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lunes, 7 de diciembre de 2020
EL EVANGELIO DE HOY LUNES 7 DE DICIEMBRE DEL 2020
Lecturas de hoy Lunes de la 2ª semana de Adviento
Hoy, lunes, 7 de diciembre de 2020
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (35,1-10):
EL desierto y el yermo se regocijarán,
se alegrará la estepa y florecerá,
germinará y florecerá como flor de narciso,
festejará con gozo y cantos de júbilo.
Le ha sido dada la gloria del Líbano,
el esplendor del Carmelo y del Sarón.
Contemplarán la gloria del Señor,
la majestad de nuestro Dios.
Fortaleced las manos débiles,
afianzad las rodillas vacilantes;
decid a los inquietos:
«Sed fuertes, no temáis.
¡He aquí vuestro Dios! Llega el desquite,
la retribución de Dios.
Viene en persona y os salvará.»
Entonces se despegarán los ojos de los ciegos,
los oídos de los sordos se abrirán;
entonces saltará el cojo como un ciervo,
y cantará la lengua del mudo,
porque han brotado aguas en el desierto
y corrientes en la estepa.
El páramo se convertirá en estanque,
el suelo sediento en manantial.
En el lugar donde se echan los chacales
habrá hierbas, cañas y juncos.
Habrá un camino recto.
Lo llamarán «Vía sacra».
Los impuros no pasarán por él.
Él mismo abre el camino
para que no se extravíen los inexpertos.
No hay por allí leones,
ni se acercarán las bestias feroces.
Los liberados caminan por ella
y por ella retornan los rescatados del Señor.
Llegarán a Sión con cantos de júbilo:
alegría sin límite en sus rostros.
Los dominan el gozo y la alegría.
Quedan atrás la pena y la aflicción.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 84,9ab-10.11-12.13-14
R/. He aquí nuestro Dios; viene en persona y nos salvará.
V/. Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos».
La salvación está cerca de los que lo temen,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.
V/. La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R/.
V/. El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
Y sus pasos señalarán el camino. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,17-26):
UN día, estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor estaba con él para realizar curaciones.
En esto, llegaron unos hombres que traían en una camilla a un hombre paralítico y trataban de introducirlo y colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo a causa del gentío, subieron a la azotea, lo descolgaron con la camilla a través de las tejas, y lo pusieron en medio, delante de Jesús. Él, viendo la fe de ellos, dijo:
«Hombre, tus pecados están perdonados».
Entonces se pusieron a pensar los escribas y los fariseos:
«¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?».
Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, respondió y les dijo:
«¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados —dijo al paralítico—: “A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa”».
Y, al punto, levantándose a la vista de ellos, tomó la camilla donde había estado tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios
El asombro se apoderó de todos y daban gloria a Dios. Y, llenos de temor, decían:
«Hoy hemos visto maravillas».
Palabra del Señor
«Hombre, tus pecados te quedan perdonados»
Rev. D. Joan Carles MONTSERRAT i Pulido
(Cerdanyola del Vallès, Barcelona, España)
Hoy, el Señor enseña y cura a la vez. Hoy vemos al Señor que enseñaba a los que se consideraban muy sabios en aquellos tiempos: los fariseos y los maestros de la ley. A veces, nosotros podemos pensar que por el siglo en que vivimos o por los estudios que hemos hecho, poco nos queda para aprender. Esta lógica no sobrenatural nos lleva frecuentemente a querer hacer que los caminos de Dios sean los nuestros y no al revés.
En la actitud de quienes quieren la curación de su amigo vemos los esfuerzos humanos para conseguir lo que realmente desean. Lo que querían era algo muy bueno: que el enfermo pudiera andar. Pero no es suficiente con esto. Nuestro Señor quiere hacer con nosotros una sanación completa. Y por eso comienza con lo que Él ha venido a realizar en este mundo, lo que su santo nombre significa: Salvar al hombre de sus pecados.
—La fuente más profunda de mis males son siempre mis pecados: «Hombre, tus pecados te quedan perdonados» (Lc 5,20). Muy frecuentemente, nuestra oración o nuestro interés es puramente material, pero el Señor sabe lo que nos conviene más. Como en aquellos tiempos, los consultorios de los médicos están llenos de enfermos. Pero, como aquellos hombres, tenemos el riesgo de no ir con tanta diligencia al lugar donde realmente nos restablecemos plenamente: al encuentro con el Señor en el sacramento de la Penitencia.
Punto fundamental en todo tiempo para el creyente es el encuentro sincero con Jesucristo misericordioso. Él, rico en misericordia, nos recuerda especialmente hoy que en este Adviento no podemos descuidar el necesario perdón que Él da a manos llenas. Y, si es preciso, echemos los impedimentos —el tejado— que nos impiden verle. —Yo también necesito retirar las tejas de mis prejuicios, de mis comodidades, de mis ocupaciones, de las desconfianzas, que son un obstáculo para “mirar de tejas arriba”.
VATICANO ANUNCIA EL PRIMER VIAJE DEL PAPA FRANCISCO TRAS LA PANDEMIA DE CORONAVIRUS
Vaticano anuncia el primer viaje del Papa Francisco tras la pandemia de coronavirus
Redacción ACI Prensa
Foto: Vatican Media
El Papa Francisco realizará un viaje apostólico a Irak del 5 al 8 de marzo de 2021.
Según informó este lunes 7 de diciembre el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, el viaje del Pontífice a este país árabe incluirá la capital, Bagdad, la llanura de Ur, vinculada a la memoria de Abraham, y las ciudades de Erbil, Mosul y Qaraqosh, en la llanura de Nínive.
Se trata del primer viaje que el Pontífice realizará desde el inicio de la pandemia de coronavirus, ya que durante el año 2020 el Papa no realizó ningún viaje apostólico internacional como medida de prevención ante posibles contagios del COVID-19.
De este modo, el Papa Francisco acepta la invitación de la República de Irak y de los Obispos católicos locales.
Supone también un signo de cercanía del Pontífice a los habitantes de este país, duramente castigados por la guerra iniciada tras la ocupación de las tropas de Estados Unidos en 2003 para derrocar el régimen de Sadam Hussein y la ofensiva de los terroristas de Estado Islámico en el verano de 2014.
Precisamente, la región de la llanura de Nínive fue la más castigada por los terroristas. La llanura de Nínive acogía antes de la guerra a muchas comunidades cristianas. Se trata de una región con una presencia cristiana histórica que se remonta a los orígenes del cristianismo.
Tras la ocupación del territorio, muchos cristianos huyeron de Mosul, Qaraqosh y otros pueblos y aldeas de los alrededores, y se refugiaron en el Kurdistán iraquí, al norte de la llanura.
La capital del Kurdistán iraquí, Erbil, se convirtió entonces en un signo del exilio y la resistencia cristiana y de otras minorías religiosas, como los yazidíes, y los musulmanes contrarios al Estado Islámico.
El hecho de que el Papa vaya a visitar precisamente las ciudades de Mosul, Qaraqosh y Erbil significa un símbolo de cercanía y apoyo del Sumo Pontífice a los cristianos locales.
El 25 de enero de 2020 el Papa Francisco recibió en el Vaticano al presidente de la República de Irak, Barham Salih, cita en la que señalaron la importancia de preservar a los cristianos en el país al garantizarles seguridad.
Durante esa audiencia privada el Pontífice y el presidente de Irak “destacaron la importancia de preservar la presencia histórica de los cristianos en el país, del que son parte integrante, y su significativa contribución a la reconstrucción del tejido social, evidenciando la necesidad de garantizarles seguridad y un lugar en el futuro de Irak”, según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Además, el Santo Padre abordó con el presidente de Irak “los desafíos que actualmente enfrenta el país” y juntos “analizaron los diferentes conflictos y las graves crisis humanitarias que afligen a la región”.
Por último, en la audiencia señalaron también “la importancia de favorecer la estabilidad y el proceso de reconstrucción, alentando la vía del diálogo y la búsqueda de soluciones adecuadas en favor de los ciudadanos y en el respeto de la soberanía nacional”.
En la Navidad de 2018, el Papa Francisco envió a Irak al Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, para que pasara esos días con la comunidad local.
En tal visita, el Cardenal Parolin celebró Misa en Bagdad y visitó Qaraqosh, la principal ciudad de la provincia de Nínive, que estuvo ocupada durante dos años por el Estado Islámico.
El Cardenal Parolin les aseguró que el Papa Francisco “los lleva a su corazón y siempre ora por ustedes”.
“Gracias por su testimonio de fe, probada también por el sufrimiento y el martirio. Este testimonio ha sido y sigue siendo un tesoro para toda la Iglesia. Permanezcan firmes en la fe y el amor”, dijo el Purpurado.
Según datos de la Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada, la invasión de Estado Islámico provocó que el 75% de los cristianos de Irak y Siria huyera de sus países.
SANTORAL DE HOY LUNES 7 DE DICIEMBRE DEL 2020
Fara o Burgundófora, Santa Abadesa y Virgen, 7 Diciembre |
Carlos Garnier, Santo Sacerdote y Mártir, 7 de Diciembre |
Antonio de Siya, Santo Abad, 7 de diciembre |
María Josefa Rossello, Santa Fundadora, 7 Dicembre |
Ambrosio, Santo Memoria Litúrgica, 7 de diciembre |
domingo, 6 de diciembre de 2020
HOY CELEBRAMOS A SAN NICOLÁS, PATRONO DE LOS NIÑOS, MARINEROS Y VIAJEROS, 6 DE DICIEMBRE
PAPA FRANCISCO EXPLICA 2 CLAVES DE LA CONVERSIÓN EN ADVIENTO QUE NOS PREPARAN A LA NAVIDAD
Papa Francisco explica 2 claves de la conversión en Adviento que nos preparan a la Navidad
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
Foto: Vatican Media
El Papa Francisco explicó que el Adviento “es un camino de conversión” que nos prepara “para recibir al Señor en Navidad” por lo que describió los dos aspectos principales de este itinerario de conversión.
Así lo indicó el Santo Padre este Domingo 6 de diciembre antes del rezo del Ángelus ante los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
En primer lugar, el Pontífice señaló que “la conversión implica el dolor de los pecados cometidos, el deseo de liberarse de ellos, el propósito de excluirlos para siempre de la propia vida” y añadió que “para excluir el pecado, hay que rechazar también todo lo que está relacionado con él: la mentalidad mundana, el apego excesivo a las comodidades, al placer, al bienestar, a las riquezas”.
En segundo lugar, el Papa Francisco dijo que “el otro aspecto de la conversión es la búsqueda de Dios y de su reino. El abandono de las comodidades y la mentalidad mundana no es un fin en sí mismo, sino que tiene como objetivo lograr algo más grande, es decir, el reino de Dios, la comunión con Dios, la amistad con Dios”.
Sin embargo, el Santo Padre reconoció que “esto no es fácil, porque son muchas las ataduras que nos mantienen cerca del pecado: inconstancia, desánimo, malicia, mal ambiente y malos ejemplos”.
Por ello, el Papa destacó el ejemplo de San Juan el Bautista que fue “un hombre austero, que renuncia a lo superfluo y busca lo esencial”.
En esta línea, el Pontífice comentó el pasaje del Evangelio de San Marcos de la Liturgia de este segundo Domingo de Adviento (Mc, 1,1-18) que presenta la figura de San Juan el Bautista quien “señaló a sus contemporáneos un itinerario de fe similar al que el Adviento nos propone a nosotros, que nos preparamos para recibir al Señor en Navidad” pues se trata de “un camino de conversión”.
De este modo, el Santo Padre recordó que en la Biblia la palabra conversión “quiere decir, ante todo, cambiar de dirección y orientación; y, por tanto, cambiar nuestra manera de pensar” y agregó que “en la vida moral y espiritual, convertirse significa pasar del mal al bien, del pecado al amor de Dios”.
“Es lo que enseñaba el Bautista, que en el desierto de Judea proclamaba ‘un bautismo de conversión para perdón de los pecados’. Recibir el bautismo era un signo externo y visible de la conversión de quienes escuchaban su predicación y decidían hacer penitencia. Ese bautismo tenía lugar con la inmersión en el agua, pero era inútil sin la voluntad de arrepentirse y cambiar de vida”, subrayó.
En este sentido, el Papa advirtió sobre la tentación de pensar que “es imposible convertirse de verdad, y en lugar de convertirnos del mundo a Dios, corremos el riesgo de quedarnos en las ‘arenas movedizas’ de una existencia mediocre”.
“¿Qué podemos hacer en estos casos? En primer lugar, recordar que la conversión es una gracia que hay que pedir a Dios con fuerza. Ninguno puede convertirse por sí mismo. Nos convertimos verdaderamente en la medida en que nos abrimos a la belleza, la bondad, la ternura de Dios. Dios no es un mal padre, es tierno, nos ama mucho, como el buen pastor…”, afirmó.
Y para esto, el Santo Padre recomendó acudir a María Santísima, a quien el 8 de diciembre celebraremos como la Inmaculada Concepción, para que “nos ayude a desprendernos cada vez más del pecado y de la mundanidad, para abrirnos a Dios, a su palabra, a su amor que regenera y salva”.
A continuación, el Evangelio comentado por el Papa Francisco:
San Marcos 1,1-8
1 Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.
2 Conforme está escrito en Isaías el profeta: Mira, envío mi mensajero delante de ti, el que ha de preparar tu camino.
3 Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas, 4 apareció Juan bautizando en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados.
5 Acudía a él gente de toda la región de Judea y todos los de Jerusalén, y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados.
6 Juan llevaba un vestido de pie de camello; y se alimentaba de langostas y miel silvestre.
7 Y proclamaba: «Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo; y no soy digno de desatarle, inclinándome, la correa de sus sandalias. 8 Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo».
EL EVANGELIO DE HOY SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO - 6 DE DICIEMBRE DEL 2020
Lecturas de hoy Domingo 2º de Adviento - Ciclo B
Hoy, domingo, 6 de diciembre de 2020
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (40,1-5.9-11):
«Consolad, consolad a mi pueblo, –dice vuestro Dios–; hablad al corazón de Jerusalén, gritadle, que se ha cumplido su servicio, y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados.»
Una voz grita: «En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la gloria del Señor, y la verán todos los hombres juntos –ha hablado la boca del Señor–.»
Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén; álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: «Aquí está vuestro Dios. Mirad, el Señor Dios llega con poder, y su brazo manda. Mirad, viene con él su salario, y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el rebaño, su brazo lo reúne, toma en brazos los corderos y hace recostar a las madres.»
Palabra de Dios
Salmo
Sal 84,9ab-10.11-12.13-14
R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.»
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.
La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R/.
El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R/.
Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro (3,8-14):
No perdáis de vista una cosa: para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no tarda en cumplir su promesa, como creen algunos. Lo que ocurre es que tiene mucha paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan. El día del Señor llegará como un ladrón. Entonces el cielo desaparecerá con gran estrépito; los elementos se desintegrarán abrasados, y la tierra con todas sus obras se consumirá. Si todo este mundo se va a desintegrar de este modo, ¡qué santa y piadosa ha de ser vuestra vida! Esperad y apresurad la venida del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y se derretirán los elementos. Pero nosotros, confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que habite la justicia. Por tanto, queridos hermanos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con él, inmaculados e irreprochables.
Palabra de Dios
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,1-8):
Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Está escrito en el profeta Isaías: «Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos."»
Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y proclamaba: «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.»
Palabra del Señor
«Apareció Juan bautizando en el desierto, proclamando un bautismo de conversión»
Hoy, cuando se alza el telón del drama divino, podemos escuchar ya la voz de alguien que proclama: «Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas» (Mc 1,3). Hoy, nos encontramos ante Juan el Bautista cuando prepara el escenario para la llegada de Jesús.
Algunos creían que Juan era el verdadero Mesías. Pues hablaba como los antiguos profetas, diciendo que el hombre ha de salir del pecado para huir del castigo y retornar hacia Dios a fin de encontrar su misericordia. Pero éste es un mensaje para todos los tiempos y todos los lugares, y Juan lo proclamaba con urgencia. Así, sucedió que una riada de gente, de Jerusalén y de toda Judea, inundó el desierto de Juan para escuchar su predicación.
¿Cómo es que Juan atraía a tantos hombres y mujeres? Ciertamente, denunciaba a Herodes y a los líderes religiosos, un acto de valor que fascinaba a la gente del pueblo. Pero, al mismo tiempo, no se ahorraba palabras fuertes para todos ellos: porque ellos también eran pecadores y debían arrepentirse. Y, al confesar sus pecados, los bautizaba en el río Jordán. Por eso, Juan Bautista los fascinaba, porque entendían el mensaje del auténtico arrepentimiento que les quería transmitir. Un arrepentimiento que era algo más que una confesión del pecado —en si misma, ¡un gran paso hacia delante y, de hecho, muy bonito! Pero, también, un arrepentimiento basado en la creencia de que sólo Dios puede, a la vez, perdonar y borrar, cancelar la deuda y barrer los restos de mi espíritu, enderezar mis rutas morales, tan deshonestas.
«No desaprovechéis este tiempo de misericordia ofrecido por Dios», dice San Gregorio Magno. —No estropeemos este momento apto para impregnarnos de este amor purificador que se nos ofrece, podemos decirnos, ahora que el tiempo de Adviento comienza a abrirse paso ante nosotros.
¿Estamos preparados, durante este Adviento, para enderezar los caminos para nuestro Señor? ¿Puedo convertir este tiempo en un tiempo para una confesión más auténtica, más penetrante en mi vida? Juan pedía sinceridad —sinceridad con uno mismo— a la vez que abandono en la misericordia Divina. Al hacerlo, ayudaba al pueblo a vivir para Dios, a entender que vivir es cuestión de luchar por abrir los caminos de la virtud y dejar que la gracia de Dios vivificara su espíritu con su alegría.
Fr. Faust BAILO
(Toronto, Canadá)
ORACIÓN FAMILIAR PARA EL SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO 2020
Oración familiar para el Segundo Domingo de Adviento 2020
Redacción ACI Prensa
Este domingo se enciende la segunda vela de la Corona de Adviento como signo de la preparación interior que cada uno realiza para recibir a Jesús con un corazón reconciliado. Aquí la Oración Familiar para encender la segunda vela y pedir al Señor que venga al hogar.
Se recomienda poner en un lugar especial la corona de Adviento con alguna imagen de la Virgen, crear un ambiente de recogimiento con poca luz, nombrar a un lector especial, así como a un monitor principal, que puede ser el papá o la mamá, y seguir la oración que se presenta a continuación.
TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
MONITOR: Vamos a encender la segunda vela de nuestra corona. El Señor está cada vez más cerca de nosotros y debemos prepararnos dignamente para recibirlo en nuestros corazones. Hagamos un momento de silencio para elevar nuestra oración al Señor.
LECTOR: Lectura tomada del Evangelio según San Lucas:
"En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea; Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de Traconítida, y Lisanias tetrarca de Abilene; en el pontificado de Anás y Caifás, fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: Voz que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas; todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso será recto y las asperezas serán caminos llanos. Y todos verán la salvación de Dios".
MONITOR: Debemos preparar el camino del Señor y esto nos exige estar preparados interiormente para la venida de Jesús, para que lo recibamos con un corazón reconciliado, cada vez más convertido y transformado, capaz de amar y entregarse a los demás. Hagamos un compromiso concreto para esta semana que nos ayude a disponernos cada vez mejor para su venida.
(Se deja un momento de silencio)
MONITOR: Mientras encendemos la segunda vela de nuestra corona cantemos:
HOY SE ENCIENDE UNA LLAMA (u otro canto apropiado)
(Una persona enciende la segunda vela mientras se entona el canto, de ser posible durante la segunda estrofa)
Hoy se enciende una llama
en la corona de Adviento
que arda nuestra esperanza
en el corazón despierto
y al calor de la Madre
caminemos este tiempo.
Un primer lucero se enciende
anunciando al Rey que viene
preparad corazones
allánense los senderos.
Hoy se enciende una llama
en la corona de Adviento
que arda nuestra esperanza
en el corazón despierto
y al calor de la Madre
caminemos este tiempo.
Crecen nuestros anhelos al ver
la segunda llama nacer
como dulce rocío vendrá
el Mesías hecho Niño.
Hoy se enciende una llama
en la corona de Adviento
que arda nuestra esperanza
en el corazón despierto
y al calor de la Madre
caminemos este tiempo.
MONITOR: Elevemos ahora nuestras peticiones a Dios Padre y respondamos a cada una de ella: VEN SEÑOR JESÚS.
LECTOR: Te pedimos, Padre, por nuestra Santa Iglesia Católica que se prepara para la venida de tu Hijo, para que siempre tengamos fijos los ojos en Aquél que nos trae la reconciliación.
VEN SEÑOR JESÚS
Te rogamos por la paz en el mundo, para que en este tiempo de Adviento se viva con mayor intensidad el amor y la solidaridad.
VEN SEÑOR JESÚS
Te pedimos, Padre, por cada uno de nosotros, para que hagamos esfuerzos por caminar al encuentro del Señor Jesús, que es la "Luz del Mundo".
VEN SEÑOR JESÚS
Te rogamos también por nuestra familia, para que a ejemplo de la familia de Nazaret vivamos el amor mutuo y nos preparemos para la venida de tu Hijo.
VEN SEÑOR JESÚS
Te pedimos que Santa María aliente nuestros pasos en este Adviento, y sea Ella quien nos enseñe a crecer en confianza y esperanza en la venida del Reconciliador.
VEN SEÑOR JESÚS (se pueden añadir otras peticiones)
MONITOR: Acudamos a nuestra Madre para que nos obtenga abundantes gracias que nos ayuden a prepararnos, de la misma manera como Ella lo hizo, para recibir al Señor Jesús. Recemos junto un Ave María. Terminemos este momento de oración cantando LOS CIELOS Y LA TIERRA.
LOS CIELOS Y LA TIERRA EN TI SE ENCONTRARÁN,
MARÍA, DULCE ABRAZO QUE EL HOMBRE Y DIOS SE DAN.
1. Las viejas profecías que hablaban del Señor nutrían la esperanza de Israel: la flor que nacería de tierra virginal, un Hijo que sería el Emmanuel.
2. Quien hizo las estrellas al Ángel te envió, que fueras Madre suya te pidió. Dios Todopoderoso no quiso renunciar al gozo de acunarse en tu querer.
3. Los magos y pastores que fueron al portal hallaron en tus brazos a Jesús. Sabemos que a tu lado lo vamos a encontrar lo mismo en la alegría que en la Cruz.
MONITOR: Madre de la Esperanza…
TODOS: Ruega por nosotros.
TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓN DE BENDICIÓN DEL ÁRBOL DE NAVIDAD EN FAMILIA
Oración de bendición del árbol de Navidad en familia
Redacción ACI Prensa
Oración de bendición del árbol de Navidad en familia
En muchas familias se acostumbra colocar el árbol navideño en un lugar visible de la casa y adornarlo con luces, estrellas y regalos, pero ¿qué significado cristiano tiene hacer esto? Entérate aquí del mensaje que encierra y cómo bendecirlo en familia.
EL ÁRBOL mismo nos trae a la memoria el árbol del Paraíso (cf. Gn 2, 9 - 17) de cuyo fruto comieron Adán y Eva desobedeciendo a Dios. El árbol entonces nos recuerda el origen de nuestra desgracia: el pecado. Y nos recuerda que el niño que va a nacer de Santa María es el Mesías prometido que viene a traernos el don de la reconciliación.
LAS LUCES nos recuerdan que el Señor Jesús es la luz del mundo que ilumina nuestras vidas, sacándonos de las tinieblas del pecado y guiándonos en nuestro peregrinar hacia la Casa del Padre.
LA ESTRELLA. Así como en Belén hace dos mil un años una estrella se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño Jesús, sirviendo de guía a los Reyes Magos (ver Mt 2, 9 - 10); hoy una estrella corona el árbol recordando que el acontecimiento del nacimiento de Jesús ha traído la verdadera alegría a nuestras vidas.
LOS REGALOS colocados a los pies del árbol simbolizan aquellos dones con los que los reyes magos adoraron al Niño Dios. Además, nos recuerdan que tanto amó Dios Padre al mundo que le entregó (le regaló) a su único Hijo para que todo el que crea en Él tenga vida eterna.
RITO DE BENDICIÓN DEL ÁRBOL NAVIDEÑO
Todos los presentes, santiguándose, dicen: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El padre de familia dice:
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
Que nos ha llenado con toda clase de bendiciones espirituales.
En los cielos, en Cristo.
Todos responden: Bendito sea el Señor por los siglos.
LECTURA
Uno de los presentes lee el siguiente texto de la Sagrada Escritura:
Escuchemos con atención la lectura del profeta Isaías:
"Vendrá a ti, Jerusalén, el orgullo del Líbano, con el ciprés y el abeto y el pino, para adornar el lugar de mi santuario y ennoblecer mi estado".
ORACIÓN DE BENDICIÓN
Luego el padre de familia, con las manos juntas, dice la oración de bendición:
Oremos.
Bendito seas, Señor y Padre nuestro,
que nos concedes recordar con fe
en estos días de Navidad
los misterios del nacimiento del Señor Jesús.
Concédenos, a quienes hemos adornado este árbol
y lo hemos embellecido con luces
con la ilusión de celebrar
la Navidad del nuevo milenio,
que podamos vivir también a la luz de los ejemplos
de la vida plena de tu Hijo
y ser enriquecidos con las virtudes
que resplandecen en su santa infancia.
Gloria a Él por los siglos de los siglos.
Todos responden: Amén.
Al final, todos los presentes, santiguándose, dicen: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.