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miércoles, 29 de enero de 2014
Los Santos de hoy miércoles 29 de enero de 2014
EL EVANGELIO DE HOY: 29.01.2014
Autor: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net Parábola del sembrador | |
Marcos 4, 1-20. Tiempo Ordinario. Hay que sembrar, poner en práctica todos los consejos que Cristo mismo nos ha dado. Después Dios dará los frutos. | |
En aquel tiempo Jesús se puso a enseñar a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se sentó; toda la gente estaba en tierra a la orilla del mar. Les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas. Les decía en su instrucción: Escuchad. Una vez salió un sembrador a sembrar. Y sucedió que, al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino; vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida por no tener hondura de tierra; pero cuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó. Otra parte cayó entre abrojos; crecieron los abrojos y la ahogaron, y no dio fruto. Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento. decía: Quien tenga oídos para oír, que oiga. Cuando quedó a solas, los que le seguían a una con los Doce le preguntaban sobre las parábolas. Él les dijo: A vosotros se os ha dado el misterio del Reino de Dios, pero a los que están fuera todo se les presenta en parábolas, para que por mucho que miren no vean, por mucho que oigan no entiendan, no sea que se conviertan y se les perdone. Y les dice: ¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, entonces, comprenderéis todas las parábolas? El sembrador siembra la Palabra. Los que están a lo largo del camino donde se siembra la Palabra son aquellos que, en cuanto la oyen, viene Satanás y se lleva la Palabra sembrada en ellos. De igual modo, los sembrados en terreno pedregoso son los que, al oír la Palabra, al punto la reciben con alegría, pero no tienen raíz en sí mismos, sino que son inconstantes; y en cuanto se presenta una tribulación o persecución por causa de la Palabra, sucumben enseguida. Y otros son los sembrados entre los abrojos; son los que han oído la Palabra, pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y las demás concupiscencias les invaden y ahogan la Palabra, y queda sin fruto. Y los sembrados en tierra buena son aquellos que oyen la Palabra, la acogen y dan fruto, unos treinta, otros sesenta, otros ciento. Oración introductoria Señor, hoy vienes a la tierra de mi alma dispuesto a sembrar tu mensaje en ella. Ayúdame a escucharte, a aceptar tu Palabra, a configurar mi vida con ella. Concédeme ser una tierra buena que produzca fruto abundante por saber acoger y trasmitir tu gracia. Petición Jesucristo, concédeme corresponderte y ser fiel a todas las gracias que derramas en mi alma. Meditación del Papa Francisco Custodiar la Palabra de Dios quiere decir abrir nuestro corazón a ella, como la tierra se abre para recibir la semilla. La Palabra de Dios es semilla y se siembra. Y Jesús nos dijo lo que sucede con la semilla. Algunas caen a lo largo del camino, vienen los pájaros y las comen. Esto sucede cuando no se custodia la Palabra. Significa que ciertos corazones no saben recibirla. Sucede también que otras semillas caen en una tierra con muchas piedras y la semilla no logra echar raíces y muere, es decir, cuando no somos capaces de custodiarla porque no somos constantes; y cuando llega una tribulación nos olvidamos de ella. La Palabra cae también en tierra no preparada, donde hay espinas, y al final muere porque no se le custodia. Pero, ¿qué son las espinas? Lo dice Jesús mismo: "El apego a las riquezas, los vicios, todas estas cosas". Custodiar la Palabra de Dios es recibirla en nuestro corazón. Pero es necesario preparar nuestro corazón para recibirla. Meditar siempre sobre lo que nos dice esta Palabra hoy, mirando lo que sucede en la vida.(S.S. Francisco, 8 de junio de 2013, homilía matutina en Santa Marta). Reflexión: Estamos en invierno. Pero el campo sigue dando sus frutos. Nadie ve la acción lenta, pero segura, del germinar de las semillas sembradas. Eso no es ningún pretexto para decir que no se recogerá nada durante la cosecha. Los frutos se ven a su tiempo y hay que saber esperarlos. La semilla sembrada en este pasaje es la Palabra de Cristo. El mismo nos explica el significado de la parábola. No tenemos que quedarnos sólo con el significado, tenemos que bajarlo a la propia vida. Hay que ver cuántas veces recibimos la semilla y ha dado su fruto. Para esto es esta parábola. Cristo nos da la oportunidad de ver cómo estamos correspondiendo a su llamado, cómo lo hacemos parte de nuestra propia vida. Si queremos que la semilla dé el fruto más abundante hay que poner en práctica todos los consejos que Cristo mismo nos ha dado. Y lo primero es acogerla todos los días, preservarla contra las manos del maligno, e irla cuidando todos los días, hasta que dé su fruto. Hay que dar el cien por ciento de los frutos que Dios quiere de nosotros, así estaremos más cercanos a la felicidad. Propósito Ser tierra buena que da frutos por nutrirse por la Palabra de Dios, leer el salmo 95. Diálogo con Cristo Señor, no permitas que en mi vida se vaya ahogando la semilla de la fe, concédeme descubrir cuáles son esas piedras, esos espinos que la impiden crecer, haz que me deshaga de todo lo que seca la tierra de mi alma y me impide dar frutos de oración, de apostolado, de caridad. |
SAN SULPICIO SEVERO, OBISPO DE BOURGES, 29 DE ENERO
Autor: P. Felipe Santos Sulpicio Severo, Santo | |
Obispo de Bourges, 29 de enero | |
ObispoEtimología: Sulvicio = caritativo. Viene de la lengua latina. Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa. Las cosas no le iban mal pero no se sentía completamente en la felicidad en la que tanto soñaba y para la cual le llamaba Dios. Era un buen abogado. Ganaba su buen dinero ya en aquel lejano tiempo. Pero no dejaba de pensar en el camino para escalar la perfección que sentía muy adentro. Por eso, cuando menos se lo esperaba, habló con su mujer acerca de sus planes. Todo el mundo, al enterarse, lo tomaron por loco. Sin embargo, su suegra – menos mal – fue la única que lo entendió muy bien. No solamente aprobó su decisión, sino que incluso le hizo ofertas de tierras al lado de la bellísima ciudad medieval de Carcasona. Le convenía mucho para su nueva vida y vocación. Sulpicio se pasó en ese lugar todo el resto de su larga vida, rezando, haciendo penitencia y escribiendo muchos libros, basados en los estudios que iba haciendo de san Paulino de Nola, san Jerónimo y otros personajes célebres de tiempos anteriores. De sus muchas obras tan sólo se conserva la biografía que escribió de su maestro y buen amigo san Martín. Es el único documento que existe acerca del que llevó a Francia a la conversión. Desde entonces, todos los que se dedicaban a escribir hagiografías lo imitaron de tal forma que parecían suyas. San Gregorio de Tours, quien nos da el dato de su nombramiento a la sede de Tours (584) en vez de otros candidatos simoníacos, habla de San Sulpicio con gran respeto y nos dice que convocó un concilio provincial en Auvernia. El santo tomó también parte en el Concilio de Maçon, en 585. No se sabe exactamente la edad que tenía cuando murió. Lo más probable, según sus hagiógrafos, es que debería rondar los 50 o los 80. Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com |
martes, 28 de enero de 2014
SANTO TOMÁS, SANTO Y SABIO, O SABIO Y SANTO?
Santo Tomás, ¿Santo y sabio, o sabio y santo? Porque la pureza de pensamiento exige la pureza de alma. Porque cuando el hombre se apaga para la carne se enciende para la idea La Verdad, tan intensamente buscada y gloriosamente vivida. Acertado anduvo el pintor moderno que, al caricaturizar el siglo XX, lo simbolizó en una cabezota de proporciones enormes y en un corazón del tamaño de una avellana. ¡Brochazo más exacto del Siglo XX!…Y en efecto qué de cosas no han salido de tal magín!: locomotoras aerodinámicas gigantescas, fábricas de electricidad, veloces aviones, radiodifusión, aviones cohete, vuelos espaciales, satélites en cadena, televisión, lana de cristal, telescopios potentes como un millón de ojos humanos, Rayos X, radium, transfusión de sangre, Rayos ultravioleta, anestesia por hielo, maravillas de la neurocirugía, Internet, cibernética, teléfonos celulares, sofimática, Rayos láser…Todo eso y mucho más ha concebido esa inteligencia gigantesca. Pero, ¿el corazón?; ¿el sentido moral?- Cero en el cociente: "Parturient montes, nascetur ridiculus mus". Y, ¡qué consecuencias! Porque el hombre cabal, íntegro y equilibrado ha de crecer en todas direcciones y ha de desarrollar a un mismo ritmo entendimiento y voluntad, cabeza y corazón, es por lo que Alexis Carrel ha apodido decir que la humanidad del siglo XX está coja. No ha acertado pues el siglo XX a darnos el tipo exacto del hombre íntegro, cabal, perfecto y equilibrado, porque tales notas sólo se hallan en quien logra proporciones exactas entre su intelecto y su corazón. Y es el caso que el santo enraíza en el hombre y que donde no hay hombre no puede haber santo. Es por lo tanto necesario que estudiemos a Santo Tomás como hombre íntegro y, a través de este prisma, lograremos en ciernes, la síntesis del trabajo. Y por ello, como con una apostilla luminosa, podremos prologar el tema con el clásico aforismo: "Santo Tomás es el más santo de los sabios y el más sabio de los santos". SANTO TOMÁS, SABIO Un grupo de estudiantes se acerca a la portería del convento. La campanilla llama al Prior: -¿Fray Jacobo María Luís? Que suban cuando gusten - ha contestado el Padre. Celda monacal…Ventana ojival que junta las manos en perfecta actitud orante…Una mesa grande llena de libros…Un gran crucifijo…Libros hay también en el jergón… Padre, nos parece tan absurdo el misterio de la Santísima Trinidad!!!…Hemos estudiado mucho, discutido más y hemos acordado que, pues no lo entendemos, ese misterio no puede ser real… El Padre Monsabré les abarca con una mirada franca por la que pasan chispazos de inteligencia. - Yo conozco un fraile - les dice - que contra la Trinidad sabe más que vosotros. Se admiran los estudiantes. Y aún se pasman más cuando el Padre empieza a leerles la questión 2ª de la 1ª parte de la Suma de Santo Tomás: "Videtur quod non". - "Videtur quod non". - "Videtur quod non"… Y en los estudiantes el pasmo crece… Y llega a la cúspide. Y sigue el Padre: "Sed contra est…Sed contra est… Sed contra est". Respondeo dicendum… Y les clavó las banderillas. Y aquel libro asombró a los estudiantes. Y aquél y los otros, han pasmado a los siglos. Porque las Pirámides de Egipto asombran menos. Por eso, expresando el sentir de la cristiandad, pudo muy bien decir Juan XXII en la canonización del Santo: "Después de los Apóstoles, ningún otro Doctor ha iluminado a la Iglesia con tanta luz". Y San Pío X: "En sus libros aprovecha más el hombre en un solo año que en el estudio de los demás en toda la vida". Y poco más o menos decía Lacordaire, el célebre dominico predicador de Notre Dame de París. SANTO TOMAS, SANTO Lector hebdomadario en refectorio es fray Tomás. El prior le manda que corrija una frase que, por otra parte, ha leido correctamente. Fray Tomás la corrige. - Los compañeros se admiran y le recriminan porque no ha hecho prevalecer su criterio sabiendo que estaba en lo cierto. Y responde Tomás: - "No interesaba entonces leer bien, sino obedecer al prior". Antes le vimos sabio; acabamos de verlo santo. Veamos ahora cómo se relacionan su santidad y su sabiduría hasta el punto de que este genio prócer sea sabio por santo y santo por sabio. TOMÁS, SABIO POR SANTO Porque la pureza de pensamiento exige la pureza de alma. Porque cuando el hombre se apaga para la carne se enciende para la idea. Porque - ha dicho Gratry - la mortificación de los sentidos es un prerrequisito par pensar y ella sola puede conducir a la clarividencia. Y, por eso, si el Aquitanense es Doctor por el vuelo soberbio de su alado genio, es Angélico por la impoluta nitidez de su casta carne que, procedente de las riberas del Tirreno, se había revestido de las alburas del Carmelo y del Hermón. Atleta de la fe, casto, sobrio, pronto al ímpetu, pero lejos de todo exceso, era todo él un alma, una inteligencia servido por unos órganos, según la clásica definición. Sabio por santo. - Así pensaba el Aguila y así hablaba el Buey Mudo: - "Te aconsejo - dice en su "Carta a un estudiante", de palpitante actualidad para nosotros, - que seas tardo en el hablar y que, absteniéndote de frecuentar lugares de disipación y en que se habla mucho, conserves la pureza de conciencia. Frecuenta, en cambio, la oración; y, amigo del retiro, podrás llegar al santuario de la sabiduría". Y así lo cumplía el Gigante: Tres años permaneció taciturno y respetuoso en la escuela de Alberto Magno, entre sus condiscípulos religiosos y laicos, franceses, italianos y españoles, alemanes, ingleses y flamencos, hasta el punto de que aquella juventud apasionada, parlera y bulliciosa le motejase como "Buey Mudo". ¿Por qué estuviste tres años callado en la escuela de Alberto Magno? - le preguntó más tarde un amigo íntimo; y el santo, que rindió siempre tributo a la amistad, contestó a su interlocutor: - Porque aún no había aprendido a hablar en presencia de Alberto. ¡Digna atmósfera su silencio de su alma gigante! En esta, como en otras ocasiones, Santo Tomás nos descubre que sabía y vivía que los más hermosos cantos de la naturaleza se oyen en el silencio de la anoche: el ruiseñor, el sapo de voz de cristal, el grillo, cantan en la noche. El gallo anuncia el día, pero no lo espera. El silencio del Angélico es el del místico que ve a Dios cerca y que intensamente desea acercárselo más. Por eso sigue en sus consejos a un estudiante: "estima tu celda, si deseas ser introducido en la bodega del vino". Consecuencia de su embriaguez de Bien fue su clarividencia. Y SI FUE SABIO POR SANTO FUE SANTO POR SABIO Porque siendo Vida la Verdad, cuando ésta crece, se intensifica la otra. Llega a la meta de la santidad quien realiza al ápice el plan de Dios sobre su vida. Ahora bien, si el intelectual - en frase de Sertillanges - es un consagrado, aparece claro a la luz de esta verdad, que entonces hará éste carne en su vida el plan de Dios, cuando llene íntegramente su vocación de intelectual. Santo Tomás pues, siendo sabio y únicamente por serlo - por cuanto en el orden divino todo caso humano y cristiano es un caso incomunicable y único - plasmó el plan de Dios y, por ende, su santidad. Destinado a ser lumbrera, no quiso ocultar bajo el celemín el resplandor grandioso que la Madre Iglesia esperaba del Sol de Aquino. Y por ello, porque anduvo su camino - el que la Providencia le señalara, el único bueno para él, pues que para el sabio todos los caminos son malos menos el suyo, - Fray Tomás fulgura en la gloria "perfecte amantium quia facie ad faciem contemplantium", en frase de San Agustín, "quasi scintillae in perpetuas aeternitates". Es esto lo que él pidió al Crucificado que le hablaba. El hecho místico sucedió así: Una noche entró en éxtasis ante el Crucificado. El Hermano Domingo de Caserta lo vió levantado en alto mientras oía una voz sobrenatural: "Bene scripsisti de me, Thoma". ¿Qué recompensa quires por tu trabajo?… Y dijo el Santo Doctor: "Ninguna más que Vos, oh Señor". Santo Tomás llegó a la cúspide de la Gran Pirámide donde últimamente, se unen la Verdad y la Vida. Subió por aristas distintas; culminó en vértice común. SANTO TOMÁS SABIO POR SANTO Y SANTO POR SABIO En él - dijo Grabman - es imposible separar el santo del sabio. Porque la Verdad y la Vida, como la Sofía y el Amor eternos, siendo realidades distintas, coinciden. Un punto eterno le da origen. El mismo punto eterno, común y único prende, en su meta infinita, el broche eterno de la unión substancial. Autor: Jesús Martí Ballester |
EL EVANGELIO DE HOY: 28-01-2014
Autor: Carlos Llaca | Fuente: Catholic.net La verdadera familia de Jesús | |
Marcos 3, 31-35. Tiempo Ordinario. Si Cristo dice que quien cumple la voluntad de Dios es su hermano, su hermana y su madre, ¡Yo quiero ser hermano de Jesús! | |
En aquel tiempo llegaron la madre de Jesús y sus hermanos, y desde fuera lo mandaron llamar. La gente que tenía sentada a su alrededor le dijo: ¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan. El les responde: ¿Quién es mi madre y mis hermanos? Y mirando en torno a los que estaban sentados en corro, a su alrededor, dice: Estos son mi madre y mis hermanos. Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre. Oración introductoria Señor, vengo ante Ti en este momento de oración buscando tener un momento a solas contigo, en silencio. Te consagro todos mis pensamientos, palabras y obras. Concédeme vivir con la ilusión de cumplir hoy, en todo, tu voluntad. Petición Padre mío, aumenta mi fe, mi esperanza y mi caridad para que renueve minuto a minuto mi opción por Ti. Meditación del Papa Francisco La verdadera fuerza del cristiano es la fuerza de la verdad y del amor, que comporta renunciar a toda violencia. ¡Fe y violencia son incompatibles! ¡Fe y violencia son incompatibles! En cambio, fe y fortaleza van juntas. El cristiano no es violento, pero es fuerte. ¿Con qué fortaleza? La de la mansedumbre, la fuerza de la mansedumbre, la fuerza del amor. Queridos amigos, también entre los parientes de Jesús hubo algunos que a un cierto punto no compartieron su modo de vivir y de predicar, nos lo dice el Evangelio. Pero su Madre lo siguió siempre fielmente, manteniendo fija la mirada de su corazón en Jesús, el Hijo del Altísimo, y en su misterio. Y al final, gracias a la fe de María, los familiares de Jesús entraron a formar parte de la primera comunidad cristiana. Pidamos a María que nos ayude también a nosotros a mantener la mirada bien fija en Jesús y a seguirle siempre, incluso cuando cuesta. (S.S. Francisco, 18 de agosto de 2013). Reflexión Ahí tenemos a Cristo que está predicando a sus "ovejuelas". Pero he aquí que de pronto alguien viene con la noticia de que su Madre y su parentela quieren verlo. ¿Por qué Cristo no se ha levantado presuroso a recibir a la que más amó en la tierra, su mamá? ¿Por qué en cambio ha respondido de una manera casi indiferente? Pero nada de eso estaba en el Corazón del mejor de los hijos. Si su Madre lo buscaba iría a recibirlo. Y si respondió así la ensalzó sobre todos y como que nos remontó a aquel suceso de años, cuando a la niña María la presentaron en el Templo. "¿Quién es mi Madre y mis hermanos?... Quien cumpla la voluntad de Dios" enseñaba el Maestro. ¿Y quién cumplió mejor en esta tierra esa Voluntad de Dios sino María? Su Madre, Ella, la Siempre Fiel. Por eso la puso de modelo. Todo aquel que llegue a cumplir los deseos de su Padre podrá asemejarse a aquella Dulce Madre, Fidelísima a quien se le confiaron tesoros tan grandes. Y así como una vez fue presentada en el Templo para consagrarla totalmente al Señor ahora Ella, de labios de su Hijo, fue confirmada en su ofrenda total ante el Padre celestial, porque sólo Ella ha logrado vivir consagrada plenamente a los deseos del Señor. Benditos aquellos que son llamados Hijos de Dios. Pero lo mejor de todo es que cada uno de nosotros, católicos bautizados, también somos hijos predilectos de Dios. Basta con cumplir su voluntad en todo momento. ¿Y cómo saber cuál es la voluntad de Dios? Es muy fácil, a todos nosotros se nos pide ir a Misa todos los domingos y fiestas de guardar. Se nos pide perdonar las ofensas que recibimos, confesarnos y comulgar, hacer bien nuestro deber, evitar los vicios. Ahora, siempre hay que tomar las palabras de Jesús como verdaderas, de otra forma, nuestra fe no valdría de nada. Y si Cristo dice que quien cumple la voluntad de Dios es su hermano, su hermana y su madre, ¡Yo quiero ser hermano de Jesús! Es cuestión de pensar un momento: ¡Tener a Dios como hermano!... Propósito Pedir luz y fuerza al Espíritu Santo para conocer y cumplir la voluntad de Dios en mi vida. Diálogo con Cristo Gracias, Jesús, por considerarme como tu hermano, como tu madre, pidiendo simplemente que te ame por encima de todo. Que ponga tu voluntad en primer lugar, porque ésta debe ser siempre mi norma suprema, por encima del ambiente, de las costumbres del mundo, de mis caprichos… Abrazar todo lo que me ayude a cumplir tu voluntad y rechazar lo que me estorbe para seguirla, ése es el camino de la santidad. Señor, dame la gracia de convencerme de que no hay vida más fecunda y hermosa que la que se gasta cumpliendo con tu voluntad santísima. |
SANTO TOMÁS DE AQUINO, MEMORIA LITÚRGICA, 28 DE ENERO
Autor: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net
Tomás de Aquino, Santo
Memoria litúrgica, 28 de enero
Tomás de Aquino, Santo
Presbítero y Doctor de la Iglesia
Martirologio Romano: Memoria de santo Tomás de Aquino, presbítero de la Orden de Predicadores y doctor de la Iglesia, que, dotado de gran inteligencia, con sus discursos y escritos comunicó a los demás una extraordinaria sabiduría. Llamado a participar en el Concilio Ecuménico II de Lyon por el papa beato Gregorio X, falleció durante el viaje en el monasterio de Fossanova, en el Lacio, el día siete de marzo, y muchos años después, en este día, sus restos fueron trasladados a Toulouse, en Francia (1274).
Fecha de canonización: 18 de julio de 1323 por el Papa Juan XXII
Nació hacia el año 1225, de la familia de los condes de Aquino. Estudió primero en el monasterio de Montecassino, luego en Nápoles.
A los 18 años, contra la voluntad del padre y hasta perseguido por los hermanos que querían secuestrarlo, ingresó en la Orden de Predicadores, y completó su formación en Colonia donde tuvo por Maestro a San Alberto Magno, y después en París. Mientras estudiaba en esta ciudad se convirtió de estudiante en profesor de filosofía y teología. Después enseñó en Orvieto, Roma y Nápoles.
Suave y silencioso (en París lo apodaron "el buey mudo"), gordo, contemplativo y devoto, respetuoso de todos y por todos amado, Tomás era ante todo un intelectual. Continuamente dedicado a los estudios hasta el punto de perder fácilmente la noción del tiempo y del lugar: durante una travesía por el mar, ni siquiera se dio cuenta de la terrible borrasca y el fuerte movimiento de la nave por el choque de las olas, tan embebido estaba en la lectura. Pero no eran lecturas estériles ni fin en sí mismas. Su lema, "contemplata aliis tradere", o sea, hacer partícipes a los demás de lo que él reflexionaba, se convirtió en una mole de libros que es algo prodigioso, más si se tiene en cuenta que murió a los 48 años.
En efecto, murió en la madrugada del 7 de marzo de 1274, en el monasterio cisterciense de Fossanova, mientras se dirigía al concilio de Lyon, convocado por el B. Gregorio X. Su obra más famosa es la Summa theologiae, de estilo sencillo y preciso, de una claridad cristiana, con una capacidad extraordinaria de síntesis. Cuando Juan XXII lo canonizó, en 1323, y algunos objetaban que Tomás no había realizado grandes prodigios ni en vida ni después de muerto, el Papa contestó con una famosa frase: "Cuantas proposiciones teológicas escribió, tantos milagros realizó".
El primado de la inteligencia, la clave de toda la obra teológica y filosófica del Doctor Angélico (como se lo llamó después del siglo XV), no era un intelectualismo abstracto, fin en sí mismo. La inteligencia estaba condicionada por el amor y condicionaba al amor. "Luz intelectual llena de amor - amor de lo verdadero pleno de alegría" -cantó Dante, que tradujo en poesía el concepto tomístico de inteligencia - bienaventuranza.
El pensamiento de Santo Tomás ha sido durante siglos la base de los estudios filosóficos y teológicos de los seminaristas, y gracias a León XIII y a Jacques Maritain ha vuelto a florecer en nuestros tiempos. Y tal vez particularmente actuales, más que las grandes Summae, son precisamente los Opúsculos teológico -pastorales y los Opúsculos espirituales.
Oración de San Tomás de Aquino
Aquí me llego, todopoderoso y eterno Dios, al sacramento de vuestro unigénito Hijo mi Señor Jesucristo, como enfermo al médico de la vida, como manchado a la fuente de misericordias, como ciego a la luz de la claridad eterna, como pobre y desvalido al Señor de los cielos y tierra.
Ruego, pues, a vuestra infinita bondad y misericordia, tengáis por bien sanar mi enfermedad, limpiar mi suciedad, alumbrar mi ceguedad, enriquecer mi pobreza y vestir mi desnudez, para que así pueda yo recibir el Pan de los Angeles, al Rey de los Reyes, al Señor de los señores, con tanta reverencia y humildad, con tanta contrición y devoción, con tal fe y tal pureza, y con tal propósito e intención, cual conviene para la salud de mi alma.
Dame, Señor, que reciba yo, no sólo el sacramento del Sacratísimo Cuerpo y Sangre, sino también la virtud y gracia del sacramento ¡Oh benignísimo Dios!, concededme que albergue yo en mi corazón de tal modo el Cuerpo de vuestro unigénito Hijo, nuestro Señor Jesucristo, Cuerpo adorable que tomó de la Virgen María, que merezca incorporarme a su Cuerpo místico, y contarme como a uno de sus miembros.
¡Oh piadosísimo Padre!, otorgadme que este unigénito Hijo vuestro, al cual deseo ahora recibir encubierto y debajo del velo en esta vida, merezca yo verle para siempre, descubierto y sin velo, en la otra. El cual con Vos vive y reina en unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Los Santos de hoy martes 28 de enero de 2014
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