LXVII Papa
Martirologio Romano: En
Roma, junto a la basílica de San Pedro, san Bonifacio IV, papa, que
obtuvo del emperador Focas el templo del Panteón, el cual transformó en
iglesia dedicada a la santísima Virgen y a todos los mártires, y fomentó
mucho la disciplina monástica (615).
Etimológicamente: Bonifacio = Aquel que hace el bien, es de origen latino.
Hijo
de Juan, un médico, marso de la provincia y ciudad de Valeria; sucedió a
Bonifacio III tras un paréntesis de unos nueve meses; consagrado el 25
de Agosto de 608; murió el 8 de Mayo de 615; (otras fuentes indican que
fue consagrado el 15 de Septiembre de 608 y murió el 25 de Mayo de 615).
En tiempos del Papa San Gregorio Magno fue diácono de la Iglesia
romana y tuvo el cargo de dispensator, esto es, el primer funcionario en
lo relativo a la administración de los patrimonios.
Bonifacio obtuvo el permiso del emperador Focas para convertir el
Panteón en una iglesia cristiana, y el 13 de Mayo de 609 el templo
erigido por Agripa a Júpiter Vengador, a Venus, y a Marte fue consagrado
por el Papa a la Virgen María y a todos los mártires.(De ahí el título
de Santa María Rotunda).
Fue el primer ejemplo en Roma de transformación de un templo pagano
en lugar cristiano de culto. Se dice que veintiocho carretas de huesos
sagrados fueron sacadas de las Catacumbas y colocadas en un recipiente
de pórfido bajo el altar mayor.
Durante el pontificado de Bonifacio, Melitón, el primer obispo de
Londres, fue a Roma "a consultar al Papa sobre cuestiones importantes
relativas a la recientemente establecida Iglesia de Inglaterra".
Mientras estaba en Roma asistió a un concilio que se estaba celebrando
entonces referente a ciertas cuestiones de "la vida y paz monástica de
los monjes", y, a su partida, se llevó consigo los decretos del concilio
junto con cartas del Papa a Lorenzo, arzobispo de Canterbury, y a todo
el clero, al
rey Etelberto,
y a todo el pueblo inglés "referentes a lo que tenía que observarse por
la Iglesia de Inglaterra". Los decretos del concilio hoy existentes son
espurios.
Entre 612 y 615, San Columbano, que entonces vivía en Bobbio,
Italia, fue persuadido por Agilulfo, rey de los Lombardos, para que
dirigiera a Bonifacio IV una carta sobre la condena de los "Tres
Capítulos" que es notable a la vez por sus expresiones de exagerada
deferencia y su tono de aspereza excesiva.
En ella dice al Papa que está acusado de herejía (por aceptar el
Quinto Concilio, esto es, el de Constantinopla, 553), y le exhorta a
convocar un concilio y demostrar su ortodoxia. Pero la carta del
impetuoso celta, que no captó la importancia del problema teológico
implicado en los "Tres Capítulos", parece no haber perturbado lo más
mínimo su relación con la Santa Sede, y sería erróneo suponer que
Columbano se consideraba a sí mismo como independiente de la autoridad
papal.
Durante el pontificado de Bonifacio hubo mucha aflicción en Roma
debido al hambre, la peste, y las inundaciones. El pontífice murió en
retiro monástico (había convertido su propia casa en un monasterio) y
fue enterrado en el pórtico de San Pedro. Sus restos fueron trasladados
tres veces-en el Siglo X u XI, a fines del Siglo XII bajo Bonifacio
VIII, y al nuevo San Pedro el 21 de Octubre de 1603.