sábado, 9 de julio de 2022

IMÁGENES DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN

 















 

ESTE ES EL SIGNIFICADO DE LA MEDALLA DE SAN BENITO



 Este es el significado de la medalla de San Benito

Redacción ACI Prensa



Una de las medallas más difundidas entre los cristianos es la atribuida a San Benito, el santo abad y patrono de Europa, debido a su estrecho vínculo con la lucha contra el mal.

Esto se debe a que en el siglo XVII, unas mujeres acusadas de brujería en Alemania dijeron que no tenían poder sobre la Abadía de Metten porque estaba bajo la protección de la cruz.

Durante la investigación, se hallaron en las paredes del recinto varias cruces pintadas y rodeadas por las letras que se encuentran ahora en las medallas.

Más adelante, se encontró un pergamino con la imagen de San Benito y las frases completas que sirvieron para escribir las abreviaturas.

A continuación te explicamos con una infografía el significado de las frases en latín y las abreviaturas presentes a ambos lados de la medalla de San Benito:




 

domingo, 3 de julio de 2022

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 3 DE JULIO DE 2022

  



Domingo XIV (C) del tiempo ordinario

Domingo 3 de julio de 2022


1ª Lectura (Is 66,10-14c): Festejad a Jerusalén, gozad con ella, todos los que la amáis; alegraos de su alegría, los que por ella llevasteis luto; mamaréis a sus pechos y os saciaréis de sus consuelos, y apuraréis las delicias de sus ubres abundantes. Porque así dice el Señor: «Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz, como un torrente en crecida, las riquezas de las naciones. Llevarán en brazos a sus criaturas y sobre las rodillas las acariciarán; como a un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo, y en Jerusalén seréis consolados. Al verlo, se alegrará vuestro corazón, y vuestros huesos florecerán como un prado, se manifestará a sus siervos la mano del Señor».



Salmo responsorial: 65

R/. Aclamad al Señor, tierra entera.

Aclamad al Señor, tierra entera; tocad en honor de su nombre, cantad himnos a su gloria. Decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!».

Que se postre ante ti la tierra entera, que toquen en tu honor, que toquen para tu nombre. Venid a ver las obras de Dios, sus temibles proezas en favor de los hombres.

Transformó el mar en tierra firme, a pie atravesaron el río. Alegrémonos en él, que con su poder gobierna eternamente.

Los que teméis a Dios, venid a escuchar, os contaré lo que ha hecho conmigo. Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica, ni me retiró su favor.

2ª Lectura (Gál 6,14-18): Hermanos: Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo. Pues lo que cuenta no es la circuncisión ni la incircuncisión, sino la nueva criatura. La paz y la misericordia de Dios vengan sobre todos los que se ajustan a esta norma; también sobre el Israel de Dios. En adelante, que nadie me moleste, pues yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús. La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vuestro espíritu, hermanos. Amén.

Versículo antes del Evangelio (Col 3,16a): Aleluya. Que en vuestros corazones reine la paz de Cristo; que la palabra de Cristo habite en vosotros con toda su riqueza. Aleluya.

Texto del Evangelio (Lc 10,1-12.17-20): En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir Él. Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos: rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: ‘Paz a esta casa’. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa.»Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: ‘Está cerca de vosotros el Reino de Dios’. Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: ‘Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el Reino de Dios’. Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo».

Los setenta y dos volvieron muy contentos y le dijeron: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre». Él les contestó: «Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo».

«¡Poneos en camino!»

+ Dr. Josef ARQUER

(Berlin, Alemania)


Hoy, nos fijamos en algunos que, entre la multitud, han procurado acercarse a Jesucristo, que está hablando mientras contempla los campos rebosantes de espigas: «La mies es mucha, pero los obreros pocos: rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies» (Lc 10,2). De repente, fija su mirada en ellos y va señalando a unos cuantos, uno a uno: tú, y tú, y tú. Hasta setenta y dos...

Asombrados, le oyen decir que vayan, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde Él irá. Quizá alguno habrá respondido: —Pero, Señor, ¡si yo sólo he venido para oírte, porque es tan bello lo que dices!

El Señor les pone en guardia contra los peligros que les acecharán. «¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos». Y utilizando imágenes de costumbre en las parábolas, añade: «No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias» (Lc 10,3-4). Interpretando el lenguaje expresivo de Jesús: —Dejad de lado medios humanos. Yo os envío y esto basta. Aun sintiéndoos lejos, seguís cerca, yo os acompaño.

A diferencia de los Doce, llamados por el Señor para que permanezcan junto a Él, los setenta y dos regresarán luego a sus familias y a su trabajo. Y vivirán allí lo que habían descubierto junto a Jesús: dar testimonio, cada uno en su sitio, simplemente ayudando a quienes nos rodean a que se acerquen a Jesucristo.

La aventura acaba bien: «Los setenta y dos volvieron muy contentos» (Lc 10,17). Sentados en torno a Jesucristo, le debieron contar las experiencias de aquel par de días en que descubrieron la belleza de ser testigos.

Al considerar hoy aquel lejano episodio, vemos que no es puro recuerdo histórico. Nos damos por aludidos: podemos sentirnos junto al Cristo presente en la Iglesia y adorarle en la Eucaristía. Y el Papa Francisco nos anima a «llevar a Jesucristo al hombre, y conducirlo al encuentro con Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, realmente presente en la Iglesia y contemporáneo en cada hombre».

CINCO DATOS QUE TODO CATÓLICO DEBE SABER SOBRE EL APÓSTOL SANTO TOMÁS


 5 datos que todo católico debe saber sobre el Apóstol Santo Tomás

Redacción ACI Prensa


Con motivo de la fiesta litúrgica del Apóstol San Tomás, que se celebra el 3 de julio, te invitamos a ir más allá del recordado episodio de incredulidad en la resurrección de Cristo que narra la Biblia y conocer algunos datos clave sobre su vida y legado para la Iglesia Católica.

Uno de los momentos más recordados por los católicos sobre el Apóstol Santo Tomás con Jesús es quizás el episodio bíblico en el que el santo se encuentra con Cristo tras su muerte, y Jesús le ofrece tocar las heridas de su costado y de sus manos.

Gracias al Evangelio de San Juan y a los escritos de algunos de los primeros historiadores de la Iglesia Católica, hoy podemos afirmar que ese episodio es solo una parte de su vida como apóstol y además, profundizar en otros aspectos sobre su vida que, sin duda, son de gran riqueza para nuestra vida cristiana.

A continuación, conoce 5 datos clave sobre la vida del Apóstol Santo Tomás, patrono de jueces, arquitectos y teólogos:


1. Tomás fue un hombre de profunda fe

Pocos días después de que Jesús había escapado de una feroz lapidación en Jerusalén, recibió la noticia de que su amigo Lázaro estaba bastante enfermo. Lázaro vivía en Betania, muy cerca de Jerusalén, por lo cual Jesús se sintió fuertemente obligado a visitarlo, y sabía que era necesario un milagro alrededor de la muerte de Lázaro para mostrar la gloria de Dios.

Sin embargo, los apóstoles se horrorizaron y trataron de desanimar a Jesús sobre regresar al lugar donde casi había sido asesinado. Irónicamente, fue Tomás el único que creyó y valientemente animó a todos a ir a Betania con Jesús, incluso si eso significaba la muerte para ellos. "Vayamos también a morir con él" (Juan 11:16).


2. El episodio de “duda” de Tomás fue después de la resurrección de Jesús

Por alguna razón, Tomás no estuvo cuando Jesús se apareció a los discípulos en toda su gloria. Cuando se reunió con ellos le contaron todo lo que había sucedido, pero no estaba convencido. Luego, realizó su famosa declaración sobre la necesidad de "colocar el dedo y la mano en las heridas de Jesús", y que solo así creería.

Es así que Jesús apareció nuevamente una semana después, y esta vez Tomás sí estaba allí. Jesús le ofreció momentáneamente al apóstol la oportunidad de tocar sus heridas.

Luego de ello, Tomás proclamó una creencia ardiente en Jesús resucitado.


3. Tomás evangelizó en la India

La mayoría de las tradiciones apuntan a que Tomás había evangelizado en la India después de Pentecostés. Hoy en día, hay una comunidad devota de católicos en la costa de Malabar en este país que se llaman a sí mismos "los cristianos de Santo Tomás". Afirman que su comunidad comenzó a través de las enseñanzas del apóstol.


4. Condenado a muerte por evangelizar

Santo Tomás predicó en Persia y otros lugares cercanos, así como en Etiopía e India. Se cree que fue condenado a muerte por sus obras de evangelización en este último país. Es honrado el 3 de julio y es el patrón de los arquitectos, constructores, jueces, teólogos y de las ciudades de Prato, Parma y Urbino en Italia.


5. Nueve días en oración con el apóstol

Con el objetivo de imitar mejor la valentía de Tomás para permanecer cerca al Señor a pesar de los peligros que puedan surgir, así como vencer las dudas en el corazón, se puede realizar nueve días en oración junto al apóstol. Se lee un pasaje diario de Santo Tomás dentro de la oración personal por nueve días, y de esta manera, el apóstol ayuda a acercar el corazón a Cristo.


Día 1 - Mateo 10, 1–15

Día 2 - Marcos 3, 13–19

Día 3 - Lucas 6, 12-16.

Día 4 - Lucas 8, 22–25.

Día 5 - Juan 11, 8–16.

Día 6 - Juan 14, 5–6

Día 7 - Juan 20, 24–29.

Día 8 - Juan 21, 1–14.

Día 9 - Hechos 1, 6–14 

PENSAMIENTOS EN IMÁGENES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS












  

FELIZ DOMINGO!!!!!





  

domingo, 26 de junio de 2022

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 26 DE JUNIO DE 2022

 



Domingo XIII (C) del tiempo ordinario

Domingo 26 de junio de 2022



 Ver 1ª Lectura y Salmo

1ª Lectura (1Re 19,16b.19-21): En aquellos días, el Señor dijo a Elías en el monte Horeb: «Unge profeta sucesor tuyo a Eliseo, hijo se Safat, de Abel Mejolá». Partió Elías de allí y encontró a Eliseo, hijo de Safat, quien se hallaba arando. Frente a él tenía doce yuntas; él estaba con la duodécima. Pasó Elías a su lado y le echó su manto encima. Entonces Eliseo abandonó los bueyes y echó a correr tras Elías, diciendo: «Déjame ir a despedir a mi padre y a mi madre y te seguiré». Elías le respondió: «Anda y vuélvete, pues ¿qué te he hecho?». Eliseo volvió atrás, tomó la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio. Con el yugo de los bueyes asó la carne y la entregó al pueblo para que comiera. Luego se levantó, siguió a Elías y se puso a su servicio.



Salmo responsorial: 15

R/. Tú eres, Señor, el lote de mi heredad.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti. Yo digo al Señor: «Tú eres mi Dios». El Señor es el lote de mi heredad y mi copa, mi suerte está en tu mano.

Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré.

Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa esperanzada. Porque no me abandonarás en la región de los muertos ni dejarás a tu fiel ver la corrupción.

Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha.

2ª Lectura (Gál 5,1.13-18): Hermanos: Para la libertad nos ha liberado Cristo. Manteneos, pues, firmes, y no dejéis que vuelvan a someteros a yugos de esclavitud. Vosotros, hermanos, habéis sido llamados a la libertad; ahora bien, no utilicéis la libertad como estímulo para la carne; al contrario, sed esclavos unos de otros por amor. Porque toda la ley se cumple en una sola frase, que es: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Pero, cuidado, pues mordiéndoos y devorándoos unos a otros acabaréis por destruiros mutuamente. Frente a ello, yo os digo: caminad según el Espíritu y no realizaréis los deseos de la carne; pues la carne desea contra el espíritu y el espíritu contra la carne; efectivamente, hay entre ellos un antagonismo tal que no hacéis lo que quisierais. Pero si sois conducidos por el Espíritu, no estáis bajo la ley.

Versículo antes del Evangelio (1 Sam 3,9c; Jn 6, 68c): Aleluya. Habla, Señor, que tu siervo escucha; tú tienes palabras de vida eterna. Aleluya.

Texto del Evangelio (Lc 9,51-62): Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción, Jesús se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén, y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén. Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?». Pero volviéndose, les reprendió; y se fueron a otro pueblo.

Mientras iban caminando, uno le dijo: «Te seguiré adondequiera que vayas». Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». A otro dijo: «Sígueme». Él respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre». Le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios». También otro le dijo: «Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa». Le dijo Jesús: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios».



«Sígueme»

Pbro. José MARTÍNEZ Colín

(Culiacán, México)


Hoy, el Evangelio nos invita a reflexionar sobre nuestro seguimiento de Cristo. Importa saber seguirlo como Él lo espera. Santiago y Juan aún no habían aprendido el mensaje de amor y de perdón: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?» (Lc 9,54). Los otros convocados aún no se desprendían realmente de sus lazos familiares. Para seguir a Jesucristo y cumplir con nuestra misión, hay que hacerlo libres de toda atadura: «Nadie que (...) mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios» (Lc 9,62).

Con motivo de una Jornada Misionera Mundial, San Juan Pablo II hizo un llamamiento a los católicos a ser misioneros del Evangelio de Cristo a través del diálogo y el perdón. El lema había sido: «La misión es anuncio de perdón». Dijo el Papa que sólo el amor de Dios es capaz de hermanar a los hombres de toda raza y cultura, y podrá hacer desaparecer las dolorosas divisiones, los contrastes ideológicos, las desigualdades económicas y los violentos atropellos que oprimen todavía a la Humanidad. Mediante la evangelización, los creyentes ayudan a los hombres a reconocerse como hermanos.

Si nos sentimos verdaderos hermanos, podremos comenzar a comprendernos y a dialogar con respeto. El Papa ha subrayado que el empeño por un diálogo atento y respetuoso es una condición para un auténtico testimonio del amor salvífico de Dios, porque quien perdona abre el corazón a los demás y se hace capaz de amar. El Señor nos lo dejó dicho en la Última Cena: «Que os améis los unos a los otros, así como Yo os he amado (...). En esto reconocerán todos que sois discípulos míos» (Jn 13,34-35).

Evangelizar es tarea de todos, aunque de modo diferente. Para algunos será acudir a muchos países donde aún no conocen a Jesús. A otros, en cambio, les corresponde evangelizar a su alrededor. Preguntémonos, por ejemplo, si quienes nos rodean saben y viven las verdades fundamentales de nuestra fe. Todos podemos y debemos apoyar, con nuestra oración, sacrificio y acción, la labor misionera, además del testimonio de nuestro perdón y comprensión para con los demás.

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