sábado, 3 de noviembre de 2018

SANTORAL CATÓLICO DE HOY SÁBADO 3 NOVIEMBRE 2018

Manuel Lozano Garrido (Lolo), BeatoManuel Lozano Garrido (Lolo), Beato
Laico, 3 de noviembre
Lorenzo Moreno Nicolás, BeatoLorenzo Moreno Nicolás, Beato
Sacerdote y Mártir, 3 de noviembre
Simón Ballachi, BeatoSimón Ballachi, Beato
Dominico, 3 Noviembre
Silvia de Roma, SantaSilvia de Roma, Santa
Laica, 3 de noviembre
Gwenfrewi o Winfred de Gales, SantaGwenfrewi o Winfred de Gales, Santa
Virgen y Mártir, 3 Noviembre
Martín de Porres, SantoMartín de Porres, Santo
Memoria litúrgica, 3 de noviembre

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 3 NOVIEMBRE 2018

Aprende a ser humilde
Santo Evangelio según San Lucas 14, 1. 7-11. Sábado XXX de Tiempo Ordinario.


Por: H. César Yali Molina Flores, L.C. | Fuente: missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, concédeme la fortaleza para aprender a ser humilde.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Lucas 14, 1. 7-11
Un sábado, Jesús fue a comer en casa de uno de los jefes de los fariseos, y éstos estaban espiándolo. Mirando cómo los convidados escogían los primeros lugares, les dijo esta parábola:
"Cuando te inviten a un banquete de bodas, no te sientes en el lugar principal, no sea que haya algún otro invitado más importante que tú, y el que los invitó a los dos venga a decirte: ‘Déjale el lugar a éste’, y tengas que ir a ocupar, lleno de vergüenza, el último asiento. Por el contrario, cuando te inviten, ocupa el último lugar, para que, cuando venga el que te invitó, te diga: ‘Amigo, acércate a la cabecera’. Entonces te verás honrado en presencia de todos los convidados. Porque el que se engrandece a sí mismo, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
El Evangelio de hoy te invita a crecer y vivir en humildad. Es una invitación difícil de seguir ante el egoísmo, la independencia e individualidad que se propone como ideal de vida y la falsa idea de súper hombre que puede hacer todo y que no necesita de nadie; sin embargo, Jesús te ofrece lo contrario,que vivas una vida humilde; que sepas reconocer tus límites y también tus virtudes, aceptándote como persona y reconociendo en el otro a alguien que te puede ayudar y a quien puedes ayudar.
En definitiva, te invita a salir del yo y que aprendas a construir un nosotros. Dado que todos, en algún momento, tomamos decisiones poco acertadas, necesitas aprender a vivir humildemente, no juzgando, y sabiéndote necesitado del otro, así como el otro necesita de ti, especialmente en el ámbito familiar y en el círculo de amigos.
Que san José, la Virgen María y san Martín de Porres te guíen por el camino de la humildad para que, a ejemplo de ellos, aprendas y vivas santamente.
Él se dirige a los humildes, a los pequeños, a los pobres, a los necesitados porque Él mismo se hizo pequeño y humilde. Comprende a los pobres y los que sufren porque Él mismo es pobre y conoce el dolor. Para salvar a la humanidad Jesús no ha recorrido un camino fácil; el contrario, su camino ha sido doloroso y difícil...
(Homilía de S.S. Francisco, 14 de septiembre de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
En silencio, aceptaré con humildad las correcciones que me hagan.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

BIENVENIDOS




viernes, 2 de noviembre de 2018

DÍA DE LOS FIELES DIFUNTOS, 2 NOVIEMBRE


Hoy la Iglesia Católica conmemora a los Fieles Difuntos
Redacción ACI Prensa




“El recuerdo de los difuntos, el cuidado de los sepulcros y los sufragios son testimonios de confiada esperanza, arraigada en la certeza de que la muerte no es la última palabra sobre la suerte humana, puesto que el hombre está destinado a una vida sin límites, cuya raíz y realización están en Dios”, afirmó el Papa Francisco en 2014.

Cada 2 de noviembre, día que se conmemora a los Fieles Difuntos, miles de personas en todo el mundo visitan las tumbas de sus seres queridos que pasaron a la otra vida y la Iglesia eleva oraciones y ofrece sacrificios por su eterno descanso.


El alma de la persona fallecida puede ir al cielo, al infierno o al purgatorio. Si va al purgatorio quiere decir que aún necesita purificarse, pero su destino será, en algún momento, el cielo.

Por ello los creyentes en la tierra pueden ayudar a las almas del purgatorio con las oraciones, la limosna, y sobre todo cor el sacrificio de la Santa Misa para que puedan ir más pronto al cielo.

JACULATORIAS POR NUESTROS FIELES DIFUNTOS










LECTURAS DE HOY CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS, 2 NOVIEMBRE


Lecturas de hoy Conmemoración de los fieles difuntos
Hoy, viernes, 2 de noviembre de 2018



Primera lectura
Lectura del libro de las Lamentaciones (3,17-26):

Me han arrancado la paz, y ni me acuerdo de la dicha; me digo: «Se me acabaron las fuerzas y mi esperanza en el Señor.» Fíjate en mi aflicción y en mi amargura, en la hiel que me envenena; no hago más que pensar en ello y estoy abatido. Pero hay algo que traigo a la memoria y me da esperanza: que la misericordia del Señor no termina y no se acaba su compasión: antes bien, se renuevan cada mañana: ¡qué grande es tu fidelidad! El Señor es mi lote, me digo, y espero en él. El Señor es bueno para los que en él esperan y lo buscan; es bueno esperar en silencio la salvación del Señor.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 129,1-2.3-4.5-6.7-8

R/. Desde lo hondo a ti grito, Señor

Desde lo hondo a ti grito, Señor; 
Señor, escucha mi voz; 
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R/.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón
y así infundes respeto. R/.

Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra; 
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora. R/.

Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora; 
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa. R/.

Y él redimirá a Israel 
de todos sus delitos. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (14,1-6):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.» 
Tomás le dice: «Señor, no sabemos adonde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
Jesús le responde: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre sino por mí.»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy viernes, 2 de noviembre de 2018
 Pedro Belderrain, cmf


Queridos hermanos:

Se repite con frecuencia (y es verdad) que muchas personas (que incluso muchos creyentes) confundimos las celebraciones del 1 y el 2 de noviembre. Es posible. Pero quizá una de las causas está en que no se distinguen tanto como a veces se piensa.

Está claro que en la solemnidad de ayer evocamos existencias bienaventuradas, felices, ejemplares, dignas de elogio e imitación. Y también que no todos nuestros difuntos fueron así. Ahí están la realidad del pecado, del odio, del rechazo a las propuestas de Dios, del Mal. Pero también están la Gracia y la misericordia de Dios.

En los últimos años de los 80 y primeros de los 90 tuve la gracia (porque fue toda una gracia) de compartir ratos y experiencias con uno de los mejores teólogos que España y Europa dieron en esas décadas: el sacerdote asturiano Juan Luis Ruiz de la Peña. Aún recuerdo su desasosiego ante uno de los borradores de lo que al final no fue el Catecismo: “¡pero si habla más del infierno que del cielo!”.

Aquel planteamiento no pasó al texto final. Y Juan Luis -que amaba entrañablemente a la Iglesia- respiró. Claro que tenemos que hablar del pecado, de la seriedad de la vida, de la posibilidad de condenarse, del sentido de lo que durante siglos hemos llamado purgatorio. Pero sin olvidar nunca que Jesús el Cristo habló en la sinagoga de Nazaret “del año de gracia del Señor” pero no “del día de la venganza de nuestro Dios” (cf. Lc 4, 19). Dice un proverbio oriental que cuando el sabio señala la luna con el dedo los necios se quedan mirando al dedo. Tengo la sensación de que algo de esto nos ha pasado: miremos la luna, que a ningún difunto le falte nuestra oración y a ningún vivo nuestra caridad (¡qué no es cosa de amar sólo a la gente cuando se ha muerto!...).

SANTORAL DE HOY VIERNES 2 NOVIEMBRE 2018

Malaquías de Armagh, SantoMalaquías de Armagh, Santo
Obispo, 2 de noviembre
Marciano de Siria, SantoMarciano de Siria, Santo
Ermitaño, 2 Noviembre
Acindino y compañeros, SantosAcindino y compañeros, Santos
Mártires de Persia, 2 Noviembre
Pío de San Luis Campidelli, BeatoPío de San Luis Campidelli, Beato
Religioso Pasionista, 2 Noviembre
Margarita de Lorena, BeataMargarita de Lorena, Beata
Religiosa, 2 de noviembre
Fieles difuntosFieles difuntos
Memoria litúrgica, 2 de noviembre

DÍA DE LOS FIELES DIFUNTOS, 2 NOVIEMBRE








jueves, 1 de noviembre de 2018

SER SANTO ES UN DON Y REGALO DE DIOS



Ser santo es un don y regalo de Dios
Todos los cristianos estamos llamados a la santidad......si ¡todos!


Por: P. Juan Carlos Ortega Rodríguez | Fuente: Catholic.net 






"Todas tenemos ya una aureola sobre nuestra cabeza", me comentó, con cierta ironía, una señora después de un retiro espiritual en el que invité a un grupo de madres de familia a ser santas. Con sus esposos me fue más o menos igual: "¿No cree usted, padre, que eso de la santidad es una palabra demasiada pía?", me dijo uno de ellos. ¿Qué opina usted, querido lector?

¿Quieres ser santo? Veamos qué nos dice el Papa:

La Iglesia vive "un confiado optimismo, aunque sin minusvalorar los problemas. No nos satisface ciertamente -afirma el Papa - la ingenua convicción de que haya un fórmula mágica para los grandes desafíos de nuestro tiempo. No, no será un fórmula lo que nos salve, pero sí una Persona y la certeza que ella nos infunde: ¡Yo estoy con vosotros!".


"¿Qué hemos de hacer?", nos pregunta el Papa al mismo tiempo que ofrece la respuesta: "En primer lugar, no dudo en decir que la perspectiva en la que debe situarse el camino pastoral es el de la santidad" . Sus palabras son claras y lo afirma sin dudar: todo trabajo pastoral debe buscar la santidad. Ya sé lo que usted está pensando. También el Santo Padre lo sabe. Por ello, te dice: "Es un compromiso que no afecta sólo a algunos cristianos: Todos los cristianos, de cualquier clase o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección del amor". ¿Te convences? El Papa no se refiere solamente al sacerdote de tu parroquia o a la monjita del colegio de tu hija. Se refiere a ti. Sí, a ti, no dudes: tú debes ser santo.

"Nosotros también somos Iglesia" es una frase que muchos repiten, por desgracia, para opinar en contra del Vicario de Cristo y de los obispos.

De acuerdo, somos Iglesia. Por ella, Cristo "se entregó, precisamente para santificarla. Este don de santidad, por así decir, objetiva, se da a cada bautizado". El gran privilegio de ser Iglesia no es el poder opinar sino el poder llegar a ser santo como la Iglesia es santa.

Quizás conoces una película muy famosa hace unos años: "El soldado Ryan". Un grupo de militares recibieron la misión de sacar de la línea de fuego de una batalla a un soldado llamado Ryan. Después de muchas peripecias que costó la muerte a algunos de los militares, lo encontraron pero el bueno de Ryan no quería dejar la batalla. Entonces el jefe de la expedición le incriminó: "¿eres consciente de lo que ha costado encontrarte y salvarte la vida?" Jesucristo nos podría interpelar del mismo modo: "¿eres consciente que lo que me ha costado darte la posibilidad de ser santo y salvarte como para que ahora no quieras aceptarlo?"

En realidad ser santo es, primero de todo, un don y regalo de Dios.

Pero también es "un compromiso que ha de dirigir toda la vida cristiana". En efecto, al momento de bautizar la pregunta "¿quieres recibir el Bautismo?, significa al mismo tiempo preguntarle, ¿quieres ser santo? Significa ponerle en el camino del Sermón de la Montaña: sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial". Desde ese momento, si queremos ser coherentes, en todas las acciones de la vida diaria debemos buscar ser santos, pues "sería un contrasentido contentarse con una vida mediocre, vivida según una ética minimalista y una religiosidad superficial".

Y el Papa vuelve a recalcar: "este ideal de perfección no ha de ser malentendido, como si implicase una especie de vida extraordinaria, practicable sólo por algunos genios de la santidad. Es el momento de proponer de nuevo a todos con convicción este alto grado de la vida cristiana ordinaria".

Después de leer las palabras del Santo Padre, te propongo nuevamente la pregunta del inicio: ¿quieres ser santo?

FELIZ SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, 1 NOVIEMBRE


¡Feliz Solemnidad de Todos los Santos!
Redacción ACI Prensa





El 1 de noviembre la Iglesia Católica se llena de alegría al celebrar la Solemnidad de Todos los Santos, tanto aquellos conocidos como los desconocidos, que con su vida son ejemplo de que sí es posible llegar al cielo.

“Hoy nosotros estamos inmersos con el espíritu entre esta muchedumbre innumerable de santos, de salvados, los cuales, a partir del justo Abel, hasta el que quizá está muriendo en este momento en alguna parte del mundo, nos rodean, nos animan, y cantan todos juntos un poderoso himno de gloria”, decía San Juan Pablo II un primero de noviembre de 1980.


Esta celebración tuvo sus orígenes por el siglo IV debido a la gran cantidad de mártires en la Iglesia. Más adelante el 13 de mayo del 610 el Papa Bonifacio IV dedica el Panteón romano al culto cristiano, colocando de titulares a la Bienaventurada Madre de Dios y a todos los mártires. Es así que se les empieza a festejar en esta fecha.

Posteriormente el Papa Gregorio IV, en el siglo VII, trasladó la fiesta al 1 de noviembre, muy probablemente para contrarrestar la celebración pagana del “Samhain” o año nuevo celta (en la actualidad Halloween) que se celebra la noche del 31 de octubre.

En el 2013 el Papa Francisco, ante una gran multitud de gente, exhortó: “Dios te dice: no tengas miedo de la santidad, no tengas miedo de apuntar alto, de dejarte amar y purificar por Dios, no tengas miedo de dejarte guiar por el Espíritu Santo. Dejémonos contagiar por la santidad de Dios”.

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 1 NOVIEMBRE 2018, DÍA DE TODOS LOS SANTOS


Lecturas de hoy Todos los Santos
Hoy, jueves, 1 de noviembre de 2018



Primera lectura
Lectura del libro del Apocalipsis (7,2-4.9-14):

Yo, Juan, vi a otro Ángel que subía del Oriente y tenía el sello de Dios vivo; y gritó con fuerte voz a los cuatro Ángeles a quienes había encomendado causar daño a la tierra y al mar: «No causéis daño ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que marquemos con el sello la frente de los siervos de nuestro Dios.» 
Y oí el número de los marcados con el sello: ciento cuarenta y cuatro mil sellados, de todas las tribus de los hijos de Israel. Después miré y había una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. 
Y gritan con fuerte voz: «La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.»
Y todos los Ángeles que estaban en pie alrededor del trono de los Ancianos y de los cuatro Vivientes, se postraron delante del trono, rostro en tierra, y adoraron a Dios diciendo: «Amén, alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza, a nuestro Dios por los siglos de los siglos, amén.»
Uno de los Ancianos tomó la palabra y me dijo: «Esos que están vestidos con vestiduras blancas quiénes son y de dónde han venido?»
Yo le respondí: «Señor mío, tú lo sabrás.»
Me respondió: «Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la Sangre del Cordero.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 23,1-2.3-4ab.5-6

R/. Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor 

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R/.

Quién puede subir al monte del Señor?
Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R/.

Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R/.


Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3,1-3):

Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él porque le veremos tal cual es. Todo el que tiene esta esperanza en él se purificará a sí mismo, como él es puro. 

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,1-12):

Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.» 

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy jueves, 1 de noviembre de 2018
 Pedro Belderrain, cmf


Queridos hermanos:

Hay sentimientos que es difícil controlar. Y tampoco está muy claro que haya que hacerlo. A muchos seres humanos nos embargan sentimientos especiales en ciertas fechas del año.  En ellas el recuerdo de aquellos a quienes hemos querido y ya han dejado este mundo cobra una intensidad especial y retornan cierta tristeza y el deseo de haber compartido más con ellos. Se dice que el paso del tiempo cura determinadas penas; pero estas sensaciones vuelven y vuelven, incluso a quienes nos tenemos por discípulos del Resucitado. A veces se cuestiona que los que tenemos fe podamos compartir esas tristezas, pero es algo bien comprensible: hay sentimientos que no son sino la muestra del amor que hubo, ha habido y hay (y pocas cosas son más ‘cristianas’ que estas).

En muchos países una de esas fechas son los primeros días de noviembre. El recuerdo a los difuntos y la visita a los cementerios avivan la densidad de una ausencia o -mejor dicho- de otros modos de presencia. Por eso son tan hermosos la Fiesta de Todos los Santos y el hecho de que la Iglesia haya querido reconocer y recordar a todos aquellos hombres y mujeres que sin haber sido canonizados pasaron su vida -como el Señor- haciendo el bien.

Nada tiene desperdicio en la liturgia de hoy: ni la primera lectura, ni el salmo, ni el evangelio, ni el prefacio de la solemnidad: hacia esa Jerusalén celeste nos encaminamos, aunque peregrinos en país extraño, alegres, “gozosos por la gloria de los mejores hijos de la Iglesia”. No tengan miedo de emocionarse; también se puede llorar de alegría. Demos gracias al Padre por habernos rodeado de tanta gente bienaventurada que sin llamar la atención -o precisamente por eso- era tan especial.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...