martes, 7 de marzo de 2017

NOVENA EN HONOR AL SANTO CURA BROCHERO, DEL 7 AL 15 DE MARZO


Novena en honor al Santo Cura Brochero
7 al 15 de marzo

 (ACI).- El P. José Gabriel del Rosario Brochero, más conocido como el Cura Brochero, fue declarado santo el 16 de octubre del 2016, de esta forma se convirtió en el segundo santo de Argentina después de Héctor Valdivieso Sáenz. Aseguraron que el nuevo santo es “una imagen viva de lo que hoy el Papa Francisco nos invita como Iglesia en salida”.


Primer Día de la Novena a San José del Rosario Brochero

Acto de Contrición:

Pésame Señor y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como Vos; antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar y apartarme de las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración para cada día:

Padre de todos los hombres, compadécete de nosotros, los desterrados hijos de Eva, y dígnate escuchar las súplicas que te dirigimos por los méritos e intercesión de san José Gabriel del Rosario Brochero, sacerdote según tu Corazón y fiel pastor de una porción de tu rebaño. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Primer día: “El padre Brochero, la Eucaristía y los que sufren”

“La Hostia consagrada es un milagro de amor, un prodigio, una maravilla (…); es la prueba más acabada del amor infinito de Dios hacia mí, hacia ustedes, hacia el hombre” (Cf. Plática del padre Brochero sobre la Última Cena de Jesús).

Reflexión:
El amado Cura Brochero jamás dudó sobre cuál era el centro de su vida: Cristo. Más concretamente: ¡Cristo Eucaristía! Fue el mismo Redentor quien alimentaba la fe de este gran sacerdote en tiempos difíciles y le concedía la gracia de saber que Él mismo, vivo en la Eucaristía, también se hace presente en la persona de los que son más débiles a los ojos del mundo.
Pidamos al Cura Gaucho la gracia de ver en cada pobre, enfermo o necesitado, al mismo Cristo, al que confesamos sentado a la derecha del Padre, a la vez que lo recibimos y adoramos en la Santísima Eucaristía.

Oración:
Padre amoroso, te pedimos que, como al Cura Brochero, nos hagas experimentar el abrazo redentor de tu Hijo, vivo y presente en la Eucaristía, pues solamente así podremos acercarnos con auténtico espíritu de servicio a los más necesitados y llevarles el Evangelio de Jesucristo, el único que puede hacerlos verdaderamente libres. Que la gloriosa intercesión de este santo nos alcance de Ti esta gracia junto a la que te pedimos de modo especial en la novena

 (se menciona la gracia).

Padre Nuestro, Ave y Gloria.

Oración final:

Trinidad Santa, Dios Vivo y Creador, acoge benignamente las súplicas que te dirigimos en esta novena. Que nuestra oración te sea agradable, Señor, como lo fue la vida y la muerte de san José Gabriel del Rosario Brochero, por cuya intercesión acudimos confiados a tu Misericordia. Sea la gloria y la alabanza para Ti, único Dios verdadero, Fuente y Principio de toda Vida, Hoguera inextinguible de Amor y Premio eterno de los bienaventurados. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén



Segundo Día de la Novena a San José del Rosario Brochero

Acto de Contrición:

Pésame Señor y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como Vos; antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar y apartarme de las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración para cada día:

Padre de todos los hombres, compadécete de nosotros, los desterrados hijos de Eva, y dígnate escuchar las súplicas que te dirigimos por los méritos e intercesión de san José Gabriel del Rosario Brochero, sacerdote según tu Corazón y fiel pastor de una porción de tu rebaño. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Segundo día: “El padre Brochero y el sacerdocio”

“(…) habiéndome sentido desde mis más tiernos años inclinado al estado sacerdotal, he practicado medios conducentes a examinar mi vocación y adquirir –en cuanto lo permitan mis fuerzas- la idoneidad que para tan santo estado se requiere”. (Solicitud de la Tonsura y Órdenes Menores, 1°/7/1862).

Reflexión:
El Cura Brochero, fiel hijo de la Iglesia, estaba identificado con el sacerdocio de Cristo, y lo vivía en plenitud. Para él el ejercicio del ministerio sagrado no era el mero cumplimiento de los deberes de una simple profesión, sino el imperativo de una permanente y total identificación con Cristo, el Buen Pastor, quien vino al mundo para servir, no para ser servido.
La figura del padre Brochero se convierte por ello en grandioso faro que ilumina el camino de todos aquellos que han sido llamados por Dios a seguirlo más de cerca.

Oración:
Padre Misericordioso, que quieres perpetuar el Sacerdocio ministerial de tu Hijo en la persona de hombres que eliges entre otros, para que sean mediadores entre Ti y sus hermanos. Hoy queremos pedirte por nuestros sacerdotes. Que a ejemplo del santo Cura Brochero sean conscientes de que los frutos de todo apostolado dependen ante todo de su relación personal con Cristo, la que deben alimentar cada día con una profunda vida sacramental y de oración. Guía, Señor, por medio de tu Espíritu, a todos los sacerdotes del mundo, a fin de que, fieles al Magisterio de la Iglesia, siempre en comunión con los obispos y con el Papa, conduzcan tu rebaño hasta las praderas de la eternidad.
Que la intercesión del santo Cura Brochero nos obtenga esta gracia y la que pedimos en la novena 

(se menciona la gracia).

Padre Nuestro, Ave y Gloria.

Oración final:

Trinidad Santa, Dios Vivo y Creador, acoge benignamente las súplicas que te dirigimos en esta novena. Que nuestra oración te sea agradable, Señor, como lo fue la vida y la muerte de san José Gabriel del Rosario Brochero, por cuya intercesión acudimos confiados a tu Misericordia. Sea la gloria y la alabanza para Ti, único Dios verdadero, Fuente y Principio de toda Vida, Hoguera inextinguible de Amor y Premio eterno de los bienaventurados. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén



Tercer Día de la Novena a San José del Rosario Brochero


Acto de Contrición:

Pésame Señor y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como Vos; antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar y apartarme de las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración para cada día:

Padre de todos los hombres, compadécete de nosotros, los desterrados hijos de Eva, y dígnate escuchar las súplicas que te dirigimos por los méritos e intercesión de san José Gabriel del Rosario Brochero, sacerdote según tu Corazón y fiel pastor de una porción de tu rebaño. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Tercer día: “El padre Brochero y el misterio de la Cruz”

“La señal de Dios es la Santa Cruz y la marca de Él es la fe” (A propósito de una prédica en Tucumán).

Reflexión:
El misterio de la Cruz del Señor resplandeció de un modo singularísimo en la vida y en la misión del padre Brochero. En una de sus cartas al Obispo de Santiago del Estero escribía:

“(…) estoy ciego casi por completo, apenas distingo la luz del día y no distingo ni mis manos (…)”.

A estos dolores físicos se sumarían otros espirituales mucho más profundos. En efecto, el mayor de los padecimientos del padre Brochero era ver cómo Cristo sufría en la persona de sus hermanos. Ante tanta injusticia y tanto dolor la actitud de los justos como este sacerdote íntegro, no podía ser sino la que surge de una fe genuina, “marca de Dios”, de un abrazarse a la Cruz de Cristo, confiando en la Providencia, y ofreciéndole de corazón las pruebas.

Oración:
Padre de nuestro Salvador Crucificado y Resucitado, vuelve tus ojos de ternura hacia aquellos hermanos que sufren en el cuerpo o en el espíritu. Mira especialmente a los que no encuentran consuelo porque son probados por la enfermedad, la tristeza, la soledad o el miedo.
Que por el misterio de la Cruz de tu Hijo y por la intercesión de tu santo sacerdote Brochero, se reavive en ellos la llama de la esperanza y recuperen la paz de espíritu.
Escucha nuestros ruegos, amado Padre, y concédenos la gracia que te suplicamos en esta novena 

(se menciona la gracia).

Padre Nuestro, Ave y Gloria.

Oración final:

Trinidad Santa, Dios Vivo y Creador, acoge benignamente las súplicas que te dirigimos en esta novena. Que nuestra oración te sea agradable, Señor, como lo fue la vida y la muerte de san José Gabriel del Rosario Brochero, por cuya intercesión acudimos confiados a tu Misericordia. Sea la gloria y la alabanza para Ti, único Dios verdadero, Fuente y Principio de toda Vida, Hoguera inextinguible de Amor y Premio eterno de los bienaventurados. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén



Cuarto Día de la Novena a San José del Rosario Brochero

Acto de Contrición:

Pésame Señor y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como Vos; antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar y apartarme de las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración para cada día:

Padre de todos los hombres, compadécete de nosotros, los desterrados hijos de Eva, y dígnate escuchar las súplicas que te dirigimos por los méritos e intercesión de san José Gabriel del Rosario Brochero, sacerdote según tu Corazón y fiel pastor de una porción de tu rebaño. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Cuarto día: “El padre Brochero, el perdón y la prédica”

“Yo me felicitaría si Dios me saca de este mundo confesando y predicando” (Carta al Secretario del Obispo, presbítero Eduardo Ferreira, 2/7/1907).

Reflexión:
Todos los santos sacerdotes de la Iglesia se han caracterizado por una admirable dedicación al sacramento de la Reconciliación. San José Gabriel no ha sido la excepción. Él sabía bien que el Confesionario es el Trono de la Misericordia, erigido en la Tierra por el mismo Dios. ¡Cuántas almas se habrán reconciliado con Dios gracias al ministerio de este incansable Cura! ¡Cuántos hermanos habrán hallado en él, paz y fortaleza para perseverar en la fe!
Pero la prédica del Cura Gaucho no se limitaba al momento en que administraba los sacramentos. Él evangelizaba en cada instante de su vida. No es exagerado decir que cada latido de su corazón era un acto de oración y evangelización.

Oración:
Padre compasivo, te rogamos por todos los pecadores, en especial por aquellos cuyo corazón está más endurecido. Ilumínalos con tu Espíritu, y por la prédica y el testimonio de intrépidos y santos sacerdotes como el Cura Brochero, haz que descubran el tesoro de tu Misericordia, que resplandece de modo incomparable en el sacramento de la Confesión.
Que experimenten la alegría de la comunión contigo, la misma que alentó la vida del santo padre Brochero, por cuya intercesión, reiteramos el pedido de la gracia que te confiamos en esta novena 

(se menciona la gracia).

Padre Nuestro, Ave y Gloria.

Oración final:

Trinidad Santa, Dios Vivo y Creador, acoge benignamente las súplicas que te dirigimos en esta novena. Que nuestra oración te sea agradable, Señor, como lo fue la vida y la muerte de san José Gabriel del Rosario Brochero, por cuya intercesión acudimos confiados a tu Misericordia. Sea la gloria y la alabanza para Ti, único Dios verdadero, Fuente y Principio de toda Vida, Hoguera inextinguible de Amor y Premio eterno de los bienaventurados. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén


Quinto Día de la Novena a San José del Rosario Brochero


Acto de Contrición:

Pésame Señor y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como Vos; antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar y apartarme de las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración para cada día:

Padre de todos los hombres, compadécete de nosotros, los desterrados hijos de Eva, y dígnate escuchar las súplicas que te dirigimos por los méritos e intercesión de san José Gabriel del Rosario Brochero, sacerdote según tu Corazón y fiel pastor de una porción de tu rebaño. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Quinto día: “El padre Brochero y la oración”

“No dejo ni dejaré aquellas cortitas oraciones que he hecho a Dios, a fin de que nos veamos juntos en el grupo de los Apóstoles de la Metrópolis celestial” (Carta al Obispo de Santiago del Estero).

Reflexión:
La vida de oración del Cura Brochero es escuela de amor y confianza para los fieles de todos los tiempos. Es común pensar que cuantas más obligaciones tiene un sacerdote, gozará de menos tiempo para orar, y que por lo tanto, se vería obligado a descuidar su relación personal con Dios. Es cierto que esto desafortunadamente suele ocurrir en muchas ocasiones. Pero no es el caso de aquellos que viven en plenitud su sacerdocio. En efecto, estos últimos saben que de su íntima relación con Dios, de su constante y perseverante oración, reciben la fuerza necesaria para cumplir mejor la Divina Voluntad.
El padre Brochero vivía en continua sintonía con el Señor. No porque dedicara una parte de su jornada a la oración, y el resto, a la prédica y a la práctica de la caridad. Cada acto de su vida él lo convertía en oración, ofreciéndoselo al Señor con todo el corazón. Su existencia era de por sí un incesante cántico de súplica, acción de gracias y alabanza al Creador. Y esta plena comunión con Dios hacía fructuosas todas sus obras, aun las que pudieran haber parecido insignificantes a los ojos del mundo.

Oración:
Padre clemente, te pedimos por todos aquellos que se encuentran alejados de Ti, por los que han perdido, o nunca conocieron el hábito saludable de vivir en comunión contigo. Sal nuevamente a su encuentro, Señor. Que te reconozcan en tu Iglesia, en los Sacramentos, en tu Palabra y en el fiel testimonio de sus hermanos.
Señor del Cielo y de la Tierra, enséñanos a orar por quienes no oran. Que nuestra voz llegue a Ti en nombre de aquellos que en el pasado no te conocieron. Que se haga intérprete de los que hoy, consciente o inconscientemente, te cierran las puertas de su corazón.
Que nuestra oración, Señor, a ejemplo de la del Cura Brochero, sea también plegaria de intercesión por las generaciones futuras, para que puedan experimentar la grandeza de tu amor que sana y salva, y del que esperamos obtener, por intercesión del santo Cura Brochero, la gracia por la que realizamos este acto de devoción 

(se menciona la gracia pedida).

Padre Nuestro, Ave y Gloria.

Oración final:

Trinidad Santa, Dios Vivo y Creador, acoge benignamente las súplicas que te dirigimos en esta novena. Que nuestra oración te sea agradable, Señor, como lo fue la vida y la muerte de san José Gabriel del Rosario Brochero, por cuya intercesión acudimos confiados a tu Misericordia. Sea la gloria y la alabanza para Ti, único Dios verdadero, Fuente y Principio de toda Vida, Hoguera inextinguible de Amor y Premio eterno de los bienaventurados. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén


Sexto Día de la Novena a San José del Rosario Brochero

Acto de Contrición:

Pésame Señor y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como Vos; antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar y apartarme de las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración para cada día:

Padre de todos los hombres, compadécete de nosotros, los desterrados hijos de Eva, y dígnate escuchar las súplicas que te dirigimos por los méritos e intercesión de san José Gabriel del Rosario Brochero, sacerdote según tu Corazón y fiel pastor de una porción de tu rebaño. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Sexto día: “El padre Brochero y la Iglesia”

“Creyendo y esperando cuanto cree y espera nuestra Santa Madre Iglesia en cuya fe nací, he vivido y protesto morir, defendiéndola y enseñándola con mi palabra y ejemplo…” (Testamento del padre Brochero).

Reflexión:
Cuando hay sacerdotes tan comprometidos socialmente como el Cura Gaucho, los sectores particularmente hostiles a la auténtica fe católica son reticentes a especificar que se trató de un fiel hijo de la Iglesia, que vivió en absoluta fidelidad al Magisterio y que practicó las virtudes cristianas en grado heroico. 
El santo Cura Brochero amaba y reverenciaba a la Iglesia con filial devoción. Esto se puede percibir en sus escritos y en sus obras. La fidelidad incondicional al Magisterio, el trato respetuoso y humilde para con su obispo, la prédica constante de la más pura doctrina católica, y la conciencia de que cuando desempeñaba su ministerio lo hacía, no por sí mismo y en un acto individual, sino en nombre de la misma Iglesia, a la que el mismo Jesucristo lo llamó como ministro sagrado… Todas ellas son virtudes que resplandecieron de un modo particular en el padre Brochero.
Este dejar de lado los anhelos personales por legítimos que fueran, y hacerlo en nombre de Cristo y bajo la guía de la Iglesia, es una virtud indispensable requerida para que un hijo de Dios sea propuesto oficialmente como modelo a imitar. Es que quien ama a Cristo de verdad, con un corazón humilde como el padre Brochero, no puede sino acoger agradecido todos los dones que el Señor ofrece para la salvación.
¿Cuáles son estos dones? Ante todo, el Don de Sí mismo, en la Eucaristía. También el don de su Madre, modelo acabado de virtudes, lo más sagrado que Dios pueda ofrecernos que no sea Él mismo; también el don de la Iglesia, sin la cual no habría Eucaristía ni ninguno de los otros sacramentos ni sacramentales; y el don de su Palabra viva y eficaz que ilumina nuestro peregrinar hacia el Cielo.

Oración:
Padre Celestial, Tú aceptaste el Sacrificio de tu Hijo para que todos nosotros fuéramos salvos. Él instituyó la Iglesia para perpetuar ese Sacrificio, a fin de que la salvación estuviera al alcance de los hombres y mujeres de todos los tiempos. El Espíritu Santo, Dios verdadero que procede de Ti y de tu Hijo, vive en la Iglesia, y por medio de ella santifica la creación entera y pone a nuestra disposición todos los medios de la salvación.
Concédenos, Padre amantísimo, la gracia de vivir y morir en plena comunión con la Iglesia Católica, Mística Esposa del Cordero inmolado, y la de profesar una filial devoción al Papa, Vicario de tu Hijo y Sucesor del primero de los Apóstoles.
Te lo pedimos junto a la gracia que solicitamos en esta novena 

(se menciona la gracia).

Que todos los pueblos de la Tierra se congreguen en la unidad para confesarte a Ti, Padre Eterno, que con tu Hijo y el Espíritu Santo, vives y reinas, Dios Misericordioso, por los siglos eternos. Amén.

Padre Nuestro, Ave y Gloria.

Oración final:

Trinidad Santa, Dios Vivo y Creador, acoge benignamente las súplicas que te dirigimos en esta novena. Que nuestra oración te sea agradable, Señor, como lo fue la vida y la muerte de san José Gabriel del Rosario Brochero, por cuya intercesión acudimos confiados a tu Misericordia. Sea la gloria y la alabanza para Ti, único Dios verdadero, Fuente y Principio de toda Vida, Hoguera inextinguible de Amor y Premio eterno de los bienaventurados. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén



Séptimo Día de la Novena a San José del Rosario Brochero



Acto de Contrición:

Pésame Señor y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como Vos; antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar y apartarme de las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración para cada día:

Padre de todos los hombres, compadécete de nosotros, los desterrados hijos de Eva, y dígnate escuchar las súplicas que te dirigimos por los méritos e intercesión de san José Gabriel del Rosario Brochero, sacerdote según tu Corazón y fiel pastor de una porción de tu rebaño. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Séptimo día: “El padre Brochero y la verdadera riqueza”

“Yo me he considerado siempre muy rico porque la riqueza de una persona no consiste en la multitud de miles de pesos que posee, sino en la falta de necesidades…” (Carta a Nicolás Castellano).

Reflexión:
El Cura Brochero fue materialmente pobre y vivió entre los pobres. Pero se consideraba rico. Rico porque jamás quiso nada para sí sino para los demás. Rico porque nunca tuvo necesidad de más que de aquello que Dios quiso darle. Pero rico ante todo, porque nunca dudó en qué consistía la verdadera riqueza: En servir a Cristo en la persona de los hermanos; en alimentarlos con el pan material y con el Pan espiritual; en procurarles la medicina contra las enfermedades del cuerpo, y sobre todo, contra las del alma; en proveer el techo de una vivienda a los que carecían de él, pero consciente de que era más importante invitarlos al gran Hogar de la Iglesia Madre, la Casa que el mismo Dios ha construido para sus hijos.
Mientras el padre Brochero proyectaba la construcción de caminos terrenales, trazaba con su vida ejemplar senderos de luz que conducían hacia la Patria celestial (y más ahora, que ha sido elevado a los altares).
¡Cuán rico era este Cura pobre! Rico, porque siendo pobre y humilde enriqueció a todos los que conoció ofreciéndoles el Tesoro más grande que es Jesucristo. El que Lo tiene a Él lo tiene todo.
La riqueza del Cura Brochero, evidentemente no era material puesto que dándola no se empobrecía; tan abundante es ella que sigue y seguirá enriqueciendo a todos aquellos que dirijan su mirada a la grandiosa figura de quien supo imitar a Cristo dándose a los demás.

Oración:
Padre de toda riqueza, en nombre y por la intercesión del santo Cura Brochero, rico en virtudes y en méritos, acuérdate de los que vivimos sumidos en la pobreza de nuestras propias miserias. Recuérdanos nuestra dignidad, Señor. Que no olvidemos que el Precio de nuestra redención es el Sacrificio de tu amado Hijo, el Fruto selecto formado en el seno de María, que por nosotros fue exprimido en el noble Árbol de la Cruz.
Que nunca cerremos las puertas del corazón a la salvación que Él nos ofrece.
Te pedimos todo esto junto a la gracia por la que rezamos esta novena al padre Brochero

 (se menciona la gracia).

Padre Nuestro, Ave y Gloria.

Oración final:

Trinidad Santa, Dios Vivo y Creador, acoge benignamente las súplicas que te dirigimos en esta novena. Que nuestra oración te sea agradable, Señor, como lo fue la vida y la muerte de san José Gabriel del Rosario Brochero, por cuya intercesión acudimos confiados a tu Misericordia. Sea la gloria y la alabanza para Ti, único Dios verdadero, Fuente y Principio de toda Vida, Hoguera inextinguible de Amor y Premio eterno de los bienaventurados. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén


Octavo Día de la Novena a San José del Rosario Brochero


Acto de Contrición:

Pésame Señor y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como Vos; antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar y apartarme de las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración para cada día:

Padre de todos los hombres, compadécete de nosotros, los desterrados hijos de Eva, y dígnate escuchar las súplicas que te dirigimos por los méritos e intercesión de san José Gabriel del Rosario Brochero, sacerdote según tu Corazón y fiel pastor de una porción de tu rebaño. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Octavo día: “El padre Brochero y la Santísima Virgen”

“Mi Purísima”.

Reflexión:
Con esta tierna expresión el Cura Brochero acostumbraba a dirigirse a la gran Madre de Dios. Más que una jaculatoria, es toda una profesión de fe y de confianza en la revelación bíblica, que da cuenta de la incomparable dignidad de aquella que mereció llevar en su seno al Autor de la Vida, y de su poderosa intercesión en nuestro favor.
“Mi Purísima”: El adjetivo posesivo “Mi” se hace eco de la entrega que Cristo nos hizo de su Madre en la persona de Juan cuando ella, Virgen fiel, permanecía sufriente pero serena al pie de la Cruz.
El adjetivo superlativo “Purísima” confiesa la fe del padre Brochero en el misterio de la Inmaculada Concepción de María y su confianza en la gloriosa intercesión de tan dulce Madre por todos y cada uno de sus hijos hasta el final de los tiempos.
Imitemos al Cura Brochero, que en medio de los desiertos del mundo, acudía a María como remanso de amor y ternura, como a oasis de paz y torre de fortaleza.

Oración:
Dios de los portentos, desde los orígenes de la Creación ya pensabas en aquella que concebiría en su seno a tu Hijo único, Señor y Salvador de los hombres.
Te pedimos que a ejemplo del santo Cura Brochero, y como tú mismo Hijo nos enseñara, aprendamos a acudir con confianza a María en cada momento de nuestra vida. Nadie mejor que ella para mostrarnos a Jesús, Camino, Verdad y Vida.
Nadie, fuera de Ti, más grande que ella. 
Que esta Madre bendita nos lleve siempre de su mano, Señor, para que nuestros pies no vuelvan a tropezar.
Acoge esta súplica confiada, junto a la que reiteramos también el pedido que te hemos presentado en esta novena

 (se menciona la gracia).

Padre Nuestro, Ave y Gloria.

Oración final:

Trinidad Santa, Dios Vivo y Creador, acoge benignamente las súplicas que te dirigimos en esta novena. Que nuestra oración te sea agradable, Señor, como lo fue la vida y la muerte de san José Gabriel del Rosario Brochero, por cuya intercesión acudimos confiados a tu Misericordia. Sea la gloria y la alabanza para Ti, único Dios verdadero, Fuente y Principio de toda Vida, Hoguera inextinguible de Amor y Premio eterno de los bienaventurados. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén




Noveno Día de la Novena a San José del Rosario Brochero


Acto de Contrición:

Pésame Señor y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí un Dios tan bueno y tan grande como Vos; antes querría haber muerto que haberos ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar y apartarme de las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración para cada día:

Padre de todos los hombres, compadécete de nosotros, los desterrados hijos de Eva, y dígnate escuchar las súplicas que te dirigimos por los méritos e intercesión de san José Gabriel del Rosario Brochero, sacerdote según tu Corazón y fiel pastor de una porción de tu rebaño. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Noveno día: “El padre Brochero, nuestro intercesor”

“Dios me da la ocupación de buscar mi último fin, y de orar por los hombres pasados, por los presentes y por los que han de venir, hasta el fin del mundo” (Carta al Obispo de Santiago del Estero).

Reflexión:
Este anhelo del humilde Cura Gaucho, anhelo que fue una promesa, llega a su pleno cumplimiento precisamente ahora, en que la Madre Iglesia ha glorificado a este preclaro hijo suyo con la corona inmarcesible de los bienaventurados.
Cuando la historia nos relata la labor de grandes hombres y mujeres, destaca todo lo bueno que ellos hicieron en vida y el legado que pudieron habernos dejado. Lo que no puede constar históricamente es que, más allá de este legado, luego de su muerte terrena, dichos hombres y mujeres, puedan seguir ayudándonos personalmente. No pasa así con los cristianos que la Madre Iglesia eleva a los altares y propone como modelo a imitar. Por fe nos consta que su intercesión ante Dios en favor nuestro es personal, concreta y eficaz. La principal prueba documentada e irrefutable de ello son los al menos dos milagros exigidos por la Iglesia, uno para la beatificación, y otro para la canonización de sus hijos ejemplares.

Oración:
Padre nuestro, Dios Viviente y Misericordioso, te damos gracias por habernos dado, a lo largo de los siglos, a tantos hijos tuyos, que han ido revelándonos los rasgos paternales de tu Rostro amoroso.
Pensamos en Abraham, nuestro padre en la fe, y en los demás patriarcas y profetas.
Pensamos en el grandioso Patriarca San José, Esposo de la Virgen e icono perfecto de tu gloriosa Paternidad, el hombre más semejante a tu Hijo, ante quien “hizo las veces de padre”, según tus designios.
Pensamos en la multitud de santos y santas que interceden por nosotros.
De modo especial, te damos gracias, Padre Bueno, por la vida y el ministerio, por la glorificación y la intercesión de san José Gabriel del Rosario Brochero. Que él nos dé fuerzas para no sucumbir a causa de nuestras debilidades, que no permita que los vientos de las modas pasajeras, apaguen la llama de nuestra esperanza, que nos alerte para no rendir culto a los nuevos y antiguos ídolos, y que ilumine nuestro caminar hacia el encuentro definitivo con Cristo en la paz eterna del Reino prometido.
En nombre de este bienaventurado sacerdote, hemos rezado la novena, pidiéndote la gracia que ahora reiteramos, con la esperanza de que, por intercesión suya, te dignes escuchar nuestro humilde ruego 

(se menciona la gracia).

Padre Nuestro, Ave y Gloria.

Oración final:

Trinidad Santa, Dios Vivo y Creador, acoge benignamente las súplicas que te dirigimos en esta novena. Que nuestra oración te sea agradable, Señor, como lo fue la vida y la muerte de san José Gabriel del Rosario Brochero, por cuya intercesión acudimos confiados a tu Misericordia. Sea la gloria y la alabanza para Ti, único Dios verdadero, Fuente y Principio de toda Vida, Hoguera inextinguible de Amor y Premio eterno de los bienaventurados. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

lunes, 6 de marzo de 2017

FELIZ SEMANA!!




SANTA MARÍA DE LA PROVIDENCIA, INTERCESORA DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO, 6 MARZO


Hoy 6 de marzo es la fiesta de Santa María de la Providencia, intercesora de las almas del Purgatorio

 (ACI).- Santa María de La Providencia fue una religiosa francesa que fundó la Sociedad de las Auxiliadoras de las Almas del Purgatorio, una congregación religiosa femenina que tiene como fin salvar las almas del purgatorio a través de las obras de misericordia espirituales y corporales.

Su nombre era María Eugenia Smet y nació en Francia el año 1825. Estudió en un colegio de religiosas donde adquirió una confianza total a la Divina Providencia, amor y devoción por las benditas almas del Purgatorio y una fuerte inclinación a la vida religiosa.

Al terminar sus estudios se propuso ayudar a los pobres. Solía cocinar y llevar el alimento a indigentes y enfermos.

En 1852 años hizo un voto de castidad. Y en 1855, por consejo del Santo Cura de Ars y de otros sacerdotes, se unió en París con otras jóvenes y fundó la comunidad de las "Auxiliadoras de las Almas del Purgatorio".

Un santo sacerdote jesuita redactó las Reglas o Constituciones para la nueva comunidad, las cuales fueron adoptadas y aceptadas en 1859. En ese mismo año, 28 señoritas, ante el Arzobispo de París, juraron cumplir las Reglas de la nueva Congregación.

La fundadora se llamó en adelante Madre María de la Providencia. Luego, fundó casas para la comunidad en varios lugares de Francia y envió misioneras a China.

Tiempo después padeció cáncer, lo que le sirvió para crecer en santidad por medio de la meditación. Falleció el 7 de febrero de 1871.
Sus religiosas tienen 119 casas en el mundo con 1.100 religiosas.

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Santa María de la Providencia, Fundadora
6 de Marzo

Se llama "Divina Providencia" al cuidado amoroso que Dios tiene de cada uno de nosotros.

Su nombre era María Eugenia Smet. Y nació en Lila, Francia, en marzo de 1825. Sus estudios los hizo interna en un colegio de religiosas; y allí adquirió una sólida formación religiosa, cuyas características principales fueron una confianza total en la Divina Providencia, un gran amor y devoción por las benditas almas del purgatorio, y una fuerte inclinación hacia la vida religiosa.

Al volver a su casa después de terminar sus estudios de bachillerato se propuso estar siempre ocupada y ayudar en lo más posible a los pobres. Cada día cocinaba una enorme olla de sopa y la repartía entre los más indigentes. Y a los que no podían salir de su casa por estar enfermos, les llevaba alimentos a sus propios hogares. Le encantaba ayudar a barrer y adornar los templos.

Cuando ya llevaba 7 años dedicada a estas obras, un día asistió a un retiro predicado por un misionero y salió llena de entusiasmo por las Misiones. En adelante se dedicó a recoger ayudas para los misioneros y a hacer rifas para conseguir dinero para las misiones. Los misioneros se quedaban admirados de las cantidades de ayudas que esta joven les conseguía.

A los 27 años, con permiso del confesor, hizo voto de castidad.

En 1855, por consejo del Santo Cura de Ars y de otros santos sacerdotes, se unió con otras jóvenes piadosas en París y fundó la comunidad de las "Auxiliadoras de las Almas del Purgatorio".

María era terca y no le gustaba hacer mucho caso de los consejos de sus directores. Por ello los capellanes de su comunidad no duraban sino muy poco tiempo y la Comunidad no lograba progresar. Pero Dios le concedió el remedio que necesitaba. Le envió un sabio Padre Jesuita que con diplomacia pero con energía fue logrando que la hermana María le hiciera caso y siguiera sus consejos. Ella, que era tan dominante, ahora tenía frente a sí a uno de su talla. Al fin un día le confesó claramente: ¡Padre, Ud. ha logrado dominar mi altanería y mi terquedad! El sacerdote le respondió: "Quiera el cielo que de ahora en adelante lo que Ud. busque sea hacer siempre no lo que sus impulsos y sus caprichos le aconsejen, sino lo que más le parezca que es la voluntad de Dios".

Otro día ella le decía al santo jesuita: "Padre, estoy totalmente disgustada de mí misma y del modo como me comporto". Y él le respondió: "Me alegra que no esté contenta de cómo es y de su modo de comportarse. Si estuviera contenta, eso sería una mala señal".

El Padre jesuita les redactó las Reglas o Constituciones de la nueva comunidad, las cuales fueron adoptadas, y aceptadas en 1859, y en aquel mismo años, 28 señoritas, ante el Arzobispo de París, juraron cumplir las Reglas de la nueva Congregación. La fundadora se llamó en adelante Madre María de la Providencia.

Cuando se desanimaba, le decía su director espiritual: "Usted es una preferida de la Divina Providencia. Si después de todas las maravillas que la Divina Providencia ha hecho en su favor, todavía desconfiara de las ayudas de Dios, esto sería una verdadera infidelidad. Confíe en Dios y vencerá".

Fundó casas de su Comunidad en varios sitios de Francia y envió a sus religiosas como misioneras a China.

a Divina Providencia permitió que le llegara un dolorosísimo cáncer que la atormentó por bastante tiempo, y que la obligaba frecuentemente a guardar quietud (lo cual le servía para crecer mucho en santidad por medio de la oración y la meditación).

En 1871, devorada por el cáncer, murió santamente. Y su rostro, que poco antes de la muerte estaba crispado por los terribles dolores, recobró al morir una muy agradable presencia.

Sus religiosas tienen 119 casas en el mundo con 1,100 religiosas, y se dedican a la pastoral de la salud y a la pastoral social.

Que como esta santa fundadora, también nosotros logremos dominar nuestros impulsos, nuestras inclinaciones, y dejarnos guiar por las luces e inspiraciones de quienes nos quieren guiar hacia la santidad.

Fuente: www.churchforum.org.mx

SANTORAL DE HOY LUNES 6 DE MARZO DEL 2017

Julián de Toledo, Santo
Obispo, 6 de marzo
Rosa de Viterbo, SantaRosa de Viterbo, Santa
Virgen, 6 de marzo
Crodegango de Metz, SantoCrodegango de Metz, Santo
Obispo, 6 de marzo
Colette o Coleta Boylet de Corbie, SantaColette o Coleta Boylet de Corbie, Santa
Virgen Clarisa, 6 de marzo
Olegario, SantoOlegario, Santo
Obispo, 6 de marzo

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 6 DE MARZO DEL 2017


Un amor total
San Mateo 25, 31-46. I Lunes de Cuaresma


Por: H. Adrián Olvera de la Cruz LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Gracias, Jesús, por este día… Hoy quiero estar contigo. Quiero escucharte y en cada momento estar en tu presencia.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Mateo 25, 31-46
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante él todas las naciones, y él apartará a lo unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme”. Los justos le contestarán entonces: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?” Y el rey les dirá: "Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron".
Entonces dirá también a los de la izquierda: “Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron”.
Entonces ellos le responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?” Y él les replicará: “Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo”. Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
El corazón no está hecho para migajas y sobras de amor…, no está hecho para un amor abstracto. El corazón está hecho para un amor concreto…, para un amor que goce, que sufra, un amor total.
El corazón no se contenta con ideas y amores de película… exige un amor real.
Jesús conoce mi corazón, pues Él lo ha creado y sabe, aún más que yo, lo que necesita. Sabe lo que necesita el que ama y lo que necesita el amado. También sabe que el corazón lo busca a Él y sólo a Él… lo sabe muy bien.
Jesús escucha los reclamos ante su ausencia. Escucha mis oraciones vacías ante su silencio pues desespero al no verlo.
Te pido que me muestres tu rostro y… ¡Ahí estás! Te muestras, te revelas en el prójimo… te revelas en sus heridas.
Quieres amar en mí y ser amado en el otro. Conoces los deseos que tengo de amor y te dejas amar en el otro. Sólo que… no te veo Señor; muchas veces sé que estás pero no te siento. Las debilidades e imperfecciones, propias y ajenas, me distraen, sin embargo, es ahí donde hay que amar… ahí me pides amar.
El amor que me inspiras en el silencio de la oración; el que me inspiras al contemplar la cruz…ése es el amor que me pides dar.
Nosotros los cristianos estamos llamados a contemplar el misterio del Amor no amado, y a derramar misericordia sobre el mundo. En la Cruz, árbol de vida, el mal ha sido trasformado en bien; también nosotros, discípulos del Crucificado, estamos llamados a ser “árboles de vida”, que absorben la contaminación de la indiferencia y restituyen al mundo el oxígeno del amor.
(Homilía de S.S. Francisco, 20 de septiembre de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hacer un acto de caridad a una persona necesitada, consciente de que se lo estoy haciendo al mismo Cristo.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

domingo, 5 de marzo de 2017

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 5 DE MARZO DEL 2017


I Domingo de Cuaresma – Ciclo A
Domingo 5 de Marzo de 2017

“Jesús es hombre”



Primera lectura
Lectura libro del Génesis (2,7-9;3,1-7):

EL Señor Dios modeló al hombre del polvo del suelo e insufló en su nariz aliento de vida; y el hombre se convirtió en ser vivo.
Luego el Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia oriente, y colocó en él al hombre que había modelado.
El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos para la vista y buenos para comer; además, el árbol de la vida en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el mal.
La serpiente era más astuta que las demás bestias del campo que el Señor había hecho. Y dijo a la mujer:
«¿Conque Dios os ha dicho que no comáis de ningún árbol del jardín?».
La mujer contestó a la serpiente:
«Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; pero del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios:
“No comáis de él ni lo toquéis, de lo contrario moriréis”».
La serpiente replicó a la mujer:
«No, no moriréis; es que Dios sabe que el día en que comáis de él, se os abrirán los ojos, y seréis como Dios en el conocimiento del bien y el mal».
Entonces la mujer se dio cuenta de que el árbol era bueno de comer, atrayente a los ojos y deseable para lograr inteligencia; así que tomó de su fruto y comió. Luego se lo dio a su marido, que también comió.
Se les abrieron los ojos a los dos y descubrieron que estaban desnudos; y entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron.

Palabra de Dios    

______________________

Salmo
Salmo Responsorial: 50,3-4.5-6a.12-13.14.17

R/. Misericordia, Señor: hemos pecado

V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.

V/. Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R/.

V/. Oh, Dios, crea en mi un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.

V/. Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R/.

______________________

Segunda lectura
Comienzo de la primera carta del apóstol san Pablo a los Romanos (5,12-19):

Hermanos:

Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte se propagó a todos los hombres, porque todos pecaron…
Pues, hasta que llegó la ley había pecado en el mundo, pero el pecado no se imputaba porque no había ley. Pese a todo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con una transgresión como la de Adán, que era figura del que tenía que venir.
Sin embargo, no hay proporción entre el delito y el don: si por el delito de uno solo murieron todos, con mayor razón la gracia de Dios y el don otorgado en virtud de un hombre, Jesucristo, se han desbordado sobre todos.
Y tampoco hay proporción entre la gracia y el pecado de uno:
pues el juicio, a partir de uno, acabó en condena, mientras que la gracia, a partir de muchos pecados, acabó en justicia.
Si por el delito de uno solo la muerte inauguró su reinado a través de uno solo, con cuánta más razón los que reciben a raudales el don gratuito de la justificación reinarán en la vida gracias a uno solo, Jesucristo.
En resumen, lo mismo que por un solo delito resultó condena para todos, así también por un acto de justicia resultó justificación y vida para todos.
Pues, así como por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo, todos serán constituidos justos.

Palabra de Dios

____________________

Lectura del Santo Evangelio según san Mateo (4,1-11):

En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.
El tentador se le acercó y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes».
Pero él le contestó:
«Está escrito: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”».
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”».
Jesús le dijo:
«También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”».
De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los
reinos del mundo y su gloria, y le dijo:
«Todo esto te daré, si te postras y me adoras».
Entonces le dijo Jesús:
«Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”».
Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían.

Palabra del Señor

_________________


NUESTRA GRAN TENTACIÓN

La escena de las «tentaciones de Jesús» es un relato que no hemos de interpretar ligeramente. Las tentaciones que se nos describen no son propiamente de orden moral. El relato nos está advirtiendo de que podemos arruinar nuestra vida si nos desviamos del camino que sigue Jesús.

La primera tentación es de importancia decisiva, pues puede pervertir y corromper nuestra vida de raíz. Aparentemente, a Jesús se le ofrece algo inocente y bueno: poner a Dios al servicio de su hambre. «Si eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes».

Sin embargo, Jesús reacciona de manera rápida y sorprendente: «No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios». No hará de su propio pan un absoluto. No pondrá a Dios al servicio de su propio interés, olvidando el proyecto del Padre. Siempre buscará primero el reino de Dios y su justicia. En todo momento escuchará su Palabra.

Nuestras necesidades no quedan satisfechas solo con tener asegurado nuestro pan material. El ser humano necesita y anhela mucho más. Incluso, para rescatar del hambre y la miseria a quienes no tienen pan, hemos de escuchar a Dios, nuestro Padre, y despertar en nuestra conciencia el hambre de justicia, la compasión y la solidaridad.

Nuestra gran tentación es hoy convertirlo todo en pan. Reducir cada vez más el horizonte de nuestra vida a la satisfacción de nuestros deseos; vivir obsesionados por un bienestar siempre mayor o hacer del consumismo indiscriminado y sin límites el ideal casi único de nuestras vidas.

Nos engañamos si pensamos que ese es el camino que hay que seguir hacia el progreso y la liberación. ¿No estamos viendo que una sociedad que arrastra a las personas hacia el consumismo sin límites y hacia la autosatisfacción no hace sino generar vacío y sinsentido en las personas y egoísmo, insolidaridad e irresponsabilidad en la convivencia?

¿Por qué nos estremecemos de que vaya aumentando de manera trágica el número de personas que se suicidan cada día? ¿Por que seguimos encerrados en nuestro falso bienestar, levantando barreras cada vez más inhumanas para que los hambrientos no entren en nuestros países, no lleguen hasta nuestras residencias ni llamen a nuestra puerta?

La llamada de Jesús nos puede ayudar a tomar más conciencia de que no solo de bienestar vive el ser humano. También los hombres y mujeres de hoy necesitamos cultivar el espíritu, conocer el amor y la amistad, desarrollar la solidaridad con los que sufren, escuchar nuestra conciencia con responsabilidad, abrirnos al Misterio último de la vida con esperanza.


Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Mt 4,1-11

ORACIÓN A SAN ADRIÁN


Oración a San Adrián


Señor, Tú que  llenaste de un celo apasionado a San Adrián
por anunciar tu Amor, manifestado en el Corazón de tu Hijo Jesús
y en el Corazón de María, su Madre y Madre nuestra.

Le diste fortaleza tan grande
que lo llevó a derramar su sangre
como testigo de tu Amor.

Te pedimos, por su intercesión,
nos concedas también a nosotros
contemplar, vivir, anunciar
y ser testigos de tu Amor.

Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Amén
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