sábado, 8 de diciembre de 2018

HOY ES LA SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA, 8 DE DICIEMBRE


La Inmaculada Concepción





Cada 8 de diciembre, la Iglesia celebra el dogma de fe que nos revela que, por la gracia de Dios, la Virgen María fue preservada del pecado desde el momento de su concepción, es decir desde el instante en que María comenzó la vida humana.

El 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus, el Papa Pío IX proclamó este dogma:

"...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles..."

(Pío IX, Bula Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de 1854)

María es la "llena de gracia", del griego "kecharitomene" que significa una particular abundancia de gracia, es un estado sobrenatural en el que el alma está unida con el mismo Dios. María como la Mujer esperada en el Protoevangelio (Gn. 3, 15) se mantiene en enemistad con la serpiente porque es llena de gracia.

Las devociones a la Inmaculada Virgen María son numerosas, y entre sus devotos destacan santos como San Francisco de Asís y San Agustín. Además la devoción a la Concepción Inmaculada de María fue llevada a toda la Iglesia de Occidente por el Papa Sixto IV, en 1483.

El camino para la definición dogmática de la Concepción Inmaculada de María fue trazado por el franciscano Duns Scotto. Se dice que al encontrarse frente a una estatua de la Virgen María hizo esta petición: "Dignare me laudare te: Virgo Sacrata" (Oh Virgen sacrosanta dadme las palabras propias para hablar bien de Ti).

Y luego el franciscano hizo estos cuestionamientos:

1. ¿A Dios le convenía que su Madre naciera sin mancha del pecado original? 
Sí, a Dios le convenía que su Madre naciera sin ninguna mancha. Esto es lo más honroso, para Él.

2. ¿Dios podía hacer que su Madre naciera sin mancha de pecado original?
Sí, Dios lo puede todo, y por tanto podía hacer que su Madre naciera sin mancha: Inmaculada.

3. ¿Lo que a Dios le conviene hacer lo hace? ¿O no lo hace? 
Todos respondieron: Lo que a Dios le conviene hacer, lo que Dios ve que es mejor hacerlo, lo hace.

Entonces Scotto exclamó:

Luego

1. Para Dios era mejor que su Madre fuera Inmaculada: o sea sin mancha del pecado original.

2. Dios podía hacer que su Madre naciera Inmaculada: sin mancha

3. Por lo tanto: Dios hizo que María naciera sin mancha del pecado original. Porque Dios cuando sabe que algo es mejor hacerlo, lo hace.

La Virgen María es Inmaculada gracias a Cristo su hijo, puesto que Él iba a nacer de su seno es que Dios la hizo Inmaculada para que tenga un vientre puro donde encarnarse. Ahí se demuestra cómo Jesús es Salvador en la guarda de Dios con María y la omnipotencia del Padre se revela como la causa de este don. Así, María nunca se inclinó ante las concupiscencias y su grandeza demuestra que como ser humano era libre pero nunca ofendió a Dios y así no perdió la enorme gracia que Él le otorgó.

La Inmaculada Virgen María nos muestra la necesidad de tener un corazón puro para que el Señor Jesús pueda vivir en nuestro interior y de ahí naciese la Salvación. Y consagrarnos a ella nos lleva a que nuestra plegaria sea el medio por el cual se nos revele Jesucristo plenamente y nos lleve al camino por el cual seremos colmados por el Espíritu Santo.

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 8 DE DICIEMBRE 2018 - LA INMACULADA CONCEPCIÓN


Lecturas de hoy Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
 Hoy, sábado, 8 de diciembre de 2018



Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (3,9-15.20):

Después que Adán comió del árbol, el Señor llamó al hombre: «¿Dónde estás?»
Él contestó: «Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí.»
El Señor le replicó: «¿Quién te informó de que estabas desnudo? ¿Es que has comido del árbol del que te prohibí comer?»
Adán respondió: «La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto, y comí.»
El Señor dijo a la mujer: «¿Qué es lo que has hecho?»
Ella respondió: «La serpiente me engañó, y comí.»
El Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho eso, serás maldita entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón.»
El hombre llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 97,1.2-3ab.3c-4

R/. Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas

Cantad al Señor un cántico nuevo, 
porque ha hecho maravillas: 
su diestra le ha dado la victoria, 
su santo brazo. R/.

El Señor da a conocer su victoria, 
revela a las naciones su justicia: 
se acordó de su misericordia y su fidelidad 
en favor de la casa de Israel. R/.

Los confines de la tierra han contemplado 
la victoria de nuestro Dios. 
Aclama al Señor, tierra entera; 
gritad, vitoread, tocad. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 
(1,3-6.11-12):

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (1.26-38):

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Y la dejó el ángel.

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy sábado, 
8 de diciembre de 2018
 José María Vegas, cmf


Inmaculada Concepción: el diálogo de Dios con la humanidad

La persona de María, su Inmaculada Concepción y su maternidad virginal, no son una especie de “meteorito” caído del cielo, sin relación con el conjunto de la realidad del universo y de la historia humana, tal como los entendemos en el seno del cristianismo. Al contrario, descubrimos una íntima conexión entre la realidad de María como persona singular y la lógica salvífica de Dios, que se manifiesta en el mismo acto de la creación.

Dios creó el mundo “de la nada” de modo que en este mundo no había ni la más mínima sombra de mal: el mundo salió de las manos de Dios, no sólo “bueno”, sino “muy bueno” (cf. Gn 1,31), es decir, puede decirse que salió de sus manos “lleno de gracia”. 
Por otro lado, el pecado, incluso si se considera algo muy radical, no destruye totalmente eso “muy bueno” y, por eso, no excluye la dignidad del hombre como imagen de Dios, si bien la deforma y oscurece. Y, por ello mismo, el pecado no elimina la esperanza de la salvación, que consiste en vivir de acuerdo con esa dignidad.

¿Cómo reacciona Dios ante el pecado del hombre? O, dicho de otra forma, ¿cómo nos mira Dios? Dios no actúa en la historia sin la colaboración humana. La historia de la salvación es la historia de un diálogo. Dios continúa volviendo a la tierra a “la hora de la brisa” (Gn 3, 8) y busca al hombre que, a causa del pecado, se esconde del rostro de Dios y con gran dificultad consigue mirar al rostro de sus semejantes.

Una consecuencia del pecado consiste precisamente en que el hombre tiene los ojos muy abiertos para el mal, sobre todo, desde luego, para el mal de los otros: “Cómo es que miras la brizna en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga que hay en tu ojo” (Mt 7,3). Por eso, con frecuencia, prestamos gran atención al pecado ajeno, a lo negativo en los otros, a lo que nos molesta, a lo que oculta el bien que portan en sí, más que al bien que, sin duda, también hay en ellos.

Dios, que ve con total claridad el pecado y el mal, nos mira, sin embargo, de otro modo: Dios es capaz de ver eso “muy bueno” que Él creó: el corazón no manchado por el pecado, su propia imagen presente en la creación por medio del hombre. Dios mira así y busca con su mirada aquella realidad capaz de conversar con Él “a la hora de la brisa”, de respetar el árbol del conocimiento del bien y del mal. Es decir, Dios busca en el hombre lo que de amable hay en él: “En ese pondré mis ojos, en el humilde y en el abatido que se estremece ante mi palabra” (Is 66, 2).

Así nos mira Dios, buscando lo bueno, lo sano que hay en el mundo, su propia obra. Dios busca, mira, y encuentra... a María: “Ha mirado la humildad de su sierva” (Lc 1, 48).

María es lo mejor de la humanidad, la obra “muy buena” de Dios, como en el momento mismo de la creación: es la llena de gracia. Y si en la historia de la humanidad ha habido un ser humano, una mujer como María, significa que nuestro mundo no es sólo, ni sobre todo, algo despreciable y definitivamente corrompido, en él no todo está perdido y sin esperanza.

En esta luz podemos entender el dogma de la Inmaculada Concepción, que tiene un enorme significado no sólo como una especial gracia exclusivamente para María, sino que ilumina nuestra comprensión de Dios y del hombre. En María Dios encontró un apoyo para acercarse y encontrarse con nosotros: “el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1, 14). Y si María fue inmaculada desde la concepción, nosotros hemos sido elegidos por Dios en Cristo antes de la creación del mundo para ser santos e inmaculados ante él por el amor (Ef. 1, 4).

Pero para poner su tienda entre nosotros, como ya hemos dicho, Dios requiere la cooperación humana. Dios entra en el mundo del hombre pidiendo permiso. En María, la humanidad responde Sí a esta petición. El sí de María es el sí de la humanidad, imagen de Dios, capaz de responder a su llamada y acogerlo en su casa. 

En la Anunciación María representa a la humanidad entera, a lo mejor de ella. En ella Dios encontró por fin con quien conversar “a la hora de la brisa”. María, sierva del Señor, escucha y acoge la Palabra y la cumple, y se alza frente a Eva que pretendió ser igual a Dios. Y así María “concibió del Espíritu Santo” (cf. Lc 1,26-38). 

Saludos cordiales, 
José M. Vegas CMF

SANTORAL DE HOY SÁBADO 8 DE DICIEMBRE 2018

Pablo Yun Ji-Chung y Jaime Kwon, BeatosPablo Yun Ji-Chung y Jaime Kwon, Beatos
Mártires, 8 de diciembre
Patapio, SantoPatapio, Santo
Eremita, Diciembre 8
Natal (Nadal) Chabanel, SantoNatal (Nadal) Chabanel, Santo
Mártir Jesuita, 8 de diciembre
Luis Aloisio Liguda, BeatoLuis Aloisio Liguda, Beato
Presbítero y Mártir, Diciembre 8
José María Zabal Blaco, BeatoJosé María Zabal Blaco, Beato
Padre de Familia y Mártir, Diciembre 8
Eutiquiano, SantoEutiquiano, Santo
Papa y Mártir, Diciembre 8
Narcisa de Jesús Martillo Morán, SantaNarcisa de Jesús Martillo Morán, Santa
Virgen Laica, 8 de diciembre
Sofronio de Chipre, SantoSofronio de Chipre, Santo
Obispo, 8 de diciembre

FELIZ SÁBADO





viernes, 7 de diciembre de 2018

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 7 DICIEMBRE 2018

El buscador buscado
Santo Evangelio según San Mateo 27, 29-31. Viernes I de Adviento.


Por: H. Pedro Cadena, L.C. | Fuente: missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, gracias por este tiempo para estar contigo. Gracias por morir por mí en la cruz, por resucitar, y por llamarme a una vida tan feliz y tan plena, que ni me puedo imaginar. Concédeme las gracias que necesito para confiar en Ti y dejarte que me guíes en mi camino. María, madre mía, acompáñame en este tiempo de intimidad con el Señor.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 27, 29-31
Cuando Jesús salía de Cafarnaúm, lo siguieron dos ciegos, que gritaban: "¡Hijo de David, compadécete de nosotros!". Al entrar Jesús en la casa, se le acercaron los ciegos y Jesús les preguntó: "¿Creen que puedo hacerlo?". Ellos le contestaron: "Sí, Señor". Entonces les tocó los ojos, diciendo: "Que se haga en ustedes conforme a su fe". Y se les abrieron los ojos. Jesús les advirtió severamente: "Que nadie lo sepa". Pero ellos, al salir, divulgaron su fama por toda la región.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Dice el Evangelio que los ciegos siguieron a Jesús. Parece que son ellos los que están buscando una solución a su ceguera. Sin embargo, es el Padre quien los atrae a su Hijo, porque los conoce, los ama y les quiere regalar una vida nueva. Jesús mismo nos dice, "Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió." (Jn 6,44) El Padre conoce nuestra hambre de amor infinita y quiere, no sólo regalarnos la vista o hacernos un favor, sino darnos a su Hijo, y en Él, felicidad verdadera y vida eterna.
Decimos que Dios es amor... Pero, al principio de este pasaje, parece que Jesús ignora a los ciegos. Imaginemos la escena: ellos lo van siguiendo por Cafarnaúm, gritando detrás de Él. ¡Y Jesús ni se inmuta! ¿Dónde quedó el gran amor de Dios por los que sufren, por los pobres? Uno diría que Dios mismo abandona a nuestros dos ciegos. Que no le importan. En nuestras vidas hay días en los que nos parece ser como estos ciegos: buscamos a Dios para que nos ayude y salve, y la respuesta nada más no llega. Uno puede llegar a decir: Señor, ¿te importo o no?
¡Qué engañosas son las apariencias, y qué poco conocemos los caminos del amor de Dios! La realidad es que Él nos va preparando de manera misteriosa para recibirle con un corazón sencillo y humilde.
Gracias a Dios, la vida no es pura espera. Dios responde siempre a nuestras oraciones. ¡Siempre! A veces dice:sí, ahora mismo. Otras: sí, pero ahora no estás listo para recibirlo. Otras, como nos conoce tan bien, nos dice: "Sabes, eso no es lo que quieres de verdad. Lo que quieres es esto otro." Y siempre, siempre, añade: "Y no sólo te doy lo que me pides, sino algo mejor..." Dios es un Padre tan bueno y generoso, que siempre nos da más de lo que nos atrevemos a pedir. Como dice san Pablo,nadie vio ni oyó y ni siquiera pudo pensar, aquello que Dios preparó para los que lo aman.(1 Cor. 2, 9) Jesús no sólo cura a los ciegos, sino que les cambia la vida. No pueden seguir siendo los mismos, tienen que compartir lo que han vivido. Reflexiona sobre tu vida: ¿Qué le has pedido a Dios? ¿Cómo te ha respondido? Agradécele todo lo que te ha dado, y pídele su gracia para confiar en Él, tu Padre bueno.
El Reino de los cielos está entre ustedes -nos dice- está allí donde nos animemos a tener un poco de ternura y compasión, donde no tengamos miedo a generar espacios para que los ciegos vean, los paralíticos caminen, los leprosos sean purificados y los sordos oigan y así todos aquellos que dábamos por perdidos gocen de la Resurrección. Dios no se cansa ni se cansará de caminar para llegar a sus hijos. A cada uno. ¿Cómo encenderemos la esperanza si faltan profetas? ¿Cómo encararemos el futuro si nos falta unidad? ¿Cómo llegará Jesús a tantos rincones, si faltan audaces y valientes testigos?
(Homilía de S.S. Francisco, 21 de enero de 2018).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voy a visitar a Jesús en la Eucaristía para agradecerle tantas muestras de su amor y para renovar mi confianza en Él.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

SANTORAL DE HOY VIERNES 7 DE DICIEMBRE 2018

Fara o Burgundófora, SantaFara o Burgundófora, Santa
Abadesa y Virgen, 7 Diciembre
Carlos Garnier, SantoCarlos Garnier, Santo
Sacerdote y Mártir, 7 de Diciembre
Antonio de Siya, SantoAntonio de Siya, Santo
Abad, 7 de diciembre
María Josefa Rossello, SantaMaría Josefa Rossello, Santa
Fundadora, 7 Dicembre
Ambrosio, SantoAmbrosio, Santo
Memoria Litúrgica, 7 de diciembre

FELIZ VIERNES




jueves, 6 de diciembre de 2018

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 6 DE DICIEMBRE 2018


Lecturas de hoy Jueves de la 1ª semana de Adviento
 Hoy, jueves, 6 de diciembre de 2018



Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (26,1-6):

AQUEL día, se cantará este canto en la tierra de Judá:
«Tenemos una ciudad fuerte,
ha puesto para salvarla murallas y baluartes.
Abrid las puertas para que entre un pueblo justo,
que observa la lealtad;
su ánimo está firme y mantiene la paz,
porque confía en ti.
Confiad siempre en el Señor,
porque el Señor es la Roca perpetua.
Doblegó a los habitantes de la altura,
a la ciudad elevada;
la abatirá, la abatirá
hasta el suelo, hasta tocar el polvo.
La pisarán los pies, los pies del oprimido,
los pasos de los pobres».
Palabra de Dios


Salmo
Sal 117,1.8-9.19-21.25-27a

R/. Bendito el que viene en nombre del Señor

R/. Bendito el que viene en nombre del Señor.

O bien:

R/. Aleluya

V/. Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los jefes. R/.

V/. Abridme las puertas de la salvación,
y entraré para dar gracias al Señor.
Esta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mí salvación. R/.

V/. Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,21.24-27):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se derrumbó. Y su ruina fue grande».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy jueves, 6 de diciembre de 2018
 José María Vegas, cmf

La roca de la Palabra

Una ciudad fuerte (una fortaleza) es, ante todo, una ciudad con fundamentos profundos y firmes. No tiene por qué ser una ciudad cerrada. Al contrario, la fortaleza basada en los cimientos otorga seguridad y confianza para abrirse a los extraños y enfrentarse a lo nuevo. Y no hay mayor fortaleza que la basada en la verdad y la justicia. El engaño y la injusticia son como grietas en los muros de la ciudad, signos de debilidad, de falta de fundamento, que producen cerrazón y desconfianza. La ciudad fuerte, al contrario, se abre, acoge a los que buscan refugio, ofrece su seguridad a los débiles y los pobres. Estos constituyen un pueblo justo, pero sobre todo porque, al sentirse salvados entre los muros de la ciudad, se saben justificados. No en vano, la roca, el cimiento de esta ciudad, Jerusalén, es el Señor.

Cristo es la piedra angular de esta construcción, la roca sobre la que Dios instaura su Reino y construye su Iglesia. No es fácil construir sobre roca. Es más fácil hacerlo sobre la dócil arena. Pero lo más fácil no es, por eso, lo mejor. Jesús invita a los justificados, que han escuchado su Palabra, a realizar la obra difícil de ponerla en práctica. La gracia llama a la responsabilidad, a la respuesta.

El que dice “Señor, Señor” y no hace su voluntad puede ser el que se acuerda de santa Bárbara sólo cuando truena, y acude a Dios sólo a pedir, pero no a escuchar, y sólo cuando le conviene; o puede ser también el que dice aceptar y defender los valores cristianos, pero sin ponerlos en práctica, dejándose llevar por un ánimo vengativo y justiciero cuando se siente atacado u ofendido. En realidad, es muy posible que todos, en algún aspecto de nuestra vida, digamos “Señor, Señor”, pero sin poner en práctica lo que el Señor nos dice. Son puntos débiles de nuestra casa, que puede ceder cuando surge la dificultad. Así, en circunstancias personales, familiares o laborales difíciles, o en situaciones de persecución. No es infrecuente que en tales casos tendamos a pedirle cuentas a Dios, más que a escuchar y poner en práctica su Palabra.

Jesús nos llama a la coherencia de vida. Que nuestras acciones, nuestras actitudes y motivaciones correspondan con lo que confiesan nuestros labios. Sabiendo que nos falta esa coherencia, Jesús nos invita a emprender reformas en nuestra casa, para dar fundamento, profundidad y solidez allí donde haga falta.

El resultado del esfuerzo será beneficioso para nosotros mismos: firmeza, paz y confianza. “Los que confían en el Señor son como el monte Sión, no tiembla, está asentado para siempre” (Sal. 124, 1). Pero también para los demás: podremos abrir sin temor las puertas de nuestra casa, de nuestra pequeña fortaleza, para acoger a los pobres y los débiles, para ofrecer nuestro techo a los que viven en la intemperie. Y es que poner en práctica su voluntad es poner en práctica las obras del amor, ese Amor que nos ha justificado y que nos abre sin temor a los demás.

Saludos cordiales, 
José M. Vegas CMF

SANTORAL DE HOY JUEVES 6 DE DICIEMBRE 2018

Dionisia, Mayórico, y compañeros, SantosDionisia, Mayórico, y compañeros, Santos
Mártires, 6 de Diciembre
Narciso Pascual Pascual, BeatoNarciso Pascual Pascual, Beato
Religioso y Mártir, 6 de diciembre
Vicente Vilumbrales Fuente, BeatoVicente Vilumbrales Fuente, Beato
Sacerdote y Mártir, 6 de diciembre
Gregorio Cermeño Barceló, BeatoGregorio Cermeño Barceló, Beato
Sacerdote y Mártir, 6 de diciembre
Ireneo Rodriguez González, BeatoIreneo Rodriguez González, Beato
Sacerdote y Mártir, 6 de diciembre
Daría (Engracia) Andiarena Sagaseta, BeataDaría (Engracia) Andiarena Sagaseta, Beata
Religiosa y Mártir, 6 de diciembre
Aurora (Justa) López González, BeataAurora (Justa) López González, Beata
Religiosa y Mártir, 6 de diciembre
Aurelia (Clementina) Arambarri Fuente, BeataAurelia (Clementina) Arambarri Fuente, Beata
Religiosa y Mártir, 6 de diciembre
János Scheffler, BeatoJános Scheffler, Beato
Obispo y Mártir, 6 de diciembre
Abraham de Kratia, SantoAbraham de Kratia, Santo
Monje, 6 de diciembre
Emilio y compañeros, SantosEmilio y compañeros, Santos
Mártires, 6 de diciembre
Pedro Pascual, SantoPedro Pascual, Santo
Mártir Mercedario, 6 Diciembre
Nicolás de Mira, SantoNicolás de Mira, Santo
Memoria litúrgica, 6 de diciembre
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