domingo, 20 de mayo de 2018

LA FIESTA DE PENTECOSTÉS - DOMINGO 20 MAYO 2018


La Fiesta de Pentecostés


Por: Redacción | Fuente: aciprensa.com y iglesia.cl 




“Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo”.
Hechos de los Apóstoles 2, 1-5


Fiesta de Pentecostés

Originalmente se denominaba “fiesta de las semanas” y tenía lugar siete semanas después de la fiesta de los primeros frutos (Lv 23 15-21; Dt 169). Siete semanas son cincuenta días; de ahí el nombre de Pentecostés (= cincuenta) que recibió más tarde. Según Ex 34 22 se celebraba al término de la cosecha de la cebada y antes de comenzar la del trigo; era una fiesta movible pues dependía de cuándo llegaba cada año la cosecha a su sazón, pero tendría lugar casi siempre durante el mes judío de Siván, equivalente a nuestro Mayo/Junio. En su origen tenía un sentido fundamental de acción de gracias por la cosecha recogida, pero pronto se le añadió un sentido histórico: se celebraba en esta fiesta el hecho de la alianza y el don de la ley.

En el marco de esta fiesta judía, el libro de los Hechos coloca la efusión del Espíritu Santo sobre los apóstoles (Hch 2 1.4). A partir de este acontecimiento, Pentecostés se convierte también en fiesta cristiana de primera categoría (Hch 20 16; 1 Cor 168).


¿Quién es el Espíritu Santo?

Según el Catecismo de la Iglesia Católica, el Espíritu Santo es la "Tercera Persona de la Santísima Trinidad". Es decir, habiendo un sólo Dios, existen en Él tres personas distinas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta verdad ha sido revelada por Jesús en su Evangelio.

El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo de la historia hasta su consumación, pero es en los últimos tiempos, inaugurados con la Encarnación, cuando el Espíritu se revela y nos es dado, cuando es reconocido y acogido como persona. El Señor Jesús nos lo presenta y se refiere a Él no como una potencia impersonal, sino como una Persona diferente, con un obrar propio y un carácter personal.


El Espíritu Santo, el don de Dios

"Dios es Amor" (Jn 4,8-16) y el Amor que es el primer don, contiene todos los demás. Este amor "Dios lo ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado". (Rom 5,5).

Puesto que hemos muerto, o al menos, hemos sido heridos por el pecado, el primer efecto del don del Amor es la remisión de nuestros pecados. La Comunión con el Espíritu Santo, "La gracia del Señor Jesucristo, y la caridad de Dios, y la comunicación del Espíritu Santo sean con todos vosotros." 2 Co 13,13; es la que, en la Iglesia, vuelve a dar a los bautizados la semejanza divina perdida por el pecado. Por el Espíritu Santo nosotros podemos decir que "Jesús es el Señor ", es decir para entrar en contacto con Cisto es necesario haber sido atraído por el Espíritu Santo.

Mediante el Bautismo se nos da la gracia del nuevo nacimiento en Dios Padre por medio de su Hijo en el Espíritu Santo. Porque los que son portadores del Espíritu de Dios son conducidos al Hijo; pero el Hijo los presenta al Padre, y el Padre les concede la incorruptibilidad. Por tanto, sin el Espíritu no es posible ver al Hijo de Dios, y, sin el Hijo, nadie puede acercarse al Padre, porque el conocimiento del Padre es el Hijo, y el conocimiento del Hijo de Dios se logra por el Espíritu Santo.

Vida de fe. El Espíritu Santo con su gracia es el "primero" que nos despierta en la fe y nos inicia en la vida nueva. El es quien nos precede y despierta en nosotros la fe. Sin embargo, es el "último" en la revelación de las personas de la Santísima Trinidad.

El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo del Designio de nuestra salvación y hasta su consumación. Sólo en los "últimos tiempos", inaugurados con la Encarnación redentora del Hijo, es cuando el Espíritu se revela y se nos da, y se le reconoce y acoge como Persona.

El Paráclito. Palabra del griego "parakletos", que literalmente significa "aquel que es invocado", es por tanto el abogado, el mediador, el defensor, el consolador. Jesús nos presenta al Espíritu Santo diciendo: "El Padre os dará otro Paráclito" (Jn 14,16). El abogado defensor es aquel que, poniéndose de parte de los que son culpables debido a sus pecados, los defiende del castigo merecido, los salva del peligro de perder la vida y la salvación eterna. Esto es lo que ha realizado Cristo, y el Espíritu Santo es llamado "otro paráclito" porque continúa haciendo operante la redención con la que Cristo nos ha librado del pecado y de la muerte eterna.

Espíritu de la Verdad: Jesús afirma de sí mismo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Jn 14,6). Y al prometer al Espíritu Santo en aquel "discurso de despedida" con sus apóstoles en la Última Cena, dice que será quien después de su partida, mantendrá entre los discípulos la misma verdad que Él ha anunciado y revelado.

El Paráclito, es la verdad, como lo es Cristo. Los campos de acción en que actúa el Espíritu Santo, son el espíritu humano y la historia del mundo. La distinción entre la verdad y el error es el primer momento de dicha actuación.

Permanecer y obrar en la verdad es el problema esencial para los Apóstoles y para los discípulos de Cristo, desde los primeros años de la Iglesia hasta el final de los tiempos, y es el Espíritu Santo quien hace posible que la verdad a cerca de Dios, del hombre y de su destino, llegue hasta nuestros días sin alteraciones.


Símbolos

Al Espíritu Santo se le representa de diferentes formas:

Agua: El simbolismo del agua es significativo de la acción del Espíritu Santo en el Bautismo, ya que el agua se convierte en el signo sacramental del nuevo nacimiento.

Unción: Simboliza la fuerza. La unción con el óleo es sinónima del Espíritu Santo. En el sacramento de la Confirmación se unge al confirmado para prepararlo a ser testigo de Cristo.

Fuego: Simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu.

Nube y luz: Símbolos inseparables en las manifestaciones del Espíritu Santo. Así desciende sobre la Virgen María para "cubrirla con su sombra". En el Monte Tabor, en la Transfiguración, el día de la Ascensión; aparece una sombra y una nube.

Sello: Es un símbolo cercano al de la unción. Indica el carácter indeleble de la unción del Espíritu en los sacramentos y hablan de la consagración del cristiano.

La Mano: Mediante la imposición de manos los Apóstoles y ahora los Obispos, trasmiten el "don del Espíritu".
La Paloma: En el Bautismo de Jesús, el Espíritu Santo aparece en forma de paloma y se posa sobre Él.


El Espíritu Santo y la vida cristiana

A partir del Bautismo, el Espíritu divino habita en el cristiano como en su templo. Gracias a la fuerza del Espíritu que habita en nosotros, el Padre y el Hijo vienen también a habitar en cada uno de nosotros.

El don del Espíritu Santo es el que:

- nos eleva y asimila a Dios en nuestro ser y en nuestro obrar;

- nos permite conocerlo y amarlo;

- hace que nos abramos a las divinas personas y que se queden en nosotros.
La vida del cristiano es una existencia espiritual, una vida animada y guiada por el Espíritu hacia la santidad o perfección de la caridad. Gracias al Espíritu Santo y guiado por Él, el cristiano tiene la fuerza necesaria para luchar contra todo lo que se opone a la voluntad de Dios.



Dones

Para que el cristiano pueda luchar, el Espíritu Santo le regala sus siete dones, que son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu. Estos dones son:

Don de Ciencia: es el don del Espíritu Santo que nos permite acceder al conocimiento. Es la luz invocada por el cristiano para sostener la fe del bautismo.

Don de consejo: saber decidir con acierto, aconsejar a los otros fácilmente y en el momento necesario conforme a la voluntad de Dios.

Don de Fortaleza: es el don que el Espíritu Santo concede al fiel, ayuda en la perseverancia, es una fuerza sobrenatural.

Don de Inteligencia: es el del Espíritu Santo que nos lleva al camino de la contemplación, camino para acercarse a Dios.

Don de Piedad: el corazón del cristiano no debe ser ni frío ni indiferente. El calor en la fe y el cumplimiento del bien es el don de la piedad, que el Espíritu Santo derrama en las almas.

Don de Sabiduría: es concedido por el Espíritu Santo que nos permite apreciar lo que vemos, lo que presentimos de la obra divina.

Don de Temor: es el don que nos salva del orgullo, sabiendo que lo debemos todo a la misericordia divina.



Por otro lado, los frutos del Espíritu Santo son:

Caridad.
Gozo.
Paz.
Paciencia.
Longanimidad.
Bondad.
Benignidad.
Mansedumbre.
Fe.
Modestia.
Continencia.
Castidad.

SANTORAL DE HOY DOMINGO 20 MAYO 2018

Lidia de Tiatira, SantaLidia de Tiatira, Santa
Comerciante, 20 de mayo
Lucífero de Cagliari, SantoLucífero de Cagliari, Santo
Obispo, 20 de mayo
Luis Talamoni, BeatoLuis Talamoni, Beato
Sacerdote y Fundador, 20 de mayo
Josefa Stenmanns, BeataJosefa Stenmanns, Beata
Co-Fundadora, 20 de mayo
Arcángel Tadini, SantoArcángel Tadini, Santo
Sacerdote y Fundador, 20 de mayo
Bernardino de Siena, SantoBernardino de Siena, Santo
Memoria Litúrgica, 20 de mayo

FELIZ PENTECOSTÉS






sábado, 19 de mayo de 2018

LECTURAS BÍBLICAS DE PENTECOSTÉS, DOMINGO 20 MAYO 2018


Lecturas del Domingo de Pentecostés
Domingo, 20 de mayo de 2018



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (2,1-11):

AL cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse.
Residían entonces en Jerusalén judíos devotos venidos de todos los pueblos que hay bajo el cielo. Al oírse este ruido, acudió la multitud y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Estaban todos estupefactos y admirados, diciendo:
«¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos, elamitas y habitantes de Mesopotamia, de Judea y Capadocia, del Ponto y Asia, de Frigia y Panfilia, de Egipto y de la zona de Libia que limita con Cirene; hay ciudadanos romanos forasteros, tanto judíos como prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las grandezas de Dios en nuestra propia lengua».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 103,1ab.24ac.29bc-30.31.34

R/. Envía tu Espíritu, Señor, 
y repuebla la faz de la tierra

Bendice, alma mía, al Señor:
¡Dios mío, qué grande eres!
Cuántas son tus obras, Señor;
la tierra está llena de tus criaturas. R/.

Les retiras el aliento, y expiran
y vuelven a ser polvo;
envías tu espíritu, y los creas, 
y repueblas la faz de la tierra. R/.

Gloria a Dios para siempre,
goce el Señor con sus obras;
que le sea agradable mi poema,
y yo me alegraré con el Señor. R/.


Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,3b-7.12-13):

HERMANOS:
Nadie puede decir: «Jesús es Señor», sino por el Espíritu Santo.
Y hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común.
Pues, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.
Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

Palabra de Dios


Secuencia

Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequia,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.



Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-23):


AL anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio del domingo, 20 de mayo de 2018
Fernando Torres cmf



Como un viento fuerte

      Hay tres celebraciones claves en la liturgia cristiana, tres Pascuas en el sentido más original del término que alude al “paso” de Dios cerca de nosotros. La primera Pascua fue la de la noche de la liberación en Egipto. Entonces fue Dios el que con su presencia liberó al pueblo de la esclavitud. Desde entonces, la Pascua a) siempre habla de la cercanía de Dios y b) trae consecuencias liberadoras para la humanidad. En la liturgia cristiana esas tres Pascuas son: la Encarnación –Dios se hace hombre, se hace uno de nosotros–, la Resurrección –Dios rompe la condena del pecado que era la muerte y nos abre a una nueva y más plena vida–, y Pentecostés, que es la que celebramos en este domingo. 

      El Espíritu de Dios invade de repente nuestro mundo. En el libro de los Hechos se cuenta que el Espíritu se hizo presente como viento y como fuego. Viento y fuego son fenómenos naturales que, desatados a su propia dinámica, pueden llegar a ser amenazadores para la vida de la humanidad. En este día simbolizan una destrucción y un renacimiento. Como siempre que la persona es tocada por Dios se produce un auténtico “bautismo de fuego”, una real transformación. Algo muere en la persona y algo nace. Lo nuevo es diferente. Es consecuencia de la acción del Espíritu.

      El paso del Espíritu por sus vidas tuvo consecuencias inmediatas para los discípulos de Jesús. Si hasta entonces habían estado encerrados (en el evangelio de Juan se alude más de una vez a que se encerraban por miedo a los judíos), ahora abren las puertas y las ventanas. Aquel encerramiento denotaba una falta de comunicación total entre la primera comunidad de los seguidores de Jesús y el mundo que les rodeaba. Ahora la comunicación se produce con una abundancia y claridad tal que todos los que están en Jerusalén, todos los que entran en contacto con ellos, los entienden como si les hablasen en su propia lengua. 

      El Espíritu, pues, hace que los creyentes salgan al mundo, entren en diálogo y lleven a todos la buena nueva de la salvación. El Espíritu actúa en todos los miembros de la comunidad, les hace confesar sin miedo su fe. El Espíritu promueve diversos carismas (servicios, funciones) dentro de la comunidad pero, al mismo tiempo, les hace ser una sola comunidad al servicio de una única misión: llevar la paz al mundo, anunciar la buena nueva, predicar el perdón y la reconciliación. Hoy celebramos que el Espíritu sigue llegando a los corazones de todos los cristianos, que nos hace una sola familia con una misión: seguir anunciando en el mundo de hoy la buena nueva del Evangelio. Hoy sentimos de nuevo en nosotros la llama y el viento del Espíritu que nos libera y nos envía. Porque en el mundo muchos siguen esperando el anuncio de que Dios les ama como hijos. 



Para la reflexión

      ¿Me da miedo decir que soy cristiano o comportarme como tal en algunas situaciones? Si es verdad que el Espíritu llena mi corazón, ¿cómo me debería comportar? ¿cómo debería hablar para que todos conociesen el amor con que Dios nos ama? 

ESTA ES LA FECHA DE CANONIZACIÓN DE MONS. ROMERO Y PABLO VI


Esta es la fecha de canonización de Mons. Romero y Pablo VI
Redacción ACI Prensa
El Papa Pablo VI y Mons. Óscar Romero



El Vaticano confirmó que el Beato Pablo VI y Mons. Óscar Romero serán canonizados el domingo 14 de octubre en Roma durante del Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes y las vocaciones convocado por el Papa Francisco del 3 al 28 del mismo mes.

En un consistorio público para la canonización de beatos, el Pontífice también decretó esta fecha para la ceremonia de canonización de Francesco Spinelli, sacerdote fundador del Instituto de las Hermanas Adoratrices del Santísimo Sacramento; del sacerdote Vincenzo Romano, de María Caterina Kasper, fundadora del instituto de las Pobres Siervas de Jesucristo y de Nazaria Ignazia de Santa Teresa de Jesús.

El milagro de Pablo VI

La curación de una bebé en el vientre de su madre sería el milagro que permitiría la canonización de Pablo VI.

La protagonista del milagro es Amanda, una niña que nació el 25 de diciembre de 2014 a pesar de un difícil embarazo y del cual era difícil que sobreviviera, según afirmaban los médicos.


Ya en diciembre del año pasado el semanario de la Diócesis de Brescia, “La Voce del Popolo”, había adelantado información sobre esta curación.

“El milagro atribuido a la intercesión de Giovanni Battista Montini es acerca de la curación de un feto, en el quinto mes de embarazo”, el cual “en el 2014 fue aprobado”.

Según relató el semanario, “la madre en espera, de la provincia de Verona, estaba en riesgo de aborto por una patología que habría podido comprometer la vida del pequeño y de la madre”.

Sin embargo, a los pocos días de que Pablo VI fuera beatificado, la mamá fue a rezar al Santuario delle Grazie, en Brescia (Italia), un lugar a donde acuden los devotos del Papa Montini.

Así, sin que fuese posible una explicación médica, la niña nació el 25 de diciembre de 2014, gozando de buena salud.

Pablo VI fue beatificado por el Papa Francisco en octubre de 2014. Entre otras cosas, es reconocido por ser autor de la encíclica Humanae Vitae, un documento que marcó un hito en la defensa de la vida desde la concepción y cuya publicación cumple 50 años este 2018. 

El milagro de Óscar Romero

La curación inexplicable de una mujer embarazada es el milagro aprobado que permite declarar santo al entonces Arzobispo de San Salvador.

Se trata de una mujer salvadoreña con una enfermedad terminal y “condenada a morir”, pero que, sin embargo, sanó y dio a luz a un bebé sano.

En declaraciones a AP, Mons. Paglia relató que el esposo de la mujer comenzó a pedir la intercesión de Mons. Romero el 24 de mayo de 2015, el día en que fue beatificado en San Salvador. Para fines de agosto o principios de septiembre, la condición de su esposa había empeorado y los médicos hicieron la cesárea, temiendo que el niño pudiese morir.

"Hicieron la cesárea y esperaban que ella muriera", porque todas las pruebas indicaban que no sobreviviría. Mons. Paglia no especificó la enfermedad. Indicó que las amistades también rezaban por la intercesión del beato "y después de cinco días, de manera inexplicable, esta mujer comienza a mejorar y se curó por completo".

Nacido en Ciudad Barrios, al este de El Salvador, el 15 de agosto de 1917, Mons. Óscar Arnulfo Romero, fue nombrado Arzobispo de San Salvador por el Papa Pablo VI en 1977.

Su gobierno pastoral destacó por la defensa de los derechos humanos, en medio de una naciente guerra civil entre la guerrilla de izquierda y el gobierno de extrema derecha.

El 24 de marzo de 1980, Mons. Romero fue asesinado por odio a la fe. El 3 de febrero de 2015, el Papa Francisco reconoció su martirio y fue beatificado el 25 de mayo de ese mismo año por el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, en San Salvador.

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 19 MAYO 2018


Lecturas de hoy Sábado de la 7ª semana de Pascua
Hoy, sábado, 19 de mayo de 2018



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (28,16-20.30-31):

Cuando llegamos a Roma, le permitieron a Pablo vivir por su cuenta en una casa, con un soldado que lo vigilase. 
Tres días después, convocó a los judíos principales; cuando se reunieron, les dijo: «Hermanos, estoy aquí preso sin haber hecho nada contra el pueblo ni las tradiciones de nuestros padres; en Jerusalén me entregaron a los romanos. Me interrogaron y querían ponerme en libertad, porque no encontraban nada que mereciera la muerte; pero, como los judíos se oponían, tuve que apelar al César; aunque no es que tenga intención de acusar a mi pueblo. Por este motivo he querido veros y hablar con vosotros; pues por la esperanza de Israel llevo encima estas cadenas.» Vivió allí dos años enteros a su propia costa, recibiendo a todos los que acudían, predicándoles el reino de Dios y enseñando lo que se refiere al Señor Jesucristo con toda libertad, sin estorbos.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 10,4.5.7

R/. Los buenos verán tu rostro, Señor

El Señor está en su templo santo,
el Señor tiene su trono en el cielo;
sus ojos están observando,
sus pupilas examinan a los hombres. R/.

El Señor examina a inocentes y culpables,
y al que ama la violencia él lo odia.
Porque el Señor es justo y ama la justicia:
los buenos verán su rostro. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (21,20-25):

En aquel tiempo, Pedro, volviéndose, vio que los seguía el discípulo a quien Jesús tanto amaba, el mismo que en la cena se había apoyado en su pecho y le había preguntado: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?» 
Al verlo, Pedro dice a Jesús: «Señor, y éste ¿qué?» 
Jesús le contesta: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme.» 
Entonces se empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?» Éste es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que los libros no cabrían ni en todo el mundo.

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy sábado, 19 de mayo de 2018
 Eguione Nogueira, cmf



¡Hermanas y hermanos! ¡Paz y bien!

Estamos por concluir el tiempo pascual, tiempo especial de gracia por el que escuchamos el testimonio de aquellos que fueron los testigos oculares de la Resurrección. En la primera lectura nos presenta Pablo en Roma, lugar de su martirio. Pero Lucas no nos dice cual a sido el destino de Pablo en los Hechos de los Apóstoles. Eso se explica porque, aunque los Hechos nos cuentan la historia de la Iglesia a través de Pedro y Pablo, en definitiva, lo que cuenta es la historia del anuncio de Jesús que, impulsada por el Espíritu Santo, resuena en todos los rincones del mundo. No hay cadenas, ni muerte que pueda contener la fuerza de la Palabra.

De igual modo encontramos, en la conclusión del Evangelio de Juan, la respuesta de Jesús a la pregunta de Pedro respecto a la suerte del Discípulo amado: «Señor, y éste ¿qué?». Esta pregunta, tal vez hecha por curiosidad o por el deseo de confronto con tal discípulo tiene una respuesta sin equívocos: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme». Cada uno es llamado a seguir Jesús personalmente y con un proyecto de vida propio. Lo decisivo es el seguimiento de cada persona y no el destino que les toca a los demás. Dios tiene la libertad del tiempo y el modo en dirigirse a cada uno de sus hijos.

No somos nosotros los que tenemos de decir a Dios lo que debe hacer. Eso pasa con frecuencia cuando los padres que intentan infundir una educación religiosa en sus hijos perciben que en algún momento estos toman otro rumbo. A la pregunta «¿Dónde nos equivocamos?, ¿Qué le va a pasar a nuestro hijo?», Dios posiblemente tiene otro modo de responder al rechazo que le tienen en algún momento de la vida muchos adolescentes y jóvenes. Costumbro decir a los padres que, si la semilla de la fe ha sido sembrada en sus vidas, en algún momento germinará. Lo más importante es testimoniar, como el Discípulo amado, nuestra experiencia profunda de encuentro con el Señor, de sentirnos como él, verdaderos «discípulos amados». La presencia del Espíritu Santo, don prometido por Jesús, es la certeza de ese amor.

Vuestro hermano en la fe,
Eguione Nogueira, cmf
eguionecmf@gmail.com

SANTORAL DE HOY SÁBADO 19 MAYO 2018

Pedro Wright, BeatoPedro Wright, Beato
Presbítero y Mártir, 19 de mayo
Juan de Santo Domingo Martínez Cid, BeatoJuan de Santo Domingo Martínez Cid, Beato
Presbítero y Mártir, 19 de mayo
Juan Lorenzo de Cetina y Pedro de Dueñas, BeatosJuan Lorenzo de Cetina y Pedro de Dueñas, Beatos
Mártires franciscanos, 19 de mayo
Alcuino de York, BeatoAlcuino de York, Beato
Abad y Profesor, 19 de mayo
Rafael-Luis Rafiringa, BeatoRafael-Luis Rafiringa, Beato
Educador Lasallista, 19 de mayo
José (Jozef) Czempiel, BeatoJosé (Jozef) Czempiel, Beato
Sacerdote y Mártir, Mayo 19
Humiliana de Cerchi, BeataHumiliana de Cerchi, Beata
Terciaria Franciscana, 19 de mayo
Pina Suriano, BeataPina Suriano, Beata
Laica, 19 de mayo
María Bernarda Bütler, SantaMaría Bernarda Bütler, Santa
Virgen y Fundadora, 19 de mayo
Agustín Novello, BeatoAgustín Novello, Beato
Agustino, Mayo 19
Urbano I, SantoUrbano I, Santo
XVII Papa, 19 de mayo
Crispín de Viterbo, SantoCrispín de Viterbo, Santo
Capuchino, Mayo 19
Celestino V, SantoCelestino V, Santo
CXCII Papa, 19 de mayo

FELIZ SÁBADO





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