viernes, 11 de octubre de 2019

HOY CELEBRAMOS A SAN JUAN XXIII, EL PAPA BUENO, 11 DE OCTUBRE


Hoy celebramos a San Juan XXIII, el Papa bueno
Redacción ACI Prensa




"¡Oh, los santos, los santos del Señor, que por doquier nos alegran, nos animan y nos bendicen!", decía San Juan XXIII, llamado el "Papa bueno" y cuya fiesta es el 11 de octubre.

Angelo Giuseppe Roncalli, más conocido como San Juan XXIII, nació en Italia en 1881. Ingresó desde muy joven al seminario y fue ordenado sacerdote en 1904.

En la Segunda Guerra Mundial, siendo Obispo, salvó a muchos judíos con ayuda del “visado de tránsito” de la Delegación Apostólica.


En 1953 fue creado Cardenal y a la muerte de Pío XII, es elegido como Sumo Pontífice en 1958. Poco a poco se ganó el apelativo de “Papa Bueno” por sus cualidades humanas y cristianas.

El mundo entero pudo ver en él a un pastor humilde, atento, decidido, valiente, sencillo y activo. Se enrumbó por los caminos del ecumenismo y del diálogo con todos. Escribió las famosas encíclicas “Pacem in terris” y “Mater et magistra” y convocó al Concilio Vaticano II.

Es llamado a la Casa del Padre el 3 de junio de 1963, beatificado por San Juan Pablo II en el 2000 y canonizado por Papa Francisco en abril del 2014.

El milagro para su beatificación se basó en la curación de Sor Caterina Capitani, una religiosa que tenía una dolencia estomacal muy grave.

Las hermanas de la paciente, que conocían de la gran admiración de Sor Caterina por Juan XXIII, oraron pidiendo la intercesión del “Papa bueno” y colocaron una imagen de él en el estómago de la paciente.


Minutos después la religiosa empezó a sentirse bien y pidió comer. Más adelante, Sor Caterina relataría que vio a Juan XXIII sentado al pie de su cama y que le dijo que su plegaria había sido escuchada. La ciencia no pudo dar explicaciones de esta curación.


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Guerra Mundial


Durante la Primera Guerra Mundial, ejerció primero como sargento médico y más tarde como capellán militar. En 1921, fue llamado desde Roma por el Papa Benedicto XV para ocupar el cargo de Presidente para Italia del Consejo Central de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe.

El papa Pío XI lo designó simultáneamente Arzobispo de Areopoli y enviado oficial para Bulgaria el 3 de marzo de 1925. El 19 de marzo de 1925 Angelo Giuseppe Roncalli fue consagrado Arzobispo titular de Areopoli. Eligió como su lema episcopal "Obedientia et Pax". En Bulgaria, realizó su labor apostólica visitando las comunidades católicas y estableciendo relaciones de respeto y estima con otras comunidades cristianas, en especial de la Iglesia Ortodoxa. En una ocasión en Bulgaria fue a visitar a unos heridos internados en un hospital católico que trataba gratuitamente a todas las personas, independientemente de su religión. Estos heridos fueron víctimas de un atentado contra el rey Boris III en una catedral ortodoxa de Sofía, siendo ortodoxos que frecuentaban su lugar de culto. El rey búlgaro quedó tan impresionado que lo recibió en audiencia privada, siendo un acto inédito porque los visitadores apostólicos no gozaban de ningún estatuto diplomático y las relaciones entre la minoría católica y la mayoría ortodoxa eran muy tensas. Hechos como este constituyeron las bases de la futura delegación apostólica. En efecto, su labor fue tan fructífera que se lo designó delegado apostólico para Bulgaria el 16 de octubre de 1931.

El 30 de noviembre de 1934 fue designado Arzobispo títular de Mesembria, y el 12 de enero de 1935 fue nombrado delegado apostólico para Turquía (vicario apostólico de Estambul, antigua Vicaría Apostólica de Constantinopla). El mismo día se lo designó Delegado Apostólico para Grecia, atendiendo desde Estambul los asuntos relativos a ambos países.

Su intervención para socorrer a miles de judíos de la persecución nazi mientras servía como Delegado Apostólico del Vaticano en Turquía durante la Segunda Guerra Mundial fue proverbial.

El 23 de diciembre de 1944, el Papa Pío XII lo nombró nuncio apostólico de Francia. Contribuyó a normalizar la organización eclesiástica en Francia, desestabilizada por los numerosos obispos que habían colaborado con los alemanes. Gracias a su cortesía, su sencillez, su buen humor y su amabilidad pudo resolver los problemas y conquistar el corazón de los franceses y de todo el Cuerpo Diplomático.
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Cardenal y Patriarca de Venecia


El 12 de enero de 1953 el papa Pío XII lo crea Cardenal presbítero con el título de Santa Prisca, siendo designado tres días después como patriarca de Venecia.

Como patriarca de Venecia, solía navegar por los canales de la ciudad sin la vestimenta de cardenal, y detenerse para hablar con los gondoleros, las prostitutas y menesterosos, quienes le contaban sus problemas. Su forma de ejercicio del poder se caracterizó por el servicio y el perdón.

Era patriarca de Venecia. Supo que uno de sus sacerdotes llevaba una vida turbia y que frecuentaba un lugar poco digno para un eclesiástico. Pudo suspenderle en sus funciones; pudo aplastarle con su poder; pudo ejercer toda la fuerza de su autoridad. Pero ¿qué hizo? Lo esperó un día en el lugar que solía frecuentar. El sacerdote palidece. El Patriarca lo toma del brazo y con naturalidad le pide que le acompañe al palacio. Y una vez en su despacho se arrodilla ante el sacerdote caído y le pide: «Por favor, confiéseme». Y lo hace con toda humildad y naturalidad.

El sacerdote lo absuelve y el patriarca abrazándolo le dice: «Hijo mío, me gustaría que reflexionases acerca del don maravilloso que Dios te ha dado de perdonar los pecados a los hombres, incluso a tu mismo arzobispo. Que esto te anime a evitar lo más posible el pecado en tu misma vida y como gratitud a Cristo».
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Pontificado


El 28 de octubre de 1958, contando con casi 77 años, Roncalli fue elegido papa ante la sorpresa de todo el mundo. Escogió el nombre de Juan (nombre de su padre y del patrón de su pueblo natal, aunque escogió este nombre por el evangelista de nombre Juan). Fue entronizado el 4 de noviembre (21 días antes de su cumpleaños 77) por el cardenal Nicola Canali, protodiácono de San Nicola in Carcere Tulliano.

Después del largo pontificado de su predecesor, los cardenales parecieron escoger un papa de transición a causa de su avanzada edad y de su modestia personal.

Ni los cardenales ni el resto de la Iglesia esperaban que el temperamento alegre, la calidez y la generosidad del papa Juan XXIII cautivaran los afectos del mundo de una forma en que su predecesor no pudo. Al igual que Pío XI pensaba que el diálogo era la mejor forma para dar solución a un conflicto.

Enseguida empezó una nueva forma de ejercer el papado. Fue el primero desde 1870 que ejerció su ministerio de obispo de Roma visitando personalmente las parroquias de su diócesis. Al cabo de dos meses de haber sido elegido, dio ejemplo de obras de misericordia: por Navidad visitó los niños enfermos de los hospitales Espíritu Santo y Niño Jesús; al día siguiente fue a visitar los prisioneros de la cárcel Regina Coeli.

En su primera medida de gobierno vaticano, que le enfrentó con el resto de la curia, redujo los altos estipendios (y la vida de lujo que, en ocasiones, llevaban los obispos y cardenales). Asimismo, dignificó las condiciones laborales de los trabajadores del Vaticano, que hasta ese momento carecían de muchos de los derechos de los trabajadores de Europa, y además retribuidos con bajos salarios. Por primera vez en la historia nombra cardenales indios y africanos.

En una visita a Europa, el presidente de Argentina, Arturo Frondizi visitó El Vaticano y conoció al papa, quien le dio el apodo de "el estadista de América", también le dijo que en Italia hacían falta políticos como él.

Tres meses después de su elección, el 25 de enero de 1959, en la Basílica de San Pablo Extramuros y ante la sorpresa de todo el mundo anunció el XXI Concilio Ecuménico -que posteriormente fue llamado Concilio Vaticano II-, el I Sínodo de la Diócesis de Roma y la revisión del Código de Derecho Canónico. Este Concilio fue inspirado en la figura del papa Pío IX precursor del Concilio Vaticano I y quien, según el papa Juan XXIII, nadie en la historia de la Iglesia había sido tan amado y tan odiado a la vez.

El 2 de diciembre de 1960 se reunió en el Vaticano durante una hora con el arzobispo de Canterbury, Geoffrey Francis Fisher. Era la primera vez en más de 400 años, desde la excomunión de Isabel I, que la máxima autoridad de la Iglesia de Inglaterra se reunía con el papa. Durante su Pontificado nombró 37 nuevos cardenales, entre los cuales por primera vez un tanzano, un japonés, un filipino, un venezolano, un uruguayo y un mexicano.

El 3 de enero de 1962 excomulgó a Fidel Castro, iniciativa amparada en condenas expresadas por el papa Pío XII en 1949.


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Sus Encíclicas


Juan XXIII escribió ocho encíclicas en total, según el siguiente orden cronológico:

Ad Petri Cathedram (29 de junio de 1959);
Sacerdotii Nostri Primordia (1 de agosto de 1959);
Grata Recordatio (26 de septiembre de 1959);
Princeps Pastorum (28 de noviembre de 1959);
Mater et Magistra (15 de mayo de 1961);
Aeterna Dei Sapientia (11 de noviembre de 1961);
Paenitentiam Agere (1 de julio de 1962);
Pacem in terris (11 de abril de 1963).
Su magisterio social en las encíclicas Mater et Magistra y Pacem in terris fue profundamente apreciado. En ambas pastorales se insiste sobre los derechos y deberes derivados de la dignidad del hombre como criatura de Dios.La encíclica Pacem in terris fue dirigida no solo a los católicos, sino «a todos los hombres de buena voluntad». Escrita en plena guerra fría luego de la crisis de los misiles en Cuba de octubre de 1962, la encíclica contiene un rechazo incondicional de la carrera de armamentos y de la guerra en sí misma. Sostiene que en la era atómica resulta impensable que la guerra se pueda utilizar como instrumento de justicia. Esto, a su vez, implicó una virtual abolición del concepto de guerra justa.

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Concilio Vaticano II


El 11 de octubre de 1962 el Papa Roncalli abrió el Concilio Vaticano II en San Pedro. Este Concilio cambiaría el rostro del catolicismo: una nueva forma de celebrar la liturgia (más cercana a los fieles), un nuevo acercamiento al mundo y un nuevo ecumenismo. Respecto de esto último, Juan XXIII había creado en 1960 el Secretariado para la promoción de la unidad de los cristianos, 12 una comisión preparatoria al Concilio que más tarde permanecería bajo el nombre de Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos. Era la primera vez que la Santa Sede creaba una estructura consagrada únicamente a temas ecuménicos. Para la presidencia de ese organismo el papa designó al cardenal Augustin Bea, quien luego se convertiría en una de las figuras determinantes del Concilio Vaticano II.

Desde la apertura del Concilio, el papa Juan XXIII enfatizó la naturaleza pastoral de sus objetivos: no se trataba de definir nuevas verdades ni condenar errores, sino que era necesario renovar la Iglesia para hacerla capaz de transmitir el Evangelio en los nuevos tiempos (un aggiornamento), buscar los caminos de unidad de las Iglesias cristianas, buscar lo bueno de los nuevos tiempos y establecer diálogo con el mundo moderno centrándose primero "en lo que nos une y no en lo que nos separa".

Al Concilio fueron invitados como observadores miembros de diversos credos, desde creyentes islámicos hasta indios americanos, al igual que miembros de todas las Iglesias cristianas: ortodoxos, anglicanos, cuáqueros, y protestantes en general, incluyendo, evangélicos, metodistas y calvinistas no presentes en Roma desde el tiempo de los cismas.

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Su muerte


El 23 de mayo de 1963 se anunció públicamente la enfermedad del papa: cáncer de estómago que, según su secretario Loris F. Capovilla, le fue diagnosticado en septiembre de 1962. El papa no quiso dejarse operar temiendo que el rumbo del Concilio se desviara de lo estipulado. Así, el mismo Papa estaba firmando su sentencia de muerte. Al fin, después de sufrir esa grave enfermedad, el papa Juan XXIII murió en Roma el 3 de junio de 1963.

Finalizó sus días sin ver concluida su obra mayor, a la que él mismo consideró "la puesta al día de la Iglesia".

Fue sucedido por Pablo VI, quien en 1965 iniciaría el proceso de beatificación del propio Juan XXIII después de la clausura del Concilio Vaticano II. Juan XXIII fue beatificado por Juan Pablo II el 3 de septiembre de 2000, junto con el papa Pío IX. Su fiesta litúrgica quedó fijada el 11 de octubre, día de la apertura del Concilio Vaticano II.

La Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano aprobó los milagros para la canonización del beato Juan Pablo II y del beato Juan XXIII.13 Los dos pontífices serán canonizados en una misma celebración, el 27 de abril de 2014.

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Oración a San Juan XXIII


Dios, Padre amado, que nos diste como Santo Padre a San Juan XXIII, llamado por todos el Papa de la paz y el Papa bueno.

Te pedimos Padre por su intercesión ser portadores en esta tierra del don maravilloso de tu paz y ser por tanto hombres y mujeres de diálogo, comprensión y tolerancia.

Ayúdanos Señor a ver a todos los que nos rodean como hermanos e hijos de un mismo Dios y a buscar en todo momento el entendimiento sin desvirtuar tu luz y tu verdad.

Queremos, como San Juan XXIII, que nos reconozca el mundo entero porque, como discípulos tuyos, nos amamos unos a otros.

Gracias por este ejemplo de virtudes. Y unidos a todos los santos del cielo y en especial a este Papa bueno te suplico Padre Santo esta gracia particular que necesito (haga aquí su petición).

Gracias te doy de antemano, Señor, porque al ruego de tan gran intercesor estoy seguro de que me será concedida. Amén. 

SANTORAL DE HOY 11 DE OCTUBRE DE 2019

Bruno I de Colonia, SantoBruno I de Colonia, Santo
Obispo, 11 de octubre
Cánico o Kenneth, SantoCánico o Kenneth, Santo
Abad, 11 de octubre
Felipe el Diácono, SantoFelipe el Diácono, Santo
Diácono, 11 de octubre
Gumaro, SantoGumaro, Santo
Laico, 11 de octubre
Juan XXIII, SantoJuan XXIII, Santo
Memoria litúrgica, 11 de ocubre
Meinardo de Letonia, SantoMeinardo de Letonia, Santo
Primer Obispo de Letonia, 11 Octubre
Jaboco de Ulm, BeatoJaboco de Ulm, Beato
Religioso, 11 Octubre
Alejandro Sauli, SantoAlejandro Sauli, Santo
Obispo, 11 de octubre
Soledad Torres Acosta, SantaSoledad Torres Acosta, Santa
Fundadora de las Siervas de María, octubre 11

BUENOS DÍAS




jueves, 10 de octubre de 2019

SABÍAS QUE UN SACERDOTE FUNDÓ EL PRIMER HOSPITAL PSIQUIÁTRICO DEL MUNDO?


¿Sabías que un sacerdote fundó el primer hospital psiquiátrico del mundo?
Redacción ACI Prensa
P. Juan Gilabert Jofré


Al presenciar cómo pegaban a un enfermo mental, el mercedario P. Jofré le defendió y comenzó una labor que culminó en la construcción del primer hospital psiquiátrico del mundo en la ciudad de Valencia (España). 

El P. Juan Gilabert Jofré nació en Valencia en el año 1350. Desde niño sintió la llamada a ser religioso, pero por complacer a sus padres estudió en Lérida Derecho Civil y Canónico. Durante su tiempo universitario trató con San Vicente Ferrer quien estudiaba allí Teología.

En 1369 volvió a Valencia y comenzó a vivir una intensa vida espiritual, comulgando con frecuencia, visitando a los pobres y asistiendo cada día a Misa. Entró en la Orden de la Merced en el año 1370.

Posteriormente se trasladó a Valencia y fue allí donde el P. Jofré realizó una de las obras más importantes y por la que será recordado: la creación del primer hospital psiquiátrico del mundo occidental.

El viernes 24 de febrero de 1409 el P. Jofré se dirigía desde el convento de la Plaza de la Merced a la catedral. En el trayecto, probablemente en la calle Martín Mengod, antigua Platerías, próxima a la iglesia de Santa Catalina, llamó su atención un fuerte alboroto. Unos jóvenes golpeaban y se burlaban de un hombre perturbado, al que gritaban “¡al loco, al loco!”. El sacerdote se interpuso entre los agresores y el agredido, protegió al hombre y se lo llevó a la residencia mercedaria, donde le dio cobijo y dispuso que le curasen las heridas.

El padre Jofré defendiendo a un demente. Por Joaquín Sorolla (1887).

Ahí comenzó a pedir caridad con los enfermos mentales y a impulsar la creación de un hospital para estas personas. La iniciativa llegó a oídos del Papa Benedicto XIII, que autorizó el hospital en una bula del 16 de mayo de 1410, en la que el centro debía estar bajo la advocación de los Santos Inocentes Mártires.

El 1 de junio de 1410 se fundó el Hospital de los Inocentes, para recoger a enfermos mentales, pobres y niños abandonados. La capilla del hospital la dedicó a la advocación de Nuestra Señora de los Desamparados, que después sería la patrona de Valencia.


Este fue el primer hospital en el mundo que proporcionaba a los enfermos mentales tratamiento médico hospitalizado y una residencia donde vivir. Posteriormente se convirtió en el actual Hospital Universitario de Valencia (España).

El P. Jofré se unió a San Vicente Ferrer en la evangelización de musulmanes en Murcia, Valencia, Salamanca e Italia, y en otras misiones de evangelización, hasta que en el año 1417 volvió al monasterio mercedario de Nuestra Señora del Puig, donde falleció nada más llegar. Era el 18 de mayo de 1417.

En 1585 el cuerpo fue analizado y se halló incorrupto y flexible. Lamentablemente su devoción decayó y en el siglo XIX se comenzó el proceso de canonización que se retomó posteriormente en el siglo XX. Finalmente en el año 1996 se reabrió y se finalizó la fase diocesana en el año 2007, para luego ser enviada a Roma.

ESTOS SON LOS RETRATOS OFICIALES DE LOS 5 NUEVOS SANTOS


Estos son los retratos oficiales de los 5 nuevos santos
Redacción ACI Prensa
Crédito: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




Cercanos a la canonización de 5 nuevos santos, la Basílica de San Pedro ya luce sus retratos oficiales, destacando el Cardenal John Henry Newman, sacerdote converso del anglicanismo, y la beata Dulce Lopes Pontes, primera santa brasileña.



Cardenal John Henry Newman

John Henry Newman nació en Londres en 1801. Fue ordenado sacerdote de la Iglesia Anglicana, y en 1845 se convirtió al catolicismo siendo ordenado sacerdote de la Iglesia Católica. Tomó como lema “Cor ad cor loquitur” (El corazón habla al corazón), cuando fue creado cardenal en 1879. Murió el 11 de agosto de 1880.



Giuseppina Vannini

Giuseppina Vannini nació en Roma en 1859, a los cuatro años perdió a su padre y tres años más tarde a su madre. Fue acogida en el Conservatorio Torlonia de Roma. Durante unos ejercicios espirituales conoció al P. Camiliano Luigi Tezza y junto a él fundó en 1892 una nueva congregación con el nombre de Hijas de San Camilo. Falleció en 1911.



María Teresa Chiramel Mankidiyan

María Teresa Chiramel Mankidiyan nació 1876 en Puthenchira, en el estado de Kerala (India). Recibió de Dios muchos favores místicos, como tener visiones de la Virgen y de los santos; además a partir de 1909 experimentó los estigmas de Cristo, los que mantuvo siempre en secreto. En 1914 fundó la congregación de las Hermanas de la Sagrada Familia. Falleció en 1926.



Dulce Lopes Pontes

María Rita Lopes Pontes nació en 1914. Tenía siete años cuando murió su madre y a los 18 años entró en la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios, donde comenzó a llamarse Dulce. Fundó la Unión de los Trabajadores de San Francisco y el hospital de Sant'Antonio. Falleció en 1992.


Marguerite Bays

Marguerite Bays nació en Suiza, en el cantón de Friburgo en 1815. Hija de agricultores, desarrolló durante toda su vida la labor de costurera. Enfermó de cáncer antes de los 40 años, pero se curó inexplicablemente el 8 de diciembre de 1854, el día en que Pío IX proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción. Vivió muchas experiencias místicas y experimentó los estigmas. Falleció en 1879.

Las imágenes del Cardenal Newman y las cuatro mujeres fueron colocadas este jueves 10 en la fachada de la Basílica de San Pedro. Estos cinco beatos serán canonizados este domingo 13 de octubre por el Papa Francisco.

CONOCE A LA BEATA ITALIANA QUE DIO SU VIDA POR LOS ENFERMOS Y QUE SERÁ SANTA


Conoce a la beata italiana que dio su vida por los enfermos y que será santa
Redacción ACI Prensa




La beata Giuseppina Vannini será canonizada este domingo 13 de octubre junto con el Cardenal John Newman y otros cuatro beatos en una ceremonia presidida por el Papa Francisco en la Basílica de San Pedro del Vaticano.

Giuseppina Vannini nació en Roma en 1859, a los cuatro años perdió a su padre y tres años más tarde a su madre, separada de sus dos hermanos, fue acogida en el Conservatorio Torlonia de Roma.

Decidió entrar en el noviciado de las Hermanas de la Caridad de Siena, una congregación de las hermanas vicentinas. Sin embargo, debido a su frágil salud, tuvo que regresar a Roma en 1887, donde retomó su formación religiosa.

Durante unos ejercicios espirituales en 1891 conoció al P. Camiliano Luigi Tezza, quien reconoce en ella la persona indicada para iniciar una nueva congregación que con el nombre de Hijas de San Camilo es fundada 1892. Se trata de una congregación dedicada al cuidado de los enfermos.

Después de varias semanas de discernimiento, Giuseppina Vannini aceptó el encargo y en marzo de 1892 y en diciembre de 1895 fue nombrada Superiora General de la congregación.

La congregación creció rápidamente, con nuevas comunidades en diversas localidades de Italia a pesar de las dificultades para lograr la aprobación pontificia.

A partir de 1910, la salud de Giusepppona Vannini empeoró debido a problemas graves de corazón. Falleció en 1911. El 16 de octubre de 1994 fue beatificada por San Juan Pablo II gracias al milagro obrado en Olga Nuñez, de Buenos Aires, quien sufría de melanoma. Las Hijas de San Camilo pusieron una reliquia de la Madre Giuseppina en su cama de hospital, mientras oraban una novena pidiendo la intercesión de su fundadora. Milagrosamente la enfermedad empezó a desaparecer, hasta estar curada totalmente.

El segundo milagro, y el que permitirá su canonización, involucra a Arno Celson Klauck, constructor de Sinop (Brasil), quien cayó desde el tercer piso por el hueco de un elevador mientras colocaba vigas de madera. Él invocó la ayuda de la religiosa mientras caía Milagrosamente, fue hallado únicamente con moretones.

BRASIL TENDRÁ SU PRIMERA SANTA ESTE DOMINGO


Brasil tendrá su primera santa este domingo
Redacción ACI Prensa




El Papa Francisco canonizará este domingo 13 de octubre a la Beata Dulce Lopes Pontes, que será la primera santa brasileña conocida como el “ángel bueno de Bahía”. 

A la futura santa se le recuerda por ser la imagen de la caridad, pues dedicó su vida a atender a los pobres y desarrolló una importante obra social en Bahía, donde fundó varios hospitales de caridad y una red de apoyo social.

Asimismo, será declarada santa 27 años después su fallecimiento, siendo la tercera canonización más rápida de la historia reciente de la iglesia, luego de San Juan Pablo II (9 años luego de su muerte) y Santa Teresa de Calcuta (19 años después de fallecida).

Su vida

María Rita Lopes Pontes nació en Bahía (Brasil) el 26 de mayo en 1914, fue la segunda de cinco hermanos. Su padre, Augusto, era dentista y profesor de la facultad de Odontología, su madre, Dulce María, murió 1921 a los 26 años.  

María Rita a los 13 años comenzó a recibir mendigos y enfermos en su hogar, transformando la residencia familiar en un centro de atención. La casa se hizo conocida como “La Ordenanza de San Francisco”, debido a la gran cantidad de necesitados que acogía.

Junto a una de sus tías, conoció los lugares más necesitados de la ciudad, quedando marcada por la pobreza. Su interés por la vida religiosa despertó durante su adolescencia. Así, en 1933, después de graduarse como profesora, ingresó en el Instituto de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios, tomando como nombre Dulce, en honor a su madre.

La hermana Dulce entregó su vida al servicio de los necesitados, fundó la Unión de los Trabajadores de San Francisco, un movimiento cristiano de trabajadores en Bahía (Brasil), el hospital de Sant'Antonio y una red de apoyo social que dirigió hasta el día de su muerte. 

Sus numerosas fundaciones se reúnen bajo el nombre de Obras Sociales “Hermana Dulce”, que actualmente incluyen el Complejo Roma, una red de hospitales y centros de salud para los más pobres y el Centro Educativo San Antonio. Adicionalmente, la organización gestiona varios centros de salud del municipio de San Salvador.

Conoció a San Juan Pablo II, con quién tuvo dos reuniones en 1980 y 1991, cuando se encontraba hospitalizada por problemas de salud. Su humanismo y sus obras de caridad llevaron al entonces presidente de Brasil, José Sarney, a postularla en 1988 al Premio Nobel de la Paz. Falleció el 13 de marzo de 1992.

Fue beatificada por Benedicto XVI en 2011 luego de comprobarse su intercesión en la sanación milagrosa de Claudia Cristina dos Santos en 2001, quien sufría una hemorragia incontrolable después de dar a luz a su segundo hijo, Gabriel.

Luego de tres intervenciones y 18 horas de sangrado, los médicos habían perdido las esperanzas, pero su familia decidió pedir la intercesión de la beata y la hemorragia se detuvo inmediatamente.

El segundo milagro que permitirá su canonización es la curación milagrosa de José Maurício Bragança Moreira, un maestro que padeció ceguera durante 14 años debido a un severo glaucoma. El 2014 sufría una conjuntivitis aguda que no podía calmar. A los cuatro días sin dormir, puso una pequeña estatua de la beata sobre su ojo y le pidió su intercesión. Se quedó dormido y a la mañana siguiente recuperó gradualmente la visión.

SANTORAL DE HOY JUEVES 10 DE OCTUBRE DE 2019

Paulino de York, SantoPaulino de York, Santo
Obispo, 10 Octubre
Juan Thwing de Bridlington, SantoJuan Thwing de Bridlington, Santo
Monje, 10 de octubre
Daniel Comboni, SantoDaniel Comboni, Santo
Obispo y Fundador, 10 de octubre
Angela María Truszkowska, BeataAngela María Truszkowska, Beata
Fundadora, 10 Octubre

domingo, 6 de octubre de 2019

10 CONSEJOS PRÁCTICOS PARA REZAR EL ROSARIO TODOS LOS DÍAS


10 consejos prácticos para rezar el Rosario todos los días
Tomados del libro “El Rosario: Teología de rodillas”, de Mons. Florian Kolfhaus


Por: Mons. Florian Kolfhaus | Fuente: ACI Prensa




Próximos a la celebración de la Virgen del Santo Rosario este viernes 7 de octubre, se presenta la oportunidad de redescubrir esta oración, que no solo muestra los misterios de la vida de Jesús y de la Virgen María, sino que fortalece la vida cristiana y concede gracias especiales que la misma Madre de Dios prometió a la humanidad.

Aquí 10 consejos prácticos para rezar el Rosario todos los días, tomados del libro “El Rosario: Teología de rodillas”, del  sacerdote, escritor y funcionario de la Secretaría de Estado del Vaticano, Mons. Florian Kolfhaus:

1. Tener el Rosario en el bolsillo

Todo católico debe tener siempre un Rosario en su bolsillo. Existe el denario con sólo diez cuentas y que puede transportarse fácilmente.

Siempre que busques un pañuelo o una llave antes de salir, recuerda también llevar el Rosario de Jesús y María.


2. Aprovechar el tiempo libre también para rezar

En la vida cotidiana siempre hay un "tiempo libre" que podremos aprovechar para rezar el Rosario: cuando esperamos la consulta médica, un bus, una llamada importante, entre otros.

Y si por alguna razón una persona no desea mostrarse en una “sala de espera” como católico practicante, también puede utilizar sus manos: tenemos diez dedos, para contar con ellos los Avemarías.

3. Rezar mientras se realizan quehaceres y deporte

Muchas actividades no requieren pensar mucho, porque las hacemos mecánicamente. Cuando se pica la cebolla, se tiende la ropa o se lava el auto también se puede rezar el Rosario. Así como cuando las personas que se aman piensan en el otro sin importar la actividad que realicen, el Rosario ayuda a permanecer en sintonía con el corazón de Jesús y María.


Esto también funciona para muchos deportes: correr, andar en bicicleta o nadar son actividades en las que se puede rezar el Rosario al ritmo de la propia respiración (ya sea de forma interna o en voz alta si estás solo en un campo abierto).

4. Las imágenes y la música también pueden ayudar

El Rosario es una oración contemplativa. Más importante que las palabras que usemos, es la predisposición de nuestro corazón para contemplar cada uno de los misterios.

Para este propósito se puede buscar en Internet 5 imágenes que nos ayuden a contemplar cada pasaje de la vida Cristo y María. Por otro lado, la música también puede ser útil si se ejecuta en un segundo plano para encontrar paz.

5. Canalizar nuestras distracciones para rezar

Es difícil una oración en la que no surjan distracciones. Una y otra vez los pensamientos vienen a nuestra mente: la lista de compras, el cumpleaños de un amigo, una enfermedad o una preocupación. Si luchamos contra ella en la oración, a menudo es peor.

Es mejor reunir estas "distracciones" y rezar un Avemaría por las personas, por los amigos y familiares, por uno mismo y los problemas. De este modo la oración se hace sincera y personal.

6. Rezar por el otro mientras nos desplazamos

En el camino al trabajo o a la escuela, ya sea en auto o en bus, en tren o caminando, es posible rezar el Rosario sin bajar la cabeza y cerrar los ojos.

Rezar mientras nos desplazamos significa dedicar los Avemarías a las personas con las que hemos establecido contacto o visto durante el día; también por las empresas e instituciones que están en mi camino.

Por ejemplo, si veo a un doctor en mi camino puedo rezar por las personas que atenderán sus enfermedades con él.

7. Orar de rodillas o peregrinando

El Rosario puede rezarse siempre y en todo lugar. A veces, cuando se reza de rodillas o se peregrina se puede llegar a sentir un "desafío físico". Sin embargo esto no se trata de “torturarse” o aguantar el mayor tiempo posible, sino de tener en cuenta que tenemos un cuerpo y alma para adorar a Dios. Por lo tanto, el rosario es también una oración de peregrinación.

8. Conectar cada misterio con una intención

No siempre se tiene que rezar el Rosario de corrido. A menudo puede ser útil conectar cada misterio con una preocupación particular: mi madre, un amigo, el Papa, los cristianos perseguidos. Cuanto más específico sea, mejor. La alabanza y dar gracias a Dios no deben tampoco estar ausentes.

9. Rezarlo en momentos de sequía espiritual

Nosotros los cristianos no somos “yoguis” que debemos cumplir con prácticas ascéticas para “vaciar” nuestra mente. Si bien nuestra relación con Dios está por encima de cualquier actividad, hay también momentos de sequía y aflicción en los que no se puede orar.

En estos momentos difíciles, tenemos que recogernos con el Rosario y simplemente recitar las oraciones. Esto no es una charla pagana, sino que aquella pequeña chispa de buena voluntad que ofrecemos a Dios, puede fomentar que el Espíritu Santo avive la llama de nuestro espíritu.

En tiempos difíciles, incluso puede ser suficiente sostener el Rosario sin pronunciar una palabra. Este estado desdichado ante Dios y su madre se convierte en una buena oración y ciertamente no permanece sin respuesta.

10. Caer dormido rezando el Rosario

El Rosario no debe estar solo es nuestro bolsillos, sino en cada mesita de noche. Cuando se intenta conciliar el sueño también se pueden rezar los Avemarías y es mejor que contar ovejas.

En ocasiones solo las personas mayores y enfermas se “aferran” al Rosario por la noche debido a las promesas de seguridad, fortaleza y consuelo. Sin embargo, también en los buenos tiempos se debe recurrir a esta oración y pedir especialmente por aquellos que sufren.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 6 DE OCTUBRE DE 2019


Lecturas de hoy Domingo 27º del Tiempo Ordinario - Ciclo C
Hoy, domingo, 6 de octubre de 2019


Primera lectura
Lectura de la profecía de Habacuc (1,2-3;2,2-4):

¿Hasta cuándo, Señor,
pediré auxilio sin que me oigas,
te gritaré: ¡Violencia!,
sin que me salves?
¿Por qué me haces ver crímenes
y contemplar opresiones?
¿Por qué pones ante mí
destrucción y violencia,
y surgen disputas
y se alzan contiendas?
Me respondió el Señor:
Escribe la visión y grábala
en tablillas, que se lea de corrido;
pues la visión tiene un plazo,
pero llegará a su término sin defraudar.
Si se atrasa, espera en ella,
pues llegará y no tardará.
Mira, el altanero no triunfará;
pero el justo por su fe vivirá.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 94,1-2.6-7.8-9

R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: 
«No endurezcáis vuestro corazón».

V/. Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. R/.

V/. Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía. R/.

V/. Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masa en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron,
aunque habían visto mis obras». R/.


Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo
 (1,6-8.13-14):

Querido hermano:
Te recuerdo que reavives el don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos, pues Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de fortaleza, de amor y de templanza. Así pues, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor ni de mí, su prisionero; antes bien, toma parte en los padecimientos por el Evangelio, según la fuerza de Dios.
Ten por modelo las palabras sanas que has oído de mí en la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús. Vela por el precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (17,5-10):

En aquel tiempo, los apóstoles le dijeron al Señor:
«Auméntanos la fe».
El Señor dijo:
«Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera:
“Arráncate de raíz y plántate en el mar», y os obedecería.
¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando, le dice cuando vuelve del campo: “Enseguida, ven y ponte a la mesa”?
¿No le diréis más bien: “Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú”?
¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid:
“Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy domingo, 6 de octubre de 2019
Fernando Torres cmf


Señor, auméntanos la fe

      Cuando era pequeño, me dijeron que fe es “creer lo que no se ve”. Entonces, ¿cómo podían hablar los apóstoles de fe? ¿Cómo podían pedir a Jesús que les “aumentase la fe”? Ellos ya lo veían, lo tenían delante. No necesitaban la fe para creer que Jesús era Jesús. Además, le veían hacer milagros, escuchaban sus palabras. ¿Sería que no necesitaban la fe?

      La realidad es muy diferente. La fe es precisamente “creer lo que no se ve”. Y los apóstoles no veían más allá de un hombre que hacía cosas extraordinarias, algunas de las cuales no eran capaces de entender. Le fe les invitaba a ir más allá, a experimentar la presencia de Dios en aquel hombre. Lo mismo pasa con las relaciones humanas. Podemos demostrar que dos y dos son cuatro pero ¿cómo demostrar la amistad o el amor entre dos personas? Ahí no nos podemos servir más que de indicios, de pistas –la manera como se tratan, la forma como actúan, la persistencia en el tiempo de la relación, la superación de las dificultades...–. Dicho con un ejemplo, cuando dos enamorados se miran a los ojos y se dicen que se quieren, cada uno de ellos cree al otro porque la verdad es que no tienen una prueba fehaciente de que esas palabras sean algo más que palabras. Desgraciadamente no sería la primera vez que una persona engaña a otra. Por eso, de entrada toda relación humana es siempre una relación de fe, de confianza. Confiamos en que el otro no nos engaña. Creemos en él. 

      Lo mismo se puede decir de la fe en Dios. No se trata de aceptar unas verdades imposibles de comprender y decir “vale, lo acepto”. No se trata de comulgar con ruedas de molino. Se trata de experimentar la presencia de Dios, de sentirlo presente en mi vida, en la vida de los hermanos y hermanas, en la vida de la Iglesia, en el mundo, en la creación, y confiar que esa presencia es una presencia bondadosa, hecha de amor y misericordia, que desea nuestra libertad, nuestro bien, nuestra felicidad. 

      Pero a veces nuestra fe decae. Esa relación de confianza conoce momentos de debilidad, de recelo, de sospecha. Entonces nos sentimos desanimados, sin fuerzas. El amor de Dios que sentíamos que llenaba nuestro corazón de fuerza y entusiasmo se desvanece. El compromiso por ser mejores, por ayudar a los necesitados, por amar a los que viven con nosotros, por perdonar sin medida, como Dios nos perdona, flaquea. Todos hemos experimentado alguna vez esos sentimientos de duda, de pérdida de la confianza. 

      Ahí viene la petición de los apóstoles. “Señor, auméntanos la fe”. Y el texto de Pablo que nos dice: “reaviva el don de Dios que recibiste... porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde sino un espíritu de energía, amor y buen juicio”.



Para la reflexión

      ¿Me he sentido alguna vez desanimado en mi vida cristiana? ¿He orado en ese momento pidiendo a Dios que me “aumente la fe”? ¿Confío realmente en Dios, en que él me ofrece su perdón y su amor para mí y para mis hermanos y hermanas?

PAPA FRANCISCO: EL HOMBRE DE FE SE SOMETE COMPLETAMENTE A DIOS


Papa Francisco: El hombre de fe se somete completamente a Dios
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco afirmó que “el hombre de fe se somete completamente a Dios sin cálculos ni pretextos”.

Así lo señaló este domingo 6 de octubre durante el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro del Vaticano.

En su alocución previa al rezo, el Santo Padre señaló que “la medida de la fe es el servicio”, y el mismo Jesús, mediante dos parábolas, explica “cómo podemos comprender si verdaderamente tenemos fe, es decir, si nuestra fe, aunque minúscula, es genuina, pura, auténtica”.


Esas dos parábolas son la del grano de mostaza y la del siervo disponible, que Jesús narra a sus discípulos como respuesta a su petición de “auméntanos la fe”, una petición que, según el Santo Padre, puede ser “una bella oración que debemos rezar mucho a lo largo del día: ‘Señor, auméntanos la fe’”.

En la primera parábola Jesús dice a sus discípulos que “Si tuvierais fe como un grano de mostaza, habríais dicho a este sicómoro: ‘Arráncate y plántate en el mar’, y os habría obedecido”.

Francisco recordó que “el sicómoro es un árbol robusto, bien enraizado en la tierra y resistente a los vientos. Jesús, por lo tanto, quiere hacer comprender que la fe, incluso si es pequeña, puede tener la fuerza de arrancar un sicómoro y, después trasplantarlo en el mar, que es, algo todavía más improbable: nada es imposible para el que tiene fe, porque no se fía de sus propias fuerzas, sino de las de Dios, que todo lo puede”.

“La fe como un grano de mostaza no es una fe grande, segura de sí, no presumen de ser un gran creyente, no aparenta. No. Es una fe que en su humildad tiene una gran necesidad de Dios y, en la pequeñez, se abandona con plena confianza a Él. Es la fe que nos da la capacidad de mirar con esperanza a los sucesos de la vida, que nos ayuda a aceptar incluso los fracasos y los sufrimientos, en la conciencia de que el mal no tiene la última palabra”.

La segunda parábola, la del siervo disponible, es la que muestra cómo el servicio es la medida de la fe. Se trata de una parábola “que en un primer momento resulta un poco desconcertante”, reconoció Francisco, “porque presenta la figura de un padrón prepotente e indiferente”.


Ese padrón “no tiene piedad de su siervo que regresa cansado de los campos y que, sin embargo, le ordena que le prepare de comer y sólo luego le permite sentarse. Pero, precisamente, este modo de actuar del padrón resalta el verdadero centro de la parábola, es decir, la actitud de disponibilidad del siervo. Jesús quiere decir que así es el hombre de fe ante Dios: se somete completamente a su voluntad sin cálculos o pretextos”.

“Esta actitud hacia Dios se refleja también en el modo de comportarse en comunidad: se refleja en la alegría de estar al servicio unos de otros, encontrando en ello la propia recompensa y no en los reconocimientos o en las ganancias que de ellos se pueda derivar. Es eso lo que enseña Jesús al finalizar esta narración: ‘Cuando hayáis hecho todo aquello que se os ha ordenado, decid: ‘Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer’. Siervos inútiles, es decir, sin pretextos para ser felicitados, sin reivindicaciones”.

El Papa Francisco finalizó subrayando que esa expresión, ‘Somos siervos inútiles, es una muestra “de humildad y de disponibilidad que hace mucho bien a la Iglesia y que remite a la actitud justa para su modo de actuar: el servicio humilde del cual ha dado ejemplo Jesús lavando los pies a los discípulos”.
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