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domingo, 7 de octubre de 2018
sábado, 6 de octubre de 2018
EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 6 OCTUBRE 2018
Lecturas de hoy Sábado de la 26ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, sábado, 6 de octubre de 2018
Primera lectura
Lectura del libro de Job (42,1-3.5-6.12-16):
Job respondió al Señor: «Reconozco que lo puedes todo, y ningún plan es irrealizable para ti, yo, el que te empaño tus designios con palabras sin sentido; hablé de grandezas que no entendía, de maravillas que superan mi comprensión. Te conocía sólo de oídas, ahora te han visto mis ojos; por eso, me retracto y me arrepiento, echándome polvo y ceniza.»
El Señor bendijo a Job al final de su vida más aún que al principio; sus posesiones fueron catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil borricas. Tuvo siete hijos y tres hijas: la primera se llamaba Paloma, la segunda Acacia, la tercera Azabache. No había en todo el país mujeres más bellas que las hijas de Job. Su padre les repartió heredades como a sus hermanos. Después Job vivió cuarenta años, y conoció a sus hijos y a sus nietos y a sus biznietos. Y Job murió anciano y satisfecho.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 118
R/. Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo
Enséñame a gustar y a comprender,
porque me fío de tus mandatos. R/.
Me estuvo bien el sufrir,
así aprendí tus mandamientos. R/.
Reconozco, Señor, que tus mandamientos son justos,
que con razón me hiciste sufrir. R/.
Por tu mandamiento subsisten hasta hoy,
porque todo está a tu servicio. R/.
Yo soy tu siervo: dame inteligencia,
y conoceré tus preceptos. R/.
La explicación de tus palabras ilumina,
da inteligencia a los ignorantes. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (10,17-24):
En aquel tiempo, los setenta y dos volvieron muy contentos y dijeron a Jesús: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.»
Él les contestó: «Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.»
En aquel momento, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar.»
Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que veis vosotros, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.»
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy sábado, 6 de octubre de 2018
CR
Queridos hermanos:
El evangelio de hoy nos relata una escena evangélica llena de optimismo y alegría. Los 72 regresan de su misión satisfechos y sorprendidos por el poder que han experimentado al curar y expulsar demonios, signos que acompañaban al anuncio de la venida del Reino de Dios.
Jesús comparte su alegría, pero si les advierte que la alegría no ha de provenir del éxito experimentado, sino más bien, de participar activamente de la misión del Hijo, de experimentar en vivo y en directo lo que muchas generaciones de creyentes anhelaron y que nunca pudieron vivir. El misterio de Dios se revela en Jesús de manera definitiva, convirtiendo su vida en el punto central de la historia de la humanidad.
Jesús ora al Padre porque su Palabra se revela a los sencillos de corazón, a aquellos que desde la humildad son capaces de acoger a la Palabra hecha carne, que es Él mismo. Tienen los ojos abiertos a la sorpresa de un Dios que siempre va más allá de los límites de nuestras estructuras de pensamiento, de nuestras teorías, de nuestras ideas. Los sabios y entendidos eran los que creían que conocían a Dios. Había escudriñado en la Escrituras y en la tradición los rasgos de su presencia y habían construido una imagen de Dios cerrada, expresada en multitud de leyes que rígidamente practicadas pervertían radicalmente el verdadero rostro de Dios. Jesús rompe radicalmente con esa imagen falsa de Dios, y anuncia al Dios Abba, el que ama primero, siempre abierto al perdón y a la misericordia, siempre sensible al dolor de los que sufren, siempre llamando desde el horizonte a vivir una vida desde la clave del amor hasta entregar la vida.
Esta Buena Noticia ha llegado hasta nosotros a través de el testimonio de muchos que a través de historia han abierto su corazón al Jesucristo. Nosotros también somos dichosos porque tenemos la posibilidad de encontrarnos con Él si estamos abiertos a la sorpresa .
SANTORAL DE HOY SÁBADO 6 OCTUBRE 2018
Fe (Foy), Santa
Virgen y Mártir, 6 de octubre
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Artaldo de Belley, Santo
Monje y Obispo, 6 de octubre
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Maria Rosa Durocher, Beata
Virgen Fundadora, 6 de octubre
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Isidoro de San José De Loor, Beato
Religioso Pasionista, 6 de Octubre
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Magno de Oderzo, Santo
Obispo, 6 de octubre
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María Francisca de las Cinco Llagas de Jesús, Santa
Religiosa, 6 de octubre
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Otros Santos y Beatos del 6 de octubre
Completando el santoral de éste día, 6 de octubre
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Bruno, Santo
Memoria Litúrgica, 6 de octubre
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viernes, 5 de octubre de 2018
SANTA FAUSTINA KOWALSKA, 5 OCTUBRE
Hoy es fiesta de Santa Faustina Kowalska, servidora de la Divina Misericordia
Redacción ACI Prensa
"A las almas que propagan la devoción a mi misericordia, las protejo durante su vida como una madre cariñosa a su niño recién nacido y a la hora de la muerte no seré para ellas el juez, sino el Salvador Misericordioso”, le dijo el Señor de la Divina Misericordia a su servidora Santa Faustina Kowalska, cuya fiesta es el 5 de octubre.
Santa Faustina nació en Polonia en 1905. El día que fue a recibir la Primera Comunión, besó las manos de sus padres para demostrar su pena por haberles ofendido. Solía ayudar en casa con los quehaceres de la cocina, ordeñando vacas y cuidando de sus hermanos. Asistió a la escuela, pero sólo pudo completar tres trimestres porque se dio la orden de que los estudiantes mayores tenían que salir para dar cabida a los niños menores.
A los 15 años empezó a trabajar como empleada doméstica y sintió con más fuerza el llamado a la vocación religiosa. Le contó esta inquietud a sus padres en varias ocasiones, pero ellos se opusieron. Es así que se entrega a las vanidades de la vida, sin hacer caso del llamado que experimentaba, hasta que escuchó la voz de Jesús que le pidió dejarlo todo e ir a Varsovia para que entre en un convento.
Sin despedirse personalmente de sus padres, va a Varsovia con un solo vestido. Allá habló con un sacerdote, quien le consigue hospedaje en casa de una feligresa. Tocaba las puertas de varios conventos, pero era rechazada.
Fue recibida en la Casa Madre de la congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia, pero antes tuvo que trabajar como doméstica un año para pagar su ingreso. A las pocas semanas tuvo la tentación de dejar el convento y tuvo una visión en la que Jesús se le apareció con su rostro destrozado y cubierto de llagas.
Ella le preguntó: "Jesús, ¿quién te ha herido tanto?". El Señor le contestó: "Esto es el dolor que me causarías si te vas de este convento. Es aquí donde te he llamado y no a otro; y tengo preparadas para ti muchas gracias."
Más adelante fue enviada al noviciado, tomó el hábito religioso y llegó a pronunciar sus primeros votos y los perpetuos. Entre sus hermanas sirvió como cocinera, jardinera y hasta de portera.
A esta sencilla mujer, recogida y piadosa, pero a la vez alegre y caritativa, se le apareció Jesús en diversas ocasiones mostrándole la infinidad de su amor misericordioso por la humanidad. Asimismo, Dios le concedió estigmas ocultos, dones de profecía, revelaciones y la Coronilla de la Divina Misericordia.
“Ni las gracias ni las revelaciones, ni los éxtasis, ni ningún otro don concedido al alma la hacen perfecta, sino la comunión interior del alma con Dios... Mi santidad y perfección consisten en una estrecha unión de mi voluntad con la voluntad de Dios”, escribió una vez.
El 5 de octubre de 1938, después de largos sufrimientos soportados con gran paciencia, partió a la Casa del Padre. En el 2000 fue canonizada por su compatriota San Juan Pablo II, quien estableció el segundo domingo de Pascua como el “Domingo de la Misericordia Divina”.
EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 5 OCTUBRE 2018
Lecturas de hoy Témporas de petición y acción de gracias
Hoy, viernes, 5 de octubre de 2018
Primera lectura
Lectura del libro del Deuteronomio (8,7-18):
Habló Moisés al pueblo, diciendo: «Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra buena, tierra de torrentes, de fuentes y veneros que manan en el monte y la llanura, tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados, tierra de olivares y de miel, tierra en que no comerás tasado el pan, en que no carecerás de nada, tierra que lleva hierro en sus rocas, y de cuyos montes sacarás cobre, entonces comerás hasta hartarte, y bendecirás al Señor, tu Dios, por la tierra buena que te ha dado. Pero cuidado, no te olvides del Señor, tu Dios, siendo infiel a los preceptos, mandatos y decretos que yo te mando hoy. No sea que, cuando comas hasta hartarte, cuando te edifiques casas hermosas y las habites, cuando críen tus reses y ovejas, aumenten tu plata y tu oro, y abundes de todo, te vuelvas engreído y te olvides del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que sacó agua para ti de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres, para afligirte y probarte, y para hacerte el bien al final. Y no digas: "Por mi fuerza y el poder de mi brazo me he creado estas riquezas." Acuérdate del Señor, tu Dios: que es él quien te da la fuerza para crearte estas riquezas, y así mantiene la promesa que hizo a tus padres, como lo hace hoy.»
Palabra de Dios
Salmo
1Cro 29,10.11abc.11d-12a.12bcd
R/. Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder
Bendito eres, Señor,
Dios de nuestro padre Israel,
por los siglos de los siglos. R/.
Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,
la gloria, el esplendor, la majestad,
porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra. R/.
Tú eres rey y soberano de todo.
De ti viene la riqueza y la gloria. R/.
Tú eres Señor del universo,
en tu mano está el poder y la fuerza,
tú engrandeces y confortas a todos. R/.
Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (5,17-21):
El que es de Cristo es una criatura nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado. Todo esto viene de Dios, que por medio de Cristo nos reconcilió consigo y nos encargó el ministerio de la reconciliación. Es decir, Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirle cuentas de sus pecados, y a nosotros nos ha confiado la palabra de la reconciliación. Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es corno si Dios mismo os exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios.
Palabra de Dios
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,7-11):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden!»
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy viernes, 5 de octubre de 2018
CR
Queridos hermanos:
A pesar de que, globalmente, nuestra sociedad está marcada por la industrialización y la técnica, y no tanto por la cultura agrícola, es bueno celebrar hoy esta fiesta. Leemos en el Misal que pueden dedicarse hasta 3 días de la semana, para recoger los tres aspectos fundamentales de esta celebración: la acción de gracias, la petición y la conversión. Son días que la comunidad cristiana ofrece a Dios, terminadas las vacaciones y la recolección de las cosechas, al reemprender la actividad habitual.
Sea cual sea nuestro trabajo, vivamos más o menos de la tierra, hoy es un momento oportuno para reconocer, como dice el Deuteronomio en la primera lectura, que es el Señor quien nos conduce año tras año a una tierra buena; es Él quien nos saca de la esclavitud de la vida, atravesando desiertos de alacranes, y nos da la fuerza para cultivar nuestras riquezas. Es momento para reconocer la inmensa dignidad de nuestra pequeñez, pues estando todo en manos de Dios, en las nuestras confía cuanto ha creado.
Las sequías que agostan los sembrados, las tormentas tropicales y el agua que se impone con violencia llenado todo de muerte y destrucción, el calentamiento de la atmósfera, la sobrecarga de edificaciones o de talas de árboles en algunas zonas... Todos estos son signos de lo poco conscientes que somos de pertenecer a la Creación, como el agua, el aire o los pájaros. Nos recuerdan que no somos los dueños del mundo, por mucha potencia económica o armamentística que tengamos, sino simples administradores de Dios.
Y al leer el Evangelio de hoy desde esta perspectiva, desechamos anuncios apocalípticos de un Dios que castiga no sé qué pecados con muertes indiscriminadas, fenómenos naturales descontrolados o falta de cosechas que producen enormes hambrunas. Parece ser que el Dios de Jesús es el Padre respetuoso que da sobradamente cuanto le pedimos, y está esperando, justamente eso, que sus hijos se dirijan a Él, le busquen y le llamen.
Aunque en algunos lugares del mundo no es época de cosecha ni de recomenzar la actividad habitual, unámonos todos hoy en la oración y en una asombrada acción de gracias por tanto bien recibido. Que en la escasez se acreciente nuestra esperanza activa para seguir adelante y en la abundancia aumente nuestra humildad para repartir lo que gratuitamente se nos ha dado.
SANTORAL DE HOY VIERNES 5 OCTUBRE 2018
Rafael Alcocer Martínez, Beato
Sacerdote y Mártir, 5 de octubre
Mateo (Juan Francisco) Carreri, Beato
Presbítero, 5 de octubre
Tranquilino Ubiarco, Santo
Presbítero y Mártir, 5 de octubre
Bartolo Longo, Beato
Laico fundador, 5 de octubre
Ana Schäffer, Santa
Laica, 5 de octubre
Alberto Marvelli, Beato
Laico, 5 de octubre
Raimundo de Capua, Beato
Presbítero, 5 de Octubre
Flora de Beaulieu, Santa
Virgen, 5 de octubre
Plácido, Santo
Monje, 5 de octubre
Faustina Kowalska, Santa
Apóstol de la Divina Misericordia, 5 de octubre
Atilano de Zamora, Santo
Obispo, 5 de octubre
Froilán de León, Santo
Eremita y luego Obispo, 5 de octubre
jueves, 4 de octubre de 2018
EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 4 OCTUBRE 2018
Lecturas de hoy Jueves de la 26ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, jueves, 4 de octubre de 2018
Primera lectura
Lectura del libro de Job (19,21-27):
Job dijo: «¡Piedad, piedad de mí, amigos míos, que me ha herido la mano de Dios! Por qué me perseguís como Dios y no os hartáis de escarnecerme? ¡Ojalá se escribieran mis palabras, ojalá se grabaran en cobre; con cincel de hierro y en plomo se escribieran para siempre en la roca! Yo sé que está vivo mi Vengador y que al final se alzará sobre el polvo: después que me arranquen la piel, ya sin carne, veré a Dios; yo mismo lo veré y no otro, mis propios ojos lo verán. ¡Desfallezco de ansias en mi pecho!»
Palabra de Dios
Salmo
Sal 27,7-9,13-14
R/. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida
Escúchame, Señor, que te llamo,
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro.» R/.
Tu rostro buscaré, Señor,
ne me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches. R/.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (10, 1-12):
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios." Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: "Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el reino de Dios." Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo.»
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy jueves, 4 de octubre de 2018
CR
Queridos hermanos:
Celebramos hoy la memoria de San Francisco de Asis. ¿Quién no ha oido hablar de este santo que ha traspasado las fronteras del tiempo y la cultura, incluso de las religiones? Es seguramente el santo más ecuménico de todos. De él se han dicho tantas cosas que lo mejor es permitir que sea él quien nos hable a través de uno de sus hijos, Eloi Lecrec. Él recrea así la palabra de Francisco en su conocida obra "Sabiduría de un pobre": "Algunos hermanos me piden una regla más precisa, más determinada. Pero yo no puedo decirles otra cosa que lo que les he dicho ya, y que el Señor Papa ha aprobado plenamente: es decir, que la regla y la vida de los Hermanos Menores consiste en observar el Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo. A eso, aún hoy, no tengo nada que añadir o quitar. Que los hermanos vivan, pues, en la condición humilde y pobre que fue la del Señor. Que anuncien como Él el reino de Dios a toda criatura, y si se les arroja o se les persigue en un lugar, que vayan a otro. Y en todas partes donde sean recibidos, que coman todo lo que les ofrezcan. Los hermanos que vivan así no constituirán, sin duda, una Orden poderosa, sino que formarán en todas partes donde estén, libres comunidades de amigos. Serán verdaderos hijos del Evangelio. Serán hombres libres, porque nada limitará su horizonte. Y el Espíritu del Señor soplará en ellos como quiera".
Estas palabras puestas en boca de San Francisco nacen del puro Evangelio. Hoy la liturgia nos regala este texto de Lucas en el que Jesús habla a sus discípulos de las exigencias de misión: dejarlo todo para seguirle solo a El. Mirar al frente con la confianza puesta sólo en Dios. Asumir la libertad absoluta frente al “tener” para ponerse totalmente al servicio del Reino. Quizá vivimos tan rodeados de medios, de cosas, de necesidades, de comodidades... que dificilmente pasamos de un suspiro cuando escuchamos estas palabras, o cuando vemos el testimonio vivo depersonas que se han tomado en serio estas palabras de Jesús y lo han dejado todo por el Reino. Nos justificamos facilmente creyendo que para nosotros es imposible, y probablemente tengamos razón. Aunque nos olvidamos que para Dios nada hay imposible. Basta con tener fe... en el sentido más literal de la Palabra, fiarnos un poco más de Él para proclamar con San Francisco: “Tú eres amor, caridad; tú eres sabiduría, tú eres humildad, tú eres paciencia, tú eres belleza, tú eres mansedumbre, tú eres seguridad, tú eres quietud, tú eres gozo, tú eres esperanza y alegría, tú eres justicia, tú eres templanza, tu eres toda nuestra riqueza y satisfacción. (San Francisco de Asis – Alabanza al Dios Altísimo)
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