jueves, 27 de diciembre de 2018

RELIQUIA DE SAN JOSELITO RECORRERÁ MÉXICO ANTES DE IR A JMJ PANAMÁ 2019


Reliquia de San Joselito recorrerá México antes de ir a JMJ Panamá 2019
Redacción ACI Prensa
San José Sánchez del Río.




Una reliquia de primer grado de San José Sánchez del Río, a quien se conoce comúnmente como San Joselito, mártir de la persecución religiosa en México a inicios del siglo XX, recorrerá el país antes de ser llevada a Panamá para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) 2019.

El llamado “Camino de la Fidelidad” de la reliquia comienza este miércoles 26 de diciembre, con la Misa de envío en la Parroquia Santiago Apóstol de Sahuayo, la ciudad natal de San Joselito en el estado Michoacán.

En los días siguientes, la Red San José Sánchez del Río llevará la reliquia del santo mexicano por Guadalajara, León, Guanajuato Capital, Morelia, Celaya, Querétaro, Toluca, Tlalnepantla, Ciudad de México, Nezahualcóyotl, Texcoco, Puebla, Xalapa, Puerto de Veracruz, Campeche, Yucatán y Cancún.


Culminado el recorrido en México, la reliquia será trasladada a Panamá, donde permanecerá del 22 al 27 de enero de 2019.

San José Sánchez del Río y San Juan Diego, el vidente de la Virgen de Guadalupe, son los santos mexicanos que figuran entre los patronos de la JMJ Panamá 2019.

La Red San José Sánchez del Río explicó en un comunicado que el objetivo de esta peregrinación “es promover entre adolescentes y jóvenes la vida y testimonio” del santo mexicano.


Con solo 15 años, destacaron los integrantes de la red, San José Sánchez del Río “sobrepuso sus valores frente a una situación concreta que vulneraba sus derechos como católico y ciudadano: la persecución religiosa en México, en la que se veía violentado el derecho humano a la libertad religiosa y de conciencia”.

“El entorno actual nos presenta grandes retos, y para sacarlos adelante necesitamos ejemplos y motivaciones que nos ayuden a fortalecer el carácter, desarrollar valores y tener ideales, actividades que suelen ser fermento de auténticos liderazgos cristianos que se proyectan en los diversos campos de la vida social: estudiantiles, universitarios, políticos, económicos, religiosos y culturales”, añadieron.

Más información AQUÍ.

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 27 DE DICIEMBRE 2018


Lecturas de hoy San Juan. Apóstol y evangelista
Hoy, jueves, 27 de diciembre de 2018



Primera lectura
Comienzo de la primera carta del apóstol san Juan (1,1-4):

Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos: la Palabra de la vida (pues la vida se hizo visible), nosotros la hemos visto, os damos testimonio y os anunciamos la vida eterna que estaba con el Padre y se nos manifestó. Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis unidos con nosotros en esa unión que tenemos con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos esto, para que nuestra alegría sea completa.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 96,1-2.5-6.11-12

R/. Alegraos, justos, con el Señor

El Señor reina, la tierra goza, 
se alegran las islas innumerables. 
Tiniebla y nube lo rodean, 
justicia y derecho sostienen su trono. R/.

Los montes se derriten como cera 
ante el dueño de toda la tierra; 
los cielos pregonan su justicia, 
y todos los pueblos contemplan su gloria. R/.

Amanece la luz para el justo, 
y la alegría para los rectos de corazón. 
Alegraos, justos, con el Señor, 
celebrad su santo nombre. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (20,2-8):

El primer día de la semana, María Magdalena echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy jueves, 27 de diciembre de 2018
José María Vegas, cmf


Testigos de lo que hemos visto y oído

Martirio significa testimonio, y ese testimonio puede exigir en ocasiones el sacrificio de la propia vida. Pero esta forma de testimonio extremo no es lo frecuente. Y, sin embargo, el cristiano, que ha reconocido la presencia del Mesías en el niño nacido en Belén, tiene que estar siempre dispuesto a llegar a ese extremo. El discípulo amado, que la tradición ha identificado con el evangelista San Juan, nos enseña un camino de testimonio radical, que no llega al derramamiento de sangre, pero que no implica una entrega menor de la propia vida. El ver, oír y palpar con las propias manos indican una extraordinaria cercanía a Cristo. Y se trata de un ver, oír y palpar la Palabra que se ha hecho carne. El primer paso para poder dar un testimonio vital y radical es acercarse a esa Palabra, escucharla, contemplarla y ponerla en práctica. Son formas de oír, ver y tocar que están al alcance de todos nosotros, no sólo de lo que convivieron con el Jesús histórico. Haciéndolo así nos unimos, por medio de la tradición de toda la Iglesia, a los discípulos de primera hora, y participamos plenamente en su alegría. Se trata de la alegría de la Resurrección. Como aquellos primeros discípulos, oímos el testimonio de María Magdalena, corremos al sepulcro y somos capaces de ver en los signos de muerte el triunfo de la vida, de palpar, gracias a la fe, la victoria de la Resurrección.

Y así, los que hemos visto, oído y palpado no podemos no transmitirlo con palabras y con el testimonio de nuestra vida. El que da testimonio hoy es el discípulo amado, cuya identidad cierta sigue siendo un misterio. Pero ello nos permite a cada uno de nosotros ponernos en el lugar del discípulo amado, porque ¿qué hemos visto, oído y palpado, sino la manifestación del extremos amor de Dios, que se ha encarnado en la humanidad de Cristo, nacido en Belén, y ha entregado su vida en la cruz y resucitado para la salvación de todos?

Saludos cordiales, 
José M. Vegas CMF

SANTORAL DE HOY JUEVES 27 DE DICIEMBRE 2018

Loreta o Lorena Fusconi,  BeataLoreta o Lorena Fusconi, Beata
Religiosa, 27 de diciembre
Odoardo Focherini, BeatoOdoardo Focherini, Beato
Martir Laico, 27 de diciembre
Sara Salkahazi, BeataSara Salkahazi, Beata
Religiosa y Mártir, 27 de iciembre
José María Corbín Ferrer, BeatoJosé María Corbín Ferrer, Beato
Mártir de Valencia, 27 Diciembre
Francisco Spoto, BeatoFrancisco Spoto, Beato
Sacerdote y Mártir, 27 Diciembre
Alfredo Parte, BeatoAlfredo Parte, Beato
Mártir Escolapio, 27 Diciembre
Fabiola de Roma, SantaFabiola de Roma, Santa
Matrona romana, 27 de diciembre
Juan, SantoJuan, Santo
Fiesta Litúrgica, 27 de diciembre

BUENOS DÍAS









miércoles, 26 de diciembre de 2018

SANTORAL DE HOY MIÉRCOLES 26 DE DICIEMBRE 2018

Segundo Pollo, BeatoSegundo Pollo, Beato
Sacerdote, 26 de diciembre
Dionisio, SantoDionisio, Santo
XXV Papa, 26 de Diciembre
Zósimo, SantoZósimo, Santo
XLI Papa, 26 Diciembre
Vicenta María López y Vicuña, SantaVicenta María López y Vicuña, Santa
Fundadora, Diciembre 26
Esteban, SantoEsteban, Santo
Fiesta Litúrgica, 26 de diciembre

SAN ESTEBAN, 26 DE DICIEMBRE, PRIMER MÁRTIR Y DIÁCONO DE LA IGLESIA


San Esteban
Diácono y Primer Mártir de la Iglesia


Por: Redacción | Fuente: PrimerosCristianos.com 




Esteban fue un hombre extraordinario, lleno de fe y del Espíritu Santo, amado y estimado por todos los miembros de la comunidad cristiana. Su predicación tuvo gran aceptación y las conversiones se multiplicaban. La gente acudía a oírlo, dejaba la sinagoga y se añadía al grupo de los que creían en Jesús. Esteban, cuyo nombre significa “coronado”, es conocido como el “protomártir”, al ser el primer hombre que derramó su sangre por su fe en Jesucristo.

Llegó a ser uno de los hombres en los que más se pudieron apoyar los apóstoles  para difundir su mensaje. Según podemos ver en los Hechos de los Apóstoles, la aparición de Esteban y de los otros diáconos en la vida pública de Jerusalén llegó cuando viudas y pobres que no eran israelitas se quejaron porque las ayudas eran destinadas a los propios israelitas antes que a los extranjeros. En ese momento, los apóstoles argumentaron que ellos no podían hacer frente a esa clase de conflictos porque estarían dejando de lado su misión de difundir el mensaje divino. Por ello, dieron la oportunidad de elegir a siete hombres justos que se encargaran de repartir las ayudas entre los pobres. Los mismos ciudadanos eligieron a los siete hombres justos, entre los que se encontraba Esteban. Estos hombres fueron presentados a los apóstoles y ordenados diáconos.

La labor de Esteban empezó a hacerse patente cuando los judíos venidos de otros países entablaban conversaciones con él, no pudiendo resistir la sabiduría que salía de sus palabras, inspiradas por el Espíritu Santo. Los de la sinagoga de los Libertos le llevaron delante del Sanedrín, presentando testigos falsos y acusándole de afirmar que Jesucristo iba a destruir el templo y poner fin a las leyes de Moisés.

Esteban pronunció un discurso ante el los miembros del Sanedrín en el que fue repasando la historia del pueblo de Israel, echándoles en cara a los judíos su eterna oposición a los profetas y enviados de Dios, llegando incluso a matar al más importantes de todos ellos, el Redentor Jesucristo. Oyendo esto, los miembros del Sanedrín se enfurecieron. Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró fijamente al cielo exclamando: “Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre en pie a la derecha de Dios”. En ese momento, los que le escuchaban se taparon los oídos y se lanzaron contra él.

Lo sacan entre gritos y empujones fuera de las murallas; los verdugos, tras quitarse sus mantos y dárselos a un joven llamado Saulo, se disponen a lanzar piedras contra el cuerpo del primer mártir cristiano.

Esteban se hinca de rodillas y con los ojos hacia el Monte de los Olivos, donde un año o dos antes subió Jesús a los cielos, ruega a Él por los que le van a dar muerte, exclamando cuando siente los primeros golpes: “Domine Iesu, suscipe spiritum meum, Señor Jesús, recibe mi espíritu”.

Cayó su cuerpo bañado en sangre. El perdón de los enemigos, la caridad cristiana que abraza a todos los hombres, el mandato del amor había arraigado bien en el corazón de la Iglesia. El primer mártir cristiano moría perdonando a sus verdugos, tal y como lo había hecho Jesucristo en lo alto de la cruz.

Esta mansedumbre y caridad cristiana es la nota distintiva de la plenitud de San Esteban. Estaba lleno de gracia, sabiduría y de poder sobrenatural, pero sobre todo estaba lleno de amor, tenía un corazón formado en la escuela de Cristo.

El odio contra Esteban y Jesús, recogido en el corazón más grande que allí había presente, el único en que cabía, se iba a convertir en amor. Saulo, el fariseo, será muy pronto Pablo, el siervo de Cristo. La mejor corona de Esteban será la conversión de Saulo, que ahora guarda los vestidos de los verdugos, y que se va a convertir en el Apóstol, en el medio elegido por Dios para dar a conocer la doctrina de su Hijo.

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 26 DE DICIEMBRE 2018

Lecturas de hoy San Esteban
Hoy, miércoles, 26 de diciembre de 2018


Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (6,8-10;7,54-60):

En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba. Oyendo estas palabras, se recomían por dentro y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo: «Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios.»
Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos, dejando sus capas a los pies de un joven llamado Saulo, se pusieron también a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación: «Señor Jesús, recibe mi espíritu.»
Luego, cayendo de rodillas, lanzó un grito: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado.»
Y, con estas palabras, expiró.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 30,3cd-4.6 y Sab 16bc-17

R/. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu

Sé la roca de mi refugio, 
un baluarte donde me salve, 
tú que eres mi roca y mi baluarte; 
por tu nombre dirigeme y guíame. R/.

A tus manos encomiendo mi espíritu: 
tú, el Dios leal, me librarás. 
Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. 
Te has fijado en mi aflicción. R/.

Líbrame de los enemigos que me persiguen; 
haz brillar tu rostro sobre tu siervo, 
sálvame por tu misericordia. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,17-22):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «No os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán. Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 26 de diciembre de 2018


José María Vegas, cmf
Perseverar en la dificultad

La liturgia nos recuerda con crudeza que el mundo en el que ha nacido el hijo de María, el Hijo de Dios, es un mundo hostil, en el que dominan fuerzas mortíferas, que consideran que hacen un bien eliminando a los enemigos, matando a los oponentes. San Esteban, el protomártir, ve cómo se le arrebata la vida por dar testimonio del Dios hecho carne en el hombre de Nazaret, en el niño nacido en Belén, que contemplábamos ayer. Los ángeles cantan, los pastores adoran, pero también se organizan fuerzas siniestras que quieren acallar la Palabra que nos habla, nos llama, nos cura y nos salva en un lenguaje que podemos entender. El martirio de Esteban es un reflejo de la Pasión de Cristo: “Si el mundo os odia, sabed que antes me ha odiado a mí” (Jn 15, 16). No es fácil comprender ese odio al que habla palabras de amor y perdón, y pasa haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo (cf. Hch 10, 38).

Pero el recuerdo de este reflejo de la Pasión no pretende empañar el misterio de la Navidad ni oscurecer su luz. Al contrario, nos recuerda el sentido profundo de este nacimiento: “Si alguno pregunta por el misterio se sentirá llevado a afirmar más bien, que no fue su muerte una consecuencia de su nacimiento, sino que él nació para poder morir” (S. Gregorio Nacianceno). Jesús ha nacido para comunicarnos la vida de Dios, que es el amor, es decir, para dar su vida por amor. Y es este amor la luz que ilumina la noche de la humanidad, la oscuridad del odio. Al recordar el martirio de San Esteban, la liturgia nos avisa de que acoger al niño nacido en Belén significa en definitiva asumir su mismo modo de vida: tratar de hacer de nuestra vida una entrega por amor. Y esto puede, extrañamente, atraernos el odio de este mundo. Pero no hay que temer: esto será ocasión para dar testimonio ante el mundo de ese mismo amor, de perseverar, a pesar de los pesares, en esa voluntad de amar hasta el final. 

Saludos cordiales, 
José M. Vegas CMF

BIENVENIDOS!!






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