miércoles, 16 de septiembre de 2020

PAPA FRANCISCO EXPLICA CUÁL ES EL MEJOR ANTÍDOTO PARA EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN

 Papa Francisco explica cuál es el mejor antídoto para el cuidado de la casa común

Redacción ACI Prensa

 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



El Papa Francisco destacó este miércoles 16 de septiembre durante la Audiencia General que el mejor antídoto para el cuidado de la casa común es la contemplación.


Durante su catequesis realizada en el patio de San Dámaso, el Santo Padre señaló que “para salir de una pandemia, es necesario cuidarse y cuidarnos mutuamente” y agregó que “el cuidado es una regla de oro de nuestra humanidad y trae consigo salud y esperanza”.

“Cuidarse y cuidarnos mutuamente. También debemos apoyar a quienes cuidan a los más débiles, a los enfermos y a los ancianos. Estas personas -bien definidas por el término español ‘cuidadores’-, quienes cuidan de los enfermos, desempeñan un papel esencial en la sociedad actual, aunque a menudo no reciban ni el reconocimiento ni la remuneración que merecen”, afirmó.

En esta línea, el Papa dijo que “este cuidado abraza también a nuestra casa común: a la tierra y a cada una de sus criaturas” porque “todas las formas de vida están interconectadas y nuestra salud depende de la de los ecosistemas que Dios ha creado y que nos ha encargado cuidar” por lo que “abusar de ellos, en cambio, es un grave pecado que daña y hace mal y enferma”.

“El mejor antídoto contra este abuso de nuestra casa común es la contemplación”, expresó el Santo Padre quien advirtió que “cuando alguien no aprende a detenerse para percibir y valorar lo bello, no es extraño que todo se convierta para él en objeto de uso y abuso inescrupuloso”.

Sin embargo, el Papa recordó que “nuestro hogar común, la creación, no es un mero ‘recurso’” ya que “las criaturas tienen un valor en sí y reflejan, cada una a su manera, un rayo de la sabiduría y de la bondad infinitas de Dios” y para descubrir ese valor y ese rayo de luz divina es necesario “silencio, escucha y contemplación” porque “también la contemplación cura el alma”.

“Sin contemplación es fácil caer en un antropocentrismo desviado y soberbio que sobredimensiona nuestro papel de seres humanos y nos posiciona como dominadores absolutos de todas las criaturas”, explicó el Papa quien añadió que “naturalmente, podemos y debemos trabajar la tierra para vivir y desarrollarnos. Pero el trabajo no es sinónimo de explotación, y siempre va acompañado de cuidados: arar y proteger, trabajar y cuidar... Esta es nuestra misión”.

En esta línea, el Papa señaló también que “nuestros hermanos y hermanas más pobres y nuestra madre tierra gimen por el daño y la injusticia que hemos causado y reclaman otro rumbo. Reclaman de nosotros una conversión, otro camino, cuidar la tierra, lo creado” por lo que es necesario “recuperar la dimensión contemplativa” ya que “cuando contemplamos, descubrimos en los demás y en la naturaleza algo mucho más grande que su utilidad”.

“Hay una cosa que no debemos olvidar, quien no sabe contemplar la naturaleza, la creación, no sabe contemplar las personas... Si tú no sabes contemplar la naturaleza, será muy difícil contemplar la belleza de las personas”, advirtió el Papa.

En cambio, el Santo Padre destacó que “el que sabe contemplar, se pondrá más fácilmente manos a la obra para cambiar lo que produce degradación y daño a la salud” y “se comprometerá a educar y a promover nuevos hábitos de producción y consumo, a contribuir a un nuevo modelo de crecimiento económico que garantice el respeto de la casa común”.

“El contemplativo en acción tiende a convertirse en custodio del medio ambiente, tratando de conjugar los conocimientos ancestrales de las culturas milenarias con los nuevos conocimientos técnicos, para que nuestro estilo de vida sea siempre sostenible”.

En este sentido, el Papa dijo que el contemplar y el cuidar son las actitudes que “muestran el camino para corregir y reequilibrar nuestra relación como seres humanos con la creación” ya que “muchas veces nuestra relación con la creación parece una relación de enemigos… No olvidemos que esto se paga caro”.

Por ello, el Santo Padre exhortó a tener una “relación fraternal” para convertirnos en “custodios de la casa común, custodios de la vida y de la esperanza” y cuidar “el patrimonio que Dios nos ha confiado para que las futuras generaciones puedan disfrutarlo”.

Además, el Papa mencionó a los pueblos indígenas “con los que todos tenemos una deuda de reconocimiento y también de penitencia para reparar el mal que hemos hecho a ellos” así como también en los “movimientos, asociaciones y grupos populares, que se esfuerzan por proteger su territorio con sus valores naturales y culturales” porque “no siempre son apreciados e incluso, a veces, se les obstaculiza, porque no producen dinero, pero en realidad, contribuyen a una revolución pacífica, podemos llamarla la ‘revolución del cuidado’”.

Finalmente, el Santo Padre dijo que “cada uno de nosotros puede y debe convertirse en un ‘custodio de la casa común’, capaz de alabar a Dios por sus criaturas, de contemplarlas y protegerlas” y agregó que para ello es importante el contemplar para cuidar, para proteger y para dejar una herencia a las futuras generaciones.

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 16 DE SEPTIEMBRE DE 2020

 


Lecturas de hoy Miércoles de la 24ª semana del Tiempo Ordinario

Hoy, miércoles, 16 de septiembre de 2020




Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,31–13,13):


Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino excepcional. Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden. Ya podría tener el don de profecía y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada. Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve. El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El amor no pasa nunca. ¿El don de profecía?, se acabará. ¿El don de lenguas?, enmudecerá. ¿El saber?, se acabará. Porque limitado es nuestro saber y limitada es nuestra profecía; pero, cuando venga lo perfecto, lo limitado se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre acabé con las cosas de niño. Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es por ahora limitado; entonces podré conocer como Dios me conoce. En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La más grande es el amor. 


Palabra de Dios



Salmo

Sal 32


R/. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad


Dad gracias al Señor con la cítara, 

tocad en su honor el arpa de diez cuerdas; 

cantadle un cántico nuevo, 

acompañando los vítores con bordones. R/.


Que la palabra del Señor es sincera, 

y todas sus acciones son leales; 

él ama la justicia y el derecho, 

y su misericordia llena la tierra. R/.


Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, 

el pueblo que él se escogió como heredad. 

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, 

como lo esperamos de ti. R/.



Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (7,31-35):


En aquel tiempo, dijo el Señor: «¿A quién se parecen los hombres de esta generación? ¿A quién los compararemos? Se parecen a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros: "Tocamos la flauta y no bailáis, cantamos lamentaciones y no lloráis." Vino Juan el Bautista, que ni comía ni bebía, y dijisteis que tenía un demonio; viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: "Mirad qué comilón y qué borracho, amigo de publicanos y pecadores." Sin embargo, los discípulos de la sabiduría le han dado la razón.»


Palabra del Señor





Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 

16 de septiembre de 2020

 CR



Queridos amigos:


Jesús de Nazaret y Juan el Bautista, frente a frente. El Bautista inquiere: “¿Eres tú?”. Jesús apela a sus obras: “Contad a Juan lo que habéis visto: los ciegos ven y los pobres escuchan la buena noticia”. Y sigue la división de opiniones. Todos, también los publicanos, acogen a Juan; mientras, los fariseos y doctores de la ley rechazan su bautismo. También aquí, el Bautista es precursor, se convierte en signo de contradicción. 


Así las cosas, Jesús, tan buen pedagogo, pasa a la imagen, a la parábola del juego de niños. Un grupo de niños cantan y danzan; otros entonan lamentaciones tristes. Ambos grupos, a la vez, no quieren participar en el juego y se recriminan mutuamente: “no danzáis”, “no lloráis”. Hasta aquí, la imagen. Jesús aterriza. Vino Juan, el austero, hirsuto y asceta, y los jefes religiosos le dan de lado. Viene Jesús, que come y bebe con todos, que viste bien, y le menosprecian como comilón, borracho y amigo de la gente mala. 


Lo dice la gracia popular: “Ni para mí ni para mi amo”, “Ni contigo ni sin ti”, “Ni p`alante ni p`atrás”. Hay personas que se instalan en las “pegas”. Aducen mil razones especiosas, escudriñan mil pretextos para justificar sus pocas ganas de participar, de compartir, de hacer, codo con codo, con los otros. Les gusta etiquetar a personas y proyectos: es demasiado rancio o modernista; es muy radical o laxo; es un devoto en exceso o un laico impenitente. Es decir, se va endureciendo el corazón de cara a Dios y de cara a los demás. En este corazón rebotan todas las palabras, todos los argumentos, todos los sentimientos. Cómo podemos ver esta experiencia en la saña de los enemigos de Jesús; los milagros son cosa del demonio, sus palabras son blasfemas. Todo se tergiversa. Ocurre lo mismo con Papa Francisco: su cercanía es populismo, su palabra clara es poca hondura intelectual, su libertad es temeridad. Da la impresión de que hiere la presencia de personas buenas… ¡porque nos dejan en evidencia! 


Desde otro ángulo, podemos preguntarnos: y nosotros, ¿estamos más cerca de Juan o de Jesús? ¿Nos van más las lamentaciones de los niños, la austeridad, el sacrificio, las normas y prohibiciones o la danza y canciones de los otros niños, de Jesús? Para algunos, predicar la felicidad es quedarse en una religión light, mientras predicar el rigor es ser fiel a la cruz. ¿Pero no dijo Jesús que no debemos ayunar, mientras está “el novio” con nosotros?

SANTORAL DE HOY MIÉRCOLES 16 DE SEPTIEMBRE DE 2020

Laureano Ferrer Cardet y 2 compañeros, BeatosLaureano Ferrer Cardet y 2 compañeros, Beatos
Mártires Franciscanos, 16 de septiembre
Ignacio Casanovas Perramont, BeatoIgnacio Casanovas Perramont, Beato
Sacerdote y Mártir, 16 de septiembre
Luis (Ludovico) Alemán, BeatoLuis (Ludovico) Alemán, Beato
Obispo, 16 de septiembre
Martín de Finojosa, SantoMartín de Finojosa, Santo
Obispo y Abad, 16 de septiembre
Andrés Kim Taegòn, SantoAndrés Kim Taegòn, Santo
Sacerdote y Mártir, 16 de septiembre
Ninian, SantoNinian, Santo
Obispo, 16 de septiembre
Ludmila, SantaLudmila, Santa
Mártir, 16 de septiembre
Víctor III, BeatoVíctor III, Beato
CLVIII Papa, 16 de septiembre
Eufemia de Calcedonia, SantaEufemia de Calcedonia, Santa
Mártir, 16 de septiembre
Juan Macías, SantoJuan Macías, Santo
Dominico, 16 de septiembre
Cornelio  y Cipriano, SantosCornelio y Cipriano, Santos
Mártires, 16 de septiembre

FELIZ MIÉRCOLES

  






martes, 15 de septiembre de 2020

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 15 DE SEPTIEMBRE, NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES


Lecturas de hoy Nuestra Señora, la Virgen de los Dolores
Hoy, martes, 15 de septiembre de 2020



Primera lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (5,7-9):

Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna. 

Palabra de Dios


Salmo
Sal 30,2-3a.3b-4.5-6.15-16.20

R/. Sálvame, Señor, por tu misericordia

A ti, Señor, me acojo:
no quede yo nunca defraudado;
tú, que eres justo, ponme a salvo,
inclina tu oído hacia mí. R/.

Ven aprisa a librarme,
sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame. R/.

Sácame de la red que me han tendido,
porque tú eres mi amparo.
A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás. R/.

Pero yo confío en ti, Señor,
te digo: «Tú eres mi Dios.»
En tu mano están mis azares:
líbrame de los enemigos que me persiguen. R/.

Qué bondad tan grande, Señor,
reservas para tus fieles,
y concedes a los que a ti se acogen
a la vista de todos. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (19,25-27):

En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.
Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.»
Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.»
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy martes, 15 de septiembre de 2020
CR


Nuestra Señora de los Dolores

Antes de subir al Calvario –somos frágiles y pequeños- vamos a verla en la calle, una tarde del Viernes Santo. ¡Cómo la retrata la piedad popular! Virgen de los Dolores, de la Soledad, de la Piedad; siete puñales le atraviesan el corazón o, al menos la espada de la que le habló el anciano Simeón. Casi siempre un manto negro la cubre.  Su rostro, aun lleno de llanto y dolor, logra un tono sereno, como penetrado por la fe.

María es la Madre del Crucificado. Está asociada, por sus dolores, a la muerte del Redentor. La mujer, esclava del Señor por su fe, está junto a su hijo que se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz. La que había estado alejada en los momentos de la gloria de los milagros  y la seducción de la palabra, acude ahora, presurosa, en la hora del supremo dolor y de la muerte. Está aquí, como estuvo en todos los momentos difíciles, a lo largo de la vida de Jesús; en la pobreza del pesebre al nacer, en la persecución y exilio con Herodes, cuando abandonaba su familia para predicar el Reino, cuando sufre el rechazo de los jefes políticos y religiosos.

Es que María va a ser, otra vez, Madre. Las palabras de Cristo en la cruz cobran una eficacia casi sacramental. “Mujer, he ahí a tu hijo”. En el discípulo amado hemos sido constituidos hijos de María. Algunos hacen constar que no se lo dice a Pedro sino a otro discípulo. ¿A Juan? Aquí, la maternidad no va en el plano jerárquico sino en el de la intimidad, en el de las relaciones individuales y filiales. Sólo nos queda,  como apunta el evangelio, recibirla en nuestra casa. La Iglesia es la casa de María; la Iglesia tiene una Madre.

Como Jesús, hemos de sentir cerca a María en los momentos de dolor. Ella es la madre querida de tantos hijos crucificados por la injusticia, la opresión y el desamor. Es más, no solamente nos beneficiamos de su cercanía cuando nos aguijonea un padecimiento. Con ella, queremos ir al encuentro de los que sufren. El cristiano ha de combatir el dolor, luchar contra las causas del dolor. Más aún, los creyentes tenemos muchos resortes para transformar y trasfigurar el dolor; el saber escuchar, el llevar consuelo, el infundir esperanza, el rezar con oportunidad, el estimular desde nuestra fe y tantos recursos, ayudan a hacer más buenas, más esperanzadas a las personas sufrientes.

Ya que nos entra por los ojos la presencia de María junto al dolor de su hijo, ella puede ser un modo de sacramento que nos haga visible y nos diga más claro que Dios sufre siempre al lado de sus hijos. Cosa que ya sabíamos.

IMÁGENES DE LOS 7 DOLORES DE LA VIRGEN MARÍA





HOY LA IGLESIA CELEBRA A NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES

Hoy la Iglesia celebra a Nuestra Señora de los Dolores
Redacción ACI Prensa




Un día después de la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, la Iglesia conmemora a Nuestra Señora de los Dolores. Esta advocación mariana viene desde muy antiguo, desde los orígenes de la Iglesia católica, cada vez que los cristianos recordaban los dolores de Jesús, que estuvieron asociados a los de su Madre. A inicios del siglo XIX, en 1814, fue instituida como Fiesta por el Papa Pío VII, quien dispuso que se celebre cada 15 de septiembre.

Esta hermosa devoción ha sido alentada por muchos santos, con el patrocinio directo de la Santísima Madre de Dios.

Es así que, la Virgen María se le presentó a Santa Brígida de Suecia (1303-1373) y le comunicó lo siguiente: “Miro a todos los que viven en el mundo para ver si hay quien se compadezca de Mí y medite mi dolor, mas hallo poquísimos que piensen en mi tribulación y padecimientos...Por eso tú, hija mía, no te olvides de Mí que soy olvidada y menospreciada por muchos. Mira mi dolor e imítame en lo que pudieres. Considera mis angustias y mis lágrimas y duélete de que sean tan pocos los amigos de Dios”.

La Madre de Dios prometió, a través de la Santa, que concedería siete gracias a aquellas almas que la honren y acompañen diariamente, rezando siete Ave Marías mientras meditan en sus lágrimas y dolores.

Por su parte, San Alfonso María de Ligorio (1696-1787) cuenta que Jesucristo reveló a Santa Isabel de Hungría que Él concedería cuatro gracias a los devotos de los dolores de su Santísima Madre.

Nuestra Señora de los Dolores, ruega por nosotros.




Historia de la Fiesta de Nuestra Señora de los Dolores


La devoción a Nuestra señora de los dolores viene desde muy antiguo. Ya en el siglo VIII los escritores eclesiásticos hablaban de la “Compasión de la Virgen” en referencia a la participación de la Madre de Dios en los dolores del Crucificado.

Pronto empezaron a surgir las devociones a los 7 dolores de María y se compusieron himnos con los que los fieles manifestaban su solidaridad con la Virgen dolorosa.

La fiesta empezó a celebrarse en occidente durante la Edad Media y por ese entonces se hablaba de la “Transfixión de María”, de la “Recomendación de María en el Calvario”, y se conmemoraba en el tiempo de Pascua.

En el siglo XII los religiosos servitas celebraban la memoria de María bajo la Cruz con oficio y Misa especial. Más adelante, por el siglo XVII se celebraba el domingo tercero de septiembre.

El viernes anterior al Domingo de Ramos también se hacía una conmemoración a la Virgen Dolorosa, festividad conocida popularmente como “Viernes de los Dolores”.

Benedicto XIII extendió universalmente la celebración del “Viernes de Dolores” en 1472 y en 1814 el Papa Pío VII fijó la Fiesta de Nuestra Señora de los Dolores para el 15 de septiembre, un día después a la Exaltación de la Santa cruz.

ASÍ PUEDES REZAR EL ROSARIO DE LOS 7 DOLORES DE LA VIRGEN


Así puedes rezar el Rosario de los 7 dolores de la Virgen y obtener sus milagrosas promesas
ChurchPOP 



¿Has rezado alguna vez el Rosario de los Siete Dolores? La oración se remonta a la Edad Media, pero Nuestra Señora de Kibeho reintrodujo el Rosario de los Siete Dolores a la visionaria Marie-Claire Mukangango en Kibeho, Ruanda en la década de 1980.

Los mensajes de la Virgen a Marie-Claire se centraron en un “llamado urgente al arrepentimiento”: “¡Arrepentíos, arrepentíos, arrepentíos! Convierta mientras todavía hay tiempo“.

Muchas gracias son el resultado de la oración esta devoción, sin embargo, no debe sustituir el tradicional rosario. Nuestra Señora pide a los fieles que recen el Rosario de los Siete Dolores los martes y viernes .



He aquí cómo rezar el Rosario de los Siete Dolores:
Señal de la Cruz: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración introductoria:
Dios mío, te ofrezco este Rosario para tu gloria, para que pueda honrar a tu Santa Madre, la Santísima Virgen, para que pueda compartir y meditar sobre su sufrimiento. Te ruego humildemente que me des un verdadero arrepentimiento por todos mis pecados. Dame sabiduría y humildad, para que pueda recibir todas las indulgencias contenidas en esta oración.

Acto de contrición: “Pésame Dios mío…”

3 Ave Marías en Honor a las Lágrimas de Nuestra Señora

“Madre Misericordiosa, recuérdanos siempre los Dolores de tu Hijo Jesús”.

1) La primera espada del dolor: la profecía de Simeón
 (Lucas 2: 22-35)
Reza 1 Padre Nuestro y 7 Avemarías.

“Madre Misericordiosa, recuérdanos siempre los Dolores de tu Hijo Jesús”.

2) La segunda espada del dolor: la huida a Egipto
 (Mateo 2: 13-15)
Reza 1 Padre Nuestro y 7 Avemarías.

“Madre Misericordiosa, recuérdanos siempre los Dolores de tu Hijo Jesús”.

3) La tercera espada del dolor: la pérdida de Jesús en el templo (Lucas 2: 41-52)
Reza 1 Padre Nuestro y 7 Avemarías.

“Madre Misericordiosa, recuérdanos siempre los Dolores de tu Hijo Jesús”.

4) La cuarta espada del dolor: María se encuentra con Jesús en el camino al Calvario (Lucas 23: 27-31)
Reza 1 Padre Nuestro y 7 Avemarías.

“Madre Misericordiosa, recuérdanos siempre los Dolores de tu Hijo Jesús”.

5) La quinta espada del dolor: María está al pie de la cruz (Juan 19: 25-27)
Reza 1 Padre Nuestro y 7 Avemarías.

“Madre Misericordiosa, recuérdanos siempre los Dolores de tu Hijo Jesús”.

6) La sexta espada del dolor: María recibe el cadáver de Jesús en sus brazos (Juan 19: 38-40)
Reza 1 Padre Nuestro y 7 Avemarías.

“Madre Misericordiosa, recuérdanos siempre los Dolores de tu Hijo Jesús”.

7) La séptima espada del dolor: el cuerpo de Jesús es colocado en la tumba (Juan 19: 41-42)
Reza 1 Padre Nuestro y 7 Avemarías.

“Madre Misericordiosa, recuérdanos siempre los Dolores de tu Hijo Jesús”.

Oración final: Reina de los mártires, tu corazón sufrió tanto. Te ruego, por los méritos de las lágrimas que derramaste en estos tiempos terribles y dolorosos, obtengas para mí y para todos los pecadores del mundo la gracia de la completa sinceridad y arrepentimiento. Amén.

María, que fue concebida sin pecado y que sufrió por nosotros, ruega por nosotros.
María, que fue concebida sin pecado y que sufrió por nosotros, ruega por nosotros.
María, que fue concebida sin pecado y que sufrió por nosotros, ruega por nosotros.

Señal de la Cruz:  En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Las promesas de Nuestra Señora a quienes rezan el Rosario de los Siete Dolores, según las visiones de Marie Claire:

1) Con el rezo del Rosario de los Siete Dolores, los corazones más duros cambiarán, si lo rezas por ti o por los demás.

2) Por el rezo del Rosario de los Siete Dolores, serás liberado de obsesiones y adicciones.

3) Este Rosario cuando se dice de corazón, nos hará ganar el verdadero arrepentimiento de nuestros pecados y liberará nuestras almas de la culpa y el remordimiento.

4) Aquellos que lo dicen a menudo, especialmente como lo recomienda Nuestra Señora a Marie Claire, los martes y viernes, obtendrán una comprensión clara de sus debilidades y defectos que los hacen pecar y las cosas que no nos gustan de nosotros mismos y pensamos que eran un parte de nuestro carácter, cambiará.

5) Conseguirás lo que pidas a través de este rosario, rezando este rosario de corazón.

6) Más que nunca, el mundo necesita el Rosario de los Siete Dolores.

Madre Misericordiosa, recuérdanos siempre los Dolores de tu Hijo Jesús.

SANTORAL DE HOY MARTES 15 DE SEPTIEMBRE DE 2020

Ladislao (Wladyslaw) Miegon, BeatoLadislao (Wladyslaw) Miegon, Beato
Sacerdote y Mártir, 15 de septiembre
Nicomedes, SantoNicomedes, Santo
Mártir, 15 de septiembre
Antonio María Schwartz, BeatoAntonio María Schwartz, Beato
Sacerdote y Fundador, 15 de septiembre
Mariano Alcalá Pérez, BeatoMariano Alcalá Pérez, Beato
Sacerdote y Mártir, 15 de septiembre
Giuseppe "Pino" Puglisi, BeatoGiuseppe "Pino" Puglisi, Beato
Sacerdote y Mártir, 15 de septiembre
Nicetas el Godo, SantoNicetas el Godo, Santo
Mártir, 15 de septiembre
Pablo Manna, BeatoPablo Manna, Beato
Presbítero y Fundador, 15 de septiembre
Juan Bautista y Jacinto de los Ángeles, BeatosJuan Bautista y Jacinto de los Ángeles, Beatos
Catequistas Mártires, 15 de septiembre
Catalina (Fieschi) de Génova, SantaCatalina (Fieschi) de Génova, Santa
Viuda, 15 de septiembre
Rolando de Medici, BeatoRolando de Medici, Beato
Ermitaño, 15 de septiembre
Nuestra Señora de los DoloresNuestra Señora de los Dolores
Memoria Litúrgica, 15 de septiembre
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