lunes, 2 de diciembre de 2019

LECTURAS BÍBLICAS DEL MARTES 3 DE DICIEMBRE DE 2019 - ADVIENTO

Lecturas del Martes de la 1ª semana de Adviento
ImprimirMartes, 3 de diciembre de 2019



Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (11,1-10):

AQUEL día, brotará un renuevo del tronco de Jesé,
y de su raíz florecerá un vástago.
Sobre él se posará el espíritu del Señor:
espíritu de sabiduría y entendimiento,
espíritu de consejo y fortaleza,
espíritu de ciencia y temor del Señor.
Le inspirará el temor del Señor.
No juzgará por apariencias
ni sentenciará de oídas;
juzgará a los pobres con justicia,
sentenciará con rectitud a los sencillos de la tierra;
pero golpeará al violento con la vara de su boca,
y con el soplo de sus labios hará morir al malvado.
La justicia será ceñidor de su cintura,
y la lealtad, cinturón de sus caderas.
Habitará el lobo con el cordero,
el leopardo se tumbará con el cabrito,
el ternero y el león pacerán juntos:
un muchacho será su pastor.
La vaca pastará con el oso,
sus crías se tumbarán juntas;
el león como el buey, comerá paja.
El niño de pecho retozará junto al escondrijo de la serpiente,
y el recién destetado extiende la mano
hacia la madriguera del áspid.
Nadie causará daño ni estrago
por todo mi monte santo:
porque está lleno el país del conocimiento del Señor,
como las aguas colman el mar.
Aquel día, la raíz de Jesé
será elevada como enseña de los pueblos:
se volverán hacia ella las naciones
y será gloriosa su morada.

Palabra de Dios



Salmo
Sal 71,1-2.7-8.12-13.17

R/. Que en sus días florezca la justicia
y la paz abunde eternamente.

V/. Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R/.

V/. En sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R/.

V/. Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R/.

V/. Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R/.


Evangelio
Lectura del santo evangelio segun san Lucas (10,21-24):


EN aquella hora Jesús se lleno de la alegría en el Espíritu Santo y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».
Y, volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:
«¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio del martes, 3 de diciembre de 2019
Javier Goñi, cmf


Escuchando el Evangelio de hoy mi corazón me ha llevado lejos, a otras tierras y a otros pueblos. Me ha recordado comunidades y aldeas perdidas entre bosques tropicales con las que he tenido la suerte de compartir tanto… Y casi sin darme cuenta, me he puesto a compararlas con las comunidades parroquiales con las que estoy ahora. Vuelvo al Evangelio y no puedo menos que reconocer cuánta razón tenía Jesús.

Aquella gente sencilla, a pesar de su falta de formación, humana y teológica, en contextos de injusticia y violencia, a manos de narcotraficantes, gobiernos corruptos y empresas aprovechadas, y en medio de una gran pobreza, es capaz sin embargo de vivir con fuerza su fe y organizarse en comunidades vivas y comprometidas. Incluso teniendo que hacerlo a veces solos, apenas con alguna visita esporádica de algún sacerdote.

En cambio, aquí, en el mundo desarrollado, las iglesias se van quedando vacías. No del todo, no. Pero mirad quiénes quedan. También son gente sencilla: gente mayor, algunos inmigrantes y algún que otro joven o adulto buscador contracorriente. Poco más. En estos países de sabios, poderosos y entendidos, la fe está desapareciendo. O quedando reducida a pequeños grupos de gente humilde que lleva sobre sus espaldas la pobreza de los muchos años, o de los muchos sufrimientos.

¡Qué razón tenía Jesús!: “Gracias, Padre, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños”. ¿Y tú? ¿Y yo? ¿Somos de los pequeños y sencillos? ¿O al menos, estamos a su lado, compartiendo con ellos, aprendiendo de ellos?

Si San Francisco Javier, el Santo Misionero cuya memoria celebramos este día, viviera hoy, quizás hubiera preferido quedarse en Europa, ahora tierra de misión. Y nos lo encontraríamos, quizás, rodeado de abuelos y abuelas, de jóvenes perdidos, de inmigrantes, de familias sin hogar, de víctimas de las drogas, del alcohol o del juego, anunciándoles la alegre noticia: la venida del Salvador.

Javier Goñi (fjgoni@hotmail.com)

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