jueves, 25 de febrero de 2021

CELEBRARÁN EN EL VATICANO PRIMERA MEMORIA DE SAN GREGORIO DE NAREK, DOCTOR DE LA IGLESIA

 


Celebrarán en el Vaticano primera memoria de San Gregorio de Narek, doctor de la Iglesia

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa

 Foto: Bohumil Petrik / ACI Prensa




Con motivo de la primera vez en que en el calendario litúrgico se podrá celebrar la memoria de San Gregorio de Narek, doctor de la Iglesia, el próximo 27 de febrero será recordado solemnemente en el Vaticano.

San Gregorio de Narek, fue un sacerdote y monje del Siglo X. Nació alrededor del 950 en la entonces localidad armenia de Andzevatsij (actual Turquía), y falleció cerca al 1005 en Narek (entonces también Armenia y actual Turquía).

Fue llamado el “San Agustín de los armenios” por el influjo que tuvo entre los fieles.

San Gregorio es un considerado un insigne teólogo y uno de los más importantes poetas de la literatura armenia. Fue un gran devoto de la Virgen, quien, según la tradición, se le habría aparecido. Entre sus composiciones destacan el “Discurso panegírico a la Beata Virgen María” y “Del fondo del corazón, coloquio con la Madre de Dios”.

El programa de las celebraciones del próximo 27 de febrero iniciará con una Misa Solemne presidida por el prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, Cardenal Leonardo Sandri, y será celebrada en el Altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro.

Posteriormente, se llevará a cabo una oración ecuménica en los Jardines Vaticanos que será presidida por el Arzobispo Khajag Barsamian quien es el representante de la Iglesia Apostólica Armenia ante la Santa Sede.

El Arzobispo Barsamian fue Primado de la Diócesis de Estados Unidos de la Iglesia Apostólica Armenia desde 1990 hasta 2018 y es muy conocido por su experiencia en el diálogo ecuménico. El título oficial de su actual cargo es “Legado Pontificio de Europa Occidental y Representante de la Iglesia Armenia ante la Santa Sede”.

En abril de 2018 fue colocada una estatua de bronce de San Gregorio de Narek en los Jardines Vaticanos, como símbolo del ecumenismo entre cristianos católicos y ortodoxos.

En esa ceremonia, presidida por el Papa Francisco, estuvieron presentes el presidente de la República de Armenia, Serzh Sargsyan; el Patriarca Supremo y Catholicos de todos los Armenios, Su Santidad Karekin II, y el Catholicos de la Gran Casa de Cilicia, Su Santidad Aram I.


Doctor de la Iglesia

El Papa Francisco nombró Doctor de la Iglesia a San Gregorio de Narek el 12 de abril de 2015 durante una Misa celebrada en el Vaticano en memoria de todas las víctimas del genocidio armenio, perpetrado por el Imperio Otomano contra los cristianos hace más de cien años.

Durante su visita a Armenia en junio de 2016, el Santo Padre destacó que San Gregorio de Narek podría ser definido también “Doctor de la paz” porque durante su vida quiso “identificarse incluso con los débiles y los pecadores de todo tiempo y lugar, para interceder en favor de todos”.

“Su solidaridad universal con la humanidad es un gran mensaje cristiano de paz, un grito vehemente que implora misericordia para todos”, dijo entonces el Papa.

Finalmente, a principios de 2021 el Pontífice inscribió en el Calendario Romano General la memoria ad libitum (celebración opcional) de San Gregorio de Narek a través de un decreto de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos.

En aquella ocasión, el Papa Francisco estableció que el 27 de febrero de cada año sea la celebración opcional de San Gregorio de Narek, abad y doctor de la Iglesia, y en ese mismo decreto, el Santo Padre definió también que San Juan De Ávila, presbítero y doctor de la Iglesia, podrá ser celebrado el día 10 de mayo y que Santa Hildegarda de Bingen, virgen y doctora de la Iglesia, podrá ser celebrada el 17 de septiembre.

MEDITACIÓN DE CUARESMA - DÍA 9 - 25 DE FEBRERO

   



 UNA REFLEXIÓN PARA CADA DÍA 

DE LA CUARESMA 2021



ORACIÓN INICIAL  PARA CADA DÍA

Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos de oración que empiezo ahora quiero pedirte y agradecerte.

PEDIRTE la gracia de darme más cuenta de que Tú vives, me escuchas y me amas; tanto, que has querido morir libremente por mí en la cruz y renovar cada día en la Misa ese sacrificio.


Y AGRADECERTE con obras lo mucho que me amas: ¡ Tuyo soy, para ti nací ! ¿Qué quieres, Señor, de mí?   


Día 9º. 25 de febrero

Conversión. La Cuaresma es buen momento para una profunda conversión. Conversión significa cambiar la dirección de tu vida, quizá perezosa, quizá facilona. ¡Cuántas veces buscas la felicidad en una vida cómoda! Y sabemos que para alcanzar la felicidad lo que se necesita es amor, servicio a los demás, corazón que se da. Es una paradoja: para vivir y ser feliz, hay que morir, no buscar la felicidad cómodamente. Para tener hay que dar. Ahora Jesús puede ayudarte. Te propongo un cambio en concreto, por si te sirve: morir a la ley del gusto.

Debes morir a la ley del gusto: Hacer las cosas porque me gusta, me apetece, me va bien.... Un cristiano hace las cosas por dar gusto a Jesús: Porque le gustará a Jesús, le dará una alegría, le interesará que yo haga esto, o lo otro.

Madre mía, que siempre actúe para darle gusto a tu Hijo; que muera a la ley del gusto mío. Esta es la elección que tengo que hacer vivir esclavo de mis caprichos, o vivir con la ilusión de hacerme esclavo de Dios. Prefiero esto último, María, pero ayúdame.

Continúa hablándole a Dios con tus palabras




ORACIÓN FINAL PARA CADA DÍA

No me mueve, mi Dios, para quererte

el cielo que me tienes prometido,

ni me mueve el infierno tan temido

para dejar por eso de ofenderte.


Tú me mueves, Señor; muéveme el verte

clavado en la Cruz y escarnecido.

Muéveme ver tu cuerpo tan herido

muévenme tus afrentas y tu muerte.


Muéveme, en fin, tu amor, de tal manera,

que aunque no hubiera cielo, yo te amara,

y aunque no hubiera infierno, te temiera.


No me tienes que dar porque te quiera;

pues aunque lo que espero no esperara,

lo mismo que te quiero te quisiera.




Texto del P. José Pedro Manglano Castellary

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 25 DE FEBRERO DEL 2021

 



Lecturas de hoy Jueves de la 1ª semana de Cuaresma

Hoy, jueves, 25 de febrero de 2021



Primera lectura

Lectura del libro de Ester (14,1.3-5.12-14):

EN aquellos días, la reina Ester, presa de un temor mortal, se refugió en el Señor.

Y se postró en tierra con sus doncellas desde la mañana a la tarde, diciendo:

«¡Bendito seas, Dios de Abrahán, Dios de Isaac y Dios de Jacob! Ven en mi ayuda, que estoy sola y no tengo otro socorro fuera de ti, Señor, porque me acecha un gran peligro.

Yo he escuchado en los libros de mis antepasados, Señor, que tú libras siempre a los que cumplen tu voluntad. Ahora, Señor, Dios mío, ayúdame, que estoy sola y no tengo a nadie fuera de ti. Ahora, ven en mi ayuda, pues estoy huérfana, y pon en mis labios una palabra oportuna delante del león, y hazme grata a sus ojos. Cambia su corazón para que aborrezca al que nos ataca, para su ruina y la de cuantos están de acuerdo con él.

Líbranos de la mano de nuestros enemigos, cambia nuestro luto en gozo y nuestros sufrimientos en salvación».


Palabra de Dios



Salmo

Sal 137,1-2a.2bc.3.7c-8


R/. Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor


V/. Te doy gracias, Señor, de todo corazón,

porque escuchaste las palabras de mi boca;

delante de los ángeles tañeré para ti,

me postraré hacia tu santuario. R/.


V/. Daré gracias a tu nombre:

por tu misericordia y tu lealtad,

porque tu promesa supera tu fama.

Cuando te invoqué, me escuchaste,

acreciste el valor en mi alma. R/.


V/. Tu derecha me salva.

El Señor completará sus favores conmigo.

Señor, tu misericordia es eterna,

no abandones la obra de tus manos. R/.



Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,7-12):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.

Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!

Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas».


Palabra del Señor






«Todo el que pide recibe; el que busca, halla»

Rev. D. Joaquim MESEGUER García

(Rubí, Barcelona, España)


Hoy, Jesús nos habla de la necesidad y del poder de la oración. No podemos entender la vida cristiana sin relación con Dios, y en esta relación, la oración ocupa un lugar central. Mientras vivimos en este mundo, los cristianos nos encontramos en un camino de peregrinaje, pero la oración nos acerca a Dios, nos abre las puertas de su amor inmenso y nos anticipa ya las delicias del cielo. Por esto, la vida cristiana es una continua petición y búsqueda: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá» (Mt 7,7), nos dice Jesús.

Al mismo tiempo, la oración va transformando el corazón de piedra en un corazón de carne: «Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan!» (Mt 7,11). El mejor resumen que podemos pedir a Dios se encuentra en el Padrenuestro: «Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo» (cf. Mt 6,10). Por tanto, no podemos pedir en la oración cualquier cosa, sino aquello que sea realmente un bien. Nadie desea un daño para sí mismo; por esto, tampoco no lo podemos querer para los demás.

Hay quien se queja de que Dios no le escucha, porque no ve los resultados de manera inmediata o porque piensa que Dios no le ama. En casos así, no nos vendrá mal recordar este consejo de san Jerónimo: «Es cierto que Dios da a quien se lo pide, que quien busca encuentra, y a quien llama le abren: se ve claramente que aquel que no ha recibido, que no ha encontrado, ni tampoco le han abierto, es porque no ha pedido bien, no ha buscado bien, ni ha llamado bien a la puerta». Pidamos, pues, en primer lugar a Dios que haga bondadoso nuestro corazón como el de Jesucristo.

FELIZ JUEVES

 





 

miércoles, 24 de febrero de 2021

HOY MIÉRCOLES REZAMOS LOS DOLORES Y GOZOS DE SAN JOSÉ - ESTAMPA PARA IMPRIMIR


 

SANTORAL DE HOY MIÉRCOLES 24 DE FEBRERO DEL 2021

 

Tomás María Fusco, BeatoTomás María Fusco, Beato
Presbítero y Fundador, 24 de febrero
Josefa Naval Girbés, BeataJosefa Naval Girbés, Beata
Virgen Laica, 24 de febrero
Etelberto, SantoEtelberto, Santo
Rey de Kent, 24 de febrero
Marco de Marconi, BeatoMarco de Marconi, Beato
Religioso Ermitaño, 24 de febrero
Constancio de Fabriano Sérvoli, BeatoConstancio de Fabriano Sérvoli, Beato
Presbítero Dominico, 24 de febrero
Modesto de Tréveris, SantoModesto de Tréveris, Santo
Obispo, 24 de febrero

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 24 DE FEBRERO DEL 2021

 



 Lecturas de hoy Miércoles de la 1ª semana de Cuaresma

Hoy, miércoles, 24 de febrero de 2021



Primera lectura

Lectura de la profecía de Jonás (3,1-10):

EL Señor dirigió la palabra a Jonás:

«Ponte en marcha y ve a la gran ciudad de Nínive; allí les anunciarás el mensaje que yo te comunicaré».

Jonás se puso en marcha hacia Nínive, siguiendo la orden del Señor. Nínive era una ciudad inmensa; hacían falta tres días para recorrerla. Jonás empezó a recorrer la ciudad el primer día, proclamando:

«Dentro de cuarenta días, Nínive será arrasada».

Los ninivitas creyeron en Dios, proclamaron un ayuno y se vistieron con rudo sayal, desde el más importante al menor.

La noticia llegó a oídos del rey de Nínive, que se levantó de su trono, se despojó del manto real, se cubrió con rudo sayal y se sentó sobre el polvo. Después ordenó proclamar en Nínive este anuncio de parte del rey y de sus ministros:

«Que hombres y animales, ganado mayor y menor no coman nada; que no pasten ni beban agua. Que hombres y animales se cubran con rudo sayal e invoquen a Dios con ardor. Que cada cual se convierta de su mal camino y abandone la violencia. ¡Quién sabe si Dios cambiará y se compadecerá, se arrepentirá de su violenta ira y no nos destruirá!».

Vio Dios su comportamiento, cómo habían abandonado el mal camino, y se arrepintió de la desgracia que había determinado enviarles. Así que no la ejecutó.


Palabra de Dios



Salmo

Sal 50,3-4.12-13.18-19


R/. Un corazón quebrantado y humillado,

tú, Dios mío, no lo desprecias


V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad,

por tu inmensa compasión borra mi culpa;

lava del todo mi delito,

limpia mi pecado. R/.


V/. Oh, Dios, crea en mí un corazón puro,

renuévame por dentro con espíritu firme.

No me arrojes lejos de tu rostro,

no me quites tu santo espíritu. R/.


V/. Los sacrificios no te satisfacen:

si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.

El sacrificio agradable a Dios

es un espíritu quebrantado;

un corazón quebrantado y humillado,

tú, oh, Dios, tú no lo desprecias. R/.



Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,29-32):

EN aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús,

y él se puso a decirles:

«Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.

La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.

Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».


Palabra del Señor




«Aquí hay algo más que Salomón (...); y aquí hay algo más que Jonás»

Rev. D. Antoni CAROL i Hostench

(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)


Hoy, el Evangelio nos invita a centrar nuestra esperanza en Jesús mismo. Justamente, Juan Pablo II ha escrito que «no será una fórmula lo que nos salve, pero sí una Persona y la certeza que ella nos infunde: ‘¡Yo estoy con vosotros!’».

Dios —que es Padre— no nos ha abandonado: «El cristianismo es gracia, es la sorpresa de un Dios que, satisfecho no sólo con la creación del mundo y del hombre, se ha puesto al lado de su criatura» (San Juan Pablo II).

Nos encontramos empezando la Cuaresma: no dejemos pasar de largo la oportunidad que nos brinda la Iglesia: «Éste es el tiempo favorable, éste es el día de la salvación» (2Cor 6,2). Después de contemplar en la Pasión el rostro sufriente de Nuestro Señor Jesucristo, ¿todavía pediremos más señales de su amor? «A aquel que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que nos hiciéramos justicia de Dios en Él» (2Cor 5,21). Más aún: «El que ni a su propio Hijo perdonó, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con Él todas las cosas?» (Rom 8,32). ¿Todavía pretendemos más señales?

En el rostro ensangrentado de Cristo «hay algo más que Salomón (...); aquí hay algo más que Jonás» (Lc 11,31-32). Este rostro sufriente de la hora extrema, de la hora de la Cruz es «misterio en el misterio, ante el cual el ser humano ha de postrarse en adoración». En efecto, «para devolver al hombre el rostro del Padre, Jesús debió no sólo asumir el rostro del hombre, sino cargarse incluso del “rostro” del pecado» (Juan Pablo II). ¿Queremos más señales?

«¡Aquí tenéis al hombre!» (Jn 19,5): he aquí la gran señal. Contemplémoslo desde el silencio del “desierto” de la oración: «Lo que todo cristiano ha de hacer en cualquier tiempo [rezar], ahora ha de ejecutarlo con más solicitud y con más devoción: así cumpliremos la institución apostólica de los cuarenta días» (San León Magno, papa).

MEDITACIÓN DE CUARESMA - DÍA 8 - 24 DE ENERO

  


 UNA REFLEXIÓN PARA CADA DÍA 

DE LA CUARESMA 2021



ORACIÓN INICIAL  PARA CADA DÍA

Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos de oración que empiezo ahora quiero pedirte y agradecerte.

PEDIRTE la gracia de darme más cuenta de que Tú vives, me escuchas y me amas; tanto, que has querido morir libremente por mí en la cruz y renovar cada día en la Misa ese sacrificio.


Y AGRADECERTE con obras lo mucho que me amas: ¡ Tuyo soy, para ti nací ! ¿Qué quieres, Señor, de mí?   



Día 8º. 24 de febrero

Dios no se asusta de mí. Quizá hayas visto la película "Tarzán en Nueva York". Describe las divertidas aventuras de Tarzán y Chita cuando son trasladados en avión desde la selva a la ciudad de los rascacielos, donde todo les llena de asombro y les ocurren mil peripecias.

Chita protagoniza una de las sorpresas: al llegar a la habitación del hotel ve reflejada su fea cara sobre el gran espejo del armario. El susto fue tan descomunal que, lanzando un terrible bramido presa de pavor, salió corriendo: no se imaginaba que aquel feísimo "monstruo" que ha visto en la habitación es su propia imagen reflejada en el espejo.

La escena acaba bien: Chita se refugió en los brazos de Tarzán, que la cogió con afecto, calmándola con sus caricias. Y es que Tarzán quería a Chita como era: con sus pelos negros y largos, su rostro de irracional y su mirada extraviada.

Dios nos quiere a cada uno de nosotros infinitamente más: sabe mejor que nadie cómo somos; conoce nuestros fallos; no ignora que somos miserables y que tenemos muchos defectos. Nos conoce mucho mejor que podemos conocernos a nosotros mismos, y tiene en cuenta nuestras cosas buenas y nuestros deseos de mejorar.

Dios no se asusta de nuestras fealdades.

Gracias, Dios mío, porque me quieres a mí y a cada uno más que todas las madres del mundo puedan querer a sus hijos; no te asustas ante nuestras torpezas, ni ante nuestras miserias, y nos acoges con un cariño infinitamente mayor que el que tenía Tarzán a Chita. El problema es que cuando yo voy descubriendo lo feo que soy (mis limitaciones, fallos, miserias, etc) me puedo "medio asustar" y pensar que no me es posible ser santo, que no puedo estar cerca de ti, entonces puedo desanimarme, olvidarme de que Tú me quieres como soy, y alejarme de Ti. Que no me pase esto, Señor. Si alguna vez me alejo de Ti, volveré corriendo a tu lado contándote lo que me pasa.

Coméntale a Dios con tus palabras algo de lo que has leído. Después termina con la oración final.


ORACIÓN FINAL PARA CADA DÍA

No me mueve, mi Dios, para quererte

el cielo que me tienes prometido,

ni me mueve el infierno tan temido

para dejar por eso de ofenderte.


Tú me mueves, Señor; muéveme el verte

clavado en la Cruz y escarnecido.

Muéveme ver tu cuerpo tan herido

muévenme tus afrentas y tu muerte.


Muéveme, en fin, tu amor, de tal manera,

que aunque no hubiera cielo, yo te amara,

y aunque no hubiera infierno, te temiera.


No me tienes que dar porque te quiera;

pues aunque lo que espero no esperara,

lo mismo que te quiero te quisiera.




Texto del P. José Pedro Manglano Castellary

MEDITACIÓN DE CUARESMA - DÍA 7 - 23 DE FEBRERO

 



 UNA REFLEXIÓN PARA CADA DÍA 

DE LA CUARESMA 2021



ORACIÓN INICIAL  PARA CADA DÍA

Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos de oración que empiezo ahora quiero pedirte y agradecerte.

PEDIRTE la gracia de darme más cuenta de que Tú vives, me escuchas y me amas; tanto, que has querido morir libremente por mí en la cruz y renovar cada día en la Misa ese sacrificio.


Y AGRADECERTE con obras lo mucho que me amas: ¡ Tuyo soy, para ti nací ! ¿Qué quieres, Señor, de mí?   




Día 7º. 23 de febrero

Pecado. Siempre que hablo del pecado, sobre todo del pecado mortal, viene a mi mente el triste recuerdo de una tragedia que presencié un día. Un niño de unos tres años corría por el césped del jardín de su casa, perseguido por su madre: "¡Ven aquí, Jimmy!", gritaba ésta. "¡No atravieses el seto!". Pero Jimmy no le hizo ningún caso. Traspasó el seto y sorteó hábilmente los automóviles estacionados en la calzada, hasta que un coche que pasaba le lanzó por los aires. Su cuerpecillo roto fue a caer casi en brazos de su madre.

Dejando aparte el hecho de que Jimmy era demasiado joven para responder de sus actos, la escena recuerda mucho la actitud de Dios con los pecadores. "¡Ven aquí, ven aquí!", grita ansiosamente, con su gracia, cuando un alma corre hacia el pecado. Pero el pecador, ajeno a todo lo que no sea su deseo, hace oídos sordos a la voz de Dios y sale voluntariamente al encuentro de la muerte. La estupidez es un elemento siempre presente en el pecado.

Señor, no quiero ofenderte, pero a veces me olvido de Ti y, cuando llega el momento me vence la estupidez. Perdona, Señor, desde ahora con tu gracia odiaré el pecado, también los pequeños, y te pediré perdón por ellos en la confesión.

Coméntale a Dios con tus palabras algo de lo que has leído. Después termina con la oración final.



ORACIÓN FINAL PARA CADA DÍA

No me mueve, mi Dios, para quererte

el cielo que me tienes prometido,

ni me mueve el infierno tan temido

para dejar por eso de ofenderte.


Tú me mueves, Señor; muéveme el verte

clavado en la Cruz y escarnecido.

Muéveme ver tu cuerpo tan herido

muévenme tus afrentas y tu muerte.


Muéveme, en fin, tu amor, de tal manera,

que aunque no hubiera cielo, yo te amara,

y aunque no hubiera infierno, te temiera.


No me tienes que dar porque te quiera;

pues aunque lo que espero no esperara,

lo mismo que te quiero te quisiera.




Texto del P. José Pedro Manglano Castellary

AÑO DE SAN JOSÉ - DÍA 24 DE FEBRERO

 



 Año de San José

San José, hombre justo y modelo de virtudes, es el Patrono Universal de la santa Iglesia, y por lo tanto de todos nosotros. Es el santo que tuvo en la tierra la misión más grande y noble: proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.

 

Febrero 24

San José, pastor universal de la Iglesia, solicita a tu inmaculada esposa que envíe almas ardientes de jóvenes decididos a ser seguidores y ministros del que se dio del todo por nosotros. Amén.

(P. Florentín Brusa, cmf)

AÑO DE SAN JOSÉ - DÍA 23 DE FEBRERO

 



 Año de San José

San José, hombre justo y modelo de virtudes, es el Patrono Universal de la santa Iglesia, y por lo tanto de todos nosotros. Es el santo que tuvo en la tierra la misión más grande y noble: proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.

 

Febrero 23

Dice el Concilio Vaticano II que la familia es el primer “seminario”, pues una familia animada con espíritu de fe, caridad y piedad, ayuda a fomentar las vocaciones sacerdotales y religiosas. Bendice san José con este espíritu a todas las familias cristianas para que se susciten nuevas vocaciones. Amén.

(P. Florentín Brusa, cmf)

BIENVENIDOS A MI BLOG!!

 





 

lunes, 22 de febrero de 2021

MEDITACIÓN DE CUARESMA - DÍA 22 DE FEBRERO

 



 UNA REFLEXIÓN PARA CADA DÍA 

DE LA CUARESMA 2021


ORACIÓN INICIAL  PARA CADA DÍA

Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos de oración que empiezo ahora quiero pedirte y agradecerte.

PEDIRTE la gracia de darme más cuenta de que Tú vives, me escuchas y me amas; tanto, que has querido morir libremente por mí en la cruz y renovar cada día en la Misa ese sacrificio.

Y AGRADECERTE con obras lo mucho que me amas: ¡ Tuyo soy, para ti nací ! ¿Qué quieres, Señor, de mí?   


Día 6º. 22 de febrero

A Dios le afecta todo, porque lo ve todo. Felipe, uno de los apóstoles, era amigo de Natanael, y le dice a éste que quiere presentarle a Jesús, porque era el Hijo de Dios. Natanael duda mucho que un carpintero de un pueblucho como Nazareth, pudiese ser el Mesías. Pero Felipe se lo presenta, y con una frase de Jesús, Natanael se convirtió. Y ésta fue la frase: CUANDO ESTABAS DEBAJO DE LA HIGUERA, TE VÍ.

Algo habría hecho Natanael debajo de la higuera. No sabemos qué. Lo había hecho a solas, algo que nadie sabía. Pero resulta que, a pesar de haberse asegurado para estar solo, resulta que Jesús le vio. Y alguien que ve lo que sólo yo sé y hago, ése tiene que ser Dios. Por eso le contesta Natanael a Jesús: Tú eres el Hijo de Dios.

Esta mañana cuando te has despertado, Dios te estaba viendo. Y lo que has pensado cuando ese amigo te ha dicho tal cosa, Dios lo ha visto. Y eso que has guardado para que no te lo pidiesen, Dios te lo ha visto. Y ese esfuerzo por sonreír a ése que te cae mal, Dios lo ha visto... Y COMO DIOS VE TODO LO TUYO, TODO LO TUYO LE AFECTA.

Dios mío, que me dé cuenta de que todo el día y toda la noche estoy en Tu presencia. ¡Cuántas alegrías puedo darte en un día! ¡y cuánto dolor puedo causarte también en un día! ¡Creo que me ves y que me oyes! Gracias, y auméntame la fe.

Continúa hablándole a Dios con tus palabras


ORACIÓN FINAL PARA CADA DÍA

No me mueve, mi Dios, para quererte

el cielo que me tienes prometido,

ni me mueve el infierno tan temido

para dejar por eso de ofenderte.


Tú me mueves, Señor; muéveme el verte

clavado en la Cruz y escarnecido.

Muéveme ver tu cuerpo tan herido

muévenme tus afrentas y tu muerte.


Muéveme, en fin, tu amor, de tal manera,

que aunque no hubiera cielo, yo te amara,

y aunque no hubiera infierno, te temiera.


No me tienes que dar porque te quiera;

pues aunque lo que espero no esperara,

lo mismo que te quiero te quisiera.


Texto del P. José Pedro Manglano Castellary

AÑO DE SAN JOSÉ - DÍA 22 DE FEBRERO

 



Año de San José

San José, hombre justo y modelo de virtudes, es el Patrono Universal de la santa Iglesia, y por lo tanto de todos nosotros. Es el santo que tuvo en la tierra la misión más grande y noble: proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.

 

Febrero 22

Ante la gran escasez de operarios a la mies, suscita corazones generosos de sacerdotes y consagrados para que prediquen a los hombres la palabra de Dios, y les comuniquen la gracia divina guiándolos como auténticos pastores por los caminos de la vida eterna. Amén.

(P. Florentín Brusa, cmf) 

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 22 DE FEBRERO DEL 2021 - CÁTEDRA DEL APÓSTOL SAN PEDRO

 



 Lecturas de hoy La Cátedra del apóstol san Pedro

Hoy, lunes, 22 de febrero de 2021



Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro (5,1-4):

A los presbíteros en esa comunidad, yo, presbítero como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que va a manifestarse, os exhorto: Sed pastores del rebaño de Dios que tenéis a vuestro cargo, gobernándolo no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por sórdida ganancia, sino con generosidad; no como déspotas sobre la heredad de Dios, sino convirtiéndoos en modelos del rebaño. Y cuando aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita.


Palabra de Dios


Salmo

Sal 22,1-3.4.5.6


R/. El Señor es mi pastor, nada me falta


El Señor es mi pastor, nada me falta:

en verdes praderas me hace recostar;

me conduce hacia fuentes tranquilas

y repara, mis fuerzas;

me guía por el sendero justo,

por el honor de su nombre. R/.


Aunque camine por cañadas oscuras,

nada temo, porque tú vas conmigo:

tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.


Preparas una mesa ante mí,

enfrente de mis enemigos;

me unges la cabeza con perfume,

y mi copa rebosa. R/.


Tu bondad y tu misericordia

me acompañan todos los días de mi vida,

y habitaré en la casa del Señor

por años sin término. R/.



Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (16,13-19):

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»

Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»

Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»

Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»

Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»


Palabra del Señor






Hoy se celebra la festividad de la Cátedra de San Pedro

Redacción ACI Prensa



Cada 22 de febrero, la Iglesia celebra la fiesta de la Cátedra de San Pedro, celebración que se remonta al siglo IV, cuyo sentido es honrar al primado y autoridad del Apóstol Pedro, el primer Papa de la Iglesia.

Esta celebración recuerda la potestad conferida por Cristo a quien es cabeza de la Iglesia cuando dijo, tal como lo relatan los Evangelios: "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Y las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella".

La palabra "cátedra" significa “asiento” o “trono”, de la que se derivan otros vocablos como “catedral”; es decir, la “cátedra” designa a la iglesia donde un obispo tiene un “trono”, desde el cual gobierna y predica. Sinónimo de “cátedra” es también "sede" (asiento o sitial): la "sede" es el lugar simbólico desde donde un obispo gobierna su diócesis. Por ejemplo, la Santa Sede es la “sede” del Obispo de Roma, el Papa.

Hoy, la cátedra o sede que se conserva en la Basílica de San Pedro, en Roma, fue donada por Carlos el Calvo al Papa Juan VIII en el siglo IX, con motivo del viaje de su coronación, en épocas en las que el Papa cumplía con la función de ratificar el poder político. En el caso de Carlos el Calvo, el Papa lo coronó emperador romano de Occidente. Este trono se conserva como reliquia, siendo una magnífica composición barroca, obra de Gian Lorenzo Bernini, quien la talló entre 1656 y 1665. La obra de Bernini está enmarcada por pilastras. En el centro se sitúa el trono de bronce dorado, en cuyo interior se encuentra la silla o sede de madera, decorada con un relieve representando la “traditio clavum” o "entrega de llaves". El trono se apoya sobre cuatro estatuas de bronce, que representan a cuatro doctores de la Iglesia. En primer plano, San Agustín y San Ambrosio, por la Iglesia latina; y San Atanasio y San Juan Crisóstomo, por la Iglesia oriental. Por encima del trono aparece un sol de alabastro decorado con estuco dorado rodeado de ángeles que enmarca una en la que está representada una paloma de 162 cm de envergadura, símbolo del Espíritu Santo. Es la única vidriera coloreada de toda la Basílica de San Pedro.

La sede o trono que se conserva como objeto físico, en realidad es la expresión simbólica de la grandeza del poder espiritual de Dios en la tierra, que el cada sucesor de Pedro expresa, además, de evocar la enseñanza de quien es cabeza de la Iglesia y conduce al Pueblo de Dios por el sendero de la historia. “Cátedra” es aún hoy sinónimo de “magisterio” o “enseñanza”. Cuando el Papa habla, enseña, conduce, consuela, guía al rebaño de Dios, y muestra a todos que la Iglesia peregrina hacia su destino final: el encuentro con su Creador.

Todos los años en esta fecha, el altar monumental que acoge la Cátedra de San Pedro permanece iluminado durante el día con docenas de velas y se celebran numerosas misas desde la mañana hasta el atardecer, concluyendo con la Misa del Capítulo de San Pedro.

Pidamos por intercesión de San Pedro por el Papa Francisco y por los obispos, para que en todo permanezcan fieles al Evangelio y lo anuncien libre de toda mancha al mundo entero.

PAPA FRANCISCO RECUERDA REVELACIONES DE LA DIVINA MISERICORDIA A SANTA FAUSTINA


Papa Francisco recuerda revelaciones de la Divina Misericordia a Santa Faustina

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa




El Papa Francisco recordó que hace noventa años Jesús se manifestó a Santa Faustina Kowalska y le confió el mensaje de la Divina Misericordia.

Al finalizar el rezo del Ángelus dominical este 21 de febrero, el Santo Padre saludó desde la ventana del palacio apostólico a los peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro y dedicó un mensaje especial a los fieles polacos.

“Hoy mi pensamiento va al Santuario de Płock, en Polonia, donde hace noventa años el Señor Jesús se manifestó a Santa Faustina Kowalska, confiándole un mensaje especial de la Divina Misericordia”, dijo el Papa.

En esta línea, el Pontífice recordó que “a través de San Juan Pablo II, ese mensaje ha llegado a todo el mundo” y añadió que el mensaje de la Divina Misericordia “no es otro que el Evangelio de Jesucristo, que murió y resucitó de entre los muertos, quien nos da la misericordia del Padre”.

“Abramos a Él nuestro corazón, diciendo con fe: Jesús, en Ti confío”, invitó el Santo Padre.

Santa Faustina Kowalska relató que tuvo la primera revelación de la Divina Misericordia el 22 de febrero de 1931 estando sola en su habitación en el convento de Plock.

La escena de dicha revelación y las palabras que escuchó escritas en su diario (Diario I, sesiones 47, 48 y 49) en donde cuenta que Jesús le pidió que pintara una imagen suya, fiel a la imagen que se mostraba ante ella, vestido de blanco y que de su corazón emanasen haces de luz roja y blanca y la imagen debía contener la inscripción: “Jesús, en Ti confío”.


Devoción de San Juan Pablo II

En 1967, el entonces Cardenal Karol Wojtyla presidió la sesión solemne que puso punto final al proceso diocesano que recopiló los datos y testimonios sobre la vida de Santa Faustina Kowalska, vidente del Señor de la Divina Misericordia.

En noviembre de 1980, San Juan Pablo II, publicó su carta encíclica titulada “Dives in Misericordia”, sobre la misericordia divina, en la que animó a los fieles a regresar la mirada al misterio del amor misericordioso de Dios.

“Es conveniente ahora que volvamos la mirada a este misterio: lo están sugiriendo múltiples experiencias de la Iglesia y del hombre contemporáneo; lo exigen también las invocaciones de tantos corazones humanos, con sus sufrimientos y esperanzas, sus angustias y expectación", escribió entonces.

Años después, el Papa Juan Pablo II beatificó en 1993 y canonizó en el año 2000 a Santa Faustina, justamente en el segundo domingo de Pascua. Durante la ceremonia de canonización declaró que cada segundo domingo de Pascua se celebraría en toda la Iglesia el Domingo de la Divina Misericordia.

En 2002 el Santo Padre viajó al Santuario de la Misericordia Divina en Cracovia (Polonia) en donde consagró el mundo a Jesús de la Divina Misericordia.

“Dios, Padre misericordioso, que has revelado tu amor en tu Hijo Jesucristo y lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu Santo, Consolador, te encomendamos hoy el destino del mundo y de todo hombre”, fueron algunas de las palabras de su oración.

San Juan Pablo II murió el 2 de abril de 2005, la noche previa al Domingo de la Divina Misericordia de aquel año, Fiesta de la Misericordia que él instituyó siguiendo el pedido de Jesucristo a Santa Faustina.

El Papa Benedicto XVI beatificó a Juan Pablo II el 1 de mayo de 2011, en el segundo domingo de Pascua, y el Papa Francisco lo canonizó el 27 de abril de 2014, también Fiesta de la Misericordia.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...