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domingo, 16 de mayo de 2021

REVELAN CONTENIDO DE CARTA QUE ESCRIBIÓ JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ HACE MÁS DE 100 AÑOS



 Revelan contenido de carta que escribió José Gregorio Hernández hace más de 100 años

POR DIEGO LÓPEZ MARINA | ACI Prensa

 Crédito: Conferencia Episcopal Venezolana



El Cardenal Baltazar Porras, Administrador Apostólico de Caracas (Venezuela), reveló parte del contenido de una carta manuscrita por el Beato José Gregorio Hernández hace 109 años y que iba dirigida al entonces Obispo de Mérida, Mons. Antonio Ramón Silva.

El Purpurado venezolano, actualmente Arzobispo de Mérida, señaló el 14 de mayo que la carta del “médico de los pobres”, con fecha del 20 de marzo de 1912, reposa actualmente entre los papeles del Archivo Arquidiocesano de Mérida.

En la misiva, José Gregorio Hernández le indica a Mons. Silva: “Le escribo con el objeto de presentarle los Elementos de Filosofía que acabo de publicar”.

“Yo desearía que Monseñor que es tan amante de la juventud estudiosa y tan profundo conocedor de la Filosofía, leyera esta pequeña obra, me hiciera las indicaciones de lo que en ella hay que corregir para una nueva impresión que habrá que hacerse pronto, y si la juzga digna de ella me le diera su aprobación episcopal”, continuó el beato.

El Cardenal Baltazar Porras cree que es muy probable que, en alguno de los viajes de Mons. Silva a Caracas, “tuviera noticias del ilustre médico y haber entablado cordial relación como le intuye de la carta”.

El Purpurado lamentó que el entonces Obispo de Mérida no dejó copia de las cartas o telegramas que enviaba.

“Es probable que en alguno de los repositorios de recuerdos familiares pueda aparecer el juicio del ilustre prelado sobre el ensayo filosófico del médico. Se colige que José Gregorio tenía conocimiento de la relación con la Universidad de los Andes del obispo merideño”, explicó el Cardenal Baltazar Porras.

Al final de la misiva, José Gregorio Hernández agradece  las santísimas bondades que Monseñor ha tenido para conmigo”.

“Le envío doscientos bolívares para que Monseñor los emplee en sus obras católicas de la amada diócesis”, continuó el hoy beato, en señal de agradecimiento y desprendimiento.

Finalmente, en la carta le pide a Dios que conserve “la preciosa salud” de Mons. Silva y se despide como “su afectísimo amigo y humilde hijo en N.S.J.”, estampando a continuación su firma.

El Cardenal Baltazar Porras recordó que “esta joya está siendo expuesta en la exposición que el Archivo y Museo Arquidiocesano de Mérida ha abierto al público en homenaje al nuevo beato, en el que se pone a la disposición del público tallas, pinturas, libros y correspondencia de la época, y algunas piezas recientes del arte y literatura con ocasión de la beatificación”.

“Es propicia la ocasión para estimular a quienes puedan tener recuerdos u objetos diversos relacionados con el santo andino que merecen ser expuestas al gran público”, fue el pedido del Purpurado.

Asimismo, también aprovechó para felicitar “al personal de nuestra Curia Arzobispal, en sus dos joyas de evangelización de la cultura, archivo y museo, por esta muestra, a la que seguirán otras por la variedad y abundancia de objetos que se convierten en reliquias de inestimable valor para todo el que se asoma a la grandeza de este hombre que unió varios amores: a la familia, a la tierra chica y al país entero, a los enfermos a través de la docencia y la atención a los más necesitados, aderezada con la fe que recibió desde el hogar y la multiplicó con creces a lo largo de toda su vida, extendiéndose ahora, a dimensiones mucho mayores”.

domingo, 2 de mayo de 2021

PAPA SUGIERE IMITAR EJEMPLO DEL BEATO JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ PARA CUIDAR A QUIENES SUFREN



Papa sugiere imitar ejemplo del Beato José Gregorio Hernández para cuidar a quienes sufren

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa


Papa Francisco. Foto: Vatican Media / Beatificación José Gregorio Hernández. Crédito: CEV



El Papa Francisco invitó a imitar la vida del nuevo Beato venezolano José Gregorio Hernández, conocido como “el médico de los pobres”, para que “su ejemplo nos ayude a cuidar a los que sufren en cuerpo y espíritu”.

Después de reflexionar en el pasaje del Evangelio dominical y de dirigir el rezo del Regina Coeli este 2 de mayo, el Santo Padre recordó que el viernes pasado fue beatificado el fiel laico José Gregorio Hernández Cisneros en Caracas, Venezuela.

“Fue un médico lleno de ciencia y de fe: supo reconocer en los enfermos el rostro de Cristo y, como el Buen Samaritano, los ayudaba con caridad evangélica”, destacó el Papa.

En esta línea, el Pontífice pidió “un aplauso para el nuevo Beato” y deseó que “su ejemplo nos ayude a cuidar a los que sufren en cuerpo y espíritu”.

La Misa con el rito de beatificación se llevó a cabo en la mañana del 30 de abril en la capilla del Colegio La Salle, localizado en la zona de la ciudad donde el Beato realizó gran parte de su labor, y fue presidida por el Nuncio Apostólico en Venezuela, Mons. Aldo Giordano y concelebrada por el Administrador Apostólico de Caracas, Cardenal Baltazar Porras y el Arzobispo Emérito de Caracas, Cardenal Jorge Urosa.

Debido a la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19, la ceremonia contó con un aforo máximo de 150 personas, incluido el clero.

Antes de la beatificación, el Papa Francisco envió un video al pueblo venezolano en el que afirmó que el acontecimiento eclesial es “una bendición especial de Dios” que invita a revivir Venezuela a través de la solidaridad y reconciliación.

En este sentido, el Santo Padre indicó que “la beatificación del doctor Hernández es una bendición especial de Dios para Venezuela, y nos invita a la conversión hacia una mayor solidaridad de unos con otros, para producir entre todos la respuesta del bien común tan necesitada para que el país reviva, renazca después de la pandemia, con espíritu de reconciliación”.

Además, en el video mensaje el Papa alentó a seguir el admirable ejemplo del Beato venezolano “de servicio desinteresado a los demás”.

“Creo sinceramente que este momento de unidad nacional, en torno a la figura del médico del pueblo, supone una hora singular para Venezuela, y exige que ustedes vayan más allá, que den pasos concretos en favor de la unidad, sin dejarse vencer por el desaliento”, afirmó entonces.


Breves datos biográficos

José Gregorio Hernández nació el 26 de octubre de 1864 en el pequeño pueblo campesino de Isnotú, estado Trujillo (Venezuela). Su madre falleció cuando él tenía solo ocho años.

Estudió medicina en Caracas y tuvo tanto éxito que el presidente venezolano lo envió a estudiar microscopía, histología normal, patología y fisiología experimental en París (Francia).

Al volver fue profesor en la Universidad Central de Caracas. Después de llevar a su familia a la capital, quiso ser monje de clausura en Italia, para dedicarse solo a Dios.

En 1908 entró a la Cartuja de Farneta con el nombre de hermano Marcelo. Sin embargo, algunos meses después se enfermó y su superior le ordenó volver a Venezuela para recuperarse.

Llegó a Caracas en abril de 1909 y ese mismo mes recibe permiso para ingresar en el Seminario Santa Rosa de Lima, pero siguió anhelando la vida monástica. Volvió a Roma luego de tres años, hizo algunos cursos de Teología en el Colegio Pío Latinoamericano, pero una vez más enfermó y tuvo que volver a Venezuela.

Comprendió que Dios lo quería laico y ya no intentó volver a la vida religiosa. Decide convertirse en un católico ejemplar siendo médico, sirviendo al Señor en los enfermos.


Dedicaba dos horas diarias a servir a los pobres.

Un día, mientras cruzaba la calle para comprar medicinas para una anciana muy pobre, fue atropellado y llevado a un hospital donde un sacerdote pudo impartirle la Unción de los Enfermos, antes de morir el 29 de junio de 1919.


Caracas se conmovió y muchos decían: “Ha muerto un santo”. Fueron tantos los que asistieron a su velorio que las autoridades tuvieron que intervenir para organizar a la multitud que quería despedirse de él. 

viernes, 19 de junio de 2020

DR. JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ CISNEROS, NUEVO BEATO, EL MÉDICO DE LOS POBRES


Beato Dr. José Gregorio Hernández Cisneros
"El Médico de los pobres"
 de Venezuela entre nuevos beatos


En su audiencia con el Cardenal Angelo Becciu el Papa autorizó los decretos que darán a la Iglesia cuatro beatos que representan el continente sudamericano y Europa, con su anhelo de servicio a los pobres, la nación y los jóvenes.



Los Decretos promulgados hoy por la Congregación para las Causas de los Santos con la autorización del Papa Francisco, llevarán a la beatificación a tres Venerables Siervos de Dios que vivieron en el siglo XIX, por el reconocimiento de un milagro atribuido a su intercesión.

Doctor y laico de Venezuela
La Iglesia de Venezuela, de Latinoamérica y del mundo se alegra por la próxima beatificación de uno de sus hijos más célebres. Se trata del laico venezolano, José Gregorio Hernández Cisneros, nacido el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, en el estado andino de Trujillo, y fallecido en 1919 en Caracas tras un accidente de coche a la edad de 54 años. José fue el primero de seis hermanos. Se graduó en medicina en Caracas y profundizó sus estudios en París, Berlín, Madrid, Nueva York. Se convirtió en profesor universitario y científico: fue uno de los primeros en introducir el microscopio en el país y fundó la cátedra de bacteriología en la universidad de la capital venezolana. Una fe viva lo acompañaba siempre: para él la medicina era una misión, sobre todo para los más necesitados. A menudo compraba medicinas para sus pacientes y en lugar de pedirles dinero por la consulta, se la daba. De hecho, en su Venezuela natal es conocido como el "médico de los pobres".

José Gregorio tenía una fuerte vocación religiosa: en un principio quería ser monje y se fue a Italia en 1908, donde entró en la comunidad de Certosa di Farneta, en la provincia de Lucca. Sin embargo, tuvo que volver a casa por razones de salud. Lo intentó de nuevo algunos años más tarde, comenzando los estudios teológicos en el Colegio Pío Latinoamericano en Roma, pero se enfermó nuevamente. Así, comprendió que Dios lo estaba llamando a la vida laical, y se convirtió en Terciario Franciscano, de modo que, como san Francisco de Asís, reconoció el rostro de Jesús en cada enfermo. Trató a los pacientes con valentía durante la epidemia de fiebre española. El 29 de junio de 1919, mientras iba a la farmacia a comprar medicinas para una anciana, fue atropellado por un coche y llevado al hospital donde recibió la Unción de los Enfermos. Murió diciendo estas palabras: "¡Oh, Virgen Santa!".

Un obispo con sentido social
El argentino Mamerto Esquiú perteneció a la Orden de los Frailes Menores y fue nombrado obispo de Córdoba tres años antes de su muerte en 1880. Había nacido el 11 de mayo de 1826 en San José de Piedra Blanca y falleció el 10 de enero de 1883 en La Posta de El Suncho. Los testimonios sobre él son unánimes en destacar su compromiso con la armonía social y la unidad del pueblo argentino durante los difíciles años de la guerra que llevó a la constitución del país moderno en pleno siglo XIX. El milagro reconocido por su intercesión se refiere a la curación, científicamente inexplicable, de una niña que padecía osteomielitis.

El gozo de la santidad
También será beatificado el alemán Francisco María de la Cruz, nacido Juan Bautista Jordán, sacerdote fundador de la Sociedad del Divino Salvador y de la Congregación de las Hermanas del Divino Salvador. Nacido en una familia pobre el 16 de junio de 1848 en Gurtweil, en la Selva Negra, Juan Bautista trabajó durante mucho tiempo como pintor y decorador para ayudar a su familia económicamente y sólo gracias a la generosidad de benefactores pudo realizar sus votos religiosos. Durante sus años de estudio y luego durante un viaje a Tierra Santa, desarrolló una idea muy antigua de fundar una organización que uniera a los católicos de todos los niveles para defender y propagar la fe. Esta misión lo llevó a la India, a distintas partes de Europa y a América, hasta su muerte el 8 de septiembre de 1918 en Suiza.

Entre los decretos promulgados está otro relativo al reconocimiento del martirio de la Sierva de Dios María Laura Mainetti. Esta religiosa italiana, nacida en Colico en la provincia de Lecco el 20 de agosto de 1939, profesa por la Congregación de las Hijas de la Cruz, Hermanas de San Andrés, fue asesinada por odio a la fe por tres jóvenes, en un ritual satánico, en Chiavenna el 6 de junio de 2000. Ahora será proclamada Beata. Fue la décima hija de una pareja de Valtellina y quedó tempranamente huérfana de madre. Teresina interpretó como el plan de Dios para su vida las palabras de un sacerdote durante una confesión, que la llevaron a desear una "vida toda entregada en el amor". Así, en 1957 comunicó a su familia que quería ser monja y se dedicó a la educación, la formación y la asistencia espiritual y material de niños y adolescentes. Y precisamente para ayudar a una chica que la había llamado por teléfono y le había dicho que había quedado embarazada después de una violación, salió del convento sola la noche del 6 de junio de 2000. Fue un engaño que la llevó a la muerte, pero no sin antes haber pronunciado palabras de perdón para sus tres jóvenes verdugos.

Otro decreto también ha reconocido las virtudes heroicas de quien ahora podrá ser llamada Venerable Sierva de Dios Gloria María de Jesús Elizondo García, nacida Esperanza, Superiora General de la Congregación de los Misioneros Catequistas de los Pobres. Nació en Durango, México, el 26 de agosto de 1908 y murió en Monterrey.
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