Francisco Mitjá Mitjá, Beato
Religioso y Mártir, 8 de enero
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Patriarca de Venecia, 8 de enero
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Eurosia Fabris, Beata
Esposa y Madre, 8 de enero
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Patrona de Bruselas, 8 de enero
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Severino, Santo
Presbítero, 8 de enero
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viernes, 8 de enero de 2016
LOS SANTOS DE HOY: VIERNES 8 DE ENERO DEL 2016
SAN SEVERINO, EL PREDICADOR, 8 DE ENERO
Hoy se conmemora a San Severino, predicador que promovía la oración contra los vicios
Por Abel Camasca
(ACI).- "Si quieren tener la bendición de Dios, respeten mucho los derechos de los demás”, decía San Severino, patrono de Viena, Austria y Baviera. Profetizó terribles castigos a algunas ciudades si no se convertían y hacían penitencia. Además, tenía los dones de curación y consejo. Su fiesta se celebra el 8 de enero.
San Severino era original de Roma y provenía de una familia noble y rica. Dejó la “capital del mundo” de ese entonces y se fue de misionero a las orillas del río Danubio en Austria.
Allí les anunció a los pobladores de Astura que si no dejaban los vicios y no se dedicaban a rezar más con sacrificios, sufrirían un terrible castigo. Nadie le tomó importancia. Entonces el santo declaró que no se hacía responsable de sus malas decisiones y se fue a la ciudad de Cumana.
Días después llegaron los bárbaros de Hungría, llamados “Hunos” y arrasaron con la ciudad de Astura, matando a casi todos los habitantes.
En Cumana también profetizó castigos si la gente no se convertía. Igualmente, nadie le creía hasta que llegó un sobreviviente de Astura y les contó lo que le pasó a su ciudad por no hacerle caso a San Severino, quien los quiso ayudar.
Es así que los pobladores se fueron a orar a los templos, cerraron las cantinas y cambiaron su comportamiento, haciendo sacrificios. Cuando estaban por llegar los bárbaros, un tremendo terremoto los asustó, los hizo huir y no entraron a la ciudad.
San Severino intercedía ante Dios por la curación de muchos enfermos. Sin embargo, no intercedió por su discípulo Bonoso pues le decía: “Enfermo puedes llegar a ser santo. Pero si estás muy sano te vas a perder". Por 40 años sufrió Bonoso su enfermedad y llegó a buen grado de santidad.
Le gustaba repetir frases de la Biblia y recordaba siempre que todo pecado trae castigos del cielo. Por otro lado, durante 30 años fundó monasterios. Recorría descalzo las inmensas llanuras de Austria y Alemania, incluso en las heladas nieves. Su sencillez hasta en el vestir su túnica desgastada y vieja, le ganó el respeto de todos.
Al pequeño Odoacro le profetizó que pronto repartiría entre los suyos los lujos de la “capital del mundo”. Este hombre con sus hérulos conquistó Roma y por el cariño a San Severino respetó y apoyó el cristianismo.
En la ciudad de Kuntzing, el río Danubio hacía destrozos en sus inundaciones y dañaba al templo católico. San Severino colocó una gran cruz en la puerta de la Iglesia y dijo al río: “No te dejará mi Señor Jesucristo que pases del sitio donde está su Santa Cruz". De esta manera, las crecientes del río nunca más pasaron por aquel lugar.
El 6 de enero del 482 sintió que ya era hora de partir a la Casa del Padre, mandó a llamar a las autoridades civiles de la ciudad y les dijo que respeten los derechos de los demás si querían tener la bendición de Dios. “Ayuden a los necesitados y esmérense por ayudar todo lo más posible a los monasterios y a los templos", añadió.
Murió el 9 de enero del 482 y pronunciando las palabras del Salmo 150: "Todo ser que tiene vida, alabe al Señor". Seis años después sacaron sus restos y lo encontraron incorrupto. Le levantaron los párpados y vieron que sus ojos azules brillaban como si estuviera dormido. Sus reliquias han sido veneradas por siglos en Nápoles.
SEÑOR, SI QUIERES, PUEDES LIMPIARME
Señor, si quieres, puedes limpiarme
Milagros
Lucas 5, 12-16. Navidad. Lo único que necesitas es acercarte humildemente a Cristo y pedírle lo que necesitas.
Por: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Lucas 5, 12-16
Y sucedió que, estando en una ciudad, se presentó un hombre cubierto de lepra que, al ver a Jesús, se echó rostro en tierra, y le rogó diciendo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme». El extendió la mano, le tocó, y dijo: «Quiero, queda limpio». Y al instante le desapareció la lepra. Y él le ordenó que no se lo dijera a nadie. Y añadió: «Vete, muéstrate al sacerdote y haz la ofrenda por tu purificación como prescribió Moisés para que les sirva de testimonio». Su fama se extendía cada vez más y una numerosa multitud afluía para oírle y ser curados de sus enfermedades. Pero él se retiraba a los lugares solitarios, donde oraba.
Oración introductoria
Señor, vengo ante Ti como el leproso del Evangelio. Estoy necesitado de tu gracia. Tócame y sáname de todas mis lepras, de mi egoísmo, de mi soberbia, de mi vanidad. Conviérteme en un verdadero cristiano.
Petición
Señor, que pueda corresponder a tu gracia amando a los demás.
Meditación del Papa Francisco
Y sucedió que, estando en una ciudad, se presentó un hombre cubierto de lepra que, al ver a Jesús, se echó rostro en tierra, y le rogó diciendo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme». El extendió la mano, le tocó, y dijo: «Quiero, queda limpio». Y al instante le desapareció la lepra. Y él le ordenó que no se lo dijera a nadie. Y añadió: «Vete, muéstrate al sacerdote y haz la ofrenda por tu purificación como prescribió Moisés para que les sirva de testimonio». Su fama se extendía cada vez más y una numerosa multitud afluía para oírle y ser curados de sus enfermedades. Pero él se retiraba a los lugares solitarios, donde oraba.
Oración introductoria
Señor, vengo ante Ti como el leproso del Evangelio. Estoy necesitado de tu gracia. Tócame y sáname de todas mis lepras, de mi egoísmo, de mi soberbia, de mi vanidad. Conviérteme en un verdadero cristiano.
Petición
Señor, que pueda corresponder a tu gracia amando a los demás.
Meditación del Papa Francisco
La lepra era una condena de por vida y sanar a un leproso era tan difícil como resucitar a un muerto. Y por eso eran marginados. Sin embargo, Jesús tiende la mano al excluido y demuestra el valor fundamental de una palabra: cercanía.
No se puede hacer comunidad sin cercanía. No se puede hacer paz sin acercarse, ni se puede hacer el bien sin acercarse. Jesús podía decirle: ¡sánate! Pero no, se acercó y le tocó. Es más, en el momento que Jesús tocó al impuro se convierte en impuro.
Este es el misterio de Jesús, tomar consigo nuestras suciedades, nuestras cosas impuras. Pablo lo explica bien: “Siendo igual a Dios, no estimó esta divinidad un bien irrenunciable, se aniquiló a sí mismo. Jesús se hace pecado. Jesús se excluye, ha tomado consigo la impureza por acercarse a nosotros”.
Muchas veces pienso que es, no digo imposible, pero muy difícil hacer el bien sin mancharse las manos. Y Jesús se manchó. Cercanía. Y después va más allá. Le dijo: “Ve donde los sacerdotes y haz lo que se debe hacer cuando un leproso es sanado”. Al que era excluido de la vida social, Jesús lo incluye: lo incluye en la Iglesia, lo incluye en la sociedad… “Ve para que todas las cosas sean como deben ser”. Jesús no marginaba nunca a nadie. Se marginaba a sí mismo, para incluir a los marginados, para incluirnos a nosotros, pecadores, marginados, con su vida. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 26 de junio de 2015, en Santa Marta).
Reflexión
Nadie hubiera pensado que curarse de la lepra fuera tan fácil. Lo único que precisó este enfermo, fue acercarse humildemente a Cristo y pedírselo. Él sabía que Cristo bien podía hacerlo. Además, cree con todo su corazón en la bondad del Maestro. Quizá por esto, es que se presenta tan tímido y sencillo a la vez: "Maestro, si quieres, puedes curarme". La actitud denota no sólo humildad y respeto, revela además, confianza...
La vida de muchas personas, y a veces la nuestra, se ve llena de enfermedades y males, sucesos indeseados y problemas de todos los tipos, que nos podrían orillar a perder la confianza en el Maestro, Buen Pastor. Quizá alguna vez, hemos pensado que Él nos ha dejado, que ya no está con nosotros; pues sentimos que nuestra pequeña barca ha comenzado a naufragar en el mar de la vida... Pero de esta forma, olvidamos que el primero en probar el sufrimiento y la soledad fue Él mismo, mientras padecía su muerte en la cruz. Y así, nos quiso enseñar que Dios siempre sabe sacar bienes de males, pues por esa muerte ignominiosa, nos vino la Redención.
La lección de confiar en Cristo y en su infinita bondad, no es esperar que nos quitará todos los sufrimientos de nuestras vidas. Sino que nos ayudará a saber llevarlos, para la purificación de nuestra alma, en beneficio de toda la Iglesia.
Propósito
Tener presente la preparación de mi siguiente confesión, no posponerla, decidirme.
Diálogo con Cristo
Señor, cuántas veces me creo sano y no me doy cuenta de que estoy enfermo espiritualmente. ¡Cúrame Jesús! Que a semejanza del leproso del Evangelio, la experiencia de tu amor, me dé toda la luz para hacer un buen examen de conciencia y un firme propósito de enmienda al acercarme al sacramento de la reconciliación.
Nadie hubiera pensado que curarse de la lepra fuera tan fácil. Lo único que precisó este enfermo, fue acercarse humildemente a Cristo y pedírselo. Él sabía que Cristo bien podía hacerlo. Además, cree con todo su corazón en la bondad del Maestro. Quizá por esto, es que se presenta tan tímido y sencillo a la vez: "Maestro, si quieres, puedes curarme". La actitud denota no sólo humildad y respeto, revela además, confianza...
La vida de muchas personas, y a veces la nuestra, se ve llena de enfermedades y males, sucesos indeseados y problemas de todos los tipos, que nos podrían orillar a perder la confianza en el Maestro, Buen Pastor. Quizá alguna vez, hemos pensado que Él nos ha dejado, que ya no está con nosotros; pues sentimos que nuestra pequeña barca ha comenzado a naufragar en el mar de la vida... Pero de esta forma, olvidamos que el primero en probar el sufrimiento y la soledad fue Él mismo, mientras padecía su muerte en la cruz. Y así, nos quiso enseñar que Dios siempre sabe sacar bienes de males, pues por esa muerte ignominiosa, nos vino la Redención.
La lección de confiar en Cristo y en su infinita bondad, no es esperar que nos quitará todos los sufrimientos de nuestras vidas. Sino que nos ayudará a saber llevarlos, para la purificación de nuestra alma, en beneficio de toda la Iglesia.
Propósito
Tener presente la preparación de mi siguiente confesión, no posponerla, decidirme.
Diálogo con Cristo
Señor, cuántas veces me creo sano y no me doy cuenta de que estoy enfermo espiritualmente. ¡Cúrame Jesús! Que a semejanza del leproso del Evangelio, la experiencia de tu amor, me dé toda la luz para hacer un buen examen de conciencia y un firme propósito de enmienda al acercarme al sacramento de la reconciliación.
jueves, 7 de enero de 2016
LOS SANTOS DE HOY: JUEVES 7 DE ENERO DEL 2016
Polieucto de Melitene, Santo
Mártir, 7 de enero
|
Alderico de Le Mans, Santo
Obispo, 7 de enero
|
María Teresa del Sagrado Corazón, Beata
Fundadora, 7 de enero
|
Luciano de Antioquía, Santo
Sacerdote y Mártir, 7 de enero
|
Mateo Guimerá de Agrigento, Beato
Obispo, 7 de enero
|
Canuto Lavard, Santo
Mártir, 7 de enero
|
Raimundo de Peñafort, Santo
Presbítero Dominico, 7 de enero
|
SAN RAIMUNDO DE PEÑAFORT, PATRONO DE LOS JURISTAS CATÓLICOS, 7 DE ENERO DEL 2016
Hoy la Iglesia celebra a San Raimundo de Peñafort, patrono de los juristas católicos
Por Abel Camasca
(ACI/EWTN Noticias).- “Contemplad al autor y mantenedor de la fe, a Jesús, quien, siendo inocente, padeció por obra de los suyos”, escribió una vez San Raimundo de Peñafort, santo dominico que humildemente ocupó cargos importantes, escribió libros que se hicieron famosos y hasta viajó por el mar en una barca hecha con su túnica. Es patrono de los juristas católicos y su fiesta se celebra cada 7 de enero.
Raimundo, cuyo nombre significa “buen consejo”, nació por el año 1175 en Peñafort, cerca de Barcelona en España. Poseía una inteligencia extraordinaria y a los 20 años fue profesor de filosofía en Barcelona.
A los 30 años estudió en la Universidad de Bolognia, Italia, con la finalidad de perfeccionar su conocimiento de derecho civil y canónico. Luego se doctoró y trabajó como docente. Más adelante sirvió como archidiácono de la Diócesis de Barcelona.
En 1222 ingresó a la Orden de Predicadores (Dominicos). El Santo pidió que le impusieran penitencias severas y oficios humillantes. Él consideraba que el orgullo era un peligro para el alma. Sin embargo, los superiores le encomendaron la labor de investigar cómo responder a las difíciles preguntas sobre moral que los fieles presentaban.
Como resultado se obtuvo el libro “Summa de casibus paenitentialibus”, la primera obra en su género y que se volvió muy famosa, sirviendo de gran provecho para confesores y moralistas.
Trabajaba arduamente en la predicación, instrucción y confesión. En 1230 el Papa Gregorio IX lo llamó a Roma y lo nombró su confesor. Además le encomendó reunir el Corpus canónico de los decretos de los Pontífices y concilios que no estuvieran ya en la colección que Graciano había hecho en 1150.
De esta labor se publicó su famoso libro, en 5 volúmenes, titulado “Decretales”. Esta compilación fue considerada como la mejor colección de derecho canónico hasta la compilación del “Codex Juris Canonici” en 1917.
A pesar de las súplicas del Santo, el Papa lo nombró Obispo de Tarragona, pero poco después San Raimundo enfermó gravemente y el Pontífice lo liberó, pidiéndole que propusiera un candidato apto para el cargo.
Regresó a Barcelona, su tierra natal, para recuperarse de la enfermedad y tanto la Santa Sede como el rey le encomendaron trabajos importantes. De los escritos de San Raimundo destacó la “Summa casuum”, sobre la administración genuina y provechosa del Sacramento de la Penitencia.
En 1238 los diputados del Capítulo General de la Orden Dominica fueron a Barcelona para anunciarle a San Raimundo que había sido elegido como superior general. Por obediencia, el Santo aceptó y visitó a pie todas las casas de la Orden, inculcando el amor a la vida entregada en regularidad, al estudio y los misterios espirituales.
Más adelante obtuvo que se aprobara una medida que aceptara la dimisión voluntaria del superior cuando éste tuviera razones justas. De esta manera pudo renunciar al cargo fundamentándose en su edad, al haber cumplido 65 años.
Los siguientes años los empleó en la evangelización, esclareciendo la doctrina ante herejías y buscando la conversión de todos, incluidos judíos y musulmanes.
Cierta ocasión se encontraba acompañando al rey Jaime a Mayorca, un soberano mujeriego que había prometido enmendarse, pero que no cumplió su promesa. En vista de ello, San Raimundo pidió licencia para ir a Barcelona, pero el rey se lo negó y amenazó de muerte a quien se atreviera a sacarlo de la isla.
Ante esto, el Santo dijo: "Los reyes de la tierra pueden impedirnos la huida, pero el Rey del cielo nos dará los medios para ello". Luego se fue al mar, extendió su túnica sobre el agua, ató un extremo de ella a un palo para que sirviera de vela, hizo la señal de la cruz y subió sobre la “barca”.
Milagrosamente la “nave” llegó a Barcelona y San Raimundo fue recibido con aclamaciones por la gente que lo vio llegar. El Santo, sin inmutarse, recogió su túnica, que estaba seca, la puso en sus hombros y se fue a su monasterio. En el sitio que desembarcó se construyeron una capilla y una torre.
Durante su última enfermedad fue visitado por los reyes Alfonso de Castilla y Jaime de Aragón. San Raimundo partió a la Casa del Padre el 6 de enero de 1275 con 100 años de edad. Sus restos mortales reposan en la catedral de Barcelona, España.
EL EVANGELIO DE HOY: JUEVES 7 DE ENERO DEL 2016
Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy
Lucas 4, 14-22. ¿Cómo vamos recibir este mensaje y qué acogida vamos a darle en nuestras acciones?
Por: Ignacio Lara | Fuente: Catholic.net
Del santo Evangelio según san Lucas 4, 14-22
En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu, y su fama se extendió por toda la región. Él iba enseñando en sus sinagogas, alabado por todos. Vino a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en Él. Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy». Y todos daban testimonio de Él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?»
Oración introductoria
Padre bueno, yo también digo que «el Espíritu del Señor está sobre mí» porque desde mi bautismo me has regalado la gracia de ser morada del Espíritu Santo. Abre mi mente y mi corazón para que esta oración me dé la sabiduría para comprender, vivir y trasmitir tu verdad.
Petición
Espíritu Santo, hazme dócil a todas tus inspiraciones.
Meditación del Papa Francisco
En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu, y su fama se extendió por toda la región. Él iba enseñando en sus sinagogas, alabado por todos. Vino a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en Él. Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy». Y todos daban testimonio de Él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?»
Oración introductoria
Padre bueno, yo también digo que «el Espíritu del Señor está sobre mí» porque desde mi bautismo me has regalado la gracia de ser morada del Espíritu Santo. Abre mi mente y mi corazón para que esta oración me dé la sabiduría para comprender, vivir y trasmitir tu verdad.
Petición
Espíritu Santo, hazme dócil a todas tus inspiraciones.
Meditación del Papa Francisco
Quizás alguno de ustedes se preguntará: ¿Qué es este Año jubilar que se celebra en la Iglesia? El texto bíblico del Levítico 25 nos ayuda a comprender lo que significa un “jubileo” para el pueblo de Israel: Cada cincuenta años los hebreos oían el son de la trompeta (jobel) que les convocaba (jobil) para celebrar un año santo, como tiempo de reconciliación (jobal) para todos. En este tiempo se debía recuperar una buena relación con Dios, con el prójimo y con lo creado, basada en la gratuidad. Por ello se promovía, entre otras cosas, la condonación de las deudas, una ayuda particular para quien se empobreció, la mejora de las relaciones entre las personas y la liberación de los esclavos.
Jesucristo vino para anunciar y llevar a cabo el tiempo perenne de la gracia del Señor, llevando a los pobres la buena noticia, la liberación a los cautivos, la vista a los ciegos y la libertad a los oprimidos. En Él, especialmente en su Misterio Pascual, se cumple plenamente el sentido más profundo del jubileo. Cuando la Iglesia convoca un jubileo en el nombre de Cristo, estamos todos invitados a vivir un extraordinario tiempo de gracia. La Iglesia misma está llamada a ofrecer abundantemente signos de la presencia y cercanía de Dios, a despertar en los corazones la capacidad de fijarse en lo esencial. En particular, este Año Santo de la Misericordia “es el tiempo para que la Iglesia redescubra el sentido de la misión que el Señor le ha confiado el día de Pascua: ser signo e instrumento de la misericordia del Padre” (S.S. Francisco, Mensaje del Santo Padre para la XXXI Jornada Mundial de la Juventud, septiembre de 2015).
Reflexión
Jesús, como buen judío, acudía cada sábado a la sinagoga. Ese día le encargaron que leyera las páginas del profeta Isaías. Las leyó de pie y al terminar de leer, enrolló el códice y se lo devolvió al ayudante. A continuación la "homilía". Esto se permitía hacer con los laicos sólo si habían cumplido los 30 años y se trataba no de la ley sino de los profetas.
El pasaje de Isaías es central porque habla del futuro Mesías, lleno del Espíritu de Dios. Él es enviado a cumplir su misión para con los pobres, a dar la liberación a los oprimidos y anunciar el año de gracia de Señor. Pero lo que Lucas quiere señalar es aquella frase de Jesús: "hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír". Pues es de esta manera como se presenta a los de su pueblo: como el Mesías esperado.
En un principio podríamos imaginarnos que consigue la admiración y el aplauso de sus oyentes, pero una vez que escuchan las palabras de Jesús su aceptación de la palabra mesiánica ya no es de la misma forma. Nosotros estamos en el tiempo de la prolongación navideña, en que se suceden las diversas manifestaciones o epifanías de Jesús al inicio de su ministerio. ¿Cómo vamos recibir este mensaje y qué acogida vamos a darle en nuestras acciones?
Hoy se nos ha anunciado el programa mesiánico de Jesús, en el que destaca su preferencia por los pobres y oprimidos. Es el programa que Él cumplió a lo largo de su vida y el que propone a todos los que somos seguidores suyos.
Propósito
No ser indiferente a la inspiración del Espíritu Santo que me impulsa a encontrarme con los demás.
Diálogo con Cristo
Señor, te pido me des la gracia para guiarme en todo por el Espíritu Santo, que Él me inspire lo que debo pensar, lo que debo decir, lo que debo callar, lo que debo hacer, cómo debo obrar para procurar el bien de los hombres y el cumplimiento de mi misión. No puedo hacer nada sin la inspiración del Espíritu Santo, pongo en manos de María mi esfuerzo consciente y firme por trabajar y cooperar con Él sin límite ni reserva alguna.
Jesús, como buen judío, acudía cada sábado a la sinagoga. Ese día le encargaron que leyera las páginas del profeta Isaías. Las leyó de pie y al terminar de leer, enrolló el códice y se lo devolvió al ayudante. A continuación la "homilía". Esto se permitía hacer con los laicos sólo si habían cumplido los 30 años y se trataba no de la ley sino de los profetas.
El pasaje de Isaías es central porque habla del futuro Mesías, lleno del Espíritu de Dios. Él es enviado a cumplir su misión para con los pobres, a dar la liberación a los oprimidos y anunciar el año de gracia de Señor. Pero lo que Lucas quiere señalar es aquella frase de Jesús: "hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír". Pues es de esta manera como se presenta a los de su pueblo: como el Mesías esperado.
En un principio podríamos imaginarnos que consigue la admiración y el aplauso de sus oyentes, pero una vez que escuchan las palabras de Jesús su aceptación de la palabra mesiánica ya no es de la misma forma. Nosotros estamos en el tiempo de la prolongación navideña, en que se suceden las diversas manifestaciones o epifanías de Jesús al inicio de su ministerio. ¿Cómo vamos recibir este mensaje y qué acogida vamos a darle en nuestras acciones?
Hoy se nos ha anunciado el programa mesiánico de Jesús, en el que destaca su preferencia por los pobres y oprimidos. Es el programa que Él cumplió a lo largo de su vida y el que propone a todos los que somos seguidores suyos.
Propósito
No ser indiferente a la inspiración del Espíritu Santo que me impulsa a encontrarme con los demás.
Diálogo con Cristo
Señor, te pido me des la gracia para guiarme en todo por el Espíritu Santo, que Él me inspire lo que debo pensar, lo que debo decir, lo que debo callar, lo que debo hacer, cómo debo obrar para procurar el bien de los hombres y el cumplimiento de mi misión. No puedo hacer nada sin la inspiración del Espíritu Santo, pongo en manos de María mi esfuerzo consciente y firme por trabajar y cooperar con Él sin límite ni reserva alguna.
miércoles, 6 de enero de 2016
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