domingo, 27 de diciembre de 2020

SANTORAL DE HOY DOMINGO 27 DE DICIEMBRE DEL 2020

 

Loreta o Lorena Fusconi,  BeataLoreta o Lorena Fusconi, Beata
Religiosa, 27 de diciembre






Odoardo Focherini, BeatoOdoardo Focherini, Beato
Martir Laico, 27 de diciembre






Sara Salkahazi, BeataSara Salkahazi, Beata
Religiosa y Mártir, 27 de diciembre






José María Corbín Ferrer, BeatoJosé María Corbín Ferrer, Beato
Mártir de Valencia, 27 Diciembre






Francisco Spoto, BeatoFrancisco Spoto, Beato
Sacerdote y Mártir, 27 Diciembre






Alfredo Parte, BeatoAlfredo Parte, Beato
Mártir Escolapio, 27 Diciembre






Fabiola de Roma, SantaFabiola de Roma, Santa
Matrona romana, 27 de diciembre






Juan, SantoJuan, Santo
Fiesta Litúrgica, 27 de diciembre

PAPA FRANCISCO: FAMILIA DE NAZARET ES EL MODELO PARA TODAS LAS FAMILIAS DEL MUNDO

  


 

Papa Francisco: Familia de Nazaret es el modelo para todas las familias del mundo

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa

 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco destacó que la Sagrada Familia de Jesús, María y José es “la familia-modelo, en la que todas las familias del mundo pueden hallar su sólido punto de referencia y una firme inspiración”.

Así lo indicó el Santo Padre durante el rezo del Ángelus de este Domingo 27 de diciembre, fiesta de la Sagrada Familia.

En su reflexión, el Pontífice recordó que “pocos días después de la Navidad, la liturgia nos invita a contemplar a la Sagrada Familia de Jesús, María y José” y añadió que “es hermoso pensar en el hecho de que el Hijo de Dios ha querido tener, como todos los niños, la necesidad del calor de una familia”.

“Precisamente por esto, porque es la familia de Jesús, la de Nazaret es la familia-modelo, en la que todas las familias del mundo pueden hallar su sólido punto de referencia y una firme inspiración”, advirtió el Papa.

En esta línea, el Santo Padre explicó que “en Nazaret brotó la primavera de la vida humana del Hijo de Dios, en el instante en que fue concebido por obra del Espíritu Santo en el seno virginal de María. Entre las paredes acogedoras de la casa de Nazaret se desarrolló en un ambiente de alegría la infancia de Jesús, rodeado de la solicitud maternal de María y los cuidados de José, en el que Jesús pudo ver la ternura de Dios”.

Por ello, el Papa dijo que “a imitación de la Sagrada Familia, estamos llamados a redescubrir el valor educativo del núcleo familiar, que debe fundamentarse en el amor que siempre regenera las relaciones abriendo horizontes de esperanza”.

“En la familia se podrá experimentar una comunión sincera cuando sea una casa de oración, cuando los afectos sean profundos y puros, cuando el perdón prevalezca sobre las discordias, cuando la dureza cotidiana del vivir sea suavizada por la ternura mutua y por la serena adhesión a la voluntad de Dios”, señaló.


La familia evangeliza con el ejemplo de vida

De este modo, el Santo Padre afirmó que “la familia evangeliza con el ejemplo de vida” porque “se abre a la alegría que Dios da a todos aquellos que saben dar con alegría” y, al mismo tiempo, “halla la energía espiritual para abrirse al exterior, a los demás, al servicio de sus hermanos, a la colaboración para la construcción de un mundo siempre nuevo y mejor; capaz, por tanto, de ser portadora de estímulos positivos”.

Sin embargo, el Papa reconoció que “en cada una de las familias hay problemas y en ocasiones se discute” por lo que alentó a no concluir el día “sin hacer las paces”.

“Antes de terminar el día, hacer las paces, ¿sabes por qué? porque la guerra fría del día siguiente es muy peligrosa, no ayuda, y después en familia hay tres palabras de cuidar siempre: permiso, gracias, perdón”.

En este sentido, el Santo Padre destacó la importancia del decir “permiso” para no invadir la vida de los otros; decir “gracias” para agradecer siempre las muchas ayudas los muchos servicios que se reciben en la familia, porque “la gratitud es la sangre del alma noble”; y después “la más difícil de decir: perdón, porque nosotros siempre hacemos cosas feas, y muchas veces alguno se siente ofendido, discúlpame, perdón”.

“No olviden las tres palabras: permiso, gracias y perdón. Si en una familia, si en el ambiente familiar están estas tres cosas la familia va bien”, añadió.

Finalmente, el Santo Padre rezó para “que la Virgen María, a la que ahora nos dirigimos con la oración del Ángelus, obtenga a las familias de todo el mundo sentirse cada vez más fascinadas por el ideal evangélico de la Sagrada Familia, de modo que se conviertan en levadura de nueva humanidad y de una solidaridad concreta y universal”.

MEDITACIÓN SOBRE LA SAGRADA FAMILIA

 


 La Sagrada Familia


Todos los años, si en el año hay un domingo después de Navidad, celebra la Iglesia la fiesta de la Sagrada Familia. Todos los seres humanos fuimos hechos a imagen y semejanza de Dios; pero Dios no es un ser solitario, sino una familia de tres formando una estricta unidad. Por eso nosotros nacemos en familia y seremos más semejantes a Dios cuanto más unida esté la familia en amor. Hoy se nos propone la familia de Jesús, María y José como el ejemplo a seguir y la protección para pedir y esperar.

Este año, que es el ciclo C, se nos propone en el evangelio la escena de la vida de Jesús, que solemos decir: “El Niño Jesús perdido y hallado en el templo”. La primera virtud que nos enseña a las familias es el cumplimiento del deber religioso. Era la Pascua y los hombres debían acudir al templo de Jerusalén. Las mujeres no estaban obligadas; pero María iba por devoción. Los niños no solían ir; pero Jesús ya no era un niño. Tenía doce años y estaba en el límite en que comenzaban a tener obligación a los trece años.

Los tres fueron gozosos para adorar a Dios en el templo. El problema estaba al llegar al templo, pues los hombres y mujeres debían estar en patios diferentes. Los niños solían estar con las madres; pero Jesús ya era mayorcito y casi seguro que iría con san José, especialmente porque tendría mucho interés en escuchar a alguno de los doctores de la ley. No sabemos cómo pudo ser, pero el hecho es que Jesús se perdió.

Yo no puedo creer que Jesús intencionadamente quiso quedarse sin decir nada a María o a José dándoles un disgusto. El gentío cada vez era mayor. Quizá José pensó que Jesús se había ido donde María, como cuando era más pequeño.

Con tanto barullo de gente, durante unas horas los hombres iban por un camino y las mujeres por otro. Jesús no estaba por allí. María y José nos enseñan a estar unidos en las adversidades, volver a desandar el camino juntos y buscar a Jesús donde le dejaron, que era en el templo. Angustiada, pero sin recriminaciones, María habla a su hijo. Y Jesús les da y nos da una gran enseñanza.

No creo de ninguna manera que Jesús se quedase voluntariamente; pero aprovecha ese momento, esa circunstancia, para descubrirnos una gran verdad que habría madurado aquellos días en el trato con los doctores de la ley y con la oración profunda en la casa de Dios. Y el descubrimiento grande que hace, como hombre, es que Dios no es un ser ajeno a nosotros, sino que es su Padre y que todos podemos llamar a Dios como Padre, porque formamos una gran familia. Esa sería una de las más grandiosas enseñanzas en su vida pública.

Era la manera de actuar Jesús. Un día aprovecharía la circunstancia de que fueron a visitarle su madre y familiares para decirnos que quien cumple la voluntad de Dios es su hermano, su hermana y su madre. Allí nadie se enfadó, no hubo rabietas, sino que en paz volvieron a Nazaret.

Jesús les “obedecía y crecía en sabiduría y gracia ante Dios y los hombres”. Para muchos les suena mal la palabra “obediencia”. Les parece algo como sumisión. Cuando hay verdadero amor es algo diferente. Quizá cuando se va creciendo la obediencia a los padres se debe expresar mejor con “honrar”, como nos dice el 4º mandamiento: “Honrar al padre y a la madre”. Este mandamiento estaba puesto para los adultos para que honren a sus padres ancianos. Es justo agradecer a los padres los sacrificios que han hecho por nosotros desde el principio de la vida.

María y José no entendieron, por entonces, lo que Jesús les dijo. Muchas veces pasa en las familias que los padres no entienden a los hijos cuando van creciendo. La autoridad no es despotismo y hacer que el hijo sea exactamente como el padre.

Muchas veces habrá que callar, como María; pero siempre seguir amando. Si hay amor, la autoridad es más bien un servicio y un ir comprendiéndose, y entre nosotros muchas veces perdonándose. Si hay amor, hay delicadeza, amabilidad, ternura y comprensión. Y no habrá gritos, riñas, egoísmos, como tantas veces se ve en las familias.

Por eso debemos hoy pedir la protección y el amor a la Sagrada Familia.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...