domingo, 30 de agosto de 2020

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 30 DE AGOSTO DE 2020 - SANTA ROSA DE LIMA


Lecturas de hoy Domingo 22º del Tiempo Ordinario - Ciclo A
Hoy, domingo, 30 de agosto de 2020


Primera lectura
Lectura del libro de Jeremías (20,7-9):

Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; me forzaste y me pudiste. Yo era el hazmerreir todo el día, todos se burlaban de mí. Siempre que hablo tengo que gritar: «Violencia», proclamando: «Destrucción.» La palabra del Señor se volvió para mí oprobio y desprecio todo el día. Me dije: «No me acordaré de él, no hablaré más en su nombre»; pero ella era en mis entrañas fuego ardiente, encerrado en los huesos; intentaba contenerlo, y no podía.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 62,2.3-4.5-6.8-9

R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.R/.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R/.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R/.

Porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (12,1-2):

Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (16,21-27):

En aquel tiempo, empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: «¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte.»
Jesús se volvió y dijo a Pedro: «Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas corno los hombres, no como Dios.»
Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta.»

Palabra del Señor




«El que quiera venirse conmigo que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga»

Fr. Vimal MSUSAI
(Ranchi, Jharkhand, India)

Hoy, consideramos que ver a Jesús y seguirle requiere tener una obediencia madura que nos permita escuchar y ser responsables (capaces-de-responder). Y esto sólo es posible en las personas que verdaderamente se han liberado de los caprichos infantiles y de las pasiones: «El que quiera venirse conmigo que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga» (Mt 16,24). Escuchar y responder a la llamada de Dios en nuestras vidas cotidianas significa ser capaces de olvidarnos de nosotros mismos y de servir a los demás. Sólo el amor hace factible este “riesgo” (cf. Heb 5:8-9).

Buda dice que «para vivir una vida pura de entrega uno no debe reputar nada como propio en medio de la abundancia». Un ejemplo es la vida familiar donde los padres se entregan total y generosamente al bienestar de la familia, quizás hasta el punto de olvidarse de sí mismos. Ellos procuran actuar así para que sus hijos estén bien preparados para que tengan mejor futuro. Si es así, además, la familia será una y unida.

Tenemos cientos de conmovedores ejemplos de profesores, médicos, agentes sociales, personas consagradas y santos. El Papa Francisco nos empuja a “ver” a Jesús en nuestra vida corriente, pues «aunque la vida de una persona se mueva en un terreno lleno de espinas y malezas, hay siempre espacio en el cual la buena semilla puede crecer. ¡Tenéis que confiar en Dios!».

Un grano de trigo puede liberar toda su vitalidad sólo cuando se rompe y muere, como Jesús el cual muriendo mostró todo su amor dando la vida. El ejemplo del grano de trigo es la vida misma de Jesús y de cada discípulo que le sirve, que da testimonio de Él y que tiene vida en Él: «El que pierda su vida por mí, la encontrará» (Mt 16,25). ¡Amén!

SANTORAL DE HOY 30 DE AGOSTO DE 2020

Ángel Alonso Escribano y 9 compañeros, BeatosÁngel Alonso Escribano y 9 compañeros, Beatos
Sacerdotes y Mártires, 30 de agosto
Alfredo Ildefonso Schuster, BeatoAlfredo Ildefonso Schuster, Beato
Obispo, 30 de agosto
Juan Juvenal Ancina, BeatoJuan Juvenal Ancina, Beato
Obispo, 30 de agosto
Tomás Kempis, BeatoTomás Kempis, Beato
Sacerdote y Escritor, 30 de agosto
María Rafols Bruna, BeataMaría Rafols Bruna, Beata
Fundadora, 30 de agosto
Esteban (José) Nehmé, BeatoEsteban (José) Nehmé, Beato
Monje Maronita, 30 de agosto
Diego Ventaja Milán, BeatoDiego Ventaja Milán, Beato
Obispo y Mártir, 30 de agosto
Manuel Medina Olmos, BeatoManuel Medina Olmos, Beato
Obispo y Mártir, 30 de agosto
Vicente Cabanes Badenas, BeatoVicente Cabanes Badenas, Beato
Presbítero y Mártir, 30 de agosto
Eustaquio van Lieshout, BeatoEustaquio van Lieshout, Beato
Sacerdote, 30 de agosto
Fiacrio, SantoFiacrio, Santo
Eremita, 30 de agosto
Pammaquio, SantoPammaquio, Santo
Laico, 30 de agosto
Rosa de Lima, SantaRosa de Lima, Santa
Virgen Terciaria Dominica, 30 de agosto

FELIZ DOMINGO!!!






viernes, 28 de agosto de 2020

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 28 DE AGOSTO DE 2020


Lecturas de hoy Viernes de la 21ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, viernes, 28 de agosto de 2020


Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (1,17-25):

No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo. El mensaje de la cruz es necedad para los que están en vías de perdición; pero para los que están en vías de salvación, para nosotros, es fuerza de Dios. Dice la Escritura: «Destruiré la sabiduría de los sabios, frustraré la sagacidad de los sagaces.» ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el sofista de nuestros tiempos? ¿No ha convertido Dios en necedad la sabiduría del mundo? Y como, en la sabiduría de Dios, el mundo no lo conoció por el camino de la sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación, para salvar a los creyentes. Porque los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados a Cristo, judíos o griegos, un Mesías que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 32

R/. La misericordia del Señor llena la tierra

Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R/.

Que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R/.

El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos,
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (25,1-13):

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los cielos se parecerá a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: "¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!" Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: "Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas." Pero las sensatas contestaron: "Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis." Mientras iban a comprarlo llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: "Señor, señor, ábrenos." Pero él respondió: "Os lo aseguro: no os conozco." Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy viernes, 28 de agosto de 2020
CR


Queridos hermanos:

Ayer la madre, y hoy el hijo. Una familia santa. Por caminos distintos y misteriosos, como son los caminos de Dios.

La paciencia es un rasgo del corazón compasivo de Dios. Y de distintas maneras nos recuerda la Palabra que la paciencia de Dios es nuestra salvación.

Nada se improvisa. Con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio. Las prudentes, junto con sus lámparas, tomaron aceite en las alcuzas. Nada se improvisa. Es la afirmación que sintetiza la buena noticia del evangelio. Llamada reiterada a estar preparados. Saber esperar, estando dispuestos a dejarnos sorprender.

Tiempo. Si nada se improvisa hablamos en coordenadas de tiempo. Proceso. Crecimiento. Paciencia. Vivimos en la cultura de lo inmediato, agobiados y dispersos por los ritmos que nos marcan. Corremos el riesgo de ahogar la vida por privarla de espacios y condiciones para crecer.

A veces, en lugar de vivir la vida nos hacemos consumidores de experiencias sin darnos tiempo suficiente para que dejen poso, sin darnos tiempo para descubrir el paso y poso de Dios. Necesitamos cuestionarnos esa impaciencia sinónima de eficacia y acoger confiados la lentitud de los procesos de crecimiento, necesitamos trabajarnos por dentro y experimentar la dicha de los que esperan. ¡Señor, Señor ábrenos! pero él les respondió: no os conozco. Saber esperar. Aún en nuestra condición de criaturas, en la pequeñez y en la debilidad -como el novio tardaba, se durmieron todas-. Resistir. Sostener. Permanecer. Perseverar. Si nos entregamos a estas esperas experimentaremos una fuerza y un conocimiento nuevos. Las mujeres que saben esperar al novio y que entran al banquete son llamadas prudentes. Y la prudencia es sabiduría práctica, sensatez, delicadeza, acierto, discreción, cordura, juicio, ponderación, tolerancia. La prudencia es don y ejercitarla, nuestra tarea.

De la vida de san Agustín te puedes enterar aquí. Él sí que supo esperar, permanecer, perseverar.

CONOCE CÓMO ENVIAR TU CARTA A SANTA ROSA DE LIMA A PESAR DE LA PANDEMIA


Conoce cómo enviar tu carta a Santa Rosa de Lima a pesar de la pandemia
Redacción ACI Prensa




A pesar de la pandemia del coronavirus, este año los fieles de todo el mundo también podrán hacer llegar sus cartas al pozo del Santuario de Santa Rosa Lima, cuya festividad en Perú se celebra el domingo 30 de agosto, gracias a una iniciativa.

Como muestra del cariño a la santa, patrona de Perú, América y las Filipinas, los fieles acostumbran depositar una carta en el pozo que se encuentra en el Santuario de Santa Rosa de Lima, en la capital del Perú.

Sin embargo, ante el avance de la pandemia de coronavirus, el Gobierno del Perú restableció el 12 de agosto la inmovilidad obligatoria los domingos a nivel nacional y la cuarentena focalizada en los departamentos con más casos de la enfermedad.


Además, para tratar de evitar que el virus se propague más, el Gobierno ha prohibido las reuniones públicas o privadas.

Por ello, el Arzobispado de Lima ha invitado a los fieles a enviar al correo electrónico prensa@arzobispadodelima.org, las cartas que quieran dirigir a Santa Rosa de Lima.

Los textos se recibirán hasta el sábado 29 de agosto a las 12:00 m. (hora de Perú).

Todos los mensajes que reciba la oficina de prensa del Arzobispado serán impresos y llevados hasta el santuario por el Arzobispo de Lima, Mons. Carlos Castillo, luego de la celebración de la Misa.

Historia del pozo

Según indica el Arzobispado en su sitio web,, Isabel Flores de Oliva (1586-1617), nombre de bautizo de Santa Rosa, arrojó la llave del candado de una cadenilla que usaba como “perpetua penitencia por los pecadores” al pozo de su casa, hoy convertida en santuario.

Después de su fallecimiento, los fieles empezaron a dejar cartas en el pozo para agradecer a Santa Rosa los milagros recibidos por su intercesión.

Esta práctica se volvió una tradición entre los devotos, quienes cada año se acercan el 30 de agosto, día en que la Iglesia en Perú celebra la fiesta de la santa, para dejar sus mensajes.

SANTORAL DE HOY VIERNES 28 DE AGOSTO DE 2020

Francisco y José Romero Ortega, BeatosFrancisco y José Romero Ortega, Beatos
Sacerdotes y Mártires, 28 de agosto
Juan Sánchez Molina, BeatoJuan Sánchez Molina, Beato
Sacerdote y Mártir, 28 de agosto
Florentina de Cartagena, SantaFlorentina de Cartagena, Santa
Abadesa, 28 de agosto
Mauricio Iñiguez de Heredia y 23 compañeros, BeatosMauricio Iñiguez de Heredia y 23 compañeros, Beatos
Mártires Hospitalarios, 28 de agosto
Mauro Palazuelos Maruri y compañeros, BeatosMauro Palazuelos Maruri y compañeros, Beatos
Mártires Benedictinos, 28 de agosto
Agustín Bermejo Miranda, BeatoAgustín Bermejo Miranda, Beato
Sacerdote y Mártir, 28 de agosto
Francisco de Paula López Navarrete, BeatoFrancisco de Paula López Navarrete, Beato
Sacerdote y Mártir, 28 de agosto
Agapito Modesto (Modesto Pamplona Falguera), BeatoAgapito Modesto (Modesto Pamplona Falguera), Beato
Religioso lasallista y Mártir, 28 de agosto
Alejandro de Constantinopla, SantoAlejandro de Constantinopla, Santo
Obispo, 28 de agosto
Vicinio de Sarsina, SantoVicinio de Sarsina, Santo
Obispo, 28 de agosto
Edmundo Arrowsmith, SantoEdmundo Arrowsmith, Santo
Presbítero y Mártir, 28 de agosto
Juan Bautista Faubel Cano, BeatoJuan Bautista Faubel Cano, Beato
Mártir Laico, 28 de agosto
Aurelio de Vinalesa (José Ample Alcaide), BeatoAurelio de Vinalesa (José Ample Alcaide), Beato
Presbítero y Mártir, 28 de agosto
Moisés el Etíope, SantoMoisés el Etíope, Santo
Mártir, 28 de agosto
Celia Guerin, SantaCelia Guerin, Santa
Madre y Esposa, 28 de agosto
Junípero Serra, SantoJunípero Serra, Santo
Presbítero, 28 de agosto
Agustín, SantoAgustín, Santo
Memoria Litúrgica, 28 de agosto

FELIZ VIERNES





jueves, 27 de agosto de 2020

LOS MANDAMIENTOS, EL CAMINO QUE DIOS NOS MUESTRA


Los Mandamientos, el camino que Dios nos muestra
Pequeño resumen que ayuda a saber si vamos por el camino correcto


Por: Tere Fernández | Fuente: Catholic.net






Hoy en día, muchas personas han eliminado a Dios de su vida. Como que en ocasiones nos estorba y preferimos borrarlo, en vez de sentarnos a reflexionar por qué nos pide ciertas cosas. Unas de las cosas que Dios nos pide es cumplir con los mandamientos que Él nos entregó. Los Mandamientos son un camino para llegar al Cielo y ser felices. Cuando los cumplimos, vivimos en paz.

Los tres primeros mandamientos de la ley de Dios nos enseñan cómo debe de ser nuestra actitud para con Dios y los siete siguientes nos enseñan nuestra actitud hacia el prójimo, con los que nos rodean.


Los mandamientos de la ley de Dios son los siguientes:

1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.

Este mandamiento nos dice que Dios debe ser lo más importante en nuestras vidas, debemos amarlo, respetarlo y vivir cerca de Él. Esto lo podemos hacer a través de la oración y los sacramentos.

Debemos creer, confiar y amar a Dios sobre todas las cosas:

1. Creer en Dios que es mi Padre, me ha dado la vida y me ama.
2. Confiar en Dios porque es mi Padre y me ama infinitamente
3. Amar a Dios más que a nada y a nadie en el mundo.

Para saber si cumplimos con este mandamiento, nos podemos preguntar:
• ¿Estoy amando a Dios como un hijo ama a un padre?
• ¿Vivo sólo para las cosas temporales, de la tierra?

2. No tomarás el nombre de Dios en vano.

Este mandamiento nos manda respetar el nombre de Dios y todas las cosas sagradas.
Para cumplir este mandamiento, debemos usar el nombre de Dios con mucho amor y respeto. Debemos de cuidar y respetar todas las cosas que tienen que ver con Dios, así como respetar al sacerdote y a las personas consagradas a su servicio.

Para saber si cumplimos con este mandamiento nos podemos preguntar:

• ¿Uso el nombre de Dios de una manera cariñosa y con respeto, sin jurar en vano el nombre de Dios?
• ¿Respeto las cosas de Dios (capilla, Biblia, rosario, etc.)?
• ¿Trato de manera respetuosa a los sacerdotes y personas consagradas al servicio de Dios?
• ¿He cumplido con las promesas que he hecho?
• ¿He jurado en falso?
• ¿He cumplido las promesas que he hecho a Dios?

3. Santificarás las fiestas.

Este mandamiento nos manda dedicar los domingos y los días de fiesta a alabar a Dios y a descansar sanamente.

Para cumplir con este mandamiento, debemos ir a Misa todos los domingos y fiestas que la Iglesia e indique y celebrar el amor de Dios y todo lo que ha hecho por nosotros. Debemos aprovechar los domingos para rezar más y estar cerca de Dios, así como para descansar sanamente y ayudar a que otros descansen. También, debemos dedicar este día a las cosas de Dios y a la familia.

Para saber si cumplimos bien con este mandamiento, podemos preguntarnos:
• ¿Voy a Misa los domingos y fiestas que manda la Iglesia?
• ¿Hago un esfuerzo por estar muy cerca de Dios durante la Misa y escuchar lo que me quiere decir?
• ¿Pienso en Dios los domingos?
• ¿Ayudo a los demás para que puedan descansar?

Los días en que se debe de asisitr a Misa, además de los domingos, son marcados por la Conferencia Episcopal de cada país.

4. Honrarás a tu padre y a tu madre

Este mandamiento nos manda honrar y respetar a nuestros padres y a quienes Dios le da autoridad para guiarnos y ciudarnos en nuestras vidas.

Para cumplir este mandamiento, debemos escuchar, respetar y amar a los padres y a aquellas personas que tengan autoridad sobre nosotros (abuelos, tíos, sacerdotes, maestros, autoridad civil).

Esto no quiere decir que los padres deben de olvidarse de sus deberes y obligaciones para con los hijos.

Para saber si cumplimos con este mandamiento podemos preguntarnos:
• ¿Ayudo material o espiritualmente a mis padres?
• ¿Soy agradecido con mis padres?
• ¿Los acompaño en su vejez?
• ¿Les demuestro amor?
• ¿Soy agradecido con ellos?
• ¿Los acompaño en sus enfermedades?

5. No matarás

Este mandamiento nos manda respetar nuestra propia vida y la del prójimo, cuidando de la propia salud, porque la vida humana es sagrada. Se trata de no lastimar ni atentar contra la vida propia o ajena, física o moral.

Para cumplir este mandamiento, debemos servir a la vida cuidando nuestra salud, para no caer en vicios como el alcoholismo o la drogadicción. El suicidio es un atentado contra la propia vida.

Con respecto a la vida de otros, debo evitar las críticas y el dar a conocer a todos los defectos ajenos, es decir, las calumnias. El maltratar físicamente a las personas, atenta contra la vida ajena. El aborto es dar muerte a una vida en el vientre de la madre.

Para saber si estoy cumpliendo con este mandamiento me puedo preguntar:
• ¿He hablado mal de los demás?
• ¿He maltratado a alguien físicamente?
• ¿He caído en algún vicio?
• ¿He atentado contra mi salud?

6. No cometerás actos impuros

Este mandamiento nos manda conservar la pureza del cuerpo y del alma.

Para cumplir con este mandamiento, debemos procurar la limpieza interior de nuestro cuerpo y de nuestra alma ya que es un tesoro muy grande que debemos conservar. Nuestro cuerpo es un templo del Espíritu Santo.

Para saber si cumplimos con este mandamiento, nos podemos preguntar:
• ¿He cometido adulterio o fornicado?
• ¿He visto algún tipo de pornografía?
• ¿Me he permitido tener pensamientos y deseos morbosos? ¿He dominado mis pasiones?
• ¿He practicado la homosexualidad?
• ¿He practicado la masturbación?

7. No robarás

Este mandamiento nos manda respetar las cosas de los demás y utilizar las nuestras para hacer el bien. También, nos manda respetar y cuidar la Creación.

Para cumplir este mandamiento, no debemos apropiarnos de lo que no sea nuestro y debemos evitar causar daño a lo que tienen los demás. Respetar la Creación y usar las cosas para hacer el bien. Pagar lo justo a las personas que empleo y cuando soy empleado cumplir con el trabajo para el que fui contratado.

Para saber si cumplimos con este mandamiento, nos preguntamos:
• ¿Devuelvo las cosas que encuentro y no son mías?
• ¿Cuido las cosas que me prestan?
• ¿Cuido las cosas que tengo?
• ¿Cuido y respeto la creación?
• ¿Comparto mis cosas con la gente necesitada?

8. No mentirás

Este mandamiento nos manda ser sinceros y no mentir. Nos pide decir siempre la verdad. Mentir es decir algo falso, es engañar.
Para cumplir este mandamiento, debemos decir la verdad y no engañar a los demás ni hablar mal de ellos.

Para saber si cumplimos con este mandamiento, me puedo preguntar:

• ¿Estoy acostumbrado a ser sincero?
• ¿Acostumbro resolver mis problemas sin mentir?
• ¿Hablo bien de las demás personas?

9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.

Este mandamiento nos dice que no debemos pensar ni desear cosas inmorales. Nos pide pureza de corazón para ver todas las cosas con los ojos de Dios. Pureza de corazón, sea yo soltero(a) o casado(a).

Para poder vivir este mandamiento, necesitamos vivir la virtud de la pureza. Esta virtud nos lleva a respetar el orden establecido por Dios en el uso de la capacidad sexual a fin de vivir un amor humano más perfecto. Practicar la castidad, cuidando lo que vemos, lo que oímos, lo que decimos, etc. Cuidar el corazón de todo aquello que lo pueda manchar.

Para saber si cumplimos con este mandamiento, nos podemos preguntar:
• ¿He tenido pensamientos inmorales?
• ¿He vivido la virtud de la castidad en mi vida?
• ¿He cuidado la pureza de mi corazón?
• ¿He propiciado situaciones que me pongan en peligro para tener pensamientos y deseos impuros?

10. No desearás los bienes ajenos

Este mandamiento nos manda ser generosos y no dejar lugar a la envidia en nuestros corazones.

Para poder cumplir este mandamiento debemos ser felices con las cosas que tenemos y no tener envidia si alguien tiene más que nosotros. Disfrutar y agradecer lo que tenemos.

Para saber si estamos cumpliendo con este mandamiento, nos podemos preguntar:
• ¿Soy feliz con las cosas que tengo?
• ¿Agradezco y cuido las cosas que tengo como un regalo de Dios?
• ¿Me pongo feliz por mis amigos cuando consiguen algo que yo no tengo?
• ¿Me pongo feliz cuando a los demás les pasan cosas buenas?

¡Al cumplir los mandamientos vamos a estar cerca de Dios y vamos a vivir más felices! Los Diez mandamientos son el mejor camino para llegar al Cielo.

Recuerda que para ser feliz nos conviene cumplir con los Diez Mandamientos que Dios le entregó a Moisés. No olvides que seguir las huellas de Cristo es imitarlo en su perfecto cumplimiento de las leyes de su Padre. Los católicos, además, seguimos el mandato de Cristo: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo y, predicar el Evangelio a todas las personas.
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