domingo, 12 de enero de 2014

Los Santos de hoy domingo 12 de enero de 2014

Los Santos de hoy domingo 12 de enero de 2014
 Benito Biscop, Santo
Abad, Enero 12
 Margarita Bourgeoys, Santa
Virgen Fundadora, Enero 12
 Arcadio de Mauritania, Santo
Mártir, Enero 12
 Elredo de Rievaulx, Santo
Abad, Enero 12
 Antonio María Pucci, Santo
Presbítero Servita, Enero 12
 Bernardo de Corleone (Filippo Latini), Santo
Laico Capuchino, Enero 12
 Pedro Francisco Jamet, Beato
Presbítero, Enero 12
 Nicolás Bunkerd, Beato
Sacerdote y Mártir, Enero 12
 Otros Santos y Beatos
Completando el santoral de este día, Enero 12

SAN ARCADIO DE MAURITANIA, MÁRTIR, 12 DE ENERO

Autor: . | Fuente: ACI Prensa
Arcadio de Mauritania, Santo
Mártir, Enero 12
 
Arcadio de Mauritania, Santo

Mártir

Martirologio Romano: En Cesarea de Mauritania (hoy Argelia), san Arcadio, mártir, que se escondió en tiempo de persecución, pero, al ser detenido un familiar suyo se presentó espontáneamente al juez y, por negarse a sacrificar a los dioses, sufrió dolorosos tormentos hasta consumar su martirio (c. 304).

Etimología: Arcadio = Aquel que es venturoso, es de origen griego.

Se desconoce la fecha exacta de su martirio, pero parece que tuvo lugar en alguna ciudad de Mauritania, probablemente en Cesarea, la capital.

Las persecuciones estaban en todo su furor y miles de cristianos eran torturados por los soldados romanos sin esperar la sentencia del juez.

En tan terribles circunstancias, San Arcadio se retiró a la soledad.

Sin embargo, el gobernador de la ciudad al saber que no se había presentado a los sacrificios públicos, capturó a un pariente y lo mantuvo como rehén hasta que el prófugo se presentara. Al saberlo, el mártir volvió a la ciudad y se entregó al juez quien lo obligó a que se sacrificase a los dioses.

Ante su negativa, el juez lo condenó a muerte, cortando cada uno de sus miembros de manera lenta.

Al encontrarse totalmente mutilado, el mártir se dirigió a la comunidad pagana, exhortándolos a abandonar a sus dioses falsos y a adorar al único Dios verdadero, el Señor Jesús.

Los paganos se quedaron maravillados de tanto valor y los cristianos recogieron su cadaver y empezaron a honrarlo como a un gran santo. 

EL EVANGELIO DE HOY: 12.01.2014

Autor: P. Sergio Córdova LC | Fuente: Catholic.net
El mejor regalo para tu hijo
Mateo 3, 13-17. Fiesta del Bautismo del Señor. Gracias a Dios, también nosotros hemos recibido este don maravilloso.
 
El mejor regalo para tu hijo
Del santo Evangelio según san Mateo 3, 13-17

En ese entonces llegó Jesús, que venía de Galilea al Jordán donde Juan, para ser bautizado por él. Pero Juan trataba de impedírselo diciendo: "Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?" Jesús le respondió: "Déjame ahora, pues conviene que así cumplamos toda justicia." Entonces le dejó. Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz que salía de los cielos decía: "Este es mi Hijo amado, en quien me complazco."

Oración introductoria

Señor, yo soy un pecador, no he sabido corresponder a tu amor. Sin embargo, me has llenado de tu gracia y de tus dones. Humildemente te agradezco todo y particularmente este momento de oración que me concedes para encontrarme contigo.

Petición 

¡Ven, Espíritu Santo! Que hoy que celebramos el bautismo de Jesús sepa corresponder a las gracias espirituales que he recibido.

Meditación del Papa Francisco

¿Quién puede darnos esto? En el Evangelio escuchamos la respuesta: Cristo. "Éste es mi Hijo, el escogido, escúchenlo". Jesús nos trae a Dios y nos lleva a Dios, con él toda nuestra vida se transforma, se renueva y nosotros podemos ver la realidad con ojos nuevos, desde el punto de vista de Jesús, con sus mismos ojos.
Por eso hoy les digo a cada uno de ustedes: "Pon a Cristo" en tu vida y encontrarás un amigo del que fiarte siempre; "pon a Cristo" y vas a ver crecer las alas de la esperanza para recorrer con alegría el camino del futuro; "pon a Cristo" y tu vida estará llena de su amor, será una vida fecunda. Porque todos nosotros queremos tener una vida fecunda. Una vida que dé vida a otros.
Hoy nos hará bien a todos que nos preguntásemos sinceramente, que cada uno piense en su corazón: ¿En quién ponemos nuestra fe? ¿En nosotros mismos, en las cosas, o en Jesús? Todos tenemos muchas veces la tentación de ponernos en el centro, de creernos que somos el eje del universo, de creer que nosotros solos construimos nuestra vida, o pensar que el tener, el dinero, el poder es lo que da la felicidad. Pero todos sabemos que no es así. (S.S. Francisco, 25 de julio de 2013).

Reflexión

En más de una ocasión he escuchado estas palabras: "A nuestro hijo no lo vamos a bautizar porque no queremos imponerle nada; mejor, cuando crezca, que él escoja qué religión quiere tener". La verdad, es una grandísima pena que haya padres católicos que piensen así porque, además de reflejar su escasa formación religiosa, hacen ver con esos comentarios que no tienen ni idea de lo que es realmente el bautismo. Si dicen que no quieren imponer la fe a sus hijos, entonces, ¿por qué no les preguntaron también si querían venir a esta vida o no, si querían nacer o preferían no haber vivido nunca?

A lo mejor puede sonar esto un poco duro. Pero así es. Los padres de familia que así piensan tal vez no se dan cuenta de que, al igual que la vida es un don gratuito que se ofrece al hijo sin condiciones, sólo por amor, con el bautismo sucede algo bastante semejante. La fe es un inmenso regalo, un don de Dios de un valor incalculable, y los padres –si son de verdad cristianos— consideran que es la mejor herencia que pueden dar a sus hijos. Es como si un señor muy rico quisiera regalar a un niño un millón de dólares y sus padres se opusieran rotundamente dizque para no “obligar” a su hijo a recibir algo sin su consentimiento. ¿Verdad que sería el absurdo más grande del mundo, aunque se hiciera en nombre de una supuesta "libertad"?

Cuentan que san Luis, rey de Francia, cuando alguno de sus hijos pequeños recibía el bautismo, lo estrechaba con inmensa alegría entre sus brazos y lo besaba con gran amor, diciéndole: "¡Querido hijo, hace un momento sólo eras hijo mío, pero ahora eres también hijo de Dios!". El apóstol san Juan se expresa así, con inmensa emoción: "Mirad qué gran amor nos ha mostrado el Padre para llamarnos hijos de Dios. ¡Y lo somos realmente!" (I Jn 3,2). Y un poco más adelante dice también: "Quien ha nacido de Dios no peca, porque la semilla de Dios está en él, y no puede pecar" (I Jn, 3,9).

El Evangelio de hoy nos narra el bautismo de Cristo, y nos dice san Mateo que, apenas Jesús fue bautizado, "se abrió el cielo y vio que el Espíritu Santo bajaba como una paloma y se posaba sobre Él. Y vino una voz del cielo que decía: Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto”". Es entonces cuando el Padre da ante el mundo ese maravilloso testimonio a favor de Cristo, ratifica solemnemente la condición divina de Jesús e inaugura con su sello la misión que su Hijo estaba para iniciar sobre la tierra.

Jesús es el Hijo eterno del Padre, el Hijo por naturaleza, el predilecto por antonomasia. Pero también nosotros, por una especialísima dignación de Dios y una predilección de su amor, a través del bautismo, también quedamos constituidos "hijos en el Hijo" y llegamos a ser hijos de Dios por adopción.

El bautismo es, pues, el sacramento por el que nacemos a la vida eterna y el que nos abre las puertas del cielo. El mismo Juan nos refiere en su evangelio aquellas profundas palabras que dirigió Jesús a Nicodemo: "En verdad te digo que quien no naciere del agua y del Espíritu, no podrá entrar en el reino de los cielos. Lo que nace de la carne, es carne; pero lo que nace del Espíritu, es espíritu" (Jn 3, 5-6).

Después de las hermosas fiestas navideñas que todos hemos podido pasar estos días en familia, hoy la Iglesia quiere celebrando con todos sus hijos la fiesta del bautismo del Señor. De esta forma, así como Cristo inició su vida pública con su bautismo, nosotros ahora iniciamos nuevamente la vida "ordinaria" recordando y reviviendo el bautismo del Señor.

Pero no es sólo una celebración para iniciar el tiempo ordinario. La Iglesia, como buena Madre, quiere atraer nuestra atención hacia las verdades más esenciales y fundamentales de nuestra vida. Nos remonta hasta los orígenes de nuestra fe.

Se cuenta que san Francisco Solano, siendo ya religioso franciscano, fue un día a visitar su pueblo natal de Montilla, en España. Y, entrando a la iglesia de Santiago, en donde había sido bautizado, se fue derecho a la pila bautismal, se arrodilló en el suelo con la frente apoyada sobre la piedra y rezó en voz alta el Credo para dar gracias a Dios por el don de su fe. Algo casi idéntico repitió Juan Pablo II, cuando visitó Polonia por primera vez como Papa, en el año 1979. Acudió de peregrinación a su natal Wadowice y, entrando a la iglesia parroquial, encontró rodeada de flores la pila bautismal donde fue bautizado en 1920. Entonces se arrodilló ante ella y la besó con profunda devoción y reverencia. ¡Los santos sí saben lo que es el bautismo!

Gracias a Dios, también nosotros hemos recibido este don maravilloso. Pero, ¿cuántos de nosotros somos conscientes de este regalo tan extraordinario y nos acordamos de él con frecuencia para darle gracias al Señor, para renovar nuestra fe con el rezo del Credo y ratificar nuestro compromiso cristiano? El Vaticano II nos recuerda que, por el bautismo, todos los cristianos tenemos el deber de tender a la santidad y de ser auténticos apóstoles de Cristo en el mundo: con nuestra palabra, nuestro testimonio y nuestra acción. ¿Somos cristianos de verdad? ¿De vida y de obras, y no sólo de nombre, de cultura o tradición?

Propósito

Que cada día vivamos más de acuerdo con nuestra condición y agradezcamos a Dios, con nuestro testimonio, el maravilloso privilegio de ser sus hijos predilectos.


  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Sergio Cordova LC 

    sábado, 11 de enero de 2014

    Los Santos de hoy sábado 11 de enero de 2014

    Los Santos de hoy sábado 11 de enero de 2014
     Tomás de Cori, Santo
    Presbítero Franciscano, 11 de enero
     Higinio, Santo
    IX Papa, 11 de enero
     Vital de Gaza, Santo
    Emitaño, 11 de enero
     Bernardo Scammacca, Beato
    Presbítero Dominico, 11 de enero
     Francisco Rogaczewski, Beato
    Presbítero y Mártir, 11 de enero
     Teodosio el Cenobita, Santo
    Monje, 11 de enero
     Paulino de Aquileya, Santo
    Obispo, 11 de enero
     Ana Maria Janer Anglarill, Beata
    Religiosa y Fundadora, 11 de enero 

    SANTO HIGINIO, IX PAPA, 11 DE ENERO

    Autor: . | Fuente: Corazones.org
    Higinio, Santo
    IX Papa, 11 de enero
     
    Higinio, Santo

    IX Papa

    Martirologio Romano: En Roma, san Higinio, papa, que fue el octavo en ocupar la sede de san Pedro (142).
    Etimología: "el saludable", en griego.

    De origen griego (Atenas).

    Fue papa por unos cuatro años, aprox.: 138 hasta su muerte en 142.

    Determinó varias atribuciones del clero y definió los grados de la jerarquía eclesiástica.

    Instituyó el padrino y la madrina en el bautismo de los recién nacidos para guiarlos en la vida cristiana y decretó que las iglesias fuesen consagradas.

    Luchó contra los herejes Velentino y Cerdón y sus doctrinas, pues ésos pretendían explicar la fe cristiana con especulaciones filosóficas apoyadas en esquemas gnósticos.

    Fue enterrado en el Vaticano cerca de la tumba de San Pedro. 

    EL EVANGELIO DE HOY: 11-01-2014

    Autor: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net
    Tercer testimonio de Juan
    Juan 3, 22-30. Juan vuelve a insistir a sus discípulos que es Jesús quien tiene que crecer y no él.
     
    Tercer testimonio de Juan
    Del santo Evangelio según san Juan 3, 22-30


    Después de esto, se fue Jesús con sus discípulos al país de Judea; y allí se estaba con ellos y bautizaba. Juan también estaba bautizando en Ainón, cerca de Salim, porque había allí mucha agua, y la gente acudía y se bautizaba. Pues todavía Juan no había sido metido en la cárcel. Se suscitó una discusión entre los discípulos de Juan y un judío acerca de la purificación. Fueron, pues, donde Juan y le dijeron: «Rabbí, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, aquel de quien diste testimonio, mira, está bautizando y todos se van a él.» Juan respondió: «Nadie puede recibir nada si no se le ha dado del cielo.
    Vosotros mismos me sois testigos de que dije: ´Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de él. El que tiene a la novia es el novio; pero el amigo del novio, el que asiste y le oye, se alegra mucho con la voz del novio. Esta es, pues, mi alegría, que ha alcanzado su plenitud. Es necesario que él crezca y que yo venga a menos.


    Oración introductoria

    Gracias, Señor, por este tiempo de oración. Creo en Ti, espero y confío en tu misericordia, te amo y quiero agradecerte el don de Ti mismo. Ayúdame a amarte como Tú me amas.

    Petición

    Padre Santo, dame la humildad para saber reconocer la presencia de tu Hijo.

    Meditación del Papa Francisco

    En definitiva, el Bautista podía presumir, sentirse importante, pero no lo hizo: él sólo indicaba, se sentía voz y no palabra. Este es el secreto de Juan. Él no quiso ser un ideólogo. Fue un hombre que se negó a sí mismo, para que la Palabra creciera.
    He aquí la actualidad de su enseñanza: Nosotros como Iglesia podemos pedir hoy la gracia de no llegar a ser una Iglesia ideologizada, para ser en cambio una Iglesia que escucha religiosamente la palabra de Jesús y la proclama con valentía; una Iglesia sin ideologías, sin vida propia; una Iglesia que es mysterium lunae, que tiene luz procedente de su esposo y que debe disminuir la propia luz para que resplandezca la luz de Cristo.
    El modelo que nos ofrece hoy Juan es el de una Iglesia siempre al servicio de la palabra, una Iglesia-voz que indica la palabra, hasta el martirio. (S.S. Francisco, 24 de junio de 2013, Misa matutina en la capilla de Santa Marta).

    Reflexión

    El último testimonio de Juan sobre Jesús subraya nuevamente no sólo la superioridad de la misión de Jesús frente a la de Juan, sino el sentido mesiánico de la obra de Jesús. Jesús hace posible y realiza una nueva relación entre el ser humano y Dios, fundada en la gracia del Espíritu y la verdad de su Palabra.

    La fe de Juan Bautista es ejemplar para el discípulo cristiano; un modelo a seguir para todo aquel que quiera ser testigo fiel de Cristo en el mundo. Él aceptó sin reservas su papel de testigo que conduce a los seres humanos al Mesías, permaneciendo siempre fiel al plan salvífico de Dios, a pesar de la inclinación de sus propios discípulos a dejarse influir por sentimientos humanos egoístas.

    El austero predicador del desierto que se había presentado como testigo del Mesías, en este texto aparece como ejemplo para todos los que seguimos a Jesús y lo anunciamos entre los seres humanos. Juan no ha dudado ni un momento en disminuir, en ocultarse hasta desaparecer, con tal de que Él, Jesús el Mesías, crezca, resplandezca con toda su luz y sea aceptado y creído por los otros.

    Propósito

    Preparar hoy lo necesario para que mañana, la celebración dominical de la Eucaristía sea el evento más importante para mi familia.

    Diálogo con Cristo 

    Cuanto más humilde sea, podré ser tu discípulo y misionero, invitando, con mi testimonio de vida, a otros a seguirte. Gracias porque es en la oración y en la Eucaristía como voy formando mi corazón de apóstol. 
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