miércoles, 1 de abril de 2020

SANTORAL DE HOY MIÉRCOLES 1 DE ABRIL DE 2020

Celso de Armagh, SantoCelso de Armagh, Santo
Obispo, 1 de abril
José (Giuseppe) Girotti, BeatoJosé (Giuseppe) Girotti, Beato
Sacerdote y Mártir, 1 de abril
Sofía Czeska-Maciejowska, BeataSofía Czeska-Maciejowska, Beata
Fundadora, 1 de abril
Agape y Quionia, SantasAgape y Quionia, Santas
Virgenes y Mártires, 1 de abril
Valerio de Lauconne, SantoValerio de Lauconne, Santo
abad, 1 de abril
Carlos I de Habsburgo, BeatoCarlos I de Habsburgo, Beato
Laico, 1 de abril
Ludovico Pavoni, SantoLudovico Pavoni, Santo
Sacerdote y Fundador, 1 de abril
Gilberto de Caithness, SantoGilberto de Caithness, Santo
Obispo, 1 de abril
Hugo de Bonnevaux, BeatoHugo de Bonnevaux, Beato
Abad, 1 de abril
Luis Padilla Gómez, BeatoLuis Padilla Gómez, Beato
Mártir, 1 de abril
Jorge Vargas González, BeatoJorge Vargas González, Beato
Mártir, 1 de abril
María Egipciaca, SantaMaría Egipciaca, Santa
Eremita Penitente, 1 de abril
Nuño de Santa Maria Alvares Pereira, SantoNuño de Santa Maria Alvares Pereira, Santo
Religioso Carmelita, 1 de abril
Vicente Vargas González, BeatoVicente Vargas González, Beato
Mártir, 1 de abril
Jacinta Mariscotti,  SantaJacinta Mariscotti, Santa
Virgen, 30 de enero
Hugo de Grenoble, SantoHugo de Grenoble, Santo
Obispo, 1 de abril

¡QUÉDATE EN CASA!





IMÁGENES DE DOMINGO DE RAMOS PARA COLOREAR












martes, 31 de marzo de 2020

¿QUÉ ES LA CUARESMA?


¿Qué es la Cuaresma?
La Cuaresma ha sido, es y será un tiempo favorable para convertirnos y volver a Dios Padre lleno de misericordia


Por: P. Antonio Rivero, L.C. | Fuente: Catholic.net




El tiempo de la Cuaresma rememora los cuarenta años que el pueblo de Israel pasó en el desierto mientras se encaminaba hacia la tierra prometida, con todo lo que implicó de fatiga, lucha, hambre, sed y cansancio...pero al fin el pueblo elegido gozó de esa tierra maravillosa, que destilaba miel y frutos suculentos (Éxodo 16 y siguientes).

También para nosotros, como fue para los israelitas aquella travesía por el desierto, la Cuaresma es el tiempo fuerte del año que nos prepara para la Pascua o Domingo de Resurrección del Señor, cima del año litúrgico, donde celebramos la victoria de Cristo sobre el pecado, la muerte y el mal, y por lo mismo, la Pascua es la fiesta de alegría porque Dios nos hizo pasar de las tinieblas a la luz, del ayuno a la comida, de la tristeza al gozo profundo, de la muerte a la vida.

La Cuaresma ha sido, es y será un tiempo favorable para convertirnos y volver a Dios Padre lleno de misericordia, si es que nos hubiéramos alejado de Él, como aquel hijo pródigo (Lucas 15, 11-32) que se fue de la casa del padre y le ofendió con una vida indigna y desenfrenada. Esta conversión se logra mediante una buena confesión de nuestros pecados. Dios siempre tiene las puertas de casa abiertas de par en par, y su corazón se le rompe en pedazos mientras no comparta con nosotros su amor hecho perdón generoso. ¡Ojalá fueran muchos los pecadores que valientemente volvieran a Dios en esta Cuaresma para que una vez más experimentaran el calor y el cariño de su Padre Dios!

Si tenemos la gracia de seguir felices en la casa paterna como hijos y amigos de Dios, la Cuaresma será entonces un tiempo apropiado para purificarnos de nuestras faltas y pecados pasados y presentes que han herido el amor de ese Dios Padre; esta purificación la lograremos mediante unas prácticas recomendadas por nuestra madre Iglesia; así llegaremos preparados y limpios interiormente para vivir espiritualmente la Semana Santa, con todo la profundidad, veneración y respeto que merece. Estas prácticas son el ayuno, la oración y la limosna.


Ayuno no sólo de comida y bebida, que también será agradable a Dios, pues nos servirá para templar nuestro cuerpo, a veces tan caprichoso y tan regalado, y hacerlo fuerte y pueda así acompañar al alma en la lucha contra los enemigos de siempre: el mundo, el demonio y nuestras propias pasiones desordenadas. Ayuno y abstinencia, sobre todo, de nuestros egoísmos, vanidades, orgullos, odios, perezas, murmuraciones, deseos malos, venganzas, impurezas, iras, envidias, rencores, injusticias, insensibilidad ante las miserias del prójimo. Ayuno y abstinencia, incluso, de cosas buenas y legítimas para reparar nuestros pecados y ofrecerle a Dios un pequeño sacrificio y un acto de amor; por ejemplo, ayuno de televisión, de diversiones, de cine, de bailes durante este tiempo de cuaresma. Ayuno y abstinencia, también, de muchos medios de consumo, de estímulos, de satisfacción de los sentidos; ayuno aquí significará renunciar a todo lo que alimenta nuestra tendencia a la curiosidad, a la sensualidad, a la disipación de los sentidos, a la superficialidad de vida. Este tipo de ayuno es más meritorio a los ojos de Dios y nos requerirá mucho más esfuerzo, más dominio de nosotros mismos, más amor y voluntad de nuestra parte.

Limosna, dijimos. No sólo la limosna material, pecuniaria: unas cuantas monedas que damos a un pobre mendigo en la esquina. La limosna tiene que ir más allá: prestar ayuda a quien necesita, enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que nos lo pide, compartir alegrías, repartir sonrisa, ofrecer nuestro perdón a quien nos ha ofendido. La limosna es esa disponibilidad a compartir todo, la prontitud a darse a sí mismos. Significa la actitud de apertura y la caridad hacia el otro. Recordemos aquí a san Pablo: “Si repartiese toda mi hacienda...no teniendo caridad, nada me aprovecha” (1 Corintios 13, 3). También san Agustín es muy elocuente cuando escribe: “Si extiendes la mano para dar, pero no tienes misericordia en el corazón, no has hecho nada; en cambio, si tienes misericordia en el corazón, aún cuando no tuvieses nada que dar con tu mano, Dios acepta tu limosna”.

Y, finalmente, oración. Si la limosna era apertura al otro, la oración es apertura a Dios. Sin oración, tanto el ayuno como la limosna no se sostendrían; caerían por su propio peso. En la oración, Dios va cambiando nuestro corazón, lo hace más limpio, más comprensivo, más generoso...en una palabra, va transformando nuestras actitudes negativas y creando en nosotros un corazón nuevo y lleno de caridad. La oración es generadora de amor. La oración me induce a conversión interior. La oración es vigorosa promotora de la acción, es decir, me lleva a hacer obras buenas por Dios y por el prójimo. En la oración recobramos la fuerza para salir victoriosos de las asechanzas y tentaciones del mundo y del demonio. Cuaresma, pues, tiempo fuerte de oración.

Miremos mucho a Cristo en esta Cuaresma. Antes de comenzar su misión salvadora se retira al desierto cuarenta días y cuarenta noches. Allí vivió su propia Cuaresma, orando a su Padre, ayunando...y después, salió por nuestro mundo repartiendo su amor, su compasión, su ternura, su perdón. Que Su ejemplo nos estimule y nos lleve a imitarle en esta cuaresma. Consigna: oración, ayuno y limosna.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MARTES 31 DE MARZO DE 2020


Lecturas de hoy Martes de la 5ª semana de Cuaresma
Hoy, martes, 31 de marzo de 2020



Primera lectura
Lectura del libro de los Números (21,4-9):

EN aquellos días, desde el monte Hor se encaminaron los hebreos hacia el mar Rojo, rodeando el territorio de Edón.
El pueblo se cansó de caminar y habló contra Dios y contra Moisés:
«¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náuseas ese pan sin sustancia».
El Señor envió contra el pueblo serpientes abrasadoras, que los mordían, y murieron muchos de Israel.
Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo:
«Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes».
Moisés rezó al Señor por el pueblo y el Señor le respondió:
«Haz una serpiente abrasadora y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla».
Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a alguien, este miraba a la serpiente de bronce y salvaba la vida.

Palabra de Dios

________________

Salmo
Sal 101,2-3.16-18.19-21

R/. Señor, escucha mi oración,
que mi grito llegue hasta ti

V/. Señor, escucha mi oración,
que mi grito llegue hasta ti;
no me escondas tu rostro
el día de la desgracia.
Inclina tu oído hacia mí;
cuando te invoco,
escúchame enseguida. R/.

V/. Los gentiles temerán tu nombre,
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R/.

V/. Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R/.

________________

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (8,21-30):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
«Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros».
Y los judíos comentaban:
«¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: “Donde yo voy no podéis venir vosotros”?».
Y él les dijo:
«Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis en vuestros pecados: pues, si no creéis que Yo soy, moriréis en vuestros pecados».
Ellos le decían:
«¿Quién eres tú?».
Jesús les contestó:
«Lo que os estoy diciendo desde el principio. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me ha enviado es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él».
Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre.
Y entonces dijo Jesús:
«Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que “Yo soy”, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada».
Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.

Palabra del Señor

_______________


Comentario al Evangelio de hoy martes, 31 de marzo de 2020
CR


Queridos amigos y amigas:

A Jesús lo acusaron de muchas cosas: de comilón, de borracho, de amigo de publicanos y prostitutas, quizá de eunuco, de transgresor de la ley. Hoy aparece un “título” nuevo, muy desconcertante: se sospecha que tiene inclinaciones al suicidio. Los comentarios no dejan lugar a dudas: ¿Será que va a suicidarse, y por eso dice “donde yo voy no podéis venir vosotros”? Esta acusación, como todas las anteriores, no refleja la verdad de Jesús, pero insinúa uno de sus flancos. Jesús no es un suicida, en el sentido que esta palabra tiene ordinariamente, pero sí es alguien que entrega su vida para manifestar el amor del Padre al mundo.

Este mensaje no se entiende. Choca con la manera humana de conducirnos. Por eso Jesús experimenta una frustración: ¿Para qué seguir hablándoos? Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros, pero el que me envió es veraz y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él.

¿Cuándo comprenderemos lo que Jesús significa para nosotros? ¿Cuándo creeremos en el sentido de su entrega hasta la muerte? Para la teología que subyace al cuarto evangelio no hay ninguna duda: Cuando levantéis al Hijo del Hombre sabréis que yo soy. Este levantamiento se refiere a la cruz, pero a una cruz que es, al mismo tiempo, el trono de la manifestación plena del misterio de Cristo (sabréis que Yo Soy), una cruz, por tanto, que es también fuente de salud. Por eso, la liturgia de este día pone en relación el texto del evangelio de Juan con el del libro de los Números, que parece estar en el trasfondo: Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte; cuando una serpiente mordía a uno, miraba la serpiente de bronce y quedaba curado.

Por tanto, Jesús no es un depresivo abocado al suicidio sino el Hijo que se entrega, que deja que lo cuelguen para manifestar un amor total.

CORONAVIRUS: CADA VEZ MÁS FIELES SE SUMAN A ESTA INICIATIVA PARA EL DOMINGO DE RAMOS


Coronavirus: Cada vez más fieles se suman a esta iniciativa para el Domingo de Ramos
POR HARUMI SUZUKI | ACI Prensa





Una iniciativa para vivir el Domingo de Ramos dentro de la cuarentena por el coronavirus recorre las redes sociales en los últimos días, dado que cada vez más gobiernos han decretado el aislamiento social para detener los contagios por el COVID-19, una medida que ha afectado también a las celebraciones litúrgicas. 

Esta iniciativa invita a los fieles a poner una rama, hecha en casa, en la ventana o en la puerta de las viviendas por el Domingo de Ramos, como una manera de vivir la Semana Santa respetando la cuarentena decretada por el coronavirus COVID-19.

El mensaje pide, con ligeras variaciones dependiendo de cada país, que se use una rama bonita, que se pueda conseguir en la situación actual, y se coloque durante la tarde del sábado 4 de abril en la puerta o ventana, “para que el Domingo de Ramos, todas las casas amanezcan con una rama”.

“Esto serviría, a pesar del aislamiento social, para mantenerse conectado en las ceremonias de Semana Santa. Aclamando a Jesús, aunque sea en silencio”, indica el mensaje.

Aunque algunas personas atribuyen esta iniciativa al Papa Francisco, realmente se desconoce el origen de este pedido que sigue rotando por las redes sociales. 

El P. Fernando Urbina, sacerdote de la Capilla Nuestra Señora de Fátima, ubicada en el centro comercial Mall del Sur en Lima (Perú), indicó a ACI Prensa que esta iniciativa nos ayuda a tener la actitud para recibir la Semana Santa, ahora que no podemos salir de las casas.

“Ahora debe haber más gestos que nos conecte” a la Semana Santa, señaló. “No podemos desplazarnos así nomás, entonces, el gesto es la puerta, es la actitud que tiene el pueblo de Dios de acogida a la bendición del Señor”, agregó.

Además, el sacerdote indicó que dentro de su comunidad ya se ha planteado esta idea, por lo que en Domingo de Ramos pasará a bendecir todas las casas cercanas a la capilla que tengan en sus puertas o ventanas un ramo.

“Estamos celebrando pues la entrada triunfal de Jesús, y ver pasar al sacerdote con el agua bendita, también significa eso”, concluyó.

PAPA FRANCISCO: EN LA CRUZ, JESÚS "SE HIZO PECADO POR NOSOTROS"


Papa Francisco: En la Cruz, Jesús “se hizo pecado por nosotros”
Redacción ACI Prensa
Foto: Vatican Media




Jesús, en la Cruz, “se hizo pecado por nosotros. No pecó: se hizo pecado”. Así lo señaló el Papa Francisco durante la Misa celebrada este martes 31 de marzo en Casa Santa Marta.

El Pontífice, en su homilía, estableció un paralelismo entre la Cruz de Cristo y la serpiente de bronce que Dios mandó a Moisés fabricar y levantar sobre un mástil para que aquellos que habían sido mordidos por las serpientes durante la huida del pueblo de Israel por el desierto, se curaran.

El Papa explicó que la serpiente es un símbolo del diablo: “precisamente, es el animal que emplea el diablo para inducir al pecado”.

El pueblo de Israel, cansado de vagar por el desierto en busca de la tierra prometida, se alzó contra Moisés: “¿Por qué nos habéis subido de Egipto para morir en el desierto? Pues no tenemos ni pan ni agua, y estamos cansados de ese manjar miserable”. Una vez, más, el pueblo siente nostalgia de la esclavitud en Egipto.

Ante esa actitud de los israelitas, Dios se enfadó y “mandó contra el pueblo serpientes abrasadoras y a quienes mordían, morían”.

El Papa subrayo que la serpiente es siempre la imagen del mal, y de esa manera, “el pueblo vio en la serpiente el pecado, aquello que ha hecho mal”. Entonces, “acude a Moisés y dice: ‘Hemos pecado porque hemos hablado contra el Señor y contra ti. Suplica al Señor que aleje de nosotros a estas serpientes”.

A continuación, Moisés rezó a Dios y Dios le dijo a Moisés que alzara una serpiente de bronce para que todos los heridos, al mirarla, se curaran.


El Papa Francisco planteó la cuestión de que, tal vez alguno, pueda pensar que en esta historia hay idolatría: “está la serpiente, un ídolo que me da salud… No se entiende”.

“Es lógico que no se entienda, porque se trata de una profecía, es el anuncia de lo que sucederá. Porque hemos escuchado también como profecía cercana, en el Evangelio: “Cuando hayáis alzado al Hijo del hombre, entonces sabréis que Yo Soy, y que no hago nada por mi propia cuenta”.

Francisco insistió en el paralelismo: “Jesús alzado sobre la Cruz. Moisés hace una serpiente y la alza. Jesús será alzado, como la serpiente, para dar salvación”.

Sin embargo, el nudo de la profecía es, precisamente, que “Jesús se hizo pecado por nosotros. No pecó: se hizo pecado”.

“Y cuando miramos el crucifijo pensamos en el Señor que sufre: todo eso es cierto. Pero nos detenemos antes de llegar al centro de esa verdad: en este momento, tú pareces el más grande pecador, te has hecho pecado. Ha tomado sobre si nuestros pecados, se ha aniquilado hasta ahora”.

“La Cruz, es cierto, es un suplicio, está la venganza de los doctores de la Ley, de aquellos que no querían a Jesús: todo eso es cierto. Pero la verdad que viene de Dios es que Él vino al mundo para asumir nuestros pecados sobre él mismo hasta el punto de hacerse pecado. Todo pecado. Nuestros pecados están ahí”.

El Papa finalizó su homilía invitando a “habituarnos a mirar el crucifijo bajo esta luz, que es la más verdadera, es la luz de la redención”.

Evangelio comentado por el Papa Francisco:

Juan 8:21-30

21 Jesús les dijo otra vez: «Yo me voy y vosotros me buscaréis, y moriréis en vuestro pecado. Adonde yo voy, vosotros no podéis ir.»

22 Los judíos se decían: «¿Es que se va a suicidar, pues dice: "Adonde yo voy, vosotros no podéis ir?»

23 El les decía: «Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba. Vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.

24 Ya os he dicho que moriréis en vuestros pecados, porque si no creéis que Yo Soy, moriréis en vuestros pecados.»

25 Entonces le decían: «¿Quién eres tú?» Jesús les respondió: «Desde el principio, lo que os estoy diciendo.

26 Mucho podría hablar de vosotros y juzgar pero el que me ha enviado es veraz, y lo que le he oído a él es lo que hablo al mundo.»

27 No comprendieron que les hablaba del Padre.

28 Les dijo, pues, Jesús: «Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces sabréis que Yo Soy, y que no hago nada por mi propia cuenta; sino que, lo que el Padre me ha enseñado, eso es lo que hablo.

29 Y el que me ha enviado está conmigo: no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada a él.»

30 Al hablar así, muchos creyeron en él.

SANTORAL DE HOY MARTES 31 DE MARZO DE 2020

Agilolfo de Colonia, SantoAgilolfo de Colonia, Santo
Obispo, 31 de marzo
Guido de Pomposa, SantoGuido de Pomposa, Santo
Abad, 31 de marzo
Juana de Toulouse, BeataJuana de Toulouse, Beata
Virgen, 31 de marzo
Natalia Tulasiewicz, BeataNatalia Tulasiewicz, Beata
Mártir, 31 de marzo
Buenaventura (Tornielli) de Forli, BeatoBuenaventura (Tornielli) de Forli, Beato
Sacerdote Servita, 31 de marzo
Balbina de Roma, SantaBalbina de Roma, Santa
Virgen y Mártir, 31 de marzo
Benjamin, SantoBenjamin, Santo
Diacono y Mártir, 31 de marzo
Cristóbal Robinson, BeatoCristóbal Robinson, Beato
Presbítero y Mártir, 31 de marzo
Renovato (Renato), SantoRenovato (Renato), Santo
Obispo de Mérida, 31 de marzo

¡QUÉDATE EN CASA!





lunes, 30 de marzo de 2020

33 MANERAS DE VIVIR PROFUNDAMENTE LA ORACIÓN EN CUARESMA


33 Maneras de vivir profundamente la Oración en Cuaresma
Estas sencillas ideas te servirán para vivir mejor la oración en Cuaresma, y ¿por qué no? en toda tu vida


Fuente: Loyolapress.com




San Pablo nos motiva a que “oremos sin cesar”. Toda nuestra vida puede ser una oración si elevamos nuestra mente y corazón a Dios en cada momento y acción de nuestra vida. Lo central de la Cuaresma (y de nuestra vida entera) es que oremos lo más frecuente y profundamente que podamos. He aquí algunas maneras en que podrá incorporar la oración a lo largo de su día. Por favor, elija las que le ayuden a alcanzar esa meta.

1. Repita una pequeña oración a lo largo del día. Puede ser: “Señor, ten misericordia de mí”, o “Jesús, ayúdame a conocerte y a hacer tu voluntad”. También puede usar sus propias palabras.

2. Haga una lista de las cosas por las cuales está agradecido(a). Escriba diariamente diez cosas por las que está agradecido(a): familia, talentos, amigos, éxitos, etcétera.

3. Ore por la gente que le hace pasar un mal rato. Hay días en los que estas personas sobreabundan.

4. Repita continuamente las palabras de San Ignacio de Loyola: “Toma Señor y recibe toda mi libertad”.


5. Utilice su imaginación al hacer oración. Imagínese usted mismo(a) como una de las personas que están frente a Jesús en una escena de los Evangelios. Imagine su respuesta y reacción al mensaje que ha escuchado de Jesús.

6. Haga una lectura pausada de alguno de los cuatro relatos de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Por ejemplo, puede leer Lucas 22,39 a 24,12.

7. Convierta en oración alguna actividad amorosa que haga por los demás. Por ejemplo, cuando saca la basura de la casa, cambia el rollo de papel higiénico o le ayuda a su hijo a hacer la tarea. Hágalo de todo corazón y esa acción será una oración.

8. Haga oración mientras realiza una caminata.

9. Concédase tiempo para la meditación, para estar en calma por un momento, para vaciarse de las distracciones y para abrir su corazón a Dios.


10. Participe en uno de los servicios litúrgicos que su parroquia ha organizado.

11. Ore junto con su familia a la hora de los alimentos. Oren siempre por las personas necesitadas.

12. Ore mientras realiza sus mandados. Pídale a Dios que le ayude a reconocer su presencia en cada uno de los lugares a los que se dirige.

13. Cuando escuche o vea noticias respecto a alguien que está en problemas, ore por esa persona. Invite a sus hijos a que oren también por ella.

14. Cuando esté en el mercado, ore por los campesinos y todas aquellas personas que hacen posible que los alimentos lleguen hasta su mesa.

15. Al momento de acostarse, concédase un momento para orar por aquellas personas que no tienen hogar y que esa noche dormirán en la calle.

16. Deje que una de sus canciones católicas favoritas se repita en su mente como una forma de oración. Seleccione una frase o palabras que tengan un significado especial para usted.

17. Rece diariamente el rosario y otras oraciones que son parte de la tradición católica. Dese cuenta de que está uniendo su voz a millones de personas que han orado estas plegarias a lo largo de los siglos.

18. Bendiga a sus hijos y a otros miembros de la familia cuando se retiran o regresan a casa. Trace sobre su frente la señal de la cruz.

19. Ore en los momentos de mayor tráfico, especialmente cuando se encuentra con un mal conductor. Ore por él o ella y pídale a Dios que le ayude a mantener la calma a lo largo del día.

20. Haga oración mientras está haciendo fila o cuando alguien lo ha puesto en llamada de espera. Ore por los servidores públicos que atienden a la gente todo el día.

21. Ore mientas trabaja en el jardín; deje que esa actividad sea su oración.

22. Si en su barrio puede escuchar las campanas de alguna iglesia, ore al escucharlas. Si no le es posible, ore al momento de escuchar otro sonido, por ejemplo, al timbrar el teléfono, cuando ladra algún perro o cuando suena el toque de salida en una fábrica cercana.

23. Ore al escuchar el ruido de una sirena. Ore por las personas que posiblemente estén en un problema serio.

24. Haga oración por las personas que necesita perdonar y que le cuesta mucho perdonar. Pida que disfruten las bendiciones que usted mismo espera recibir de Dios.

25. Eleve una oración a Dios que le ayude a pedir perdón a las personas que ha herido de alguna manera.

26. Ore por la persona que lo ha dirigido espiritualmente, sea que esté viva o muerta.

27. Ore mientras lleva a pasear a su mascota.

28. Si toca un instrumento musical, deje que ese momento sea su oración.

29. Ore mientras crea una pieza de arte. Haga algo creativo cada día de la Cuaresma y hágalo para dar gloria a Dios.

30. Ore por la persona desconocida quien, en este preciso momento está al borde del suicidio. Pídale a Dios que tranquilice a esa alma desolada.

31. Escoja a un miembro de su familia nuclear o extendida y ore por él o ella a lo largo del día. Elija uno diariamente.

32. Asista a misa siempre que pueda hacerlo. La Eucaristía es la oración más grande que tenemos los católicos y es un lugar seguro para encontrarse con Jesús.

33. Al final del día, concédase un momento para agradecerle a Dios las gracias y bendiciones que recibió a lo largo del día.

EL PAPA FRANCISCO ANIMA A REACCIONAR ANTE LA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS


El Papa Francisco anima a reaccionar ante la pandemia del coronavirus
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
 Foto: Vatican Media





El Papa Francisco señaló que actualmente hay mucha gente “que no consigue reaccionar” ante la pandemia del coronavirus, COVID-19, por lo que animó a levantarse “por el bien de toda la sociedad”.

Así lo indicó el Santo Padre este lunes 30 de marzo al inicio de la Misa en la Casa Santa Marta.

“Rezamos hoy por tanta gente que no consigue reaccionar: permanece asustada por esta pandemia. Que el Señor les ayude a levantarse, a reaccionar, por el bien de toda la sociedad, de toda la comunidad”, pidió el Papa.

Además, el Pontífice reflexionó durante su homilía en las lecturas de la Liturgia del día para alentar a los fieles católicos a no avergonzarse por estar en la Iglesia, sino más bien, avergonzarse por ser pecadores.

Al referirse a dos diferentes narraciones de las Sagradas Escrituras en la cuales se relatan a dos mujeres como protagonistas y también se describen las reacciones de las personas que contemplaban la escena, el Santo Padre explicó qué hace el Señor con cada personaje.

“¿Qué hace el Señor con esta gente?” preguntó el Pontífice quien explicó: “A la mujer inocente la salva, le hace justicia.  A la mujer pecadora, la perdona. A los jueces corruptos los condena. A los hipócritas los ayuda a convertirse”.

Por ello, el Santo Padre recordó que “cada uno de nosotros tiene sus propias historias, cada uno de nosotros tiene sus propios pecados. Sino se los recuerda, piensen un poco, los encontrarán”, advirtió.


“Agradece al Señor si los encuentras, porque si no los encuentras, eres un corrupto. Cada uno de nosotros tiene sus propios pecados. Miremos al Señor que hace justicia, pero que es muy misericordioso, no nos avergoncemos de estar en la Iglesia, avergoncémonos de ser pecadores”.

En esta línea, el Papa subrayó: “la Iglesia es madre de todos. Agradezcamos a Dios de no ser corruptos, de ser pecadores, y cada uno de nosotros mirando cómo actúa Jesús en estos casos, confíe en la misericordia de Dios y rece con confianza en la misericordia de Dios, pida perdón, porque el Señor guía por el justo camino”.

Antes de finalizar la Misa, el Santo Padre rezó en silencio nuevamente ante el Santísimo Sacramento e impartió la Bendición eucarística.
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