Autor: Karl Koreander | Fuente: Catholic.net Jesús camina sobre las aguas | |
Marcos 6, 45-52. Navidad. Hoy Cristo nos invita a permanecer en su amor y a ser fuertes ante las dificultades. | |
En aquel tiempo, después de la multiplicación de los panes, Jesús apremió a sus discípulos a subir a la barca y a ir por delante hacia Betsaida, mientras él despedía a la gente. Después de despedirse de ellos, se fue al monte a orar. Al atardecer, estaba la barca en medio del mar y él, solo, en tierra. Viendo que ellos se fatigaban remando, pues el viento les era contrario, a eso de la cuarta vigilia de la noche viene hacia ellos caminando sobre el mar y quería pasarles de largo. Pero ellos viéndole caminar sobre el mar, creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar, pues todos le habían visto y estaban turbados. Pero él, al instante, les habló, diciéndoles: «¡Animo!, que soy yo, no temáis». Subió entonces con ellos a la barca, y el viento se calmó, y quedaron en su interior completamente estupefactos, pues no habían entendido lo de los panes, sino que su mente estaba embotada. Oración introductoria Señor, al inicio de esta oración quiero ponerme en tu presencia, porque mi mente también esta embotada. Sé que Tú me ves, me escuchas, me conoces, me inspiras. Que tu presencia amorosa en esta meditación no me haga temer, sino confiar más en tu Providencia. Petición Señor, no dejes nunca que desconfíe de Ti. Sé Tú mi fortaleza y mi gran seguridad. Meditación del Papa Francisco Jesús sabe bien qué hacer, pero quiere involucrar a sus discípulos, quiere educarles. La actitud de los discípulos es la actitud humana, que busca la solución más realista sin crear demasiados problemas: Despide a la gente -dicen-, que cada uno se las arregle como pueda; por lo demás, ya has hecho demasiado por ellos: has predicado, has curado a los enfermos... ¡Despide a la gente! [...] Los discípulos vieron, pero no captaron bien el mensaje. Se dejaron llevar, como la gente, por el entusiasmo del éxito. Una vez más siguieron la lógica humana y no la de Dios, que es la del servicio, del amor, de la fe. Pidamos a nuestra Madre María que nos ayude en esta conversión para seguir verdaderamente más a Jesús, a quien adoramos en la Eucaristía. (S.S. Francisco, 2 de junio de 2013).. Reflexion Después de la multiplicación de los panes Jesús ofrece otra manifestación de su misión calmando la tempestad sobre las aguas. Una vez más sus discípulos son los protagonistas de este pasaje y aún no acaban de entender lo que pasó con los panes, y enseguida son testigos de cómo Jesús camina sobre las aguas. En nuestra vida también pasamos por el miedo que experimentaron aquella noche los discípulos, a pesar de ser expertos pescadores. A nuestra barca particular, y también a la barca de la Iglesia le vienen vientos fuertes en contra y tenemos miedo de zozobrar. Sin embargo, del mismo modo como para aquellos apóstoles, la paz y la serenidad nos vendrán de que admitamos a Jesús junto a nosotros. Sólo así podremos oír que nos dice: "ánimo, soy yo, no tengáis miedo". Este "no tengáis miedo" va dirigido cantidad de veces por Yahvé en el Antiguo Testamento, y por Jesús otras tantas en el Nuevo Testamento a los llamados a realizar alguna misión. Y hoy nos interpela a nosotros. Por tanto, hoy Cristo nos invita a permanecer en su amor y a ser fuertes ante las dificultades. Porque Él está con nosotros y sólo con Él seremos capaces de vencer los vientos más fuertes que arrecien contra nuestra barca. Propósito Antes de iniciar mi meditación, hacer siempre actos de fe, confianza y amor a Dios. Diálogo con Cristo Jesús, estoy convencido de que quien cree en Ti, y te ama de verdad, jamás desconfía por más tribulaciones que padezca. En este Año de la Fe quiero tener ese encuentro profundo, real, personal y comprometedor contigo, porque sé que a mayor fe, más felicidad. |
Páginas
▼
No hay comentarios:
Publicar un comentario