Hoy celebramos a San Dámaso, defensor de la Iglesia y promotor del culto a los mártires
Por María Ximena Rondón
(ACI).- Se le conoce por ser un asiduo defensor de la Iglesia Católica, por ser promotor del culto a los mártires y, según la tradición, fue quien introdujo la oración "Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén".
El Papa San Dámaso, cuyo nombre significa “domador”, nació aproximadamente en el año 304. Su padre Antonio era español y su madre fue Laurencia.
El Santo creció en Roma donde prestó sus servicios a la iglesia de San Lorenzo mártir. Fue secretario de los Pontífices San Liberio y San Félix.
Fue elegido como Sucesor de San Pedro en el año 366 en medio de un ambiente conflictivo. Su elección fue rechazada por los seguidores del difunto Papa Liberio quienes escogieron al diácono Ursino que fue consagrado de modo irregular.
En el año 367, el emperador Valentiniano desterró a Ursino a Colonia y reconoció a Dámaso como Papa. Sin embargo, sus opositores no dejaron de perseguirlo.
En el año 378 lo acusaron de adúltero en la corte imperial, pero fue exonerado por el propio Emperador Graciano y poco después por un sínodo romano de 44 que excomulgó a los acusadores.
El Santo tuvo por secretario a San Jerónimo, a quien le encargó que tradujera la Biblia al latín, lo que dio como resultado la famosa traducción conocida como "La Vulgata".
Dámaso también fue un defensor vigoroso de la fe católica. Durante los sínodos romanos de los años 368 y 369, condenó el Apolinarismo y Macedonialismo. También ayudó a la Iglesia Oriental contra el arrianismo.
Asimismo, apoyó la petición de los senadores cristianos para retirar el altar de Victoria del Senado. Fue testigo el 27 de febrero de 380 del decreto “Del fide Católica” de Teodosio I, que declaró al catolicismo como la religión del Estado romano.
Dictó varios decretos y actas para defender la primacía de la Sede Apostólica. Entre estos se destaca la afirmación que basa la supremacía eclesiástica de la Iglesia Romana en las propias palabras de Jesucristo y no en decretos conciliares.
San Dámaso restauró la ahora iglesia de San Lorenzo en Dámaso y la dotó con instalaciones para los archivos de la Iglesia en Roma. También construyó la basílica de San Sebastián en la Vía Apia.
Durante todo su pontificado se preocupó por conseguir que los obispos de todas las naciones reconocieran al Sumo Pontífice de Roma como el Obispo más importante del mundo.
Murió el 11 de diciembre del año 384 a la edad de 80 años. Fue sepultado en la tumba que él mismo había preparado humildemente, alejado de las tumbas de los santos famosos de Roma. Después construyeron sobre su sepulcro la basílica llamada San Dámaso.