesto que Él está presente en todo.


Por: Pedro García, Misionero Claretiano |




Un Santo tan popular, tan universalmente venerado, tan querido de todos. Un hombre tan grande, con una idea fija: ¡Señor, dame almas!... Almas, almas, sobre todo de niños y de jóvenes, para llevarlas a ti.

Al hablar de San Juan Bosco hay que empezar por su madre, la famosa mamá Margarita, porque la madre dejó impresa en Juan una huella indeleble, de mucha trascendencia en su vida y en su misión educadora. Margarita forma a su hijo en el temor santo de Dios, y le dice con gravedad:

- Dios nos ve; Dios está en todas partes; Dios es nuestro Padre, nuestro Redentor y nuestro Juez, que de todo nos tomará cuenta, que castigará a los que desobedecen sus leyes y mandatos, y premiará con largueza infinita a los que le aman y obedecen. Debemos acostumbrarnos a vivir siempre en la presencia de Dios, puesto que Él está presente en todo.

Esto dice una madre cristiana, tan amorosa pero tan seria, que sabe poner un fundamento indestructible. Juan aprende bien la lección, y ese temor de Dios será la base de su sistema educativo.

Pronto descubre el niño Juan, a sólo nueve años de edad, lo que va a ser su vida.

Tiene una visión extraordinaria. Contempla en una pradera a muchos niños que gesticulan, blasfeman, roban y se entregan a toda suerte de fechorías. Entonces él, Juan Bosco, se tira en medio de ellos, y empieza a repartir golpes y bastonazos furiosos... Hasta que le detiene el Señor, que se le aparece y le amonesta:

- ¡No; así no se hace! Ponte en medio de ellos, y enséñales lo feo que es el pecado y lo bella que es la vida cristiana.

Aparece también la Señora, que le muestra una manada de animales extraños y feroces, cambiados después en corderos juguetones y que balan amorosos, mientras la Señora le dice:

- ¡Mira lo que te espera! Hazte bien humilde, fuerte, bueno, y verás lo que vas a hacer.
Juan se echa a llorar. Pero sigue la Señora:
- Llegará un tiempo en que lo comprenderás todo.

Y desapareció la visión. En ella está encerrada la misión que le espera a Juan Bosco: Jesucristo y la Virgen le encomiendan la salvación de los niños y los jóvenes. En vez de ser unos maleantes y unos perdidos en la sociedad, como los animales aquellos, serán ciudadanos dignos y unos cristianos ejemplares, como corderitos mansos.

Ya sacerdote, Juan Bosco está en la sacristía y ve cómo el sacristán golpea sin compasión a un muchacho de quince años porque no sabe ayudar a Misa. Juan Bosco se enternece.

- Ven, muchacho. Vamos a rezar.
- Yo no sé rezar, Padre.
- No tengas miedo, ya lo harás conmigo.
Se arrodillan los dos, y rezan a la Virgen. Don Bosco le encarga:
- Vente aquí el domingo por la tarde.

Y allí que se presenta el chico con otros compañeros. ¡Nacía entonces en Turín la obra de los Ora-torios festivos, y con ella toda la obra inmensa de Don Bosco! Los Salesianos, las Hijas de María Auxiliadora... Y por doquier, oratorios, escuelas, templos de fuerte espiritualidad...

Nos hemos acostumbrado a pensar en un Don Bosco que pasa la vida riendo y haciendo reír. Pero hay que adentrarse en aquella alma de santo troquelada en la pobreza, el abandono y la comprensión de los principios del Oratorio, que era emigrante hasta que se asentó de manera estable. Los chicos le vieron por primera vez llorar. Y su madre, la clásica mamá Margarita, mujer santa de veras, aunque vivía feliz en el seno del hogar con su hijo José y sus nietecitos, abandona decidida todo para vivir en plenitud la pobreza y las angustias de su hijo Juan, el sacerdote de quien está tan orgullosa. La madre de Don Bosco es también la madre también de cientos y de miles de muchachos del Oratorio bendito.

¿Dónde está el secreto de Don Bosco? Está en su Sistema Preventivo, que se ha hecho famoso.
Al niño, al joven, hay que darle Religión, Temor santo de Dios, Sacramentos, Oración. Para cuando el demonio venga, llegará tarde.

Después, meter grandes convicciones en el niño y en el joven, para que actúen siempre con sentido de responsabilidad, por sí mismos, y no por miedo.

Y, finalmente, tratarlos con mucho amor. La familiaridad con ellos, les llevará al amor. El amor, les inspirará confianza. Con la confianza en el educador, se tiene todo ganado.

Así lo hacía Don Bosco. Su mejor alumno, Domingo Savio, que con sus quince años está en los altares, dirá: -Nosotros aquí hacemos consistir la santidad en mucha alegría.

En 1887, poco antes de morir, Don Bosco llega a Roma para inaugurar la Basílica del Sagrado Corazón, hasta quince veces interrumpe la Misa con el llanto. ¿Por qué llora?... Le han venido a la mente las palabras de la Virgen en aquella visión: -A su tiempo lo entenderás todo. Así es. Tantos niños y jóvenes como se hubieran perdido, son en sus oratorios y escuelas una gloria de la sociedad y de la Iglesia. ¡Miles y miles de jóvenes en camino de salvación!... Su sed de almas está saciada...

Don Bosco, San Juan Bosco, es uno de los hombres más providenciales suscitados por Dios en la Iglesia de nuestros días.


jueves, 31 de enero de 2019

7 FRASES Y CANCIONES QUE TE AYUDARÁN A SER FELIZ COMO DON BOSCO


7 frases y canciones que te ayudarán a ser feliz como Don Bosco
Redacción ACI Prensa





Don Bosco vivió en plenitud la alegría de ser cristiano y supo transmitirla durante toda su vida. Incluso cuando tenía problemas se veía todavía más alegre, todo esto como resultado de su plena confianza en la Divina Providencia y María Auxiliadora.

A continuación, siete frases del santo que pueden ayudar a alcanzar la felicidad. Junto a ellas presentamos también siete canciones que jóvenes del mundo entero han hecho al también llamado "padre y maestro de la juventud".

1.- “Alegría, estudio y piedad: es el mejor programa para hacerte feliz y que más beneficiará tu alma”.

2.-  “Si quieres una vida alegre y tranquila, procura estar siempre en gracia de Dios”.

3.- “¿Queréis estar siempre satisfechos y risueños? Es la obediencia la que nos lleva a esa alegría”.

4.- “Con la comunión frecuente os haréis muy queridos a Dios y a los hombres, y María Santísima os concederá la gracia de recibir los Santos Sacramentos al fin de la vida”.

5.- “Ser bueno no consiste en no cometer ninguna falta, sino en saber enmendarse”.

6.- “Para trabajar con éxito, téngase caridad en el corazón y paciencia en la ejecución”.

7.- “Haced lo que podáis, Dios hará lo que nosotros no podemos hacer. Confiad siempre en Jesús Sacramentado y María Auxiliadora y veréis lo que son milagros”.

HOY CELEBRAMOS A SAN JUAN BOSCO, 31 DE ENERO


Hoy celebramos a San Juan Bosco, padre y maestro de la juventud
Redacción ACI Prensa



¡Feliz Fiesta de San Juan Bosco! ¡Viva Don Bosco!



“Uno solo es mi deseo: que sean felices en el tiempo y en la eternidad”, dejó escrito a sus jóvenes el gran San Juan Bosco, fundador de la Familia Salesiana y declarado “padre y maestro de la juventud” por San Juan Pablo II.

Don Bosco nació un 16 de agosto de 1815 en I Becchi, Castelnuovo, Piemonte (Italia). A sus dos años murió su padre y su mamá, la “Sierva de Dios” Margarita Occhiena, siendo analfabeta y pobre, se encargó de sacar adelante a sus hijos.

A los nueve años Juanito tuvo un sueño profético en el que vio una multitud de chiquillos que se peleaban y blasfemaban. Él trató de hacerlos callar con los puños, pero se apareció Jesús y le dijo que debía ganarse a los muchachos con la mansedumbre y la caridad. Asimismo, Cristo le mostró a la que sería su maestra: la Virgen María.


Luego, la Madre de Dios le indicó que mirara donde estaban los muchachos y Juan vio a muchos animales que después se transformaron en mansos corderos. Al final, la Virgen le dijo estas memorables palabras: “A su tiempo lo comprenderás todo”.

Poco a poco fue creciendo en Juan un gran interés por  los estudios, así como su deseo de ser sacerdote para aconsejar a los pequeños. No obstante, para lograrlo, muchas veces tuvo que abandonar su casa y trabajar en diferentes oficios que, en el futuro, él enseñaría a sus muchachos para que se  ganen un sustento.

Ingresó al seminario de Chieri y conoció a San José Cafasso, quien le mostró las prisiones y los barrios bajos donde había jóvenes necesitados. Recibió el orden sacerdotal en 1841 y buscando prevenir que los muchachos se pierdan en malos pasos, entonces inició el oratorio salesiano que desde  sus inicios reunió a cientos de jóvenes.


 Al principio esta obra no tenía lugar fijo hasta que logra establecerse en el barrio periférico de Valdocco. En una ocasión cayó gravemente enfermo, pero al recuperarse Don Bosco prometió dar hasta su último aliento por los jóvenes.

San Juan Bosco se entregó de lleno a consolidar y extender su obra. Brindó alojamiento a chicos abandonados, ofreció talleres de aprendizaje y, siendo un sacerdote pobre, construyó una iglesia en honor a San Francisco de Sales, el santo de la amabilidad.

En 1859 fundó a los Salesianos con un grupo de jóvenes y más adelante cofunda las Hijas de María Auxiliadora con Santa María Mazzarello. Luego también dio  inicio a los Salesianos Cooperadores. Además, sólo con donaciones, construyó la Basílica de María Auxiliadora de Turín y la Basílica del Sagrado Corazón en Roma.

San Juan Bosco partió a la Casa del Padre un 31 de enero de 1888, día que la Iglesia celebra su fiesta, y después de haber hecho vida aquella frase que le dijo a su alumno Santo Domingo Savio: “Aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres”.



Oración a San Juan Bosco para pedir una gracia especial


Oh Don Bosco Santo, cuando estabais en esta tierra no había nadie que acudiendo a Vos, no fuera, por Vos mismo, benignamente recibido, consolado y ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder vuestro gran corazón en amor hacia los necesitados! Ved, pues, mis presentes necesidades y ayudadme obteniéndome del Señor (pídase la gracia).

También Vos habéis experimentado durante la vida las privaciones, las enfermedades, las contradicciones, la incertidumbre del porvenir, las ingratitudes, las afrentas, las calumnias, las persecuciones y sabéis qué cosa es sufrir.


Ea, pues, oh Don Bosco Santo, volved hacia mí vuestra bondadosa mirada y obtenedme del Señor cuánto pido, si es ventajoso para mí alma; o si no, obtenedme alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una santa muerte. Así sea.
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