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sábado, 12 de agosto de 2017
5 COSAS QUE DEBES SABER SOBRE SANTA CLARA DE ASÍS
5 cosas que debes saber sobre Santa Clara de Asís
Crédito: Enciclopedia Católica
(ACI).- Este 11 de agosto, en el marco de la fiesta de la confundadora de las Hermanas Clarisas pobres y primera abadesa de San Damián, Santa Clara de Asís, te presentamos 5 cosas que todo católico debe saber sobre la vida de esta gran santa.
1. Es patrona de la televisión y las telecomunicaciones
A finales de los años 50, estaba claro que la televisión se estaba convirtiendo en una de las formas de comunicación más importantes en la sociedad moderna.
Por ello, el Papa Pío XII quiso ofrecer la bendición y protección de la Iglesia para esta nueva tecnología. Así, en 1958 publicó la Carta Apostólica proclamando a Santa Clara Patrona de la Televisión.
En esta se proclama que la Iglesia apoya la innovación tecnológica, el avance y recomienda el uso de la tecnología moderna para la proclamación del Evangelio. Reconoce que la televisión es capaz tanto del bien como del mal, por lo que quiere que tenga un santo patrono para la protección espiritual.
El Santo Padre eligió a Santa Clara de Asís (del siglo XIII) por el siguiente motivo: Cuenta la historia de que en una Navidad, Santa Clara estaba enferma y no podía salir de su cama para asistir a la Misa.
Sin embargo, milagrosamente, Dios le dio una visión de la Eucaristía en su convento en tiempo real, algo parecido a una “televisión espiritual”.
2. Fue gran amiga de San Francisco de Asís
En la Audiencia General del 15 de septiembre de 2010, el Papa Benedicto XVI afirmó que “para Clara, sobre todo al principio de su experiencia religiosa, Francisco de Asís no solo fue un maestro cuyas enseñanzas seguir, sino también un amigo fraterno”.
Cuando Clara tenía 18 años, San Francisco acudió a la iglesia de San Giorgio de Asís para predicar durante la Cuaresma. Clara, después de escucharlo, sintió en su interior una llama que encendió su corazón y pronto le hizo suplicar a San Francisco que la ayudara a vivir también “según el modo del Santo Evangelio”.
San Francisco, que enseguida reconoció en Clara una de esas almas escogidas destinadas por Dios para grandes cosas, prometió ayudarla y se convirtió en su guía espiritual.
En 1212, Clara huyó de su casa y se encaminó a la Porciúncula (Italia), donde entró a formar parte de la Orden de los Hermanos Menores. Clara prometió obedecer a San Francisco en todo. Tiempo más tarde ella y sus seguidoras se trasladaron al convento de San Damián, donde la santa permaneció 41 años hasta el día de su muerte.
Ese mismo año, Santa Clara y San Francisco de Asís fundaron la segunda orden franciscana o de hermanas clarisas.
3. Es la primera y única mujer en escribir una regla de vida religiosa para mujeres
Benedicto XVI indicó que “Clara fue la primera mujer en la historia de la Iglesia que compuso una Regla escrita, sometida a la aprobación del Papa, para que el carisma de Francisco de Asís se conservara en todas las comunidades femeninas que ya se iban fundando en gran número en su tiempo y que deseaban inspirarse en el ejemplo de Francisco y de Clara”.
Su decisión de escribir una regla fue una desviación radical de las normas religiosas de su tiempo. Solo después de insistir, el Papa Inocencio IV lo aprobó dos días antes de la muerte de Clara, el 11 de agosto de 1253.
4. Hizo sorprendentes milagros con panes
Cierto día, tenían un solo pan para 50 hermanas clarisas. Santa Clara lo bendijo y rezando todas juntas el Padre Nuestro, multiplicó el pan y lo repartió a sus hermanas.
Luego envió la otra mitad a los hermanos menores. Ante esto, dijo: "Aquel que multiplica el pan en la Eucaristía, el gran misterio de fe, ¿acaso le faltará poder para abastecer de pan a sus esposas pobres?"
En otra ocasión, en una de las visitas del Papa Inocencio III al convento, Santa Clara hizo preparar las mesas y poner el pan en ellas para que el Santo Padre bendijera.
El Pontífice pidió a la santa que fuera ella quien lo hiciera, a lo que Clara se opuso rotundamente.
El Papa la instó a que hiciera la señal de la cruz sobre los panes y los bendijera en el nombre de Dios. Santa Clara, como verdadera hija de obediencia, bendijo muy devotamente aquellos panes con la señal de la cruz, y al instante apareció en todos los panes marcada la señal de la cruz.
5. Padeció enfermedad por muchos años
Santa Clara estuvo enferma 27 años en el convento de San Damián, soportando todos los sufrimientos de su enfermedad. En su lecho bordaba, hacía costuras y oraba sin cesar.
El Papa la visitó dos veces y exclamó: “Ojalá yo tuviera tan poquita necesidad de ser perdonado como la que tiene esta santa monjita”.
Cardenales y obispos iban a visitarla y a pedirle sus consejos.
San Francisco ya había muerto pero tres de los discípulos preferidos del santo, Fray Junípero, Fray Angel y Fray León, le leyeron a Clara la Pasión de Jesús mientras agonizaba.
La santa repetía: “Desde que me dediqué a pensar y meditar en la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, ya los dolores y sufrimientos no me desaniman sino que me consuelan”.
BEATO INOCENCIO XI, PAPA, 12 DE AGOSTO
Inocencio XI, Beato
Inocencio XI, Beato
CCXL Papa, 12 de agosto
CCXL Papa
Martirologio Romano: En Roma, beato Inocencio XI, papa, que gobernó sabiamente la Iglesia, pese a estar aquejado de fuertes dolores y pesares (1689).
Nació el 16 de mayo de 1611 y lo llamaron Benedetto Giulio Odescalchi, era hijo de Livio Odescalchi, patricio de la ciudad de Como, y de su esposa Paola Castelli, de una familia de comerciantes de Bérgamo. Su padre murió pronto, pero tres tíos y un hermano suyo fundaron una floreciente banca en Génova que contaba con sucursales en Milán, Venecia, Roma, Nápoles, Núremberg y Cracovia. Este negocio dio una gran prosperidad a la familia. Otro hermano suyo, Giulio Maria, fue monje benedictino y más tarde obispo de Novara (1656-1667).
Hizo sus primeros estudios con los jesuitas de Como. A los quince años realizó el aprendizaje de la profesión de banquero en la sede de la banca familiar en la ciudad de Génova. Estudió en la universidad La Sapienza de Roma y en la de Nápoles, doctorándose en ésta última en derechos civil y canónico (1639).
No constan las circunstancias de su ordenación sacerdotal. En 1640 el papa Urbano VIII lo nombra protonotario apostólico participantium, y dos años después referendario de los tribunales de la Signatura Apostólica de Gracia y de Justicia. El papa Inocencio X le designó clérigo de la Cámara Apostólica y más tarde presidente de la misma, comisario de Ancona, gobernador de Macerata, comisario financiero de la región de la Marca de Roma y gobernador del Piceno.
En 1645 el papa Inocencio X lo nombró cardenal diácono de S. Cosma e Damiano. Dos años después fue designado prefecto del tribunal de la Signatura Apostólica de Gracia y en 1658 legado en la ciudad y territorio de Ferrara, cuando en estos lugares se padecía una severa hambruna. El papa lo presentó como el "padre de los pobres".
En 1650 Odescalchi es consagrado obispo de Novara, posición en la cual gastó todas las ganancias de su sede para ayudar a los pobres y enfermos en la diócesis. Con el permiso del papa renunció al cargo en 1656 Ya en Roma fue consultor de diversas congregaciones y en 1659 cambió su diaconía cardenalicia por el título de S. Onofrio. El año siguiente fue nombrado camarlengo del Sacro Colegio Cardenalicio.
Particicpó en los cónclaves de 1655, 1667 y 1669-1670, siendo vetada en este último su candidatura al papado por parte de Jean-François Paul de Gondi, cardenal de Retz con el título de S. Maria sopra Minerva, en nombre de Luis XIV, rey de Francia. También participó en el de 1676, en el cual fue elegido papa.
La fuerte oposición del rey de Francia Luis XIV tuvo que ceder esta vez a la voluntad de los cardenales y del pueblo romano. Dio precisas instrucciones a los cardenales franceses pretendía nuevamente utilizar su influencia real en contra de la elección de Odescalchi. Pero en vez de esto, viendo que los cardenales y el pueblo romano deseaba a Odescalchi como su papa, tuvo que instruir expresamente a los cardenales franceses (el citado Gondi de Retz; Emmanuel Théodose de la Tour d´Auvergne de Bouillon, del título de S. Lorenzo in Panisperna y Gran Limosnero de Francia; César d´Estrées, del títlo de SS. Trinità al Monte Pincio y Obispo de Laon, y Pierre de Bonzi, del título de S. Onofrio y arzobispo de Toulouse) a no interponerse en su elección. El 21 de septiembre de 1676 y después de cincuenta días de cónclave Odescalchi fue elegido papa. El 4 de octubre siguiente fue coronado en la Patriarcal Basílica Vaticana por el cardenal Francesco Maidalchini, protodiácono de S. Maria in Via Lata.
Reforma de la Administración Vaticana
Tras su ascenso, Inocencio XI movió todos sus esfuerzos hacia reducir los gastos de la Curia. Pasó órdenes estrictas en contra del nepotismo entre los cardenales. Vivió muy austeramente y exhortó a los cardenales a que hicieran lo mismo. De esta manera no solo cuadró el déficit anual, que al momento de su ascensión sumaba los 170.000 escudos, sino que también al cabo de pocos años el ingreso papal superaba los gastos. No perdió en tiempo en declarar y prácticamente manifestarse como un reformador y como un corrector de los abusos administrativos. Comenzando con el clero, buscaba levantar a los laicos a un nivel moral de mayor altura. En 1679 condenó 65 proposiciones, tomadas de los escritos de Escobar, Francisco Suárez, y el mismo estilo, como "propositiones laxorum moralistarum" y prohibió a cualquiera a enseñarlas bajo la penalidad de excomunión.
Personalmente no era un enemigo de Miguel de Molinos, pero aún así cedió a la enorme presión que cayó sobre el para confirmar en 1687 el juicio de los inquisidores, por el cual 68 proposiciones molinistas fueron condenadas como blasfemias y herejías.
Relaciones con Francia
Todo el pontificado de Inocencio XI estuvo marcado por un forcejeo continuo con Luis XIV. Todos los esfuerzos de Inocencio XI para inducir al Rey Sol a respetar los derechos de la Iglesia fueron inútiles. En 1682 Luis XIV convocó una asamblea del Clero Francés la cual adoptó los cuatro artículos que fueron conocidos como las Libertades Galicanas. Inocencio anuló los cuatro artículos el 11 de abril de 1682, y rehusó su aprobación a todos los futuros candidatos episcopales que formaron parte de la asamblea.
Para apaciguar al papa, Luis XIV comenzó a actuar en favor del catolicismo. En 1685 Luis revocó el Edicto de Nantes e inauguró una cruel persecución de los protestantes. Inocencio XI expresó su disgusto por estas medidas drásticas y continuó demorando su aprobación de los candidatos episcopales. Irritó más al rey ese mismo año al abolir el derecho de asilo, bajo la cual los embajadores en Roma podían proteger en sus embajadas a cualquier criminal buscado por las cortes papales de justicia. Inocencio XI notificó al embajador francés, el Marqués de Lavardin, que no sería reconocido como Embajador en Roma a menos que renunciara a este derecho, pero Luis XIV no quería renunciar al mismo. A la cabeza de una fuerza armada de 800 hombres, Lavardin entró en Roma en noviembre de 1687, y tomó la posesión a fuerza de su palacio. Inocencio XI lo trató como un excomulgado y puso un interdicto a la iglesia de San Luis en donde atendía servicio (24 de diciembre de 1687).
La tensión entre el papa y el rey de Francia aumentó más cuando el papa procedió a llenar la vacante en la sede del arzobispado de Colonia. Los dos candidatos para la sede eran el Cardenal William Egon Fürstenberg, en esos momentos Obispo de Estrasburgo, y Joseph Clemens de Baviera. Fürstenberg era una herramienta en manos de Luis XIV, y si era asignado como Arzobispo y Elector de Colonia, la preponderancia francesa se consolidaría en Alemania. Joseph Clemens no solo era el candidato del Emperador Leopoldo I de Austria sino que también de todos los líderes europeos, con la excepción del Rey de Francia, con el apoyo del Rey Jaime II de Inglaterra. En la elección, que fue realizada el 19 de julio de 1688, ninguno de los candidatos recibieron la cantidad requerida de votos. La decisión, entonces, recaía en Inocencio XI, que designó a Joseph Clemens en el cargo. Luis XIV procedió, en represalia a tomar posesión del territorio papal de Aviñón, tomando preso al nuncio papal y apelando a un consejo general. Tampoco escondió sus intenciones de separar a la Iglesia Francesa de Roma. El papa se mantuvo firme. La subsiguiente caída de Jaime II de Inglaterra destruyó la preponderancia francesa en Europa y poco después de la muerte de Inocencio el roce entre Luis XIV y el papado fue arreglado en favor de la Iglesia.
Otras relaciones exteriores
Inocencio XI despachó a Ferdinando d´Adda como nuncio en Inglaterra, convirtiéndose este en el primer representante de la Iglesia en ir a ese país en más de cien años. Aún así, el papa no aprobaba la manera imprudente bajo la cual Jaime II intentaba restaurar el catolicismo. Repetidamente expresó su incomodidad hacia el apoyo que Jaime II le daba a Luis XIV en sus medidas hostiles en contra de la Iglesia. No es sorpresivo entonces, que Inocencio XI tuviera poca simpatía hacia el Rey Católico de Inglaterra. No parece haber, por otro lado, ningún tipo de base para la acusación de que Inocencio XI estuviera informado y apoyara los designios de Guillermo de Orange en Inglaterra.
Entre otros motivos, fue debido a las incesantes exhortaciones de Inocencio que los Estados Alemanes y el Rey de Polonia Juan III Sobieski se apresuraron a ayudar a Viena, la cual estaba siendo atacada por los turcos, en 1683. Luego de que terminó el ataque, Inocencio XI no tuvo ninguna reserva para inducir a los príncipes cristianos a que ayudaran a la expulsión de los turcos de Hungría. Contribuyó financieramente para la guerra turca en Austria y Hungría y tuvo la satisfacción de sobrevivir la captura de Belgrado, el 6 de septiembre de 1688.
Después de una larga enfermedad Inocencio XI murió en Roma el 12 de agosto de 1689. Fue enterrado en la Patriarcal Basílica Vaticana, en una tumba transparente bajo el altar de San Sebastián de dicha basílica.
El proceso para su beatificación fue introducido en 1714 pero la influencia de Francia forzó su suspensión en 1744. En el siglo XX fue reabierto después de nuevos hallazgos históricos acerca de su persona, y el papa Pío XII anunció su beatificación el 7 de octubre de 1956.
La conmemoración del beato Inocencio XI tiene lugar el 12 de agosto, aniversario de su muerte.
EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 12 DE AGOSTO DEL 2017
Lecturas de hoy Sábado de la 18ª semana del Tiempo Ordinario
Lectura del libro del Deuteronomio (6,4-13):
Moisés habló al pueblo, diciendo: «Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado; las atarás a tu muñeca como un signo, serán en tu frente una señal; las escribirás en las jambas de tu casa y en tus portales. Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra que juró a tus padres –a Abrahán, Isaac y Jacob– que te había de dar, con ciudades grandes y ricas que tú no has construido, casas rebosantes de riquezas que tú no has llenado, pozos ya excavados que tú no has excavado, viñas y olivares que tú no has plantado, comerás hasta hartarte. Pero, cuidado: no olvides al Señor que te sacó de Egipto, de la esclavitud. Al Señor, tu Dios, temerás, a él sólo servirás, sólo en su nombre jurarás.»
Palabra de Dios
Salmo
Sal 17,2-3a.3bc-4.47.51ab
R/. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza
Yo te amo, Señor;
tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca,
mi alcázar, mi libertador. R/.
Dios mío, peña mía,
refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos. R/.
Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador:
tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu Ungido. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (17,14-20):
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un hombre, que le dijo de rodillas: «Señor, ten compasión de mi hijo, que tiene epilepsia y le dan ataques; muchas veces se cae en el fuego o en el agua. Se lo he traído a tus discípulos, y no han sido capaces de curarlo.»
Jesús contestó: «¡Generación perversa e infiel! ¿Hasta cuándo tendré que estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo.»
Jesús increpó al demonio, y salió; en aquel momento se curó el niño. Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron aparte: «¿Y por qué no pudimos echarlo nosotros?»
Les contestó: «Por vuestra poca fe. Os aseguro que si fuera vuestra fe como un grano de mostaza, le diríais a aquella montaña que viniera aquí, y vendría. Nada os sería imposible.»
Palabra del Señor
LOS SANTOS DE HOY SÁBADO 12 DE AGOSTO DEL 2017
Félix Pérez Portela, Beato
Sacerdote y Mártir, 12 de agosto
|
Josep Nadal Guiu, Beato
Sacerdote y Mártir, 12 de agosto
|
Manuel Basulto Jiménez, Beato
Obispo y Mártir, 12 de agosto
|
José Jordán y Blecua, Beato
Sacerdote y Mártir, 12 de agosto
|
Manuel Borrás Ferré, Beato
Obispo y Mártir, 12 de agosto
|
Melchora Cortés Bueno y compañeras mártires, Beatas
Religiosas y Mártires, 12 de agosto
|
Euplo (Euplio), Santo
Diacono y mártir, 12 de agosto
|
Carlos Meehan (o O'Meighan, o Mahoney), Beato
Sacerdote y Mártir, 12 de agosto
|
Inocencio XI, Beato
CCXL Papa, 12 de agosto
|
Victoria Díez y Bustos de Molina, Beata
Virgen y Mártir, 12 de agosto
|
Florián Stepniak, Beato
Presbítero y Mártir, 12 de agosto
|
Carlos (Karl) Leisner, Beato
Sacerdote y Mártir, 12 de agosto
|
Buenaventura García Paredes, Beato
Sacerdote Dominico y Mártir, 12 de agosto
|
Pedro del Barco, Santo
Presbítero Eremita, 12 de agosto
|
Juana Francisca de Chantal, Santa
Memoria Litúrgica, 12 de agosto
|
Eleazar, Santo
Mártir, 12 de agosto
Enrique María Gómez Jiménez, Beato
Sacerdote y Mártir, 12 de agosto
|
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