MAYO, MES DE MARÍA
1ro. de Mayo
María, remedio de nuestros desalientos
El Evangelio presenta a María como un modelo de fe, como un modelo para quienes no ven muy claro, para quienes no comprenden mucho, pero que quieren aceptar totalmente los planes de Dios.
Rehagamos después de 2000 años, visto por nosotros es algo hermoso. Los pesebres son muy simpáticos. Pero el primer Belén debió ser atroz para la Madre y para San José. Todo estaba listo para el nacimiento en Nazaret: la cuna, la salita para el nacimiento... pero un día José vuelve a casa visiblemente preocupado. El César manda ir al censo al lugar de origen. Nosotros somos de la familia de David y tenemos que ir a Belén. Y la orden no admite excepciones. Vamos, exclama María, pero María ¿Tú en ese estado? ¡Es imprudente que viajemos! No José, nada malo sucederá. Dios se ha comprometido a cuidar de nosotros, en marcha.
Sí, así de fácil, en marcha? Son más de cien kilómetros. María habría podido decir: "Señor, es posible que aguardes hasta esta última hora para hacer aparecer ese bendito decreto del César. Que el emperador no cuente con nosotros los pobres, lo entendemos, pero Tú, oh Dios que eres nuestro Padre bueno, que diriges todos los acontecimientos, que habrías podido adelantar o retrasar ese fastidioso decreto de Augusto, porqué permites esto?... Pero María sabe muy bien que el que ha obrado milagrosamente la concepción de Cristo, proveerá también a todo lo necesario para su feliz nacimiento, y acepta sin más la dura realidad que se le presenta, y se pone en marcha hasta el lejano Belén.
María, mujer fuerte y valerosa, enséñanos a aceptar con valentía las situaciones difíciles de la vida.
P. Eliecier Salesman
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