domingo, 11 de octubre de 2020

CONOCEMOS A CARLO ACUTIS EN IMÁGENES





































PAPA FRANCISCO DESTACA EL TESTIMONIO DEL BEATO CARLO ACUTIS

  


Papa Francisco destaca el testimonio del Beato Carlo Acutis

Redacción ACI Prensa

 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



Al finalizar el rezo del Ángelus este Domingo 11 de octubre, el Papa Francisco recordó al Beato Carlo Acutis quien, con su testimonio, indica a los jóvenes de hoy que “la verdadera felicidad se encuentra poniendo a Dios en primer lugar y sirviendo” al prójimo.

El Santo Padre destacó la beatificación de Carlo Acutis que se llevó a cabo el 10 de octubre en Asís “un chico de quince años, enamorado de la Eucaristía” que “no se instaló en una cómoda inmovilidad, sino que comprendió las necesidades de su tiempo, porque en los más débiles vio el rostro de Cristo”.

“Su testimonio indica a los jóvenes de hoy que la verdadera felicidad se encuentra poniendo a Dios en primer lugar y sirviéndole en nuestros hermanos, especialmente en los más pequeños”, advirtió el Pontífice.

En esta línea, el Papa pidió a los fieles presentes en la Plaza de San Pedro “¡un aplauso para el nuevo joven Beato!”

Carlo Acutis falleció en 2006 de leucemia cuando tenía 15 años y es conocido como el “ciberapóstol de la Eucaristía”.

La ceremonia de beatificación fue presidida por el Cardenal Agostino Vallini, Legado Pontificio para las basílicas de San Francisco y Santa María de los Ángeles de Asís.

En su homilía, el Cardenal Vallini destacó que Carlo Acutis “era un joven normal, sencillo, espontáneo, simpático, amaba la naturaleza y los animales, jugaba fútbol, tenía muchos amigos de su edad, se sintió atraído por los medios modernos de comunicación social, apasionado por la informática y autodidacta construyó programas para transmitir el Evangelio, comunicar valores y belleza. Tenía el don de atraer y fue percibido como un ejemplo”.

FIESTA EN EL CIELO Y EN LA TIERRA: ¡CARLO ACUTIS YA ES BEATO!

 



Fiesta en el cielo y en la tierra: ¡Carlo Acutis ya es Beato!
Redacción ACI Prensa



Carlo Acutis ya es beato. El joven italiano fallecido en 2006 de leucemia cuando tenía 15 años y conocido como el “ciberapóstol de la Eucaristía”, ha sido proclamado beato por el Cardenal Agostino Vallini, Legado Pontificio para las basílicas de San Francisco y Santa María de los Ángeles, en una ceremonia celebrada en la Basílica de San Francisco de Asís este sábado 10 de octubre.

Al dar comienzo el rito de beatificación, el Cardenal Vallini leyó la Carta Apostólica con la fórmula de beatificación:

“Nosotros, acogiendo el deseo de nuestro hermano Domenico Sorrentino, Arzobispo-Obispo de Asís-Nocera Umbra-Gualdo Tadino, de muchos otros hermanos en el episcopado y de muchos fieles, después de haber obtenido la autorización de la Congregación para las Causas de los Santos, con nuestra autoridad apostólica concedemos que el Venerable Siervo de Dios, Carlo Acutis, laico, que, con el entusiasmo de la juventud cultivó la amistad con el Señor Jesús poniendo la Eucaristía y el testimonio de la caridad en el centro de su vida, desde ahora en adelante sea llamado Beato y que cada año se celebre en los lugares y según las reglas establecidas por el derecho, el 12 de octubre, día de su nacimiento al cielo. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén”.

A continuación, los padres de Carlo acompañaron la procesión en la que el corazón del nuevo Beato fue llevado en un relicario hasta el altar, donde fue adornado con velas y flores.

Mientras se procedía a la veneración, el coro y la asamblea entonaron un hermoso himno dedicado al Beato Carlo Acutis:

“La Iglesia de Cristo saluda festejando a su joven hijo. ¡Oh, Carlo beato! El Corazón de Cristo busca con celo dentro de la Iglesia. ¡Oh, Carlo beato!”.

Tras unos instantes de intensa veneración de la reliquia, el Cardenal procedió con la ceremonia. En su homilía, el Cardenal Vallini destacó que los rasgos distintivos de la fe del Beato Carlo Acutis son la “oración y misión”.

Destacó que Carlo Acutis “era un joven normal, sencillo, espontáneo, simpático, amaba la naturaleza y los animales, jugaba fútbol, tenía muchos amigos de su edad, se sintió atraído por los medios modernos de comunicación social, apasionado por la informática y autodidacta construyó programas para transmitir el Evangelio, comunicar valores y belleza. Tenía el don de atraer y fue percibido como un ejemplo”.

Desde pequeño, “sintió la necesidad de la fe y tenía su mirada dirigida hacia Jesús. El amor a la Eucaristía fundó y mantuvo viva su relación con Dios. A menudo decía ‘La Eucaristía es mi autopista al cielo’”.

Explicó que “participaba cada día en la Santa Misa y permanecía durante mucho tiempo en adoración ante el Santísimo Sacramento. Carlo decía: ‘Se va directo al cielo si te acercas todos los días a la Eucaristía’”.

Con este espíritu Carlo “vivió la enfermedad que enfrentó con serenidad y lo condujo a la muerte. Carlo se abandonó entre los brazos de la Providencia y bajo la mirada materna de María repetía: ‘Quiero ofrecer todos mis sufrimientos al Señor por el Papa y la Iglesia. No quiero ir al purgatorio, quiero ir directo al Cielo’”.

Carlo Acutis tenía una vocación catequética desde pequeño. Para anunciar el Evangelio “utilizó todos los medios, incluidos los modernos medios de comunicación social, que sabía utilizar muy bien, en particular Internet, que consideró un regalo de Dios y una herramienta importante para encontrar a las personas y difundir los valores cristianos”.





Homilía de la Misa de beatificación de Carlo Acutis
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



Carlo Acutis ya es Beato. El Cardenal Agostino Vallini, Legado Pontificio para las basílicas de San Francisco y Santa María de los Ángeles, presidió la ceremonia de beatificación este sábado 10 de octubre en la Basílica de San Francisco de Asís y pronunció una homilía en la que puso de relieve las virtudes del nuevo beato.


A continuación, el texto completo de la homilía del Cardenal Vallini:

“Quien permanece en mí y yo en él, da mucho fruto, porque sin mí no pueden hacer nada".

Con estas palabras que hemos escuchado del Evangelio de Juan, Jesús, en la última cena se dirige a sus discípulos y los exhorta a permanecer unidos a Él como las ramas a la vid.

La imagen de la vid y las ramas y es muy elocuente para expresar cuánto es necesario para el cristiano vivir en comunión con Dios. Su fuerza reside precisamente aquí: tener una relación personal con Jesús, íntima, profunda y hacer de la Eucaristía el momento más alto de su relación con Dios.

Queridos hermanos y hermanas, hoy nos sentimos especialmente admirados y atraídos por la vida y el testimonio de Carlo Acutis, a quien la Iglesia reconoce como modelo y ejemplo de vida cristiana, proponiéndolo sobre todo a los jóvenes. Es natural preguntarse: ¿qué tenía de especial este joven de 15 años?

Recorriendo su biografía, encontramos algunos puntos fijos que ya lo caracterizan humanamente.

Era un joven normal, sencillo, espontáneo, simpático (basta mirar su fotografía), amaba la naturaleza y los animales, jugaba fútbol, tenía muchos amigos de su edad, se sintió atraído por los medios modernos de comunicación social, apasionado por la informática y autodidacta construyó programas, como ha dicho el Papa Francisco “para transmitir el Evangelio, comunicar valores y belleza”. Tenía el don de atraer y fue percibido como un ejemplo.

Desde pequeño -lo testimonia su familia- sintió la necesidad de la fe y tenía su mirada dirigida hacia Jesús. El amor a la Eucaristía fundó y mantuvo viva su relación con Dios. A menudo decía “La Eucaristía es mi autopista al cielo”.


Cada día participaba en la Santa Misa y permanecía durante mucho tiempo en adoración ante el Santísimo Sacramento. Carlo decía: "Se va directo al cielo si te acercas todos los días a la Eucaristía”.

Jesús era para él Amigo, Maestro, Salvador, era la fuerza de su vida y el objetivo de todo lo que hacía. Estaba convencido que para amar a las personas y hacer su bien, es necesario sacar energía del Señor.

Su ardiente deseo era también el de atraer al mayor número de personas a Jesús, haciéndose anunciador del Evangelio sobre todo con el ejemplo de vida. Fue precisamente el testimonio de su fe lo que le llevó a emprender con éxito una obra de asidua evangelización en los ambientes que frecuentaba, tocando el corazón de las personas que encontraba y despertando en ellas el deseo de cambiar de vida y acercarse a Dios. Y lo hacía con espontaneidad, mostrando con su modo de ser y de comportarse el amor y la bondad del Señor. De hecho, era extraordinaria su capacidad de testimoniar los valores en los que creía, incluso a costa de enfrentarse a malentendidos, obstáculos y, a veces, a pesar de que se rieran de él.

Carlo sentía una fuerte necesidad de ayudar a las personas y descubrir que Dios está cerca de nosotros y que es hermoso estar con Él para disfrutar de su amistad y de su gracia.

Para comunicar esta necesidad espiritual utilizó todos los medios, incluidos los modernos medios de comunicación social, que sabía utilizar muy bien, en particular Internet, que consideró un regalo de Dios y una herramienta importante para encontrar a las personas y difundir los valores cristianos.

Su modo de pensar le hizo decir que la red no es solo un medio de evasión, sino un espacio de diálogo, conocimiento, intercambio, de respeto recíproco, para ser usado con responsabilidad, sin convertirse en esclavos de ella y rechazando el bullismo digital, en el limitado mundo virtual que es necesario saber distinguir el bien del mal.

En esta perspectiva positiva, animó a utilizar los medios de comunicación como medios al servicio del Evangelio, para alcanzar el mayor número posible de personas y hacerles conocer la belleza de la amistad con el Señor.

Para ello se comprometió a organizar la exposición de los principales milagros eucarísticos ocurridos en el mundo, que también utilizó al impartir el catecismo a los niños.

Era muy devoto a la Virgen. Rezaba cada día el Rosario, se consagró varias veces a María para renovar su afecto por ella e implorar su protección.

Por lo tanto, oración y misión: estos son los dos rasgos distintivos de la fe heroica del beato Carlo Acutis, que en el transcurso de su vida breve lo llevó a encomendarse al Señor, en todas las circunstancias, especialmente en los momentos más difíciles.

Con este espíritu vivió la enfermedad que enfrentó con serenidad y lo condujo a la muerte.

Carlo se abandonó entre los brazos de la Providencia y bajo la mirada materna de María repetía: “Quiero ofrecer todos mis sufrimientos al Señor por el Papa y la Iglesia. No quiero ir al purgatorio, quiero ir directo al Cielo”.

Hablaba así, recordemos, un joven de 15 años, revelando una sorprendente madurez cristiana, que nos estimula y nos anima a tomarnos en serio la vida de fe.

Carlo despertaba además una gran admiración por el ardor con el que, en las conversaciones, defendió la santidad de la familia y la sacralidad de la vida contra el aborto y la eutanasia.


El nuevo Beato representa un modelo de fuerza, ajeno a cualquier compromiso, consciente de que para permanecer en el amor de Jesús es necesario vivir concretamente el Evangelio, incluso a costa de ir contracorriente.

Realmente hizo suyas las palabras de Jesús: "Este es mi mandamiento que se amen los unos a los otros como yo los he amado". Esta certeza en su vida lo llevó a tener una gran caridad con el prójimo. Sobre todo hacia los pobres, los ancianos, las personas solas y abandonadas, sin techo, los discapacitados y las personas marginadas. Carlo fue siempre acogedor con los necesitados y cuando iba a la escuela los encontraba en la calle y se detenía a hablar, escuchaba sus problemas y, en la medida de lo posible, los ayudaba.

Carlo nunca se centró en sí mismo, sino que fue capaz de comprender las necesidades y los requerimientos de las personas, en quienes veía el rostro de Cristo. En este sentido, por ejemplo, no dejó de ayudar a sus compañeros de clase, en particular los que estaban en problemas.

Una vida luminosa, por tanto, totalmente entregada a los demás, como el Pan Eucarístico.

Queridos hermanos y hermanas, la Iglesia hoy se regocija. Porque en este joven beato se cumplen hoy las palabras del Señor: “Yo he elegido a ustedes y los he constituido para que vayan y lleven mucho fruto”. Y Carlo fue y llevó el fruto de la santidad, mostrándola como meta al alcance de todos y no como algo abstracto y reservado para unos pocos.

Su vida es un modelo particularmente para los jóvenes, para no encontrar justificaciones no solo en los éxitos efímeros, sino en los valores perennes que Jesús sugiere en el Evangelio, es decir, para poner a Dios en primer lugar en las grandes y pequeñas circunstancias de la vida, y para servir a los hermanos especialmente los últimos.

La beatificación de Carlo Acutis, hijo de la tierra lombarda y enamorado de la tierra de Asís, es una buena noticia, un anuncio fuerte que un joven de nuestro tiempo, uno como muchos,

ha sido conquistado por Cristo y se ha convertido en un faro luminoso para quienes quieren conocerlo y seguir su ejemplo.

Él testificó que la fe no nos aleja de la vida, sino que nos sumerge profundamente en ella, indicándonos el camino concreto para vivir la alegría del Evangelio. Depende de nosotros seguirlo, atraídos por la fascinante experiencia del Beato Carlo para que nuestra vida pueda brillar de luz y esperanza.

Beato Carlo Acutis, ruega por nosotros.

Texto original en italiano. Traducido al español por ACI Prensa



Beatificación de Carlo Acutis:
 Estos son los 2 elementos que hacen especial al nuevo beato
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



¿Qué tenía de especial el Beato Carlo Acutis? Esa es la pregunta que planteó el Cardenal Agostino Vallini, Legado Pontificio para las basílicas de San Francisco y Santa María de los Ángeles, en la ceremonia de beatificación del joven italiano, este sábado 10 de octubre, que falleció de leucemia en 2006 cuando tenía 15 años.

La respuesta la dio el mismo Cardenal en su homilía: “Oración y misión, estos son los dos rasgos distintivos de la fe heroica del beato Carlo Acutis, que en el transcurso de su vida breve lo llevó a encomendarse al Señor, en todas las circunstancias, especialmente en los momentos más difíciles”.

En su homilía, el Cardenal subrayó que “hoy nos sentimos especialmente admirados y atraídos por la vida y el testimonio de Carlo Acutis, a quien la Iglesia reconoce como modelo y ejemplo de vida cristiana, proponiéndolo sobre todo a los jóvenes”.

Carlo Acutis “era un joven normal, sencillo, espontáneo, simpático (basta mirar su fotografía), amaba la naturaleza y los animales, jugaba fútbol, tenía muchos amigos de su edad, se sintió atraído por los medios modernos de comunicación social, apasionado por la informática y autodidacta construyó programas para transmitir el Evangelio, comunicar valores y belleza. Tenía el don de atraer y fue percibido como un ejemplo”.


Desde pequeño, Carlo Acutis “sintió la necesidad de la fe y tenía su mirada dirigida hacia Jesús. El amor a la Eucaristía fundó y mantuvo viva su relación con Dios. A menudo decía ‘La Eucaristía es mi autopista al cielo’”.


Destacó que “participaba cada día en la Santa Misa y permanecía durante mucho tiempo en adoración ante el Santísimo Sacramento. Carlo decía: ‘Se va directo al cielo si te acercas todos los días a la Eucaristía’”.

“Jesús era para él Amigo, Maestro, Salvador, era la fuerza de su vida y el objetivo de todo lo que hacía. Estaba convencido que para amar a las personas y hacer su bien, es necesario sacar energía del Señor. En este espíritu era muy devoto a la Virgen. Rezaba cada día el Rosario, se consagró varias veces a María para renovar su afecto por ella e implorar su protección”.

Con este espíritu Carlo “vivió la enfermedad que enfrentó con serenidad y lo condujo a la muerte. Carlo se abandonó entre los brazos de la Providencia y bajo la mirada materna de María repetía: ‘Quiero ofrecer todos mis sufrimientos al Señor por el Papa y la Iglesia. No quiero ir al purgatorio, quiero ir directo al Cielo’”.

El nuevo Beato “representa un modelo de fuerza, ajeno a cualquier compromiso, consciente de que para permanecer en el amor de Jesús es necesario vivir concretamente el Evangelio, incluso a costa de ir contracorriente”.

“Su ardiente deseo era también el de atraer al mayor número de personas a Jesús, haciéndose anunciador del Evangelio sobre todo con el ejemplo de vida. Fue precisamente el testimonio de su fe lo que le llevó a emprender con éxito una obra de asidua evangelización en los ambientes que frecuentaba”.

Para comunicar esta necesidad espiritual “utilizó todos los medios, incluidos los modernos medios de comunicación social, que sabía utilizar muy bien, en particular Internet, que consideró un regalo de Dios y una herramienta importante para encontrar a las personas y difundir los valores cristianos”.

En esta perspectiva positiva, “animó a utilizar los medios de comunicación como medios al servicio del Evangelio, para alcanzar el mayor número posible de personas y hacerles conocer la belleza de la amistad con el Señor”.

Para ello “se comprometió a organizar la exposición de los principales milagros eucarísticos ocurridos en el mundo”.

Carlo también mostró “una gran caridad con el prójimo. Sobre todo, hacia los pobres, los ancianos, las personas solas y abandonadas, sin techo, los discapacitados y las personas marginadas”.

“Carlo fue siempre acogedor con los necesitados y cuando iba a la escuela los encontraba en la calle y se detenía a hablar, escuchaba sus problemas y, en la medida de lo posible, los ayudaba”.

En resumen, la vida de Carlo fue “una vida luminosa, por tanto, totalmente entregada a los demás, como el Pan Eucarístico”.

“Su vida es un modelo particularmente para los jóvenes, para no encontrar justificaciones no solo en los éxitos efímeros, sino en los valores perennes que Jesús sugiere en el Evangelio, es decir, para poner a Dios en primer lugar en las grandes y pequeñas circunstancias de la vida, y para servir a los hermanos especialmente los últimos”.

Carlo, finalizó su homilía el Cardenal Vallini, “testificó que la fe no nos aleja de la vida, sino que nos sumerge profundamente en ella, indicándonos el camino concreto para vivir la alegría del Evangelio. Depende de nosotros seguirlo, atraídos por la fascinante experiencia de Carlo para que nuestra vida pueda brillar de luz y esperanza”.





Esta es la reliquia de Carlo Acutis presentada en la Misa de beatificación
Redacción ACI Prensa
 Crédito: Daniel Ibañez - ACI Prensa



Esta mañana Carlo Acutis fue proclamado beato en una Misa en la que sus padres, Antonia Salzano y Andrea Acutis, acompañaron en procesión el hermoso relicario con el corazón de su hijo, y que fue colocado cerca del altar.

Durante la ceremonia realizada en la Basílica de San Francisco de Asís, el celebrante, el Cardenal Agostino Vallini, esparció incienso y veneró la reliquia, a la vez que el coro y la asamblea daban gracias a Dios con el canto un himno compuesto en honor al Beato.



Crédito: Diócesis de Assisi-Nocera-Gualdo


El relicario lleva inscrito el nombre del beato en la parte baja, mientras que en la parte superior dice: “Eucaristia la mia autostrada per il cielo” (Eucaristía mi autopista al cielo), una de las frases que Carlo solía repetir.

El corazón de Acutis se resguarda en la Basílica de San Francisco en Asís (Italia). Su madre dijo que la familia había querido donar sus órganos cuando murió, pero no pudo hacerlo debido a la leucemia. “Sin embargo y en una bella paradoja, el corazón quedó perfecto y estará en una custodia en la Basílica papal de San Francisco de Asís”, dijo en una entrevista reciente al diario italiano Corriere della Sera.

En una homilía de 1 de octubre, el Obispo de Asís, Mons. Domenico Sorrentino, pronunció que “el corazón de Carlo ardía por la Eucaristía”.




Crédito: Diócesis de Assisi-Nocera-Gualdo

Las reliquias son objetos físicos que tienen una asociación directa con los santos o con Cristo. Reliquia significa “fragmento” o “remanente de una cosa que fue, pero que ahora ya no es.

La veneración de las reliquias se remonta al siglo II cuando los cristianos recuperaban los restos de los mártires, quienes habían sido discípulos fieles de Cristo.




Padres y hermanos de Carlo Acutis asistieron a Misa de beatificación
Redacción ACI Prensa
 Crédito: Vatican Media



En la primera fila de la Basílica de San Francisco de Asís, los padres y hermanos de Carlo Acutis siguieron con atención la ceremonia de beatificación del adolescente italiano este 10 de octubre.

Esta fue la primera vez que se vio en público a la familia completa de Carlo: Sus padres Andrea Acutis y Antonia Salzano, junto a sus hijos Francesca y Michele, de 9 años de edad. Todos usaron mascarillas durante la Misa, siguiendo los protocolos de seguridad debido a la pandemia de COVID-19.

Los mellizos nacieron varios años después de la muerte de Carlo, quien actualmente tendría 29 años.

Se sabe que Carlo Acutis, en vida, anunció a su madre Antonia de que volvería “a ser mamá”.

En una entrevista con el National Catholic Register, Antonia relató cómo la intercesión de Carlo le permitió tener más hijos.

Ella conoció a su esposo mientras estudiaba en Inglaterra. Se casaron a los 24 años, y ella tuvo a Carlo en ese primer año. Cuando cumplió 44 años tuvo a los mellizos y está convencida de que Carlo intercedió por ella y por eso pudo concebir a sus dos hijos.

Antonia asegura que Francesca y Michele también son muy religiosos, rezan el Rosario todos los días y van a Misa diaria. Además, cree que de alguna manera tendrán la misión de continuar el trabajo evangelizador de Carlo.

Los padres de Carlo participaron de uno de los momentos más emotivos de la Misa, al acompañar la procesión en la que se presentó un relicario que contenía el corazón del nuevo beato, el cual fue colocado cerca del altar.

El Cardenal Agostino Vallini, quien presidió la celebración en la Basílica de San Francisco de Asís, les dirigió unas palabras de felicitación a Antonia y Andrea de manera personal.









Carlo Acutis: Los testimonios de quienes lo conocieron

Redacción ACI Prensa

 Foto: Veronica Giacometti / ACI




Numerosos peregrinos se encuentran desde ayer, viernes 9 de octubre, en la ciudad de Asís para asistir a la beatificación de Carlo Acutis este sábado. Estos días, Asís se ha convertido en una “Ciudad Eucarística”, con diferentes iglesias del centro históricos dedicadas a la adoración de la Eucaristía.

En las calles de Asís se respira fiesta y oración; alegría y recogimiento en sintonía con el espíritu de San Francisco, que amaba festejar a Dios y a sus criaturas rezando y ensalzando al Señor.

Carlo Acutis falleció de leucemia en 2006, cuando tenía 15 años, por lo que son muchas las personas que tienen muy vivo su recuerdo. Sobre todo en Asís, ciudad a la que Carlo tenía un fuerte apego y que frecuentaba con su familia.

Un vecino de la localidad, Francisco, de 80 años, recuerda perfectamente a Carlo cuando era pequeño. Habla de él a ACI Prensa con emoción. “Al principio, su tumba en Asís estaba junto a la de mi madre. Carlo es italiano y Asís es importante para nosotros. Mañana estaré en la Basílica para celebrarlo. Yo soy de Santa María de los Ángeles y acudiré al centro por él”.

También narra sus recuerdos de Carlo el P. Roberto Gazzaniga, acompañante espiritual y encargado de la pastoral del Instituto León XIII, histórica escuela de la Compañía de Jesús en Milán, que recuerda a Carlo Acutis cuando era estudiante.

“Tengo el recuerdo de un joven de una amabilidad, un señorío y una delicadeza de ánimo verdaderamente notable. Carlo era un joven que destacaba no sólo por su gran inteligencia, sino por sus dotes naturales de sensibilidad que, sin embargo, no impuso a sus compañeros, sino que los proponía con gran naturalidad”.

El P. Gazzaniga continúa: “Tenía pasión por la vida. Carlo, para nuestro centro educativo, fue un regalo. En las escuelas católicas se da una mayor rivalidad, una mayor competitividad, esto se sabe, pero nadie fue capaz de ensuciar a Carlo, algo extraordinario”.

“A nadie le gusta estar a la sombra de los demás, sobre todo cuando se tiene 15 años. Pero la cortesía de Carlo era reconocida por todos. Estaba siempre dispuesto a estar cerca del que se quedaba atrás, con mucha madurez tendía la mano a sus compañeros, y esto no se le escapó a nadie”.

“Cuando entraba en la escuela, por la parte de atrás y no por la puerta principal, siempre tenía la sensibilidad de saludar al portero. Es algo que ningún chico hacen con los auriculares en los oídos en estos tiempos. En cambio, Carlo era educado con esto. Hablaba mucho con el personal de la escuela”.

“Yo le había pedido que hiciera un power point sobre voluntariado para los chicos del liceo, pero no tuvo tiempo de entregármelo. Cuando supe de su enfermedad fui rápidamente al hospital, pero ya había muerto. Estaba vestido con su propia ropa y con las zapatillas de deporte que tiene ahora, en su tumba del Santuario de la Expoliación”.

Ofrece también su testimonio a ACI Prensa Caterina, una profesora de letras jubilada que conoció a Carlo hace 25 años en el monasterio de San José de Asís. “Desde aquel momento surgió con su familia una profunda amistad que dura hasta hoy. Conocí a Carlo cuando era muy pequeño, tenía 5 años y era un niño muy vivaz, muy apasionado de todo. Era un niño virtuoso”.

“En Misa era muy maduro, siempre muy formal. Frecuentaba la celebración eucarística cada día, la comunión a partir de los 7 años. En la adolescencia recuerdo la adoración eucarística, era un joven muy atento por los demás, por los pobres. Un chico un poco inquieto, en todos los lugares llevaba solidaridad y alegría. Tengo un recuerdo maravilloso. Estoy muy emocionada por esta beatificación”.

“Por último, el P. Boniface Lopez, vicepárroco de la parroquia de Santa María Mayor, Santuario de la Expoliación, narra para ACI Prensa: “Quedé muy impactado por la presencia de tantos peregrinos, sobre todo tantos jóvenes”.

“Hay muchos participantes de Europa. El otro día hizo una visita a la tumba de Carlo, por ejemplo, una familia de Bélgica. Después llegaron también familias con discapacidad que han confiado a Carlo todos sus sufrimientos. Esto, de verdad, me ha emocionado”.


Nota publicada originalmente en ACI Stampa. Traducida y adaptada por Miguel Pérez Pichel

ORACIÓN AL BEATO CARLO ACUTIS


Con esta oración puedes pedir la intercesión del Beato Carlo Acutis
Redacción ACI Prensa
 Crédito: Daniel Ibañez - ACI Prensa



Luego de la alegría con que se ha recibido la beatificación de Carlo Acutis, cada vez más personas preguntan cuál es la oración oficial para pedir su intercesión ante el Señor.

A continuación publicamos la oración oficial para solicitar su intercesión y así su pronta canonización:

Oh Padre,
que nos has dado el testimonio ardiente,
del joven Venerable  Carlo Acutis,
que convirtió la Eucaristía en el centro de su vida
y la fuerza de su dedicación cotidiana
para que los demás también Te amaran sobre todas las cosas,
haz que pueda formar parte de los Beatos y los Santos de tu Iglesia.


Confirma mi fe,
alimenta mi esperanza,
fortalece mi caridad,
a imagen del joven Carlo,
que, creciendo en estas virtudes,
ahora vive a Ti.

Concédeme la gracia que tanto necesito...

Confío en Ti, Padre,
y en tu amadísimo Hijo Jesús,
en la Virgen María, nuestra dulcísima Madre,
y en la intercesión de Tu Venerable  Carlo Acutis.

Rezar un Padre Nuestro, Ave María y Gloria.


Imprimatur in Curia Archiepiscopali Mediolanensi
6.X.2014 +Angelo Mascheroni





🙏🙏Oración al Beato Carlo Acutis 🙏🙏


Oh Dios, nuestro Padre,

gracias por habernos dado a Carlo,

modelo de vida para los jóvenes

y mensaje de amor para todos.

Tú hiciste que se enamore

de tu hijo Jesús,

haciendo de la Eucaristía

su “autopista hacia el cielo”.

Tú le diste a María

como Madre muy amada,

e hiciste que con el Rosario

se convirtiese en un cantor de su ternura.

Acoge su oración por nosotros.

Mira sobre todo a los pobres,

a quienes él amó y ayudó.

También a mí concédeme,

por su intercesión,

la gracia que necesito…

Y haz que nuestra alegría sea plena,

conduciendo a Carlo entre los santos

de tu Santa Iglesia,

a fin de que su sonrisa

siga resplandeciendo para nosotros

para gloria de tu nombre.

Amén.

Padrenuestro, Ave María y Gloria

FELIZ DOMINGO

  




viernes, 9 de octubre de 2020

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 9 DE OCTUBRE DEL 2020



Vigésimo séptima semana del Tiempo Ordinario - Año Par

09 de octubre del 2020


“ El Reino de Dios ha llegado a vosotros ”


Primera lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 3, 7-14

Hermanos:

Reconoced que hijos de Abrahán son los de la fe.

En efecto, la Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, le adelantó a Abrahán la buena noticia de que “por ti serán benditas todas las naciones».

Así pues, los que viven de la fe son bendecidos con Abrahán el fiel.

En cambio, cuantos viven de las obras de la ley están bajo maldición, porque está escrito:

“Maldito quien no se mantenga en todo lo escrito en el libro de la ley, cumpliéndolo”.

Que en el ámbito de la ley nadie es justificado resulta evidente, pues “el justo por la fe vivirá”; en cambio, la ley no procede de la fe, sino que “quien los cumpla vivirá por ellos”.

Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose por nosotros maldición, porque está escrito:

“Maldito todo el que cuelga de un madero”; y esto, para que la bendición de Abrahán alcanzase a los gentiles en Cristo Jesús, y para que recibiéramos por la fe la promesa del Espíritu.



Salmo

Sal 110, 1-2. 3-4. 5-6 R/. El Señor recuerda siempre su alianza

Doy gracias al Señor de todo corazón,

en compañía de los rectos, en la asamblea.

Grandes son las obras del Señor,

dignas de estudio para los que las aman. R/.


Esplendor y belleza son su obra,

su justicia dura por siempre.

Ha hecho maravillas memorables,

el Señor es piadoso y clemente. R/.


Él da alimento a sus fieles,

recordando siempre su alianza.

Mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,

dándoles la heredad de los gentiles. R/.


Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 15-26

En aquel tiempo, habiendo expulsado Jesús a un demonio, algunos de entre la multitud dijeron:

«Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios».

Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo:

«Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.

Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín.

El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.

Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por lugares áridos, buscando un sitio para descansar, y, al no encontrarlo, dice:

“Volveré a mi casa de donde salí”.

Al volver se la encuentra barrida y arreglada.

Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí.

Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio».


Reflexión del Evangelio de hoy

Primero la fe y luego las obras


Hoy San Pablo, en esta primera lectura, vuelve a insistirnos en algo que repite a lo largo de sus cartas. Lo primero en un seguidor de Jesús es la fe, luego vienen las obras. Para demostrarlo llega hasta Abrahán, el patriarca tan importante para los judíos: “Entended de una vez que hijos de Abrahán son los hijos de fe”. Y también se apoya en Abrahán para la acogida de los gentiles por parte de Dios: “Además, la Escritura, previendo que Dios aceptaría a los gentiles por la fe, le adelantó a Abrahán la buena noticia: Por ti serán benditas todas las naciones. Así que son los hombres de fe los que reciben la bendición con Abrahán el fiel”.

Bien sabemos que en nuestra vida cristiana hay que integrar la fe y las obras. Las dos son necesarias. Pero todo empieza por la fe. Todo empieza por acoger a Jesús que se ha presentado delante de nosotros y nos ha pedido que le sigamos. Ahí está nuestra fe, aceptar a Jesús como hombre y como Dios, y queremos apoyar toda nuestra vida en nuestra amistad con Él. De ahí, de nuestra fe, de nuestra confianza, de nuestro amor a Jesús, vienen a continuación nuestras obras, que evidentemente son las obras en la línea de lo que Jesús, nuestro Maestro y Señor, vivió y predicó.


El Reino de Dios ha llegado a vosotros

El camino de seguir a Jesús no es un camino fácil. Encontramos obstáculos interiores y exteriores que buscan apartarnos de Jesús. El gran obstáculo exterior, según el evangelio de hoy, es el demonio, cuya misión principal es seducirnos, apartarnos de Jesús y obligarnos a caminar por el camino que él nos traza. El demonio es insistente, no se cansa en querer adueñarse de nuestra casa, de nuestro corazón, una y mil veces. Y aunque le hayamos expulsado de nuestro corazón no deja de insistir: “Volveré a la casa de donde salí”, y, si le dejamos, entrará.

Una de las tareas de Jesús es expulsar al demonio de los que están poseídos por él. Busca convencernos de que su camino es mucho mejor que el que nos ofrece el demonio para vivir nuestra vida con alegría, sentido y esperanza. Es el camino del Reino de Dios. “Si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros”. Jesús nos pide que dejemos que Dios, nuestro Padre, el que es el Amor, sea nuestro Rey, el que rija y dirija todos nuestros pasos por su propio camino, que es el camino del amor.


Fray Manuel Santos Sánchez O.P.

Convento de Santo Domingo (Oviedo)

PINTURA DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS, LIMA - PERÚ

 


 Esta pintura de Jesús sobrevivió a terremotos y hoy la veneran millones de católicos

Redacción ACI Prensa



Hace más de 360 años un esclavo negro pintó en una pared de barro la imagen de Jesús, la cual sobrevivió a terremotos y ahora es venerada por millones de católicos alrededor del mundo.

La historia del Señor de los Milagros, una de las devociones más multitudinarias y apreciadas del Perú, se remonta al siglo XVII, cuando la población de la capital, Lima, crecía con la llegada de esclavos provenientes de África occidental, los cuales eran clasificados por castas y entre las que se encontraban los angolas.

Estos últimos levantaron su cofradía en un galpón en la zona de Pachacamilla, a las afueras de lo que hoy se conoce como el centro histórico de Lima. En ese lugar, un esclavo angoleño, cuyo nombre se cree que era Pedro Dalcón o Benito, pintó en una pared de adobe la imagen de cristo crucificado.

La imagen permaneció desconocida para muchos, hasta el 13 de noviembre de 1655, cuando un terrible terremoto estremeció la ciudad y dejó miles de víctimas mortales.

El movimiento sísmico derrumbó todas las paredes del galpón de la cofradía, menos el débil muro de adobe con la imagen de Cristo.

“Poco quedó en pie: un paño del muro del Cristo de Pachacamilla se mantuvo milagrosamente intacto, mientras que, en sus alrededores, reinaba la desolación”, indica la Enciclopedia Católica.

Unos años después, la curación milagrosa de Andrés de León, que sufría de un tumor maligno, gracias a las oraciones devotas a la imagen de Jesús, generó una creciente devoción a la pintura.

La enciclopedia relata que las autoridades civiles y religiosas decidieron eliminar la imagen por considerar este tipo de devoción como inapropiada. Sin embargo, las personas que intentaron borrarla sufrieron hechos sobrenaturales que los obligó a renunciar a su misión.

“El pintor, lo intentó dos veces: La primera vez se desmayó, y la segunda quedó paralizado. Luego, otra persona, que también quiso intentarlo, sufrió de un temblor inusitado. Finalmente, una persona distinta de las anteriores, a la que se le ofrece paga, dijo que no podía hacerlo”, agregó.

El virrey Pedro Antonio Fernández de Castro llegó a un acuerdo con las autoridades eclesiásticas para que se venerase la pintura en su lugar original y se levantara una ermita provisional.

El Señor de los Milagros resistió otros terremotos, como el que azotó la ciudad de Lima el 20 de octubre de 1687 y que inspiró al cuarto mayordomo Sebastián de Antuñano y Rivas a realizar la primera procesión de la imagen.

“El terremoto de 1746 tampoco tumbó el muro, aunque dejó en ruinas a la capital. Con ello, la fe en el Cristo Moreno quedaba cimentada”, explicó el mayordomo general de la Hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas, Manuel Orrillo, a El Comercio.

Paulatinamente la devoción al Cristo moreno se fue expandiendo y actualmente cientos de miles de personas acuden al Santuario de las Nazarenos, en el centro de Lima, especialmente en octubre para sacar en procesión una réplica de la imagen.

El Señor de los Milagros también recorre las calles en otros países en América y Europa, como Chile, Colombia, Argentina, Italia, Francia y Estados Unidos, donde las hermandades realizan multitudinarias procesiones en honor al Cristo Moreno.

Sin embargo, este 2020, debido a la pandemia de coronavirus, la Hermandad del Señor de los Milagros en Perú anunció que la imagen no saldrá en procesión y que las celebraciones se realizarán de manera virtual. Será la primera vez desde la Guerra del Pacífico, hace más de 110 años, que la venerada imagen del Cristo de Pachacamilla no recorra las calles de Lima.


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