miércoles, 26 de agosto de 2020

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 26 DE AGOSTO DE 2020


Lecturas de hoy Miércoles de la 21ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, miércoles, 26 de agosto de 2020



Primera lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (3,6-10.16-18):

En nombre de nuestro Señor Jesucristo, hermanos, os mandamos: no tratéis con los hermanos que llevan una vida ociosa y se apartan de las tradiciones que recibieron de nosotros. Ya sabéis cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo: no vivimos entre vosotros sin trabajar, nadie nos dio de balde el pan que comimos, sino que trabajamos y nos cansamos día y noche, a fin de no ser carga para nadie. No es que no tuviésemos derecho para hacerlo, pero quisimos daros un ejemplo que imitar. Cuando vivimos con vosotros, os lo mandamos: El que no trabaja, que no coma. Que el Señor de la paz os dé la paz siempre y en todo lugar. El Señor esté con todos vosotros. La despedida va de mi mano, Pablo; ésta es la contraseña en toda carta; ésta es mi letra. La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos vosotros.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 127,1-2.4-5

R/. Dichosos los que temen al Señor

Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R/.

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (23,27-32):

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros encalados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crímenes. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo: "Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas"! Con esto atestiguáis en contra vuestra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 26 de agosto de 2020
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Queridos hermanos:

Confundidos por algunos discursos alarmistas que anunciaban el final de la Historia y la venida del Señor, algunos discípulos de Tesalónica se habían dejado llevar por el derrotismo de la inminencia y pretendían evadirse de sus responsabilidades cotidianas dejando de trabajar.

También, a veces, nosotros confundimos la esperanza cristiana. Nos contagiamos de pasividad, nos creemos que no merece la pena el esfuerzo, nos convencemos de que todo está muy mal y de que no podemos hacer nada, no somos salvadores de nadie. Nos olvidamos que la esperanza, rasgo distintivo de nuestro seguimiento, construye en la historia y la historia necesita de nuestro trabajo y voluntad, de nuestro dinamismo y vitalidad, de nuestra confianza y creatividad, de nuestra pasión por Cristo y por la humanidad.

Nuestro mundo tiene muchas bondades y junto a ellas conviven también otras tantas situaciones límite. Soledad, tristeza, corrupción, abandonos, violencia de género, guerras, familias rotas, pobrezas, incendios, marginación, terrorismo, inmigración, fundamentalismos... ¿qué podemos hacer?. Esperar... anticipando la vuelta del Señor, haciendo realidad el proyecto del evangelio. Invitación a asumir nuestra responsabilidad, llamada al compromiso solidario, a la implicación compasiva de por vida. Creernos que tal vez “un grano no haga granero pero ayuda al compañero”.

Llamada a no ser carga para nadie sino parte de un todo, realidad de la comunión de vida, gozo de la fraternidad universal. Y la invitación aún puede ser más osada: no sólo no ser carga sino aliviar cargas, empeñar la vida en aligerar el peso de otros, erigir su dignidad, dignificar su humanidad. Sencillear y simplificar procesos. Sostener vidas. Consolar tristezas. Alimentar esperanzas. Acompañar soledades. Acariciar heridas. Ahuyentar miedos. Cubrir necesidades. Acoger lo extraño y vulnerable. Amar inclusivamente, desde la entraña, creyendo y creando.

BUENOS DÍAS






lunes, 24 de agosto de 2020

HOY ES LA FIESTA DE SAN BARTOLOMÉ, APÓSTOL DE CRISTO, 24 DE AGOSTO


Biografía de San Bartolomé



Parece que Bartolomé es un sobrenombre o segundo nombre que le fue añadido a su antiguo nombre que era Natanael (que significa "regalo de Dios") Muchos autores creen que el personaje que el evangelista San Juan llama Natanael, es el mismo que otros evangelistas llaman Bartolomé. Porque San Mateo, San Lucas y San Marcos cuando nombran al apóstol Felipe, le colocan como compañero de Felipe a Natanael.

El encuentro más grande de su vida.

El día en que Natanael o Bartolomé se encontró por primera vez a Jesús fue para toda su vida una fecha memorable, totalmente inolvidable. El evangelio de San Juan la narra de la siguiente manera: "Jesús se encontró a Felipe y le Bartholomew.jpg (24186 bytes) dijo: "Sígueme". Felipe se encontró a Natanael y le dijo: "Hemos encontrado a aquél a quien anunciaron Moisés y los profetas. Es Jesús de Nazaret". Natanael le respondió: " ¿Es que de Nazaret puede salir algo bueno?" Felipe le dijo: "Ven y verás". Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: "Ahí tienen a un israelita de verdad, en quien no hay engaño" Natanael le preguntó: "¿Desde cuándo me conoces?" Le respondió Jesús: "antes de que Felipe te llamara, cuando tú estabas allá debajo del árbol, yo te vi". Le respondió Natanael: "Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel". Jesús le contestó: "Por haber dicho que te vi debajo del árbol, ¿crees? Te aseguró que verás a los ángeles del cielo bajar y subir alrededor del Hijo del Hombre." (Jn. 1,43).

Felipe, lo primero que hizo al experimentar el enorme gozo de ser discípulo de Jesús fue ir a invitar a un gran amigo a que se hiciera también seguidor de tan excelente maestro. Era una antorcha que encendía a otra antorcha. Pero nuestro santo al oír que Jesús era de Nazaret (aunque no era de ese pueblo sino de Belén, pero la gente creía que había nacido allí) se extrañó, porque aquél era uno de los más pequeños e ignorados pueblecitos del país, que ni siquiera aparecía en los mapas. Felipe no le discutió a su pregunta pesimista sino solamente le hizo una propuesta: "¡Ven y verás que gran profeta es!"

Una revelación que lo convenció.

Y tan pronto como Jesús vio que nuestro santo se le acercaba, dijo de él un elogio que cualquiera de nosotros envidiaría: "Este sí que es un verdadero israelita, en el cual no hay engaño". El joven discípulo se admira y le pregunta desde cuándo lo conoce, y el Divino Maestro le añade algo que le va a conmover: "Allá, debajo de un árbol estabas pensando qué sería de tu vida futura. Pensabas: ¿Qué querrá Dios que yo sea y que yo haga? Cuando estabas allá en esos pensamientos, yo te estaba observando y viendo lo que pensabas". Aquélla revelación lo impresionó profundamente y lo convenció de que este sí era un verdadero profeta y un gran amigo de Dios y emocionado exclamó: "¡Maestro, Tú eres el hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel! ¡Maravillosa proclamación! Probablemente estaba meditando muy seriamente allá abajo del árbol y pidiéndole a Dios que le iluminara lo que debía de hacer en el futuro, y ahora viene Jesús a decirle que El leyó sus pensamientos. Esto lo convenció de que se hallaba ante un verdadero profeta, un hombre de Dios que hasta leía los pensamientos. Y el Redentor le añadió una noticia muy halagadora. Los israelitas se sabían de memoria la historia de su antepasado Jacob, el cuál una noche, desterrado de su casa, se durmió junto a un árbol y vio una escalera que unía la tierra con el cielo y montones de ángeles que bajaban y subían por esa escalera misteriosa. Jesús explica a su nuevo amigo que un día verá a esos mismos ángeles rodear al Hijo del Hombre, a ese salvador del mundo, y acompañarlo, al subir glorioso a las alturas.

Desde entonces nuestro santo fue un discípulo incondicional de este enviado de Dios, Cristo Jesús que tenía poderes y sabiduría del todo sobrenaturales. Con los otros 11 apóstoles presenció los admirables milagros de Jesús, oyó sus sublimes enseñanzas y recibió el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego.

El libro muy antiguo, y muy venerado, llamado el Martirologio Romano, resume así la vida posterior del santo de hoy: "San Bartolomé predicó el evangelio en la India. Después pasó a Armenia y allí convirtió a muchas gentes. Los enemigos de nuestra religión lo martirizaron quitándole la piel, y después le cortaron la cabeza".

Para San Bartolomé, como para nosotros, la santidad no se basa en hacer milagros, ni en deslumbrar a otros con hazañas extraordinarias, sino en dedicar la vida a amar a Dios, a hacer conocer y amar más a Jesucristo, y a propagar su santa religión, y en tener una constante caridad con los demás y tratar de hacer a todos el mayor bien posible.

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 24 DE AGOSTO DE 2020


Lecturas de hoy San Bartolomé, apóstol
Hoy, lunes, 24 de agosto de 2020



Primera lectura
Lectura del libro del Apocalipsis (21,9b-14):

El ángel me habló así: «Ven acá, voy a mostrarte a la novia, a la esposa del Cordero.»
Me transportó en éxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, enviada por Dios, trayendo la gloria de Dios. Brillaba como una piedra preciosa, como jaspe traslúcido. Tenía una muralla grande y alta y doce puertas custodiadas por doce ángeles, con doce nombres grabados: los nombres de las tribus de Israel. A oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, y a occidente tres puertas. La muralla tenía doce basamentos que llevaban doce nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 144,10-11.12-13ab.17-18

R/. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.

Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y la majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.

El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (1,45-51):

En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dice: «Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret.»
Natanael le replicó: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?»
Felipe le contestó: «Ven y verás.»
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.»
Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?»
Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.»
Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has ver cosas mayores.» Y le añadió: «Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy lunes, 24 de agosto de 2020
CR


Queridos hermanos:

En esta fiesta de san Bartolomé recurro a una catequesis de Benedicto XVI

Intervención de Benedicto XVI en la que presentó la figura de San Bartolomé

No es posible comprender a Jesús si no se tiene en cuenta tanto su dimensión divina como su dimensión histórica, explicó el miércoles 4 octubre de 2006 Benedicto XVI.

En su catequesis, el Santo Padre continuó meditando sobre los doce apóstoles de Jesús. En esta ocasión, el personaje escogido fue Bartolomé, que tradicionalmente es identificado también con el personaje evangélico llamado Natanael.

Al conocer a Jesús, Natanael planteó al apóstol Felipe la famosa pregunta: «¿De Nazaret puede haber cosa buena?»

«Esta expresión es importante para nosotros –reconoció el Papa--. Nos permite ver que, según las expectativas judías, el Mesías no podía proceder de un pueblo tan oscuro, como era el caso de Nazaret».

«Al mismo tiempo --añadió--, muestra la libertad de Dios, que sorprende nuestras expectativas, manifestándose precisamente allí donde no nos lo esperamos».

La historia de Natanael sugirió al Papa otra reflexión: «en nuestra relación con Jesús, no tenemos que contentarnos sólo con las palabras».

«Felipe, en su respuesta, presenta a Natanael una invitación significativa: “Ven y lo verás”».

«Nuestro conocimiento de Jesús tiene necesidad sobre todo de una experiencia viva --insistió el obispo de Roma--: el testimonio de otra persona es ciertamente importante, pues normalmente toda nuestra vida cristiana comienza con el anuncio que nos llega por obra de uno o de varios testigos».

«Pero nosotros mismos tenemos que quedar involucrados personalmente en una relación íntima y profunda con Jesús», recalcó.

El primer encuentro de Jesús con Natanael concluye con una profesión de fe pronunciada por este apóstol: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel»

Estas palabras, constató, «presentan un doble y complementario aspecto de la identidad de Jesús: es reconocido tanto por su relación especial con Dios Padre, del que es Hijo unigénito, como por su relación con el pueblo de Israel, de quien es llamado rey, atribución propia del Mesías esperado».

El Papa concluyó recogiendo la enseñanza que hoy pueden sacar los cristianos del testimonio de san Bartolomé, a pesar de que los Evangelios hablan poco de él: «la adhesión a Jesús puede ser vivida y testimoniada incluso sin realizar obras sensacionales».

«El extraordinario es Jesús, a quien cada uno de nosotros estamos llamados a consagrar nuestra vida y nuestra muerte», reconoció.

ASÍ SALVÓ A MÁS DE 100 JUDÍOS EL CONFESOR DE SANTA FAUSTINA KOWALSKA


Así salvó a más de 100 judíos el confesor de Santa Faustina Kowalska
Redacción ACI Prensa





El 25 de agosto se cumplen 115 años del nacimiento de Santa Faustina Kowalska, con motivo de esta importante fecha la distribuidora European Dreams Factory ha lanzado un extracto de la película “La Divina Misericordia” en donde se cuenta cómo el confesor de Santa Faustina salvó de morir en el Holocausto a más de 100 judíos.

En este clip de vídeo se cuenta el gran trabajo que realizó el beato P. Michal Sopocko, confesor y director espiritual de Santa Faustina Kowalska, en la difusión de la devoción del mensaje de la Divina Misericordia, pero también fue decisiva su actuación en la ayuda a judíos perseguidos por el régimen nazi.

En 1941, cuando la ciudad de Vilna (Lituania) quedó bajo la ocupación alemana, el padre Michal Sopoćko prestó ayuda económica y espiritual a la población judía. Esto le acarrearía graves consecuencias, hasta el punto de poner en peligro su vida y verse en la necesidad de huir.

Trató “de ayudar a judíos rellenando partidas de bautismo, su esfuerzo logró salvar a unas 100 personas”, explican en la película. Sin embargo, su esfuerzo levantó las sospechas de la Gestapo, “que consiguió localizarles y emitió una orden de arresto”.

La película “La Divina Misericordia”, que se estrenará en España el próximo 25 de septiembre, recoge la vida de Santa Faustina, así como los mensajes que recibió de Jesús y su misión de recordar al mundo una verdad luminosa y consoladora: el rostro esencialmente misericordioso de Dios.

Describe el proceso de elaboración del cuadro y explica cómo nació y se difundió por todo el mundo el culto a la Divina Misericordia.

Según European Dreams Factory, el film presenta hechos desconocidos, documentos recientemente divulgados y análisis científicos que aportan nuevos datos sobre estas preciosas apariciones. 

Algo que refuerza especialmente la veracidad de las apariciones de Jesús a Santa Faustina, al constatarse las grandes similitudes entre la imagen de la Divina Misericordia y la Sábana Santa de Turín.

SANTORAL DE HOY LUNES 24 DE AGOSTO DE 2020

Verónica Antal, Beata
Verónica Antal, Beata
Virgen y Mártir, 24 de agosto



Emilia de Vialar, SantaEmilia de Vialar, Santa
Fundadora, 24 de agosto






María Encarnación Rosal, BeataMaría Encarnación Rosal, Beata
Fundadora, 24 de agosto






Fortunato Velasco Tobar, BeatoFortunato Velasco Tobar, Beato
Sacerdote y Mártir, 24 de agosto






Miroslav Bulešić, BeatoMiroslav Bulešić, Beato
Sacerdote y Mártir, 24 de agosto






Audeno de Rouen, SantoAudeno de Rouen, Santo
Obispo, 24 de agosto






Juana Antide Thouret, SantaJuana Antide Thouret, Santa
Fundadora, 24 de agosto






Bartolomé, SantoBartolomé, Santo
Fiesta Litúrgica, 24 de agosto

FELIZ SEMANA!!





domingo, 23 de agosto de 2020

SOBRE LAS MONJITAS


Sobre "Monjitas"
¿Sorprende escuchar que una persona religiosa ha caído en la depresión?


Por: Ignacio Monar García | Fuente: Catholic.net




Suavemente diré que me parece benevolente y paternalista escuchar la palabra "monjitas" en boca de algunos fieles. La cosa empeora en manos de esos calamitosos cristianos que llevan la cuenta de cuántas religiosas y cuántos religiosos se van muriendo. Sabéis que los hay. Ellos se ríen de las vidas entregadas y añaden "el último que apague la luz", "si no se hubieran quitado el hábito...", "con Trento otro gallo nos cantaba..." Cuando leo tales  artículos -nada infrecuentes- dedicados a levantar acta de defunción de órdenes y congregaciones me sienta como una patada en salva sea la parte.

Lo escribiré de forma más amable: alguien que sigue a Cristo y ama a su Iglesia no puede albergar en su corazón tanta insensibilidad.

La vida religiosa, amigos, cambia. Y la femenina, especialmente. No se puede pretender que florezcan algunas comunidades indefensas intelectualmente, infantilizadas, dependientes de la presencia puntual de beneméritos capellanes. No me temblará el pulso al constatar que también algunas religiosas se consideran a ellas mismas como "monjitas". ¡Pues sepan que las mujeres a las que llama Jesús no son marionetas! ¡Muy al contrario, son los valladares firmes del Evangelio y las necesitamos!

Yo tengo estas opiniones: basta de hacernos esclavos de edificios y monumentos, y menos a costa de las mucho más valiosas vidas de nuestras hermanas en la fe. La defensa del patrimonio de siglos que no ahogue fértiles vocaciones. Si hay que reestructurar, se hace. Afortunadamente la Iglesia es creativa.

Tampoco ha de soportarse que los problemas de salud mentales no sean tratados a tiempo dentro de los conventos por falta de orientación adecuada. ¿Sorprende escuchar que una persona religiosa ha caído en la depresión, por ejemplo?Para alguno será una decepción, dado que "nuestras monjitas" son tan buenas y seráficas que nunca enferman y están protegidas por sus altos muros y dietas frugales.

Es penoso también pretender que el mundo seglar quede relegado a, simplemente, llevarles huevos en las bodas, pedirles una novena, comprar repostería...O, no solo que los padres sientan que han perdido una hija, sino que ese dolor lógico se corresponda con la realidad.

Resulta injusto que cuando alguien decide salir del monacato, convento o vida activa, se encuentre en incertidumbre, sin apenas bagajes, dependiente de familiares y algún caritativo obispo. Que haya abandonos en la exigentísima vida religiosa -seamos claros- es lo más normal del mundo. ¿Acaso quien se ve en la dolorosa decisión de dejar los votos pierde de paso la condición de hijo de Dios? ¿Quizás pensamos que ya está condenada a la mediocridad frente a la excelencia de lo espiritual? Entonces, ¿para qué porras sirve el discernimiento de la vocación?

Ante tanta ignorancia y ceguera -o algo peor- no me callo. No, que no me callo. Me leí a ese tal san Pablo cuando dice: "A tiempo y a destiempo". Y traigo anuncio, no solo denuncia.

Porque, frente a todo esto, aviso que el Espíritu sopla de verdad. Insisto: los  profetas del apocalipsis eclesial nos asustan con sus fórmulas huecas. Preguntan teatralmente: "¿dónde está la primavera? ¿Dónde están los frutos del Concilio?" Pues no les escuchéis, amigos. Elegid si queréis plañir o renacer.

Yo ya lo he hecho. Por cierto, que en ese renacer no encuentro espíritus sutiles, melifluos, espiritualoides, azucarados...¡no son monjitas, no! Son personas con una gran formación, capaces de hablar en público con elocuencia. Soportan el dolor y sostienen la esperanza, de veras. Acogen los jirones del alma de los muchos que acuden a ellos. Y ríen, bailan, tocan instrumentos, pintan, escriben, cultivan, gestionan, construyen, alimentan, enseñan, testimonian,...¡Ah, y por si acaso alguno lo duda: siguen a Cristo en su Iglesia!


Es verdad que hay que volver a lo esencial. Solo que lo esencial no tiene que ver con regresar al siglo XIX, ni a las tocas de almidón, ni la huida de ese mundo 'tan peligroso que nos come'. Lo esencial es el amor a Dios, la comunión, la vida en común, la celebración litúrgica bellamente celebrada, la conversión, el respeto a las peculiaridades de cada carisma, -con su clausura o no, según-, no ser melindres en el trato y el sano equilibrio y presencia de sacerdotes y laicos en las comunidades.

Aun voy a ser más concreto: los últimos documentos de la Congregación Vaticana para la Vida Religiosa, han ido en una clara linea. Me congratula que haya quien lidere con criterio este proceso. Es de bien nacidos reconocerlo, aunque suene a peloteo.

No me encontraréis a mí donde se dedican a tirar piedras a la orden, congregación o instituto de enfrente. Yo no diré que sea tramposo o erróneo acoger a jóvenes de otros países para repoblar conventos. A mí me parece, humildemente, que esto de seguir a Jesús es luminoso, radical y transformador. Y es que Cristo vive. Ante eso nada podrán  hacer los profetas de las webs, esos especuladores que dicen saber tanto. A los que, por supuesto, seguiré leyendo para no dormirme en mis complacencias.

15 MINUTOS EN COMPAÑÍA DE JESÚS SACRAMENTADO



15 minutos en compañía de Jesús Sacramentado
Visitas al Stmo. Sacramento, 1. ¿Qué podemos platicarle a Jesús Sacramentado?


Por: San Alfonso Mª de Ligorio | Fuente: Catholic.net








No es menester, hijo mío, saber mucho para agradarme; basta que me ames con fervor. Háblame sencillamente, como hablarías al más íntimo de tus amigos, o a tu madre, o a tu hermano.

I. ¿Necesitas hacerme en favor de alguien una súplica cualquiera? Dime su nombre, bien sea el de tus padres, bien el de tus hermanos y amigos: dime al punto qué quisieras hiciese actualmente por ellos. Pide mucho, mucho; no vaciles en pedir; me gustan los corazones generosos, que llegan a olvidarse en cierto modo de sí mismos para atender a las necesidades ajenas. Háblame con sencillez, con llaneza, de los pobres a quienes quisieras consolar, de los enfermos a quienes ves padecer, de los extraviados que anhelas volver al buen camino, de los amigos ausentes que quisieras ver otra vez a tu lado. Dime por todos una palabra de amigo, entrañable y fervorosa. Recuérdame que prometí escuchar toda súplica salida del corazón, ¿y no ha de salir del corazón el ruego que me dirijas por aquellos que tu corazón ama especialmente?

II.Y para ti ¿no necesitas alguna gracia? Hazme, si quieres, una lista de tus necesidades y léela en mi presencia.

Dime francamente que sientes soberbia, amor a la sensualidad y al regalo; que eres tal vez, egoísta, inconsciente, negligente..., y pídeme luego que venga en ayuda de los esfuerzos, pocos o muchos, que haces para sacudir de encima de ti tales miserias.

No te avergüences, ¡pobre alma! ¡Hay en el cielo tantos justos, tantos santos de primer orden, que tuvieron esos mismos defectos! Pero rogaron con humildad..., y poco a poco se vieron libres de ellos.

Ni menos vaciles en pedirme bienes espirituales y corporales: salud, memoria, éxito feliz en tus trabajos, negocios o estudios; todo eso puedo darlo, y lo doy, y deseo que me lo pidas en cuanto no se oponga, antes favorezca y ayude a tu santificación. Por hoy, ¿qué necesitas? ¿Qué puedo hacer en tu bien? ¡Si supieras los deseos que tengo de favorecerte! ¿Traes ahora mismo entre manos algún proyecto? Cuéntamelo todo minuciosamente. ¿Qué te preocupa? ¿Qué piensas? ¿Qué deseas? ¿Qué quieres haga por tu hermano, hermana, por tu amigo, por tu superior? ¿Qué desearías hacer por ellos?

¿Y por mí? ¿No sientes deseos de mi gloria? ¿No quisieras poder hacer algún bien a tus prójimos, a tus amigos, a quienes amas mucho y que viven quizá olvidados de mí? Dime qué cosa solicita hoy particularmente tu atención, qué anhelas más vivamente y con qué medios cuentas para conseguirlo. Dime si te sale mal tu empresa, y Yo te diré las causas del mal éxito. ¿No quisieras que me interesase algo en tu favor? Hijo mío, soy dueño de los corazones, y dulcemente los llevo, sin perjuicio de su libertad, adonde me place.

III. ¿Sientes acaso tristeza o mal humor? Cuéntame, cuéntame, alma desconsolada, tus tristezas con todos sus pormenores. ¿Quién te hirió? ¿Quién lastimó tu amor propio? ¿Quién te ha despreciado? Acércate a mi Corazón, que tiene bálsamo eficaz para curar todas esas heridas del tuyo. Cuéntamelo todo, y acabarás en breve por decirme que, a semejanza de Mí, todo lo perdonas, todo lo olvidas, y en pago recibirás mi consoladora bendición.

¿Temes por ventura? ¿Sientes en tu alma aquellas vagas melancolías que, no por ser infundadas, dejan de ser desgarradoras? Échate en brazos de mi Providencia. Contigo estoy; aquí, a tu lado me tienes; todo lo veo, todo lo oigo, ni un momento te desamparo.

¿Sientes desvío de parte de personas que antes te quisieron bien, y ahora, olvidadas, se alejan de ti sin que les hayas dado el menor motivo? Ruega por ellas, y yo las volveré a tu lado, si no han de ser obstáculo a tu santificación.

IV. ¿Y no tienes tal vez alguna alegría que comunicarme? ¿Por qué no me haces partícipe de ella a fuer de buen amigo?

Cuéntame lo que desde ayer, desde la última visita que me hiciste, ha consolado y hecho como sonreír tu corazón. Quizá has tenido agradables sorpresas, quizá viste disipados negros recelos, quizá recibiste faustas noticias, alguna carta o muestra de cariño; has vencido alguna dificultad o salido de algún lance apurado. Obra mía es todo esto, y Yo te lo he proporcionado: ¿por qué no has de manifestarme por ello tu gratitud y decirme sencillamente, como hijo a su padre: ¡Gracias, Padre mío, gracias! El agradecimiento trae consigo nuevos beneficios, porque al bienhechor le agrada verse correspondido.

V. ¿Tampoco tienes alguna promesa que hacerme? Leo, ya lo sabes, en el fondo de tu corazón. A los hombres se les engaña fácilmente, a Dios no; háblame, pues, con toda sinceridad. ¿Tienes firme resolución de no exponerte ya más a la ocasión aquella de pecado? ¿De privarte de aquel objeto que te dañó? ¿De no leer más aquel libro que avivo tu imaginación? ¿De no tratar más a la persona que turbó la paz de tu alma? ¿Volverás a ser dulce, amable y condescendiente con aquella otra a quien, por haberte faltado, has mirado como enemiga?

Ahora bien, hijo mío: vuelve a tus ocupaciones habituales; al taller, a la familia, al estudio...; pero no olvides los quince minutos de grata conversación que hemos tenido aquí los dos, en la soledad del santuario. Guarda en cuanto puedas silencio, modestia, recogimiento, resignación, caridad con el prójimo. Ama a mi Madre, que lo es también tuya, y vuelve otra vez mañana con el corazón más amoroso, más entregado a mi servicio. En mi Corazón hallarás cada día nuevo amor, nuevos beneficios, consuelos nuevos.

CONOCE A SANTA ROSA DE LIMA, PATRONA DE LIMA, PERÚ, FILIPINAS E ISLAS ORIENTALES


EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 23 DE AGOSTO DE 2020



XXI Domingo del Tiempo Ordinario – Ciclo A
Domingo 23 de Agosto de 2020
“¿Quién decís que soy yo?“



Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (22,19-23):

Así dice el Señor a Sobná, mayordomo de palacio: «Te echaré de tu puesto, te destituiré de tu cargo. Aquel día, llamaré a mi siervo, a Eliacín, hijo de Elcías: le vestiré tu túnica, le ceñiré tu banda, le daré tus poderes; será padre para los habitantes de Jerusalén, para el pueblo de Judá. Colgaré de su hombro la llave del palacio de David: lo que él abra nadie lo cerrará, lo que él cierre nadie lo abrirá. Lo hincaré como un clavo en sitio firme, dará un trono glorioso a la casa paterna.»

Palabra de Dios



Salmo
Sal 137,1-2a.2bc-3.6.8bc

R/. Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos

Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario,
daré gracias a tu nombre. R/.

Por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R/.

El Señor es sublime,
se fija en el humilde
y de lejos conoce al soberbio.
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (11,33-36):

¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por los siglos. Amén.

Palabra de Dios


Lectura del santo evangelio según san Mateo (16,13-20):


En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.»
Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.

Palabra del Señor



ADHESIÓN VIVA A JESUCRISTO


No es fácil intentar responder con sinceridad a la pregunta de Jesús: «¿Quién decís que soy yo?». En realidad, ¿quién es Jesús para nosotros? Su persona nos llega a través de veinte siglos de imágenes, fórmulas, devociones, experiencias, interpretaciones culturales… que van desvelando y velando al mismo tiempo su riqueza insondable.

Pero, además, cada uno de nosotros vamos revistiendo a Jesús de lo que somos nosotros. Y proyectamos en él nuestros deseos, aspiraciones, intereses y limitaciones. Y casi sin darnos cuenta lo empequeñecemos y desfiguramos, incluso cuando tratamos de exaltarlo.

Pero Jesús sigue vivo. Los cristianos no lo hemos podido disecar con nuestra mediocridad. No permite que lo disfracemos. No se deja etiquetar ni reducir a unos ritos, unas fórmulas o unas costumbres.

Jesús siempre desconcierta a quien se acerca a él con postura abierta y sincera. Siempre es distinto de lo que esperábamos. Siempre abre nuevas brechas en nuestra vida, rompe nuestros esquemas y nos atrae a una vida nueva. Cuanto más se le conoce, más sabe uno que todavía está empezando a descubrirlo.

Jesús es peligroso. Percibimos en él una entrega a los hombres que desenmascara nuestro egoísmo. Una pasión por la justicia que sacude nuestras seguridades, privilegios y egoísmos. Una ternura que deja al descubierto nuestra mezquindad. Una libertad que rasga nuestras mil esclavitudes y servidumbres.

Y, sobre todo, intuimos en él un misterio de apertura, cercanía y proximidad a Dios que nos atrae y nos invita a abrir nuestra existencia al Padre. A Jesús lo iremos conociendo en la medida en que nos entreguemos a él. Solo hay un camino para ahondar en su misterio: seguirlo.

Seguir humildemente sus pasos, abrirnos con él al Padre, reproducir sus gestos de amor y ternura, mirar la vida con sus ojos, compartir su destino doloroso, esperar su resurrección. Y, sin duda, orar muchas veces desde el fondo de nuestro corazón: «Creo, Señor, ayuda a mi incredulidad».

Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Mt (16,13-20)

SANTORAL DE HOY DOMINGO 23 DE AGOSTO DE 2020

Juan Soler García, BeatoJuan Soler García, Beato
Sacerdote y Mártir, 23 de agosto
Tidfil, SantaTidfil, Santa
Patrona de Merthyr, 23 de agosto
Cipriano José (Julián Iglesias Bañuelos), BeatoCipriano José (Julián Iglesias Bañuelos), Beato
Religioso y Mártir, 23 de agosto
Serafina de Ochovi, BeataSerafina de Ochovi, Beata
Mártir, 23 de agosto
Resario de Soano, BeataResario de Soano, Beata
Mártir, 23 de agosto
Felipe Benizi (o Benicio), SantoFelipe Benizi (o Benicio), Santo
Sacerdote , 23 de agosto

FELIZ DOMINGO!!!





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