Autor: Xavier Caballero | Fuente: Catholic.net La mañana de Pascua | |
Mateo 28, 8-15. Pascua. Que la "Pascua" por nuestras vidas no nos deje indiferentes, que nos libere y transforme. | |
En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a sus discípulos. En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «¡Dios os guarde!» Y ellas, acercándose, se asieron de sus pies y le adoraron. Entonces les dice Jesús: «No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán». Mientras ellas iban, algunos de la guardia fueron a la ciudad a contar a los sumos sacerdotes todo lo que había pasado. Estos, reunidos con los ancianos, celebraron consejo y dieron una buena suma de dinero a los soldados, advirtiéndoles: «Decid: "Sus discípulos vinieron de noche y le robaron mientras nosotros dormíamos." Y si la cosa llega a oídos del procurador, nosotros le convenceremos y os evitaremos complicaciones». Ellos tomaron el dinero y procedieron según las instrucciones recibidas. Y se corrió esa versión entre los judíos, hasta el día de hoy. Oración introductoria Cristo, de nuevo me recuerdas que no hay que tener miedo. Bien conoces mi debilidad que produce ese temor que obstaculiza mi esfuerzo por hacer el bien. Por eso te suplico que me des la luz que busco en esta oración, esa luz de tu resurrección, que me llena de alegría y me fortalece para buscar el bien y la verdad. Petición Jesús Resucitado, ilumina mi fe y mi vida. Meditación del Papa Francisco Lo que era un simple gesto, algo hecho ciertamente por amor – el ir al sepulcro –, ahora se transforma en acontecimiento, en un evento que cambia verdaderamente la vida. Ya nada es como antes, no sólo en la vida de aquellas mujeres, sino también en nuestra vida y en nuestra historia de la humanidad. Jesús no está muerto, ha resucitado, es el Viviente. No es simplemente que haya vuelto a vivir, sino que es la vida misma, porque es el Hijo de Dios, que es el que vive. Jesús ya no es del pasado, sino que vive en el presente y está proyectado hacia el futuro, Jesús es el "hoy" eterno de Dios. Así, la novedad de Dios se presenta ante los ojos de las mujeres, de los discípulos, de todos nosotros: la victoria sobre el pecado, sobre el mal, sobre la muerte, sobre todo lo que oprime la vida, y le da un rostro menos humano. Y este es un mensaje para mí, para ti, querida hermana y querido hermano. Cuántas veces tenemos necesidad de que el Amor nos diga: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? Los problemas, las preocupaciones de la vida cotidiana tienden a que nos encerremos en nosotros mismos, en la tristeza, en la amargura..., y es ahí donde está la muerte. No busquemos ahí a Aquel que vive. Acepta entonces que Jesús Resucitado entre en tu vida, acógelo como amigo, con confianza: ¡Él es la vida! Si hasta ahora has estado lejos de él, da un pequeño paso: te acogerá con los brazos abiertos. Si eres indiferente, acepta arriesgar: no quedarás decepcionado. Si te parece difícil seguirlo, no tengas miedo, confía en él, ten la seguridad de que él está cerca de ti, está contigo, y te dará la paz que buscas y la fuerza para vivir como él quiere. (S.S. Francisco, 30 de marzo de 2013). Reflexión La Pascua se refiere al paso del Señor sobre la tierra de Egipto antes de la liberación del pueblo de Israel. Aquella noche, Yahvéh hizo sentir el brazo de su justicia sobre los egipcios y liberó al pueblo elegido. Su paso no fue indiferente. Para todo cristiano, la Pascua, no puede sucederse sin más. La vida de estas mujeres de las que nos habla el Evangelio, no fue la misma después del encuentro con Cristo Resucitado. Los resucitados son los que tienen un «plus» de vida, un «plus» que les sale por los ojos brillantes y que se convierte enseguida en algo contagioso, algo que demuestra que la vida es más fuerte que la muerte. El Evangelio de hoy nos ofrece dos de las posturas que podemos adoptar tras la Resurrección del Señor. Por una lado, las mujeres que se acercan a los pies de Jesús, se postran y le adoran; por otro, los guardias y los príncipes de los sacerdotes han visto, saben lo que ha ocurrido, pero se niegan a aceptarlo. Vendieron su libertad, su salvación e incluso, un recuerdo digno en la memoria de la historia: «Esta noticia se divulgó entre los judíos hasta el día de hoy». Y es que, no basta ir a la playa para mojarse. Hace falta ponerse el bañador y sumergirse sin miedo en el agua, penetrando las profundidades del mar. Dejémonos penetrar por la fuerza de la Resurrección del Señor. Que su “Pascua” por nuestras vidas no nos deje indiferentes, que nos libere y nos transforme como lo hizo con los primeros cristianos que fueron capaces, incluso, de dar su vida por la causa del anuncio de la Buena Nueva. «El Evangelio de Jesucristo es un mensaje de libertad y una fuerza de liberación. Liberación es, en primer lugar y de modo más importante, liberación radical de la esclavitud del pecado. Es el fin y el objetivo la libertad de los hijos de Dios, como don de la gracia». (Libertatis Nuntius, Introducción). Acerquémonos a Jesús Resucitado como aquellas mujeres y, postrados de rodillas, adorémosle, pidámosle que nos libere con su gracia de todo aquello que nos impida ser testimonios de alegría y de amor para nuestros hermanos. Propósito Que mi testimonio de vida sea un medio de evangelización. |
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lunes, 21 de abril de 2014
EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 31 DE ABRIL DEL 2014
domingo, 20 de abril de 2014
SANTA INÉS DE MONTEPULCIANO, RELIGIOSA, ABRIL 20
Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid Inés de Montepulciano, Santa | |
Religiosa, Abril 20 | |
AbadesaMartirologio Romano: En Montepulciano, también de la Toscana, santa Inés, virgen, que vistió el hábito de las vírgenes a los nueve años, y a los quince, en contra de su voluntad, fue elegida superiora de las monjas de Procene, fundando más tarde un monasterio, sometido a la disciplina de santo Domingo, donde dio muestras de una profunda humildad (1317). Etimológicamente: Inés = Aquella que se mantiene pura, es de origen latino. Cuanto solo tiene nueve años, consigue el permiso familiar para vestir el escapulario de "saco" de las monjas de un convento de Montepulciano que recibían este nombre precisamente por el pobre estilo de su ropa. Seis años más tarde funda un monasterio con Margarita, su maestra de convento, en Proceno, a más de cien kilómetros de Montepulciano. Mucha madurez debió ver en ella el obispo del lugar cuando con poco más de quince años la nombra abadesa. Dieciséis años desempeñó el cargo y en el transcurso de ese tiempo hizo dos visitas a Roma; una fue por motivos de caridad, muy breve; la otra tuvo como fin poner los medios ante la Santa Sede para evitar que el monasterio que acababa de fundar fuera un día presa de ambiciones y usurpaciones ilegítimas. Se ve que en ese tiempo podía pasar cualquier cosa no sólo en los bienes eclesiásticos que detentaban los varones, sino también con los que administraban las mujeres. Apreciando los vecinos de Montepulciano el bien espiritual que reportaba el monasterio de Proceno puertas afuera, ruegan, suplican y empujan a Inés para que funde otro en su ciudad pensando en la transformación espiritual de la juventud. Descubierta la voluntad de Dios en la oración, decide fundar. Será en el monte que está sembrado de casas de lenocinio, "un lugar de pecadoras", y se levantará gracias a la ayuda económica de los familiares, amigos y convecinos. Ha tenido una visión en la que tres barcos con sus patronos están dispuestos a recibirla a bordo; Agustín, Domingo y Francisco la invitan a subir, pero es Domingo quien decide la cuestión: "Subirá a mi nave, pues así lo ha dispuesto Dios". Su fundación seguirá el espíritu y las huellas de santo Domingo y tendrá a los dominicos como ayuda espiritual para ella y sus monjas. Con maltrecha salud, sus monjas intentan procurarle remedio con los baños termales cercanos; pero fallece en el año 1317. Raimundo de Capua, el mayor difusor de la vida y obras de santa Inés, escribe en Legenda no sólo datos biográficos, sino un chorro de hechos sobrenaturales acaecidos en vida de la santa y, según él, confirmados ante notario, firmados por testigos oculares fidedignos y testimoniados por las monjas vivas a las que tenía acceso por razones de su ministerio. Piensa que relatando prolijamente los hechos sobrenaturales -éxtasis, visiones y milagros-, contribuye a resaltar su santa vida con el aval inconfundible del milagro. Por ello habló del maná que solía cubrir el manto de Inés al salir de la oración, el que cubrió en interior de la catedral cuando hizo su profesión religiosa, o la luz radiante que aún después de medio siglo de la muerte le ha deslumbrado en Montepulciano; no menos asombro causaba oírle exponer cómo nacían rosas donde Inés se arrodillaba y el momento glorioso en que la Virgen puso en sus brazos al niño Jesús (antes de devolverlo a su Madre, tuvo Inés el acierto de quitarle la cruz que llevaba al cuello y guardarla después como el más preciado tesoro). Cariño, poesía y encanto. Santa Catalina de Siena, nacida unos años después y dominica como ella, será la santa que, profundamente impresionada por sus virtudes, hablará de lo de dentro de su alma. Llegó a afirmar que, aparte de la acción del Espíritu Santo, fueron la vida y virtudes ejemplares vividas heroicamente por santa Inés las que le empujaron a su entrega personal y a amar al Señor. Resalta en carta escrita a las monjas hijas de Inés de Montepulciano -una santa que habla de otra santa- la humildad, el amor a la Cruz, y la fidelidad al cumplimiento de la voluntad de Dios. Pero el mayor elogio que puede decirse de Inés lo dejó escrito en su Diálogo, poniéndolo en boca de Jesucristo: "La dulce virgen santa Inés, que desde la niñez hasta el fin de su vida me sirvió con humildad y firme esperanza sin preocuparse de sí misma". Fue canonizada por S.S. Benedicto XIII en el año 1726. |
LA RESURRECCIÓN DE JESÚS
utor: José Luis Martín Descalzo | Fuente: Interrogantes.net ¡Cristo ha resucitado! ¡Aleluya! | |||
Lo esencial de los cristianos es ser testigos de la resurrección, mensajeros del gozo | |||
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sábado, 19 de abril de 2014
Los Santos de hoy sábado 19 de abril de 2014
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SAN EXPEDITO, MÁRTIR, 19 DE ABRIL
Autor: . | Fuente: Corazones.org
Expedito, Santo
Mártir, 19 de abril
Expedito, Santo
Mártir
Tradicional- Su nombre no consta en el actual Martirologio Romano
San Expedito fue comandante de una legión romana y como tal defendió al Imperio ante las invasiones de los Bárbaros. Al convertirse en cristiano fue martirizado (posiblemente por orden del emperador Diocleciano) en Melitene, Armenia (hoy Malatya, Turquía). Junto con él murieron sus compañeros de armas: Caio, Gálatas, Hermógenes, Aristónico y Rufo. Muchos otros mártires dieron gloria a Dios en su época, entre ellos Santa Filomena y San Jorge.
Según la tradición, en el momento de la conversión, se le acercó el demonio, en forma de un cuervo que le gritaba "cras, cras cras" (En latín significa "Mañana, Mañana, Mañana"). Así trataba de persuadirlo a que dejase su decisión para después ya que el demonio sabe que lo que se deja para mañana hay mucha posibilidad de que se quede sin hacer. Pero Expedito aplastó al cuervo tentador con prontitud diciendo "¡HODIE, HODIE, HODIE!" (HOY, HOY, HOY). No dejaré nada para mañana, a partir de HOY seré cristiano". Así se convirtió en soldado de Cristo, utilizando desde ese momento su valor y disciplina para el Reino de Dios.
Aunque se desconoce el origen su nombre, aparece en la Martiriología Romana junto a Hermógenes y compañeros. Su nombre es sinónimo con prontitud y se le tiene por gran y pronto intercesor.
A san Expedito se le invoca en problemas urgentes. Debemos saber que lo mas importante es renunciar a la vida de pecado y decidirnos cabalmente por Cristo. Seamos pues inspirados por su prontitud y valor al seguir a Cristo en tan difíciles circunstancias cuando los cristianos eran perseguidos a muerte. Que nosotros también digamos "HOY" a Jesús y aplastemos los engaños del tentador.
También se le venera como protector de jóvenes, estudiantes, enfermos, problemas laborales y de familia, y juicios.
Se alega que el santo aparece como un error de escribano cuando, en el siglo XIX, una caja de reliquias fue enviada a monjas francesas con la anotación: "expedir". Sheppard (1969). Pero esta
hipótesis no puede ser cierta ya que Expedito era conocido en el siglo XVIII en Alemania y Sicilia y se le invocaba en casos de urgencia (Attwater).
En la iconografía, Expedito es representado como un soldado con una cruz en la que esta escrito "Hodie" (Hoy) y la hoja de palma (martirio). A sus pies hay un cuervo y la palabra "cras" (mañana).
Aunque no aparece en el actual calendario litúrgico no deja de ser un santo reconocido por la Iglesia.
SANTA EMMA DE SAJONIA, VIUDA, 19 DE ABRIL
Autor: Emma de Sajonia, Santa | |
Viuda, 19 de abril | |
ViudaTradicional – Su nombre no consta en el actual Martirologio RomanoVivió en Alemania. hermana del obispo de Paderbon y mujer de Ludger de Sajonia. Habiendo quedado viuda siendo aun muy joven, en una condición muy incómoda y expuesta a mil insidias, usó sus bienes para ayudar a los pobres, a los que se dedicó por el resto de su vida. († c.1040) También es conocida como: Santa Emma de Lesum. Etimológicamente: Emma = Aquella que es gentil y fraterna, es de origen germánico Después de la temprana muerte de su marido en 1011 [en algunos documentos se cuenta que, hasta la muerte de su marido, ella tenía un carácter muy explosivo y violento que de vez en cuando la conducía a cometer actos de violencia física], Emma se mudó a Lesum (ahora Bremen-Burglesum), y con su fortuna generosamente apoyaba a la Catedral de Bremen, donde el Arzobispo Unwan era otro de sus parientes, concedió a la catedral su propiedad en Stiepel con su iglesia. Ella es descrita como una gran benefactora de la iglesia, y de verdad fundó varias templos en la zona de Bremen, aunque su mayor preocupación eran los pobres. Emma más tarde fue venerada como santa, aunque no haya ninguna prueba de que ella formalmente haya sido beatificada o canonizada. Fue enterrada en la Catedral de Bremen, donde su tumba podía todavía ser vista en el siglo XVI. Cuando la tumba fue abierta, su cuerpo se había convertido en polvo a excepción de su mano derecha (la mano con la que entregaba los regalos). Esa reliquia fue colocada en la abadía de Saint Ludger en Werden. |
EL EVANGELIO DE HOY: SÁBADO 19 DE ABRIL DEL 2014
Autor: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net Ha resucitado de entre los muertos | |
Mateo 28, 1-10. Semana Santa. Cristo resucitado, llename de Ti y del gozo de tu triunfo sobre el mal y la muerte. | |
Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. De pronto se produjo un gran terremoto, pues el Ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose, hizo rodar la piedra y se sentó encima de ella. Su aspecto era como el relámpago y su vestido blanco como la nieve. Los guardias, atemorizados ante él, se pusieron a temblar y se quedaron como muertos. El Ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: "Vosotras no temáis, pues sé que buscáis a Jesús, el Crucificado; no está aquí, ha resucitado, como lo había dicho. Venid, ved el lugar donde estaba. Y ahora id enseguida a decir a sus discípulos: "Ha resucitado de entre los muertos e irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis." Ya os lo he dicho." Ellas partieron a toda prisa del sepulcro, con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a sus discípulos. En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: "¡Dios os guarde!" Y ellas, acercándose, se asieron de sus pies y le adoraron. Entonces les dice Jesús: "No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán." Oración introductoria Señor Jesús, dame la gracia para que sepa guardar el silencio que me puede llevar a tener un momento de intimidad contigo en esta oración. Creo en ti, Señor, te amo y confío en que Tú también quieres estar conmigo. Petición Señor, que sepa prepararme adecuadamente a la celebración de la Vigilia Pascual. Meditación del Papa Francisco La fe de María afrontó entonces la incomprensión y el desprecio; y cuando llegó la "hora" de Jesús, la hora de la pasión: la fe de María fue entonces la lamparilla encendida en la noche. Esa lamparilla en plena noche. María veló durante la noche del sábado santo. Su llama, pequeña pero clara, estuvo encendida hasta el alba de la Resurrección; y cuando le llegó la noticia de que el sepulcro estaba vacío, su corazón quedó henchido de la alegría de la fe, la fe cristiana en la muerte y resurrección de Jesucristo. Porque siempre la fe nos lleva a la alegría y ella es la madre de la alegría que nos enseña a vivir y caminar por este camino de alegría y a vivir esta alegría. Este es el punto culminante, esta alegría del encuentro de Jesús y María. Este es el punto culminante del camino de la fe de María y de toda la Iglesia. ¿Cómo es nuestra fe? ¿La tenemos encendida como María también en los momentos difíciles, en esos momentos de oscuridad? ¿Tengo la alegría de la fe?. (S.S. Francisco, 12 de octubre de 2013). Reflexión Cristo resucitado se conmueve ante el amor desinteresado y fiel de la Magdalena y la llama por su nombre. No puede seguir ocultándose y se le descubre. Y es que un amor así, a pesar de nuestras debilidades pasadas, conmueve a nuestro Señor hasta lo más profundo de su ser y se siente “desarmado”, no puede no corresponder a nuestro amor. Jesús ha vencido al mal – incluso el que nosotros hemos cometido –, y nosotros hemos triunfado con Él. La Magdalena se postra ante Él, y Él la llena del gozo de su resurrección, como quiere llenarnos a nosotros en este rato de oración. Sólo basta perseverar en la prueba y pedir su gracia, buscar para encontrarlo. Pero Cristo Resucitado nos muestra que Él no se deja ganar en generosidad. María Magdalena no pensaba encontrar más que un cadáver, y sin embargo, Cristo se le muestra con su cuerpo glorioso, vivo para siempre. Animados por esta confianza, debemos también acercarnos con una disposición de entrega a Jesucristo, para pedirle que nos ayude a vencer al hombre viejo, a vivir como hombres o mujeres nuevos... La resurrección obra una auténtica transformación en la Magdalena. Ya no llora. Ahora es enviada por Cristo a anunciar el gozo de su triunfo: "Ve y dile a mis hermanos.." ¡Por primera vez en el Evangelio Cristo nos llama hermanos suyos! ¡Se ha realizado la filiación divina: somos verdaderamente hijos adoptivos de Dios y hermanos de Cristo! Y como tales, participamos de su misma misión... La resurrección no podemos guardarla en el baúl de los recuerdos, sino anunciarla a los cuatro vientos como María Magdalena, de manera que muchos otros hombres y mujeres se conviertan en apóstoles convencidos del Reino de Cristo. María Magdalena sale a dar testimonio de la resurrección, pero su amor no le permite sólo rezar y dar ejemplo con su vida virtuosa para que los demás conozcan a Cristo. Ella siente la necesidad, esencial a nuestra vocación cristiana, de hacer algo, hablar, predicar, atender, ayudar, etc., todo lo que pueda, para dar a conocer el amor de Cristo al mundo. Propósito Hoy buscaré servir humildemente a una persona que provoque en mí, sentimientos negativos. Diálogo con Cristo Cristo resucitado, me atrevo a ponerme en tu presencia para que me llenes de Ti y del gozo de tu triunfo sobre el mal y la muerte. Creo firmemente en tu presencia renovadora, pero aumenta mi pobre fe. Confío que eres Tú quien me guiará en esta meditación y en toda mi vida para vivir como un hombre o mujer nuevo(a). Enciéndeme con el fuego de tu amor, para que me entregue a Ti sin reservas y quemes con tu Espíritu Santo mi debilidad y cobardía para darte a conocer a mis hermanos. |
viernes, 18 de abril de 2014
EL EVANGELIO DE HOY: VIERNES 18 DE ABRIL DEL 2014
Autor: José Cisneros | Fuente: Catholic.net Prisión de Jesús | |
Juan 18, 1-19, 42. Viernes Santo. Pidamos la gracia de recordar los dolores de Cristo crucificado. | |
Dicho esto, pasó Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, en el que entraron él y sus discípulos. Pero también Judas, el que le entregaba, conocía el sitio, porque Jesús se había reunido allí muchas veces con sus discípulos. Judas, pues, llega allí con la cohorte y los guardias enviados por los sumos sacerdotes y fariseos, con linternas, antorchas y armas. Jesús, que sabía todo lo que le iba a suceder, se adelanta y les pregunta: «¿A quién buscáis?» Le contestaron: «A Jesús el Nazareno.» Díceles: «Yo soy.» Judas, el que le entregaba, estaba también con ellos. Cuando les dijo: «Yo soy», retrocedieron y cayeron en tierra. Les preguntó de nuevo: «¿A quién buscáis?» Le contestaron: «A Jesús el Nazareno». Respondió Jesús: «Ya os he dicho que yo soy; así que si me buscáis a mí, dejad marchar a éstos.» Así se cumpliría lo que había dicho: «De los que me has dado, no he perdido a ninguno.» Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al siervo del Sumo Sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco. Jesús dijo a Pedro: «Vuelve la espada a la vaina. La copa que me ha dado el Padre, ¿no la voy a beber?» Entonces la cohorte, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, le ataron y le llevaron primero a casa de Anás, pues era suero de Caifás, el Sumo Sacerdote de aquel año. Caifás era el que aconsejó a los judíos que convenía que muriera un solo hombre por el pueblo. Seguían a Jesús Simón Pedro y otro discípulo. Este discípulo era conocido del Sumo Sacerdote y entró con Jesús en el atrio del Sumo Sacerdote, mientras Pedro se quedaba fuera, junto a la puerta. Entonces salió el otro discípulo, el conocido del Sumo Sacerdote, habló a la portera e hizo pasar a Pedro. La muchacha portera dice a Pedro: «¿No eres tú también de los discípulos de ese hombre?» Dice él: «No lo soy.» Los siervos y los guardias tenían unas brasas encendidas porque hacía frío, y se calentaban. También Pedro estaba con ellos calentándose. El Sumo Sacerdote interrogó a Jesús sobre sus discípulos y su doctrina Oración introductoria ¡Ven Espíritu Santo! Me concedes este día para poder acompañar a Cristo en su pasión. No quiero evadir ni olvidar toda la crueldad y maldad que vives por causa de mis pecados. Que esta oración sea el inicio de un día en donde no te escatime tiempo ni esfuerzo para saber contemplarte en tu pasión y muerte. Petición Señor, ayúdame a vivir un ayuno gozoso al saber renunciar a todo lo que no sea tu santa voluntad. Meditación del Papa Francisco La Cruz invita también a dejarnos contagiar por este amor, nos enseña así a mirar siempre al otro con misericordia y amor, sobre todo a quien sufre, a quien tiene necesidad de ayuda, a quien espera una palabra, un gesto. La Cruz nos invita a salir de nosotros mismos para ir al encuentro de ellos y tenderles la mano. Muchos rostros, lo hemos visto en el Viacrucis, muchos rostros acompañaron a Jesús en el camino al Calvario: Pilato, el Cireneo, María, las mujeres... Yo te pregunto hoy a ti: ¿Cómo quien quieres ser. Quieres ser como Pilato, que no tiene la valentía de ir a contracorriente, para salvar la vida de Jesús y se lava las manos? Decidme: Ustedes son de los que se lavan las manos, se hacen los distraídos y miran para otro lado, o son como el Cireneo, que ayuda a Jesús a llevar aquel madero pesado, como María y las otras mujeres, que no tienen miedo de acompañar a Jesús hasta el final, con amor, con ternura. Y ustedes, ¿cómo cuál de ellos quieres ser? ¿Cómo Pilato, como el Cireneo, como María? Jesús te está mirando ahora y te dice: ¿me quieres ayudar a llevar la Cruz? Hermano y hermana, con toda tu fuerza de joven ¿qué le contestas?. (S.S. Francisco, 27 de julio de 2013). Reflexión La vida del cristiano es un "via crucis" si se acepta la invitación de Jesús de llevar la propia cruz detrás de Él cada día. Podemos ser condenados al desprecio, podemos sentir el silencio que hiere y condena nuestra fidelidad cristiana. En nuestro "via crucis" hay también momentos de caída, de fragilidad y de cansancio, pero también nosotros tenemos una Madre (María) que nos acompaña en nuestro caminar como a Jesús. El camino de la cruz de Cristo y el nuestro son unas vías de salvación y de apostolado, porque hemos sido invitados a colaborar en la salvación de nuestros hermanos. Todos los cristianos somos responsables del destino eterno de quienes nos rodean. Cristo nos enseña con la cruz a salir de nosotros mismos, y a dar así un sentido apostólico a nuestra vida. Cuando contemplemos el crucifijo, cuando veamos la figura sufriente de Cristo en la cruz, pidamos la gracia de recordar que los dolores de Cristo crucificado son fruto del pecado. Evitemos, y pidamos la fortaleza a Dios para ello, cada una de las ocasiones de pecado que se nos presenten en nuestras vidas. Propósito Rezar, preferentemente en familia, un vía crucis. Diálogo con Cristo Señor Jesús, el ambiente me invita a rehuir todo lo que implique sacrificio, dolor, renuncia. Con tu pasión y muerte me invitas a lo contrario: a recorrer el camino áspero y estrecho de la cruz. Y la verdad es que sé que quiero colaborar en la obra de la salvación, pero sin sufrir, sin renunciar a «mis» haberes. Pero también sé que Tú te las ingenias para darme la sabiduría y la fuerza para renunciar, aunque me cueste, a todo eso que me aparta de Ti. Así, día a día, mi desprendimiento será mayor, aunque no me guste el sacrificio, si vivo la espiritualidad de cruz y de abnegación, por amor, que me propone tu Iglesia |
SAN FRANCISCO SOLANO, PRESBÍTERO FRANCISCANO, 18 DE ABRIL
Autor: Pedro García, Misionero Claretiano
Francisco Solano, Santo
Presbítero Franciscano, 18 de abril
Francisco Solano, Santo
Presbítero Franciscano
Evangelizador de América
Antiguamente se recordaba a San Francisco Solano el 18 de abril,
el Martirologio Romano actual lo festeja el 14 de julio
Martirologio Romano: En Lima, capital del Perú, san Francisco Solano, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que para salvar almas recorrió en todas las direcciones América Meridional, enseñando con palabras y con milagros a los indios y a los mismos colonizadores españoles la novedad de la vida cristiana (1610).
Etimológicamente: Francisco = Aquel que porta la bandera, es de origen germánico.
Fecha de canonización: 27 de diciembre de 1726 por el Papa Benedicto XIII.
Aquellos primeros misioneros que vinieron a nuestras tierras americanas junto con los conquistadores son de una grandeza casi sobrehumana. Entre ellos descuella la figura imponente de San Francisco Solano, el de una vida apostólica inconcebible que hoy vamos a presentar. ¿Cómo es posible realizar tanto trabajo en sólo veinte años, desde las costas de Panamá hasta las inmensidades peruanas, argentinas y uruguayas, para finalizar sus días de nuevo en el soñado Perú?...
Nace en Andalucía, ingresa en la Orden de San Francisco, y es un religioso y sacerdote sabio y santo.
Pero España es un campo muy estrecho para su celo apostólico, y a sus cuarenta años solicita venirse para nuestra América, donde tantas almas están sedientas de Dios.
Se embarca, llega a Cartagena y Portobello, y se detiene en Panamá durante cuatro meses, tan llenos de males y de dificultades, que mueren dos de sus compañeros. La vida del misionero empieza con grandes peligros, pero él no se va a rendir.
Toma una nave para el Perú, aunque el viaje se presenta difícil. Ante las costas de Colombia se produce la tragedia. La nave se parte en dos y en una lancha salvavidas pueden llegar algunos náufragos a la playa.
Francisco no intenta salvarse el primnero y se queda en la nave para dar ánimos a los que se ven del todo perdidos.
Vuelven las lanchas, y todos logran llegar a la arena entre grandes dificultades. El misionero es el último en abandonar el navío, se ata el hábito a la cintura, se lanza al mar, llega a la barca, y cuando alcanza la playa no le queda cubriendo su cuerpo más que la túnica. Decidido, se regresa a buscar su hábito, mientras dice a los compañeros aterrados:
- Voy por mi hábito. El Padre San Francisco me lo dio y a él se lo tengo que devolver.
Ese pobre hábito será su orgullo mayor y lo va a pasear con gallardía por aquellas tierras vírgenes.
Dos meses largos permanecen los náufragos en la playa inhóspita, comiendo sólo hierbas y los peces que llegan a sacar del mar como pueden. Francisco infunde ánimos a todos:
-¡Tranquilos! Dios nos sacará de aquí de una manera u otra.
Por fin, aparece una nave providencial, que recoge a los náufragos y los deja en el norte del Perú.
Francisco sigue a pie su camino hasta la lejana Lima, de donde arrancará ahora y donde acabará después su prodigioso apostolado.
Se arrodilla ante su superior, y le suplica con lágrimas casi en los ojos:
- ¡Padre, mándeme, mándeme a mí! Por amor a mi Señor Jesucristo, yo quiero ir a las misiones más difíciles.
El superior comprende que aquellos impulsos tan vehementes hacia las misiones más arriesgadas vienen de Dios, y autoriza todo:
- ¡Vaya, pues, y que Dios le acompañe siempre!
Francisco escala los Andes, sube a las alturas más encumbradas de Bolivia, desciende después hasta la Argentina y llega al Tucumán, donde va a tener el centro de su apostolado durante once años pro-digiosos, apostolado que se extenderá hasta el Estero y Paraguay.
Estudia con ahínco las lenguas de los indígenas, a los que trata con un amor enternecedor. Y, cuando una vez se ve ante varias tribus, sin conocer las lenguas de todos, confía en el Espíritu Santo, que renueva con él aquella vez el prodigio de Pentecostés. Todos sus oyentes lo han entendido, y exclaman atónitos:
- ¿Y cómo el Padre español habla a la vez todas nuestras lenguas?...
El caso de conversiones más famoso en la vida de Francisco Solano se dio en La Rioja.
Cuarenta y cinco caciques se dan cita en ella, y las autoridades se ponen al tanto, con los soldados a punto de entrar en acción ante el primer peligro.
Era Jueves Santo, y en la procesión, organizada por el santo misionero, formaba un grupo de disciplinantes. Desnudos de la cintura para arriba, y con el despiadado látigo en la mano, iban dándose duros golpes en las espaldas, en memoria de la flagelación de Jesús y haciendo así penitencia por los pecados de todos.
Los caciques indios se conmueven ante aquel espectáculo. Abrazan la fe católica que predica Francisco, y se hacen bautizar todos con muchos otros de sus tribus, después de la rigurosa instrucción a que los somete el misionero.
Dicen que llegaron hasta nueve mil los que se fueron bautizando después poco a poco, una vez recibida la debida instrucción. Todo fue fruto de aquella procesión tan devota y singular.
Los caciques, que habían venido al acecho como fieras, se habían convertido en corderitos mansos y obedientes...
El infatigable misionero, obediente a la voz de sus Superiores, regresa a Lima, donde permanecerá haciendo prodigios de santidad y de conversiones durante los seis últimos años de su vida.
Esta vida tan preciosa del misionero acaba mientras el sacerdote alza la Sagrada Hostia en la Misa que se celebra en su presencia por el moribundo.
Con el Cristo de la Hostia se alzaba hasta el Cielo uno de los mayores apóstoles que han recorrido nuestra América, tan prometedora...
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texto publicado en EWTN
Francisco Solano, llamado "el Taumaturgo del nuevo mundo", por la cantidad de prodigios y milagros que obtuvo en Sudamérica, nació en 1549, en Montilla, Andalucía, España.
Su padre era alcalde de la ciudad, y el jovencito desde muy pequeño se caracterizó por su habilidad en poner paz entre los que se peleaban. Cuando había algún duelo a espada, bastaba que Francisco corriera a donde los combatientes a suplicarles que no se pelearan más, para que hicieran las paces.
Estudió con los Jesuitas, pero entró a la comunidad Franciscana porque le atraían mucho la pobreza y la vida tan sacrificada de los religiosos de San Francisco. Los primero años de sacerdocio los dedicó a predicar con gran provecho en el sur de España. Sus sermones no tenían nada de rebuscado ni de elegante, pero llegaban hasta el fondo del corazón de los pecadores y conseguían grandes conversiones. Es que rezaba mucho antes de cada predicación.
Primer contagio. Llegó a Andalucía la peste del tifo negro y Francisco y su compañero Fray Buenaventura se dedicaron a atender a los enfermos más abandonados. Buenaventura se contagió y murió (y ahora es santo también) luego se contagió también Francisco y creyó que ya le había llegado la hora de partir para la eternidad, pero luego, de la manera más inesperada, quedó curado. Con eso se dio cuenta de que Dios lo tenía para obras apostólicas todavía más difíciles.
Pidió a sus superiores que lo enviaran de misionero al Africa, y no le fue aceptada su petición. Pero poco después el rey Felipe II pidió a los franciscanos que enviaran misioneros a Sudamérica y entonces sí fue enviado Francisco a extender la religión por estas tierras. Fue una gran alegría para su corazón.
Y sucedió que una terrible tempestad lanzó el barco contra unas rocas frente a Panamá y se partió en dos. No había sino una embarcación para volver a tierra firme, y el misionero prefirió aguardar allá en esos escollos con los esclavos negros que él había venido instruyendo durante el viaje y acompañarlos hasta que llegara otra barca a salvarlos. Y aprovechó esos tres días de terror y peligro, para acabar de instruirlos y bautizarlos allí mismo. Varios de ellos perecieron luego entre aquellas olas pero ya habían sido bautizados.
La pequeña embarcación los llevó a unas costas inhospitalarias y allá pasaron días terribles de hambre y peligros. Cuando los marineros se desesperaban lo único que podía calmarlos era la intervención del Padre Francisco. Cuando había peleas, al único que le hacían caso para dejar de pelear, era el Padre Solano. Al fin lograron que un barco los recogiera y los llevara a la ciudad de Lima.
Fray Francisco Solano recorrió el continente americano durante 20 años predicando, especialmente a los indios. Pero su viaje más largo fue el que tuvo que hacer a pie, con incontables peligros y sufrimientos, desde Lima hasta Tucumán (Argentina) y hasta las pampas y el Chaco Paraguayo. Más de 3,000 kilómetros y sin ninguna comodidad. Sólo confiando en Dios y movido por el deseo de salvar almas.
Y le sucedió en aquel gran viaje misionero, que lograba aprender con extraordinaria facilidad los dialectos de aquellos indios a las dos semanas de estar con ellos. Y le entendían todos admirablemente sus sermones. Sus compañeros misioneros se admiraban grandemente de este prodigio y lo consideraban un verdadero milagro de Dios. Pero lo más admirable es que las tribus de indios, aun las más belicosas, y opuestas a los blancos, recibían los sermones del santo con una docilidad y un provecho que parecían increíbles. Dios le había concedido la eficacia de la palabra y la gracia de conseguir la simpatía y buena voluntad de sus oyentes.
Fray Francisco llegaba a las tribus más guerreras e indómitas y aunque al principio lo recibían al son de batalla, después de predicarles por unos minutos con un crucifijo en la mano, conseguía que todos empezaran a escucharle con un corazón dócil y que se hicieran bautizar por centenares y miles.
Un Jueves Santo estando el santo predicando en La Rioja (Argentina) llegó la voz de que se acercaban millares de indios salvajes a atacar la población. El peligro era sumamente grande, todos se dispusieron a la defensa, pero Fray Francisco salió con su crucifijo en la mano y se colocó frente a los guerreros atacantes y de tal manera les habló (logrando que lo entendieran muy bien en su propio idioma) que los indígenas desistieron del ataque y poco después aceptaron ser evangelizados y bautizados en la religión católica.
El Padre Solano tenía una hermosa voz y sabía tocar muy bien el violín y la guitarra. Y en los sitios que visitaba divertía muy alegremente a sus oyentes con sus alegres canciones. Un día llegó a un convento donde los religiosos eran demasiado serios y recordando el espíritu de San Francisco de Asís que era vivir siempre interior y exteriormente alegres, se puso a cantarles y hasta a danzar tan jocosamente que aquellos frailes terminaron todos cantando, riendo y hasta bailando en honor del Señor Dios.
San Francisco Solano misionó por más de 14 años por el Chaco Paraguayo, por Uruguay, el Río de la Plata, Santa Fe y Córdoba de Argentina, siempre a pie, convirtiendo innumerables indígenas y también muchísimos colonos españoles. Su paso por cada ciudad o campo, era un renacer del fervor religioso. Un día en el pueblo llamado San Miguel, estaban en un toreo, y el toro feroz se salió del corral y empezó a cornear sin compasión por las calles. Llamaron al santo y éste se le enfrentó calmadamente al terrible animal. Y la gente vio con admiración que el bravísimo toro se le acercaba a Fray Francisco y le lamía las manos y se dejaba llevar por él otra vez al corral.
A imitación de su patrono San Francisco de Asís, el padre solano sentía gran cariño por los animalillos de Dios. Las aves lo rodeaban muy frecuentemente, y luego a una voz suya, salían por los aires revoloteando, cantando alegremente como si estuvieran alabando a Dios.
Por orden de sus superiores, los últimos años los pasó Fray Francisco en la ciudad de Lima predicando y convirtiendo pecadores. Entraba a las casas de juegos y hacía suspender aquellos vicios y llevaba a los jugadores a los templos. En los teatros, en plena función inmoral hacía suspender la representación y echaba un fogoso sermón desde el escenario, haciendo llorar y arrepentirse a muchos pecadores. En plena plaza predicaba al pueblo anunciando terribles castigos de Dios si seguían cometiendo tantos pecados y esto conseguía muchas conversiones.
Un día estando predicando en una misa empezó a temblar. Las gentes quisieron salir huyendo, pero él les dijo: "Si piden perdón a Dios, no les sucederá nada malo". Todos pidieron perdón y nada malo sucedió aquel día allí. Otro día en pleno sermón exclamó: "Por las maldades de estas gentes, todo lo que está a mi alrededor será destruido y no quedará sino el sitio desde donde estoy predicando". Y así sucedió años después. llegó un terremoto y destruyó el templo y todos los alrededores, y el único sitio que quedó sin que le pasara nada, fue aquel desde donde el santo había predicado.
En mayo de 1610 empezó a sentirse muy débil. Los médicos que lo atendían se admiraban de su paciencia y santidad. El 14 de julio, una bandada de pajaritos entró cantando a su habitación y el Padre Francisco exclamó: "Que Dios sea glorificado", y expiró. Desde lejos las gentes vieron una rara iluminación en esa habitación durante toda la noche. San Francisco Solano: pídele a Dios muchas bendiciones para América.
SAN PERFECTO DE CÓRDOBA, PRESBÍTERO Y MÁRTIR, 18 DE ABRIL
Autor: n/a | Fuente: Archidiócesis de Madrid Perfecto de Córdoba, Santo | |
Presbítero y Mártir, 18 de abril | |
Presbítero y MártirHijo de padres cristianos y nacido en Córdoba, conocedor del idioma árabe, aparece vinculado a la Iglesia de san Acisclo donde se formó y se ordenó de sacerdote, cuando es pleno el dominio musulmán. En el año 850 se abre una etapa de mayor rigor e intransigencia musulmana que rompe la convivencia hasta el momento equilibrada entre las poblaciones monoteístas de la ciudad. El presbítero Perfecto encabeza la lista de los mártires cordobeses del siglo IX. En los comienzos del 850 le rodea un malintencionado grupo de musulmanes; le preguntan su parecer acerca de Cristo y de Mahoma. Perfecto expresó con claridad su fe en Jesucristo: Jesucristo es el Señor, sus seguidores están en la verdad, y llegarán a la salvación; la Ley de Cristo es del Cielo y dada por el mismo Dios. "En cuanto a lo que los católicos piensan de vuestro profeta, no me atrevo a exponerlo, ya que no dudo que con ello os molestaréis y descargaréis sobre mí vuestro furor". Pero, ante su insistencia y con la promesa de impunidad, con la misma claridad expone lo que pensaba sobre quien ellos tenían como profeta: Mahoma es el hombre del demonio, hechicero, adúltero, engañador, maldito de Dios, instrumento de Satanás, venido del infierno para ruina y condenación de las gentes. Han quedado sus interlocutores atónitos, perplejos y enfurecidos. ¿Cómo podrán soportar que se llame al profeta Mahoma mentiroso y a su doctrina abominación? ¿Aceptarán oír que quienes le siguen van a la perdición, tienen ciego el entendimiento y su modo de vivir es una vergüenza? Le llaman traidor, le llevan al cadí y entra en la cárcel. Allá, junto al Gaudalquivir, el 18 de abril del 850, en el sitio que se llamó "Campo de la Verdad" por los muchos mártires que se coronaron, fue degollado por odio a la fe que profesaba,. Luego se enterró su cadáver en la iglesia de san Acisclo y sus restos se trasladaron más tarde -en el 1124- a la iglesia de san Pedro. Su muerte ejemplar alentó a los acorralados y miedosos cristianos. Desde este martirio, habrá quienes se acerquen voluntariamente a los jueces. Además de claridad en los conceptos, hay exactitud en las palabras y lo que es más importante coherencia en las obras. Quizá los "hábiles dialogantes" de hoy tildaríamos a Perfecto de "imprudente" por nuestra extraña cobardía que pega al suelo; pero, si la prudencia es virtud que acerca al cielo, Perfecto fue un hombre prudente. La verdad tiene un camino y, cuando Perfecto abría la boca, en su simpleza, sólo sabía decir la verdad. No es bueno confundir la tolerancia con la indiferencia. |
jueves, 17 de abril de 2014
EL EVANGELIO DE HOY: JUEVES 17 DE ABRIL DEL 2014
Autor: Edgar Pérez | Fuente: Catholic.net Lavatorio de los pies | |
Juan 13, 1-15. Jueves Santo. Cristo se da como Alimento en la Eucaristía y como Víctima por nuestros pecados en la cruz. | |
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Durante la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle, sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía, se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó. Luego echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido. Llega a Simón Pedro; éste le dice: «Señor, ¿tú lavarme a mí los pies?» Jesús le respondió: «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora: lo comprenderás más tarde». Le dice Pedro: «No me lavarás los pies jamás». Jesús le respondió: «Si no te lavo, no tienes parte conmigo». Le dice Simón Pedro: «Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza». Jesús le dice: «El que se ha bañado, no necesita lavarse; está del todo limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos». Sabía quién le iba a entregar, y por eso dijo: «No estáis limpios todos». Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros. Oración introductoria Ven, Espíritu Santo, dame tu luz para comprender que el amor, para que realmente sea amor, tiene que concretarse en obras. ¡Tengo tanto que aprender de ti, Señor! Creo, espero y te amo tanto que quiero, con tu gracia, llegar a ser otro Cristo para los demás. Petición Señor, ayúdame a vivir desde hoy con una actitud de servicio y disponibilidad. Meditación del Papa Francisco Servir. ¿Qué quiere decir esto? Servir significa dar cabida a la persona que llega, con cuidado; significa agacharse hasta quien tiene necesidad y tenderle la mano, sin cálculos, sin miedo, con ternura y comprensión, así como Jesús se inclinó para lavar los pies de los apóstoles. Servir significa trabajar al lado de los más necesitados, estableciendo con ellos en primer lugar relaciones humanas, de cercanía, vínculos de solidaridad. Solidaridad, esta palabra que da miedo al mundo más desarrollado. Tratan de no decirla. Es casi un insulto para ellos. ¡Pero es nuestra palabra! Servir significa reconocer y acoger las exigencias de justicia, de esperanza y buscar juntos las vías, los caminos concretos de liberación. Los pobres son también maestros privilegiados de nuestro conocimiento de Dios; su fragilidad y sencillez ponen al descubierto nuestros egoísmos, nuestras falsas certezas, nuestras pretensiones de autosuficiencia y nos guían a la experiencia de la cercanía y de la ternura de Dios, para recibir en nuestra vida su amor, la misericordia del Padre que, con discreción y paciente confianza, cuida de nosotros, de todos nosotros. (S.S. Francisco, 10 de septiembre de 2013). Reflexión Si viéramos a algún presidente servirnos la mesa como uno de nuestra servidumbre nos pasmaríamos de seguro por su acción; y si tenemos buen corazón lo admiraríamos: "¡cómo se ha humillado! ¡Qué ejemplo!" Sin embargo estas cosas no suelen pasar entre los poderosos de este mundo. Cristo, en cambio se humilló como un esclavo. Dice san Juan: "Habiendo amados a los suyos, los amó hasta el extremo". El Amor hecho carne está lejos de ser una especie de demagogo y fariseo que sólo dice y nada hace o hace lo contrario de lo que dice. Cristo vino con toda su vida a predicarnos el amor. Y nos lo predicó con la palabra y sobre todo con su testimonio. Él que era la Palabra del Padre tenía que decirnos su Palabra con su vida. Por eso no tardó en demostrar el amor sirviendo. Sí, sirviendo. Porque amar de verdad es estar sirviendo al otro, totalmente donado al otro. El oficio de esclavo mandaba lavar los pies a los invitados a un banquete. Cristo asume ese oficio. Por eso Pedro se escandaliza de lo que hace su Maestro: "Tú no me lavarás los pies a mí". No porque no quisiera una merced tan grande del Señor sino porque no aguantaba verle hacer "eso" tan humillante. Pero entiende bien el fondo del asunto. Cristo ha hablado del amor. Si no le lava los pies no tendrá parte con Él. Nada más fuera de las intenciones de Pedro. "Hasta la cabeza me puedes lavar". Es ahora cuando Jesús les enseña que amar no es un estado emotivo, ni un sentimiento para con algunos o una idea hermosa en la cabeza. Es donarse efectivamente. De este modo, lavarnos los pies equivale a vivir en el amor, sirviendo uno al otro con total desinterés. Nada tenía que darnos Cristo. No sólo se habrá de humillar de esta manera. Se dará como Alimento en la Eucaristía y como Víctima por nuestros pecados en la cruz. Si para alguien el amor es una palabra hueca, que mire a Cristo. Allí comprenderá qué signifique amar de verdad. Propósito Acercarme al sacramento de la reconciliación (confesión) para vivir plenamente el Triduo Pascual. Diálogo con Cristo Gracias, Señor, por mostrarme el camino que debo seguir. La gracia me la ofreces en la Eucaristía, el eje alrededor del cual debe girar toda mi existencia, pero para poder recibirte sacramentalmente, necesito primero lavarme, limpiar mi vida de todo lo que te ofende, porque aunque sé que nunca seré digno, tengo la seguridad que con la absolución de uno de tus sacerdotes, mi alma quedará lista para recibirte. |
SAN ROBERT DE CHAISE-DIEU, ABAD, 17 DE ABRIL
Autor: . | Fuente: ACI Prensa Robert de Chaise-Dieu, Santo | |
Abad, 17 de abril | |
AbadTambién es conocido como: San Roberto de Turlande. Etimológicamente: Roberto = Aquel que brilla por su fama, es de origen germánico. Fecha de canonización: En el año 1351 por el Papa Clemente VI, antiguo abad de La-Chaise-Dieu, rubrica la canonización. Por el lado de ascendencia de su padre, perteneció a la familia de los Condes de Aurilac, de quienes se había originado San Geraud. Estudió en Brioude cerca de la basílica de San Julián, en una escuela abierta para la nobleza de Auvergne, establecida por los cánones de la ciudad. Habiendo entrado en la comunidad, y habiendo sido ordenado sacerdote, Roberto se distinguió por su piedad, caridad, celo apostólico, elocuentes discursos y el don de los milagros. Durante cerca de cuarenta años, permaneció en Cluny para vivir bajo la norma de su compatriota también santo, Abbé Odilo. Fue forzado a regresar a Brioude, y allí empezó un nuevo proyecto, para lo cual fue a Roma, para consultar con el Papa. Benedicto IX le animó a retirarse junto con dos compañeros al valle boscoso del sureste de Auvergne. Allí construyó una ermita, bajo el nombre de Chaise-Die (Casa de Dios). Tuvo mucho renombre en sus virtudes y atrajo a un gran número de discípulos, fue obligado entonces a construir un monasterio, el cual fue colocado bajo la norma de San Benedicto (1050). León IX construyó la Abadía de Chaise-Dieu, el cual llegó a ser uno de los emblemas del floreciente cristianismo. A la muerte de Roberto, el 17 de abril de 1067, se tenían unos 300 monjes y se habían enviado multitudes al centro de Francia. Roberto también fundó una comunidad para mujeres en Lavadieu cerca de Brioude. Por medio de la elevación del monje de Chaise-Dieu, Pierre Roger, al solio pontificio, bajo el nombre de Clemente IV, la abadía alcanzó el pináculo de su gloria. El cuerpo de San Roberto se preservaba allí, fue quemado por los hugonotes durante las guerras religiosas. Su trabajo fue destruido por la Revolución Francesa, pero hay restos que quedan para admiración de los turistas, tales como la iglesia devastada, la tumba de Clemente VI, y la torre clementina. |
Los Santos de hoy jueves 17 de abril de 2014
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