viernes, 9 de diciembre de 2022

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 9 DE DICIEMBRE DE 2022 - SAN JUAN DIEGO



Viernes 2 de Adviento

Viernes 9 de diciembre de 2022



1ª Lectura (Is 48,17-19): Esto dice el Señor, tu libertador, el Santo de Israel: «Yo, el Señor, tu Dios, te instruyo por tu bien, te marco el camino a seguir. Si hubieras atendido a mis mandatos, tu bienestar sería como un río, tu justicia como las olas del mar, tu descendencia como la arena, como sus granos, el fruto de tus entrañas; tu nombre no habría sido aniquilado, ni eliminado de mi presencia».


Salmo responsorial: 1

R/. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche.

Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin.

No así los impíos, no así; serán paja que arrebata el viento. Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal.



Versículo antes del Evangelio (---): Aleluya. El Señor vendrá, salidle al encuentro; Él es el príncipe de la paz. Aleluya.


Texto del Evangelio (Mt 11,16-19): En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: «¿Pero, con quién compararé a esta generación? Se parece a los chiquillos que, sentados en las plazas, se gritan unos a otros diciendo: ‘Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonado endechas, y no os habéis lamentado’. Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: ‘Demonio tiene’. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’. Y la Sabiduría se ha acreditado por sus obras».





«¿Con quién compararé a esta generación?»

Rev. D. Antoni CAROL i Hostench

(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)


Hoy debiéramos removernos ante el suspiro del Señor: «Con quién compararé a esta generación?» (Mt 11,16). A Jesús le aturde nuestro corazón, demasiadas veces inconformista y desagradecido. Nunca estamos contentos; siempre nos quejamos. Incluso nos atrevemos a acusarle y a echarle la culpa de lo que nos incomoda.

Pero «la Sabiduría se ha acreditado por sus obras» (Mt 11,19): basta contemplar el misterio de la Navidad. ¿Y nosotros?; ¿cómo es nuestra fe? ¿No será que con esas quejas tratamos de encubrir la ausencia de nuestra respuesta? ¡Buena pregunta para el tiempo de Adviento!

Dios viene al encuentro del hombre, pero el hombre —particularmente el hombre contemporáneo— se esconde de Él. Algunos le tienen miedo, como Herodes. A otros, incluso, les molesta su simple presencia: «Fuera, fuera, crucifícalo» (Jn 19,15). Jesús «es el Dios-que-viene» (Benedicto XVI) y nosotros parecemos "el hombre-que-se-va": «Vino a los suyos y los suyos no le recibieron» (Jn 1,11).

¿Por qué huimos? Por nuestra falta de humildad. San Juan Bautista nos recomendaba "menguarnos". Y la Iglesia nos lo recuerda cada vez que llega el Adviento. Por tanto, hagámonos pequeños para poder entender y acoger al "Pequeño Dios". Él se nos presenta en la humildad de los pañales: ¡nunca antes se había predicado un "Dios-con-pañales"! Ridícula imagen damos a la vista de Dios cuando los hombres pretendemos encubrirnos con excusas y falsas justificaciones. Ya en los albores de la humanidad Adán lanzó las culpas a Eva; Eva a la serpiente y…, habiendo transcurrido los siglos, seguimos igual.

Pero llega Jesús-Dios: en el frío y la pobreza extrema de Belén no vociferó ni nos reprochó nada. ¡Todo lo contrario!: ya empieza a cargar sobre sus pequeñas espaldas todas nuestras culpas. Entonces, ¿le vamos a tener miedo?; ¿de verdad van a valer nuestras excusas ante ese "Pequeño-Dios"? «La señal de Dios es el Niño: aprendamos a vivir con Él y a practicar también con Él la humildad» (Benedicto XVI). 

7 RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS MÁS COMUNES SOBRE EL ADVIENTO 2022



7 respuestas a las preguntas más comunes sobre el Adviento 2022

Redacción ACI Prensa


Estas son algunas de las preguntas y respuestas más comunes acerca del Adviento 2022, que este año comenzó el domingo 27 de noviembre.


1. ¿Cuál es el propósito del Adviento?

Según las Normas Generales para el Año Litúrgico, el Adviento tiene un doble carácter: es un tiempo para prepararnos para la Navidad, al recordar la primera venida de Cristo; y también es tiempo de espera de la segunda venida de Cristo al final de los tiempos.


El Adviento es, entonces, un período de espera devota y alegre (Norma 39) que trae a la mente las dos venidas de Cristo.


2. ¿Cuándo comienza y termina el Adviento?

El primer domingo de Adviento es el primer día del nuevo Año Litúrgico (27 de noviembre de 2022). Los tres domingos de Adviento restantes son el 4, 11 y 18 de diciembre.


La duración de este tiempo de preparación puede variar de 21 a 28 días, dado que se celebran los cuatro domingos más próximos a la Navidad.


3. ¿Por qué no se canta ni se recita el ‘gloria’?

En Adviento no se recita el gloria porque es una de las maneras de expresar concretamente que, mientras dura nuestro peregrinar, falta algo para que el gozo sea completo.



Cuando el Señor se haga presente en medio de su pueblo, habrá llegado la Iglesia a su fiesta completa, la Solemnidad de la fiesta de la Navidad. Allí se cantará nuevamente el gloria.


El Misal Romano señala que el gloria se recita o se canta los domingos fuera de los tiempos de Adviento y Cuaresma.


Las excepciones a esta regla durante el Adviento son la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre; y la fiesta de la Virgen de Guadalupe el día 12 del mismo mes.


4. ¿Cuál es el color que distingue a este tiempo?

El color normal del Adviento es el morado. El numeral 346 de la Instrucción General del Misal Romano dispone que “el color morado se usa en los tiempos de Adviento y de Cuaresma. Puede usarse también en los Oficios y Misas de difuntos”.


En muchos lugares, hay una notable excepción para el tercer domingo de Adviento, conocido como el domingo de Gaudete o domingo de la alegría: “El color rosado puede usarse, donde se acostumbre, en los domingos Gaudete (III de Adviento) y Laetare (IV de Cuaresma)”.


5. ¿Es el Adviento un tiempo penitencial?

A menudo pensamos en el Adviento como un tiempo penitencial porque el color litúrgico es el morado, como en la Cuaresma. Sin embargo, según el canon 1250 del Código de Derecho Canónico: “los días y tiempos penitenciales en la Iglesia universal son todos los viernes de todo el año y la temporada de Cuaresma”.


Aunque las autoridades locales pueden establecer días penitenciales adicionales, el Adviento no es un tiempo penitencial.


6. ¿Cómo se decoran las iglesias?

El numeral 305 de la Instrucción General del Misal Romano señala que “el altar puede adornarse con flores, con tal moderación, que convenga a la índole de este tiempo, pero sin que se anticipe a la alegría plena del Nacimiento del Señor”.



“Los arreglos florales sean siempre moderados, y colóquense más bien cerca de él, que sobre la mesa del altar”.


7. ¿Qué expresiones de piedad popular podemos usar en este tiempo?

Hay una variedad de expresiones de piedad popular que la Iglesia ha reconocido para su uso durante el Adviento. Entre ellas se encuentra la Corona de Adviento, procesiones, Solemnidad de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre, novena de Navidad, el Nacimiento, etc.


Se puede leer acerca de estas devociones en el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia (a partir del n°96).


Bonus: ¿Cómo debe ser la música?

El numeral 305 de la Instrucción General del Misal Romano señala que “en Adviento el uso del órgano y de otros instrumentos musicales debe ser marcado por una moderación adecuada al carácter de esta época del año, sin expresar con anticipación la alegría plena de la Natividad del Señor”.


Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en National Catholic Register. 

HOY 9 DE DICIEMBRE CELEBRAMOS A SAN JUAN DIEGO, EL VIDENTE DE LA VIRGEN DE GUADALUPE






 







Hoy celebramos a San Juan Diego, el vidente de la Virgen de Guadalupe
Redacción ACI Prensa




Hoy celebramos a San Juan Diego, el vidente de la Virgen de Guadalupe
Cada 9 de diciembre, pocos días antes de celebrar la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, recordamos a San Juan Diego Cuauhtlatoatzin, en cuyos vestidos quedó impresa la imagen de la Madre de Dios.

“¡Amado Juan Diego, ‘el águila que habla’! Enséñanos el camino que lleva a la Virgen Morena del Tepeyac, para que ella nos reciba en lo íntimo de su corazón”, exclamó con voz potente el Papa San Juan Pablo II durante la homilía de la misa de canonización de San Juan Diego, el 31 de julio de 2002.

Con estas palabras el Papa le pedía al vidente de Guadalupe que nos muestre el camino del amor y piedad a nuestra madre, la Virgen María, para que todos los fieles la amemos como este santo la amó: con corazón inocente y puro.

Quizás por eso, hoy, como ayer, cada vez que queremos desearle el bien a alguien -por ejemplo a un hijo- debamos decirle: “Que Dios te haga como Juan Diego”.

Juan Diego, fruto maduro de la evangelización de América

De acuerdo a la tradición, San Juan Diego nació en 1474 en Cuautitlán, entonces reino de Texcoco (hoy territorio mexicano), una región habitada por etnias chichimecas. Su nombre era Cuauhtlatoatzin, que significa “Águila que habla” o “El que habla con un águila”.


Siendo ya un hombre maduro y con una familia a cuestas, Juan Diego empezó a conocer la religión que había llegado con los foráneos. Se sintió interpelado por esta gracias a las enseñanzas que impartían los franciscanos arribados a territorio mexicano en 1524.

Un tiempo después, Juan Diego recibiría el bautismo junto a su esposa, María Lucía. Luego se casarían cristianamente, aunque su matrimonio no duraría mucho debido a la intempestiva muerte de María Lucía.

La Madre del cielo se apareció en el monte

El 9 de diciembre de 1531, estando Juan Diego de camino por el monte del Tepeyac, se le apareció la Virgen María. La “Señora”, como empezaría a llamarla, se presentó como “la perfecta siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios”. Ella le encomendó que se presentara ante el obispo capitalino, el franciscano Juan de Zumárraga, para pedirle en su nombre que se construya una iglesia en aquel lugar.

Juan Diego accedió a llevar la petición de la Señora al obispo, pero este no le creyó y se negó a cumplir el pedido. La Virgen, entonces, se le apareció de nuevo a Juan Diego y le pidió que insistiera. Al día siguiente, el indígena volvió a encontrarse con el prelado, quien, escéptico, lo interrogó sobre la doctrina cristiana y le pidió pruebas del prodigio que relataba.

El milagro de las flores

El martes 12 de aquel diciembre, la Virgen se presentó nuevamente a Juan Diego y lo consoló porque se hallaba muy triste, invitándole a subir a la cima de la colina del Tepeyac para que recogiera flores y se las trajera.

A pesar de lo agreste del lugar y de que era invierno, San Juan Diego accedió con sencillez al pedido de la Virgen. Cuando llegó a la cima del monte encontró un brote de flores muy hermosas. Entonces las recogió y las colocó, bien envueltas, en su “tilma” (nombre del manto típico con el que se revestían los indígenas de la región). La Virgen luego le pidió que se las llevara al obispo.

Estando frente al prelado, el santo soltó la parte delantera de su tilma para dejar caer las flores. Sorprendentemente, al precipitarse estas dejaron expuesta sobre el tejido una imagen femenina, de piel morena y rasgos indígenas. Era la imagen de la “Señora”, la Virgen de Guadalupe.

Desde ese momento, aquel prodigio se convertiría en el corazón espiritual de la Iglesia en México y en una de las mayores devociones marianas del mundo. La Virgen de Guadalupe habría de cambiar el rumbo de la Evangelización de los pueblos americanos y sellaría para siempre el vínculo entre la cultura hispánica y la de los pueblos originarios de América.


Con la autorización del obispo, el templo consagrado a la Virgen de Guadalupe se empezó a construir en el Tepeyac, y San Juan Diego sería el primer custodio del santuario. El santo, por su parte, construyó una humilde casita para vivir al costado de la iglesia. San Juan Diego limpiaba la capilla y acogía a los peregrinos que visitaban el lugar.

Allí permaneció hasta el final de sus días, dedicado al servicio de la “Señora del Cielo”. San Juan Diego murió en 1548.

San Juan Pablo II beatificó a San Juan Diego Cuauhtlatoatzin en 1990 y lo canonizó en el año 2002. Su fiesta se celebra cada 9 de diciembre.

Una síntesis cultural forjada al calor de la Madre

Incontables bendiciones enriquecen la historia de la Virgen de Guadalupe. En esa historia, San Juan Diego ocupa un lugar primordial, cargado de simbolismo: fue un hombre de raza indígena, muy sencillo y de corazón puro, un laico como cualquier otro, pero de una devoción inmensa a la Madre de Dios.

Esta es una historia que invita a contemplar a la Madre y renovar el esfuerzo evangelizador en América y en el resto del mundo. Gracias a Juan Diego, María le regaló a todos sus hijos una prueba fehaciente de que Ella está siempre cerca del corazón de todos los pueblos.

PAPA FRANCISCO: QUE LA INMACULADA NOS AYUDE A PROTEGER NUESTRA BELLEZA DEL MAL



Papa Francisco: Que la Inmaculada nos ayude a proteger nuestra belleza del mal

POR ALMUDENA MARTÍNEZ-BORDIÚ | ACI Prensa

 Crédito: Vatican Media



Con motivo de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, el Papa Francisco dirigió el Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano, donde dijo que "María, la única criatura humana sin pecado de la historia, está con nosotros en la lucha contra el mal".

El Santo Padre suele dirigir esta oración mariana cada domingo y en algunas fiestas señaladas de la Virgen María, como es la de este 8 de diciembre.

Ante los fieles presentes en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco comentó el Evangelio del día, que cuenta el momento en el que el ángel Gabriel se presenta ante la Virgen María. 

“No la llama por su nombre, María, sino por un nombre nuevo que ella no conocía: llena de gracia. Llena  de gracia, y por tanto vacía de pecado, es el nombre que Dios le da y que hoy nosotros celebramos”, explicó el Santo Padre. 

El Papa destacó el “asombro de María” y habló acerca de la “gracia original”, aquello que “también nosotros, pecadores, hemos recibido”.

El Papa explicó que se habla mucho del pecado original y menos de la gracia original,  “un don inicial que ha llenado nuestra vida, un bien mayor que todo, una gracia  original, de la que, sin embargo, a menudo no somos conscientes”.

A continuación, subrayó la importancia del Bautismo, y animó a los fieles a recordar la fecha en la que fueron bautizados, “porque ese día es el día de la gracia grande, de un nuevo inicio de vida, de una gracia original”.

“¿De qué se trata? Se trata de aquello que recibimos el día de nuestro Bautismo, por eso es bueno que  lo recordemos, ¡y también que lo celebremos! Porque en el Bautismo también descendió sobre nosotros el  Espíritu Santo”, dijo el Papa.  

Además, dijo que “la Virgen nos recuerda que, por debajo  del mal con el que nos hemos manchado a lo largo de los años, hay en nosotros un bien mayor”. 

“Cuando las cosas no vayan bien y nos desanimemos, -dijo el Papa-, cuando nos abatamos y corramos el  riesgo de sentirnos inútiles o equivocados, pensemos en esto, en la gracia original”.

El Papa Francisco también advirtió que “conservar nuestra belleza acarrea un costo, una lucha”.

“Cuesta elegir el bien, custodiar el bien que llevamos dentro. Pensemos en cuántas veces lo hemos malgastado cediendo a la atracción del mal, o incluso perdiendo el tiempo en cosas inútiles y perjudiciales”, señaló. 

Frente a esto, el Papa dijo que “María, la única criatura humana sin pecado de la historia, está con nosotros en la lucha, es nuestra hermana y sobre todo nuestra Madre”.

“Y nosotros, a quienes  nos cuesta elegir el bien, podemos confiarnos a ella. Confiándonos, consagrándonos a la Virgen, le decimos: ‘Tómame de la mano, guíame tú: contigo tendré más fuerza en la lucha contra el mal, contigo redescubriré mi  belleza original’. 

Por último animó a confiar a María “nuestra familia, nuestro trabajo y corazón” y pidió “que la Inmaculada nos ayude a proteger nuestra belleza del mal”.

Durante los saludos a los fieles, explicó que esta tarde hará una oración ante la Virgen de la Basílica de Santa María la Mayor y luego se dirigirá a la Virgen Inmaculada de la Plaza de España en Roma. 

“Os pido que os unáis espiritualmente a mí en este gesto, que expresa la devoción filial a nuestra Madre, a cuya intercesión confiamos el deseo universal de paz, en particular para la atormentada Ucrania, que tanto sufre”, pidió el Papa. 

“Con la ayuda de Dios la paz es posible; el desarme es posible. Pero Dios quiere nuestra buena voluntad. Que la Virgen nos ayude a convertirnos a los designios de Dios”, concluyó.


A continuación, el Evangelio comentado por el Papa Francisco:

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1.26-38)

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo".

Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.

El ángel le dijo: "No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin".

Y María dijo al ángel: "¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?".

El ángel le contestó: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible".

María contestó: "Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra".

Y la dejó el ángel. 

¿QUÉ ESPERAMOS EN ESTE ADVIENTO?

 



 ¿Qué esperamos en este Adviento?


1) Para saber

Decía el Papa Benedicto XVI que la Iglesia, al iniciar un nuevo Año Litúrgico, empieza un nuevo camino de fe que nos lleva a mirar, por una parte, hacia el pasado: recordar el acontecimiento del nacimiento de Jesucristo; y por otra, a vislumbrar el futuro: esperar la segunda venida gloriosa del Hijo de Dios, cuando vendrá a juzgar a vivos y muertos.

Seguía diciendo el Pontífice que “esperar” es una dimensión que abarca toda nuestra existencia personal, familiar y social. La espera está presente en mil situaciones, desde las más pequeñas hasta las más importantes. Pensemos, por ejemplo, en la espera ilusionante de un hijo por parte de dos esposos; a la de un amigo que viene a visitarnos de lejos; pensemos, para un joven, en la espera del éxito en un examen decisivo, o de una entrevista de trabajo; en la ansiosa espera del encuentro con la persona amada, de la respuesta a una carta, o de la acogida de un perdón... Se podría decir que el hombre está vivo mientras espera, mientras en su corazón está viva la esperanza. Al hombre se le reconoce por sus esperas: nuestra “estatura” moral y espiritual se puede medir por lo que esperamos, por aquello en lo que esperamos.

Haciendo referencia a un conocido refrán podríamos decir: “Dime qué esperas, y te diré qué persona eres”.


2) Para pensar

De entre todas las esperanzas, la que ha de ser fundamento de todas ellas es la que tenemos en Dios. El nacimiento de Cristo nos refuerza la esperanza de un día resucitar, de obtener la vida eterna.

Se dice que Benjamín Franklin, ya tenía a la edad de veintitrés años escrito el epitafio que quería se pusiera sobre su tumba. Para comprenderlo mejor, hay que recordar que a los doce años trabajó como aprendiz en una imprenta, lo cual lo llevó a ser un gran lector e impresor. Así decía la composición que deseaba se escribiera al morir: «Aquí yace, pasto de los gusanos, el cuerpo de Benjamín Franklin, impresor. Como las cubiertas de un libro cuyas hojas están rotas, y cuya encuadernación está gastada; pero la obra no se perderá porque reaparecerá, según él cree, en una nueva edición revisada y corregida por el Autor».

La primera venida de Cristo nos aviva la esperanza de la resurrección de los muertos en su segunda venida al fin de los tiempos.


3) Para vivir

El Papa nos invita a preguntarnos en este Tiempo de Adviento: Yo, ¿qué espero? Y hacer esta misma pregunta a nivel de familia, de comunidad, de nación. ¿Qué es lo que esperamos, juntos?

La Santísima Virgen esperaba fervientemente la llegada del Salvador. Por ello Jesús pudo encontrar en ella una madre digna.

El Papa nos invita a aprender de Ella, Mujer del Adviento, a renovarnos con un espíritu nuevo; a intensificar la oración y la meditación de la Palabra de Dios, para que se avive el deseo de salir al encuentro de Cristo, cuya primera venida recordamos con gozo, mientras nos preparamos a su segunda venida, con atenta vigilancia y ardiente caridad.

Procuremos acompañarnos este Tiempo de María Santísima, a fin de que avive nuestra esperanza en su Hijo, el Salvador.


José Martínez Colín

domingo, 27 de noviembre de 2022

ESTOS 5 CONSEJOS TE AYUDARÁN A VIVIR UN ADVIENTO ESPECIAL - ADVIENTO



Estos 5 consejos te ayudarán a vivir un Adviento especial

Redacción ACI Prensa



El Adviento es tiempo de espera y preparación a la Navidad, y con algunos consejos prácticos es posible vivirlo en familia y buscar juntos el crecimiento espiritual.

Este tiempo especial está repleto de antiguas tradiciones que pueden legarse de generación en generación, a hijos y nietos.

El National Catholic Register enumeró 5 consejos prácticos para rescatar esas tradiciones y llegar a la Navidad con el espíritu listo para recibir al Niño Jesús.


1. Corona de Adviento sobre la mesa

Esta tradición milenaria no debería guardarse solo para el día domingo en la iglesia, sino también realizarse por las noches a la hora de la cena.

Además de simbolizar las cuatro semanas hacia la Navidad, la corona de Adviento representa los 4 mil años que el hombre estuvo en la tierra antes de que naciera el Salvador.

Los niños pueden turnarse para prender y soplar las velas, y otro gesto compartido puede ser el de recitar una oración rezando antes la siguiente jaculatoria: "Ven, Señor Jesús, nace en nuestros corazones".


2. Hacer obras de misericordia

Una sugerencia para la preparación espiritual hacia la Navidad es armar un pequeño pesebre en algún lugar de la casa.

Cada vez que un miembro de la familia realice una obra de misericordia, dentro o fuera del hogar, puede poner un hilo de heno en el pesebre.

Es una bendición ver cada día más lleno el pesebre para Jesús cuando se acerca el día de su natividad. Recuerden no colocar la imagen del Niño hasta la víspera de Navidad.


3. No olvidar al verdadero San Nicolás

Según varios historiadores, el popular Santa Claus es la distorsión –primero literaria y luego comercial– de San Nicolás, el generoso Obispo de Myra, patrono de los niños, navegantes y cautivos.

La leyenda de Santa Claus deriva de la figura de San Nicolás, quien según la tradición, entregó todos sus bienes a los pobres para hacerse monje y obispo, distinguiéndose siempre por su generosidad hacia los niños.

Por haber sido tan amigo de la niñez, en su día se reparten dulces y regalos. Es representado como un anciano vestido de rojo, con una barba muy blanca, que pasa por las casas repartiendo regalos y dulces a los niños.


4. Enseñar a los niños

En este tiempo de preparación para la Navidad, es importante animar a los niños a rezar por los demás, ayudar en casa, compartir los bienes con quien más necesite, cumplir las tareas sin quejarse, hacer un sacrificio, leer algún pasaje de la Biblia, dar gracias a Dios, saludar cariñosamente, no pelear con sus hermanos, entre otros.

No solo es importante que los niños se comprometan a realizar buenas acciones para el año nuevo que se aproxima, sino también que los padres enseñen a sus hijos el verdadero sentido del Adviento.

Mediten con sus hijos respecto a la venida final del Señor, así como sobre el nacimiento de Jesús y su irrupción en la historia del hombre en Navidad. Además, muéstrenles el significado de las coronas de Adviento, las velas y el color morado para la liturgia, que significa preparación espiritual y penitencia.


5. Crecer espiritualmente

En este tiempo se puede añadir una oración breve, como la lectura de la Biblia de cada mañana o un Rosario. Cualquiera podría convertirse en un gran hábito.

El objetivo es que la Navidad traiga un nuevo celo y un amor más profundo por Cristo este año, y recordar que no nos deja solos a pesar de todo.  

HOY SE CELEBRA A LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA



Hoy se celebra a la Virgen de la Medalla Milagrosa

Redacción ACI Prensa


Cada 27 de noviembre los fieles católicos celebran el día de la Virgen de la Medalla Milagrosa, advocación mariana originaria de Francia, cuya devoción se ha extendido por todo el mundo.

Los devotos de la Medalla Milagrosa se unen hoy en espíritu de oración en recuerdo de aquel 27 de noviembre de 1830 en el que la Madre de Dios se apareció a Santa Catalina Labouré.

Ese día la Virgen le ordenó a la joven religiosa:

"Haz que se acuñe una medalla según este modelo. Todos cuantos la lleven puesta recibirán grandes gracias. Las gracias serán más abundantes para los que la lleven con confianza".


Santa Catalina Labouré

Catalina Labouré fue una religiosa francesa perteneciente a las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Era una mujer de oración penetrante, poseedora de un alma mística. Según la descripción de la santa, María se le apareció de la siguiente manera:

“Estaba vestida con una túnica blanca y un velo del mismo color que la cubría desde la cabeza hasta los pies. Su rostro era bellísimo. Los pies aparecían apoyados encima de una esfera o globo, mientras pisaban a una serpiente. Sus manos, a la altura del corazón, sostenían una pequeña esfera de oro, coronada con una cruz. Los dedos de las manos estaban adornados con anillos con piedras preciosas, desde las que salían destellos de luz”.


La Medalla Milagrosa

La Virgen le dijo a Catalina: “Este globo que ves (a mis pies) representa al mundo entero, especialmente a Francia, y a cada alma en particular. Estos rayos simbolizan las gracias que yo derramo sobre los que las piden. Las perlas que no emiten rayos son las gracias de las almas que no las piden”.

En ese momento, la esfera o globo de oro que tenía la Virgen en las manos -prosigue el relato- se desvaneció, y sus brazos se extendieron, abiertos, mientras los rayos de luz continuaban cayendo sobre el globo blanco a sus pies.

De pronto apareció una forma ovalada en torno a la figura de la Virgen, con una inscripción en el borde interior que decía: "María sin pecado concebida, ruega por nosotros, que acudimos a ti".

Estas palabras formaban un semicírculo que empezaba a la altura de la mano derecha de la Virgen, pasaba por encima de su cabeza y terminaba a la altura de la mano izquierda. María, mostrándose de esa manera, le pide a Catalina que acuñe una medalla según la imagen que estaba contemplando.

Entonces, la imagen de la Virgen giró y Catalina pudo ver el reverso. En este estaba inscrita la letra “M”, con una cruz que se alzaba desde la mitad. Por debajo de la inscripción estaban el Corazón de Jesús, circundado con una corona de espinas, y el Corazón de María, traspasado por una espada. Alrededor, formando un contorno, aparecían doce estrellas.


La Inmaculada Concepción

Esta manifestación se repitió a finales del mes siguiente, en diciembre de 1830, y en los primeros días de enero de 1831.

En un principio, los devotos de la medalla la llamaron “Medalla de la Inmaculada Concepción”, pero con la difusión de la devoción -fortalecida e impulsada por las numerosísimas gracias y milagros- los fieles empezaron a llamarla “La Medalla Milagrosa”, tal y como se hace en nuestros días.  

EL PAPA FRANCISCO SUGUIERE IMITAR A LA VIRGEN MARÍA DURANTE ESTE ADVIENTO 2022

 



 El Papa Francisco sugiere imitar a la Virgen María durante este Adviento 2022

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa

Crédito: Vatican Media



Al dirigir el rezo del Ángelus este 27 de noviembre, primer Domingo de Adviento, el Papa Francisco alentó a pedir ayuda a la Virgen María “para estar atentos y esperar al Señor que está y que pasa” por nuestra vida.

“Buen domingo y buen camino de Adviento”, dijo el Santo Padre a los miles de fieles reunidos en la plaza de San Pedro del Vaticano para la tradicional oración del Ángelus dominical.


El Papa propuso como modelo a imitar durante este Tiempo de Adviento 2022 a la Virgen María porque es la “Mujer de la espera, que supo captar el paso de Dios en la vida humilde y oculta de Nazaret y lo acogió́ en su vientre”.



En esta línea, el Papa invocó a la Virgen Santa para que “nos ayude en este camino de estar atentos para esperar al Señor que está y que pasa”.


Además, al reflexionar en el Evangelio de San Mateo (Mt 24, 37-44) del nuevo Año Litúrgico, el Papa destacó la “hermosa promesa” que nos introduce en el Tiempo de Adviento: “Vendrá tu Señor”.


“Este es el fundamento de nuestra esperanza, es lo que nos sostiene incluso en los momentos más difíciles y dolorosos de nuestra vida: Dios viene. No lo olvidemos nunca. El Señor viene siempre, nos visita, se hace cercano, y volverá al final de los tiempos para recibirnos en su abrazo”, afirmó el Papa.


Por ello, el Santo Padre invitó a poner atención para reconocer a Dios y recibirlo en nuestra vida y no permanecer “distraídos” en nuestras preocupaciones cotidianas, sino estar “vigilantes” para ser capaces de “discernir la presencia de Dios en la vida cotidiana”.


“Hermanos y hermanas, en este tiempo de Adviento, ¡sacudamos el letargo y despertemos del sueño! Preguntémonos: ¿soy consciente de lo que vivo, estoy alerta, estoy despierto? ¿Trato de reconocer la presencia de Dios en las situaciones cotidianas, o estoy distraído y un poco abrumado por las cosas?”, cuestionó el Papa.



A continuación, el Evangelio comentado por el Papa Francisco:


San Mateo 24, 37 - 44


37«Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre.38Porque como en los días que precedieron al diluvio, comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca,39y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos, así será también la venida del Hijo del hombre.40Entonces, estarán dos en el campo: uno es tomado, el otro dejado;41dos mujeres moliendo en el molino: una es tomada, la otra dejada.42«Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.43Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa.44Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre.

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