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jueves, 21 de octubre de 2021

¿POR QUÉ REZAR EL SANTO ROSARIO?

 

 ¿Por qué rezar el rosario?

Te lo explicamos en un entretenido video

Por: Luisa Restrepo | Fuente: Catholic-link.com



A lo largo de los siglos nuestra querida Iglesia ha fomentado el santo rosario como oración fundamental en nuestra vida cristiana. Y es María, nuestra Madre, la que se ha encargado de expandir su devoción por todo el mundo.

El rosario en comunidad: sea en la familia, la parroquia, un grupo de amigos… ¡es algo maravilloso! Lo creemos así, pues El Señor nos ha dicho que: “Donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18:20). Además es un modo hermoso de fortalecer la unidad, el amor a María, vencer las tentaciones, rezar por la salvación de las personas y del mundo. En conclusión, el rosario, es una oración al alcance de todos.

¡A la Virgen María le encanta que recemos el rosario! pues esta es la oración de los sencillos y de los grandes. Es tan simple que se puede rezar en cualquier parte y a cualquier hora. Los invitamos a rezar juntos, no solo en mayo –sino todos los días del año– esta oración que como nos dice San Juan Pablo II: «Es oración del hombre en favor del hombre: es la oración de la solidaridad humana, oración colegial de los redimidos, que refleja el espíritu y las intenciones de la primera redimida, María, Madre e imagen de la Iglesia: oración en favor de todos los hombres del mundo y de la historia, vivos o difuntos, llamados a formar con nosotros Cuerpo de Cristo y a ser, con El, coherederos de la gloria del Padre».

¿SUFRES DE CÁNCER DE MAMA? ESTOS CUATRO SANTOS INTERCESORES PUEDEN AYUDARTE

 



 ¿Sufres de cáncer de mama? Estos cuatro santos intercesores pueden ayudarte

POR CYNTHIA PÉREZ | ACI Prensa




Con motivo del Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama que se conmemoró ayer, te presentamos cuatro santos de la Iglesia Católica que son reconocidos por interceder de forma especial en los casos de mujeres que padecen esta enfermedad.

Cada 19 de octubre se celebra el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, una fecha impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para concientizar sobre la prevención de esta enfermedad que aqueja a 1 de cada 8 mujeres en el mundo, y que representa el 16% de todos los cánceres que sufren las mujeres.

En la Iglesia Católica existen santos que son famosos por interceder para obtener la curación de enfermedades particulares. Por ejemplo, San Juan de Dios y Santa Hildegarda de Bingen son intercesores de los que sufren depresión; o Santa Liduvina, patrona de los enfermos crónicos; etc.

En el caso del cáncer, la Iglesia cuenta con santos que interceden de forma especial por las mujeres que sufren cáncer de mama. A continuación, presentamos a cuatro de ellos:


Santa Águeda

Es la santa patrona de los que sufren enfermedades de la glándula mamaria y las mujeres enfermas de cáncer de mama.

Santa Águeda, cuya fiesta se celebra el 5 de febrero, procedía de Catania, Sicilia (Italia) tenía una extraordinaria belleza y consagró su vida y pureza a Dios. Según cuenta la historia, fue torturada por rechazar las propuestas amorosas del cónsul Quintiliano, y como parte de su martirio le cortaron sus pechos con pinzas de ardiente acero.

En el mundo existen iglesias en su honor y también asociaciones y fundaciones contra el cáncer de mama que llevan su nombre. Sus devotos que se dedican a tratar y prevenir el cáncer de mama son conocidos como “los soldados de Santa Águeda”, según indica un artículo firmado por el Dr. Michael B. Shimking.

Si deseas pedirle su intercesión, puedes rezar la oración que compartimos aquí.Oración a Santa Agueda para pedir por el Cáncer de Seno



Señor Jesús, que has querido que tu mártir santa Agueda sea invocada como especial abogada de aquellas mujeres que se ven aquejadas con enfermedades en sus senos y en tu clemencia y bondad, que supera toda razón humana, te has dignado escuchar los ruegos de tus siervos por mediación de tan gran santa.

Te doy gracias Señor por tu compasión y te pido que nos asista tu misericordia. Concede a cuantos se acercan a esta imagen de tu virgen santa Agueda, la paz que necesitan y el remedio que solo tú puedes dar y que libra al mal y al cuerpo de males y enfermedades.

Concédenos que los ruegos y méritos de santa Agueda ayuden a tantas almas que sufren afligidas en sus cuerpos el terrible mal del cáncer te encomiendo en especial a (nombrar a la persona que padece enfermedad).

Dígnate a escuchar nuestras súplicas, que son las que santa Agueda lleva en sus manos y te presenta. Concédeles el consuelo que necesitan y especialmente la curación que tanto anhelan, si es tu santa voluntad. Concédenos imitar a santa Agueda en la fortaleza, en la constancia y en la resignación, para que como ella podamos merecer una día la recompensa eterna de estar en la gloria, donde vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén



San Ezequiel Moreno

El santo es patrono de los enfermos de cáncer, y los milagros que dieron paso a su beatificación y canonización fueron la curación de dos enfermos con cáncer terminal: una de ellos fue una mujer con cáncer de mama.

San Ezequiel Moreno, cuya fiesta se celebra el 19 de agosto, fue un fraile agustino recoleto que nació a mediados del siglo XIX y que sirvió por muchos años como misionero en Colombia, donde se le detectó cáncer. El santo murió a los 58 años en España, a causa de la enfermedad.

Fue canonizado por San Juan Pablo II en 1992 luego de comprobarse su intercesión en la curación milagrosa de la colombiana María de Jesús Náñez, una mujer que tras ser operada de un tumor en la pierna derecha, hizo metástasis en el pecho izquierdo. Ella se encomendó al entonces beato y se curó milagrosamente.



Santa María de La Providencia

La santa nació en Francia y fue bautizada con el nombre de Eugénie Smet. Se hizo religiosa bajo el nombre de María de La Providencia y fundó la Congregación Sociedad de las Auxiliadoras de las Almas del Purgatorio, que busca salvar las benditas almas a través de obras de misericordia espirituales y corporales.

Santa María de La Providencia, cuya fiesta se celebra el 6 de marzo, fue detectada con cáncer de mama a los 45 años y al poco tiempo falleció. Si bien se desconoce que haya intercedido en casos de casos de curación de esta enfermedad, puede ser un gran ejemplo para las mujeres que la padecen y, por supuesto, una intercesora a la cual acudir.

Santa María Celia Guérin


La santa es la esposa de San Luis Martin, quienes son los padres de Santa Teresa de Lisieux y el primer matrimonio católico declarado santo, cuya fiesta se celebra el 12 de julio.

Santa María Celia Guérin nació en 1831 en una familia católica y fue educada por religiosas que le enseñaron su oficio: el arte de la confección. Se casó, tuvo nueve hijos y llevó una vida matrimonial ejemplar con Misa diaria, oración y confesión frecuente, y participación en la vida parroquial.

De forma similar a Santa María de La Providencia, a los 45 años se le detectó un tumor en el seno, enfermedad que padeció con firme esperanza cristiana hasta su muerte.

“Si Dios quiere curarme, estaré muy contenta pues, en el fondo de mi corazón, deseo vivir; lo que me cuesta es dejar a mi marido y a mis hijas. Pero, por otra parte, me digo: si no me curo es que, quizá, será más útil que yo me vaya”, escribió en una carta.

No cabe duda que su ejemplo de confianza en Dios e intercesión puede ayudar a muchas mujeres madres que sufren esta enfermedad en la actualidad.

HOY ES JUEVES EUCARÍSTICO - ORACIONES A JESÚS EUCARISTÍA

 



ORACIONES A JESÚS

EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO



Señor mío Jesucristo, que por el amor que tenéis a los hombres, permanecéis de día y noche en este Sacramento, lleno de misericordia y ternura, esperando, llamando y acogiendo a todos los que vienen a visitaros, yo creo que estáis aquí presente. Os adoro desde el abismo de mi nada, os doy gracias por todos los favores, y especialmente por haberos Vos mismo dado a mí en este Sacramento; por haberme concedido a María vuestra propia Madre, como intercesora; y por haberme llamado a visitaros en esta iglesia.

Yo saludo hoy a vuestro amadísimo Corazón y deseo adorarle, en agradecimiento por este grande don, en reparación de todos los ultrajes que Vos mi amado Jesús, recibís en este Sacramento de vuestros enemigos.

Oh Jesús mío, os amo de todo corazón. Me arrepiento de haberos ofendido tantas veces. Me propongo con vuestra gracia no ofenderos más en adelante, y ahora, aunque, estoy lleno de faltas e imperfecciones me consagro todo a Vos. Haced de mi, lo que os agrade. Yo sólo os pido y sólo deseo vuestro santo amor, y la perseverancia hasta el fin.

Os encomiendo también las almas del purgatorio, especialmente a aquellas que han sido más devotas del Santísimo Sacramento y de María Inmaculada.

Por fin, mi amado Salvador, uno todos mis afectos a los de vuestro amorosísmo Corazón, y los ofrezco a vuestro Padre Eterno, suplicándole que por amor a Vos, se sirva aceptarlos y escucharlos. Así sea.

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 21 DE OCTUBRE DE 2021

 



EL EVANGELIO DE HOY

 Jueves 29 del tiempo ordinario

Jueves 21 de octubre de 2021


1ª Lectura (Rom 6,19-23): Hermanos: Uso un lenguaje corriente, adaptándome a vuestra debilidad, propia de hombres; quiero decir esto: si antes cedisteis vuestros miembros como esclavos a la inmoralidad y al desorden, para el desorden total, ponedlos ahora al servicio de la justicia para vuestra santificación. Cuando erais esclavos del pecado, la justicia no os gobernaba. ¿Qué frutos dabais entonces? Frutos de los que ahora os avergonzáis, porque acaban en la muerte. Ahora, en cambio, emancipados del pecado y hechos esclavos de Dios, producís frutos que llevan a la santidad y acaban en vida eterna. Porque el pecado paga con muerte, mientras que Dios regala vida eterna por medio de Cristo Jesús, Señor nuestro.

Salmo responsorial: 1

R/. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche.


Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin.


No así los impíos, no así; serán paja que arrebata el viento. Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal.

Versículo antes del Evangelio (Flp 3,8-9): Aleluya. Todo lo considero una pérdida y lo tengo por basura, para ganar a Cristo y vivir unido a él. Aleluya.

Texto del Evangelio (Lc 12,49-53): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra».





«He venido a prender fuego en el mundo»

+ Rev. D. Joan MARQUÉS i Suriñach

(Vilamarí, Girona, España)



Hoy, el Evangelio nos presenta a Jesús como una persona de grandes deseos: «He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo!» (Lc 12,49). Jesús ya querría ver el mundo arder en caridad y virtud. ¡Ahí es nada! Tiene que pasar por la prueba de un bautismo, es decir, de la cruz, y ya querría haberla pasado. ¡Naturalmente! Jesús tiene planes, y tiene prisa por verlos realizados. Podríamos decir que es presa de una santa impaciencia. Nosotros también tenemos ideas y proyectos, y los querríamos ver realizados enseguida. El tiempo nos estorba. «¡Qué angustia hasta que se cumpla!» (Lc 12,50), dijo Jesús.


Es la tensión de la vida, la inquietud experimentada por las personas que tienen grandes proyectos. Por otra parte, quien no tenga deseos es un apocado, un muerto, un freno. Y, además, es un triste, un amargado que acostumbra a desahogarse criticando a los que trabajan. Son las personas con deseos las que se mueven y originan movimiento a su alrededor, las que avanzan y hacen avanzar.


¡Ten grandes deseos! ¡Apunta bien alto! Busca la perfección personal, la de tu familia, la de tu trabajo, la de tus obras, la de los encargos que te confíen. Los santos han aspirado a lo máximo. No se asustaron ante el esfuerzo y la tensión. Se movieron. ¡Muévete tú también! Recuerda las palabras de san Agustín: «Si dices basta, estás perdido. Añade siempre, camina siempre, avanza siempre; no te pares en el camino, no retrocedas, no te desvíes. Se para el que no avanza; retrocede el que vuelve a pensar en el punto de salida, se desvía el que apostata. Es mejor el cojo que anda por el camino que el que corre fuera del camino». Y añade: «Examínate y no te contentes con lo que eres si quieres llegar a lo que no eres. Porque en el instante que te complazcas contigo mismo, te habrás parado». ¿Te mueves o estás parado? Pide ayuda a la Santísima Virgen, Madre de Esperanza.