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martes, 22 de abril de 2014
Los Santos de hoy martes 22 de abril de 2014
SAN AGAPITO, LVVII PAPA, 22 DE ABRIL
Autor: . | Fuente: Enciclopedia Católica || ACI Prensa Agapito I, Santo | |
LVII Papa, 22 de abril | |
LVII PapaEtimológicamente: Agapito = Aquel que es amable, es de origen griego. Reinó del 535-536. Su fecha de nacimiento es incierta; murió el 22 de abril del 536. Fue hijo de Gordianus, un sacerdote Romano que había sido liquidado durante los disturbios en los días del Papa Symmachus. Su primer acto oficial fue quemar en presencia de la asamblea del clero, el anatema que Bonifacio II había pronunciado en contra de Dioscurus, su último rival, ordenando fuera preservado en los archivos Romanos. El confirmó el decreto del concilio sostenido en Cartago, después de la liberación de África, de la yunta de Vándalo, según los convertidos del Arrianismo, fueron declarados inelegibles a las Santas Ordenes y aquellos ya ordenados, fueron admitidos meramente para dar la comunión. Aceptó una apelación de Contumeliosus, Obispo de Riez, a quien un concilio en Marsella había condenado por inmoralidad, ordenando a San Caesarius de Aries otorgar al acusado un nuevo juicio ante los delegados papales. Mientras tanto, Belisarius, después de la sencilla conquista de Sicilia, se preparaba para una invasión de Italia. El rey Gótico, Theodehad, como último recurso, mendigó al viejo pontífice proceder a Constantinopla y traer su influencia para lidiar con el Emperador Justiniano. Para pagar los costos de la embajada, Agapito se vio obligado a prometer las naves sagradas de la Iglesia de Roma. Se embarcó en pleno invierno con cinco obispos y un séquito imponente. En febrero del 536, apareció en la capital del Este y fue recibido con todos los honores que convienen a la cabeza de la Iglesia Católica. Como él había previsto sin duda, el objeto aparente de su visita fue condenado al fracaso. Justiniano no podría ser desviado de su resolución para restablecer los derechos del Imperio en Italia. Pero desde el punto de vista eclesiástico, la visita del Papa a Constantinopla marcó un triunfo escasamente menos memorable que las campañas de Belisario. El entonces ocupante de la Sede Bizantino era un cierto Anthimus, quien sin la autoridad de los cánones había dejado su sede episcopal en Trebizond, para unir el cripto-Monophysites que, en unión con la Emperatriz Teodora, intrigaban para socavar la autoridad del Concilio de Calcedonia. Contra las protestas del ortodoxo, la Emperatriz finalmente sentó a Anthimus en la silla patriarcal. No bien hubo llegado el Papa, la mayoría prominente del clero mostró cargos en contra del nuevo patriarca, como un intruso y un herético. Agapito le ordenó hacer una profesión escrita de la fe y volver a su sede abandonada; sobre su negativa, rechazó tener cualquier relación con él. Esto enfadó al Emperador, que había sido engañado por su esposa en cuanto a la ortodoxia de su favorito, llegando al punto de amenazar al Papa con el destierro. Agapito contestó con el espíritu: "Con anhelo ansioso vengo a mirar hacia el Emperador Cristiano Justiniano. En su lugar encuentro a un Dioclesiano, cuyas amenazas, sin embargo, no me aterrorizan." Este atrevido idioma hizo que Justiniano tomara una pausa; siendo convencido finalmente de que Anthimus era poco sólido en la fe, no hizo ninguna objeción al Papa en ejercitar la plenitud de sus poderes a deponer y suspender al intruso, y, por primera vez en la historia de la Iglesia, consagrar personalmente a su sucesor legalmente elegido, Mennas. Este memorable ejercicio de la prerrogativa papal no se olvidó pronto por los Orientales, que, junto con los Latinos, lo veneran como un santo. Para purificarlo de cualquier sospecha de ayudar a la herejía, Justiniano entregó al Papa una confesión escrita de la fe, que el último aceptó con la juiciosa cláusula, "aunque no pudiera admitir en un laico el derecho de enseñar la religión, observaron con placer que el afán del Emperador estaba en perfecto acuerdo con las decisiones de los Padres". Poco después Agapito cayó enfermo y murió, después de un glorioso reinado de diez meses. Sus restos fueron introducidos en un ataúd y dirigidos a Roma, siendo depositados en San Pedro. Su memoria se mantiene el 20 de septiembre, el día de su deposición. Los griegos lo conmemoran el 22 abril, día de su muerte. |
lunes, 21 de abril de 2014
EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 31 DE ABRIL DEL 2014
Autor: Xavier Caballero | Fuente: Catholic.net La mañana de Pascua | |
Mateo 28, 8-15. Pascua. Que la "Pascua" por nuestras vidas no nos deje indiferentes, que nos libere y transforme. | |
En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a sus discípulos. En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «¡Dios os guarde!» Y ellas, acercándose, se asieron de sus pies y le adoraron. Entonces les dice Jesús: «No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán». Mientras ellas iban, algunos de la guardia fueron a la ciudad a contar a los sumos sacerdotes todo lo que había pasado. Estos, reunidos con los ancianos, celebraron consejo y dieron una buena suma de dinero a los soldados, advirtiéndoles: «Decid: "Sus discípulos vinieron de noche y le robaron mientras nosotros dormíamos." Y si la cosa llega a oídos del procurador, nosotros le convenceremos y os evitaremos complicaciones». Ellos tomaron el dinero y procedieron según las instrucciones recibidas. Y se corrió esa versión entre los judíos, hasta el día de hoy. Oración introductoria Cristo, de nuevo me recuerdas que no hay que tener miedo. Bien conoces mi debilidad que produce ese temor que obstaculiza mi esfuerzo por hacer el bien. Por eso te suplico que me des la luz que busco en esta oración, esa luz de tu resurrección, que me llena de alegría y me fortalece para buscar el bien y la verdad. Petición Jesús Resucitado, ilumina mi fe y mi vida. Meditación del Papa Francisco Lo que era un simple gesto, algo hecho ciertamente por amor – el ir al sepulcro –, ahora se transforma en acontecimiento, en un evento que cambia verdaderamente la vida. Ya nada es como antes, no sólo en la vida de aquellas mujeres, sino también en nuestra vida y en nuestra historia de la humanidad. Jesús no está muerto, ha resucitado, es el Viviente. No es simplemente que haya vuelto a vivir, sino que es la vida misma, porque es el Hijo de Dios, que es el que vive. Jesús ya no es del pasado, sino que vive en el presente y está proyectado hacia el futuro, Jesús es el "hoy" eterno de Dios. Así, la novedad de Dios se presenta ante los ojos de las mujeres, de los discípulos, de todos nosotros: la victoria sobre el pecado, sobre el mal, sobre la muerte, sobre todo lo que oprime la vida, y le da un rostro menos humano. Y este es un mensaje para mí, para ti, querida hermana y querido hermano. Cuántas veces tenemos necesidad de que el Amor nos diga: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? Los problemas, las preocupaciones de la vida cotidiana tienden a que nos encerremos en nosotros mismos, en la tristeza, en la amargura..., y es ahí donde está la muerte. No busquemos ahí a Aquel que vive. Acepta entonces que Jesús Resucitado entre en tu vida, acógelo como amigo, con confianza: ¡Él es la vida! Si hasta ahora has estado lejos de él, da un pequeño paso: te acogerá con los brazos abiertos. Si eres indiferente, acepta arriesgar: no quedarás decepcionado. Si te parece difícil seguirlo, no tengas miedo, confía en él, ten la seguridad de que él está cerca de ti, está contigo, y te dará la paz que buscas y la fuerza para vivir como él quiere. (S.S. Francisco, 30 de marzo de 2013). Reflexión La Pascua se refiere al paso del Señor sobre la tierra de Egipto antes de la liberación del pueblo de Israel. Aquella noche, Yahvéh hizo sentir el brazo de su justicia sobre los egipcios y liberó al pueblo elegido. Su paso no fue indiferente. Para todo cristiano, la Pascua, no puede sucederse sin más. La vida de estas mujeres de las que nos habla el Evangelio, no fue la misma después del encuentro con Cristo Resucitado. Los resucitados son los que tienen un «plus» de vida, un «plus» que les sale por los ojos brillantes y que se convierte enseguida en algo contagioso, algo que demuestra que la vida es más fuerte que la muerte. El Evangelio de hoy nos ofrece dos de las posturas que podemos adoptar tras la Resurrección del Señor. Por una lado, las mujeres que se acercan a los pies de Jesús, se postran y le adoran; por otro, los guardias y los príncipes de los sacerdotes han visto, saben lo que ha ocurrido, pero se niegan a aceptarlo. Vendieron su libertad, su salvación e incluso, un recuerdo digno en la memoria de la historia: «Esta noticia se divulgó entre los judíos hasta el día de hoy». Y es que, no basta ir a la playa para mojarse. Hace falta ponerse el bañador y sumergirse sin miedo en el agua, penetrando las profundidades del mar. Dejémonos penetrar por la fuerza de la Resurrección del Señor. Que su “Pascua” por nuestras vidas no nos deje indiferentes, que nos libere y nos transforme como lo hizo con los primeros cristianos que fueron capaces, incluso, de dar su vida por la causa del anuncio de la Buena Nueva. «El Evangelio de Jesucristo es un mensaje de libertad y una fuerza de liberación. Liberación es, en primer lugar y de modo más importante, liberación radical de la esclavitud del pecado. Es el fin y el objetivo la libertad de los hijos de Dios, como don de la gracia». (Libertatis Nuntius, Introducción). Acerquémonos a Jesús Resucitado como aquellas mujeres y, postrados de rodillas, adorémosle, pidámosle que nos libere con su gracia de todo aquello que nos impida ser testimonios de alegría y de amor para nuestros hermanos. Propósito Que mi testimonio de vida sea un medio de evangelización. |
domingo, 20 de abril de 2014
SANTA INÉS DE MONTEPULCIANO, RELIGIOSA, ABRIL 20
Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid Inés de Montepulciano, Santa | |
Religiosa, Abril 20 | |
AbadesaMartirologio Romano: En Montepulciano, también de la Toscana, santa Inés, virgen, que vistió el hábito de las vírgenes a los nueve años, y a los quince, en contra de su voluntad, fue elegida superiora de las monjas de Procene, fundando más tarde un monasterio, sometido a la disciplina de santo Domingo, donde dio muestras de una profunda humildad (1317). Etimológicamente: Inés = Aquella que se mantiene pura, es de origen latino. Cuanto solo tiene nueve años, consigue el permiso familiar para vestir el escapulario de "saco" de las monjas de un convento de Montepulciano que recibían este nombre precisamente por el pobre estilo de su ropa. Seis años más tarde funda un monasterio con Margarita, su maestra de convento, en Proceno, a más de cien kilómetros de Montepulciano. Mucha madurez debió ver en ella el obispo del lugar cuando con poco más de quince años la nombra abadesa. Dieciséis años desempeñó el cargo y en el transcurso de ese tiempo hizo dos visitas a Roma; una fue por motivos de caridad, muy breve; la otra tuvo como fin poner los medios ante la Santa Sede para evitar que el monasterio que acababa de fundar fuera un día presa de ambiciones y usurpaciones ilegítimas. Se ve que en ese tiempo podía pasar cualquier cosa no sólo en los bienes eclesiásticos que detentaban los varones, sino también con los que administraban las mujeres. Apreciando los vecinos de Montepulciano el bien espiritual que reportaba el monasterio de Proceno puertas afuera, ruegan, suplican y empujan a Inés para que funde otro en su ciudad pensando en la transformación espiritual de la juventud. Descubierta la voluntad de Dios en la oración, decide fundar. Será en el monte que está sembrado de casas de lenocinio, "un lugar de pecadoras", y se levantará gracias a la ayuda económica de los familiares, amigos y convecinos. Ha tenido una visión en la que tres barcos con sus patronos están dispuestos a recibirla a bordo; Agustín, Domingo y Francisco la invitan a subir, pero es Domingo quien decide la cuestión: "Subirá a mi nave, pues así lo ha dispuesto Dios". Su fundación seguirá el espíritu y las huellas de santo Domingo y tendrá a los dominicos como ayuda espiritual para ella y sus monjas. Con maltrecha salud, sus monjas intentan procurarle remedio con los baños termales cercanos; pero fallece en el año 1317. Raimundo de Capua, el mayor difusor de la vida y obras de santa Inés, escribe en Legenda no sólo datos biográficos, sino un chorro de hechos sobrenaturales acaecidos en vida de la santa y, según él, confirmados ante notario, firmados por testigos oculares fidedignos y testimoniados por las monjas vivas a las que tenía acceso por razones de su ministerio. Piensa que relatando prolijamente los hechos sobrenaturales -éxtasis, visiones y milagros-, contribuye a resaltar su santa vida con el aval inconfundible del milagro. Por ello habló del maná que solía cubrir el manto de Inés al salir de la oración, el que cubrió en interior de la catedral cuando hizo su profesión religiosa, o la luz radiante que aún después de medio siglo de la muerte le ha deslumbrado en Montepulciano; no menos asombro causaba oírle exponer cómo nacían rosas donde Inés se arrodillaba y el momento glorioso en que la Virgen puso en sus brazos al niño Jesús (antes de devolverlo a su Madre, tuvo Inés el acierto de quitarle la cruz que llevaba al cuello y guardarla después como el más preciado tesoro). Cariño, poesía y encanto. Santa Catalina de Siena, nacida unos años después y dominica como ella, será la santa que, profundamente impresionada por sus virtudes, hablará de lo de dentro de su alma. Llegó a afirmar que, aparte de la acción del Espíritu Santo, fueron la vida y virtudes ejemplares vividas heroicamente por santa Inés las que le empujaron a su entrega personal y a amar al Señor. Resalta en carta escrita a las monjas hijas de Inés de Montepulciano -una santa que habla de otra santa- la humildad, el amor a la Cruz, y la fidelidad al cumplimiento de la voluntad de Dios. Pero el mayor elogio que puede decirse de Inés lo dejó escrito en su Diálogo, poniéndolo en boca de Jesucristo: "La dulce virgen santa Inés, que desde la niñez hasta el fin de su vida me sirvió con humildad y firme esperanza sin preocuparse de sí misma". Fue canonizada por S.S. Benedicto XIII en el año 1726. |
LA RESURRECCIÓN DE JESÚS
utor: José Luis Martín Descalzo | Fuente: Interrogantes.net ¡Cristo ha resucitado! ¡Aleluya! | |||
Lo esencial de los cristianos es ser testigos de la resurrección, mensajeros del gozo | |||
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sábado, 19 de abril de 2014
Los Santos de hoy sábado 19 de abril de 2014
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SAN EXPEDITO, MÁRTIR, 19 DE ABRIL
Autor: . | Fuente: Corazones.org
Expedito, Santo
Mártir, 19 de abril
Expedito, Santo
Mártir
Tradicional- Su nombre no consta en el actual Martirologio Romano
San Expedito fue comandante de una legión romana y como tal defendió al Imperio ante las invasiones de los Bárbaros. Al convertirse en cristiano fue martirizado (posiblemente por orden del emperador Diocleciano) en Melitene, Armenia (hoy Malatya, Turquía). Junto con él murieron sus compañeros de armas: Caio, Gálatas, Hermógenes, Aristónico y Rufo. Muchos otros mártires dieron gloria a Dios en su época, entre ellos Santa Filomena y San Jorge.
Según la tradición, en el momento de la conversión, se le acercó el demonio, en forma de un cuervo que le gritaba "cras, cras cras" (En latín significa "Mañana, Mañana, Mañana"). Así trataba de persuadirlo a que dejase su decisión para después ya que el demonio sabe que lo que se deja para mañana hay mucha posibilidad de que se quede sin hacer. Pero Expedito aplastó al cuervo tentador con prontitud diciendo "¡HODIE, HODIE, HODIE!" (HOY, HOY, HOY). No dejaré nada para mañana, a partir de HOY seré cristiano". Así se convirtió en soldado de Cristo, utilizando desde ese momento su valor y disciplina para el Reino de Dios.
Aunque se desconoce el origen su nombre, aparece en la Martiriología Romana junto a Hermógenes y compañeros. Su nombre es sinónimo con prontitud y se le tiene por gran y pronto intercesor.
A san Expedito se le invoca en problemas urgentes. Debemos saber que lo mas importante es renunciar a la vida de pecado y decidirnos cabalmente por Cristo. Seamos pues inspirados por su prontitud y valor al seguir a Cristo en tan difíciles circunstancias cuando los cristianos eran perseguidos a muerte. Que nosotros también digamos "HOY" a Jesús y aplastemos los engaños del tentador.
También se le venera como protector de jóvenes, estudiantes, enfermos, problemas laborales y de familia, y juicios.
Se alega que el santo aparece como un error de escribano cuando, en el siglo XIX, una caja de reliquias fue enviada a monjas francesas con la anotación: "expedir". Sheppard (1969). Pero esta
hipótesis no puede ser cierta ya que Expedito era conocido en el siglo XVIII en Alemania y Sicilia y se le invocaba en casos de urgencia (Attwater).
En la iconografía, Expedito es representado como un soldado con una cruz en la que esta escrito "Hodie" (Hoy) y la hoja de palma (martirio). A sus pies hay un cuervo y la palabra "cras" (mañana).
Aunque no aparece en el actual calendario litúrgico no deja de ser un santo reconocido por la Iglesia.
SANTA EMMA DE SAJONIA, VIUDA, 19 DE ABRIL
Autor: Emma de Sajonia, Santa | |
Viuda, 19 de abril | |
ViudaTradicional – Su nombre no consta en el actual Martirologio RomanoVivió en Alemania. hermana del obispo de Paderbon y mujer de Ludger de Sajonia. Habiendo quedado viuda siendo aun muy joven, en una condición muy incómoda y expuesta a mil insidias, usó sus bienes para ayudar a los pobres, a los que se dedicó por el resto de su vida. († c.1040) También es conocida como: Santa Emma de Lesum. Etimológicamente: Emma = Aquella que es gentil y fraterna, es de origen germánico Después de la temprana muerte de su marido en 1011 [en algunos documentos se cuenta que, hasta la muerte de su marido, ella tenía un carácter muy explosivo y violento que de vez en cuando la conducía a cometer actos de violencia física], Emma se mudó a Lesum (ahora Bremen-Burglesum), y con su fortuna generosamente apoyaba a la Catedral de Bremen, donde el Arzobispo Unwan era otro de sus parientes, concedió a la catedral su propiedad en Stiepel con su iglesia. Ella es descrita como una gran benefactora de la iglesia, y de verdad fundó varias templos en la zona de Bremen, aunque su mayor preocupación eran los pobres. Emma más tarde fue venerada como santa, aunque no haya ninguna prueba de que ella formalmente haya sido beatificada o canonizada. Fue enterrada en la Catedral de Bremen, donde su tumba podía todavía ser vista en el siglo XVI. Cuando la tumba fue abierta, su cuerpo se había convertido en polvo a excepción de su mano derecha (la mano con la que entregaba los regalos). Esa reliquia fue colocada en la abadía de Saint Ludger en Werden. |
EL EVANGELIO DE HOY: SÁBADO 19 DE ABRIL DEL 2014
Autor: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net Ha resucitado de entre los muertos | |
Mateo 28, 1-10. Semana Santa. Cristo resucitado, llename de Ti y del gozo de tu triunfo sobre el mal y la muerte. | |
Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. De pronto se produjo un gran terremoto, pues el Ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose, hizo rodar la piedra y se sentó encima de ella. Su aspecto era como el relámpago y su vestido blanco como la nieve. Los guardias, atemorizados ante él, se pusieron a temblar y se quedaron como muertos. El Ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: "Vosotras no temáis, pues sé que buscáis a Jesús, el Crucificado; no está aquí, ha resucitado, como lo había dicho. Venid, ved el lugar donde estaba. Y ahora id enseguida a decir a sus discípulos: "Ha resucitado de entre los muertos e irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis." Ya os lo he dicho." Ellas partieron a toda prisa del sepulcro, con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a sus discípulos. En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: "¡Dios os guarde!" Y ellas, acercándose, se asieron de sus pies y le adoraron. Entonces les dice Jesús: "No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán." Oración introductoria Señor Jesús, dame la gracia para que sepa guardar el silencio que me puede llevar a tener un momento de intimidad contigo en esta oración. Creo en ti, Señor, te amo y confío en que Tú también quieres estar conmigo. Petición Señor, que sepa prepararme adecuadamente a la celebración de la Vigilia Pascual. Meditación del Papa Francisco La fe de María afrontó entonces la incomprensión y el desprecio; y cuando llegó la "hora" de Jesús, la hora de la pasión: la fe de María fue entonces la lamparilla encendida en la noche. Esa lamparilla en plena noche. María veló durante la noche del sábado santo. Su llama, pequeña pero clara, estuvo encendida hasta el alba de la Resurrección; y cuando le llegó la noticia de que el sepulcro estaba vacío, su corazón quedó henchido de la alegría de la fe, la fe cristiana en la muerte y resurrección de Jesucristo. Porque siempre la fe nos lleva a la alegría y ella es la madre de la alegría que nos enseña a vivir y caminar por este camino de alegría y a vivir esta alegría. Este es el punto culminante, esta alegría del encuentro de Jesús y María. Este es el punto culminante del camino de la fe de María y de toda la Iglesia. ¿Cómo es nuestra fe? ¿La tenemos encendida como María también en los momentos difíciles, en esos momentos de oscuridad? ¿Tengo la alegría de la fe?. (S.S. Francisco, 12 de octubre de 2013). Reflexión Cristo resucitado se conmueve ante el amor desinteresado y fiel de la Magdalena y la llama por su nombre. No puede seguir ocultándose y se le descubre. Y es que un amor así, a pesar de nuestras debilidades pasadas, conmueve a nuestro Señor hasta lo más profundo de su ser y se siente “desarmado”, no puede no corresponder a nuestro amor. Jesús ha vencido al mal – incluso el que nosotros hemos cometido –, y nosotros hemos triunfado con Él. La Magdalena se postra ante Él, y Él la llena del gozo de su resurrección, como quiere llenarnos a nosotros en este rato de oración. Sólo basta perseverar en la prueba y pedir su gracia, buscar para encontrarlo. Pero Cristo Resucitado nos muestra que Él no se deja ganar en generosidad. María Magdalena no pensaba encontrar más que un cadáver, y sin embargo, Cristo se le muestra con su cuerpo glorioso, vivo para siempre. Animados por esta confianza, debemos también acercarnos con una disposición de entrega a Jesucristo, para pedirle que nos ayude a vencer al hombre viejo, a vivir como hombres o mujeres nuevos... La resurrección obra una auténtica transformación en la Magdalena. Ya no llora. Ahora es enviada por Cristo a anunciar el gozo de su triunfo: "Ve y dile a mis hermanos.." ¡Por primera vez en el Evangelio Cristo nos llama hermanos suyos! ¡Se ha realizado la filiación divina: somos verdaderamente hijos adoptivos de Dios y hermanos de Cristo! Y como tales, participamos de su misma misión... La resurrección no podemos guardarla en el baúl de los recuerdos, sino anunciarla a los cuatro vientos como María Magdalena, de manera que muchos otros hombres y mujeres se conviertan en apóstoles convencidos del Reino de Cristo. María Magdalena sale a dar testimonio de la resurrección, pero su amor no le permite sólo rezar y dar ejemplo con su vida virtuosa para que los demás conozcan a Cristo. Ella siente la necesidad, esencial a nuestra vocación cristiana, de hacer algo, hablar, predicar, atender, ayudar, etc., todo lo que pueda, para dar a conocer el amor de Cristo al mundo. Propósito Hoy buscaré servir humildemente a una persona que provoque en mí, sentimientos negativos. Diálogo con Cristo Cristo resucitado, me atrevo a ponerme en tu presencia para que me llenes de Ti y del gozo de tu triunfo sobre el mal y la muerte. Creo firmemente en tu presencia renovadora, pero aumenta mi pobre fe. Confío que eres Tú quien me guiará en esta meditación y en toda mi vida para vivir como un hombre o mujer nuevo(a). Enciéndeme con el fuego de tu amor, para que me entregue a Ti sin reservas y quemes con tu Espíritu Santo mi debilidad y cobardía para darte a conocer a mis hermanos. |
viernes, 18 de abril de 2014
EL EVANGELIO DE HOY: VIERNES 18 DE ABRIL DEL 2014
Autor: José Cisneros | Fuente: Catholic.net Prisión de Jesús | |
Juan 18, 1-19, 42. Viernes Santo. Pidamos la gracia de recordar los dolores de Cristo crucificado. | |
Dicho esto, pasó Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, en el que entraron él y sus discípulos. Pero también Judas, el que le entregaba, conocía el sitio, porque Jesús se había reunido allí muchas veces con sus discípulos. Judas, pues, llega allí con la cohorte y los guardias enviados por los sumos sacerdotes y fariseos, con linternas, antorchas y armas. Jesús, que sabía todo lo que le iba a suceder, se adelanta y les pregunta: «¿A quién buscáis?» Le contestaron: «A Jesús el Nazareno.» Díceles: «Yo soy.» Judas, el que le entregaba, estaba también con ellos. Cuando les dijo: «Yo soy», retrocedieron y cayeron en tierra. Les preguntó de nuevo: «¿A quién buscáis?» Le contestaron: «A Jesús el Nazareno». Respondió Jesús: «Ya os he dicho que yo soy; así que si me buscáis a mí, dejad marchar a éstos.» Así se cumpliría lo que había dicho: «De los que me has dado, no he perdido a ninguno.» Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al siervo del Sumo Sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco. Jesús dijo a Pedro: «Vuelve la espada a la vaina. La copa que me ha dado el Padre, ¿no la voy a beber?» Entonces la cohorte, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, le ataron y le llevaron primero a casa de Anás, pues era suero de Caifás, el Sumo Sacerdote de aquel año. Caifás era el que aconsejó a los judíos que convenía que muriera un solo hombre por el pueblo. Seguían a Jesús Simón Pedro y otro discípulo. Este discípulo era conocido del Sumo Sacerdote y entró con Jesús en el atrio del Sumo Sacerdote, mientras Pedro se quedaba fuera, junto a la puerta. Entonces salió el otro discípulo, el conocido del Sumo Sacerdote, habló a la portera e hizo pasar a Pedro. La muchacha portera dice a Pedro: «¿No eres tú también de los discípulos de ese hombre?» Dice él: «No lo soy.» Los siervos y los guardias tenían unas brasas encendidas porque hacía frío, y se calentaban. También Pedro estaba con ellos calentándose. El Sumo Sacerdote interrogó a Jesús sobre sus discípulos y su doctrina Oración introductoria ¡Ven Espíritu Santo! Me concedes este día para poder acompañar a Cristo en su pasión. No quiero evadir ni olvidar toda la crueldad y maldad que vives por causa de mis pecados. Que esta oración sea el inicio de un día en donde no te escatime tiempo ni esfuerzo para saber contemplarte en tu pasión y muerte. Petición Señor, ayúdame a vivir un ayuno gozoso al saber renunciar a todo lo que no sea tu santa voluntad. Meditación del Papa Francisco La Cruz invita también a dejarnos contagiar por este amor, nos enseña así a mirar siempre al otro con misericordia y amor, sobre todo a quien sufre, a quien tiene necesidad de ayuda, a quien espera una palabra, un gesto. La Cruz nos invita a salir de nosotros mismos para ir al encuentro de ellos y tenderles la mano. Muchos rostros, lo hemos visto en el Viacrucis, muchos rostros acompañaron a Jesús en el camino al Calvario: Pilato, el Cireneo, María, las mujeres... Yo te pregunto hoy a ti: ¿Cómo quien quieres ser. Quieres ser como Pilato, que no tiene la valentía de ir a contracorriente, para salvar la vida de Jesús y se lava las manos? Decidme: Ustedes son de los que se lavan las manos, se hacen los distraídos y miran para otro lado, o son como el Cireneo, que ayuda a Jesús a llevar aquel madero pesado, como María y las otras mujeres, que no tienen miedo de acompañar a Jesús hasta el final, con amor, con ternura. Y ustedes, ¿cómo cuál de ellos quieres ser? ¿Cómo Pilato, como el Cireneo, como María? Jesús te está mirando ahora y te dice: ¿me quieres ayudar a llevar la Cruz? Hermano y hermana, con toda tu fuerza de joven ¿qué le contestas?. (S.S. Francisco, 27 de julio de 2013). Reflexión La vida del cristiano es un "via crucis" si se acepta la invitación de Jesús de llevar la propia cruz detrás de Él cada día. Podemos ser condenados al desprecio, podemos sentir el silencio que hiere y condena nuestra fidelidad cristiana. En nuestro "via crucis" hay también momentos de caída, de fragilidad y de cansancio, pero también nosotros tenemos una Madre (María) que nos acompaña en nuestro caminar como a Jesús. El camino de la cruz de Cristo y el nuestro son unas vías de salvación y de apostolado, porque hemos sido invitados a colaborar en la salvación de nuestros hermanos. Todos los cristianos somos responsables del destino eterno de quienes nos rodean. Cristo nos enseña con la cruz a salir de nosotros mismos, y a dar así un sentido apostólico a nuestra vida. Cuando contemplemos el crucifijo, cuando veamos la figura sufriente de Cristo en la cruz, pidamos la gracia de recordar que los dolores de Cristo crucificado son fruto del pecado. Evitemos, y pidamos la fortaleza a Dios para ello, cada una de las ocasiones de pecado que se nos presenten en nuestras vidas. Propósito Rezar, preferentemente en familia, un vía crucis. Diálogo con Cristo Señor Jesús, el ambiente me invita a rehuir todo lo que implique sacrificio, dolor, renuncia. Con tu pasión y muerte me invitas a lo contrario: a recorrer el camino áspero y estrecho de la cruz. Y la verdad es que sé que quiero colaborar en la obra de la salvación, pero sin sufrir, sin renunciar a «mis» haberes. Pero también sé que Tú te las ingenias para darme la sabiduría y la fuerza para renunciar, aunque me cueste, a todo eso que me aparta de Ti. Así, día a día, mi desprendimiento será mayor, aunque no me guste el sacrificio, si vivo la espiritualidad de cruz y de abnegación, por amor, que me propone tu Iglesia |
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