La misericordia es sin duda, la esperanza del mundo y la mayor de todas las gracias que un alma pueda recibir. Santa Faustina Kolwalska tuvo el privilegio de ver la misericordia de Jesús, abrazándola con su luz. Dos rayos de su costado, uno rojo (su sangre) y otro celeste (el agua), para nuestra purificación y perdón.
Desde 1931, santa Faustina, recibió una serie de mensajes de Jesús sobre la devoción a la Divina Misericordia y que luego escribió en un diario de más de 600 páginas para revelarlo a un mundo necesitado del amor de Dios.
Beneficio XVI dijo en una ocasión, "Es un mensaje realmente central para nuestro tiempo: la misericordia como la fuerza de Dios, como el límite divino contra el mal del mundo".
Está claro que el mundo aún no ha entendido que vivimos al filo de la vida y que de un momento a otro estaremos frente a lo verdaderamente trascendental.