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miércoles, 2 de enero de 2019

EL PAPA FRANCISCO INVOCA LA BENDICIÓN DE DIOS SOBRE TODA LA HUMANIDAD


El Papa invoca la bendición de Dios sobre toda la humanidad
Redacción ACI Prensa
 Foto: Captura de Youtube



Durante el rezo del Ángelus desde el Palacio Apostólico del Vaticano este martes 1 de enero de 2019, el Papa Francisco invocó la bendición de Dios sobre toda la humanidad.

El Pontífice recordó que “es la bendición de Dios la que da sustancia a todos en las felicitaciones que se intercambian en estos días” de fiestas navideñas y de año nuevo.

El Santo Padre destacó que la Solemnidad de Santa María Madre de Dios, que se celebra en este primer día del año, pone de relieve que “mostrándonos a Jesús, el Salvador del mundo, ella, la Madre, nos bendice. Bendice el camino de cada hombre y de cada mujer en este año que comienza”.


Este año 2019 “será bueno precisamente en la medida en que cada uno acoja la bondad de Dios que Jesús vino a traer al mundo”.

El Pontífice explicó el significado de la bendición de la liturgia de este día, una bendición muy antigua con la que los sacerdotes israelitas bendecían al pueblo. Esa oración “recita así: ‘Te bendiga el Señor y te custodie. El Señor haga resplandecer para ti su rostro y te de gracia. El Señor dirija hacia a ti su rostro y te conceda paz’”.

Francisco destacó que en esa antigua fórmula de bendición "el sacerdote repite tres veces el nombre de Dios, ‘Señor’, extendiendo las manos hacia el pueblo reunido. En la Biblia, de hecho, el nombre representa la misma realidad que se invoca y, así, ‘imponer el nombre’ del Señor sobre una persona, una familia, una comunidad significa ofrecerles su fuerza beneficiosa que fluye de Él”.


También destacó que “con esta fórmula, dos veces se nombra el ‘rostro’ del Señor. El sacerdote reza a Dios para que los ‘haga resplandecer’ y lo ‘dirija’ hacia su rostro y, así, le conceda la misericordia y la paz”.

“Sabemos que, según las Escrituras, el rostro de Dios es inaccesible al hombre: nadie puede ver a Dios y permanecer con vida. Esto expresa la trascendencia de Dios, la infinita grandeza de su gloria. Pero la gloria de Dios es toda Amor y, así, al permanecer inaccesible, como un sol que no se puede mirar, irradia su gracia sobre toda criatura y, en modo especial, sobre los hombres y mujeres, en los cuales se refleja”.

El Papa concluyó subrayando que Jesucristo, Salvador del Mundo, “es la bendición para cada persona y para toda la familia humana. Él es fuente de gracia, de misericordia y de paz”.

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