Oración a San Simeón
Luz de mi alma en las tinieblas,
tú eres mi esperanza, mi apoyo, mi consuelo,
mi refugio y mi dicha.
Tú que hiciste nacer la verdadera luz de la inmortalidad;
ilumina los ojos de mi corazón.
¡Tú que trajiste al mundo la fuente de la inmortalidad,
dame la vida, pues el pecado me lleva a la muerte!
Madre de Dios misericordioso, ten piedad de mí
e indúceme al arrepentimiento de corazón,
a la humildad de pensamiento,
a la reflexión en el razonamiento.
Hazme digno hasta mi último suspiro
de ser santificado por esos misterios
para que sanen mi cuerpo y mi alma.
Acuérdame las lágrimas de penitencia,
para que te cante y glorifique todos los días de mi vida,
tú bendita por los siglos de los siglos.
Rezar un Ave María, un Padre Nuestro y un Gloria.
Oración al milagroso San Simeón
Milagroso San Simeón, padre mío, amado y misericordioso.
Hoy me dirijo a ti para agradecerte por todas las cosas buenas con que me haz bendecido; por mi familia, mis amigos, mi salud y mis bienes materiales, que gracias a ti y al Padre Celestial puedo disfrutar.
También quiero agradecerte por la ayuda que me das para enfrentar las dificultades que se me presentan y por el consuelo que en ti encuentro para soportar los acontecimientos inevitables,
porque aunque me encuentre en caminos lejanos en los que la vida peligra a cada segundo, a pesar de las penurias, hambre y sed, pero con la esperanza de una vida mejor para los míos; al tener fe en ti, siento la fortaleza y la confianza para seguir adelante y vivir cada día plenamente... San Simeón; te pido que seas tú el abogado intercesor ante Dios Todopoderoso, para que se me conceda lograr todas las cosas buenas que me proponga. Y así poder dejar un mundo mejor al que encontré.
Amén.
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