Doctor de la Iglesia, Julio 21
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martes, 21 de julio de 2015
SAN LORENZO DE BRINDISI, DOCTOR DE LA IGLESIA, 21 DE JULIO
Lorenzo de Brindisi, Santo
Doctor de la Iglesia, Julio 21
Fuente: Corazones.org
Sacerdote capuchino
Doctor de la Iglesia
Martirologio Romano: San Lorenzo de Brindisi, presbítero y doctor de la Iglesia, de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, predicador incansable por varias naciones de Europa, que de caracter sencillo y humilde, cumplió fielmente todas las misiones que se le encomendaron, como la defensa de la Iglesia ante los turcos que intentaban dominar Europa, la reconciliación de príncipes enfrentados y el gobierno de su Orden religiosa. Murió en Lisboa, en Portugal, el veintidós de julio de 1619.
Etimolgía: Lorenzo = laurel, de la lengua latina.
Cesar de Rossi nació en Brindis, ciudad del reino de Nápoles, en 1559. Pertenecía a una familia veneciana de cierto renombre. A los seis años ya asombraba a todos por la facilidad de aprender de memoria páginas enteras, que declamaba en público.
Primero se educó en el convento de los franciscanos de su ciudad natal y, después, bajo la dirección de un tío suyo en el colegio de San Marcos de Venecia. Hizo rápidos progresos, tanto desde el punto de vista intelectual como espiritual y a los dieciséis años ingresó en el convento de los capuchinos de Verona. Cuando pidió ser admitido, el superior le advirtió que le iba a ser muy difícil soportar aquella vida tan dura y tan austera. El joven le preguntó: "Padre, ¿en mi celda habrá un crucifijo?." "Sí, lo habrá", respondió el superior. "Pues eso me basta. Al mirar a Cristo Crucificado tendré fuerzas para sufrir por amor a El, cualquier padecimiento". Con el hábito religioso recibió el nombre de Lorenzo.
Durante sus estudios de filosofía y teología en la Universidad de Padua, se distinguió por su extraordinario dominio de lenguas: aprendió el griego, el hebreo, el alemán, el bohemio, el francés, el español y llegó a conocer muy a fondo el texto de la Biblia.
Por su gran don de prédica, siendo diácono, le fue encomendado el predicar los 40 días de Cuaresma en la Catedral de Venecia por dos años consecutivos. La gente vibraba de emoción al oír sus sermones, y muchas eran las conversiones.
Después de su ordenación sacerdotal, predicó con gran fruto en Padua, Verona, Vicenza y otras ciudades del norte de Italia. En 1596, pasó a Roma a ejercer el cargo de definidor de su orden, y el Papa Clemente VIII le pidió que trabajase especialmente por la conversión de los judíos. Tuvo en ello gran éxito, ya que a su erudición y santidad de vida unía un profundo conocimiento del hebreo.
Un sacerdote le preguntó: "Frai Lorenzo, ¿a qué se debe su facilidad para predicar? ¿A su formidable memoria?" Y él respondió: "En buena parte se debe a mi buena memoria. En otra buena parte a que dedico muchas horas a prepararme. Pero la causa principal es que encomiendo mucho a Dios mis predicaciones, y cuando empiezo a predicar se me olvida todo el plan que tenía y empiezo a hablar como si estuviera leyendo en un libro misterioso venido del cielo".
Dormía sobre tablas. Se levantaba por la noche a rezar salmos. Ayunaba con frecuencia comiendo casi siempre pan y verduras. Huía de recibir honores, y se esforzaba por mantenerse siempre alegre y de buen humor con todos.
Cuando Lorenzo era vicario general, el emperador Rodolfo II le envió en misión diplomática a conseguir la ayuda de los príncipes alemanes contra los turcos, cuya amenaza se cernía sobre toda Hungría. El santo tuvo éxito en su misión y fue nombrado capellán general del ejército que se había formado gracias a sus esfuerzos. En algunas ocasiones, San Lorenzo fue prácticamente general en jefe del ejército; por ejemplo, antes de la batalla de Szekes-Fehervar, en 1601, los generales le consultaron, el santo les aconsejó que atacasen, arengó personalmente a las tropas y partió al frente de las fuerzas de ataque, sin más armas que un crucifijo. La aplastante derrota que sufrieron los turcos fue atribuida por todos a San Lorenzo. Se cuenta que, al volver de la campaña, se detuvo en el convento de Gorizia, donde el Señor se le apareció en el coro y le dio la comunión por su propia mano.
Los príncipes y gobernantes, por muy irreligiosos que sean, suelen apreciar los servicios de los hombres verdaderamente santos. Los principales señores de Nápoles acudían a San Lorenzo para presentarle sus quejas por la tiranía del virrey español, duque de Osuna y le pedían que fuese a la corte del rey Felipe para evitar que el pueblo se levantase en armas. El santo no era aún muy viejo, pero estaba enfermo y achacoso. Cuando llegó a Madrid, supo que el rey no estaba en la ciudad, sino en Lisboa. Así pues, prosiguió su camino a Portugal, en pleno calor del estío. Usó de toda su elocuencia y su poder de persuasión y logró que el monarca prometiese relevar del cargo de virrey al duque de Osuna.
San Lorenzo regresó entonces a su convento y ahí falleció el día de su cumpleaños, 22 de julio de 1619. Cumplía 60 años. Fue sepultado en el cementerio de las Clarisas Pobres de Villafranca.
Lo canonizó León XIII en 1881. Juan XXIII lo declaró Doctor de la Iglesia en 1959, con el título de Doctor Evangélico, por lo elevado de su inspiración evangélica.
Iconografía: con hábito, un libro, la hostia alusiva a su veneración a la Eucaristía y la imagen de María Santísima, por la especial devoción que le manifestó.
EL EVANGELIO DE HOY: MARTES 21 DE JULIO DEL 2015
Mi madre y hermanos cumplen la voluntad de Dios
Tiempo Ordinario
Mateo 12, 46-50. Tiempo Ordinario. Cristo quiere que seamos sus verdaderos hermanos o madres, distinguiéndonos por nuestra docilidad al Padre.
Por: P. Francisco Javier Arriola LC | Fuente: Catholic.net
Del 20 al 26 de Julio 2015
__________________
Del Evangelio según san Mateo 12, 46 - 50
Todavía estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con él. Alguien le dijo: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte». Jesús le respondió: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?». Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: «Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre».
Oración Introductoria
"Corazón de Jesús traspasado de amor por mí, haz mi corazón semejante al tuyo". Abre, Señor, mi entendimiento para recibir tus palabras y hacerlas fructificar en mi vida. Renueva mis oídos del alma para escuchar tu mensaje, y concede a mi voluntad la fortaleza y decisión para cumplir tus designios de amor. Aumenta mi fe para verte en la oración; aumenta mi esperanza para entusiasmarme con el día en que pueda gozar eternamente de ti en el cielo y amarte sin fin.
Petición
Jesús, Señor de Misericordia, ayúdame a incrementar mi familiaridad contigo por la fe, de tal modo que te conozca cada vez más; y conociéndote, te ame más; y amándote, te imite más; e imitándote te siga y me entregue todo a ti sin reservas.
Meditación del Papa Benedicto XVI
"Quien acoge a Cristo en la intimidad de su casa se sacia con las alegrías más grandes". El Señor Jesús fue su gran atractivo, el tema principal de su reflexión y de su predicación, y sobre todo el término de un amor vivo e íntimo. Sin duda, el amor a Jesús vale para todos los cristianos, pero adquiere un significado singular para el sacerdote célibe y para quien ha respondido a la vocación a la vida consagrada: sólo y siempre en Cristo se encuentra la fuente y el modelo para repetir a diario el "sí" a la voluntad de Dios. "¿Qué lazos tenía Cristo?", se preguntaba san Ambrosio, que con intensidad sorprendente predicó y cultivó la virginidad en la Iglesia, promoviendo también la dignidad de la mujer. A esa pregunta respondía: "No tiene lazos de cuerda, sino vínculos de amor y afecto del alma". Y, precisamente en un célebre sermón a las vírgenes, dijo: "Cristo es todo para nosotros. Si tú quieres curar tus heridas, él es médico; si estás ardiendo de fiebre, él es fuente refrescante; si estás oprimido por la iniquidad, él es justicia; si tienes necesidad de ayuda, él es vigor; si temes la muerte, él es la vida; si deseas el cielo, él es el camino; si huyes de las tinieblas, él es la luz; si buscas comida, él es alimento". (Benedicto XVI, 2 de junio de 2012).
Reflexión
En esta meditación no nos detendremos a elucubrar pensamientos sobre si Jesús tuvo hermanos o no, porque somos conscientes de que la palabra -hermano- y se usaba para designar a un rango muy amplio de familiares, parientes y cercanos. La virginidad de María, por gracia y designio de Dios, estuvo siempre intacta y San José fue siempre, con palabras del Evangelio, un justo y santo varón, el casto esposo de María.
Lo más importante es comprender que las palabras de Jesús no fueron ningún desaire para su Madre la Virgen Santísima. A primera vista puede parecer un rechazo o un desprecio hacia María. Pero hay que advertir que se trata de uno de los halagos y piropos más bellos a la Virgen María. El Señor les dice que la que le busca fuera del recinto no es sólo quien lo ha engendrado, sino quien más se ha destacado por cumplir la Voluntad de Dios. Es como darse cuenta de que no hay que reducir a su madre como a un simple hecho biológico, sino que Ella es el ser más excelso de la creación, la mujer que mejor ha obedecido a Dios reflejándolo en su incondicional "fiat", "hágase". De este modo, cualquiera que pretenda ser madre, hermano o hermana de Jesús, tiene que serlo primero por el fiel cumplimiento de la Voluntad de su Padre que está en los cielos.
Cristo quiere que seamos sus verdaderos hermanos o madres, pero distinguiéndonos principalmente por nuestra docilidad al Padre. Todos deseamos tener el beneplácito del Señor, que Él nos mire y nos diga que nos conoce porque cumplimos la voluntad de Dios. ¿Dónde encontramos su voluntad? En nuestro deber diario según nuestra condición de vida, en los mandamientos, en hacer el bien, en transmitirlo a los demás, en vivir de cara a Dios.
-----
María, antes de concebir a Dios en su seno, lo concibió en la fe. Dicen los santos padres que Cristo elogia a su Santísima Madre en este pasaje, para elevarla más aún sobre todo parentesco meramente humano a la maternidad espiritual. Todos estamos llamados a ser cercanos a Jesús, familiares, parientes, pero sobre todo hermanos porque con el bautismo hemos sido recibidos en adopción divina y Él nos ha rescatado con su muerte para hacernos hermanos.
María es una persona muy importante en la misión de Cristo, y en Ella, nosotros estamos llamados a ser piezas clave para la continuación de la misión de Cristo en el mundo. Por este motivo, no podemos ser extraños o ajenos al Señor, pues no nos sentiríamos interpelados con el encargo, por ejemplo, de ir y proclamar el Evangelio a todas las naciones. Hay que conocer, amar a Cristo como un hermano, hermana o madre. Sólo desde el amor los lazos humano-divinos se fortalecen.
Propósito
Rezaré un misterio del rosario para pedir a María que me enseñe a valorar a Cristo y a descubrirlo en los demás, de modo que vea a las personas como hermanos a quienes puedo ayudar.
Diálogo con Cristo
Padre Santo, tú que te manifestaste en Cristo para que nos reconociéramos como hermanos, hijos tuyos, concédeme la gracia de comprender que el mejor modo de comportarnos como miembros de esta familia santa es cumpliendo tu voluntad. Ilumina mi mente para descubrir lo que quieres de mí y para ver el camino que debo seguir para encontrarte a ti. Mira mi debilidad, mis rencores, desánimos, errores y pecados, y bórralos con el fuego de tu amor para que sea un digno miembro de tu Iglesia.
«Toda la pedagogía de la liturgia cuaresmal concreta este imperativo fundamental. Seguir a Cristo significa, ante todo, ponernos a la escucha de su palabra. La participación en la liturgia dominical, semana tras semana, es necesaria para todo cristiano precisamente para entrar en una verdadera familiaridad con la palabra divina: el hombre no sólo vive de pan, o de dinero, o de la carrera; vive de la palabra de Dios, que nos corrige, nos renueva y nos muestra los verdaderos valores fundamentales del mundo y de la sociedad.» Joseph Ratzinger, 26 de marzo de 2005EL
Todavía estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con él. Alguien le dijo: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte». Jesús le respondió: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?». Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: «Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre».
Oración Introductoria
"Corazón de Jesús traspasado de amor por mí, haz mi corazón semejante al tuyo". Abre, Señor, mi entendimiento para recibir tus palabras y hacerlas fructificar en mi vida. Renueva mis oídos del alma para escuchar tu mensaje, y concede a mi voluntad la fortaleza y decisión para cumplir tus designios de amor. Aumenta mi fe para verte en la oración; aumenta mi esperanza para entusiasmarme con el día en que pueda gozar eternamente de ti en el cielo y amarte sin fin.
Petición
Jesús, Señor de Misericordia, ayúdame a incrementar mi familiaridad contigo por la fe, de tal modo que te conozca cada vez más; y conociéndote, te ame más; y amándote, te imite más; e imitándote te siga y me entregue todo a ti sin reservas.
Meditación del Papa Benedicto XVI
"Quien acoge a Cristo en la intimidad de su casa se sacia con las alegrías más grandes". El Señor Jesús fue su gran atractivo, el tema principal de su reflexión y de su predicación, y sobre todo el término de un amor vivo e íntimo. Sin duda, el amor a Jesús vale para todos los cristianos, pero adquiere un significado singular para el sacerdote célibe y para quien ha respondido a la vocación a la vida consagrada: sólo y siempre en Cristo se encuentra la fuente y el modelo para repetir a diario el "sí" a la voluntad de Dios. "¿Qué lazos tenía Cristo?", se preguntaba san Ambrosio, que con intensidad sorprendente predicó y cultivó la virginidad en la Iglesia, promoviendo también la dignidad de la mujer. A esa pregunta respondía: "No tiene lazos de cuerda, sino vínculos de amor y afecto del alma". Y, precisamente en un célebre sermón a las vírgenes, dijo: "Cristo es todo para nosotros. Si tú quieres curar tus heridas, él es médico; si estás ardiendo de fiebre, él es fuente refrescante; si estás oprimido por la iniquidad, él es justicia; si tienes necesidad de ayuda, él es vigor; si temes la muerte, él es la vida; si deseas el cielo, él es el camino; si huyes de las tinieblas, él es la luz; si buscas comida, él es alimento". (Benedicto XVI, 2 de junio de 2012).
Reflexión
En esta meditación no nos detendremos a elucubrar pensamientos sobre si Jesús tuvo hermanos o no, porque somos conscientes de que la palabra -hermano- y se usaba para designar a un rango muy amplio de familiares, parientes y cercanos. La virginidad de María, por gracia y designio de Dios, estuvo siempre intacta y San José fue siempre, con palabras del Evangelio, un justo y santo varón, el casto esposo de María.
Lo más importante es comprender que las palabras de Jesús no fueron ningún desaire para su Madre la Virgen Santísima. A primera vista puede parecer un rechazo o un desprecio hacia María. Pero hay que advertir que se trata de uno de los halagos y piropos más bellos a la Virgen María. El Señor les dice que la que le busca fuera del recinto no es sólo quien lo ha engendrado, sino quien más se ha destacado por cumplir la Voluntad de Dios. Es como darse cuenta de que no hay que reducir a su madre como a un simple hecho biológico, sino que Ella es el ser más excelso de la creación, la mujer que mejor ha obedecido a Dios reflejándolo en su incondicional "fiat", "hágase". De este modo, cualquiera que pretenda ser madre, hermano o hermana de Jesús, tiene que serlo primero por el fiel cumplimiento de la Voluntad de su Padre que está en los cielos.
Cristo quiere que seamos sus verdaderos hermanos o madres, pero distinguiéndonos principalmente por nuestra docilidad al Padre. Todos deseamos tener el beneplácito del Señor, que Él nos mire y nos diga que nos conoce porque cumplimos la voluntad de Dios. ¿Dónde encontramos su voluntad? En nuestro deber diario según nuestra condición de vida, en los mandamientos, en hacer el bien, en transmitirlo a los demás, en vivir de cara a Dios.
-----
María, antes de concebir a Dios en su seno, lo concibió en la fe. Dicen los santos padres que Cristo elogia a su Santísima Madre en este pasaje, para elevarla más aún sobre todo parentesco meramente humano a la maternidad espiritual. Todos estamos llamados a ser cercanos a Jesús, familiares, parientes, pero sobre todo hermanos porque con el bautismo hemos sido recibidos en adopción divina y Él nos ha rescatado con su muerte para hacernos hermanos.
María es una persona muy importante en la misión de Cristo, y en Ella, nosotros estamos llamados a ser piezas clave para la continuación de la misión de Cristo en el mundo. Por este motivo, no podemos ser extraños o ajenos al Señor, pues no nos sentiríamos interpelados con el encargo, por ejemplo, de ir y proclamar el Evangelio a todas las naciones. Hay que conocer, amar a Cristo como un hermano, hermana o madre. Sólo desde el amor los lazos humano-divinos se fortalecen.
Propósito
Rezaré un misterio del rosario para pedir a María que me enseñe a valorar a Cristo y a descubrirlo en los demás, de modo que vea a las personas como hermanos a quienes puedo ayudar.
Diálogo con Cristo
Padre Santo, tú que te manifestaste en Cristo para que nos reconociéramos como hermanos, hijos tuyos, concédeme la gracia de comprender que el mejor modo de comportarnos como miembros de esta familia santa es cumpliendo tu voluntad. Ilumina mi mente para descubrir lo que quieres de mí y para ver el camino que debo seguir para encontrarte a ti. Mira mi debilidad, mis rencores, desánimos, errores y pecados, y bórralos con el fuego de tu amor para que sea un digno miembro de tu Iglesia.
«Toda la pedagogía de la liturgia cuaresmal concreta este imperativo fundamental. Seguir a Cristo significa, ante todo, ponernos a la escucha de su palabra. La participación en la liturgia dominical, semana tras semana, es necesaria para todo cristiano precisamente para entrar en una verdadera familiaridad con la palabra divina: el hombre no sólo vive de pan, o de dinero, o de la carrera; vive de la palabra de Dios, que nos corrige, nos renueva y nos muestra los verdaderos valores fundamentales del mundo y de la sociedad.» Joseph Ratzinger, 26 de marzo de 2005EL
lunes, 20 de julio de 2015
LOS SANTOS DE HOY: LUNES 20 DE JULIO DEL 2015
Margarita de Antioquia, Santa
Patrona de los nacimientos, 20 de julio
|
Rosa de Wang-Hoei, Santa
Catequista, 20 de julio
|
Aurelio, Santo
Obispo, 20 de julio
|
Sacerdote y Fundador, 20 de julio
|
Obispo y Mártir, 20 de julio
|
Profeta, Julio 20
|
Virgen y Mártir, 20 Julio
|
Profeta, Julio 20
|
SAN APOLINAR DE RÁVENA, OBISPO Y MÁRTIR, 20 DE JULIO
Apolinar de Rávena, Santo
Apolinar de Rávena, Santo
Obispo y Mártir, 20 de julio
Fuente: Catholic.net
Obispo y Mártir
Martirologio Romano: En Classe, cerca de la ciudad de Rávena, en la vía Flaminia, conmemoración de san Apolinar, obispo, cuya memoria litúrgica se celebra el veinte de julio (c. s. II).
San Apolinar, obispo, que al mismo tiempo que propagaba entre los gentiles las insondables riquezas de Cristo, iba delante de sus ovejas como buen pastor, y es tradición que honró con su ilustre martirio a la iglesia de Classe, cerca de Rávena, en la vía Flaminia, pasando al banquete eterno el día veintitrés de julio (c. s. II)Etimológicamente:
Breve Biografía
SAN APOLINAR DE RÁVENA nació probablemente en Antioquía, en la actual Turquía, en la época de mayor auge del Imperio Romano, apenas después de la muerte de Jesús.
Según la tradición, San Apolinar fue uno de los principales discípulos del Apóstol San Pedro. Cuando San Pedro se trasladó a Roma para fundar ahí la Iglesia, San Apolinar lo habría acompañado hasta la capital del Imperio.
Durante el reinado del emperador Claudio, San Apolinar recibió la comisión de viajar al norte de Italia como embajador de la fe para empezar a evangelizar y a ganar adeptos para el cristianismo.
San Apolinar se convirtió así en el primer obispo de Rávena, cargo que ejerció durante veinte años. Se le ha atribuido el poder de curar a los enfermos en el nombre de Cristo, y de haber realizado otros milagros.
La relativa tranquilidad de su labor apostólica cambió con el ascenso al trono imperial de Vespasiano, en 69, quien cuenta con el dudoso honor de haber organizado las primeras persecuciones con lujo de crueldad contra los cristianos.
Por su cargo y sus actividades en Rávena, San Apolinar fue perseguido inmediatamente. Algunas fuentes cuentan que fue capaz de escapar hacia Dalmacia, donde habría predicado el Evangelio y habría puesto fin milagrosamente a una hambruna.
Sin embargo, al final San Apolinar fue apresado, torturado y martirizado.
Sobre su tumba, en Rávena, se edificó siglos más tarde la célebre Basílica de San Apollinare in Classe, de tres naves, consagrada en 549. Más tarde, en el siglo nueve, fue construida también ahí la iglesia de San Apollinare Nuovo.
SAN APOLINAR DE RÁVENA nos ofrece un ejemplo de la cruenta vida que tuvieron que padecer los santos fundadores del cristianismo.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
EL EVANGELIO DE HOY: LUNES 20 DE JULIO DEL 2015
Escribas y fariseos piden una señal
Tiempo Ordinario
Mateo 12, 38-42. Tiempo Ordinario. ¡Cuántas veces nosotros también pedimos signos a Dios! Reclamamos una señal del cielo.
Por: H. Benoit Terrenoir | Fuente: Catholic.net
Del Evangelio según san Mateo 12, 38-42
Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: «Maestro, queremos que nos hagas ver un signo». El les respondió: «Esta generación malvada y adúltera reclama un signo, pero no se le dará otro que el del profeta Jonás. Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra tres días y tres noches. El día de Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay alguien que es más que Jonás. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más que Salomón».
Oración preparatoria
Señor, por un momento dejo de lado mis ocupaciones. Quiero pasar estos minutos a solas contigo. Durante los tres años de tu vida pública, muchas veces te ibas de noche a rezar a tu Padre en algún lugar retirado y allí te pasabas la noche. Hoy quiero hacer lo mismo. Te confío todas mis intenciones, te entrego todos mis deseos, te doy todo mi ser. María, ¡ayúdame a rezar bien, a hacer una oración que le dé gusto a tu Hijo!
Petición
Señor, ¡ayúdame a aceptar siempre tu voluntad en mi vida!
Meditación del Papa Francisco
Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: «Maestro, queremos que nos hagas ver un signo». El les respondió: «Esta generación malvada y adúltera reclama un signo, pero no se le dará otro que el del profeta Jonás. Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra tres días y tres noches. El día de Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay alguien que es más que Jonás. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más que Salomón».
Oración preparatoria
Señor, por un momento dejo de lado mis ocupaciones. Quiero pasar estos minutos a solas contigo. Durante los tres años de tu vida pública, muchas veces te ibas de noche a rezar a tu Padre en algún lugar retirado y allí te pasabas la noche. Hoy quiero hacer lo mismo. Te confío todas mis intenciones, te entrego todos mis deseos, te doy todo mi ser. María, ¡ayúdame a rezar bien, a hacer una oración que le dé gusto a tu Hijo!
Petición
Señor, ¡ayúdame a aceptar siempre tu voluntad en mi vida!
Meditación del Papa Francisco
La vida es un camino hacia la plenitud de Jesucristo, cuando vendrá por segunda vez. Esta generación busca un signo, pero, dice el Señor, no se le dará ningún signo, como no sea el signo de Jonás, es decir, el signo de la Resurrección, de la Gloria, de esa escatología hacia la que nos dirigimos. Y estos doctores estaban encerrados en sí mismos, no abiertos al Dios de las sorpresas, no conocían el camino y menos esta escatología.
Así, cuando en el Sanedrín Jesús afirma ser el Hijo de Dios, se rasgaron las vestiduras, se escandalizaron diciendo que había blasfemado. El signo que Jesús les da era una blasfemia. Y por este motivo, Jesús dice: generación malvada.
Estos no han entendido que la ley que ellos custodian y aman era una pedagogía hacia Jesucristo. Si la ley no lleva a Jesucristo, si no nos acerca a Jesucristo, está muerta. Y por esto Jesús les reprende por estar cerrados, por no ser capaces de reconocer los signos de los tiempos, por no estar abiertos al Dios de las sorpresas. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 13 de octubre de 2014, en Santa Marta).
Reflexión
Los fariseos reclaman un signo a Jesús. Pero Jesús no quiere satisfacer su curiosidad, se niega a darles un signo, excepto el de Jonás. ¡Cuántas veces nosotros también pedimos signos a Dios! Le decimos que no queremos ir a misa el domingo, que no nos interesa confesarnos, a no ser que nos lo pida de manera clara. Reclamamos una señal del cielo.
Cristo quiere purificar nuestra intención, nos pide hacer el salto de la fe, confiar en su palabra y entregarnos a su voluntad. Él, cuando estaba sufriendo en la Cruz, no vio ningún signo del Padre, no escuchó ninguna voz celeste que le decía “¡Ánimo! ¡Sólo te faltan unos minutos!”. Y, sin embargo, perseveró hasta el final.
Por otro lado, los signos no nos van a servir si no queremos seguir a Cristo. Los fariseos habían visto muchos milagros y no se dejaron convencer. Es también el caso de los hermanos del rico epulón en la parábola del pobre Lázaro (Lc 16, 27-31).
Cristo no quiere darnos signos, pero nos llama a ser signos de su amor en el mundo. El profeta Jonás fue un signo de conversión para los habitantes de Nínive. Se arrepintieron y cambiaron de vida al escuchar su predicación. Nuestra sociedad se parece a la de Nínive del Antiguo Testamento, poblada por pecadores y gente que no conoce a Dios. Cristo nos manda como sus embajadores en el mundo.
Propósito
Entrar en una iglesia y visitar a Cristo para renovarle nuestra adhesión a su voluntad.
Diálogo final
Señor, ¡soy todo tuyo! Tú me has dado todo lo que tengo y todo lo que soy, el don de la vida, de la gracia bautismal y de mi vocación particular. ¡Hazme entender tu misericordia, que tu amor sea el único signo que necesite para creer en ti!
«Desde mi angustia invoqué al Señor, y él me respondió; desde el seno del Abismo, pedí auxilio, y tú escuchaste mi voz. […] Cuando mi alma desfallecía, me acordé del Señor, y mi oración llegó hasta ti, hasta tu santo Templo. […] yo, en acción de gracias, te ofreceré sacrificios y cumpliré mis votos: ¡La salvación viene del Señor!» (Jonás 2, 3-10).
Los fariseos reclaman un signo a Jesús. Pero Jesús no quiere satisfacer su curiosidad, se niega a darles un signo, excepto el de Jonás. ¡Cuántas veces nosotros también pedimos signos a Dios! Le decimos que no queremos ir a misa el domingo, que no nos interesa confesarnos, a no ser que nos lo pida de manera clara. Reclamamos una señal del cielo.
Cristo quiere purificar nuestra intención, nos pide hacer el salto de la fe, confiar en su palabra y entregarnos a su voluntad. Él, cuando estaba sufriendo en la Cruz, no vio ningún signo del Padre, no escuchó ninguna voz celeste que le decía “¡Ánimo! ¡Sólo te faltan unos minutos!”. Y, sin embargo, perseveró hasta el final.
Por otro lado, los signos no nos van a servir si no queremos seguir a Cristo. Los fariseos habían visto muchos milagros y no se dejaron convencer. Es también el caso de los hermanos del rico epulón en la parábola del pobre Lázaro (Lc 16, 27-31).
Cristo no quiere darnos signos, pero nos llama a ser signos de su amor en el mundo. El profeta Jonás fue un signo de conversión para los habitantes de Nínive. Se arrepintieron y cambiaron de vida al escuchar su predicación. Nuestra sociedad se parece a la de Nínive del Antiguo Testamento, poblada por pecadores y gente que no conoce a Dios. Cristo nos manda como sus embajadores en el mundo.
Propósito
Entrar en una iglesia y visitar a Cristo para renovarle nuestra adhesión a su voluntad.
Diálogo final
Señor, ¡soy todo tuyo! Tú me has dado todo lo que tengo y todo lo que soy, el don de la vida, de la gracia bautismal y de mi vocación particular. ¡Hazme entender tu misericordia, que tu amor sea el único signo que necesite para creer en ti!
«Desde mi angustia invoqué al Señor, y él me respondió; desde el seno del Abismo, pedí auxilio, y tú escuchaste mi voz. […] Cuando mi alma desfallecía, me acordé del Señor, y mi oración llegó hasta ti, hasta tu santo Templo. […] yo, en acción de gracias, te ofreceré sacrificios y cumpliré mis votos: ¡La salvación viene del Señor!» (Jonás 2, 3-10).
domingo, 19 de julio de 2015
LOS SANTOS DE HOY: DOMINGO 19 DE JULIO DEL 2015
Anacoreta, 19 de julio
|
Virgen, 19 de julio
|
Penitente, 19 de julio
|
Sacerdote y Mártir, 19 de julio
|
Sacerdote y Mártir, 19 de julio
|
Virgen, 19 de julio
|
Obispo, 19 de julio
|
Virgen y Mártir, 19 de julio
|
LI Papa, 19 de julio
|
Discípulo de San Pablo, 19 de julio
|
Sacerdote y Mártir, 19 de julio
|
SANTA MACRINA LA JOVEN, VIRGEN, 19 DE JULIO
Macrina la Joven, Santa
Macrina la Joven, Santa
Virgen, 19 de julio
Fuente: misa_tridentina.t35.com || «Vidas de los santos», Alban Butler
Virgen
Martirologio Romano: En el monasterio de Annesis, cerca del río Iris, en el Ponto, ahora en Turquía, santa Macrina, virgen, hermana de los santos Basilio Magno, Gregorio de Nisa y Pedro de Sebaste, gran conocedora de las Sagradas Escrituras, que se retiró a la vida solitaria y fue ejemplo admirable de amor a Dios y de alejamiento de las vanidades del mundo.(† 379)
Breve Biografía
Macrina era la mayor de los diez hijos de los santos Basilio y de Emelia la mayor, y hermana de los Padres Capadocios, san Basilio y san Gregorio de Nisa. Nació en Cesarea de Capadocia, hacia el año 327 y su madre la educó con particular esmero, le enseñó a leer y vigilaba cuidadosamente sus lecturas. El libro de La Sabiduría y los Salmos de David eran las obras predilectas de Macrina, quien no descuidaba por ello los deberes domésticos y los trabajos de hilado y costura. A los doce años fue prometida en matrimonio, pero su prometido murió súbitamente y Macrina se negó a aceptar a ninguno de los otros pretendientes, para dedicarse a ayudar a su madre en la educación de sus hermanos y hermanas menores. San Basilio el Grande, san Pedro de Sabaste, san Gregorio de Nissa y los otros hermanos de Macrina, aprendieron de ella el desprecio del mundo, el temor a la riqueza y el amor a la oración y la palabra de Dios. Según se dice, san Basilio volvió muy envanecido de mnr estudios, y su hermana le enseñó a ser humilde. Por otra parte, Macrina fue «el padre y la madre, el guía, el maestro y el consejero» de su hermano menor, san Pedro de Sebaste, pues san Basilio el Mayor, murió poco después del nacimiento de su último hijo. A la muerte de su padre, san Basilio estableció a su madre y a su hermana Macrina en una casa a orillas del río Iris; las dos santas mujeres se entregaron allí a la práctica de la ascética con otras compañeras.
A la muerte de santa Emelia, Macrina repartió entre los pobres su herencia y vivió del trabajo de sus manos. Su hermano Basilio murió a principios del año 379, y Macrina cayó gravemente enferma nueve meses después. Cuando san Gregorio de Nissa llegó a visitada después de nueve años de ausencia, la encontró en un lecho de tablas. El santo quedó muy consolado al ver el gozo con que su hermana soportaba la tribulación y muy impresionado del fervor con que se preparaba para la muerte. Santa Macrina exhaló eI último suspiro en un transporte de gozo al atardecer. Era tan pobre, que para amortajar el cadáver no se encontró más que un vestido viejo y una tela muy burda; pero San Gregorio regaló con ese fin una túnica de lino. El obispo del lugar, llamado Amauxio, dos sacerdotes y el propio San Gregorio, transportaron el féretro y, durante la procesión funeraria, se cantaron los salmos; pero la afluencia de la multitud y las lamentaciones del pueblo, especialmente de algunas mujeres, perturbaron mucho la ceremonia.
En el «Diálogo sobre el alma y la resurrección» y en un panegírico dedicado al monje Olimpio, san Gregorio dejó trazada la biografía de su hermana Macrina, con muchos detalles sobre su virtud, su vida y su entierro. En el panegírico mencionado, el santo habla de dos milagros: el primero de ellos fue que santa Macrina recobró la salud cuando su madre trazó sobre ella la señal de la cruz; en el segundo caso, la santa curó de una enfermedad de los ojos a la hijita de un militar. San Gregorio añade: «Creo que no es necesario que repita aquí todas las maravillas que cuentan los que vivieron con ella y la conocieron íntimamente ... Por increíbles que parezcan esos milagros, puedo asegurar que los consideran como tales quienes han tenido ocasión de estudiarlos a fondo. Sólo los hombres carnales se rehusan a creerlos y los consideran imposibles. Así pues, para evitar que los incrédulos sean castigados por negarse a aceptar la realidad de esos dones de Dios, he preferido abstenerme de repetir aquí esas maravillas sublimes ...» Este comentario confirma, una vez más, el dicho de que sólo un santo puede escribir la vida de otro santo.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
A la muerte de santa Emelia, Macrina repartió entre los pobres su herencia y vivió del trabajo de sus manos. Su hermano Basilio murió a principios del año 379, y Macrina cayó gravemente enferma nueve meses después. Cuando san Gregorio de Nissa llegó a visitada después de nueve años de ausencia, la encontró en un lecho de tablas. El santo quedó muy consolado al ver el gozo con que su hermana soportaba la tribulación y muy impresionado del fervor con que se preparaba para la muerte. Santa Macrina exhaló eI último suspiro en un transporte de gozo al atardecer. Era tan pobre, que para amortajar el cadáver no se encontró más que un vestido viejo y una tela muy burda; pero San Gregorio regaló con ese fin una túnica de lino. El obispo del lugar, llamado Amauxio, dos sacerdotes y el propio San Gregorio, transportaron el féretro y, durante la procesión funeraria, se cantaron los salmos; pero la afluencia de la multitud y las lamentaciones del pueblo, especialmente de algunas mujeres, perturbaron mucho la ceremonia.
En el «Diálogo sobre el alma y la resurrección» y en un panegírico dedicado al monje Olimpio, san Gregorio dejó trazada la biografía de su hermana Macrina, con muchos detalles sobre su virtud, su vida y su entierro. En el panegírico mencionado, el santo habla de dos milagros: el primero de ellos fue que santa Macrina recobró la salud cuando su madre trazó sobre ella la señal de la cruz; en el segundo caso, la santa curó de una enfermedad de los ojos a la hijita de un militar. San Gregorio añade: «Creo que no es necesario que repita aquí todas las maravillas que cuentan los que vivieron con ella y la conocieron íntimamente ... Por increíbles que parezcan esos milagros, puedo asegurar que los consideran como tales quienes han tenido ocasión de estudiarlos a fondo. Sólo los hombres carnales se rehusan a creerlos y los consideran imposibles. Así pues, para evitar que los incrédulos sean castigados por negarse a aceptar la realidad de esos dones de Dios, he preferido abstenerme de repetir aquí esas maravillas sublimes ...» Este comentario confirma, una vez más, el dicho de que sólo un santo puede escribir la vida de otro santo.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 19 DE JULIO DEL 2015
Las vacaciones de Jesús
Tiempo Ordinario
Marcos 6, 30-34. Domingo XVI Tiempo Ordinario B. Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco. ¡Qué gesto tan hermoso y tan humano de parte de Jesús hacia sus apóstoles!
Por: P. Sergio A. Córdova LC | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Marcos 6, 30-34
Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. Entonces Él les dijo: Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco. Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer. Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario. Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos. Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
Oración introductoria
Señor, me conmueve tu preocupación por tus discípulos, una muestra más de tu infinito amor. Me presento hoy ante Ti, porque yo también quiero contarte todo lo que he hecho. Quiero darte todo mi corazón y amarte sinceramente. Ayúdame a ir a lo profundo, a esos rincones de mi conciencia para descubrir qué más debo entregarte o en qué parte de mi vida todavía no te dejo entrar.
Petición
Jesús, que no me distraiga, ayúdame a tener una experiencia de tu presencia en esta oración.
Meditación del Papa Francisco
Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. Entonces Él les dijo: Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco. Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer. Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario. Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos. Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
Oración introductoria
Señor, me conmueve tu preocupación por tus discípulos, una muestra más de tu infinito amor. Me presento hoy ante Ti, porque yo también quiero contarte todo lo que he hecho. Quiero darte todo mi corazón y amarte sinceramente. Ayúdame a ir a lo profundo, a esos rincones de mi conciencia para descubrir qué más debo entregarte o en qué parte de mi vida todavía no te dejo entrar.
Petición
Jesús, que no me distraiga, ayúdame a tener una experiencia de tu presencia en esta oración.
Meditación del Papa Francisco
Llamada a mejorar y crecer en comunión, santidad y sabiduría para realizar plenamente su misión. Y sin embargo, como cada cuerpo, también está expuesta a las enfermedades... […]
La enfermedad de "martalismo" (Marta), de la excesiva operosidad: es decir, de aquellos que están inmersos en el trabajo, dejando de lado, inevitablemente, ''la mejor parte": Sentarse a los pies de Jesús. Por eso, Jesús invitó a sus discípulos a "descansar'' porque descuidar el necesario reposo conduce al estrés y la agitación. El tiempo del reposo para aquellos que han completado su misión, es necesario, es debido y debe tomarse en serio: pasar un "tiempo de calidad ''con la familia y respetar las vacaciones como un tiempo para recargarse espiritual y físicamente; hay que aprender lo que enseña el Eclesiastés que 'hay un tiempo para todo'. [… ]"La enfermedad de la indiferencia hacia los demás: Es cuando todo el mundo piensa sólo en sí mismo y pierde la sinceridad y la calidez de las relaciones humanas. Cuando los más expertos no ponen sus conocimientos al servicio de los colegas con menos experiencia. Cuando, por celos. se siente alegría al ver que otros caen en lugar de levantarlos y animarlos". (S.S. Francisco, reunión con la curia, 22 de diciembre de 2014).
Reflexión
Julio es, para la mayoría de la gente, el mes de las vacaciones. Y parece que nuestro Señor quiso, incluso en esto, hacerse semejante a nosotros. El Evangelio de hoy nos cuenta que Jesús, viendo fatigados a sus apóstoles al volver de la misión, los invita a tomarse unas breves vacaciones: "Venid vosotros solos -les dice- a un lugar tranquilo y apartado para que descanséis un poco". Y es que "eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer". Bastante trabajo debían tener los Doce para que nuestro Señor tomara esta iniciativa.
Y, a la vez, ¡qué gesto tan hermoso y tan humano de parte de Jesús hacia sus apóstoles! No se le escapa ningún detalle y, como buen Amigo y compañero, se preocupa de que no les falte un saludable "weekend" para que descansen y repongan las fuerzas perdidas por el desgaste del apostolado. ¡Un feliz paseo en barca por el mar de Galilea en compañía de Jesús! ¡Qué descanso y qué compañía!
Sin embargo, en contra de las previsiones y a pesar del programa de "veraneo" que el Señor pensaba organizar a los suyos, mucha gente los ve marcharse y van detrás de Jesús y de los Doce, por tierra, para volver a encontrarse con ellos en el lugar adonde se dirigían. Poco tiempo les duraron sus "vacaciones" porque, al desembarcar, continuaron con sus afanes apostólicos y misioneros. ¡Qué ejemplo de entrega a los demás! A pesar de que se tenían bastante merecido su descanso, deben olvidarse de sí mismos y renunciar al legítimo reposo físico para continuar ayudando y sirviendo a su prójimo. Al menos, pudieron descansar unas horas. Y, conociendo la delicadeza de nuestro Señor, seguramente algunos días más tarde disfrutarían de un sabroso fin de semana de descanso.
Y aquí el evangelista nos presenta un rasgo sumamente bello y revelador de la persona de nuestro Señor Jesucristo: "Al desembarcar, vio una grande multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor". Sin duda alguna, este gesto del Maestro debió impresionarles poderosamente a los apóstoles porque Mateo hace esta misma observación tres veces consecutivas: antes de enviar a sus discípulos a la misión (Mt 9, 36-38) y antes de las dos multiplicaciones de los panes (Mt 14, 12ss y Mt 15, 32ss). El verbo griego que emplean los evangelistas es muy fuerte y significa, literalmente, "sentir ternura por alguien", "conmoverse las entrañas de compasión por una persona". ¡Qué hermosos y sublimes los sentimientos de nuestro Señor!
Pero no son sentimientos vacíos y estériles, sino que lo lleva a la acción y a buscar soluciones concretas para aliviar esas necesidades. En el primer caso, la compasión empuja a Jesús a mandar a sus apóstoles a la misión; y en los otros dos, le lleva a hacer numerosas curaciones y a saciar el hambre de toda esa pobre gente, signos externos de lo que estaba realizando en el alma de aquellas personas. Marcos nos presenta a nuestro Señor entregándose sin descanso, en cuerpo y alma, a la predicación y a la enseñanza de las multitudes: "y enseguida -nos dice el evangelista- se puso a enseñarles con calma". ¡Qué gran corazón de Jesús! ¡Qué bondad de Pastor, qué ternura de Padre, qué delicadeza de Amigo! Si así de generoso y de misericordioso es nuestro Señor, ¿quién tendrá miedo de acercarse a El?
San Juan Pablo II decía a los miles de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, que las vacaciones de verano deben ser un período particularmente propicio para redescubrir los auténticos valores del espíritu. "Las numerosas ocupaciones y los ritmos acelerados de la vida -afirmaba- hacen que en ocasiones sea difícil cultivar esta importante dimensión espiritual. Las vacaciones veraniegas, si no son "quemadas" por la disipación y la simple diversión, pueden convertirse en una ocasión propicia para volver a dar aliento a la vida interior".
Propósito
Ojalá que, a la luz del Evangelio de hoy, sepamos aprovechar este período de vacaciones para renovar la paz y la serenidad de nuestro espíritu a través de una sana recreación y esparcimiento; y que dejemos también un espacio importante para el cultivo de nuestra alma a través de la oración, de las buenas lecturas, la meditación y la participación en los sacramentos para encontrarnos personalmente con Dios nuestro Señor.
Diálogo con Cristo
Jesús, gracias por enseñarme cómo tratar a los demás. Tú eres un escultor genial, vas moldeando en tus apóstoles tu imagen de bondad, de humildad y de generosidad. Nunca «usas» o ves a los demás como meros instrumentos. Dame tu gracia para poder ejercer tu estilo de liderazgo en todas mis relaciones, especialmente en mi familia y en la evangelización y promover el bien temporal y espiritual de cada uno. Que por encima de todo, brille tu caridad en mi corazón.
Julio es, para la mayoría de la gente, el mes de las vacaciones. Y parece que nuestro Señor quiso, incluso en esto, hacerse semejante a nosotros. El Evangelio de hoy nos cuenta que Jesús, viendo fatigados a sus apóstoles al volver de la misión, los invita a tomarse unas breves vacaciones: "Venid vosotros solos -les dice- a un lugar tranquilo y apartado para que descanséis un poco". Y es que "eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer". Bastante trabajo debían tener los Doce para que nuestro Señor tomara esta iniciativa.
Y, a la vez, ¡qué gesto tan hermoso y tan humano de parte de Jesús hacia sus apóstoles! No se le escapa ningún detalle y, como buen Amigo y compañero, se preocupa de que no les falte un saludable "weekend" para que descansen y repongan las fuerzas perdidas por el desgaste del apostolado. ¡Un feliz paseo en barca por el mar de Galilea en compañía de Jesús! ¡Qué descanso y qué compañía!
Sin embargo, en contra de las previsiones y a pesar del programa de "veraneo" que el Señor pensaba organizar a los suyos, mucha gente los ve marcharse y van detrás de Jesús y de los Doce, por tierra, para volver a encontrarse con ellos en el lugar adonde se dirigían. Poco tiempo les duraron sus "vacaciones" porque, al desembarcar, continuaron con sus afanes apostólicos y misioneros. ¡Qué ejemplo de entrega a los demás! A pesar de que se tenían bastante merecido su descanso, deben olvidarse de sí mismos y renunciar al legítimo reposo físico para continuar ayudando y sirviendo a su prójimo. Al menos, pudieron descansar unas horas. Y, conociendo la delicadeza de nuestro Señor, seguramente algunos días más tarde disfrutarían de un sabroso fin de semana de descanso.
Y aquí el evangelista nos presenta un rasgo sumamente bello y revelador de la persona de nuestro Señor Jesucristo: "Al desembarcar, vio una grande multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor". Sin duda alguna, este gesto del Maestro debió impresionarles poderosamente a los apóstoles porque Mateo hace esta misma observación tres veces consecutivas: antes de enviar a sus discípulos a la misión (Mt 9, 36-38) y antes de las dos multiplicaciones de los panes (Mt 14, 12ss y Mt 15, 32ss). El verbo griego que emplean los evangelistas es muy fuerte y significa, literalmente, "sentir ternura por alguien", "conmoverse las entrañas de compasión por una persona". ¡Qué hermosos y sublimes los sentimientos de nuestro Señor!
Pero no son sentimientos vacíos y estériles, sino que lo lleva a la acción y a buscar soluciones concretas para aliviar esas necesidades. En el primer caso, la compasión empuja a Jesús a mandar a sus apóstoles a la misión; y en los otros dos, le lleva a hacer numerosas curaciones y a saciar el hambre de toda esa pobre gente, signos externos de lo que estaba realizando en el alma de aquellas personas. Marcos nos presenta a nuestro Señor entregándose sin descanso, en cuerpo y alma, a la predicación y a la enseñanza de las multitudes: "y enseguida -nos dice el evangelista- se puso a enseñarles con calma". ¡Qué gran corazón de Jesús! ¡Qué bondad de Pastor, qué ternura de Padre, qué delicadeza de Amigo! Si así de generoso y de misericordioso es nuestro Señor, ¿quién tendrá miedo de acercarse a El?
San Juan Pablo II decía a los miles de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, que las vacaciones de verano deben ser un período particularmente propicio para redescubrir los auténticos valores del espíritu. "Las numerosas ocupaciones y los ritmos acelerados de la vida -afirmaba- hacen que en ocasiones sea difícil cultivar esta importante dimensión espiritual. Las vacaciones veraniegas, si no son "quemadas" por la disipación y la simple diversión, pueden convertirse en una ocasión propicia para volver a dar aliento a la vida interior".
Propósito
Ojalá que, a la luz del Evangelio de hoy, sepamos aprovechar este período de vacaciones para renovar la paz y la serenidad de nuestro espíritu a través de una sana recreación y esparcimiento; y que dejemos también un espacio importante para el cultivo de nuestra alma a través de la oración, de las buenas lecturas, la meditación y la participación en los sacramentos para encontrarnos personalmente con Dios nuestro Señor.
Diálogo con Cristo
Jesús, gracias por enseñarme cómo tratar a los demás. Tú eres un escultor genial, vas moldeando en tus apóstoles tu imagen de bondad, de humildad y de generosidad. Nunca «usas» o ves a los demás como meros instrumentos. Dame tu gracia para poder ejercer tu estilo de liderazgo en todas mis relaciones, especialmente en mi familia y en la evangelización y promover el bien temporal y espiritual de cada uno. Que por encima de todo, brille tu caridad en mi corazón.
Preguntas o comentarios al autor P. Sergio Cordova LC
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