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jueves, 29 de diciembre de 2016

SANTO TOMÁS BECKET DE CANTERBURY, MÁRTIR INGLÉS, 29 DICIEMBRE


Hoy 29 de diciembre se celebra a Santo Tomás Becket de Canterbury, mártir inglés


 (ACI).- "Muero voluntariamente por el nombre de Jesús y en defensa de la Iglesia", dijo Santo Tomás Becket de Canterbury antes de morir como mártir y fiel a la Iglesia por oponerse a las intenciones del rey de Inglaterra de controlar a la Iglesia local. Su fiesta es cada 29 de diciembre.

Santo Tomás nació en Londres, Inglaterra, en 1118 y en una familia trabajadora. Fue educado por los monjes de la abadía de Merton en Surrey y llegó a estudiar en la Universidad de París. Cuando murió su padre cayó en aprietos económicos y se convirtió en empleado de la corte del Arzobispo Theobald de Canterbury. Se ganó la confianza del Obispo y llegó a viajar con él por Francia, Roma y otros lugares. Del mismo modo se hizo amigo del rey.


En 1154 fue ordenado Diácono y sirvió como negociador de los asuntos de la Iglesia con la corona. Luego, a sugerencia del Arzobispo Theobald, llegó a ser canciller de Inglaterra y administró la ley con sabiduría e imparcialidad. Posteriormente, lo ordenaron sacerdote y al día siguiente recibió la consagración episcopal.

Como Arzobispo se entregó por completo al servicio de Dios, desarrollando un profundo amor por la Eucaristía. Al negarse a los intereses de Enrique II, que deseaba que la Iglesia en Inglaterra estuviera sujeta al poder del rey, optó por el exilio en Francia.


El rey de Francia persuadió al rey inglés Enrique II a ir donde Tomás para hacer las paces. Tras volver a su patria, las discusiones comenzaron otra vez. El rey Enrique escuchó, desde Normandía, que el Papa había excomulgado a los Obispos recalcitrantes por usurpar los derechos del Obispo de Canterbury y que Santo Tomás se mantendría firme hasta que los Prelados prometieran obediencia al Sumo Pontífice.

El rey se encolerizó y dijo: "¿No hay nadie que me libre de este sacerdote turbulento?". Cuatro caballeros lo escucharon y decidieron tomar el asunto en sus manos.

El 29 de diciembre de 1170, los caballeros con una tropa de soldados se aparecieron a las afueras de la Catedral de Canterbury exigiendo ver al Arzobispo. Los presbíteros intentaron proteger al Santo y lo forzaron a refugiarse en la Iglesia, pero Tomás les prohibió bajo obediencia cerrar la puerta diciendo que "una iglesia no debe convertirse en un castillo".

En la penumbra de la Iglesia, los caballeros reclamaban al Arzobispo como traidor. "Aquí estoy", dijo Tomás, "No traidor, sino un sacerdote de Dios. Me extraña que con tal atuendo entren en la iglesia de Dios. ¿Qué quieren conmigo?"

Un caballero levantó la espada para atacarle, pero uno que andaba con Santo Tomás lo protegió con el brazo. Los cuatro caballeros arremetieron juntos y asesinaron al Arzobispo en los peldaños del santuario.


Mientras moría, Santo Tomás repetía los nombres de sus predecesores asesinados antes que él: “San Denis, San Elphege de Canterbury”. Según un testigo, sus últimas palabras fueron: "Muero voluntariamente por el nombre de Jesús y en defensa de la Iglesia".

El crimen causó indignación y el rey Enrique fue forzado a hacer penitencia pública y construir el monasterio en Witham, Somerset.

400 años después, cuando el rey Enrique Octavo rompió la unidad de la Iglesia, Santo Tomás Becket fue sacado del calendario de los santos de Inglaterra, su santuario fue arrasado y las reliquias terminaron quemadas (algunos dicen que se transfirieron a Stoneyhurst).

Asimismo, este otro rey también llamado Enrique (VIII) mandó matar a otro gran mártir inglés conocido como Santo Tomás Moro.

martes, 29 de diciembre de 2015

SANTO TOMÁS BECKET, OBISPO Y MÁRTIR, 29 DE DICIEMBRE


Tomás Becket, Santo
Obispo y mártir, 29 de diciembre


Por: P. Ángel Amo. | Fuente: Catholic.net 




Obispo y mártir

Martirologio Romano: Santo Tomas Becket, obispo y mártir, que por defender la justicia y la Iglesia fue obligado a desterrarse de la sede Canterbury y de la misma Inglaterra, volviendo al cabo de seis años a su patria, donde padeció mucho hasta que fue asesinado en la catedral por los esbirros del rey Enrique II, emigrando a Cristo (1170).

Etimología: Tomás = gemelo, mellizo; viene del arameo.

Breve Biografía
Una de las más adivinadas elecciones del gran soberano inglés, Enrique II, fue la de su canciller en la persona de Tomás Becket. Había nacido en Londres en 1118 de padre normando, y fue ordenado archidiácono y colaborador del arzobispo de Cantorbery, Teobaldo. Como canciller del reino, Tomás se sentía perfectamente a sus anchas: tenía ambición, audacia, belleza y un destacado gusto por la magnificencia. Cuando era necesario sabía ser valiente, sobre todo cuando se trataba de defender los buenos derechos de su príncipe, de quien era íntimo amigo y compañero en los momentos de descanso y de diversión.

El arzobispo Teobaldo murió en 1161, y Enrique II, gracias al privilegio que le había concedido el Papa, pudo elegir a Tomás como sucesor para la sede primada de Cantorbery. Nadie, y mucho menos el rey, se imaginaba que un personaje tan “mencionado” se iba a transformar inmediatamente en un gran defensor de los derechos de la Iglesia y en un celoso pastor de almas. Pero Tomás le había advertido a su rey: “Señor, si Dios permite que yo sea arzobispo de Cantorbery, perderé la amistad de Vuestra Majestad”.

Ordenado sacerdote el 3 de junio de 1162 y consagrado obispo al día siguiente, Tomás Becket no tardó en enemistarse con el soberano. Las “Constituciones” de 1164 habían restablecido ciertos derechos abusivos del rey caídos en desuso. Por eso Tomás Becket no quiso reconocer las nuevas leyes y escapó a las iras del rey huyendo a Francia, en donde pasó seis años de destierro, llevando una vida ascética en un monasterio cisterciense.

Restablecida con el rey una paz formal, gracias a los consejos de moderación del Papa Alejandro III, con quien se encontró, Tomás pudo regresar a Cantorbery y fue recibido triunfalmente por los fieles, a quienes él saludó con estas palabras: “He regresado para morir entre ustedes”. Como primer acto desautorizó a los obispos que habían hecho pactos con el rey, aceptando las “Constituciones”, y esta vez el rey perdió la paciencia y se dejó escapar esta frase imprudente: “¿Quién me quitará de entre los pies a este cura intrigante?”.

Hubo quien se encargó de eso. Cuatro caballeros armados salieron para Cantorbery. Se le avisó al arzobispo, pero él permaneció en su puesto: “El miedo a la muerte no puede hacernos perder de vista la justicia”. Recibió a los sicarios del rey en la catedral, revestido con los ornamentos sagrados. Se dejó apuñalar sin oponer resistencia, murmurando: “Acepto la muerte por el nombre de Jesús y por la Iglesia”. Era el 23 de diciembre de 1170. Tres años después el Papa Alejandro III lo inscribió en la lista de los santos.

lunes, 29 de diciembre de 2014

SANTO TOMÁS BECKET, OBISPO Y MÁRTIR, 29 DE DICIEMBRE


Tomás Becket, Santo

Tomás Becket, Santo

Obispo y mártir, 29 de diciembre 



Por: P. Ángel Amo. | Fuente: Catholic.net




Obispo y mártir


Martirologio Romano: Santo Tomas Becket, obispo y mártir, que por defender la justicia y la Iglesia fue obligado a desterrarse de la sede Canterbury y de la misma Inglaterra, volviendo al cabo de seis años a su patria, donde padeció mucho hasta que fue asesinado en la catedral por los esbirros del rey Enrique II, emigrando a Cristo (1170).

Etimología: Tomás = gemelo, mellizo; viene del arameo.

Una de las más adivinadas elecciones del gran soberano inglés, Enrique II, fue la de su canciller en la persona de Tomás Becket. Había nacido en Londres en 1118 de padre normando, y fue ordenado archidiácono y colaborador del arzobispo de Cantorbery, Teobaldo. Como canciller del reino, Tomás se sentía perfectamente a sus anchas: tenía ambición, audacia, belleza y un destacado gusto por la magnificencia. Cuando era necesario sabía ser valiente, sobre todo cuando se trataba de defender los buenos derechos de su príncipe, de quien era íntimo amigo y compañero en los momentos de descanso y de diversión.

El arzobispo Teobaldo murió en 1161, y Enrique II, gracias al privilegio que le había concedido el Papa, pudo elegir a Tomás como sucesor para la sede primada de Cantorbery. Nadie, y mucho menos el rey, se imaginaba que un personaje tan “mencionado” se iba a transformar inmediatamente en un gran defensor de los derechos de la Iglesia y en un celoso pastor de almas. Pero Tomás le había advertido a su rey: “Señor, si Dios permite que yo sea arzobispo de Cantorbery, perderé la amistad de Vuestra Majestad”.

Ordenado sacerdote el 3 de junio de 1162 y consagrado obispo al día siguiente, Tomás Becket no tardó en enemistarse con el soberano. Las “Constituciones” de 1164 habían restablecido ciertos derechos abusivos del rey caídos en desuso. Por eso Tomás Becket no quiso reconocer las nuevas leyes y escapó a las iras del rey huyendo a Francia, en donde pasó seis años de destierro, llevando una vida ascética en un monasterio cisterciense.

Restablecida con el rey una paz formal, gracias a los consejos de moderación del Papa Alejandro III, con quien se encontró, Tomás pudo regresar a Cantorbery y fue recibido triunfalmente por los fieles, a quienes él saludó con estas palabras: “He regresado para morir entre ustedes”. Como primer acto desautorizó a los obispos que habían hecho pactos con el rey, aceptando las “Constituciones”, y esta vez el rey perdió la paciencia y se dejó escapar esta frase imprudente: “¿Quién me quitará de entre los pies a este cura intrigante?”.

Hubo quien se encargó de eso. Cuatro caballeros armados salieron para Cantorbery. Se le avisó al arzobispo, pero él permaneció en su puesto: “El miedo a la muerte no puede hacernos perder de vista la justicia”. Recibió a los sicarios del rey en la catedral, revestido con los ornamentos sagrados. Se dejó apuñalar sin oponer resistencia, murmurando: “Acepto la muerte por el nombre de Jesús y por la Iglesia”. Era el 23 de diciembre de 1170. Tres años después el Papa Alejandro III lo inscribió en la lista de los santos.
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