domingo, 1 de diciembre de 2013

Los Santos de hoy domingo 1 de diciembre de 2013

Los Santos de hoy domingo 1 de diciembre de 2013
 Eloy, Santo
Orfebre, 1 de diciembre 
 Clementina Anuarite Nengapeta, Beata
Virgen y Mártir, 1 Diciembre
 Blanca de Castilla, Santa
Reina y Religiosa, Diciembre 1
 Alejandro Briant, Santo
Mártir Inglaterra, 1 Diciembre
 Charles (Carlos de Jesús) de Foucauld, Beato
Religioso, 1 Diciembre
 Juan Garbella de Vercelli, Beato
Sacerdote dominico, Diciembre 1
 Edmundo Campion, Santo
Mártir, 1 Diciembre
 Liduina (Elisa Ángela) Meneguzzi, Beata
Religiosa Misionera, 1 de diciembre
 María Rosa de Jesús Pellesi, Beata
Religiosa Franciscana, 1 Diciembre

SAN ELOY, ORFEBRE, 1 DE DICIEMBRE

Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid
Eloy, Santo
Orfebre, 1 de diciembre
 
Eloy, Santo

Orfebre
Diciembre 1



El hijo de Euquerio y de Terrigia parece que desde el comienzo de su existencia estuvo bajo el signo de la predilección divina. Así lo asegura la leyenda de su vida. Despierto de inteligencia y hábil en el empleo de sus manos. Aprendiz de platero de los de antes, es decir, de los que tienen que martillear el metal para sacarle de las entrañas la figura que el artista tiene en su mente. Tanta destreza adquirió que el rey Clotario II, su hijo Dagoberto luego y su nieto Clovis II después, lo tuvieron como propio en la corte para los trabajos que en metales preciosos naturalmente necesitan los de sangre azul que viven en palacios y tienen que solventar compromisos sociales, políticos y hasta militares con sus iguales.

Pero lo que llamó poderosamente la atención de estos principales del país galo no fue sólo su arte. Eso fue el punto de arranque. Luego fue el descubrimiento de su entera personalidad profundamente honrada. Un hombre cabal. De espíritu recto. Cristiano más de obras que de nombre. Piadoso en su soledad y coherente en la vida. Prudente en las palabras y ponderado en los juicios. Un sujeto poco frecuente en sus tiempos atiborrados de violencia.

El rey Dagoberto, considerando los pros y contras, pensó que era el hombre ideal para solucionar el antiguo contencioso que tenía con el vecino conde de Bretaña, lo envió como legado y acertó en la elección por el resultado favorable que obtuvo. No es extraño que Eloy o Eligio pasara a ser solicitado como consejero de la Corona.

Aparte de sus sinceros rezos privados y del reconocimiento de su indignidad ante Dios —cosa que le dignificaban como hombre—, supo compartir con los necesitados los dineros que recibía por su trabajo. Patrocinó la abadía de Solignac, a sus expensas nacieron otros en el Lemosin y, en París, la iglesia de San Pablo.

No es sorprendente que al morir el obispo de Noyon y de Tournay, el pueblo tuviera sensibilidad para desear el desempeño de esa misión a Eloy y, menos sorprendente aún, que el rey Clovis pusiera toda su influencia al servicio de esa causa. Casi hubo que forzarle a aceptar. Ordenado sacerdote y a continuación consagrado obispo, se dedicó a su misión pastoral con el mejor de los empeños en los diecinueve años que aún el Señor le concedió de vida. Fueron frecuentes las visitas pastorales, se mostró diligente en el trato con los sacerdotes, se tiene por ejemplar su disciplina de gobierno y esforzado en la superación de las dificultades para extender el Evangelio allí donde rebrotaba la idolatría pagana o echaban raíces los vicios de los creyentes. Hasta estuvo presente en el concilio de Chalons-sur-Seine, del 644.

Este artífice de los metales nobles y de las gemas preciosas que no se dejó atrapar por la idolatría a las cosas perecederas ha sido adoptado como patrono de los orfebres, plateros, joyeros, metalúrgicos y herradores. Ojalá los que asiduamente tienen entre sus manos las joyas que tanto ambicionan los hombres sepan sentirse atraídos por los bienes que no perecen
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sábado, 30 de noviembre de 2013

ORACIÓN A SAN ANDRÉS, APÓSTOL


Los Santos de hoy sábado 30 de noviembre de 2013

Los Santos de hoy sábado 30 de noviembre de 2013
 Andrés, Santo
Apóstol, 30 Noviembre 
 Everardo, Santo
Sacerdote, 30 de noviembre
 José Otín Aquilué, Beato
Mártir salesiano, 30 Noviembre
 José Marchand, Santo
Mártir, 30 Noviembre
 Federico de Ratisbona, Beato
Leñador, 30 Noviembre
 Cutberto (Cuthbert) Mayne, Santo
Mártir, 30 Noviembre
 Ludovico Roch Gietyngier, Beato
Sacerdote y Mártir, 30 de noviembre
 José López Piteira, Beato
Mártir, 30 de noviembre

SAN ANDRÉS, PROTOAPÓSTOL DE JESÚS

Autor: Jesus Marti Ballester
San Andrés Protoapóstol



En su casa de Cafarnaúm, donde vive también Simón con su mujer y su suegra, se hospedaba Jesús cuando anunciaba el Reino en esta ciudad

Andrés, a quién el gran Bossuet designa Protoápostol, y la liturgia bizantina «Protóklitos», por haber sido el primer elegido, significa por su nombre de Andrés, “varonil". Había nacido en Betsaida, aldea de Cafarnaúm, como Corozaín, en Galilea, a orillas del lago Genesaret. Era hijo de Jonás y hermano de Simón Pedro. En su casa de Cafarnaúm, donde vive también Simón con su mujer y su suegra, se hospedaba Jesús cuando anunciaba el Reino en esta ciudad.

SEÑOR, MUESTRANOS TU ROSTRO

Andrés fue el primer discípulo que tuvo Jesús, junto con San Juan el evangelista. Ambos eran discípulos de Juan Bautista, quien al ver pasar a Jesús, que llegaba del desierto exclamó: "He ahí el cordero de Dios". Ha sido siempre difícil mantener unidas en Cristo las prerrogativas de –majestad y humildad-, derivadas de sus dos naturalezas, divina y humana. El hombre de hoy no tiene dificultad para reconocer en Jesús al amigo y al hermano universal, pero encuentra difícil proclamarle también Señor y reconocerle un poder real sobre él. Pero Andrés se dejó arrastrar por la atracción que ejercía el reflejo chispeante de la divinidad que fulguraba en sus ojos y en la majestad de su rostro, tras el cual ya anhelaba el salmista y seguimos todos buscando: “Muéstranos tu rostro”. Andrés se fue detrás de Jesús y con él, Juan. Cuando vio Jesús que lo seguían, les preguntó: "¿Qué buscáis?". Ellos le dijeron: "Rabbi, ¿dónde vives?". Jesús les respondió: "Venid y veréis". Y se fueron y pasaron con Él aquella tarde. Nuca jamás podría olvidar después Andrés el momento y la hora y el sitio donde estaban cuando Jesús les dijo: "Venid y veréis". Su respuesta a esta llamada cambió su vida para siempre.

LA PROMOCION DEL PRIMER PAPA

Andrés buscó a su hermano Simón y le dijo: "Hemos encontrado al Salvador del mundo" y lo llevó a Jesús. Así le consiguió a Cristo un formidable amigo, el gran San Pedro. Y Jesús le anunció que le cambiaría el nombre por el de Cefas. Al principio Andrés y Simón iban con Jesús a escucharle siempre que podían, y luego regresaban a sus labores de pesca. Pero cuando el Señor volvió a Galilea, encontró a Andrés y a Simón remendando sus redes y les dijo: "Venid conmigo", y ellos dejando a sus familias y a sus negocios y sus redes, se fueron con Jesús. Después de la pesca milagrosa, Cristo les dijo: "En adelante seréis pescadores de hombres".

EL MUCHACHO CON LOS CINCO PANES

El día del milagro de la multiplicación de los panes, fue Andrés el que llevó a Jesús el muchacho que tenía los cinco panes y dos peces. Andrés es un hombre observador, lo que le hace realista: había visto al muchacho, es decir, ya le había planteado la pregunta: «Pero, ¿qué es esto para toda esta gente?» y se dio cuenta de la falta de recursos. Andrés presenció la mayoría de los milagros que hizo Jesús y escuchó, una por una, sus palabras incendiarias y vitales. Vivió junto a Él tres años.

LENGUAS DE FUEGO

En el día de Pentecostés, Andrés recibió junto con la Virgen María y los demás Apóstoles, al Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego, y en adelante se dedicó a predicar el evangelio con gran valentía y obrando milagros y prodigios.

PERSUADE A JUAN A ESCRIBIR EL CUARTO EVANGELIO

Un escrito que data del siglo III, el "Fragmento de Muratori" dice: "Al apóstol San Juan le aconsejaban que escribiera el Cuarto Evangelio. Él dudaba, pero le consultó al apóstol San Andrés, el cual le dijo: ‘Debes escribirlo. Y que los hermanos revisen lo que escribas’". El "Fragmento de Muratori", que data de principios del siglo III: "El cuarto Evangelio fue escrito por Juan, uno de los discípulos. Ocurrió así: Cuando los otros discípulos y obispos urgieron a que escribiese, Juan les dijo: "Ayunad conmigo a partir de hoy durante tres días, y después hablaremos unos con otros sobre la revelación que hayamos tenido, ya sea en pro o en contra. Esa misma noche, fue revelado a Andrés, uno de los Apóstoles, que Juan debía escribir y que todos debían revisar lo que escribiese".

LUGARES DE SU EVANGELIZACION

Teodoreto cuenta que Andrés estuvo en Grecia; San Gregorio Nazianceno que estuvo en Epiro, y San Jerónimo que estuvo en Acaya. San Filastrio dice que del Ponto pasó a Grecia, y que en su época, siglo IV, los habitantes de Sínope decían poseer un retrato auténtico del santo y que conservaban el ambón desde el que predicaba. En la Edad Media era creencia general que San Andrés había estado en Bizancio, donde dejó como obispo a su discípulo Staquis (Rom 14,9). El origen de esa tradición es interesado, pues procede de una época en que convenía a Constantinopla atribuirse origen apostólico para no ser menos que Roma, Alejandría y Antioquía. El primer obispo de Bizancio del que consta por la historia, fue San Metrófanes, en el siglo IV.

LA POLITICA

Extendido el Imperio Romano a Oriente, para no tener menor relevancia que Roma con su Pontificado Romano, Constantino constituye otra cabeza que prestigie a Bizancio, que dejará de ser Bizancio y pasará ser Constantinopla, como tras los siglos, San Petersburgo, será Leningrado y Stalingrado. Es el privilegio de que gozan los príncipes o los tiranos, de poder dar nombre a países aunque se convierten en polvo, como reza el salmo. Pedro era la Cabeza de Roma, su hermano Andrés, el que evangelizó la península de Anatolia, será cabeza de Bizancio, transformado en Constantinopla. Esa será el origen de la división de las dos Iglesias, desde hace 1000 años.

MARTIRIO

La "pasión" apócrifa dice que fue crucificado en Patras de Acaya. Como no fue clavado a la cruz, sino sólo atado, pudo predicar al pueblo durante dos días antes de morir.

En tiempos del emperador Constancio II las reliquias de San Andrés fueron trasladadas de Patras a la iglesia de los Apóstoles, en Constantinopla. Los cruzados tomaron Constantinopla en 1204, y, poco después las reliquias fueron robadas y trasladadas a la catedral de Amalfi, en Italia.

PATRONO DE RUSIA Y ESCOCIA

San Andrés es el patrono de Rusia y de Escocia.

Hay una tradición de que llegó a Kiev. Nadie afirma que haya ido también a Escocia, y la leyenda que se conserva en el Breviario de Aberdeen y en los escritos de Juan de Fordun, no merece crédito alguno. Según dicha leyenda, San Régulo, era originario de Patras y se encargó de trasladar las reliquias del apóstol en el siglo IV, recibió en sueños aviso de un ángel de que debía trasportar una parte de las mismas al sitio que se le indicaría más tarde. De acuerdo con las instrucciones, Régulo se dirigió hacia el noroeste, "hacia el extremo de la tierra"". El ángel le mandó detenerse donde se encuentra actualmente Saint Andrews, Régulo construyó ahí una Iglesia para las reliquias, fue elegido primer obispo del lugar y evangelizó al pueblo durante treinta años. El 9 de mayo se celebra en la diócesis de Saint Andrews la fiesta de la traslación de las reliquias.

EL NOMBRE DE ANDRES EN EL CANON

El nombre de San Andrés figura en el canon de la misa. También se le nombra en la misa con la Virgen Santísima y de San Pedro y San Pablo, después del Padrenuestro, introducida por el Papa San Gregorio Magno. En la medida en que nos permiten las fuentes, queremos conocer un poco más de cerca del hermano de Simón Pedro, san Andrés, quien también era uno de los doce.

SU NOMBRE NO ES HEBREO

Lo primero que impresiona en Andrés es el nombre, que no es hebreo, sino griego, signo indicativo de una cierta apertura cultural de su familia, pues en Galilea el idioma y la cultura griega están bastante presentes. En las listas de los doce, Andrés se encuentra en segundo lugar, en Mateo y en Lucas, en el cuarto lugar en Marcos y en los Hechos de los Apóstoles. Sin duda tenía un gran prestigio dentro de las primeras comunidades cristianas.

PEDRO Y ANDRES HERMANOS

El lazo de sangre entre Pedro y Andrés, y la llamada común que les dirigió Jesús, son mencionados en los Evangelios. Puede leerse: «Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores. Entonces les dijo: "Seguidme, y yo os haré pescadores de hombres"».

LAS FUENTES DEL EVANGELIO

Por el cuarto Evangelio sabemos que Andrés era discípulo de Juan Bautista; lo que demuestra que era un hombre que buscaba, que compartía la esperanza de Israel, que quería conocer más de cerca la palabra del Señor, y la presencia del Señor. Era verdaderamente un hombre de fe y de esperanza; y un día escuchó que Juan Bautista proclamaba a Jesús como «el cordero de Dios»; entonces, se movió, y junto a otro discípulo, cuyo nombre no es mencionado, siguió a Jesús, que era llamado por Juan «cordero de Dios». El evangelista refiere: «vieron donde vivía y se quedaron con él». Andrés, por tanto, disfrutó de momentos de intimidad con Jesús. «Uno de los dos que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro. Al primero que encontró fue a su propio hermano Simón, y le dijo: "Hemos encontrado al Mesías", que traducido significa Cristo», y le condujo hacia Jesús (Jn 1,40), demostrando su espíritu apostólico. Andrés, por tanto, fue el primer apóstol que recibió la llamada y siguió a Jesús. Por este motivo la liturgia de la Iglesia bizantina le honra con el apelativo de «Protóklitos», que significa el «primer llamado». Por la relación fraterna entre Pedro y Andrés, la Iglesia de Roma y la Iglesia de Constantinopla se sienten como Iglesias hermanas entre sí. Lo que es Roma para Pedro es Constantinopla para Andrés. El Papa Pablo VI, en 1964, restituyó una insigne reliquia de san Andrés, hasta entonces custodiada en la Basílica vaticana, al obispo metropolita ortodoxo de la ciudad de Patrás, en Grecia, donde según la tradición, el apóstol fue crucificado.

CUANDO SUCEDERA ESTO

En Jerusalén. Saliendo de la ciudad, un discípulo le mostró el espectáculo de los poderosos muros que sostenían el Templo. La respuesta del Maestro fue sorprendente: dijo que de esos muros no quedaría piedra sobre piedra. Entonces Andrés, junto a Pedro, Santiago y Juan, le preguntó: «Dinos cuándo sucederá esto y cuál será la señal de que ya están por cumplirse todas estas cosas». Como respuesta a esta pregunta, Jesús pronunció un importante discurso sobre la destrucción de Jerusalén y sobre el final del mundo, invitando a sus discípulos a leer con atención los signos del templo y a mantener siempre una actitud vigilante. De este episodio podemos deducir que no tenemos que tener miedo de plantear preguntas a Jesús, pero al mismo tiempo, tenemos que estar dispuestos a acoger las enseñanzas incluso sorprendentes y difíciles que Él nos ofrece.

REVELACION A LOS GRIEGOS 

Jerusalén, poco antes de la Pasión. Con motivo de la fiesta de la Pascua, narra Juan, habían venido a la ciudad santa algunos griegos, para adorar al Dios de Israel en la fiesta de Pascua. Andrés y Felipe, los dos apóstoles con nombres griegos, hacen de intérpretes y mediadores de este grupo de griegos ante Jesús. La respuesta del Señor a su pregunta parece enigmática, pero de este modo se revela llena de significado. Jesús dice a sus discípulos y, por su mediación, al mundo griego: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. En verdad, en verdad os digo: si el grano de trino no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere da mucho fruto» (Jn 12, 23). ¿Qué significan estas palabras en este contexto? Jesús quiere decir: sí, mi encuentro con los griegos tendrá lugar, pero el mío no será un coloquio sencillo y breve con algunas personas, llevadas sobre todo por la curiosidad. Con mi muerte, comparable a la caída en la tierra de un grano de trigo, llegará la hora de mi glorificación. De mi muerte en la cruz surgirá la gran fecundidad: el «grano de trigo muerto» -símbolo de mi crucifixión- se convertirá, en la resurrección, en pan de vida para el mundo: será luz para los pueblos y las culturas. Sí, el encuentro con el alma griega, con el mundo griego, tendrá lugar en esa profundidad a la que hace referencia el grano de trigo que atrae hacia sí las fuerzas de la tierra y del cielo y se convierte en pan. En otras palabras, Jesús profetiza la Iglesia de los griegos, la Iglesia de los paganos, la Iglesia del mundo como fruto de su Pascua.

APOSTOL DE LOS GRIEGOS

Tradiciones muy antiguas consideran que Andrés, quien transmitió a los griegos estas palabras, no sólo es el intérprete de algunos griegos en el encuentro con Cristo, sino que es considerado como el apóstol de los griegos en los años que siguieron a Pentecostés; nos dicen que en el resto de su vida fue el anunciador y el intérprete de Jesús para el mundo griego. Pedro, su hermano, llegó a Roma desde Jerusalén, pasando por Antioquía, para ejercer su misión universal desde Roma; Andrés, fue el apóstol del mundo griego: de este modo, tanto en la vida como en la muerte, se presentan como auténticos hermanos, una fraternidad que se expresa en la relación especial de las sedes de Roma y de Constantinopla, Iglesias verdaderamente hermanas. Cuando escribo acabo de contemplar la llegada a Benedicto XVI a Ankara para permanecer en Turquía, la península de Anatolia hasta el uno de diciembre. Benedicto XVI ha celebrado la Divina Eucaristía en la Casa de María en Efeso y ha presidido la oración vespertina junto al Patriarca Bartolomeo I en la Catedral Patriarcal de San Jorge. Allí Bartolomeo vestía los ornamentos que ya utilizó San Juan Crisóstomo y San Gregorio Nazianceno

SU MARTIRIO EN PATRAS

Una tradición sucesiva, narra la muerte de Andrés en Patras, capital de la provincia de Acaya, en Grecia donde también él sufrió el suplicio de la crucifixión. Ahora bien, en aquel momento supremo, como su hermano Pedro, pidió ser colocado en una cruz diferente a la de Jesús. En su caso, se trató de una cruz en forma de equis, es decir, con los dos maderos cruzados diagonalmente, que por este motivo es llamada «cruz de san Andrés». Esto es lo que habría dicho en aquella ocasión, según una antigua narración, titulada «Pasión de Andrés». Que lo amarraron a una cruz en forma de aspa y que allí estuvo padeciendo durante tres días, que aprovechó para predicar a los que se le acercaban. Dicen que cuando vio que le llevaban la cruz para martirizarlo, exclamó: "Yo te venero oh cruz santa que me recuerdas la cruz donde murió mi Divino Maestro. Mucho había deseado imitarlo a Él en este martirio. Dichosa hora en que tú al recibirme en tus brazos, me llevarán junto a mi Maestro en el cielo".

OREMOS 

Apóstol San Andrés, enséñanos a seguir a Jesús con prontitud (Mt 4, 20; Mc 1,18), a hablar con entusiasmo de Él a todos aquellos con los que nos encontramos, y sobre todo a cultivar con Él una relación de auténtica intimidad, conscientes de que sólo en Él podemos encontrar el sentido último de nuestra vida y de nuestra muerte.

SU ORACION ANTE LA CRUZ 

«Salve, oh Cruz, inaugurada por medio del cuerpo de Cristo, que te has convertido en adorno de sus miembros, como si fueran perlas preciosas. Antes de que el Señor subiera sobre ti, provocabas un temor terreno. Sin embargo, ahora, dotada de un amor celeste, te has convertido en un don. Los creyentes saben cuánta alegría posees, cuántos regalos deparas. Confiado, por tanto, y lleno de alegría, vengo para que tú también me recibas exultante como discípulo de quien fue colgado de ti... Cruz bienaventurada, que recibiste la majestad y la belleza de los miembros del Señor..., tómame y llévame lejos de los hombres y entrégame a mi Maestro para que a través de ti me reciba quien por medio de ti me ha redimido. ¡Salve, oh Cruz, sí, verdaderamente, salve!». Nos encontramos ante una espiritualidad cristiana sumamente profunda, que ve en la Cruz, más que un instrumento de tortura, el medio incomparable de una asimilación plena con el Redentor, con el grano de trigo caído en la tierra. Tenemos que aprender una lección muy importante: nuestras cruces alcanzan valor si son consideradas y acogidas como parte de la cruz de Cristo, si son tocadas por el reflejo de su luz. Sólo por esa Cruz también nuestros sufrimientos quedan ennoblecidos y alcanzan su verdadero sentido. La tradición coloca su martirio en el 30 de noviembre del año 63.

JESUS MARTI BALLESTER


SAN ANDRÉS, APÓSTOL, 30 DE NOVIEMBRE


Autor: P. Ángel Amo. | Fuente: Cathoic.net
Andrés, Santo
Apóstol, 30 Noviembre
 
Andrés, Santo
Apóstol




Andrés era hermano de Simón Pedro y como él pescador en Cafarnaúm, a donde ambos habían llegado de su natal Betsaida. Como lo demuestran las profesiones que ejercían los doce apóstoles, Jesús dio la preferencia a los pescadores, aunque dentro del colegio apostólico están representados los agricultores con Santiago el Menor y su hermano Judas Tadeo, y los comerciantes con la presencia de Mateo. De los doce, el primero en ser sacado de las faenas de la pesca en el lago de Tiberíades para ser honrado con el titulo de “pescador de hombres” fue precisamente Andrés, junto con Juan.

Los dos primeros discípulos ya habían respondido al llamamiento del Bautista, cuya incisiva predicación los había sacado de su pacífica vida cotidiana para prepararse a la inminente venida del Mesías. Cuando el austero profeta se lo señaló, Andrés y Juan se acercaron a Jesús y con sencillez se limitaron a preguntarle: “Maestro, ¿dónde habitas?”, signo evidente de que en su corazón ya habían hecho su elección.

Andrés fue también el primero que reclutó nuevos discípulos para el Maestro: “Andrés encontró primero a su hermano Simón y le dijo: Hemos encontrado al Mesías. Y lo llevó a Jesús”. Por esto Andrés ocupa un puesto eminente en la lista de los apóstoles: los evangelistas Mateo y Lucas lo colocan en el segundo lugar después de Pedro.
Además del llamamiento, el Evangelio habla del Apóstol Andrés otras tres veces: en la multiplicación de los panes, cuando presenta al muchacho con unos panes y unos peces; cuando se hace intermediario de los forasteros que han ido a Jerusalén y desean ser presentados a Jesús; y cuando con su pregunta hace que Jesús profetice la destrucción de Jerusalén.

Después de la Ascensión la Escritura no habla más de él. Los muchos escritos apócrifos que tratan de colmar este silencio son demasiado fabulosos para que se les pueda creer. La única noticia probable es que Andrés anunció la buena noticia en regiones bárbaras como la Scitia, en la Rusia meridional, como refiere el historiador Eusebio. Tampoco se tienen noticias seguras respecto de su martirio que, según una Pasión apócrifa, fue por crucifixión, en una cruz griega.

Igual incertidumbre hay respecto de sus reliquias, trasladadas de Patrasso, probable lugar del martirio, a Constantinopla y después a Amalfi. La cabeza, llevada a Roma, fue restituida a Grecia por Pablo VI. Consta con certeza, por otra parte, la fecha de su fiesta, el 30 de noviembre, festejada ya por San Gregorio Nacianceno.

viernes, 29 de noviembre de 2013

Los Santos de hoy viernes 29 de noviembre de 2013



Los Santos de hoy viernes 29 de noviembre de 2013
 Saturnino de Tolosa, Santo
Obispo y Mártir, 29 de noviembre
 Alfredo Simón Colomina, Beato
Mártir Jesuita, 29 Noviembre
 Dionisio de la Natividad (Pedro Berthelot), Beato
Mártir Carmelita, 29 Noviembre
 Redento de la Cruz (Tomás Rodríguez), Beato
Mártir Carmelita, 29 Noviembre
 María Magdalena de la Encarnación, Beata
Fundadora, 29 de noviembre
 Bernardo Francisco de Hoyos, Beato
Sacerdote Jesuita, 29 de noviembre 

SAN SATURNINO DE TOLOSA, OBISPO Y MÁRTIR, 29 DE NOVIEMBRE

Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid
Saturnino de Tolosa, Santo
Obispo y Mártir, 29 de noviembre
 
Saturnino de Tolosa,  Santo

Obispo y Mártir
Noviembre 29



La ciudad de Toulouse, en el Languedoc francés, muestra con orgullo su magnífica e impresionante catedral —joya del románico— de Saint-Sernin. Tiene cinco naves, vasto crucero y un coro deambulatorio con capillas radiadas.

San Saturnino —nuestro conocido y tantas veces cantado Sanserenín de las canciones y juegos infantiles— fue el primer obispo de esta parte de la Iglesia.

No se conoce nada anterior a su muerte. Todo lo que nos ha llegado es producto del deseo de ejemplarizar rellenando con la imaginación y la fantasía lo que la historia no es capaz de decir. A partir de unos relatos probables se suman otros y otros más que lo van adornando como descendiente de familia romana — el nombre es diminutivo del dios romano Saturno— culta, adinerada, noble e incluso regia hasta llegar a las afirmaciones de Cesareo de Arlés que, nada respetuoso con la cronología, lo presenta candorosamente como oriundo de Oriente, uno más de los discípulos del Señor, bautizado por Juan Bautista, presente en la última Cena y en Pentecostés. Ciertamente es el comienzo de la literatura legendaria.

Lo que consta es que la figura está enmarcada en el siglo III, en tiempos de la dominación romana, después de haberse publicado, en el año 250, los edictos persecutorios de Decio, cuando la zona geográfica de Tolosa cuenta con una pequeña comunidad cristiana pastoreada por el obispo Saturnino que por no caer en idolatría, quemando incienso a los dioses, sufre el martirio de una manera suficientemente cruel para que el hecho trascienda los límites locales y la figura del mártir comience a recibir culto en el interior de las Galias, en la ribera mediterránea y pase también los Pirineos hacia España.

En tiempos posteriores, facilita la extensión de esta devoción el hecho de que el reino visigodo se prolongue hasta España lo que conlleva el transporte de datos culturales; también el peregrinaje desde toda Europa a la tumba el Apóstol Santiago en Compostela hace que los andariegos regresen expandiendo hacia el continente la devoción saturniniana, al ser Tolosa un punto de referencia clásico en las peregrinaciones, y con ello los peregrinos entran en contacto con las reliquias del mártir.

El martirologio romano hace su relación escueta en estos términos: "En Tolosa, en tiempo de Decio, San Saturnino, obispo, fue detenido por los paganos en el Capitolio de esta villa y arrojado desde lo alto de las gradas. Así, rota su cabeza, esparcido el cerebro, magullado el cuerpo, entregó su digna alma a Cristo".

Los relatos siguientes lo presentan atado con cuerdas a un toro que estaba dispuesto para ser sacrificado y que lo arrastra hasta dejarlo muerto y destrozado. Dos valientes cristianas —Les Saintes-Puelles— recogen su cuerpo y lo entierran cerca de la ruta de Aquitania.

El obispo Hilario hizo construir sobre la tumba de su antecesor una pequeña basílica que reformó san Exuperio en el siglo V y que destruyeron los sarracenos en el 711. Edificada lentamente durante el siglo XI, la consagró en papa Urbano II el año 1096 para que, en el 1258, el obispo Raimundo de Falgar depositara en su coro los restos de san Saturnino.
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