martes, 24 de septiembre de 2019

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MARTES 24 DE SEPTIEMBRE DE 2019


Lecturas de hoy Martes de la 25ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, martes, 24 de septiembre de 2019


Primera lectura
Lectura del libro de Esdras (6,7-8.12b.14-20):

En aquellos días, el rey Darío escribió a los gobernantes de Transeufratina: «Permitid al gobernador y al senado de Judá que trabajen reconstruyendo el templo de Dios en su antiguo sitio. En cuanto al senado de Judá y a la construcción del templo de Dios, os ordeno que se paguen a esos hombres todos los gastos puntualmente y sin interrupción, utilizando los fondos reales de los impuestos de Transeufratina. La orden es mía, y quiero que se cumpla a la letra. Darío.»
De este modo, el senado de Judá adelantó mucho la construcción, cumpliendo las instrucciones de los profetas Ageo y Zacarías, hijo de Idó, hasta que por fin la terminaron, conforme a lo mandado por el Dios de Israel y por Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de Persia. El templo se terminó el día tres del mes de Adar, el año sexto del reinado de Darío. Los israelitas, sacerdotes, levitas y resto de los deportados, celebraron con júbilo la dedicación del templo, ofreciendo con este motivo cien toros, doscientos carneros, cuatrocientos corderos y doce machos cabríos, uno por tribu, como sacrificio expiatorio por todo Israel. El culto del templo de Jerusalén se lo encomendaron a los sacerdotes, por grupos, y a los levitas, por clases, como manda la ley de Moisés. Los deportados celebraron la Pascua el día catorce del mes primero; como los levitas se habían purificado, junto con los sacerdotes, estaban puros e inmolaron la víctima pascual para todos los deportados, para los sacerdotes, sus hermanos, y para ellos mismos.

Palabra de Dios

Salmo
Sal 121,1-2.3-4a.4b-5

R/. Vamos alegres a la casa del Señor

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R/.

Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor. R/.

Según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R/.

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (8,19-21):

En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él.
Entonces lo avisaron: «Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte.»
Él les contestó: «Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy martes, 24 de septiembre de 2019
CR


Queridos hermanos:

Estaba Jesús hablando cuando se presentó alguien con la noticia de que si familia estaba afuera esperándole, porque el gentío era tan grande que no podían llegar hasta él. Jesús, no sólo no sale sino que responde:  "Mi madre y mis hermanosson los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen".

La frase de Jesús reafirma su pensamiento sobre la Palabra: que hay que escucharla, asumirla, irradiarla y hacerla vida.

Podría parecer que la frase de Jesús es un desprecio hacia su familia, pero por duro que parezca, para Jesús, ante el Reino, todo pasaba a un segundo plano: no estaba dispuesto a que nadie le domesticara, ni los jefes religiosos ni su propia familia.

La verdadera familia de Jesús no estaba constituida por los lazos de la sangre, sino por la obediencia a la Palabra de Dios. Nos hacemos hermanos de Jesús y miembros de su nueva familia por el compromiso que asumimos como su proyecto, es decir si nos comprometemos en la construcción del Reino de Dios con una actitud profética que proclame a los cuatro vientos la novedad radical que Jesús nos trae, Palabra Encarnada, Palabra entregada para dar vida al mundo.

SAN PÍO DE PIETRELCINA, 23 DE SEPTIEMBRE

SAN PÍO DE PIETRELCINA
Datos Generales



El padre Francesco Forgione nació en Pietrelcina, provincia de Benevento, el 25 de mayo de 1887. Sus padres fueron Horacio Forgione y María Giuseppa. Creció dentro de una familia humilde, pero como un día él mismo dijo, nunca careció de nada.

Fue un niño muy sensible y espiritual. En la Iglesia Santa María de los Ángeles, la cual se podría decir fue como su hogar, fue bautizado, hizo la Primera Comunión y la Confirmación. También en esta misma Iglesia fue donde a los cinco años se le apareció el Sagrado Corazón de Jesús. Más adelante empieza a tener apariciones de la Virgen María que durarían por el resto de su vida.

Ingresó a la Orden de los Frailes Menores Capuchinos en Morcone en enero de 1903. El día anterior de entrar al Seminario, Francisco tuvo una visión de Jesús con su Santísima Madre. En esta visión Jesús puso su mano en el hombro de Francisco, dándole coraje y fortaleza para seguir adelante. La Virgen María, por su parte, le habló suave, sutil y maternalmente penetrando en lo más profundo de su alma.

Fue ordenado sacerdote el 10 de agosto de 1910 en la Catedral de Beneveto, y en febrero de ese año se estableció en San Giovanni Rotondo, donde permaneció hasta su muerte, el 23 de setiembre de 1968.




Homilía del Papa San Juan Pablo II en la Ceremonia de Canonización del Padre Pío de Pietrelcina



1. «Mi yugo es suave y mi carga ligera» (Mateo 11, 30).

Las palabras de Jesús a los discípulos, que acabamos de escuchar, nos ayudan a comprender el mensaje más importante de esta celebración. Podemos, de hecho, considerarlas en un cierto sentido como una magnífica síntesis de toda la existencia del padre Pío de Pietrelcina, hoy proclamado santo.

La imagen evangélica del «yugo» evoca las muchas pruebas que el humilde capuchino de San Giovanni Rotondo tuvo que afrontar. Hoy contemplamos en él cuán dulce es el «yugo» de Cristo y cuán ligera es su carga, cuando se lleva con amor fiel. La vida y la misión del padre Pío testimonian que las dificultades y los dolores, si se aceptan por amor, se transforman en un camino privilegiado de santidad, que se adentra en perspectivas de un bien más grande, solamente conocido por el Señor.

2. «En cuanto a mí... ¡Dios me libre gloriarme si nos es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo» (Gálatas 6, 14).

¿No es quizá precisamente la «gloria de la Cruz» la que más resplandece en el padre Pío? ¡Qué actual es la espiritualidad de la Cruz vivida por el humilde capuchino de Pietrelcina! Nuestro tiempo necesita redescubrir su valor para abrir el corazón a la esperanza. En toda su existencia, buscó siempre una mayor conformidad con el Crucificado, teniendo una conciencia muy clara de haber sido llamado a colaborar de manera peculiar con la obra de la redención. Sin esta referencia constante a la Cruz, no se puede comprender su santidad.

En el plan de Dios, la Cruz constituye el auténtico instrumento de salvación para toda la humanidad y el camino explícitamente propuesto por el Señor a cuantos quieren seguirle (Cf. Marcos 16, 24). Lo comprendió bien el santo fraile de Gargano, quien, en la fiesta de la Asunción de 1914, escribía: «Para alcanzar nuestro último fin hay que seguir al divino Jefe, quien quiere llevar al alma elegida por un solo camino, el camino que él siguió, el de la abnegación y la Cruz» («Epistolario» II, p. 155).

3. «Yo soy el Señor que actúa con misericordia» (Jeremías 9, 23).

El padre Pío ha sido generoso dispensador de la misericordia divina, ofreciendo su disponibilidad a todos, a través de la acogida, la dirección espiritual, y especialmente a través de la administración del sacramento de la Penitencia. El ministerio del confesionario, que constituye uno de los rasgos característicos de su apostolado, atraía innumerables muchedumbres de fieles al Convento de San Giovanni Rotondo. Incluso cuando el singular confesor trataba a los peregrinos con aparente dureza, éstos, una vez tomada conciencia de la gravedad del pecado, y sinceramente arrepentidos, casi siempre regresaban para recibir el abrazo pacificador del perdón sacramental.

Que su ejemplo anime a los sacerdotes a cumplir con alegría y asiduidad este ministerio, tan importante hoy, como he querido confirmar en la Carta a los Sacerdotes con motivo del pasado Jueves Santo.

4. «Tú eres, Señor, mi único bien».

Es lo que hemos cantado en el Salmo Responsorial. Con estas palabras, el nuevo santo nos invita a poner a Dios por encima de todo, a considerarlo como nuestro sumo y único bien.

En efecto, la razón última de la eficacia apostólica del padre Pío, la raíz profunda de tanta fecundidad espiritual, se encuentra en esa íntima y constante unión con Dios que testimoniaban elocuentemente las largas horas transcurridas en oración. Le gustaba repetir: «Soy un pobre fraile que reza», convencido de que «la oración es la mejor arma que tenemos, una llave que abre el Corazón de Dios». Esta característica fundamental de su espiritualidad continua en los «Grupos de Oración» que él fundo, y que ofrecen a la Iglesia y a la sociedad la formidable contribución de una oración incesante y confiada. El padre Pío unía a la oración una intensa actividad caritativa de la que es expresión extraordinaria la «Casa de Alivio del Sufrimiento». Oración y caridad, esta es una síntesis sumamente concreta de la enseñanza del padre Pío, que hoy vuelve a proponerse a todos.

5. «Te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque... estas cosas... las has revelado a los pequeños» (Mateo 11, 25).

Qué apropiadas parecen estas palabras de Jesús, cuando se te aplican a ti, humilde y amado, padre Pío.

Enséñanos también a nosotros, te pedimos, la humildad del corazón para formar parte de los pequeños del Evangelio, a quienes el Padre les ha prometido revelar los misterios de su Reino.

Ayúdanos a rezar sin cansarnos nunca, seguros de que Dios conoce lo que necesitamos, antes de que se lo pidamos.

Danos una mirada de fe capaz de capaz de reconocer con prontitud en los pobres y en los que sufren el rostro mismo de Jesús.

Apóyanos en la hora del combate y de la prueba y, si caemos, haz que experimentemos la alegría del sacramento del perdón.

Transmítenos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y nuestra.

Acompáñanos en la peregrinación terrena hacia la patria bienaventurada, donde esperamos llegar también nosotros para contemplar para siempre la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

¡Amén!

SANTORAL DE HOY MARTES 24 DE SEPTIEMBRE DE 2019

Antón Martín Slomsek, BeatoAntón Martín Slomsek, Beato
Obispo, 24 de septiembre
Gerardo Sagredo, SantoGerardo Sagredo, Santo
Obispo y Mártir, 24 de septiembre
Dalmacio Moner, BeatoDalmacio Moner, Beato
Presbítero Dominíco, Septiembre 24

BUENOS DÍAS




domingo, 22 de septiembre de 2019

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 22 DE SEPTIEMBRE DE 2019


Lecturas de hoy Domingo 25º del Tiempo Ordinario - Ciclo C
Hoy, domingo, 22 de septiembre de 2019


Primera lectura
Lectura de la profecía de Amos (8,4-7):

Escuchad esto, los que pisoteáis, al pobre
y elimináis a los humildes del país,
diciendo: «Cuándo pasará la luna nueva,
para vender el grano,
y el sábado, para abrir los sacos de cereal
—reduciendo el peso y aumentando el precio,
y modificando las balanzas con engaño—
para comprar al indigente por plata
y al pobre por un par de sandalias,
para vender hasta el salvado del grano?».
El Señor lo ha jurado por la Gloria de Jacob:
«No olvidaré jamás ninguna de sus acciones».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 112,1-2.4-6.7-8

R/. Alabad al Señor, que alza al pobre.

V/. Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre. R/.

V/. El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que habita en las alturas
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra? R/.

V/. Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo. R/.

Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo (2,1-8):

QUERIDO hermano:
Ruego, lo primero de todo, que se hagan súplicas, oraciones, peticiones, acciones de gracias, por toda la humanidad, por los reyes y por todos los constituidos en autoridad, para que podamos llevar una vida tranquila y sosegada, con toda piedad y respeto.
Esto es bueno y agradable a los ojos de Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
Pues Dios es uno, y único también el mediador entre Dios y los hombres: el hombre Cristo Jesús, que se entregó en rescate por todos; este es un testimonio dado a su debido tiempo y para el que fui constituido heraldo y apóstol —digo la verdad, no miento—, maestro de las naciones en la fe y en la verdad.
Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, alzando unas manos limpias, sin ira ni divisiones.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (16,1-13):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él de derrochar sus bienes.
Entonces lo llamó y le dijo:
“¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque en adelante no podrás seguir administrando».
El administrador se puso a decir para sí:
“¿Qué voy a hacer, pues mi señor me quita la administración? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”.
Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero:
“¿Cuánto debes a mi amo?”.
Este respondió:
“Cien barriles de aceite”.
Él le dijo:
“Toma tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”.
Luego dijo a otro:
“Y tú, ¿cuánto debes?”.
Él contestó:
“Cien fanegas de trigo”.
Le dice:
“Toma tu recibo y escribe ochenta”.
Y el amo alabó al administrador injusto, porque había actuado con astucia. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que los hijos de la luz.
Y yo os digo: ganaos amigos con el dinero de iniquidad, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.
El que es fiel en lo poco, también en lo mucho es fiel; el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto.
Pues, si no fuisteis fieles en la riqueza injusta, ¿quién os confiará la verdadera? Si no fuisteis fieles en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará?
Ningún siervo puede servir a dos señores, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy domingo, 
22 de septiembre de 2019
Fernando Torres cmf


¿Para qué queremos el dinero?

      Una vez dijo alguien que “es imposible amasar una fortuna sin antes hacer harina a los demás”. Posiblemente sea una exageración pero, como todas las exageraciones, tiene algo-mucho de verdad. La realidad es que la prosperidad que se experimenta hoy en los países desarrollados se debe mucho al trabajo y la industria de sus ciudadanos pero también, seamos realistas, a todo lo que en el pasado y hoy de diversas maneras, se ha sacado de los pueblos más pobres. No es cuestión de entrar aquí a discutir cuestiones económicas ni históricas. Pero sin llegar tan lejos no es difícil comprender que el sistema económico en el que vivimos no es precisamente evangélico. 

      En el evangelio de hoy Jesús nos cuenta la historia del administrador injusto. Sabe que va a ser despedido y procura utilizar todos los recursos de que dispone para hacerse con amigos que le garanticen su futuro. Ya se sabe, “hoy por ti y mañana por mí”. Jesús no pretendía hablar de economía. Simplemente planteaba la situación de un hombre que se encuentra en una situación límite y que es capaz de discurrir lo suficiente como para sacar partido de ella en orden a cubrirse el futuro. Pero a nosotros nos vale la comparación y no es difícil aplicarla al mundo de la economía que tan importante es en nuestra sociedad. 

      En primer lugar, ¿quién no está a punto de ser despedido? Ciertamente hoy se vive una situación de precariedad laboral. Pero es que además, nuestra estancia en este mundo es limitada, nuestra vida aquí tiene fecha de caducidad, aunque no esté escrita en la etiqueta como en los productos del supermercado. No sabemos de cuanto tiempo disponemos. En segundo lugar, ¿no es injusto el dinero que tenemos? ¿Podemos decir que es “mío”? Los recursos de este mundo son para todos y en la fraternidad todo se comparte. Así que lo mejor que podemos hacer es compartir aquello de lo que nos hemos apropiado. Y, tercero, que mejor que compartirlo haciendo amigos, creando fraternidad, estableciendo lazos de solidaridad. De esa manera lo que en nuestra sociedad nos separa –lo mío y lo tuyo, mi dinero, mi casa...–, se convierte en instrumento de fraternidad. Y, de paso, nos encontramos con la llave que nos abre la puerta a una vida mejor, a una vida más plena en la que ya aquí podemos saborear la vida del Reino: la fraternidad de los hijos de Dios. 

      Al final, los que se dedican exclusivamente a cuidar lo “suyo” convierten el dinero, lo que poseen, en un ídolo, en otro dios al que sirven con pasión y devoción. Pero se equivocan porque Dios sólo hay uno. Y los bienes de este mundo no son más que instrumentos al servicio del Reino. 



Para la reflexión

      ¿Utilizo bien los recursos de que dispongo o los despilfarro en gastos inútiles que no me benefician ni a mí ni a mi familia? ¿Cómo los debería usar? ¿Cómo contribuyo a crear fraternidad con mis bienes?

HOY SE INICIA LA NOVENA A SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS, DEL 22 AL 30 DE SEPTIEMBRE


Novena a Santa Teresita del Niño Jesús
Oraciones para cada día de la novena, la puedes hacer tantas veces desees, de manera especial los días previos a la festividad 
(22 al 30 de septiembre)


Por: n/a | Fuente: devocionario.com




ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

¡Santa Teresita! Vengo a tus plantas lleno de confianza a pedirte favores. La cruz de la vida me pesa mucho, y no encuentro más que espinas entre sus brazos. ¡Florecita de Jesús! envía sobre mi alma una lluvia de flores de gracia y de virtud para que pueda subir el Calvario de la vida embriagado en sus perfumes. Mándame una sonrisa de tus labios de cielo y una mirada de tus hermosos ojos... Que valen más tus caricias que todas las alegrías que el mundo encierra. ¡Dios mío! Por intercesión de Santa Teresita dadme fuerza para cumplir exactamente con mi deber, y concededme la gracia que en esta novena le pido. Amén.


ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Jaculatoria. ¡Oh santita sin igual! Enséñanos el "caminito" de tu infancia espiritual.

Oración. ¡Gloriosa santita mía! Espero confiadamente me alcanzarás de Dios la gracia especial que en esta novena te pido. Yo en cambio, prometo imitar, con todas mis fuerzas, tus heroicos ejemplos, y apropiarme de las páginas de tu vida encantadora para que tenga la dicha de gozar de Dios en tu compañía en la patria de los santos. En tanto, quiero, cual tu, oh Florecita de Jesús, "deshojar" en la tierra las flores de mis caricias a los pies del Amor de los Amores y cantar a lo divino tus encantadoras armonías:

"Por solo tus amores,
Jesús mi bien amado,
En ti mi vida puse,
mi gloria y porvenir;
Y ya que para el mundo
soy una flor marchita,
No tengo más anhelo
que amándote, morir…"


DÍA PRIMERO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por aquel volcán de amores que inflamó tu corazón, cuyos divinos ardimientos fueron el dulce martirio que consumió tu vida "con ansias de amores inflamada", haz que también yo, ¡oh santa Teresita! a solo Dios entregue totalmente mi corazón con todas sus esperanzas y con todos sus ensueños, para que le transforme y le resucite y le salve. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA SEGUNDO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por los perfumes de santidad que exhalaste durante tu vida, escondida cual humilde violeta en el jardín del Carmelo, haz que pueda también mi alma, libre de los malos olores del pecado, agradar a Dios con el suave olor de las virtudes cristianas. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA TERCERO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por los pasos de inocencia y de candor que diste en la florida senda de tu caminito, que fue camino de infancia espiritual, haz que los pasos de mi vida no corran por los derroteros de la perdición; sino que, pasito a paso, suba la senda -cuesta arriba- que conduce a la gloria. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA CUARTO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por la celestial pureza que adornó tu corazón cual los lirios a los valles y la "nieve" a las alturas alcánzame, azucena del Carmelo, la pureza en pensamientos, palabras y obras. Defiéndeme en la tentación, y cubre con las azucenas de tu pureza la fealdad de éste pobre corazón mío inquieto y apasionado. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA QUINTO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por el empeño grande que pusiste en "pasar por la Tierra haciendo bien", y en esparcir en los corazones el amor y la esperanza, haz que también yo pase mi vida sembrando bondades para recibir allá arriba el galardón seguro del ciento por uno con la vida perdurable y feliz. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA SEXTO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por aquella continua tendencia de "empequeñecerse" que fue el tema de tu santa vida, haz sepa también yo ser un "alma tan pequeñita" que encuentre la verdadera grandeza en los brazos del sacrificio y de la Cruz; y aprenda a ser grande en lo pequeño y amar la humildad... la "pequeñez", para entrar más fácilmente por las puertas de la gloria al gozo eterno. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA SÉPTIMO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por aquel martirio tan continuado que sufrió tu espíritu en la incesante negación de la naturaleza, haz que aprenda a negar mis caprichos y veleidades y a pagar, cual tú, los desprecios del prójimo con una sonrisa heroica y celestial. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA OCTAVO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por la paciencia admirable con que supiste disimular y sufrir las enfermedades que en la Cruz te pusieron, ¡oh! que pueda yo también, santita mía, llevar si no con alegría, a lo menos en conformidad con la voluntad de Dios los achaques y miserias de este cuerpo de barro para que un día resulte embellecido en la gloria. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA NOVENO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por el heroico valor con que apuraste el cáliz hasta las "heces" en el trance amargo de tu agonía; y por la dulce calma con que esperaste la fría llamada de la muerte, pueda yo también cerrar los ojos a esta vida mortal repitiendo las hermosas palabras que al morir pronunciaste: "Oh... ¡Le amo!.. . ¡Dios mío... os...amo!". Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.

233 MÁRTIRES DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA, 22 DE SEPTIEMBRE


Hoy se conmemora a 233 mártires de la guerra civil española
Redacción ACI Prensa





Hoy se conmemora a 233 mártires de la guerra civil española
El 22 de septiembre la Iglesia recuerda a 233 mártires de la guerra civil española que fueron beatificados por San Juan Pablo II el 11 de marzo de 2001. Entre ellos se encuentra el Beato José Calasanz, quien sirvió por un tiempo como misionero salesiano en Cuba.

El Beato José Calasanz Marqués nació en España en 1872. Conoció personalmente a San Juan Bosco en Barcelona (1886) y profesó como salesiano en 1890. Fue ordenado sacerdote en diciembre de 1895.

Trabajó como secretario del Beato Felipe Rinaldi por varios años y luego se le encargó la dirección de un colegio. Después viajó como misionero a dirigir la naciente obra salesiana de Camagüey en Cuba. Luego pasó a ser Provincial de la Inspectoría Peruana-Boliviana y desde 1925 fue superior de la Inspectoría salesiana de Tarra­conense, que comprendía Barcelona y Valencia en España.

Se distinguió por su gran corazón, lleno de amor a los hermanos, a los superiores y a la congregación, demostrando una actividad incansable en el servicio.

En la persecución religiosa en España, después de pasar una semana en la cárcel, fue nuevamente detenido con otros salesianos. Mientras era llevado a Valencia, por el “puente de San José”, murió de un disparo a la cabeza. Era el 29 de julio de 1936.

Pocos días antes de Partir a la Casa del Padre, en una carta a su superior, dejó escrito: “nuestra confianza está puesta en Dios y en la protección de María Auxiliadora y de nuestro Padre San Juan Bosco”.

Entre los 233 mártires hay sacerdotes diocesanos, miembros de la Acción Católica, dominicos, franciscanos, jesuitas, salesianos, hijas de María Auxiliadora, hermanos de las escuelas cristianas (de La Salle), carmelitas, entre otros.

SANTORAL DE HOY DOMINGO 22 DE SEPTIEMBRE DE 2019

Pablo Chong Ha-Sang, SantoPablo Chong Ha-Sang, Santo
Mártir Laico, 22 de septiembre
Luis María Monti, BeatoLuis María Monti, Beato
Fiesta litúrgica, 22 de septiembre
Ignacio de Sandone, SantoIgnacio de Sandone, Santo
Presbítero Capuchino, 22 de septiembre
Mauricio, SantoMauricio, Santo
Mártir, 22 de septiembre

BUENOS DÍAS





sábado, 21 de septiembre de 2019

NOVENA A LOS SANTOS ARCÁNGELES MIGUEL, GABRIEL Y RAFAEL, DEL 20 AL 28 SEPTIEMBRE


Novena a los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
Del 20 al 28 de Septiembre
Redacción ACI Prensa




El 29 de septiembre la Iglesia celebrará la Fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, quienes aparecen en la Biblia con misiones importantes de Dios.

Por ello, aquí una novena en honor de estos tres amigos del cielo que tienen la tarea de defender al hombre en la lucha contra los planes del demonio.



Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de Contrición

¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, 
y porque os amo sobre todas las cosas, 
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. 
Amén.


Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno, bendito y alabado seas por toda la eternidad. Que todos los ángeles y los hombres que has creado te adoren, te amen y te sirvan, Dios Santo, Dios Fuerte, Dios Inmortal.

Y tú, María, reina de los ángeles, medianera de todas las gracias, todopoderosa en tu oración, recibe bondadosamente la oración que les dirigimos a los arcángeles y hazla llegar hasta el Trono del Altísimo para que obtengamos gracia, salvación y auxilio. Amén.



Oración a los Santos Arcángeles
 Miguel, Gabriel y Rafael:

San Miguel Arcángel, tú eres el Príncipe de las milicias celestiales, el vencedor del dragón infernal, has recibido de Dios la fuerza y el poder para aniquilar por medio de la humildad el orgullo de los poderes de las tinieblas. Te imploramos, suscita en nosotros la auténtica humildad del corazón, la fidelidad inquebrantable, para cumplir siempre la voluntad de Dios, la fortaleza en el sufrimiento y las necesidades, ayúdanos a subsistir delante del tribunal de Dios.

San Gabriel Arcángel, tú eres el ángel de la Encarnación, el mensajero fiel de Dios, abre nuestros oídos para captar los más pequeños signos y llamamientos del corazón amante de nuestro Señor; Permanece siempre delante de nuestros ojos, te imploramos, para que comprendamos correctamente la Palabra de Dios y la sigamos y obedezcamos y para cumplir aquello que Dios quiere de nosotros. Haznos vigilantes en la espera del Señor para que no nos encuentre dormidos cuando llegue.

San Rafael Arcángel, tú eres el mensajero del amor de Dios. Te imploramos, hiere nuestro corazón con un amor ardiente por Dios y no dejes que esta herida se cierre jamás para que permanezcamos sobre el camino del amor en la vida diaria y venzamos todos los obstáculos por la fuerza de este amor.

Ayudadnos hermanos grandes y santos, servidores como nosotros delante de Dios. Protegednos contra nosotros mismos, contra nuestra cobardía y tibieza, contra nuestro egoísmo y nuestra avaricia, contra nuestra envidia y desconfianza, contra nuestra suficiencia y comodidad, contra nuestro deseo de ser apreciados. Desligadnos de los lazos del pecado y de toda atadura al mundo.

Desatad la venda que nosotros mismos hemos anudado sobre nuestros ojos, para dispensarnos de ver la miseria que nos rodea, y poder mirar nuestro propio yo sin incomodarnos y con conmiseración.

Clavad en nuestro corazón el aguijón de la santa inquietud de Dios, para que no cesemos jamás de buscarlo con pasión, contrición y amor.

Buscad en nosotros la Sangre de Nuestro Señor que se derramó por nosotros. Buscad en nosotros las lágrimas de vuestra Reina vertidas por nuestra causa. Buscad en nosotros la imagen de Dios destrozada, desteñida, deteriorada, imagen a la cual Dios quiso crearnos por amor.

Ayudadnos a reconocer a Dios, a adorarlo, amarlo y servirlo. Ayudadnos en la lucha contra los poderes de las tinieblas que nos rodean y nos oprimen solapadamente.

Ayudadnos para que ninguno de nosotros se pierda, y para que un día, gozosos, podamos reunirnos en la felicidad eterna. Amén.

(Se dicen las intenciones de la novena y se rezan tres Padre Nuestro, Ave María y Gloria)


Invocaciones finales

San Miguel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros.

San Rafael, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros.

San Gabriel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros. Amén.
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