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domingo, 14 de noviembre de 2021

HOY 14 DE NOVIEMBRE RECORDAMOS A SAN SERAPIO, PATRÓN DE LOS ENFERMOS DE ARTRITIS


 

😇 14 DE NOVIEMBRE | San Serapio  fue un sacerdote mercedario. Acompañó a su papá en las cruzadas cuando era un jovencito y estuvo presente en la batalla de Acre en 1191, durante el reinado del rey Ricardo Corazón de León.  Estando en España participó en la Reconquista, sirviendo en las filas de Alfonso VIII,​ después de lo cual conoció a San Pedro Nolasco y a los frailes mercedarios. Ingresó en la Orden de la Merced en 1222, y participó en varias redenciones. En su última redención, se quedó como parte de pago para la liberación de algunos cautivos, pero el dinero para su rescate no llegó a tiempo. El 14 de noviembre de 1240, bajo el reinado de Abu Muhámmad ar-Rashid, fue martirizado por los sarracenos.

EL PAPA FRANCISCO AGRADECE INICIATIVAS EN TODO EL MUNDO POR LA JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES 2021

 



 El Papa agradece iniciativas en todo el mundo por la Jornada Mundial de los Pobres 2021

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa

 Foto: Vatican Media



Después del rezo del Ángelus este 14 de noviembre, el Papa Francisco agradeció “las numerosas iniciativas de solidaridad que se han organizado en diócesis y parroquias de todo el mundo” con ocasión de la Jornada Mundial de los Pobres 2021.


Ante miles de fieles reunidos en la plaza de San Pedro y después de haber celebrado la Misa en la Basílica Vaticana con más de dos mil pobres, el Santo Padre señaló que la Jornada Mundial de los Pobres surgió “como fruto del Jubileo de la Misericordia” que se realizó del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016.

En esta línea, el Papa señaló que el tema de la V Jornada Mundial de los Pobres son las palabras de Jesús: “A los pobres los tienen siempre con ustedes”.

“Y es verdad: la humanidad progresa, se desarrolla, pero los pobres están siempre con nosotros, siempre hay pobres, y en ellos está presente Cristo, en los pobres está presente Cristo”, advirtió el Papa.

Además, el Santo Padre recordó que el pasado viernes 12 de noviembre visitó Asís en donde en la Basílica de Santa María de los Ángeles “vivimos un momento fuerte de testimonio y oración, que les invito a retomar, les hará bien”.

En esa ocasión, el Papa rezó en silencio en la Porciúncula y después escuchó con atención diferentes testimonios de personas de diferentes nacionalidades, las historias fueron intercaladas por cantos.

El primer testimonio fue en lengua francesa, en el que un matrimonio joven de París con su bebé contó al Papa cómo se conocieron y que realizan una misión en familia.

El segundo testimonio fue en español. Sebastián del Valle dijo que nació en Palma de Mallorca, y actualmente vive en Toledo. Relató que de pequeño creció en una familia católica y tenía mucha devoción al Rosario. Luego, se alejó de Dios y cometió algunos delitos por lo que estuvo en la cárcel. 

Tras salir de prisión se quedó solo, sin empleo y varias semanas vivió en la calle hasta que un párroco de un pueblo de Toledo lo recibió en un centro de Cáritas durante el confinamiento y se volvió a acercar a Dios. Sebastián se conmovió y se puso a llorar varias veces.

El tercero fue en francés y relató que creció en una familia y ambiente ateo y que de adulto encontró al Señor y se bautizó.

El cuarto testimonio fue en polaco, un joven de 37 años narró que cayó en la droga y alcohol a los 16 años y que desde 2007 vive en la calle.

El quinto testimonio fue de Farzaneh una joven refugiada de Afganistán que relató las dificultades actuales en el país y agradeció la acogida en Italia.

Luego, una pareja de ancianos de Afganistán que ahora vive en Italia contó su historia de migración forzada y el triste asesinato de uno de sus hijos por los talibanes.

El último testimonio fue de una mujer en silla de ruedas de 43 años que nació en Rumania. Dijo que llegó a Italia hace 15 años. Inicialmente en 2006 para cuidar a unos ancianos, tuvo que dejar dos hijos pequeños con su esposo, pero en 2008 murió su esposo y regresó a su país natal, pero después de la muerte de su esposo volvió a Italia con sus dos hijos, y relató cómo empezó su enfermedad, que ha tenido más de diez operaciones, los fuertes dolores, que perdió el trabajo y que no ha sido sencillo.

Después de los testimonios, el Santo Padre pronunció un discurso en el cual animó a “que este encuentro abra los corazones de todos nosotros para ponernos a disposición de los demás; que abra nuestros corazones para hacer de nuestras debilidades una fuerza que nos ayude a seguir en el camino de la vida, para transformar nuestra pobreza en una riqueza a compartir, y así mejorar el mundo”.

UN DÍA COMO HOY HACE 100 AÑOS CRISTO PROTEGIÓ A LA VIRGEN DE GUADALUPE EN ATENTADO CON BOMBA

 



Un día como hoy hace 100 años Cristo protegió a la Virgen de Guadalupe en atentado con bomba

POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa

 Crédito: David Ramos / ACI Prensa




Hoy se cumplen 100 años del atentado perpetrado en 1921 contra la Virgen de Guadalupe en la antigua basílica, en la que la imagen mariana fue protegida por un crucifijo que se conoce ahora como el “Santo Cristo del Atentado”.

“Este domingo 14 de noviembre se cumplen 100 años del terrible atentado en contra de la Santísima Virgen de Guadalupe. Querían destruir su imagen bendita, su imagen portentosa”, dijo a ACI Prensa el P. Eduardo Chávez, doctor en historia de la Iglesia y director general del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos.

“Conmemoramos también 100 años del testimonio maravilloso de Jesús, puesto que fue Él quien cubrió, cuidó y protegió a su madre y nuestra madre Santa María de Guadalupe”, refirió el también postulador de la causa de canonización de San Juan Diego.

“Testimonio de esto es el Cristo que está doblado y que lo tenemos aquí en la misma Basílica de Guadalupe como testimonio del inmenso amor de Dios, del portentoso amor de Dios para con ella y para con todos nosotros que la tenemos aquí todavía”.

El 14 de noviembre de 1921 estalló una bomba que un hombre había ocultado en unas flores que colocó en la antigua basílica de Guadalupe.

“Alrededor de las 10:30 de la mañana, estalló una bomba de dinamita que se hallaba oculta entre las flores. Los desperfectos fueron en las gradas del altar, que son de mármol, en los candeleros de latón y en esta Sagrada Imagen de Ntro. Señor Crucificado, que retorcida cayó al suelo”, indica el relato que está en la parte posterior de la actual Basílica, con el crucifijo y las fotos que se tomaron luego del atentado.

A este crucifijo se le conoce como el “Santo Cristo del Atentado”, y producto de la explosión quedó retorcido.


(Santo Cristo del Atentado en la Basílica de Guadalupe. Crédito: David Ramos / ACI Prensa)

El relato recuerda que el cristal del cuadro que protegía la imagen de la Virgen de Guadalupe “ni siquiera se estrelló” tras la explosión.

El atentado era el preludio de lo que años después sería la persecución religiosa en México, durante el gobierno de Plutarco Elías Calles.

El P. Chávez dijo a ACI Prensa que la Virgen de Guadalupe “nos quita el miedo” y “nos da la fe y la esperanza para vivir en el amor”.

El sacerdote recordó que “la imagen santísima de Guadalupe porta en su seno, en su vientre inmaculado a Jesús. Es el centro de la misma imagen y por eso es signo de la Iglesia”.

En ese sentido, con el atentado de hace 100 años, “al intentar destruir la imagen se trató de destruir la misma Iglesia y no pudieron porque esto viene de Dios”.

“Así como Santa María de Guadalupe, en su portentosa imagen es obra de Dios, así también la Iglesia es obra de Dios. Cristo es la cabeza de esta iglesia bendita que proclama la verdad, la justicia, el amor, el perdón, la misericordia, lo que tanto necesita nuestro pueblo exactamente el día de hoy”.

Por eso, exhortó el sacerdote, “si bien no pudieron destruir la imagen de la Virgen de Guadalupe, nosotros no la destruyamos jamás en nuestro corazón, en nuestra familia, nuestra comunidad, nuestra Iglesia”.

“La Virgen de Guadalupe está aquí para darnos a Jesucristo nuestro Señor su Hijo amado, a Él que es el centro de la Iglesia”.


Colaboró en esta nota David Ramos, jefe de la oficina de ACI Prensa en México 

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 14 DE NOVIEMBRE DE 2021

 



 Domingo 33 (B) del tiempo ordinario

Domingo 14 de noviembre



1ª Lectura (Dan 12,1-3): Por aquel tiempo se levantará Miguel, el arcángel que se ocupa de tu pueblo: serán tiempos difíciles, como no los ha habido desde que hubo naciones hasta ahora. Entonces se salvará tu pueblo: todos los inscritos en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo despertarán: unos para vida eterna, otros para ignominia perpetua. Los sabios brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad.





Salmo responsorial: 15

R/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré.

Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha.



2ª Lectura (Heb 10,11-14.18): Cualquier otro sacerdote ejerce su ministerio, diariamente ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, porque de ningún modo pueden borrar los pecados. Pero Cristo ofreció por los pecados, para siempre jamás, un solo sacrificio; está sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies. Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados. Donde hay perdón, no hay ofrenda por los pecados.


Versículo antes del Evangelio (Lc 21,36): Aleluya. Velen y oren, para que puedan presentarse sin temor ante el Hijo del hombre. Aleluya.


Texto del Evangelio (Mc 13,24-32): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «En aquellos días, después de la tribulación aquella, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y los astros estarán cayendo del cielo, y las fuerzas que hay en los cielos serán sacudidas. Entonces, verán al Hijo del hombre viniendo en las nubes con gran poder y gloria. Y entonces enviará a los ángeles, y congregará a sus elegidos de los cuatro vientos, desde la extremidad de la tierra hasta la extremidad del cielo.

»De la higuera aprended la semejanza: cuando ya sus ramas se ponen tiernas, y brotan las hojas, conocéis que el verano está cerca; así también, cuando veáis suceder todo esto, sabed que Él está cerca, a las puertas. En verdad, os digo, la generación ésta no pasará sin que todas estas cosas se hayan efectuado. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Mas en cuanto al día y la hora, nadie sabe, ni los mismos ángeles del cielo, ni el Hijo, sino el Padre».




«Él está cerca»

Rev. D. Pedro IGLESIAS Martínez

(Rubí, Barcelona, España)


Hoy recordamos cómo, al comienzo del año litúrgico, la Iglesia nos preparaba para la primera llegada de Cristo que nos trae la salvación. A dos semanas del final del año, nos prepara para la segunda venida, aquella en la que se pronunciará la última y definitiva palabra sobre cada uno de nosotros.

Ante el Evangelio de hoy podemos pensar que “largo me lo fiais”, pero «Él está cerca» (Mc 13,29). Y, sin embargo, resulta molesto —¡hasta incorrecto!— en nuestra sociedad aludir a la muerte. Sin embargo, no podemos hablar de resurrección sin pensar que hemos de morir. El fin del mundo se origina para cada uno de nosotros el día que fallezcamos, momento en el que terminará el tiempo que se nos habrá dado para optar. El Evangelio es siempre una Buena Noticia y el Dios de Cristo es Dios de Vida: ¿por qué ese miedo?; ¿acaso por nuestra falta de esperanza?

Ante la inmediatez de ese juicio hemos de saber convertirnos en jueces severos, no de los demás, sino de nosotros mismos. No caer en la trampa de la autojustificación, del relativismo o del “yo no lo veo así”... Jesucristo se nos da a través de la Iglesia y, con Él, los medios y recursos para que ese juicio universal no sea el día de nuestra condenación, sino un espectáculo muy interesante, en el que por fin, se harán públicas las verdades más ocultas de los conflictos que tanto han atormentado a los hombres.

La Iglesia anuncia que tenemos un salvador, Cristo, el Señor. ¡Menos miedos y más coherencia en nuestro actuar con lo que creemos! «Cuando lleguemos a la presencia de Dios, se nos preguntarán dos cosas: si estábamos en la Iglesia y si trabajábamos en la Iglesia; todo lo demás no tiene valor» (Beato J.H. Newman). La Iglesia no sólo nos enseña una forma de morir, sino una forma de vivir para poder resucitar. Porque lo que predica no es su mensaje, sino el de Aquél cuya palabra es fuente de vida. Sólo desde esta esperanza afrontaremos con serenidad el juicio de Dios.