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domingo, 4 de mayo de 2014
Los Santos de hoy lunes 5 de mayo de 2014
SAN HILARIO DE ARLÉS, OBISPO, 5 DE MAYO
Autor: . | Fuente: Enciclopedia Católica || ACI Prensa Hilario de Arlés, Santo | |
Obispo, 5 de mayo | |
ObispoEl lugar preciso de su nacimiento es desconocido. Todo lo que se ha dicho es que perteneció a una notable familia de la parte Norte de Galia, de la cual probablemente descendió San Honorato, su predecesor de la Sede de Arles. Culto y rico, Hilario había calculado todo para asegurar su éxito en el mundo, pero abandonó honores y riquezas ante las urgentes demandas de Honorato, acompañándolo a la ermita de Lerins, que este ultimo había fundado y dedicándose él mismo bajo la santa obediencia a practicar la austeridad y el estudio de la Sagrada Escritura. Mientras tanto Honorato, quién había llegado a Arzobispo de Arles, estaba a punto de morir. Hilario corrió a su lado y lo asistió en sus últimos momentos. Estaba Hilario por partir de regreso a Lerins cuando fue retenido por la fuerza y proclamado arzobispo en lugar de Honorato. Obligado a ceder a esta coacción, emprendió resueltamente las tareas de su pesado cargo, y asitió a varios concilios que tuvieron lugar en Riez, Orange, Vaison y Arles. Seguidamente empezó entre él y el Papa San Leo la famosa riña que constituye una de las etapas más curiosas de la historia de la Iglesia de Gallicia. En una reunion de obispos que presidió en el año 444 y en la que estuvieron presentes San Euterio de Lyon y St German de Auxerre, destituyó por incapacidad a un tal Cheldonius. Este ultimo se apresuró a ir a Roma, tuvo éxito en la intercesión de su causa ante el Papa y como resultado fue reinstalado en su sede. Hilario entonces solicitó al Papa San Leo que justificara su acción sobre el asunto, pero no fue bien recibido por el soberano pontífice y fue obligado a regresar precipitadamente a Galia. Después de esto envió a algunos sacerdotes a Roma a explicar su conducta pero sin ningún buen resultado. Además algunas personas que estaban hostiles por dicho asunto llevaron varias acusaciones contra él a la Corte de Roma, por lo cual el Papa excomulgó a Hilario, transfiriendo las prerrogativas de su sede a Frejus y motivó la proclamación del Emperador Valentiniano III con el famoso decreto que liberaba a la Iglesia de Viena de toda dependencia de Arles. Sin embargo hay razones para creer que una vez terminada la tormenta, fue restaurada la paz rápidamente entre Hilario y Leo. Estamos lejos de la época en que ocurrió esta memorable riña y los documentos que pueden arrojar una luz sobre ella son muy pocos para permitirnos emitir un juicio definitivo sobre esta causa y sus consecuencias. Evidentemente existe el hecho que los respectivos derechos de la Corte de Roma y de la ciudad no estaban suficientemente clarificados en ese tiempo y que el derecho de apelación al papa, entre otros, no estaban explícitamente reconocidos. Existe un número de escritos que se atribuyen a San Hilario, pero están lejos de ser auténticos. Pere Quesnel los coleccionó todos en un apéndice al trabajo en el que ha publicado los escritos de San Leo. |
ORACIÓN A SAN JUAN XXIII
Autor: Cardenal Angelo Comastri | Fuente: Catholic.net
Oración a San Juan XXIII
Te pedimos, Padre, por su intercesión ser portadores en esta tierra del don maravilloso de tu paz.
Oración a San Juan XXIII
Dios Padre amado, que nos diste como Santo Padre a San Juan XXIII, llamado por todos el Papa de la paz y el Papa bueno.
Te pedimos, Padre, por su intercesión ser portadores en esta tierra del don maravilloso de tu paz y ser por tanto hombres y mujeres de diálogo, comprensión y tolerancia.
Ayúdanos, Señor, a ver a todos los que nos rodean
como hermanos e hijos de un mismo Dios y a buscar en todo momento el entendimiento sin desvirtuar tu luz y tu verdad.
Queremos, como San Juan XXIII, que nos reconozca el mundo entero porque, como discípulos tuyos, nos amamos unos a otros.
Gracias por este ejemplo de virtudes. Y unidos a todos los santos del Cielo y en especial a este Papa bueno, te suplico, Padre, esta gracia particular que necesito. Gracias te doy de antemano, Señor, porque estoy seguro de que me será concedida por el ruego de tan gran intercesor.
Amén.
EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 4 DE MAYO DEL 2014
Autor: Juan Pablo Durán | Fuente: Catholic.net En el camino de Emaús | |
Lucas 24, 13-35. Pascua. Dejarnos conquistar por la esperanza que nos ofrece Jesús, y en la Eucaristía llevarlo para siempre. | |
Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; pero sus ojos estaban retenidos para que no le conocieran. Él les dijo: «¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando?» Ellos se pararon con aire entristecido. Uno de ellos llamado Cleofás le respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?» Él les dijo: «¿Qué cosas?» Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían que él vivía. Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron». Él les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?» Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras. Al acercarse al pueblo a donde iban, Él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le forzaron diciéndole: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado». Y entró a quedarse con ellos. Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su lado. Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?» Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!» Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan. Oración introductoria Gracias, Señor, por buscarme, por no dejarme solo en el camino. Me conoces y sabes que soy presa fácil del desánimo y del abatimiento y me cuesta mucho reconocerte en mi oración. Ilumina mi mente y mi corazón para que sepa descubrirte y experimente esa cercanía que me llena de paz y amor. Petición Cristo resucitado, enciende el calor de mi fe y esperanza de tal manera, que en esta Pascua de resurrección, la vivencia de la caridad sea el distintivo de mi vida. Meditación del Papa Francisco En el Evangelio, Jesús no se enfada, pero finge cuando los discípulos no entendían las cosas. A los de Emaús les dice: insensatos y lentos de corazón. ´Insensatos y lentos de corazón´... Quien no entiende las cosas de Dios es una persona así. El Señor quiere que entendamos lo que sucede: lo que sucede en mi corazón, lo que sucede en mi vida, lo que sucede en el mundo, en la historia... Y Jesús nos pide pensar libremente, pensar para entender lo que sucede. La verdad es que ¡solos no podemos! Necesitamos la ayuda del Señor. Lo necesitamos para entender los signos de los tiempos, el Espíritu Santo nos da este regalo, un don: la inteligencia para entender y no porque otros me digan qué sucede. [...] Esta es la gracia que debemos pedir al Señor: la capacidad que nos da el Espíritu para entender los signos de los tiempos. (Cf. S.S. Francisco, 29 de noviembre de 2013, homilía en Santa Marta). Reflexión El último capítulo del "Evangelio de la misericordia" nos narra un acontecimiento que se ha repetido en prosa y en cantos, que ha inspirado a las obras de arte más conocidas, que ha suscitado conversiones e inspirado a los cristianos en el camino a la santidad. Comienza con dos discípulos desencantados, que están abandonando la causa por la cual, tres años antes, habían dejado todo. Pero ahora, después de tres días de esperar al Maestro en el que habían creído, se habían convencido de su tontería, y partían para tratar de reconstruir las vidas que habían dejado atrás. En un fin de semana se les había escapado el único ideal que había llenado sus corazones jóvenes. En su camino se les aparece Cristo, pero aunque lo veían, algo les impedía reconocerle. Aquí nos tenemos que preguntar, ¿por qué? ¿Por qué no reconocen su rostro después de haberlo seguido por tres años? ¿Por qué no reconocen su voz después de haber dejado todo el día que escucharon su llamada? ¿Por qué no reconocen sus palabras después de haberlo oído predicar? Tal vez es porque, como ellos mismos admiten, Él ha desilusionado las esperanzas que tenían, de que Él fuera el libertador de la nación de Israel. El obstáculo no es que no tengan a Jesús al lado, caminando con ellos, es que ellos esperan ver a alguien diferente. Así nunca verán a Jesús, por más claro que se les aparezca. ¡La esperanza que ellos habían tenido, pequeña y a su medida, no les deja aceptar la gloria y el gozo de la resurrección! Pero Jesús no los deja alejarse. Quiere conquistárselos para siempre. Hace la finta de seguir adelante para que lo inviten a cenar. Y ahí, en la intimidad de un pequeño cuarto, se les revela al entregarse en la Eucaristía. Eufóricos, corren hasta Jerusalén bajo la luz de las estrellas. ¡Ha resucitado, y vive con ellos para siempre! Se dejaron conquistar por la esperanza que les ofrece Jesús, y en la Eucaristía lo llevan consigo para siempre. Propósito Hacer una visita a Cristo Eucaristía para reflexionar sobre la Divina Providencia, a fin de que nunca me decepcione o dude de su Palabra. Diálogo con Cristo Cristo has resucitado, estás vivo y caminas conmigo. ¡Qué maravilla! ¡Qué experiencia! Mi corazón rebosa de gozo y quiero cantar, quiero gritar, quiero trasmitir a otros esta certeza. No estoy solo, Cristo quiere estar conmigo. Está vivo en la Eucaristía, esperándome pacientemente. No puedo ser indiferente o pasivo ante tanto amor, por eso hoy te pido me des la fuerza para correr a compartir con mi familia, y con los demás, esta Buena Nueva. |
SAN RICARDO REYNOLDS, MÁRTIR, 4 DE MAYO
Autor: . | Fuente: AmigosDeSantaBrigida.com Ricardo Reynolds, Santo | |
Mártir, 4 de mayo | |
SAMártirEtimológicamente: Ricardo = Aquel que es un caudillo o líder, es de origen germánico. Conocedor eximio del hebreo y el griego, su fama de erudito en Sagradas Escrituras, su ortodoxia y santidad de vida le valieron la consideración de ser uno de los mejores teólogos de su tiempo en Inglaterra, siendo ponderado por el mismo Santo Tomás Moro, canciller del reino y mártir poco después de él. Por defender el Primado de Pedro, y oponerse a la ley de Supremacía de Enrique VIII fue brutalmente martirizado en Tyburn (Londres) junto a tres monjes cartujos y al sacerdote secular Alejandro Hales el 4 de mayo de 1535. Canonizado el 25 de octubre de 1970 por Pablo VI, junto a otros 39 mártires de Inglaterra y Gales su fiesta se fijó el 4 de mayo. ORACIÓN Que San Ricardo interceda por nosotros, nos impulse a vivir el Evangelio en plenitud unidos a la Sede de Pedro, y mantenga valerosos en la defensa de esa misma fe. AMÉN |
Los Santos de hoy domingo 4 de mayo de 2014
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sábado, 3 de mayo de 2014
EL EVANGELIO DE HOY: SÁBADO 3 DE MAYO DEL 2014
Autor: María Cruz | Fuente: Catholic.net Dios envió a su Hijo para salvarnos. | |
Juan 3, 13-17. Fiesta La Santa Cruz. Gracias Señor Jesús, porque entregaste tu vida en la cruz. | |
En aquel tiempo Jesús dijo a Nicodemo: Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea tenga por Él vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. Oración introductoria Señor Jesús, hoy que se celebra la Santa Cruz, en algunos países, quiero agradecerte el que hayas aceptado el anonadarte a Ti mismo para venir a salvarme. Que nunca me acostumbre o sea indiferente ante tu sacrificio en la cruz. Concédeme que en esta oración pueda percibir un poco más tu amor, vivo y verdadero, para buscar, con tu gracia, corresponderte. Petición Jesucristo, dame tu gracia para cargar mi cruz con amor y paciencia, contemplándote siempre a Ti, que vas mostrándome el camino que debo seguir. Meditación del Papa Francisco En la Cruz de Cristo está el sufrimiento, el pecado del hombre, también el nuestro, y Él acoge todo con los brazos abiertos, carga sobre su espalda nuestras cruces y nos dice: ¡Ánimo! No la llevan ustedes solo. Yo la llevo contigo y yo he vencido a la muerte y he venido a darte esperanza, a darte vida. Podemos ahora responder a la segunda pregunta: ¿Qué ha dejado la Cruz en los que la han visto y en los que la han tocado? ¿Qué deja en cada uno de nosotros? Miren, deja un bien que nadie más nos puede dar: la certeza del amor fiel de Dios por nosotros. Un amor tan grande que entra en nuestro pecado y lo perdona, entra en nuestro sufrimiento y nos da fuerza para sobrellevarlo, entra también en la muerte para vencerla y salvarnos. En la Cruz de Cristo está todo el amor de Dios, está su inmensa misericordia. Y es un amor del que podemos fiarnos, en el que podemos creer. (S.S. Francisco, 27 de julio de 2013) Reflexión Hoy celebramos la fiesta de la Cruz, símbolo del cristiano. En este diálogo entre Jesús y Nicodemo se anuncia de una manera oculta el momento supremo de la vida de nuestro Salvador: la crucifixión. La cruz no es sólo un símbolo material, sino la guía de nuestra vida. Dios en su gran amor, viendo la necesidad que tenía el mundo de ser salvado, no dudó en entregar a su propio Hijo para su salvación. Las circunstancias históricas concurrieron para que la redención se realizara por medio de la cruz. A partir de este acontecimiento la cruz se ha convertido en señal de salvación para todo el que cree que Jesús es el redentor del hombre. A pesar de que Jesús se puso el primero en el padecer no nos resulta fácil asumir la realidad de la cruz y todos la esquivamos de la mejor manera posible. Pero si ser cristiano es seguir al crucificado, ¿por qué rehusamos seguir sus huellas? Sólo desde el amor se entiende esta entrega, y sólo el amor hace posible convertir en alegría las mayores angustias de la vida. Es cuestión de amor, y cuando algo nos cuesta mucho es señal de que el termómetro del amor marca baja temperatura. Propósito Participar en una hora eucarística o hacer un acto de adoración a la Santa Cruz. Diálogo con Cristo Señor Jesús, que por nuestro amor entregaste tu vida en la cruz, te pedimos acrecientes en nosotros el amor para que podamos asumir con prontitud de ánimo los sufrimientos de la vida. |
FIESTA DE LA SANTA CRUZ, 3 DE MAYO
Autor: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net Santa Cruz | |
Fiesta, Mayo 3 | |
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