domingo, 23 de octubre de 2022

EL PAPA FRANCISO ADVIERTE SOBRE EL ORGULLO ESPIRITUAL: NOS LLEVA A DESPRECIAR A LOS DEMÁS



 El Papa advierte sobre el “orgullo” espiritual: “Nos lleva a despreciar a los demás”

POR DAVID RAMOS | ACI Prensa

 Crédito: Vatican Media.



Al presidir el rezo del Ángelus este domingo 23 de octubre frente a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco advirtió sobre el “orgullo” espiritual, “que nos lleva a despreciar a los demás”.

El Santo Padre reflexionó sobre “el Evangelio de la liturgia de hoy”, que “nos presenta una parábola que tiene dos protagonistas, un fariseo y un publicano”, en Lucas 18, 9-14, “es decir, un hombre religioso y un pecador en toda regla”.

“Ambos suben al templo a rezar, pero solo el publicano sube verdaderamente a Dios, porque con humildad desciende a la verdad de sí mismo y se presenta tal como es, sin máscaras, con su pobreza”, señaló.

“Podríamos decir, entonces, que la parábola está entre dos movimientos, expresados ​​por dos verbos: subir y bajar”, indicó.

El Santo Padre señaló que “el primer movimiento es subir. De hecho, el texto comienza diciendo: ‘Dos hombres subieron al templo a orar’”.

“Este aspecto recuerda muchos episodios de la Biblia, donde para encontrarse con el Señor se sube al monte de su presencia: Abraham sube al monte para ofrecer el sacrificio; Moisés sube al Sinaí para recibir los mandamientos; Jesús sube al monte, donde se transfigura”.

El Papa explicó que “la escalada, por tanto, expresa la necesidad del corazón de romper con la vida plana para salir al encuentro del Señor; levantarse de los llanos de nuestro ego para ascender hacia Dios -deshacerse del propio ego-; recoger lo que vivimos en el valle para llevarlo ante el Señor”.

“Esto es ‘subir’, y cuando rezamos subimos”, reiteró.

Sin embargo, precisó, “para vivir el encuentro con Él y ser transformados por la oración, para elevarnos a Dios, necesitamos el segundo movimiento: descender”.

“¿Cómo? ¿Qué significa esto? Para ascender hacia él debemos descender dentro de nosotros mismos: cultivar la sinceridad y la humildad de corazón, que nos dan una mirada honesta a nuestras fragilidades y pobrezas interiores”.

El Papa resaltó que en la humildad “nos volvemos capaces de llevar a Dios, sin pretensiones, lo que realmente somos, los límites y las heridas, los pecados, las miserias que oprimen nuestro corazón, e invocar su misericordia para que nos cure, nos sane, nos levante”.

“Él será quien nos resucite, no nosotros. Cuanto más descendemos con humildad, más Dios nos hace subir”, dijo.

El Papa destacó que “el publicano de la parábola se detiene humildemente a distancia, no se acerca, se avergüenza, pide perdón, y el Señor lo levanta”.

“En cambio, el fariseo se exalta, seguro de sí mismo, convencido de que tiene razón: de pie, comienza a hablarle al Señor solo de sí mismo, a alabarse a sí mismo, a enumerar todas las buenas obras religiosas que hace, y desprecia a los demás”

El Santo Padre advirtió luego que “todos corremos el riesgo de caer en esto”, y nos lleva “a creerte bien y a juzgar a los demás”.

“Esto es orgullo espiritual: ‘Estoy bien, soy mejor que los demás: esto es tal cosa, eso es tal otra…’. Y así, sin darte cuenta, te adoras a ti mismo y borras a tu Dios, es un girar en torno a ti mismo. Esta es la oración sin humildad”.

El Papa Francisco explicó que esto “sucede, por ejemplo, cuando buscamos cumplidos y hacemos siempre una lista de nuestros méritos y nuestras buenas obras, cuando nos preocupamos más por parecer que por ser, cuando nos dejamos atrapar por el narcisismo y el exhibicionismo”.

El exhibicionismo y el narcisismo, advirtió, “nos llevan a los cristianos, a los sacerdotes, a los obispos a tener siempre una palabra en los labios, ¿qué palabra? ‘Yo’: ‘ Yo hice esto, escribí esto, lo dije, lo entendí antes que tú’, y así sucesivamente”.

“Donde hay mucho yo, hay poco Dios”, subrayó el Papa, recordando que en su tierra natal “a esta gente se le llama ‘yo-con-mí-para-mí-solo-yo’”.

“Y una vez se habló de un sacerdote que era así, centrado en sí mismo, y la gente decía en broma: ‘Ése, cuando inciensa, lo hace al revés, se inciensa a sí mismo’”.

“Así es, también te hace caer en el ridículo”, señaló.

Al finalizar, el Papa Francisco pidió “la intercesión de María Santísima, la humilde sierva del Señor, imagen viva de lo que el Señor ama hacer, derrocando a los poderosos de sus tronos y elevando a los humildes”.

¿PREPARAS UN ALTAR DE MUERTOS? NO OLVIDES ESTOS 8 SÍMBOLOS CRISTIANOS



¿Preparas un altar de muertos? No olvides estos 8 símbolos cristianos 

Redacción ACI Prensa





En México y otros países es tradicional preparar para el 2 de noviembre, día de los fieles difuntos y también conocido como Día de Muertos, un “altar de muertos” con diversos símbolos cristianos.

La tradición, propia de la inculturación del cristianismo con las culturas prehispánicas presentes en México, busca crear un espacio de memoria y oración para los seres queridos ya fallecidos.

A continuación te presentamos 8 importantes símbolos que no pueden faltar en un altar de muertos:


1. Tener 3 niveles

Los tres niveles en el altar de muertos guardan relación con los “niveles” de la Iglesia: la Iglesia militante, quienes vivimos en la tierra; la Iglesia purgante, las almas de los fallecidos que se encuentran en el purgatorio para prepararse para la visión beatífica de Dios; y la Iglesia triunfante, que se encuentra en el Cielo.


2. Un arco

Sirve de alegoría a la puerta de entrada al Cielo.


3. La Cruz y una imagen de la Virgen

La Cruz nos recuerda la muerte de Cristo, que entregó su vida por nuestros pecados, pero que con su resurrección triunfó sobre la muerte y nos abrió las puertas del Cielo. La imagen de la Virgen María nos recuerda que es nuestra madre e intercesora.


4. Agua bendita

Nos recuerda el agua bendita usada en nuestro bautismo, que nos convierte en hijos de Dios, miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia.


5. Fotografías de nuestros seres queridos

Nos ayuda a recordarlos y a tenerlos presentes en nuestras oraciones.


6. Veladoras

Se coloca una por cada ser querido fallecido, y simbolizan la luz de Cristo, así como la fe y la esperanza.


7. Comida

En el altar de muertos se suele poner como recuerdo de nuestros seres queridos fallecidos sus platos de comida predilectos.


8. Flores de cempasúchil

Representa la luz del sol y es parte de las tradiciones precolombinas mexicanas, que creían que guiaba a los muertos hacia el altar. Habitualmente se colocan formando una cruz. 

SEIS CURIOSIDADES DE SAN JUAN PABLO II


 

 

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...