János Brenner, Beato
Sacerdote y Mártir, 15 de diciembre
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Marija Jula Ivanisevic y compañeras, Beatas
Vírgenes y Mártires, 15 de diciembre
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Virginia Centurione Bracelli, Santa
Viuda, 15 Diciembre
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Maximino Abad, Santo
Sacerdote, 15 de diciembre
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Carlos Steeb, Beato
Sacerdote y Fundador, 15 de diciembre
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María de la Rosa, Santa
Virgen y Fundadora, 15 de diciembre
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Urbicio (o Urbez), Santo
Monje, 15 de diciembre
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sábado, 15 de diciembre de 2018
SANTORAL DE HOY SÁBADO 15 DE DICIEMBRE DEL 2018
viernes, 14 de diciembre de 2018
4 CLAVES PARA QUE NO TE ROBEN EL ADVIENTO
4 claves para que “no te roben” el Adviento
Redacción ACI Prensa
En un artículo publicado por el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME), un sacerdote propone cuatro recomendaciones para que el verdadero sentido del Adviento no se pierda en medio del “estrés” que pueden ocasionar las fiestas y el materialismo.
El P. Robert Havens, director de desarrollo institucional de Cáritas de la Arquidiócesis de México, subrayó en su artículo titulado “Que no te roben el adviento”, que la Navidad “es una realidad tan importante” que “necesitamos tiempo para darnos cuenta de lo que viene, a fin de celebrarlo correctamente”.
“Un Adviento bien vivido asegura una Navidad hermosa y alegre. ¡Que no te pierdas tu Adviento!”, alentó.
Las cuatro recomendaciones del P. Havens para vivir mejor el Adviento son:
1. Saber que la Navidad inicia en la Nochebuena
El presbítero señala que la “Navidad se celebra a partir de la Nochebuena, cuando celebramos la llegada de Cristo”, y que si bien “no hay nada malo en las pre-fiestas que son parte de nuestra cultura, no hay que confundirlas con la verdadera Navidad”.
También alentó a no anticipar la celebración de la Navidad, porque “siempre nos dejará vacíos, sin verdadera alegría”.
2. Meditación diaria
Una segunda recomendación es “apartar un momento de silencio cada día” de Adviento.
“No tiene que ser mucho: pueden ser tres minutitos, por ejemplo. Pero tres minutitos enteros en que me retiro, hago silencio y me acuerdo que Cristo viene en Navidad. Si logras hacer esto diariamente, tu experiencia de la Navidad este año será muy diferente, y muy especial”, aseguró el P. Havens.
3. Prepararse como en Cuaresma
Una tercera ayuda para vivir bien el Adviento, dijo el sacerdote, “es hacer de éste un tiempo de preparación personal, como hacemos con la Cuaresma”.
“Con actos de sacrificio y mejora personal, puedo ‘limpiar’ el pesebre de mi corazón al que llegará el Niño Jesús el día 24”, por ejemplo, “una tarde sin radio, un café sin azúcar, una Misa entre semana, una sonrisa para una persona ‘pesada’, 5 monedas más para un pobre”, entre otras.
4. Nunca olvidarse de los signos y prácticas externos
“Finalmente, los símbolos y prácticas externos también nos pueden ayudar a hacer del Adviento un tiempo de preparación. Tener una corona de Adviento en nuestro salón o lugar de trabajo y encender las velas correspondientes durante unas horas cada día, nos recuerda a fuerzas que todavía no ha llegado el Señor”, señaló el sacerdote.
El P. Havens aconsejó también “leer un versículo del capítulo 1 o 2 del Evangelio de San Lucas a la hora de encenderla”.
“Otra práctica es construir nuestro nacimiento gradualmente, añadiendo una pieza o decoración cada día del Adviento; pero solo en los días en que nos hemos esforzado para vivir bien nuestro Adviento”, añadió.
SAN JUAN DE LA CRUZ, DOCTOR DE LA IGLESIA, 14 DE DICIEMBRE
San Juan de la Cruz
Doctor de la Iglesia
14 de Diciembre
San Juan de la Cruz nace en 1542, en Fontiveros, un pequeño pueblo de Ávila, de economía agrícola y ganadera, con una pequeña industria de telares. Es el segundo de los tres hijos de Gonzalo de Yepes y Catalina Álvarez, modestos tejedores.
Pronto mueren su padre y el segundo de sus hermanos, probablemente a consecuencia de la crisis agraria y del hambre presente en Castilla por los años cuarenta del siglo XVI. La madre intenta recabar ayuda de ciertos parientes toledanos, pero al serle negada se traslada a Arévalo, donde permanecen unos cuatro años, para posteriormente, en 1551, establecerse en Medina del Campo.
La infancia y adolescencia de Juan de Yepes se desenvuelven en un ambiente de marcada pobreza, que podría calificarse de auténtica miseria. Estas duras circunstancias tienen como consecuencia la endeblez de su corta estructura física, a consecuencia de la desnutrición: Se cria el huérfano Juan de Yepes como pobre de solemnidad.
Recibe ayuda de instituciones de caridad, y así asiste al Colegio de los Niños de la Doctrina, ayudando en el convento, en Misa y a los Oficios, acompañando en los entierros y pidiendo lismosna.
En este centro, entre reformatorio y escuela de enseñanza primaria, recibe una preparación elemental, que le rescata del analfabetismo en que están inmersos todos sus familiares, permitiéndole proseguir su formación.
Compagina sus estudios trabajando en el hospital de Nuestra Señora de la Concepción de Medina, especializado en la curación de enfermedades venéreas contagiosas y conocido popularmente como el Hospital de las Bubas.
La vocación religiosa le lleva, con 21 años, a ingresar en los Carmelitas de Medina, con el nombre de Fray Juan de Santo Matía. Su vocación es claramente contemplativa y eremítica.
Ya como fraile, se instala en Salamanca, en cuya universidad salmantina realiza los tres cursos preceptivos para bachillerarse en Artes, durante los años 1564-1567.
Se ordena como sacerdote en la primavera de 1567, y se decide a ingresar en la Cartuja, orden eremítica alejada de la inestabilidad de su orden en un momento de reforma del Carmelo.
En medio de esta crisis se produce el decisivo encuentro con Santa Teresa de Jesús, en otoño de 1567 en Medina. La Madre fundadora, que proporciona su propio testimonio en las Fundaciones (3,16-17), le ofrece la alternativa de ayudarla en la reforma.
En agosto de 1568 abandona Salamanca para acompañar a Teresa de Jesús en su fundación femenina de Valladolid, en este viaje se familiariza con el nuevo talante de la reforma. Poco después funda el primer convento masculino de la orden del Carmelo Descalzo, según la Regla primitiva y no mitigada de la Orden del Carmen, el 28 de noviembre de 1568, ceremonia en la que cambia su nombre por el de fray Juan de la Cruz.
En 1570 la fundación se traslada a Mancera, donde fray Juan desempeña el cargo de subprior y maestro de novicios.
En la primavera de 1572 Santa Teresa lo reclama como Vicario y confesor de las monjas de la Encarnación, donde permanece hasta diciembre de 1577, acompañando a Santa Teresa en la fundación de diversos conventos de Descalzas, como el de Segovia.
En este momento de la historia, confluyen dos directrices reformadoras: por un lado, la reforma del Rey Felipe II, y por otro, la reforma propugnada por los Papas. Los calzados, apoyados por el Papa, están empeñados en evitar la separación de la orden en dos grupos, mientras el Rey apoya a los descalzos para una reforma rápida y radical que les permita el rigor que ansían.
En 1575 el Capítulo General de los Carmelitas, reunido en Piacenza, envia un Visitador de la Orden para Calzados y Descalzos, el P. Jerónimo Tostado, con el objetivo de suprimir los conventos fundados sin licencia del General y de recluir a la Teresa de Jesús en un convento elegido por ella.
En este contexto, la noche del 3 de diciembre de 1577, Juan de la Cruz es apresado y trasladado al convento de frailes carmelitas de Toledo, donde comparece ante un tribunal de frailes calzados que le conmina a retractarse de la Reforma Teresiana. Al negarse, es declarado rebelde y contumaz.
Es encerrado en una oscura y angosta celda durante más de ocho meses. En un estado de abandono total, que a otros habría llevado a la locura, Juan de la Cruz escribe una grandísima poesía de amor: las primeras 31 estrofas del Cántico Espiritual (el denominado protocántico), a la vez que los Romances y el poema de la “Fonte”.
La presión psicológica por parte de los carceleros, las dudas sobre la licitud de la empresa teresiana, el sentimiento de desamparo, la angustia por el aparente olvido de los amigos (desconocedor de los desvelos de Santa Teresa y de sus gestiones en la corte), el profundo y progresivo desgaste físico unido al temor a una muerte no descartable en tales circunstancias son, sin duda, elementos determinantes para la concepción del mayor de sus símbolos literarios, el de la Noche Oscura. En este sentido, la prisión toledana, con su soledad y silencio extremos, potencian la fuerza generadora de la palabra poética.
Al cabo de estos meses, con el íntimo convencimiento de que nunca será liberado y de que la prolongación de su cautiverio sólo puede acarrearle un desenlace fatal y absurdo, Juan de la Cruz planea cuidadosamente su fuga, y logra evadirse de la prisión en medio de la noche y, a escondidas. Llega al convento de carmelitas descalzas, en la misma ciudad del Tajo, muy próximas a su prisión, y ellas le trasladan al Hospital de Santa Cruz, donde convalece mes y medio. Las incidencias de aquella huida nocturna, preñada de angustia, quedan como un poso latente en el poema de la Noche Oscura.
En septiembre de 1578 San Juan de la Cruz se dirige hacia Andalucía para reponerse y llega como Vicario al convento de El Calvario en la serranía jienense. Desde este enclave aislado y retirado de las tensiones entre calzados y descalzos, realiza regularmente visitas a las monjas descalzas de la fundación de Beas de Segura, de la que era priora Ana de Jesús. Entre ambos se desarrolla una entrañable amistad, que explica la dedicatoria de las Declaraciones al Cántico espiritual. En este entorno sosegado y relajante, en plena naturaleza, disfruta de una etapa de fecunda creatividad: Cautelas, Avisos, Montecillo de Perfección, el poema Noche oscura y comentarios aislados a las estrofas del Cántico.
Ya en 1580 se erige el Carmelo Descalzo como provincia exenta. Aunque no será hasta 1588 (muerta ya Santa Teresa) cuando logre ser Orden independiente.
El 28 de noviembre de 1581 tiene lugar en Ávila su último encuentro con Teresa de Jesús, en el que tratarán de la fundación de Granada y Burgos. Los cofundadores del carmelo no volverán a verse.
En enero de 1582 viaja a Granada, acompañado de Ana de Jesús. Allí traba conocimiento con Dña. Ana de Mercado y Peñalosa, dama segoviana viuda, favorecedora de las descalzas, a quien Juan de la Cruz dedicaría la Llama de amor viva.
En marzo toma posesión del Priorato de los Mártires, donde permanecerá hasta 1588, el periodo más largo de su vida como religioso descalzo. En este convento situado a espaldas de la Alhambra y de Sierra Nevada, recibe la noticia de la muerte de la Madre Teresa en octubre de 1582. Se conserva aún en el actual Carmen de los Mártires un pequeño acueducto construido por el Santo, así como un cedro centenario que, según la tradición plantó él mismo.
Después de la muerte de Santa Teresa, ocurrida en 1582, se agrava la división entre los descalzos. San Juan apoyaba la política de moderación del provincial, Jerónimo de Castro, en tanto que el P. Nicolás Doria, era muy extremoso.
El P. Nicolás fue elegido provincial y el capítulo general nombró a Juan vicario de Andalucía. El santo se consagró a corregir ciertos abusos, especialmente los que procedían del hecho de que los frailes tuviesen que salir del monasterio a predicar. El santo opinaba que la vocación de los descalzos era esencialmente contemplativa. Ello provocó oposición contra él.
Las religiosas no aceptaron este cambio y la venerable Ana de Jesús, obtuvo de la Santa Sede un breve de confirmación de las constituciones, sin consultar al vicario general.
El P. Doria, que siempre había creído que el santo estaba aliado con sus enemigos, priva al santo de todos sus cargos y le envia como simple fraile al remoto convento de La Peñuela, donde se entrega por unos meses a la meditación y la oración en las montañas, “porque tengo menos materia de confesión cuando estoy entre las peñas que cuando estoy entre los hombres.”
Pero no acaban aquí las desventuras de San Juan de la Cruz. Siendo vicario provincial, San Juan, durante la visita al convento de Sevilla, había restringido a dos frailes sus licencias de salir a predicar. Inicialmente se sometieron, pero más adelante prefirieron seguir la corriente adversa a Juan y algunos llegaron hasta quemar sus cartas para no caer en desgracia.
En medio de esa tempestad San Juan cayó enfermo. El provincial le mandó salir del convento de Peñuela y le dio a escoger entre el de Baeza y el de Ubeda. El primero de esos conventos estaba mejor provisto y tenía por superior a un amigo del santo. En el otro era superior el P. Francisco, a quien San Juan había corregido junto con el P. Diego. Escogió este segundo convento.
El viaje empeora su salud, aunque sobrelleva su estado con gran paciencia. El superior le trató inhumanamente, prohibiendo a los frailes que le visiten, cambiando al enfermero que le atiende con cariño, y permitiéndole sólo comer los alimentos ordinarios sin hacerle llegar los que le traían las visitas.
Después de tres meses de sufrimientos muy agudos, el santo falleció el 14 de diciembre de 1591.
La muerte del santo trajo consigo la revalorización de su vida y tanto el clero como los fieles acudieron en masa a sus funerales. Dios quiso que se despejaran las tinieblas y se viese su vida auténtica para edificación de muchas almas. Sus restos fueron trasladados a Segovia, pues en dicho convento había sido superior por última vez.
El 25 de enero de 1675 Clemente X promulgó el Breve de beatificación. El 27 de diciembre de 1726 fue canonizado por Benedicto XIII. El 24 de agosto de 1926, aniversario del comienzo de la Reforma teresiana, fue proclamado Doctor de la Iglesia Universal por Pío XI.
Santa Teresa había visto en Juan un alma muy pura, a la que Dios había comunicado grandes tesoros de luz y cuya inteligencia había sido enriquecida por el cielo. Los escritos del santo justifican plenamente este juicio de Santa Teresa, particularmente los poemas de la “Subida al Monte Carmelo”, la “Noche Oscura del Alma”, la “Llama Viva de Amor” y el “Cántico Espiritual”, con sus respectivos comentarios. Así lo reconoció la Iglesia en 1926, al proclamar doctor a San Juan de la Cruz por sus obras Místicas.
La doctrina de San Juan se resume en el amor del sufrimiento y el completo abandono del alma en Dios. Ello le hizo muy duro consigo mismo; en cambio, con los otros era bueno, amable y condescendiente. Por otra parte, el santo no ignoraba ni temía las cosas materiales, puesto que dijo: “Las cosas naturales son siempre hermosas; son como las migajas de la mesa del Señor.”
San Juan de la Cruz vivió la renuncia completa que predicó tan persuasivamente. Pero a diferencia de otros menores que él, fue “libre, como libre es el espíritu de Dios”. Su objetivo no era la negación y el vacío, sino la plenitud del amor divino y la unión sustancial del alma con Dios. “Reunió en sí mismo la luz extática de la Sabiduría Divina con la locura estremecida de Cristo despreciado”.
SANTORAL DE HOY VIERNES 14 DE DICIEMBRE 2018
Buenaventura de Pistoya, Beato
Siervo de María, 14 Diciembre
|
Francisca Schervier, Beata
Fundadora, 14 Diciembre
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Espiridión de Tremitunte, Santo
Obispo y Confesor, 14 Diciembre
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Nimattullah Al-Hardini, Santo
Sacerdote Maronita, 14 de diciembre
|
Venancio Fortunato, Santo
Obispo de Poitiers, 14 Diciembre
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Juan de la Cruz, Santo
Memoria Litúrgica, 14 de diciembre
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EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 14 DE DICIEMBRE 2018
Lecturas de hoy Viernes de la 2ª semana de Adviento
Hoy, viernes, 14 de diciembre de 2018
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (48,17-19):
ESTO dice el Señor, tu libertador,
el Santo de Israel:
«Yo, el Señor, tu Dios,
te instruyo por tu bien,
te marco el camino a seguir.
Si hubieras atendido a mis mandatos,
tu bienestar sería como un río,
tu justicia como las olas del mar,
tu descendencia como la arena,
como sus granos, el fruto de tus entrañas;
tu nombre no habría sido aniquilado,
ni eliminado de mi presencia».
Palabra de Dios
Salmo
Sal 1,1-2.3.4.6
R/. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.
V/. Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R/.
V/. Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R/.
V/. No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,16-19):
EN aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«¿A quién compararé esta generación?
Se asemeja a unos niños sentados en la plaza, que gritan diciendo: “Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos entonado lamentaciones, y no habéis llorado”.
Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio”. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores”.
Pero la sabiduría se ha acreditado por sus obras».
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy viernes, 14 de diciembre de 2018
Rosa Ruiz, rmi
Queridos amigos:
Del Verbo Divino,
la Virgen preñada,
viene camino,
¿si le dais posada?
Con esta sencilla letra de San Juan de la Cruz cuya memoria hoy celebra la Iglesia y el canto de Amancio Prada, podemos seguir adentrándonos en el camino de Adviento.
Con toda serenidad, la música y la repetición nos recuerdan también el papel de nuestra libertad en este Misterio de Dios: “si le dais posada”. Dios es quien viene, Dios lo hace, Dios es principio y fin. Pero este mismo Dios se sujeta a sí mismo a nuestra libertad: “si le dais posada”.
Isaías lo dice también en la primera lectura: “si atiendes sus mandatos”. O como dice el salmo: “si le sigues”.
Ahí reside la sabiduría: elegir con libertad seguirle, cumplir su querer sin atropellos, sin violencia, sin pasar factura ni a Dios ni a ti ni a los demás. No por alcanzar beneficios o premios sino porque hemos gustado ya que cuando lo hacemos, nuestra paz es como un río, nuestra justicia como olas del mar y encontramos luz en mitad de muchas sombras.
Lo contrario es andar al aire de idas y venidas, pero todo sin raíces, con la misma superficialidad. Como los niños del evangelio que nos tocan y no bailamos, se lamentan y no lloramos. Es decir, no sabemos ni lo que queremos. Nada nos va bien y perdemos la sensibilidad para empatizar con todos. En todo encontramos alguna pega y no precisamente para ser constructivos. Ni contigo ni sin ti, -dice el refrán-, tienen mis males remedio, contigo porque me matas, sin ti porque yo me muero.
No sé si llegamos a tal grado, pero ciertamente, nuestro mal reside en nosotros, no en los que nos rodean que no llegan nunca a complacernos. Ni siquiera Dios. Preguntémonos, quizá, dónde está la raíz de mis insatisfacciones, esa que no me deja ni bailar ni llorar, ni aplaudir al que canta ni valorar al que calla. Es decir, no me deja esperar nada. Y eso, en la vida y en Adviento, puede ser un problema.
Vuestra hermana en la fe, Rosa Ruiz
miércoles, 12 de diciembre de 2018
FELIZ FIESTA DE LA VIRGEN DE GUADALUPE!! 12 DE DICIEMBRE
¡Feliz Fiesta de la Virgen de Guadalupe!
POR ABEL CAMASCA | ACI Prensa
“No se entristezca tu corazón… ¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?”, le dijo la Virgen de Guadalupe al afligido Juan Diego un 12 de diciembre de 1531. Ella, la Emperatriz de América y Patrona de México, quiso dejar su imagen desde ese día en una sencilla “tilma” como señal del Amor de Dios para creyentes y no creyentes.
Con motivo de esta gran celebración, las puertas de Basílica de San Pedro se abrirán hoy para que el Papa Francisco junto a miles de fieles latinoamericanos y 750 sacerdotes concelebrantes festejen una gran Misa criolla en castellano.
La historia de la Virgen del Tepeyac
Solo diez años después de la conquista de México, los misioneros tenían poco éxito en la evangelización y conversión de los nuevos pueblos, en gran parte por el mal ejemplo de los que llamándose cristianos, abusaban de los nativos.
El 9 de diciembre de 1531 la Virgen se le apareció a un humilde indio, convertido al cristianismo, llamado Juan Diego, en un lugar denominado Tepeyac. María se presentó como “la perfecta siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios”.
La Reina del Cielo le encomendó que en su nombre le pidiese al Obispo Capitalino, el franciscano Juan de Zumárraga, la construcción de una Iglesia en el lugar de la aparición.
El Obispo no aceptó la idea y la Virgen le pidió que insistiera. Al día siguiente, Juan Diego volvió a encontrar al Prelado, quien lo examinó en la doctrina cristiana y le pidió pruebas objetivas del prodigio.
El martes 12 de diciembre, la Virgen se le presentó y consoló a Juan Diego diciéndole “No temas…” porque su tío ya estaba curado. Luego lo invitó a subir a la cima de la colina del Tepeyac para que recogiera flores y se las trajera.
A pesar de la estación invernal y la aridez del lugar, San Juan Diego encontró flores muy hermosas y la colocó en su “tilma”. La Virgen entonces le mandó que se las presentara al Obispo.
Estando frente al Prelado, el Santo abrió su “tilma” y dejó caer las flores. En el tejido apareció la imagen de la Virgen de Guadalupe y el Obispo y demás presentes cayeron de rodillas con gran asombro. Luego el Obispo pidió perdón.
Al día siguiente fueron al monte del Tepeyac, donde de inmediato la gente se ofreció para elevar el templo. Juan Diego pidió permiso y fue presurosamente a ver a su tío Juan Bernardino, que había estado muy grave de salud, y al llegar vio que su pariente estaba recuperado.
Allí Juan Diego le contó lo sucedido y el tío respondió diciendo que la Virgen también se le había aparecido y que Ella le había pedido que contara lo de su curación al Obispo.
Con el manto, la Virgen trajo reconciliación entre nativos y españoles porque con los símbolos que allí aparecen, las dos culturas podían entender perfectamente el mensaje del Cielo. De igual modo, les ayudó a comprender que la fe cristiana no es propiedad de nadie, sino un don de amor para todos.
En los 7 años después de las apariciones, hubo una conversión de 8 millones de nativos. Lo que es un promedio de 3 mil hombres diarios y que hace recordar a la predicación de San Pedro en el día de Pentecostés, en el que también se convirtieron 3 mil hombres aquella fecha.
Cada año se acercan a la venerada imagen alrededor de 20 millones de fieles y en el día de su fiesta, se calcula que casi tres millones acuden al santuario.
“Mucho quiero, ardo en deseos de que aquí tengan la bondad de construirme mi templecito, para allí mostrárselo a ustedes, engrandecerlo, entregárselo a Él, a Él que es todo mi amor, a Él que es mi mirada compasiva, a Él que es mi auxilio, a Él que es mi salvación”, dijo la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego.
“Porque en verdad yo me honro en ser madre compasiva de todos ustedes, tuya y de todas las gentes que aquí en esta tierra están en uno, y de los demás variados linajes de hombres, mis amadores, los que a mí clamen, los que me busquen, los que me honren confiando en mi intercesión. Porque allí estaré siempre dispuesta a escuchar su llanto, su tristeza, para purificar, para curar todas sus diferentes miserias, sus penas, sus dolores”, añadió la Madre de las Américas.
EL PAPA FRANCISCO PIDE A LA VIRGEN DE GUADALUPE POR LOS HIJOS EN PELIGRO DE NO NACER
El Papa Francisco pide a la Virgen de Guadalupe por los hijos en peligro de no nacer
Redacción ACI Prensa
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa
El Papa Francisco pidió a la Virgen de Guadalupe, cuya fiesta litúrgica se celebra este miércoles 12 de diciembre, su intercesión por las familias sin hijos y la protección de los niños que aún no han nacido o que se encuentran en peligro de no nacer.
Durante el saludo a los peregrinos polacos, al finalizar su catequesis durante la Audiencia General celebrada en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Santo Padre hizo una referencia especial a las familias que están esperando hijos.
“Confío a la Santísima Virgen de Guadalupe, cuya memoria celebramos hoy, a vosotros aquí presentes, a vuestras familias y, de modo particular, a aquellos que están esperando el nacimiento de sus hijos”.
Recordó que “San Juan Pablo II encomendó a su materna protección la vida y la inocencia de los niños, sobre todo de aquellos que están en peligro de no nacer”.
“Por su intercesión, en este tiempo de Adviento –concluyó–, pedimos el don de la prole a las familias sin hijos, el respeto a la vida concebida y la apertura de los corazones a los valores del Evangelio”.
EL EVANGELIO DE HOY 12 DE DICIEMBRE 2018
Lecturas de hoy Miércoles de la 2ª semana de Adviento
Hoy, miércoles, 12 de diciembre de 2018
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (40,25-31):
«¿CON quién podréis compararme,
quién es semejante a mi?», dice el Santo.
Alzad los ojos a lo alto y mirad:
¿quién creó esto?
Es él, que despliega su ejército al completo
y a cada uno convoca por su nombre.
Ante su grandioso poder, y su robusta fuerza,
ninguno falta a su llamada.
¿Por qué andas diciendo, Jacob,
y por qué murmuras, Israel:
«Al Señor no le importa mi destino,
mi Dios pasa por alto mis derechos»?
¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído?
El Señor es un Dios eterno
que ha creado los confines de la tierra.
No se cansa, no se fatiga,
es insondable su inteligencia.
Fortalece a quien está cansado,
acrecienta el vigor del exhausto.
Se cansan los muchachos, se fatigan,
los jóvenes tropiezan y vacilan;
pero los que esperan en el Señor
renuevan sus fuerzas,
echan alas como las águilas,
corren y no se fatigan,
caminan y no se cansan.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 102,1-2.3-4.8.10
R/. Bendice, alma mía, al Señor
V/. Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.
V/. Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa,
y te colma de gracia y de ternura. R/.
V/. El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia.
No nos trata como merecen nuestro pecados
ni nos paga según nuestras culpas. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,28-30):
EN aquel tiempo, Jesús tomó la palabra y dijo:
«Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy miércoles,
12 de diciembre de 2018
Imprimir Rosa Ruiz, rmi
Queridos amigos:
A veces Vivimos como si no supiéramos que Dios nos sostiene. Vivimos como si olvidáramos que Dios no se cansa nunca, que actúa siempre, que es infatigable. ¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído, no lo has experimentado?
Si realmente no lo olvidáramos, correríamos sin cansarnos, nos enfrentaríamos al mal sin que nos dañara, no nos vencería el desánimo, no caminaríamos con la cabeza gacha. Y aprenderíamos del corazón de Jesús, un corazón manso y sencillo. Porque no confundiríamos la mansedumbre con la pusilanimidad o cobardía; no mezclaríamos la sencillez con la falta de profundidad.
Nos equivocamos cuando caemos en la tentación de abandonar supuestos yugos (lo que nos ata, nos condiciona, nos compromete, nos cansa) para alcanzar otra supuesta paz. Confundimos el yugo que nos une a Dios y a nuestra propia verdad con otras hipotecas y peajes.
El de Jesús es un yugo y una carga ligera que nos des-carga. ¡No solo eso! Viviendo así descansamos a otros. Y si no, mira a esas personas libres, centradas, fuertes, humildes… Esas personas que nos hacen sentir bien solo con su presencia. Esos que andan en amor, y como decía San Juan de la Cruz, ni cansan ni se cansan.
Vuestra hermana en la fe, Rosa Ruiz
SANTORAL DE HOY 12 DE DICIEMBRE 2018
Israel de Dorat, Santo
Presbítero, 12 de diciembre
|
Pio Bartosik (Ludwik Pius), Beato
Mártir Polonia, 12 Diciembre
|
Santiago Capocci de Viterbo, Beato
Ermitaño de San Agustín, 12 Diciembre
|
Bartolo o Bartolomé Buonpedoni, Beato
Presbítero, 12 Diciembre
|
Finiano de Clonard, Santo
Obispo, 12 Diciembre
|
Corentino de Quimper, santo
Obispo, 12 de diciembre
|
Amalia, Santa
Mártir, 12 de diciembre
|
Epimaquio , Alejandro, Amonarión, Mercuria, Dionisia y otra compañera, Santos
Mártires, 12 de diciembre
|
Nuestra Señora de Guadalupe
Memoria Litúrgica. 12 de diciembre
|
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