viernes, 20 de marzo de 2020

SI TE SIENTES CANSADO, SIN FUERZAS Y DERROTADO... ESTE MENSAJE ES PARA TI


Si te sientes cansado, sin fuerzas y derrotado... 
este mensaje es para ti
Cuando sentimos que nuestras luces, nuestras fuerzas y nuestras alegrías se extinguen, definitivamente palpamos la derrota


Por: n/a | Fuente: PildorasdeFe.net




El cansancio es una experiencia profundamente humana, es como el recordatorio de que nuestras fuerzas no son infinitas, nuestra capacidad de motivación, nuestra capacidad de trabajo, capacidad de perdón, de resiliencia, son limitadas. Somos seres finitos

Reconocer nuestros límites, la finitud, puede llevarnos a la amargura, cuando sentimos que no damos más, cuando sentimos que nuestras luces, nuestras fuerzas y nuestras alegrías se extinguen, definitivamente palpamos la derrota.

Pero el cansancio también puede ser leído de una manera distinta

La biblia nos cuenta la experiencia de uno que suelta esta frase:

"En vano y en nada he gastado mis fuerzas" (Isaías 49,4)

Esa persona había llegado al límite. También tenemos el caso del profeta Elías que llega también a su límite y dice:

"Señor no soy mejor que mis padres, termina aquí mis días". 
(1 Reyes 19,4)

El libro de Tobías nos cuenta también la historia de otro que experimentó el cansancio con todas sus fuerzas, una persona que efectivamente no encontraba la salida y también ese deseó la muerte.

Pero ni Tobías, ni Elías, ni el siervo de Yahveh en el cántico de Isaías, ninguno de ellos, tomó una decisión, le declararon a Dios que estaban cansados, fueron sinceros, reconocieron el límite al que habían llegado, pero dejaron a Dios ser Dios, pusieron su confianza en Él.

Si nosotros somos finitos, Él, es infinito y ellos, los que obraron así, no quedaron defraudados.


Tú tampoco quedarás defraudado. Confía en su poder y en su amor paternal que no falla ni nunca abandona, aun en las pruebas y dificultades por las que atravieses.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY VIERNES 20 DE MARZO DE 2020


Lecturas de hoy Viernes de la 3ª semana de Cuaresma
Hoy, viernes, 20 de marzo de 2020



Primera lectura
Lectura de la profecía de Oseas (14,2-10):

ESTO dice el Señor:
«Vuelve, Israel, al Señor tu Dios,
porque tropezaste por tu falta.
Tomad vuestras promesas con vosotros,
y volved al Señor.
Decidle: “Tú quitas toda falta,
acepta el pacto.
Pagaremos con nuestra confesión:
Asiria no nos salvará,
no volveremos a montar a caballo,
y no llamaremos ya ‘nuestro Dios’
a la obra de nuestras manos.
En ti el huérfano encuentra compasión”.
“Curaré su deslealtad,
los amaré generosamente,
porque mi ira se apartó de ellos.
Seré para Israel como el rocío,
florecerá como el lirio,
echará sus raíces como los cedros del Líbano.
Brotarán sus retoños
y será su esplendor como el olivo,
y su perfume como el del Líbano.
Regresarán los que habitaban a su sombra,
revivirán como el trigo,
florecerán como la viña,
será su renombre como el del vino del Líbano.
Efraín, ¿qué tengo que ver con los ídolos?
Yo soy quien le responde y lo vigila.
Yo soy como un abeto siempre verde,
de mí procede tu fruto”.
¿Quién será sabio, para comprender estas cosas,
inteligente, para conocerlas?
Porque los caminos del Señor son rectos:
los justos los transitan,
pero los traidores tropiezan en ellos».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 80,6c-8a.8bc-9.10-11ab.14.17

R/. Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz

V/. Oigo un lenguaje desconocido:
«Retiré sus hombros de la carga,
y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te libré. R/.

V/. Te respondí oculto entre los truenos,
te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases, Israel! R/.

V/. No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor, Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto. R/.

V/. ¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!
Los alimentaría con flor de harina,
los saciaría con miel silvestre». R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (12,28b-34):

EN aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
«¿Qué mandamiento es el primero de todos?».
Respondió Jesús:
«El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos».
El escriba replicó:
«Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
«No estás lejos del reino de Dios».
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy viernes, 20 de marzo de 2020
Severiano Blanco, cmf


Queridos hermanos:

Siempre tuvo sus ventajas arrimarse al sol que más calienta, que en política antigua (y en cierto modo también moderna) era hacerse aliado, o incluso vasallo, de un reino fuerte. El imperio de la época de Oseas era Asiria. Atraían sus costumbres (montar a caballo, mientras que en Israel se hacía en asno), en las cuales llegaba incluida su idolatría. Por eso el profeta brama contra tal alianza política, pues se trata de pequeñas ventajas económicas o de seguridad, pero a costa de la fe en Yahvé, el único verdadero Dios.

Quizá gracias a la predicación de Oseas, el pueblo recapacitó y abandonó esa paganización. Al parecer surgió entonces el salmo 16, con su confesión ante Yahvé de “tú eres mi bien”, mientras que “los dioses de la tierra no me satisfacen”, por lo cual “no tomaré sus nombres en mis labios”, es decir, no los alabaré ni juraré por ellos. Y una vez realizado el cambio, ¡la conversión!, el orante exclama gozosamente: “me encanta mi heredad”.

El evangelio nos recuerda que la cuaresma es invitación a “situarnos en lo esencial”, sin andar por las ramas. Jesús y el escriba están de acuerdo en la centralidad del amor a Dios, y ambos, citando el AT, orientan hacia un amor no mediocre o tibio, sino omniabarcante: que toca el corazón, el alma, la mente, las fuerzas (algunos creen que la traducción correcta sería “las riquezas” o posesiones); todo queda afectado, bajo el radio de acción de ese amor, y quien ama a Dios no tiene ninguna zona “dispensada” o reservada para otra cosa.

Lo llamativo de ambas respuestas es que van más allá de la pregunta; esta se refería al primer mandamiento, y los dos interlocutores se extienden al segundo. Nos enseñan que un amor a Dios que no lleve aparejado el amor al prójimo es mera ilusión, o religión de evasión. El prójimo es “aquello por lo que Dios se interesa”; malamente se puede amar a Dios sin amar “los intereses de Dios”; lo dirá bien 1Jn 4,20: “si no amas al prójimo, a quien ves…”.

El cristianismo no se inventó para gente fría o insensible. Ya la promesa de Dios en Ezequiel hablaba de arrancar los corazones de piedra e implantar los de carne (Ez 36,26). Tradicionalmente se ha utilizado mucho la expresión “fervor”, se ha hablado de personas “fervorosas”; en buen castellano sería “hervor”, personas “hirvientes”; no es sino imitar a Jesús, que se compadeció, se indignó, lloró… no era de piedra, sino que “amó hasta el extremo” (Jn 13,1). Por eso, el cristianismo tampoco se inventó para gente descomprometida, autoengañada en su evasión: mira a tu prójimo.

Vuestro hermano

Severiano Blanco cmf

¿QUIERES UNIRTE A MILES DE PERSONA PARA REZAR EL ROSARIO?


¿Quieres unirte a miles de personas para rezar el rosario? Aquí tienes cómo
Redacción ACI Prensa





El canal de youtube "El Rosario de las 11pm" retransmite todos los días el rezo de esta oración mariana para hacer más fácil rezarla y unirse a miles de personas para pedir por sus intenciones.

¿Quieres rezar el rosario pero a la hora de la verdad te vence la pereza? ¿Rezas el rosario pero te gustaría rezarlo con más gente? ¿Tienes intenciones por las que te gustaría que todo el mundo rezara?

Esto es precisamente lo que ofrece el canal de Youtube El Rosario de las 11 pm, en el que todos los días a las 11 de la noche, hora española, se reúnen en directo para rezar el rosario juntos y pedir por las intenciones de los demás.

Una iniciativa a la que diariamente se unen entre 3 mil y 5 mil personas para rezar esta oración mariana y pedir fuerza y ayuda por sus intenciones.

En este canal de Youtube también se retransmite la Misa y algunos momentos de adoración eucarística desde la parroquia de San Rafael Arnáiz de Madrid (España) 

PAPA FRANCISCO EXPLICA CÓMO RECONCILIARSE CON DIOS DURANTE EL CONFINAMIENTO POR EL CORONAVIRUS


El Papa explica cómo reconciliarse con Dios durante el confinamiento por el coronavirus
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media




El Papa Francisco explicó, durante la Misa celebrada en Casa Santa Marta este viernes 20 de marzo, cómo confesarse durante el confinamiento decretado en muchos países del mundo por la pandemia de coronavirus COVID 19.

El Pontífice planteó el problema con que muchos fieles se encuentran estos días: Si todo el mundo debe estar encerrado en casa, ¿cómo encontrar un sacerdote para confesarse?

“Yo sé que muchos de vosotros por Pascua acudís a hacer la confesión para reencontraros con Dios, pero muchos me dirán: ‘Padre, ¿dónde puedo encontrar un sacerdote, un confesor?, porque no se puede salir de casa y yo quiero hacer las paces con el Señor. Yo quiero que Él me abrace, que mi Papá me abrace. ¿Cómo puedo hacer si no encuentro sacerdote?’”.

El Papa señaló que la respuesta se encuentra en el Catecismo. “Es muy claro”, aseguró. “Si no encuentras un sacerdote para confesarte, habla con Dios, Él es tu Padre. Dile la verdad: ‘Señor, he hecho esto, esto, esto. Perdón’. Y pídele perdón, con todo el corazón, con el acto de dolor”.

No obstante, esa confesión espiritual, para que sea efectiva, debe tener una promesa, explicó el Pontífice: confesarse con un sacerdote en cuanto sea posible.

Es decir, primero pedirle perdón a Dios, y a continuación prometerle: “Luego me confesaré, pero perdóname ahora”.

El Papa Francisco aseguró que así “al momento volverás a la gracia de Dios. Tú mismo puedes acercarte, como nos enseña el catecismo, al perdón de Dios sin tener cerca un sacerdote”.

“Pensad. Es el momento. Este es el momento justo, el momento oportuno. Un acto de dolor bien hecho, y así nuestra alma se volverá blanca como la nieve”, insistió.

Volver junto al Padre

El Papa Francisco, en su homilía comentó la Primera Lectura del día, del Profeta Oseas. Explicó que cada vez que escucha la frase “Vuelve, Israel, a Yahveh tu Dios” “me viene una canción de hace 70 años que cantaba Carlo Buti y que en las familias italianas en Buenos Aires se escuchaba con mucho gusto: ‘Torna dal tuo papà, la ninna nanna ancora ti canterà’ (‘Regresa donde tu papá, que te volverá a cantar la nana’)”.

“Es tu papá el que te dice de regresar. Dios es tu papá. No es un juez, es tu papá. Regresa a casa, escucha, ven”, subrayó el Papa Francisco.

También “ese recuerdo de pequeño me lleva inmediatamente al padre del capítulo 15 de Lucas. Aquel padre que dice que ve venir al hijo de lejos. Aquel hijo que se había ido con todo el dinero y lo había malgastado. Pero si lo ve a lo lejos es porque lo esperaba. Salía a la terraza muchas veces al día durante, meses, meses, años, quizás, esperando al hijo. Y lo vio a lo lejos. Vuelve donde tu papá, vuelve donde tu padre. Él te espera. Es la ternura de Dios que te habla, especialmente en la cuaresma. Es tiempo de entrar en nosotros mismos, y recordar al padre y regresar donde el papá”.

La primera reacción puede ser decir: “‘No, padre, que yo tengo vergüenza de volver porque, usted sabe, padre, he hecho tanto…’. ¿Qué dice el Señor?: ‘Vuelve. Yo sanaré su infidelidad, los amaré graciosamente; pues mi cólera se ha apartado de él, seré como rocío para Israel: él florecerá como el lirio, y hundirá sus raíces como el Líbano”.

El Papa invitó a volver junto a Dios sin miedo: “Vuelve donde tu padre. Es el Dios de la ternura que te curará. Te curará de tantas, tantas heridas de la vida y de tantas cosas malas que hemos hecho. Cada uno tiene las suyas. Regresar a Dios es regresar al abrazo del Padre. Y pensad en esa otra promesa que hace Isaías, creo: ‘Si tus pecados son feos como la escarlata, yo te haré blanco como la nieve’”.

Dios “es capaz de transformarnos, es capaz de cambiar el corazón, pero es necesario dar el primer paso. Volver. No es ir donde Dios, es volver a casa”.

“La Cuaresma siempre apunta hacia la conversión del corazón, que en la costumbre cristiana toma cuerpo en el sacramento de la confesión. Es el momento para, no sé si ajustar cuentas, no me gusta eso, es el momento de dejar que Dios te limpie, que Dios te purifique, que Dios te abrace”.

Por último, el Papa señaló que “sería bello que hoy, en nuestros oídos, resonara este ‘regresa, regresa donde tu papá, regresa donde tu padre. Te espera y hará una fiesta’”.

A continuación, la lectura comentada por el Papa Francisco:

Oseas 14:2-10

2 Vuelve, Israel, a Yahveh tu Dios, pues has tropezado por tus culpas.

3 Tomad con vosotros palabras, y volved a Yahveh. Decidle: «Quita toda culpa; toma lo que es bueno; y en vez de novillos te ofreceremos nuestros labios.

4 Asiria no nos salvará, no montaremos ya a caballo, y no diremos más "Dios nuestro" a la obra de nuestros manos, oh tú, en quien halla compasión el huérfano.»

5 - Yo sanaré su infidelidad, los amaré graciosamente; pues mi cólera se ha apartado de él,

6 seré como rocío para Israel: él florecerá como el lirio, y hundirá sus raíces como el Líbano.

7 Sus ramas se desplegarán, como el del olivo será su esplendor, y su fragancia como la del Líbano.

8 Volverán a sentarse a mi sombra; harán crecer el trigo, florecerán como la vid, su renombre será como el del vino del Líbano.

9 Efraím... ¿qué tiene aún con los ídolos? Yo le atiendo y le miro. Yo soy como un ciprés siempre verde, y gracias a mí se te halla fruto.

10 ¿Quién es sabio para entender estas cosas, inteligente para conocerlas?: Que rectos son los caminos de Yahveh, por ellos caminan los justos, mas los rebeldes en ellos tropiezan.

LA IGLESIA CONCEDE LA INDULGENCIA PLENARIA A ENFERMOS DE CORONAVIRUS, MÉDICOS Y FAMILIARES


La Iglesia concede la indulgencia plenaria a enfermos de coronavirus, médicos y familiares
Redacción ACI Prensa





La Iglesia concede una indulgencia plenaria especial a los enfermos por el coronavirus COVID 19, así como a los profesionales de la salud, familiares y todos aquellos que se involucren en la lucha contra la epidemia, también por medio de la oración.

Así lo estableció la Penitenciaría Apostólica por medio de un decreto del 19 de marzo firmado por el Penitenciario Mayor, Cardenal Mauro Piacenza, y autorizado por el Papa Francisco.

En concreto, en el decreto se establece que “se concede la Indulgencia plenaria a los fieles enfermos de Coronavirus, sujetos a cuarentena por orden de la autoridad sanitaria en los hospitales o en sus propias casas”.

Para que se conceda la indulgencia, los beneficiarios deben unirse espiritualmente, “con espíritu desprendido” “a través de los medios de comunicación a la celebración de la Santa Misa, al rezo del Santo Rosario, a la práctica piadosa del Vía Crucis u otras formas de devoción, o si al menos rezan el Credo, el Padrenuestro y una piadosa invocación a la Santísima Virgen María”.

Además, deben ofrecer “esta prueba con espíritu de fe en Dios y de caridad hacia los hermanos, con la voluntad de cumplir las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Santo Padre), apenas les sea posible”.

También se concede la indulgencia especial a “los agentes sanitarios, los familiares y todos aquellos que, siguiendo el ejemplo del Buen Samaritano, exponiéndose al riesgo de contagio, cuidan de los enfermos de Coronavirus”.

Asimismo, “esta Penitenciaría Apostólica, además, concede de buen grado, en las mismas condiciones, la indulgencia plenaria con ocasión de la actual epidemia mundial, también a aquellos fieles que ofrezcan la visita al Santísimo Sacramento, o la Adoración Eucarística, o la lectura de la Sagrada Escritura durante al menos media hora, o el rezo del Santo Rosario, o el ejercicio piadoso del Vía Crucis, o el rezo de la corona de la Divina Misericordia, para implorar a Dios Todopoderoso el fin de la epidemia, el alivio de los afligidos y la salvación eterna de los que el Señor ha llamado a sí”.

Por último, recomienda que “para obtener esta indulgencia se recomienda el uso del crucifijo o de la cruz”.

Lea aquí el decreto completo de la Penitenciaría Apostólica.

SANTORAL DE HOY VIERNES 20 DE MARZO DE 2020

Arquipo de Colosas, SantoArquipo de Colosas, Santo
Santo del N.T., 20 de marzo
Daniel, SantoDaniel, Santo
Profeta del A.T., 20 de marzo
Cutberto de Lindisfarne, SantoCutberto de Lindisfarne, Santo
Obispo, 20 de marzo
Hipólito (Ippolito) Galantini, BeatoHipólito (Ippolito) Galantini, Beato
Laico fundador, 20 de marzo
Bautista Spagnoli, BeatoBautista Spagnoli, Beato
Presbítero Carmelita, 20 de marzo
Ambrosio Sansedoni, BeatoAmbrosio Sansedoni, Beato
Presbítero Dominico, 20 de marzo
José Bilczewski, SantoJosé Bilczewski, Santo
Arzobispo, 20 de marzo
Juan Nepomuceno, SantoJuan Nepomuceno, Santo
Presbítero y Mártir, 20 de marzo
Martín Dumiense,  SantoMartín Dumiense, Santo
Obispo, 20 de marzo

¡QUÉDATE EN CASA!







jueves, 19 de marzo de 2020

YO ME QUEDO EN CASA - LA ORACIÓN DE LA CUARENTENA


Yo me quedo en casa
(La oración de la cuarentena)




¡Yo me quedo en casa, Señor!
Y caigo en la cuenta de que, también esto, me lo enseñaste Tú viviendo, obediente al Padre, durante treinta años en la casa de Nazaret esperando la gran misión.

¡Yo me quedo en casa, Señor!
Y en la carpintería de José, tu custodio y el mío, aprendo a trabajar, a obedecer, para lijar las asperezas de mi vida y preparar una obra de arte para Ti.

¡Yo me quedo en casa, Señor!
Y sé que no estoy solo porque María, como cada madre, está ahí detrás haciendo las tareas de casa y preparando la comida para nosotros, todos familia de Dios.

¡Yo me quedo en casa, Señor!
Y responsablemente lo hago por mi bien, por la salud de mi ciudad, de mis seres queridos, y por el bien de mi hermano, el que Tú has puesto a mi lado pidiéndome que vele por él en el jardín de la vida.

¡Yo me quedo en casa, Señor!
Y, en el silencio de Nazaret, trato de orar, de leer, de estudiar, de meditar, y ser útil con pequeños trabajos para hacer más bella y acogedora nuestra casa.

¡Yo me quedo en casa, Señor!
Y por la mañana Te doy gracias por el nuevo día que me concedes, tratando de no estropearlo, de acogerlo con asombro como un regalo y una sorpresa de Pascua.

¡Yo me quedo en casa, Señor!
Y a mediodía recibiré de nuevo el saludo del Ángel, me haré siervo por amor, en comunión Contigo que te hiciste carne para habitar en medio de nosotros; y, cansado por el viaje, Te encontraré sediento junto al pozo de Jacob, y ávido de amor sobre la Cruz.

¡Yo me quedo en casa, Señor!
Y si al atardecer me atenaza un poco de melancolía, te invocaré como los discípulos de Emaús: Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída.

¡Yo me quedo en casa, Señor!
Y en la noche, en comunión orante con tantos enfermos y personas solas, esperaré la aurora para volver a cantar tu misericordia y decir a todos que, en las tempestades, Tú eres mi refugio.

¡Yo me quedo en casa, Señor!
Y no me siento solo ni abandonado, porque Tú me dijiste: Yo estoy con vosotros todos los días.

Sí, y sobre todo en estos días de desamparo, Señor, en los que, si mi presencia no es necesaria, alcanzaré a todos con las únicas alas de la plegaria.
Amén.



Traducido al español de la oración original en italiano realizada por monseñor Giuseppe Giudice, obispo de Nocera Inferiore (Italia) – Fuente: Aleteia

SAN JOSE, UN HOMBRE FIEL


San José, un hombre fiel
En este mundo, esclavo del pragmatismo la fidelidad de san José nos enseña que es más importante la fidelidad que la eficacia.


Por: José María Montiu de Nuix | Fuente: Catholic.net





El mes de marzo nos invita a contemplar a san José, un santo maravilloso. Un santo que toca los corazones, un santo que conmueve, que fascina, que seduce. Casi diría, si así se pudiese decir, un santo no apto para cardiacos.

San José es un santo impresionante, desconcertante, grandemente luminoso. Su vida nos empuja a pensar, a plantearnos nuevas preguntas, a mirar muchas cosas con sentido crítico, a arrumbar prejuicios, a descubrir nuevos horizontes, a desear escalar nuevas y más altas cumbres. Así su vida nos es tanto manantial cristalino, dulce, manso y suave, como cañonazo atronador que nos despierta del somnoliento andar por la vida.

El mundo está abocado a buscar éxitos. Vive de resultados visibles y tangibles. Vive de la eficacia. Siendo éste comparable al agricultor que tiene toda su ilusión en que aumente mucho el número de manzanas de oro que cuelgan de las ramas de sus frutales. Unos, de poco vuelo, aspiran a resultados materiales. Otros, de vuelo de mayor altura, no careciendo de buenos y nobles deseos, aspiran a resultados apostólicos y a resultados espirituales. Pero incluso éstos llevan el corazón embargado en querer los resultados visibles que apetecen, que no necesariamente coinciden con los grandísimos y misteriosos resultados que Dios quiere.

San José no corre tras los resultados y grandezas tras las que corre el mundo universo. Está ubicado como en otra dimensión, a millones de años luz, en otra galaxia. ¡Grande fue san Pablo! Pero, san José, sin haber hecho tan grandes discursos apostólicos, ocupa un lugar importantísimo en la historia de la salvación. ¡Grande fue santo Tomás! Pero, san José, que no escribió ninguna Suma Teológica, escaló las profundidades del corazón de Dios. ¡Grande fue Miguel Ángel! Pero, san José, sin haber labrado tan bella y famosa escultura del adorable redentor, la esculpió en su corazón, y lo hizo aún con un arte mayor, con más cariño y con más afecto.

A san José no le interesaron tanto los resultados, las apariencias, como las actitudes. Lo que le interesa es la verdadera grandeza, la cual consiste en hacer la voluntad de Aquel que no se deja ganar por nadie en generosidad, Dios. Aun cuando ésta consista en realizar lo que juzgamos más pequeño y más miserable. Lo que sencillamente palpita en el corazón de san José es el amor a su esposa y al divino hijo de la Virgen Santísima. A las puertas del corazón de san José palpita especialmente sacar adelante a la familia, rebosar de amor familiar sencillo. San José ha sido más feliz con el Niño Jesús en sus brazos, todo su contento, que con el más y más de un consumismo material o espiritual, insaciable y absurdo, que lleva a correr tras las cosas hasta vaciarnos y apagar paulatinamente la llama del amor fraterno. San José, a las grandezas del mundo, a la preciosa grande rueda de oro, antepone la sencillez amorosa y familiar, la rueda pequeña, la que está en su sitio, la que no está dislocada. En este sentido, san José es un santo “revolucionario”. O, usando una palabra, más correcta y pulida, san José es un santo que está por encima de las modas de la altura de los tiempos.

Pero, san José no sólo es el santo de la vida sencilla y familiar, sino que, de tejas abajo, parece que todo le sale mal. ¡Con qué problemas tiene que batallar!: le ocurren cosas desconcertantes, el Niño Jesús nace en un lugar pobre, persiguen a éste, queriendo matarlo, san José tiene que huir a un exilio en el cual están los ídolos de los egipcios, y tantas otras tribulaciones. Es decir, le ocurre todo lo contrario a lo que la gente entiende por auto-realizarse según los propios criterios. Pero, san José, estilizada espiga dorada, que subía bella y fervorosamente hacia el cielo, ha sido el que se ha dejado cortar, moler y convertir, finalmente, en algo así como un abrazo a la Sagrada Eucaristía.

Pero lo maravilloso del caso es que san José, el santo de la vida sencilla y familiar, el santo sobre el cual han llovido tantas desgracias, es el santo que habrá hecho más bien después del divino maestro y de la Santísima Virgen María. San José, en su vida en la tierra, vida familiar, ha superado a los grandes Premios Nobeles, a Aristóteles, a los físicos atómicos, ni san Pablo ha llegado a la altura de sus zapatillas. De tejas abajo diríamos que la hormiga ha vencido al león, lo pequeño ha sido más grande que lo grande. En san José, David ha vencido a Goliat.

El secreto del triunfo de san José ha sido ser un gran santo, un hombre providencial, un verdadero y dócil instrumento de Dios, un hombre que ha sabido amar, que ha llevado vivamente impreso en su corazón al Niño Dios, a la Santísima Virgen María y a la humanidad entera. El secreto de san José está en que no ha seguido aquello que le venía a la cabeza, lo que parecía más apetecible, sino que se ha sometido al proyecto misterioso, al plan de Dios sobre él. El hermoso y espiritual mural de san José no ha sido pintado por él sino por la mano del artífice infinitamente sabio. En san José el diminuto hombre ha dejado paso al Altísimo, la obra humana ha dejado paso a la obra de Dios. Por todo esto san José reluce más que el mayor de los brillantes.

Habrá pues que volver a la bendita sencillez de san José, mucho más benéfica que la vida sujeta a la esclavitud de los resultados. San José, el hombre de familia, el hombre fiel en medio de las desgracias, el hombre piadoso, el hombre de la santidad y del ardor apostólico, que se abandona en los misteriosos brazos de Dios, es una potente ayuda para lograr un equilibrio: enseña a ser santos y apóstoles a la vez, a tener verdadero ardor apostólico y verdadero apostólico ardor.

Gracias a Dios, en el mundo ha habido muchas personas, sencillos padres y sencillas madres,…, que no ocupando las líneas del libro de la historia, se han parecido a san José y han sido mucho más grandes que muchos de los grandes personajes del teatro del mundo que es el escenario grandioso y grandilocuente de la historia. Ellos han sido una verdadera bendición para la humanidad. ¡Cuánto les debe ésta!

José María Montiu de Nuix, sacerdote, doctor en filosofía, matemático

¿POR QUÉ EL PAPA FRANCISCO ELIGIÓ EL DÍA DE SAN JOSÉ PARA INICIAR SU PONTIFICADO?


¿Por qué el Papa Francisco eligió el día de San José para iniciar su pontificado?
Redacción ACI Prensa
Danieñ Ibañez (ACI Prensa)




Un día como hoy hace siete años el Papa Francisco inició su pontificado en la Solemnidad de San José. En esta nota te explicamos por qué el Pontífice eligió esta fecha, su estrecha relación con el Santo Custodio, algjunas de sus reflexiones y cómo en este tiempo ha contribuido para extender su devoción.

El martes 19 de marzo de 2013 la Plaza San Pedro en Roma aclamaba al Papa al inicio de su pontificado. En aquella ocasión dijo: “doy gracias al Señor por poder celebrar esta Santa Misa de comienzo del ministerio petrino en la Solemnidad de San José, esposo de la Virgen María y patrono de la Iglesia universal: es una coincidencia muy rica de significado”.

“También el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz; debe poner sus ojos en el servicio humilde, concreto, rico de fe, de San José y, como él, abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad”, destacó.

Meses después, el Papa Francisco, a través de un decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, decidió realizar una pequeña modificación en las oraciones de la Misa para alentar la devoción a San José.


Concretamente, con esta modificación, el Santo Custodio es mencionado en las Plegarias Eucarísticas II, III y IV de la tercera edición típica del Misal Romano, colocándose después del nombre de la Virgen María.

Posteriormente, en una ceremonia en la que estuvo acompañado de Benedicto XVI, el Papa Francisco consagró el Estado de la Ciudad del Vaticano a San José y a San Miguel Arcángel.

El miércoles 19 de marzo de 2014 se volvió a referir a San José diciendo que “es el modelo del educador y del papá, del padre. Así que encomiendo a su protección a todos los padres, los sacerdotes -que son padres, ¡eh!- y los que tienen un papel educativo en la Iglesia y en la sociedad”.

Durante su viaje a Filipinas a inicios de 2015, el Pontífice hizo una reflexión sobre las tres lecciones que da San José a las familias del mundo entero: son el descansar en el Señor en la oración, crecer con Jesús y Santa María y ser una voz profética en la sociedad.

Allí develó uno de sus secretos mejor guardados.

“Yo quiero mucho a San José porque es un hombre fuerte de silencio. En mi escritorio tengo una imagen de San José durmiendo y durmiendo cuida a la Iglesia. Sí, lo puede hacer, lo sabemos”, indicó el Santo Padre.

“Cuando tengo un problema, una dificultad escribo un papelito y lo pongo debajo de San José para que lo sueñe. Esto significa para que rece por este problema”, añadió.

En el vuelo de regreso de Estrasburgo (Francia) al Vaticano, tras su visita al Parlamento europeo y al Consejo de Europa, el Pontífice dijo: “cada vez que le he pedido algo a San José, me lo ha concedido”.

En el 2016 la Conferencia Episcopal Argentina emitió un comunicado en el que recordaron “con alegría la emoción de aquella tarde” en la que el Papa Francisco fue electo como sumo Pontífice. Los obispos destacaron las palabras del Santo Padre que “nos iluminan y exigen ser ‘Iglesia en salida’”.

Los prelados agradecieron Dios por el don del Papa Francisco y alentaron a las comunidades a rezar por él “para que prosiga su servicio a la comunión de la Iglesia y como artífice de Paz y Justicia entre los pueblos”.

En diciembre de 2018, en la homilía de la Misa que presidió en la Casa Santa Marta, el Papa dijo sobre el Santo Custodio que “de este hombre que se hizo cargo de la paternidad y del misterio se dice que era la sombra del Padre: la sombra de Dios Padre. Y si Jesús hombre aprendió a decir ‘papá’, ‘padre’, a su Padre que conocía como Dios, fue gracias a que lo aprendió de la vida, del testimonio de José: el hombre que custodia, el hombre que hace crecer, el hombre que lleva adelante la paternidad y el misterio, que no toma nada para sí mismo”,

SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ, ESPOSO DE LA VIRGEN MARÍA, 19 DE MARZO


San José. Esposo de la Virgen María. 
Patrono de la Iglesia Universal
19 de marzo



San José es Modelo de Padre y Esposo, Patrono de la Iglesia universal, Padres, Carpinteros, Trabajadores, Abogados y del Buen morir.

San José fue un hombre justo y fiel, tal como nos lo narra el Evangelio de Mateo (1,19). Dios lo escogió para ser el cuidador y protector la sagrada familia: su esposa María y a Jesús, el Hijo del Dios vivo. Su linaje conecta a Jesús, el Rey Mesiánico, con los descendientes del Rey David. San José es también llamado el Santo del silencio.

Martirologio romano: Solemnidad de San José, esposo de la Bienaventurada Virgen María: hombre justo, que era descendiente de David, sirvió como padre al Hijo de Dios, Jesucristo, que quiso llamarse hijo de José y que estuvo sumiso como un hijo a su padre. La Iglesia lo venera con especial devoción como patrono, puesto por el Señor en la custodia de su familia.



Biografía de San José.
La celebración de San José tiene raíces bíblicas muy profundas. José es el último de los patriarcas que recibe visiones del Señor a través de una de las formas más humildes: a través de los sueños.

San José, esposo de María y padre putativo de Jesús, tuvo la misión de guiar a la Sagrada Familia en su huida a Egipto a través del desierto y también de regreso. Pío IX lo declaró patrono de la Iglesia universal y Juan XXIII más tarde, incluyó su nombre en el Canon Romano.

El nombre de José es de origen hebreo y significa "Dios me ayuda", y eso si que se demostró ampliamente en la historia de Salvación. Sin duda, fue el fiel ejemplo de lo que debe ser un padre putativo



San José: Custodio de la Sagrada Familia.
San José fue el esposo de María, el jefe de la sagrada familia en la que nació Jesús, el Hijo del altísimo, por obra y gracia del Espíritu Santo, y que dirigió la vida de ellos a través de las revelaciones que los ángeles del Señor le daban en sus sueños. San José llegó a convertirse en una especie de paternidad divina.

Ciertamente los Evangelios no nos cuentan mucho acerca de la vida de San José, pero no por eso quiere decir que estuvo ausente en la vida de Jesús y de María.

Cuenta la tradición que San José estaba siempre al lado de Jesús y de María con mucha fe, en la que siempre actuó con obediencia, aceptando la voluntad de los planes de Dios.

San José preparó la cuna en aquel pobre establo en la que nació Jesús, puso a salvo a su familia en Egipto cuando fue necesario, se preocupó y salió en busca de Jesús cuando desapareció y lo hallaron en el templo a sus doce años, estaba junto a él en su trabajo como carpintero, y junto con María le ayudó a crecer en sabiduría, edad y gracia.

Probablemente, justo antes de que el Hijo del hombre comenzara su vida pública, San José muere en paz un 19 de marzo según la tradición.

Se dice que San José murió santamente en los brazos de Jesús. No es casualidad de que, durante siglos, se le venera a San José como el santo patrono de la buena muerte.


San José: un padre trabajador.
San José era descendiente de la casa de David y de sangre real, de un rostro y de vida noble. La vida lo llevó a hacer de artesano del país, terminando por trabajar específicamente de carpintero.

Herramientas de trabajo para agricultores y pastores, muebles humildes y objetos hogareños como tazas, copas para los hogares pobres en la Galilea, seguramente fueron algunas de las cosas que habrán salido de su taller, frutos de la capacidad de unas manos ásperas y trabajadoras y de un gran corazón que ardía en preocupación por garantizar el sustento de su familia.

En el siglo IV, San Agustín, San Ambrosio y San Jerónimo hablan ya mucho de su virginidad, de su paternidad espiritual sobre Cristo y de su verdadero matrimonio con María, presentando a San José como modelo de virtudes cristianas.


Dice San Agustín:

"María pertenece a José y José a María, de modo que su matrimonio fue verdadero matrimonio, porque se han entregado el uno al otro.

Pero ¿en qué sentido se han entregado? Ellos se han entregado mutuamente su virginidad y el derecho de conservársela el uno al otro.

María tenía el derecho de conservar la virginidad de José y José tenía el derecho de custodiar la virginidad de María.

Ninguno de los dos puede disponer y toda la fidelidad de este matrimonio consiste en conservar la virginidad".

La Boda de San José con la Virgen María.
Una antigua tradición muy hermosa cuenta que hubo un concurso entre los aspirantes a la mano de la joven María.

Esa carrera fue ganada por San José. Todos los aspirantes colocaron un cayado en un círculo, y repentinamente, el cayado que había colocado San José, comenzó a florecer milagrosamente.

Por eso, en la iconografía popular, San José es representado muchas veces con un cayado floreado.

San José no sólo es el patrono de los padres de familia como modelo sublime de la supervisión y de la providencia sino que también es el Patrón de la Iglesia universal, con solemnidad el 19 de marzo.

También, a San José se le festeja en la litúrgica el 1ro de mayo como el patrón de los artesanos y los trabajadores. Por tradición, es el protector no solo de los carpinteros y ebanistas, sino también de los sin techo.


Oración a San José.
Glorioso Patriarca San José, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, ven en mi auxilio en estos momentos de angustia y dificultad.

Toma bajo tu protección las situaciones tan serias y difíciles que te encomiendo, a fin de que tengan una feliz solución.

Mi bien amado Padre, toda mi confianza está puesta en Ti.

Que no se diga que te he invocado en vano y puesto que Tú puedes todo ante Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder.

Amén.
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