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viernes, 24 de mayo de 2013
LOS LIRIOS DE SAN ANTONIO
LOS LIRIOS DE SAN ANTONIO
San Antonio De PaduaEl lirio o la azucena es símbolo de la pureza y porque así como el más ligero contacto empaña esa flor candidísima, así toda culpa —aunque leve— afea la pureza del alma.
A los Santos que se distinguieron durante su vida por su inocencia, se los representa con esta flor en los brazos, en las manos o junto a sí.
A San Antonio de Padua no sabríamos conocerle si no viéramos sus imágenes con el lirio o con el divino Niño Jesús, lirio de los valles, que se recrea entre lirios. Es que San Antonio conservó el candor virginal toda su vida y, si el lirio o azucena es la representación de la virtud de la pureza, no podía faltarle este símbolo.
Y parece que San Antonio siente predilección por el lirio y cómo se goza de ver sus imágenes con esta flor y sus altares adornados con las azucenas, que recuerdan a las gentes el deber de amar y conservar a toda costa la delicadísima virtud de la pureza. Hasta tal punto que a tan bellas y blancas flores del campo se las llama lirios de San Antonio.
La devoción de los lirios de San Antonio es antiquísima, aunque en la liturgia eclesiástica aparezca casi nueva. En 1680, en el pueblo de Mantesca de Agesso, le quitaron al Santo de las manos la flor o lirio artificial, sustituyéndole por uno natural recién tomado del jardín. Dejaron esta flor en manos de San Antonio después de la fiesta y por todo un año se conservó la azucena fresca, como si acabaran de cortarla, con el mismo aroma que se percibía en toda la iglesia.
En Marcase de Sicilia sucedió otro caso singular. Expulsados los franciscanos por la revolución, la gente acudía a la iglesia el trece de junio. Terminada la fiesta, se cerró la iglesia, olvidando retirar las flores del altar. Transcurrido largo tiempo, volvieron a la iglesia y encontraron marchitas todas las flores, menos los lirios y las azucenas que rodeaban la imagen de San Antonio. Toda la ciudad acudió a ver el prodigio y las gentes se llevaron como reliquias los frescos y aromáticos lirios de San Antonio.
El pueblo cristiano tiene veneración especial al lirio de San Antonio porque, además de estar convencido de que con ello complacen al glorioso Taumaturgo de Padua, han visto en él un símbolo de protección y auxilio que el Santo de los Milagros otorga en favor de sus devotos que le suplican su valimiento para conservarse en tan apreciada virtud.
Aumentóse de un modo extraordinario esta veneración porque San Antonio ha utilizado algunas veces estas flores como instrumento para conceder favores y obrar milagros. Recuérdese el siguiente caso. Una señora de Montreal (Canadá), tomó el hábito de religiosa en el Convento de Nuestra Señora de los Ángeles de Asís (Italia), y se llamó Sor Margarita de Santa Clara.
Con motivo de una fundación en América, hubo de embarcarse y nada más llegar a Nueva York, sintió un pequeño dolor en la lengua, que fue aumentando sensiblemente. Llamado un especialista, declaró que se trataba de un cáncer maligno y que era indispensable la operación.
Ante tal augurio, Sor Margarita recurrió a Dios, suplicándole, por intercesión de San Antonio, que le socorriese. Súbitamente la buena Hermana se acordó que tenía un pétalo de un lirio bendecido en la fiesta de San Antonio y aquella noche, antes de acostarse (era la víspera del día señalado para la operación) estuvo algún tiempo en fervorosa oración y luego se aplicó el pétalo a la lengua, en el sitio donde tenia el cáncer.
Al día siguiente, al levantarse, ¿cuál no sería su sorpresa y alegría al ver que tenía la lengua completamente sana? Cuando el doctor especialista, que no era católico, llegó para practicar la operación, quedó sorprendido al ver que no quedaba señal alguna del cáncer. La Hermana le dijo que San Antonio la había curado. El doctor ratificó que semejante caso no podía realizarse sino por un milagro.
(autor desconocido)
SAN VICENTE DE LÉRINS, 24 DE MAYO
Autor: Alban Butler
| Fuente: «Vidas de los santos»,
Vicente de Lérins, Santo |
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Sacerdote y Monje, 24 de mayo | |||
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Los Santos de hoy viernes 24 de mayo de 2013
Los Santos de hoy viernes 24 de mayo de 2013 |
Vicente de Lérins, Santo Sacerdote y Monje, 24 de mayo |
María Auxiliadora Advocación Mariana, Mayo 24 |
Donaciano y Rogaciano, Santos Mártires, Mayo 24 |
David de Escocia, Santo Rey, Mayo 24 |
Luis Zeferino Moreau, Beato Obispo y Fundador, Mayo 24 |
Juan de Prado, Beato Sacerdote y Mártir, Mayo 24 |
Simeón el Estilita el Joven, Santo Estilita, 24 de mayo |
MARÍA AUXILIADORA - 24 DE MAYO
Autor: . | Fuente: EWTN.com María Auxiliadora | |
Advocación Mariana, Mayo 24 | |
Advocación de la Santísima VirgenLos cristianos de la Iglesia de la antigüedad en Grecia, Egipto, Antioquía, Efeso, Alejandría y Atenas acostumbraban llamar a la Santísima Virgen con el nombre de Auxiliadora, que en su idioma, el griego, se dice con la palabra "Boetéia", que significa "La que trae auxilios venidos del cielo". Ya San Juan Crisóstomo, arzobispo de Constantinopla nacido en 345, la llama "Auxilio potentísimo" de los seguidores de Cristo. Los dos títulos que más se leen en los antiguos monumentos de Oriente (Grecia, Turquía, Egipto) son: Madre de Dios y Auxiliadora. (Teotocos y Boetéia). En el año 476 el gran orador Proclo decía: "La Madre de Dios es nuestra Auxiliadora porque nos trae auxilios de lo alto". San Sabas de Cesarea en el año 532 llama a la Virgen "Auxiliadora de los que sufren" y narra el hecho de un enfermo gravísimo que llevado junto a una imagen de Nuestra Señora recuperó la salud y que aquella imagen de la "Auxiliadora de los enfermos" se volvió sumamente popular entre la gente de su siglo. El gran poeta griego Romano Melone, año 518, llama a María "Auxiliadora de los que rezan, exterminio de los malos espíritus y ayuda de los que somos débiles" e insiste en que recemos para que Ella sea también "Auxiliadora de los que gobiernan" y así cumplamos lo que dijo Cristo: "Dad al gobernante lo que es del gobernante" y lo que dijo Jeremías: "Orad por la nación donde estáis viviendo, porque su bien será vuestro bien". En las iglesias de las naciones de Asia Menor la fiesta de María Auxiliadora se celebra el 1º de octubre, desde antes del año mil (En Europa y América se celebre el 24 de mayo). San Sofronio, Arzobispo de Jerusalén dijo en el año 560: "María es Auxiliadora de los que están en la tierra y la alegría de los que ya están en el cielo". San Juan Damasceno, famoso predicador, año 749, es el primero en propagar esta jaculatoria: "María Auxiliadora rogad por nosotros". Y repite: "La Virgen es auxiliadora para conseguir la salvación. Auxiliadora para evitar los peligros, Auxiliadora en la hora de la muerte". San Germán, Arzobispo de Constantinopla, año 733, dijo en un sermón: "Oh María Tú eres Poderosa Auxiliadora de los pobres, valiente Auxiliadora contra los enemigos de la fe. Auxiliadora de los ejércitos para que defiendan la patria. Auxiliadora de los gobernantes para que nos consigan el bienestar, Auxiliadora del pueblo humilde que necesita de tu ayuda". La batalla de Lepanto. En el siglo XVI, los mahometanos estaban invadiendo a Europa. En ese tiempo no había la tolerancia de unas religiones para con las otras. Y ellos a donde llegaban imponían a la fuerza su religión y destruían todo lo que fuera cristiano. Cada año invadían nuevos territorios de los católicos, llenando de muerte y de destrucción todo lo que ocupaban y ya estaban amenazando con invadir a la misma Roma. Fue entonces cuando el Sumo Pontífice Pío V, gran devoto de la Virgen María convocó a los Príncipes Católicos para que salieran a defender a sus colegas de religión. Pronto se formó un buen ejército y se fueron en busca del enemigo. El 7 de octubre de 1572, se encontraron los dos ejércitos en un sitio llamado el Golfo de Lepanto. Los mahometanos tenían 282 barcos y 88,000 soldados. Los cristianos eran inferiores en número. Antes de empezar la batalla, los soldados cristianos se confesaron, oyeron la Santa Misa, comulgaron, rezaron el Rosario y entonaron un canto a la Madre de Dios. Terminados estos actos se lanzaron como un huracán en busca del ejército contrario. Al principio la batalla era desfavorable para los cristianos, pues el viento corría en dirección opuesta a la que ellos llevaban, y detenían sus barcos que eran todos barcos de vela o sea movidos por el viento. Pero luego - de manera admirable - el viento cambió de rumbo, batió fuertemente las velas de los barcos del ejército cristiano, y los empujó con fuerza contra las naves enemigas. Entonces nuestros soldados dieron una carga tremenda y en poco rato derrotaron por completo a sus adversarios. Es de notar, que mientras la batalla se llevaba a cabo, el Papa Pío V, con una gran multitud de fieles recorría las calles de Roma rezando el Santo Rosario. En agradecimiento de tan espléndida victoria San Pío V mandó que en adelante cada año se celebrara el siete de octubre, la fiesta del Santo Rosario, y que en las letanías se rezara siempre esta oración: MARÍA AUXILIO DE LOS CRISTIANOS, RUEGA POR NOSOTROS. El Papa y Napoleón. El siglo pasado sucedió un hecho bien lastimoso: El emperador Napoleón llevado por la ambición y el orgullo se atrevió a poner prisionero al Sumo Pontífice, el Papa Pío VII. Varios años llevaba en prisión el Vicario de Cristo y no se veían esperanzas de obtener la libertad, pues el emperador era el más poderoso gobernante de ese entonces. Hasta los reyes temblaban en su presencia, y su ejército era siempre el vencedor en las batallas. El Sumo Pontífice hizo entonces una promesa: "Oh Madre de Dios, si me libras de esta indigna prisión, te honraré decretándote una nueva fiesta en la Iglesia Católica". Y muy pronto vino lo inesperado. Napoleón que había dicho: "Las excomuniones del Papa no son capaces de quitar el fusil de la mano de mis soldados", vio con desilusión que, en los friísimos campos de Rusia, a donde había ido a batallar, el frío helaba las manos de sus soldados, y el fusil se les iba cayendo, y él que había ido deslumbrante, con su famoso ejército, volvió humillado con unos pocos y maltrechos hombres. Y al volver se encontró con que sus adversarios le habían preparado un fuerte ejército, el cual lo atacó y le proporcionó total derrota. Fue luego expulsado de su país y el que antes se atrevió a aprisionar al Papa, se vio obligado a pagar en triste prisión el resto de su vida. El Papa pudo entonces volver a su sede pontificia y el 24 de mayo de 1814 regresó triunfante a la ciudad de Roma. En memoria de este noble favor de la Virgen María, Pío VII decretó que en adelante cada 24 de mayo se celebrara en Roma la fiesta de María Auxiliadora en acción de gracias a la madre de Dios. San Juan Bosco y María Auxiliadora. El 9 de junio de 1868, se consagró en Turín, Italia, la Basílica de María Auxiliadora. La historia de esta Basílica es una cadena de favores de la Madre de Dios. su constructor fue San Juan Bosco, humilde campesino nacido el 16 de agosto de 1815, de padres muy pobres. A los tres años quedó huérfano de padre. Para poder ir al colegio tuvo que andar de casa en casa pidiendo limosna. La Sma. Virgen se le había aparecido en sueños mandándole que adquiriera "ciencia y paciencia", porque Dios lo destinaba para educar a muchos niños pobres. Nuevamente se le apareció la Virgen y le pidió que le construyera un templo y que la invocara con el título de Auxiliadora. Empezó la obra del templo con tres monedas de veinte centavos. Pero fueron tantos los milagros que María Auxiliadora empezó a hacer en favor de sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la gran Basílica. El santo solía repetir: "Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen". Desde aquel santuario empezó a extenderse por el mundo la devoción a la Madre de Dios bajo el título de Auxiliadora, y son tantos los favores que Nuestra Señora concede a quienes la invocan con ese título, que ésta devoción ha llegado a ser una de las más populares. San Juan Bosco decía: "Propagad la devoción a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros" y recomendaba repetir muchas veces esta pequeña oración: "María Auxiliadora, rogad por nosotros". El decía que los que dicen muchas veces esta jaculatoria consiguen grandes favores del cielo. |
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