Autor: . | Fuente: LaPueblaDeCastro.com Román, Santo | |
Mártir, 9 de agosto | |
Mártir LaicoEstuvo presente en su interrogatorio, y ya entonces comenzó a pensar en todo lo que decía aquel hombre. Román había escuchado muchas historias acerca de los cristianos: que eran caníbales, que practicaban el incesto y que se entregaban a extrañas orgías. Pero nada de eso correspondía con la actitud de su prisionero, que no hacía más que hablar del amor de Dios y de la fe en un mundo mejor. Días más tarde, cuando tuvo que presenciar la tortura de San Lorenzo, Román seguía meditando. ¿Era posible que, efectivamente, Dios hubiera venido al mundo y se hubiera dejado matar sólo por amor? Fue entonces cuando reparó en la actitud del mártir ante los tormentos. No gritaba, ni imploraba perdón, y mucho menos parecía dispuesto a abjurar de su fe. Nuestro santo pensó que tal valor y alegría no podían ser meramente humanos: sin duda estaban inspirados por un ser superior, quizá aquel Jesús del que hablaba San Lorenzo. En ese momento vio a un ángel que estaba limpiando amorosamente las heridas del preso. Ya no lo dudó más: en su corazón se convirtió al cristianismo, y así se lo manifestó al mártir al oído. Deseando bautizarse, se ofreció para escoltar al prisionero hasta la celda. Una vez allí buscó un poco de agua e imploró al santo que oficiase el sacramento: San Lorenzo lo hizo encantado, feliz que su martirio diese frutos tan rápidos. Después del bautismo, Román no pudo contenerse, y le reveló al emperador que se había vuelto cristiano a través del ejemplo de aquel hombre. Valerio no lo dudó ni un instante: lo despojó del rango de soldado imperial y ordenó que fuese decapitado. |
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