viernes, 27 de diciembre de 2013

Los Santos de hoy viernes 27 de diciembre de 2013

Los Santos de hoy viernes 27 de diciembre de 2013
 Juan Apóstol y Evangelista, Santo
El discípulo amado, 27 de diciembre 
 Fabiola de Roma, Santa
Matrona romana, 27 de diciembre
 Loreta o Lorena Fusconi, Santa
Religiosa, 27 de diciembre
 Alfredo Parte, Beato
Mártir Escolapio, 27 Diciembre
 Francisco Spoto, Beato
Sacerdote y Mártir, 27 Diciembre
 José María Corbín Ferrer, Beato
Mártir de Valencia, 27 Diciembre
 Sara Salkahazi, Beata
Mártir, 27 de iciembre
 Odoardo Focherini, Beato
Martir Laico, 27 de diciembre 

SAN JUAN APÓSTOL, EVANGELISTA, EL DISCÍPULO AMADO, 27 DE DICIEMBRE

Juan Apóstol y Evangelista, Santo
El discípulo amado, 27 de diciembre
Juan Apóstol y Evangelista, Santo


El Discípulo Amado
Diciembre 27


Juan, hijo de Zebedeo y de Salomé, hermano de Santiago, fue capaz de plasmar con exquisitas imágenes literarias los sublimes pensamientos de Dios. Hombre de elevación espiritual, se lo considera el águila que se alza hacia las vertiginosas alturas del misterio trinitario: “En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios”.

Es de los íntimos de Jesús y le está cerca en las horas más solemnes de su vida. Está junto a él en la última Cena, durante el proceso y, único entre los apóstoles, asiste a su muerte al lado de la Virgen. Pero contrariamente a cuanto pueden hacer pensar las representaciones del arte, Juan no era un hombre fantasioso y delicado, y bastaría el apodo que puso el Maestro a él y a su hermano Santiago -”hijos del trueno”- para demostrarnos un temperamento vivaz e impulsivo, ajeno a compromisos y dudas, hasta parecer intolerante.

En el Evangelio él se presenta a sí mismo como “el discípulo a quien Jesús amaba”. Aunque no podemos indagar sobre el secreto de esta inefable amistad, podemos adivinar una cierta analogía entre el alma del “hijo del trueno” y la del “Hijo del hombre”, que vino a la tierra a traer no sólo la paz sino también el fuego. Después de la resurrección, Juan parmanecerá largo tiempo junto a Pedro. Pablo, en la carta a los Gálatas, habla de Pedro, Santiago y Juan “como las columnas” de la Iglesia.

En el Apocalipsis Juan dice que fue perseguido y relegado a la isla de Patmos por la “palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.” Según una tradición, Juan vivió en Éfeso en compañía de la Virgen, y bajo Domiciano fue echado en una caldera de aceite hirviendo, de la que salió ileso, pero con la gloria de haber dado también él su “testimonio”. Después del destierro en Patmos, regresó definitivamente a Éfeso en donde exhortaba infatigablemente a los fieles al amor fraterno, como resulta de las tres epístolas contenidas en el Nuevo Testamento. Murió de avanzada edad en Éfeso, durante el imperio de Trajano, hacia el año 98.

Referencias Bíblicas:
[1] Santiago y Juan, hijos de Zebedeo cf. Lc. 5, 10; Mc. 10, 35
[2] Salomé, madre de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo cf. Mc. 15, 40; Mt. 27, 56
[3] "En el principio estaba el Verbo..." (Jn. 1, 1)
[4] Juan sentado junto al Señor en la Última Cena cf. Jn. 13, 23
[5] Juan testigo de la transfiguración cf. Mc. 9, 2
[6] Juan junto al Señor en el monte de los Olivos cf. Mc. 14, 32-34
[7] Juan, el discípulo amado por Jesús cf. Jn. 21, 20-25
[8] Juan, junto a Pedro y Santiago, columnas de la Iglesia cf. Gál. 2, 9
[9] Juan, desterrado a la isla de Patmos por la Palabra cf. Ap. 1, 9

Autor: P. Ángel Amo. | Fuente: Catholic.net

jueves, 26 de diciembre de 2013

Los Santos de hoy jueves 26 de diciembre de 2013

Los Santos de hoy jueves 26 de diciembre de 2013
 Esteban, Santo
Protomártir, 26 de Diciembre del siglo I
 Vicenta María López y Vicuña, Santa
Fundadora, Diciembre 26
 Nicodemo el Consagrado, Santo
Fundador, 26 de diciembre
 Dionisio, Santo
XXV Papa, 26 Diciembre
 Zósimo, Santo
XLI Papa, 26 Diciembre
 Mártires de Songkhon (Tailandia), Beatos
Mártires, 26 Diciembre 

SAN ESTEBAN, PROTOMÁRTIR, 26 DE DICIEMBRE

utor: P. Ángel Amo. | Fuente: Catholic.net
Esteban, Santo
Protomártir, 26 de Diciembre del siglo I
 
Esteban, Santo

Protomártir
Diciembre 26



Se le llama "protomartir" porque tuvo el honor de ser el primer mártir que derramó su sangre por proclamar su fe en Jesucristo.

Después de Pentecostés, los apóstoles dirigieron el anuncio del mensaje cristiano a los más cercanos, a los hebreos, despertando el conflicto por parte de las autoridades religiosas del judaísmo.

Como Cristo, los apóstoles fueron inmediatamente víctimas de la humillación, los azotes y la cárcel, pero tan pronto quedaban libres, continuaban la predicación del Evangelio. La primera comunidad cristiana, para vivir integralmente el precepto de la caridad fraterna, puso todo en común, repartían todos los días cuanto bastaba para el sustento. Cuando la comunidad creció, los apóstoles confiaron el servicio de la asistencia diaria a siete ministros de la caridad, llamados diáconos.
Entre éstos sobresalía el joven Esteban, quien, a más de desempeñar las funciones de administrador de los bienes comunes, no renunciaba a anunciar la buena noticia, y lo hizo con tanto celo y con tanto éxito que los judíos “se echaron sobre él, lo prendieron y lo llevaron al Sanedrín. Después presentaron testigos falsos, que dijeron: Este hombre no cesa de proferir palabras contra el lugar santo y contra la Ley; pues lo hemos oído decir que este Jesús, el Nazareno, destruirá este lugar y cambiará las costumbres que nos transmitió Moisés”.

Esteban, como se lee en el capítulo 7 de Los Hechos de los apóstoles, “lleno de gracia y de fortaleza”, se sirvió de su autodefensa para iluminar las mentes de sus adversarios. Primero resumió la historia hebrea desde Abrahán haste Salomón, luego afirmó que no había blasfemado contra Dios ni contra Moisés, ni contra la Ley o el templo. Demostró, efectivamente, que Dios se revela aun fuera del templo, e iba a exponer la doctrina universal de Jesús como última manifestación de Dios, pero sus adversarios no lo dejaron continuar el discurso, porque “lanzando grandes gritos se taparon los oídos...y echándolo fuera de la ciudad, se pusieron a apedrearlo”.

Doblando las rodillas bajo la lluvia de piedras, el primer mártir cristiano repitió las mismas palabras de perdón que Cristo pronunció en la cruz: “Señor, no les imputes este pecado”. En el año 415 el descubrimiento de sus reliquias suscitó gran conmación en el mundo cristiano.

Cuando parte de estas reliquias fueron llevadas más tarde por Pablo Orosio a la isla de Menorca, fue tal el entusiasmo de los isleños que, ignorando la lección de caridad del primer mártir, pasaron a espada a los hebreos que se encontraban allí. La fiesta del primer mártir siempre fue celebrada inmediatamente después de la festividad navideña, es decir, entre los “comites Christi”, los más cercanos a la manifestación del Hijo de Dios, porque fueron los primeros en dar testimonio de él. 

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Los Santos de hoy miércoles 25 de diciembre de 2013

Los Santos de hoy miércoles 25 de diciembre de 2013
 La Natividad de Nuestro Señor Jesucristo.
Manifestación del Verbo de Dios a los hombres, 25 de diciembre
 Eugenia, Santa
Mártir, 25 de diciembre
 Jacopone de Todi, Beato
Franciscano, 25 de diciembre
 Nuestra Señora de Belém
Advocación, 25 de diciembre
 Anastasia de Sirmiun, Santa
Mártir, 25 Diciembre
 Bentivoglio de Bonis, Beato
Franciscano, 25 Diciembre
 María de los Apóstoles (Teresa von Wüllenweber), Beata
Cofundadora, Diciembre 25
 Antonia María Verna, Beata
Fundadora, 25 de diciembre 

LA NATIVIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, 25 DE DICIEMBRE


La Natividad de Nuestro Señor Jesucristo.
Manifestación del Verbo de Dios a los hombres, 25 de diciembre



La Natividad de Nuestro Señor Jesucristo.

Con la solemnidad de la Navidad, la Iglesia celebra la manifestación del Verbo de Dios a los hombres”. En efecto, éste es el sentido espiritual más importante y sugerido por la misma liturgia, que en las tres misas celebradas por todo sacerdote ofrece a nuestra meditación “el nacimiento eterno del Verbo en el seno de los esplendores del Padre (primera misa); la aparición temporal en la humildad de la carne (segunda misa); el regreso final en el último juicio (tercera misa)” (Liber Sacramentorum).

Un antiguo documento del año 354 llamado el Cronógrafo confirma la existencia en Roma de esta fiesta el 25 de diciembre, que corresponde a la celebración pagana del solsticio de invierno “Natalis solis invicti”, esto es, el nacimiento del nuevo sol que, después de la noche más large del año, readquiría nuevo vigor.

Al celebrar en este día el nacimiento de quien es el verdadero Sol, la luz del mundo, que surge de la noche del paganismo, se quiso dar un significado totalmente nuevo a una tradición pagana muy sentída por el pueblo, porque coincidía con las ferias de Saturno, durante las cuales los esclavos recibían dones de sus patrones y se los invitaba a sentarse a su mesa, como libres ciudadanos. Sin embargo, con la tradición cristiana, los regalos de Navidad hacen referencia a los dones de los pastores y de los reyes magos al Niño Jesús.

En oriente se celebraba la fiesta del nacimiento de Cristo el 6 de enero, con el nombre de Epifanía, que quiere decir “manifestación”; después la Iglesia oriental acogió la fecha del 25 de diciembre, práctica ya en uso en Antioquía hacia el 376, en tiempo de San Juan Crisóstomo, y en el 380 en Constantinopla. En occidente se introdujo la fiesta de la Epifanía, última del ciclo navideño, para conmemorar la revelación de la divinidad de Cristo al mundo pagano.

Los textos de la liturgia navideña, formulados en una época de reacción contra la herejía trinitaria de Arrio, subrayan con profundidad espiritual y al mismo tiempo con rigor teológico la divinidad y realeza del Niño nacido en el pesebre de Belén, para invitarnos a la adoración del insondable misterio de Dios revestido de carne humana, hijo de la purísima Virgen María. 
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