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martes, 13 de abril de 2021

EL PAPA FRANCISCO EN DOMINGO DE LA MISERICORDIA: LA CONFESIÓN ES PARA LEVANTARSE, NO PARA HUNDIRSE

 



 El Papa en Domingo de la Misericordia: La Confesión es para levantarse, no para hundirse

POR MIGUEL PÉREZ PICHEL | ACI Prensa




El Papa Francisco invitó a acudir con frecuencia al Sacramento de la Confesión, pues al acudir a la confesión “no nos confesamos para hundirnos, sino para dejarnos levantar. Lo necesitamos mucho, todos”.

El Santo Padre se expresó así durante la Misa por la Fiesta de la Divina Misericordia, que celebró este domingo 11 de abril en la iglesia del Santo Spirito in Sassia, cerca del Vaticano, junto con algunos Misioneros de la Misericordia instituidos durante el Jubileo de la Misericordia.

A la Misa asistieron un grupo de detenidos, algunas Hermanas Hospitalarias de la Misericordia, una representación de enfermeras del Hospital Santo Spirito in Sassia, algunas personas con discapacidad, una familia de migrantes de Argentina, algunos refugiados procedentes de Siria, Nigeria y Egipto, y un voluntario de Cáritas de Siria.

El Papa señaló que la confesión “es el Sacramento que vuelve a levantarnos, que no nos deja tirados, llorando contra el duro suelo de nuestras caídas. Es el Sacramento de la resurrección, es misericordia pura. Y el que recibe las confesiones debe hacer sentir la dulzura de la misericordia”.

En su homilía, el Pontífice llamó la atención sobre el hecho de que Jesús, durante su predicación, no había logrado transformar a sus discípulos. Sin embargo, “en Pascua, sucede algo nuevo. Y se lleva a cabo en el signo de la misericordia. Jesús los vuelve a levantar con la misericordia. Y ellos, ‘misericordiados’, se vuelven misericordiosos”.

El Papa Francisco citó tres dones por medio de los cuales los discípulos de Jesús, y todos los cristianos, son ‘misericordiados’: la paz, el Espíritu y las llagas.

En primer lugar, Jesús les da a sus discípulos la paz. “Paz a vosotros”, son las palabras que Jesús pronuncia cuando se aparece por primera vez ante los discípulos en la casa en la que se encontraban encerrados “por temor, por miedo a ser arrestados y correr la misma suerte del Maestro”.

“Pero no sólo estaban encerrados en casa, también estaban encerrados en sus remordimientos. Habían abandonado y negado a Jesús. Se sentían incapaces, buenos para nada, inadecuados”, explicó el Santo Padre.

Entonces, “Jesús llega y les repite dos veces: ‘Paz a vosotros’. No da una paz que quita los problemas del medio, sino una paz que infunde confianza dentro. No es una paz exterior, sino la paz del corazón”.

Jesús añade: “Como el Padre me envió, así yo os envío”. “Aquellos discípulos desalentados son reconciliados consigo mismos. La paz de Jesús los hace pasar del remordimiento a la misión. En efecto, la paz de Jesús suscita la misión. No es tranquilidad, no es comodidad, es salir de sí mismo”.

En segundo lugar, “Jesús misericordia a los discípulos dándoles el Espíritu Santo”. Jesús otorga el Espíritu Santo “para la remisión de los pecados”.

“Los discípulos eran culpables, habían huido abandonando al Maestro. Y el pecado atormenta, el mal tiene su precio. Siempre tenemos presente nuestro pecado, dice el Salmo. Solos no podemos borrarlo. Sólo Dios lo quita, sólo Él con su misericordia nos hace salir de nuestras miserias más profundas. Como aquellos discípulos, necesitamos dejarnos perdonar”, subrayó el Santo Padre.

“El perdón en el Espíritu Santo es el don pascual para resurgir interiormente”, continuó. “Pidamos la gracia de acogerlo, de abrazar el Sacramento del perdón”.

El tercer don de Jesús con el que entrega su misericordia es ofrecer sus llagas. “Esas llagas nos han curado”, recordó el Papa. Pero, “¿cómo puede curarnos una herida? Con la misericordia”.

“Las llagas son canales abiertos entre Él y nosotros, que derraman misericordia sobre nuestras miserias. Son los caminos que Dios ha abierto completamente para que entremos en su ternura y experimentemos quién es Él, y no dudemos más de su misericordia”.

Una vez que recibieron la misericordia del Maestro, los discípulos “se volvieron misericordiosos”. Así se refleja en los Hechos de los Apóstoles, donde se relata que “nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo lo tenían en común”.

Francisco subrayó que “no es comunismo, es cristianismo en estado puro”.

El Papa Francisco finalizó su homilía invitando a preguntarse: “Yo, que tantas veces recibí la paz de Dios, su perdón, su misericordia, ¿soy misericordioso con los demás? Yo, que tantas veces me he alimentado con su Cuerpo, ¿qué hago para dar de comer al pobre?”.

Al finalizar la celebración Eucarística el Papa Francisco presidió desde la misma iglesia del Santo Spirito in Sassia el rezo del Regina Coeli.

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 13 DE ABRIL DE 2021

 



 Lecturas de hoy Martes de la 2ª semana de Pascua

Hoy, martes, 13 de abril de 2021



Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (4,32-37):

EL grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma: nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía, pues lo poseían todo en común.

Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y se los miraba a todos con mucho agrado. Entre ellos no había necesitados, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero de lo vendido y lo ponían a los pies de los apóstoles; luego se distribuía a cada uno según lo que necesitaba.

José, a quien los apóstoles apellidaron Bernabé, que significa hijo de la consolación, que era levita y natural de Chipre, tenía un campo y lo vendió; llevó el dinero y lo puso a los pies de los apóstoles.


Palabra de Dios



Salmo

Sal 92,1ab.1c-2.5


R/. El Señor reina, vestido de majestad


El Señor reina, vestido de majestad;

el Señor, vestido y ceñido de poder. R/.


Así está firme el orbe y no vacila.

Tu trono está firme desde siempre,

y tú eres eterno. R/.


Tus mandatos son fieles y seguros;

la santidad es el adorno de tu casa,

Señor, por días sin término. R/.


Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Juan (3,5a.7b-15):


EN aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:

«Tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu».

Nicodemo le preguntó:

«¿Cómo puede suceder eso?».

Le contestó Jesús:

«¿Tú eres maestro en Israel, y no lo entiendes? En verdad, en verdad te digo: hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero no recibís nuestro testimonio. Si os hablo de las cosas terrenas y no me creéis, ¿cómo creeréis si os hablo de las cosas celestiales? Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.

Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna».


Palabra del Señor



«Tenéis que nacer de lo alto»

Rev. D. Xavier SOBREVÍA i Vidal

(Castelldefels, España)



Hoy, Jesús nos expone la dificultad de prevenir y conocer la acción del Espíritu Santo: de hecho, «sopla donde quiere» (Jn 3,8). Esto lo relaciona con el testimonio que Él mismo está dando y con la necesidad de nacer de lo alto. «Tenéis que nacer de lo alto» (Jn 3,7), dice el Señor con claridad; es necesaria una nueva vida para poder entrar en la vida eterna. No es suficiente con un ir tirando para llegar al Reino del Cielo, se necesita una vida nueva regenerada por la acción del Espíritu de Dios. Nuestra vida profesional, familiar, deportiva, cultural, lúdica y, sobre todo, de piedad tiene que ser transformada por el sentido cristiano y por la acción de Dios. Todo, transversalmente, ha de ser impregnado por su Espíritu. Nada, absolutamente nada, debiera quedar fuera de la renovación que Dios realiza en nosotros con su Espíritu.

Una transformación que tiene a Jesucristo como catalizador. Él, que antes había de ser elevado en la Cruz y que también tenía que resucitar, es quien puede hacer que el Espíritu de Dios nos sea enviado. Él que ha venido de lo alto. Él que ha mostrado con muchos milagros su poder y su bondad. Él que en todo hace la voluntad del Padre. Él que ha sufrido hasta derramar la última gota de sangre por nosotros. Gracias al Espíritu que nos enviará, nosotros «podemos subir al Reino de los Cielos, por Él obtenemos la adopción filial, por Él se nos da la confianza de nombrar a Dios con el nombre de “Padre”, la participación de la gracia de Cristo y el derecho a participar de la gloria eterna» (San Basilio el Grande).

Hagamos que la acción del Espíritu tenga acogida en nosotros, escuchémosle, y apliquemos sus inspiraciones para que cada uno sea —en su lugar habitual— un buen ejemplo elevado que irradie la luz de Cristo.

6 HISTORIAS DE FAVORES OBRADOS POR LA INTERCESIÓN DEL BEATO P. MICHAEL MCGIVNEY



6 historias de favores obrados por la intercesión del Beato P. Michael McGivney

POR HARUMI SUZUKI | ACI Prensa

 Crédito: Caballeros de Colón



Los Caballeros de Colón han afirmado que fieles de todo el mundo están informando de favores obtenidos gracias a la intercesión de su fundador, el P. Michael McGivney, que fue beatificado en octubre de 2020.

En una columna, Andrew Fowler, miembro de los Caballeros de Colón, señaló que en los últimos meses “los católicos de todo el mundo han reportado favores vinculados a la intercesión del Beato Michael McGivney”.

“El sitio web Father Michael J. McGivney Guild mantiene una lista de esos favores, que van desde recuperaciones de COVID-19 hasta encontrar un nuevo empleo, curaciones aparentemente milagrosas y más”, señaló.

Fowler compartió 6 de estas historias y animó a los fieles a seguir orando al P. McGivney por su intercesión:


1.- Miembro de los Caballeros de Colón se recupera de COVID-19

El 5 de marzo, un residente de Edmond, Oklahoma (Estados Unidos) indicó que un miembro del consejo de los Caballeros de Colón enfermó gravemente de COVID-19 y estuvo cerca de requerir ventilación artificial.

“Los Caballeros en todo el estado de Oklahoma nos organizamos para comenzar a rezar juntos el Rosario por Zoom, seguido de la oración del Beato Michael McGivney, con la intención de pedir por su recuperación”, indicó.

El caballero señaló que gracias a las oraciones el nivel de oxígeno del enfermo mejoró y actualmente está fuera de cuidados intensivos.

“El médico indicó que era un milagro que sobreviviera a una enfermedad de esta gravedad”, subrayó.


2.- Sobrino en recuperación del COVID-19

“Mi sobrino, Andrew, desarrolló un caso muy grave de COVID-19. Estuvo en el hospital durante más de ocho semanas muy cerca de la muerte. Recé la Novena al Beato Michael McGivney dos veces, y cuando comencé la tercera, Andrew salió del hospital y fue a rehabilitación. Ahora está en casa y está bien. Realmente creo que Dios, con la intercesión del Beato P. McGivney, salvó la vida de Andrew”, señaló un residente de Manalapan, Nueva Jersey (Estados Unidos).


3.- Oportunidad de empleo

Un residente de Rio Rico, Arizona (Estados Unidos) compartió que su esposa estaba pasando por un momento de estrés por las “tareas adicionales para las que nunca fue capacitada o contratada” que le pedían que asumiera en el trabajo.

“Ella y un compañero de trabajo solicitaron el mismo puesto con un empleador diferente. Recé la novena y la oración por la beatificación del P. McGivney para que la situación laboral de mi esposa mejorara y para que fuera contratada para el puesto que solicitó”, indicó.

El 29 de octubre, día 8 de la novena, su esposa consiguió el empleo con un aumento de sueldo.


4.- Recuperación después de un infarto

Un residente de West Hartford, Connecticut (Estados Unidos), señaló que al saber que una conocida sufrió un infarto y se encontraba en el hospital, rezó al Beato P. McGivney por una “recuperación milagrosa y el consuelo para su esposo y sus tres hijos”.

“Al día siguiente, recibí un correo electrónico que decía que estaba despierta y que habían orado por ella con una reliquia del P. McGivney”, agregó.


5.- Se sana de un cáncer de garganta

En 2019, David fue diagnosticado de cáncer a la garganta en etapa 4 y los médicos le daban seis meses de vida por lo avanzado de la enfermedad.

“Durante una reunión familiar por Zoom el día de Navidad, David nos dio la noticia de que sus médicos le dijeron que de alguna manera (afirman que no saben cómo) ya no tenía células cancerígenas activas”, agregó el residente de Norwalk, California (Estados Unidos) que envió el testimonio.

Indicó que muchos caballeros de Colón estuvieron orando por la salud de David durante meses.


6.- Ayuda a un seminarista

“Soy un seminarista de Filipinas. Desde que era niño, he oído hablar del P. Michael. Cuando estaba a punto de ingresar al seminario, le pedí su amable intercesión para que pudiera aprobar el examen de ingreso y, después de muchos días, el seminario dijo que aprobé. Me ayudó, intercedió por mí y lo elegí como mi patrono”, indicó un residente de Filipinas.





Oración para la canonización del Beato Michael McGivney, fundador de Caballeros de Colón

Redacción ACI Prensa



Los Caballeros de Colón publicaron en su sitio web la oración oficial para pedir a Dios la canonización de su fundador, el P. Michael McGivney, beatificado este 31 de octubre.

El P. McGivney fundó en 1882 a los Caballeros de Colón en New Haven, Connecticut. Inicialmente, la organización tenía la intención de ayudar a las viudas y sus familias. Sin embargo, se convirtió en una orden fraterna católica mundial, con más de dos millones de miembros que llevan a cabo obras de caridad y evangelización en todo el mundo. Los Caballeros también ofrecen pólizas de seguro de vida a sus miembros.

La ceremonia de beatificación se realizó en la Catedral de San José en Hartford, en su estado natal de Connecticut, (Estados Unidos).

La Misa fue presidida por el Cardenal Joseph William Cardinal Tobin, Arzobispo de Newark y representante del Papa Francisco para la ceremonia de beatificación.

En la carta apostólica con la que nombró Beato al fundador de los Caballeros de Colón, el Papa Francisco indicó que la memoria litúrgica del P. McGivney se celebrará cada año el 13 de agosto, y destacó que el fervor del sacerdote estadounidense “por la proclamación del Evangelio y generosa preocupación por las necesidades de sus hermanos y hermanas le hacen un testigo sobresaliente de la solidaridad cristiana y la ayuda fraternal”.


A continuación les compartimos el texto completo de la oración para la canonización del Beato Michael McGivney:

Dios nuestro Señor, protector del pobre

y defensor de la viuda y el huérfano,

Tú llamaste a tu sacerdote, el Padre

Michael J. McGivney a ser un apóstol de la

vida familiar Cristiana y a dirigir a los

jóvenes al generoso servicio de su prójimo.

Haz que por medio del ejemplo de su vida

y virtud, podamos seguir a tu Hijo

Jesucristo más estrechamente, cumpliendo

tu mandamiento de amor y haciendo crecer

su Cuerpo que es la Iglesia. Que la

inspiración de tu siervo nos lleve a una

mayor confianza en tu amor para que

podamos continuar su obra de cuidar al

necesitado y olvidado. Humildemente te

pedimos que glorifiques a tu venerable

siervo, el Padre Michael J. McGivney en la

tierra de acuerdo a los designios de tu Santa

Voluntad. Por su intercesión, concédeme el

favor que te suplico (haga aquí su

petición). Por Cristo nuestro Señor. Amén


Los Caballeros de Colón piden que se “informe sobre los favores concedidos a: The Father McGivney Guild. 1 Columbus Plaza. New Haven, CT 06510-3326 USA. www.fathermcgivney.org”.

5 DATOS QUE DEBES SABER DE SAN GUISEPPE MOSCATI, EL MÉDICO DE LOS POBRES


 

5 datos que debes saber de San Giuseppe Moscati, el “médico de los pobres”

Redacción ACI Prensa



San Giuseppe Moscati fue un médico que vivió la caridad cristiana ayudando a recuperar la salud física y espiritual de sus pacientes pobres.

El Papa Pablo VI lo proclamó beato el 16 de noviembre de 1975. Y el 25 de octubre de 1987 fue declarado santo por el Papa Juan Pablo II.

A través de estos 5 datos conocerás la increíble vida de San Giuseppe Moscati, reconocido médico de la primera década del siglo XX.


1. Fue un médico brillante

Moscati nació el 25 de septiembre de 1880 en Benevento, Italia. Se matriculó en 1897 en la facultad de medicina y, cinco años más tarde, con tan solo 22 años, se graduó con las mejores calificaciones de su promoción.

Además de estudiar medicina, se hizo experto en 20 especialidades diferentes para poder servir mejor a sus pacientes y fue uno de los primeros en estudiar y aplicar la insulina para el tratamiento de la diabetes, enfermedad que tuvo su madre.

Fue nombrado miembro de la Real Academia Italiana de Medicina Quirúrgica y recibió un doctorado en química fisiológica.

San Giuseppe también supervisó el Instituto de Anatomía Patológica local. En la sala de autopsias instaló un crucifijo con una inscripción latina “¿Dónde están, oh Muerte, tus plagas?”, tomada del Libro de Oseas.


2. Su trabajo fue su medio de santificación

Siendo ya médico se levantaba temprano para asistir a Misa y recibir la Eucaristía. Después, se dirigía a las colonias pobres para ver algunos enfermos y a las 8:30 a.m. iniciaba el trabajo en el hospital.

Sus pacientes predilectos siempre fueron los pobres, a quienes nunca les cobró dinero y atendía siempre con una sonrisa y sin hacerse notar.

En varias ocasiones rechazó ofertas que prometían una carrera académica de renombre, porque se dio cuenta que el plan de Dios para él, era servir a sus pacientes pobres y entrenar a sus pasantes.

Luego de fallecer el 12 de abril de 1927, los ciudadanos decían “ha muerto el médico santo”, mientras que los pobres lloraban la pérdida de su amigo y doctor.


3. Rezaba por sus pacientes y los invitaba a la fe

Giuseppe Moscati empleaba los más altos estándares de la medicina y al mismo tiempo rezaba por sus pacientes y trataba de persuadir a quienes estaban alejados de la fe, a buscar los sacramentos.

Antes de examinar a alguien o realizar una investigación médica, se colocaba en la presencia de Dios.


4. Quiso ser jesuita

Alrededor de los 30 años Giuseppe Moscati hizo un voto privado de celibato y, durante un tiempo, pensó que tenía la vocación para la vida religiosa. Los jesuitas a los que consultó discernieron que Dios quería que permaneciera en el mundo como médico.


5. Salvó vidas heroicamente

Unos años después de obtener su título de médico organizó la evacuación de un hospital durante una erupción del Monte Vesubio (el techo del hospital se derrumbó poco después de que retirara a los últimos pacientes).

Con solo 31 años, ayudó a muchos enfermos durante una epidemia de cólera y durante la Primera Guerra Mundial, cuidó de los soldados heridos y moribundos del ejército italiano.