sábado, 11 de mayo de 2019

HOY LA IGLESIA CELEBRA A SAN FRANCISCO DE GERÓNIMO, MISIONERO JESUITA


Hoy la Iglesia celebra a San Francisco de Gerónimo, misionero jesuita
Redacción ACI Prensa




San Francisco de Gerónimo fue un misionero de la Compañía de Jesús (jesuita) al que llamaban "el apóstol de Nápoles", es famoso por ser predicador y por su incansable trabajo en favor de la conversión de los pecadores, así como por su amor por los pobres, enfermos y oprimidos.

Este santo nació el 17 de diciembre de 1642 en Grottaglie, una ciudad del sur de Italia. A los 16 años entró al colegio de Teranto, donde permaneció bajo el cuidado de la Compañía de Jesús.

En aquel lugar estudió humanidades y filosofía, y tuvo tanto éxito, que un obispo lo envió a Nápoles para que asistiera a conferencias en Teología Canónica en el famoso colegio, Gesu Vecchio, que por aquel entonces rivalizaba con las más grandes universidades en Europa.

Entró en el noviciado de los jesuitas el 1 de julio de 1670. Al final de su primer año de prueba, fue enviado como misionero a fin de tomar sus primeras lecciones en el arte de la prédica, en un lugar cercano al municipio italiano de Otranto.

Después de 4 años de predicación en pequeños pueblos y de culminar sus estudios de teología, sus superiores lo nombraron predicador de la iglesia del Gesú Nuovo en Nápoles.

Sus sermones elocuentes, breves y enérgicos llegaron a conmover las consciencias culpables de quienes lo escuchaban y por medio de ello se llevaron a cabo milagrosas conversiones.

En algunas ocasiones pasó por no menos de 50 aldeas en un día, predicando en las calles, en las plazas públicas y en las iglesias. También se dice que convertía por lo menos a unos 400 pecadores al año.

También visitaba las prisiones, hospitales y no vacilaba en seguir a los pecadores hasta los antros del vicio, donde algunas veces fue brutalmente maltratado.

San Francisco murió a los 74 años de edad y fue sepultado en la Iglesia de los jesuitas de Nápoles. Fue beatificado en 1758 por Benedicto XIV y canonizado en 1839 por Gregorio XVI.

7 COSAS QUE DEBES SABER SOBRE LAS APARICIONES DE LA VIRGEN EN FÁTIMA


7 cosas que debes saber sobre las apariciones de la Virgen en Fátima
Información básica que todo católico debe saber sobre esta aparición


Por: Jimmy Akin | Fuente: National Catholic Rebister // 
ACI Prensa 




El 13 de mayo es la fiesta de la Virgen de Fátima, la aparición aprobada por la Santa Sede más famosa del siglo XX, particularmente por el tercer secreto que María reveló a los tres pastorcitos en la Cova da Iria (Portugal) y fue transcrito por Sor Lucía el 3 de enero de 1944.

Aquí presentamos 7 cosas que todo católico debe saber sobre esta aparición.

1. La Virgen apareció 6 veces en Fátima

En tiempos de la Primera Guerra Mundial la pastorcita Lucía dos Santos dijo haber experimentado las visitas sobrenaturales de la Virgen María en 1915, dos años antes de las famosas apariciones.

En 1917, ella y dos de sus primos, Francisco y Jacinta Marto, estaban trabajando como pastores en los rebaños de sus familias en un pequeño pueblo de Fátima llamado Cova de Iría. El 13 de mayo de aquel año, los tres niños vieron una aparición de la Virgen María que les dijo, entre otras cosas, que regresaría durante los próximos seis meses todos los días 13 a la misma hora.

María también reveló a los niños, en la segunda aparición, que Francisco y Jacinta morirían pronto y que Lucía sobreviviría para dar testimonio de las apariciones.

En la tercera aparición de la Virgen, el 13 de julio, a Lucía se le devela el secreto de Fátima. Según los informes, se puso pálida y gritó de miedo llamando a la Virgen por su nombre. Hubo un trueno, y la visión terminó. Los niños volvieron a ver a la Virgen el 13 de septiembre.

En la sexta y última aparición, el 13 de octubre, ante miles de peregrinos que llegaron a Fátima (Portugal), se produjo el denominado “Milagro del sol”, en el que, luego de la aparición de la Virgen María a los pastorcitos Jacinta, Francisco y Lucía, se pudo ver al sol temblar, en una especie de “danza”, según relataron los que estaban ahí.

2. Francisco y Jacinta murieron pronto, Lucía se hizo religiosa

Una pandemia de gripe española barrió Europa en 1918 y mató cerca de 20 millones de personas. Entre ellos se encontraban Francisco y Jacinta, que contrajeron la enfermedad en 1918 y fallecieron en 1919 y 1920 respectivamente. Por su parte, Lucía entró en el convento de las Hermanas Doroteas.

El 13 de junio de 1929, en la capilla del convento en Tuy en España, Lucía tuvo otra experiencia mística en la que vio a la Santísima Trinidad y a la Virgen María. Esta última les dijo: "Ha llegado el momento en que Dios le pide al Santo Padre, en unión con todos los obispos del mundo, hacer la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón, prometiendo salvarla por este medio" (S. Zimdars-Schwartz, Encuentro con María, 197).

El 13 de octubre de 1930, el Obispo de Leiria (ahora Leiria-Fátima) proclamó las apariciones de Fátima como auténticas.

3. Sor Lucía escribió el secreto de Fátima 18 años después de las apariciones

Entre 1935 y 1941, bajo las órdenes de sus superiores, Sor Lucía escribió cuatro memorias de los acontecimientos de Fátima.

En la tercera memoria -publicada en 1941- escribió las dos primeras partes del secreto y explicó que había una tercera parte que el cielo aún no le permitía revelar.

En la cuarta memoria añadió una frase al final de la segunda parte del secreto: "En Portugal, se conservará siempre el dogma de la fe, etc".

Esta frase fue la base de mucha especulación, se dijo que la tercera parte del secreto se refería a una gran apostasía.

Tras la publicación de la tercera y cuarta memoria, el mundo puso atención en el secreto de Fátima y las tres partes del mensaje, incluyendo la petición de la Virgen para que Rusia se consagre a su Inmaculado Corazón a través del Papa y los obispos del mundo.

El 31 de octubre de 1942 Pío XII consagró no sólo Rusia, sino a todo el mundo al Inmaculado Corazón de María. Lo que faltó, sin embargo, fue la participación de los obispos del mundo.

En 1943, el Obispo de Leiria ordenó a Sor Lucía poner el tercer secreto de Fátima por escrito, pero ella no se sentía en libertad de hacerlo hasta 1944. Fue puesto en un sobre lacrado en el que Sor Lucía escribió que no debía abrirse hasta 1960.

4. La tercera parte del secreto de Fátima fue leída por varios Papas

El secreto se mantuvo con el Obispo de Leiria hasta 1957, cuando fue solicitado (junto con copias de otros escritos de la Hermana Lucía) por la Congregación para la Doctrina de la Fe. Según el Cardenal Tarcisio Bertone, el secreto fue leído por Juan XXIII y Pablo VI.

"Juan Pablo II, por su parte, pidió el sobre que contiene la tercera parte del ‘secreto’ tras el intento de asesinato que sufrió el 13 de mayo 1981".

Después de leer el secreto, el Santo Padre se dio cuenta de la conexión entre el intento de asesinato y Fátima: “fue la mano de una madre que guió la trayectoria de la bala”, detalló. Fue este Papa quien decidió publicarlo en el año 2000.

Para saber más del tercer secreto de Fátima puede ingresar al siguiente enlace

5. Las claves del secreto: arrepentimiento y conversión

El entonces Cardenal Joseph Ratzinger (Papa Emérito Benedicto XVI), Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, señaló que la clave de la aparición de Fátima es su llamado al arrepentimiento y a la conversión. (Comentario Teológico)

Las tres partes del secreto sirven para motivar al individuo al arrepentimiento y lo hacen de una manera contundente.

6. La primera parte del secreto es una visión del infierno

La primera parte del secreto -la visión del infierno- es para muchos la más importante, porque revela a los individuos las trágicas consecuencias de la falta de arrepentimiento y lo que les espera en el mundo invisible si no se convierten.

7. La segunda parte del secreto es sobre la devoción al Inmaculado Corazón

En la segunda parte la Virgen María dice:

"Usted ha visto el infierno donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón".

Después de explicar la visión del infierno, María habló de una guerra que "iniciará durante el pontificado de Pío XI."

Esta última fue la Segunda Guerra Mundial, que fue ocasionada, según las consideraciones de Sor Lucía, por la anexión de Austria a Alemania durante el pontificado de Pío XI (J. de Marchi, Temoignages sur les apparitions de Fatima, 346).

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY SÁBADO 11 DE MAYO DE 2019


Tercera Semana de Pascua
Sábado 11 de Mayo de 2019

“ Señor, ¿a quién vamos a acudir? ”



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 9, 31-42

En aquellos días, la Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo. Pedro recorría el país y bajó a ver a los santos que residían en Lida. Encontró allí a un cierto Eneas, un paralítico que desde hacia ocho años no se levantaba de la camilla. Pedro le dijo: -«Eneas, Jesucristo te da la salud; levántate y haz la cama.» Se levantó inmediatamente. Lo vieron todos los vecinos de Lida y de Sarán, y se convirtieron al Señor. Había en Jafa una discípula llamada Tabita, que significa Gacela. Tabita hacia infinidad de obras buenas y de limosnas. Por entonces cayó enferma y murió. La lavaron y la pusieron en la sala de arriba. Lida está cerca de Jafa. Al enterarse los discípulos de que Pedro estaba allí, enviaron dos hombres a rogarle que fuera a Jafa sin tardar. Pedro se fue con ellos. Al llegar a Jafa, lo llevaron a la sala de arriba, y se le presentaron las viudas, mostrándole con lágrimas los vestidos y mantos que hacía Gacela cuando vivía. Pedro mandó salir fuera a todos. Se arrodilló, se puso a rezar y, dirigiéndose a la muerta, dijo: - «Tabita, levántate.» Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. Él la cogió de la mano, la levantó y, llamando a los santos y a las viudas, se la presentó viva. Esto se supo por todo Jafa, y muchos creyeron en el Señor.

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Salmo
Sal 115, 12-13. 14-15. 16-17 R.
 ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre. R/.

Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles. R/.

Señor, yo soy tu siervo, siervo tuyo,
hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor. R/.

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Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 60-69

En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oirlo, dijeron: -«Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?» Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: - «¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen.» Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: - «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede.» Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: - «¿También vosotros queréis marcharos?» Simón Pedro le contestó: - «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.»

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Reflexión del Evangelio de hoy
Muchos creyeron en el Señor

Estamos en tiempo de pascua, en tiempo después de la resurrección de Jesús. Durante estos días, las primeras lecturas nos suele hablar de la expansión de lo que hoy llamamos iglesia de Cristo y cómo iba aumentando de día en día. Aumentó en tiempo que sufrió persecución, donde San Pablo todavía no cristiano, perseguía a los seguidores de Jesús. Pero hoy san Lucas nos relata cómo también se expandía en tiempo de paz. “En aquellos días, la Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría… y se multiplicaba animada por el Espíritu Santo”.

En este contexto encontramos a Pedro visitando diversas comunidades. Hoy le vemos en Lida y Jafa donde realiza dos milagros. En Lida cura a un paralítico, a Eneas, y en Jafa resucita a Tabita. “Esto se supo en toda Jafa y muchos creyeron en el Señor”.

Ya sea en tiempo de persecución, en tiempo de paz, con ambiente favorable o adverso, todos los Pedros y Pablos, todos los predicadores del evangelio, que somos todos los cristianos, con milagros o con la sola palabra de Dios, nunca nos debemos predicar a nosotros mismos, sino solo a Jesucristo muerto y resucitado, nuestro único Salvador, para que se adentre en el corazón de nuestros oyentes y les pueda conquistar por su gran amor.

Señor, ¿a quién vamos a acudir?

Jesús, en su intento de acercarse a nosotros y decirnos quién es, no asegura: “Si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna y yo lo resucitaré en el último día”.

Jesús quiere demostrarnos que nos ama y nos ama hasta el extremo. Y el amor pide unión con la persona amada. Sabe también que la unión con él, la amistad con él, es un torrente de vida para nosotros. Por todo ello, porque es Dios y tiene poder para ello y porque nos ama, es capaz de inventar la eucaristía, y hacer del pan y vino eucarísticos su cuerpo y su sangre para que nosotros lo podemos comer y beber. Y se produzca la intensa unión vital con él.

A algunos de sus oyentes les pareció que Jesús se pasaba de la raya. No podían creer lo que les decía. Sus palabras eran muy duras e imposibles y dejaron de seguirle. Pero Jesús no se volvió agrás de su sublime oferta amorosa del pan y vino eucarísticos. Y tuvo la valentía de preguntar a los que se quedaron con él si también se querían marchar. “¿También vosotros queréis marcharos?”. Y Pedro, en nombre de los seguidores de Jesús de todos los tiempos, le respondió: “Señor, ¿a quién vamos a acudir. Tú tienes Palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios”.


Fray Manuel Santos  Sánchez
Convento de Santo Domingo (Oviedo)

SANTORAL DE HOY SÁBADO 11 DE MAYO DEL 2019

Estela o Estrella, SantaEstela o Estrella, Santa
Virgen y Mártir, 11 de mayo
Antimo de Roma, SantoAntimo de Roma, Santo
Presbítero y Mártir, 11 de mayo
Mateo Le Van Gam, SantoMateo Le Van Gam, Santo
Mártir Laico, 11 de mayo
Mamerto de Vienne, SantoMamerto de Vienne, Santo
Obispo, 11 de mayo
Juan Rochester, BeatoJuan Rochester, Beato
Presbítero y Mártir, 11 de mayo
Francisco de Jerónimo, SantoFrancisco de Jerónimo, Santo
Presbítero Jesuita, Mayo 11
Alberto de Bérgamo, BeatoAlberto de Bérgamo, Beato
Terciario Dominico, 7 de mayo
Gregorio Celli, BeatoGregorio Celli, Beato
Presbítero Agustino, Mayo 11
Gualterio, SantoGualterio, Santo
Presbítero, 11 de mayo
Mocio, SantoMocio, Santo
Presbítero y Mártir, 11 de mayo
Gangulfo, SantoGangulfo, Santo
Laico, 11 de mayo
Ceferino Namuncurá, BeatoCeferino Namuncurá, Beato
Laico Saleciano, 11 de mayo
Ignacio de Laconi, SantoIgnacio de Laconi, Santo
Capuchino, Mayo 11
Mayolo, SantoMayolo, Santo
Abad, 11 de mayo

BUENOS DÍAS






jueves, 9 de mayo de 2019

FLORES PARA LA VIRGEN MARÍA - MEDITACIONES PARA EL MES DE MAYO


CON FLORES A MARÍA
(Obsequios espirituales a la Santísima Virgen María)



Día 1: María, Madre, tú, la siempre ocupada en el servicio de tu casa, ilumina con tu sonrisa nuestro trabajo. Préstame tu sonrisa.
Te ofrezco: tratar de sonreír a todos.


Día 2: María, Madre, tú que sabías de la angustia económica de una familia pobre: enséñame a amar la pobreza; enséñame a desprenderme para ayudar a los pobres.

Te ofrezco: dar alguna limosna.


Día 3: María, Madre, tú que te olvidabas de ti para atender a los demás: enséñame a no estar siempre dándome vueltas a mí y a mis cosas, y dejar de lado mis pequeños desánimos que hacen la vida desagradable a los demás.

Te ofrezco: vivir hoy más pendiente de ti repitiéndote alguna jaculatoria.


Día 4: María, Madre, la siempre disponible para que Dios se sirviera de ti: enséñame a no quejarme y a estar disponible.

Te ofrezco: no quejarme durante el día de hoy.



Día 5: María, Madre, la de las horas de silencio en casa; la del pensamiento siempre lleno de Dios: ayúdame a vivir siempre en tu presencia y en presencia de Dios.
Te ofrezco: vivir hoy en presencia de Dios.


Día 6: María, Madre, que formaste la familia de Nazaret: enséñame a hacer más cariñoso el ambiente familiar.

Te ofrezco: tener algún detalle de cariño con los de mi familia.


Día 7: María, Madre, tú que trabajabas para atender a Jesús y lo recibías contenta cuando llegaba cansado del trabajo: concédeme tener la alegría siempre a punto y ayudar a los cansados.

Te ofrezco: tratar de estar más alegre con los que me rodean.



Día 8: María, Madre siempre atenta para cuidar a José y a Jesús: concédeme atender a todos, el olvido de mí, mi disponibilidad continua y ser servidor de los demás.

Te ofrezco: ser hoy más servicial en mi casa.


Día 9: María, Madre, tú sembrabas confianza en torno a ti, sabías contar con sencillez tus cosas y estabas siempre abierta al diálogo: enséñame a tener más confianza con los que me rodean y a escucharlos con amor e interés. 

Te ofrezco: tratar de dar conversación a mis familiares.


Día 10: María, Madre, cuando Jesús expuso las ocho bienaventuranzas, no hizo más que fijarse en ti: enséñame a ser manso, a dejarme traer y llevar por la obediencia.

Te ofrezco: cumplir hoy mejor con mis deberes.



Día 11: María, Madre, cuando Jesús expuso las ocho bienaventuranzas, no hizo más que fijarse en ti: enséñame a tener hambre y sed de ser santo.

Te ofrezco: pedirle muchas veces hoy al Señor que me haga santo.


Día 12: María, Madre, cuando Jesús expuso las ocho bienaventuranzas, no hizo más que fijarse en ti: enséñame a ser misericordioso, es decir, a amar a cada uno con sus defectos.

Te ofrezco: ser hoy más comprensivo con los defectos de los que me rodean.



Día 13: María, Madre, cuando Jesús expuso las ocho bienaventuranzas, no hizo más que fijarse en ti: enséñame a ser limpio de corazón.

Te ofrezco: no admitir hoy pensamientos malos de los demás.


Día 14: María, Madre, tú sabías reflexionar y animar, sabías curar las angustias: enséñame la virtud de la prudencia y no dejes que me ahogue en un vaso de agua.

Te ofrezco: tener hoy pensamientos positivos y de esperanza.


Día 15: María, Madre, cuando Jesús expuso las ocho bienaventuranzas, no hizo más que fijarse en ti: enséñame a llorar con los que lloran, a vivir las alegrías y sufrimientos de los demás como si fueran míos.

Te ofrezco: ayudar a alguien que esté sufriendo.


Día 16: María, Madre, tú eras audaz, emprendedora, confiada plenamente en el Espíritu que te acompañó a lo largo de tu vida: enséñame a desconfiar de mí mismo y a poner mi esperanza en el Poderoso que quiere hacer obras grandes en mí.

Te ofrezco: encomendarme al Señor antes de cada actividad que haga hoy.


Día 17: María, Madre, préstame tus ojos para mirar con cariño a todos.

Te ofrezco: rezar por los que me caen mal.



Día 18: María, Madre: ayúdame a no desanimar a nadie con mis amarguras y a no alejar a nadie con mis críticas.

Te ofrezco: dar gracias a Dios por cada cosa que viva o que me ocurra.


Día 19: María, Madre, en cuya casa todos servíais a todos sin dar espacio a la pereza: ayúdame a cumplir con mi deber sin exigencias ni malos humores.

Te ofrezco: ayudar más en casa.


Día 20: María, Madre, que guardabas la Palabra del Señor en tu corazón, ayúdame a comprender la Escritura y a guardarla en mi corazón.

Te ofrezco: leer un párrafo del Evangelio y meditarlo.



Día 21: María, Madre, que conoces mis pensamientos: haz que no sean nunca de venganza, ni de envidia, ni de darme vueltas a mí mismo.

Te ofrezco: tratar de vivir en presencia de Dios.



Día 22: Como decía san Luis Mª Grignon de Monfort: «Cuando María ha echado raíces en un alma, produce allí maravillas de gracia».

Te ofrezco: consagrarme a ti durante el día.



Día 23: Como decía san Luis Mª Grignon de Monfort: «Cuando el Espíritu Santo, su Esposo, encuentra a María en un alma, vuela allá, entra en ella de lleno y se le comunica abundantemente».

Te ofrezco: repetir durante el día la jaculatoria: «Ven, Espíritu Santo».


Día 24: Como decía san Luis Mª Grignon de Monfort: «Si tengo a Jesús es gracias a María».

Te ofrezco: dar gracias durante el día por el don de la fe.


Día 25: María, Madre consciente de tu pobreza porque sabías que todo es don de Dios: enséñame a ser humilde. Humildad no es negar los dones recibidos, sino afirmar que todo lo recibimos de Alguien que nos ama, y que por ello nos confía grandes empresas.
Te ofrezco: repetir durante el día la petición de san Ignacio en sus Ejercicios: «Te pido el conocimiento interno de tanto bien recibido, para que, reconociéndolo yo enteramente, quiera en todo amar y servir a Su Divina Majestad».



Día 26: María, Madre, que no te quedaste con la alabanza de tu prima Isabel, sino que la referiste a quien correspondía en verdad, diciendo: «El Señor hizo en mí maravillas»; enséñame a reconocer la mano de Dios en todo y a darle gracias por todo.

Te ofrezco: repetir durante el día esta jaculatoria de la beata Maravillas de Jesús: «Lo que Dios quiera, como Dios quiera, cuando Dios quiera».


Día 27: La consagración de la familia a la Virgen es una promesa de amor en la que se le ofrece a Jesús todo lo que la familia es, tiene y hace a través del Corazón Inmaculado de la Virgen María para que, por estos dos Corazones, los miembros de la familia vivan plenamente entregados a la voluntad del Padre. La familia se abandona así en las manos de la Virgen María para que ella ejerza su papel de Madre espiritual, de Mediadora de las gracias, de Abogada y de Reina.

Te ofrezco consagrar hoy mi familia a ti, Virgen María, mediante esta fórmula de Juan Pablo II: «Oh, Santa Virgen María, Madre de Dios y de la Iglesia, a tu Inmaculado Corazón consagramos nuestras familias. Con tu ayuda, nos encomendamos y nos consagramos al Divino Corazón de Jesús y así estaremos contigo y con Jesús en el Espíritu Santo, siempre y totalmente consagrados a la voluntad del Padre celestial».


Día 28: Tú, que eres Mediadora de las gracias, sé el canal seguro por el cual nosotros recibamos las gracias de conversión, de luz, de discernimiento, de fidelidad, de sabiduría, de santidad y de unión que provienen del Corazón de Cristo.

Te ofrezco: rezar el Rosario para pedir por las personas que se han encomendado a mi oración.


Día 29: Tú, que eres Intercesora ante tu Hijo, mantén siempre tu mirada misericordiosa sobre cada uno de los miembros de esta familia y, ya que no percibimos nuestras propias necesidades, acércate a tu Hijo implorando, como en Caná, el milagro del vino que nos falta.

Te ofrezco: rezar un Avemaría por cada persona de mi familia.



Día 30: Tú, que eres Maestra de las almas, enséñanos a ser dóciles como tú para acoger con obediencia y agradecimiento toda la verdad que nos enseña tu Hijo a través de la Iglesia y su Magisterio.

Te ofrezco: rezar el credo para pedir a Dios el don de la fe y la fidelidad a lo que la Iglesia enseña.


Día 31: Tú, que eres Corredentora, guarda a esta familia en la fidelidad a la cruz. Que en los momentos de sufrimiento no busquemos nuestro propio bienestar, sino acompañar al que sufre. Que en los momentos de aridez y desolación nos mantengamos fieles al compromiso adquirido ante Dios y que sepamos vivir los sacrificios y luchas en unión con tu Hijo crucificado.

Te ofrezco: renovar la consagración de nuestra familia a ti, como hicimos el día 27, repitiendo la fórmula del papa Juan Pablo II.
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